Julian Steward

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Julian Steward,
el evolucionismo cultural
CURSO: Paradigmas de la Investigación Científica.
PROFESOR: Daniel Quiroz.
ALUMNO: Matías Garcés.
Julian Steward nació en Washington D.C., Estados Unidos, en 1902. Ingresó a la Universidad de California a
los 19 años para realizar un curso de introducción a la antropología. A los pocos años de estudios superiores
ya mostraba su interés por el entorno físico y la cultura. Realizó estudios arqueológicos, etnográficos,
etnológicos, geográficos y de antropología aplicada. Se casó con Jane Cannon en 1934, con la cual realizo una
serie de estudios e investigaciones de este tipo. Murió de una enfermedad circulatoria en 1972, época en que
trabajaba en la Universidad de Illinois.
Steward enfocó sus estudios en encontrar una visión aceptable de la evolución en relación a las culturas. Este
autor repostula la idea de evolución, pero considerando la diversidad humana dentro de su diversidad de
ambientes. Puso un gran énfasis en la ecología, los tipos culturales y la evolución multilineal. No concibe la
existencia de etapas universales de desarrollo, como propone la evolución unilineal, ya que los rasgos
generalizables solo pueden expresarse a partir de ciertos tipos culturales, o modelos paralelos de desarrollo, en
los cuales se organiza la evolución multilineal. Julian Steward presentó en la década de los cuarenta un nuevo
tipo de antropología: la Ecología cultural, que es un enfoque de influencia multidiciplinario, debido a la
diversidad de estudios que él realizó (antropología, arqueología, historia y antropología física). Sin embargo el
problema principal que le preocupaba, era el tema de la regularidad del cambio cultural, creando una teoría
del cambio basada en sus propios principios y métodos de la ecología cultural. Uno de los conceptos
fundamentales al respecto es el de adaptación cultural, referido y orientado al entorno. Con esto intenta
romper los argumentos tradicionales de que solo es posible explicar la cultura a través de la cultura.
El principal objetivo de este autor es llegar a determinar el desarrollo cultural de culturas específicas, y no el
de la Cultura en general, como lo hacían los evolucionistas que buscaban las reglas de desarrollo y evolución
universal. Según él, existen secuencias en cada cultura, que responden a cierta regularidad, cuyos principios
explicativos tienen que descubrirse empíricamente a partir de la relación básica que establece el hombre con
su medio ambiente, el cual posibilita, prohibe o caracteriza el desarrollo de elementos culturales adaptativos al
entorno, y funcionales a dicha cultura. Con todo esto Steward pretendía agrupar y conciliar dos principios
básicos de su época, que eran el estudio de las cultura"s" y no el de la cultura, y su preocupación
evolucionista, que había sido relegada al margen por los antropólogos, debido al exclusivo interés histórico
culturalista, o el enfoque estrictamente económico (materialista). El enfoque evolucionista multilineal de
Steward se organiza en torno a modelos paralelos de desarrollo, los cuales consideran tipos culturales válidos
para diferentes culturas, caracterizados por ser compuestos de elementos culturales seleccionados más que de
culturas como totalidades; sus elementos culturales son seleccionados en relación a un problema y a un marco
de referencia; porque los elementos culturales seleccionados deben tener las mismas relaciones funcionales en
cada cultura adaptándose al tipo. La validez que le otorga Steward a esos tipos culturales esta dada por tratarse
de adaptaciones culturales al entorno, al ambiente, representando cada uno un nivel de integración
socio−cultural. Él ve en el hombre una capacidad adaptativa mucho más rápida que cualquier otro organismo
vivo, gracias a la cultura (y no a través de su organismo), la cual es una entidad superorgánica. Si bien este
autor le otorga una gran importancia al entorno físico en la construcción cultural, no es determinista, ya que a
partir de la cultura y el ambiente físico se genera una mediación que desemboca en particularidades culturales,
de las cuales surgen evoluciones culturales adecuadas, sin descartar la dinámica cultural, y algunas difusiones
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posibles (por migraciones), que permiten a dicha comunidad un desempeño favorable. Esto último no
significa volver a los antiguos enfoques difusionistas, sino ampliar la capacidad de investigación incorporando
ciertos elementos que habían sido olvidados.
Steward ve la tecnología como uno de los fenómenos mas importantes para la adaptación de una cultura, y es
aquí donde se acentúa este método ecológico cultural. El método posee 3 aspectos fundamentales: primero, se
debe analizar el método de producción en el entorno; segundo, se debe analizar el modelo de comportamiento
humano para, en tercer lugar, entender la relación de las técnicas de producción con los otros elementos de la
cultura. Este método es esencialmente empírico, debido a que acentúa el grado en que las actividades
productivas influyen en una cultura.
El concepto de ecología esta en relación con los seres humanos y este autor, sin alejarse de la biología para
determinar este concepto, entiende la ecología como un mecanismo heurístico para entender el efecto del
entorno sobre la cultura: es decir que amplía el término de ecología a ecología cultural, y esto porque el
hombre en la escena ecológica, no sólo entra como un organismo más en relación con otros organismos que se
encuentra en función de características físicas, sino que introduce el factor cultural (superorgánico), que
también afecta y es afectado por todo el tejido de la vida. Así el objeto de estudio de la ecología cultural, que
se constituye como una disciplina esencialmente descriptiva, es la interrelación de características físicas,
biológicas y culturales en un lugar o unidad de territorio, divididos en dos objetivos: uno que es el
entendimiento de las funciones orgánicas y variaciones genéticas del hombre como una especie considerando
al hombre dentro del tejido de la vida; y el otro la determinación de cómo la cultura es afectada por su
adaptación al entorno. En síntesis, el problema de explicar el comportamiento cultural del hombre es de un
orden diferente al de explicar su evolución biológica, y esto es contrastable si pensamos que la evolución del
homínido está estrechamente relacionada con la aparición de la cultura, mientras que la aparición del Homo
sapiens es probablemente más el resultado de causas culturales que físicas. De acuerdo a Steward queda
entonces claro que la ecología cultural en sus principios básicos, debe retomar herramientas de análisis de la
biología: como son el concepto de comunidad, adaptación, supervivencia, etc. Estos ya no están sólo referidos
al potencial genético, sino también a la cultura, que determina tales procesos y que además explica la
naturaleza de las sociedades humanas; pero por otro lado si tratamos con elementos como las instituciones
sociales, o las costumbres, conceptos y métodos históricos pueden ser útiles para el estudio de las
comunidades humanas. Este autor ve la cooperación biológica como auxiliar a la supervivencia de las
especies. Y en las comunidades humanas la competición de una clase u otra puede estar presente, pero
siempre determinada culturalmente, siendo muchas veces prescribida como la no cooperación mas que la
competición de los individuos de dichas comunidades. Al tratar a las comunidades humanas en términos
biológicos, surge el dilema de las generalizaciones universales, que es parte de las aspiraciones de esta
ciencia. ¿Son los procesos y fenómenos humanos factibles de leyes universales?; o solo se debe tratar de
explicarlos. Para Steward queda más o menos claro que el problema de la ciencia social para explicar el
origen de modelos de comportamiento diferentes encontrados en diversas sociedades, es muy diferente de los
problemas de la evolución biológica: analizar las adaptaciones ambientales para mostrar como surgen nuevos
modelos culturales es muy diferente que buscar similitudes universales para la adaptación; sin embargo, hasta
que los procesos de la ecología cultural se entiendan como procesos particulares ejemplificados por culturas
diferentes en diferentes partes del mundo, por lo cual se hace casi imposible una formulación de similitudes
universales. Cada hábitat, no solo permite o prohibe, sino que necesita un modo distinto de vida. Este enfoque
es una conciliación de dos extremos, entre los enfoques ecologistas humanos, que trataban de buscar
principios ecológicos universales; y los enfoques culturalistas, que encontraban insignificantes los efectos del
entorno.
El modelo ecológico cultural propuesto por Steward, difiere de la ecología humana y social en la búsqueda
por explicar el origen de modelos y características culturales que caracterizan áreas diferentes más que por
derivar principios aplicables a cualquier situación cultural y ambiental. Introduce el entorno local como factor
extracultural en la infructuosa suposición de que la cultura viene de la cultura. Así la ecología cultural,
introduce un método y un problema, comprobar si las adaptaciones de las sociedades humanas a sus entornos
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requieren modos particulares de comportamiento y si dan libertad para varios posibles modelos de
comportamiento. Pero este problema debe entenderse a través del uso de una concepción complementaria de
la cultura, de una visión holística, en la cual todos los aspectos de la cultura son interdependientes, en grados y
tipos de interdependencias distintos. En síntesis, el modelo propuesto por Steward es un modelo
integracionista, que tiene como punto de partida la relación entorno−cultura.
Este autor propone el concepto de núcleo cultural: constelación de características que están más relacionadas
con las actividades de subsistencia y las disposiciones económicas, e incluye modelos sociales, políticos y
religiosos. Pero Steward no olvida la existencia mayor cantidad de características que pueden tener una gran
variabilidad potencial y que no están fuertemente ligadas al núcleo. Estas características secundarias son en
gran medidas determinadas por factores histórico−culturales, por innovaciones al azar o por difusión, y son las
que le dan su apariencia de distinción exterior a las culturas con núcleos similares. En este sentido, la ecología
cultural presta especial atención a las características con las que el análisis empírico muestra una más estrecha
relación en la utilización del entorno de modos culturalmente prescritos. He aquí la postura conciliadora e
integracionista de Steward, la cual formula un método empírico viable para el desarrollo de las
investigaciones.
El concepto normativo de cultura, el cual veía a la cultura como un sistema de practicas mutuamente
reforzadas y respaldadas por una serie de actitudes y valores, considera el comportamiento humano casi
exclusivamente determinado por la cultura. A diferencia de este el concepto de ecología cultural hace aparecer
en escena el medio ambiente, y está menos interesado en el origen y difusión de tecnología que en el hecho de
que puedan usarse de manera diferente y ocasionar diferentes disposiciones sociales en cada entorno. Este
último no es sólo permisivo o restrictivo con respecto a la tecnología, sino que da cuenta de que las
características locales especiales pueden requerir adaptaciones sociales con consecuencias trascendentales
(sociedades que tienen aproximadamente los mismos avances tecnológicos pueden mostrar otros modelos
sociales porque los entornos difieren hasta el punto que las adaptaciones culturales deben ser diferentes). En
las sociedades cazadores recolectores esto se puede ilustrara muy bien; pues se ve en ellas como las
características culturales pueden verse afectadas por las adaptaciones a diferentes ambientes. Por ejemplo, un
medio ambiente que posibilita la existencia de un determinado tipo de fauna, va influenciar a la cultura que se
desenvuelve en ese ambiente a que desarrolle determinadas técnicas de caza, las cuales se verán reflejadas en
los patrones de asentamiento, en la demografía (según la abundancia o no de los recursos) y así se adentra en
un sinnúmero de aspectos culturales.
Como se puede apreciar con lo dicho anteriormente, la base de toda ecología cultural es el concepto de
adaptación ambiental, teniendo en cuenta la complejidad y el nivel de la cultura. Los procedimientos
fundamentales de esta disciplina son: primero, la interrelación de la tecnología explotadora o productiva con
el entorno, considerando la cultura material, y las características ambientales que dependen de la cultura.
Segundo, se deben analizar los modelos de comportamiento incluidos en la explotación de un área particular
por medio de una tecnología particular, la cual no sólo depende de la historia cultural, sino también del
entorno y de su flora y su fauna. Finalmente, el tercer procedimiento es averiguar hasta que punto los modelos
de comportamiento ocasionados al explotar el entorno afectan a otros aspectos de la cultura, y esto requiere de
un enfoque holístico que permita interrelacionar diferentes componentes de la cultura. De ahí que para realizar
una investigación con dicho enfoque (ecológico cultural) sea de suma importancia el trabajo interdisciplinario.
La ecología cultural se define, entonces, como una herramienta metodológica para comprobar cómo la
adaptación de una cultura a su entorno puede ocasionar cambios. Es decir, determinar si adaptaciones
similares ocurren en entornos similares, considerando los tipos culturales como constelaciones de
características centrales que surgen de adaptaciones ambientales y que representan niveles similares de
integración. La comparación en este sentido se presenta como bastante útil para determinar regularidades en
términos de niveles y adaptaciones similares. Se debe recurrir, a la biología, antropología física, ecología,
botánica, etnología, antropología, etnografía, geografía y muchas otras disciplinas, según sea el objeto de
estudio y los objetivos planteados.
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Si bien, el enfoque de Julian Steward, ha causado gran interés en la ciencia arqueológica, debido a la gran
variedad de facultades y ventajas que otorga a los arqueólogos, no debe descuidarse en el campo
antropológico. Hoy en día existe una tendencia muy marcada en separar lo que es el entorno o medio
ambiente y la cultura, pero si abrimos un poco la mirada nos daremos cuenta que los parámetros entre uno y
otro han ido disminuyendo. En estos tiempos el hombre, y la flora y fauna se fusionan en un ambiente lleno de
vestigios culturales, las personas se juntan en las plazas a darle comida a las palomas, los cables de alta
tensión se fusionan con el ambiente, las represas transforman los entornos, y para que hablar de la capa de
ozono. Para una persona que nace bajo estas circunstancias este es su ambiente físico, (el ver los patos en una
represa artificial) y se adapta a este mediante su cultura (ocupara hondas u otras técnicas para cazarlos o
divertirse con sus amigos). A lo que deseo llegar con todo esto es que existen entornos creados a partir del
medio ambiente, adaptaciones que ya pasaron a formar ambientes en sí mismas, por lo cual el papel del
antropólogo al respecto no a quedado recluido a los sistemas de subsistencia (la caza o la recolección). Demás
esta añadir aquí el papel que juega este enfoque en la etnología y la etnografía, principalmente en la primera.
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