Soy un Sobreviviente de Prozac - ¡Bienvenidos! ¡Gracias por

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11 de marzo de 2001
“Yo creo que esta experiencia me perseguirá por el resto de mi vida.”
Soy un sobreviviente de Prozac. Por: Charles Groenendijk.
Mi nombre es Carlos, soy holandés y vivo en Amsterdam, Holanda. Cumplí 33 años el 8 de agosto del 2000.
Después de 4 años creo que ya es tiempo de hablar acerca de mi experiencia con Prozac, la cual me ha
cambiado mi sistema de creencias y mi forma total de vivir. Yo creo que esta experiencia me perseguirá por el
resto de mi vida y creo que estoy listo ahora para enfrentarme a este hecho. Yo he tratado en todas las formas
de “simplemente olvidarlo”, pero para mí significa que una vez has estado ahí, ya no hay regreso. Tengo pocos
buenos amigos que realmente tratan de entenderme en este sentimiento, pero también sé que es demasiado pedir
de ellos. He llegado al punto donde realmente deseo conocer y hablar con otros sobrevivientes de Prozac y
espero que esta historia será el comienzo de esto.
En febrero de 1994 visité a mi médico de familia y le conté sobre mi depresión a causa de mi fracaso en una
relación. Debido a que había oído y leído acerca de la “magnífica nueva droga maravillosa” Prozac, y de sus
pocos efectos secundarios en comparación con los de otros antidepresivos, le pedí una prescripción. Yo no
necesitaba ninguna sicoterapia porque conocía muy bien sobre el origen de mi depresión y éste no era tan grave.
Si yo hubiese sabido entonces lo que sé ahora: que no estaba deprimido en lo más mínimo; me sentía decaído y
solamente quería sentirme mejor, contento, sin tristeza. Más adelanté descubrí—después que Prozac me golpeó
duro—lo que realmente era una depresión.
Mi médico de familia me recetó 20 mg. diarios de Prozac. Alrededor de 5 a 6 veces tomé una prescripción
mensual de Prozac de 20 mg. diarios con algunos intérvalos entre los meses. Mi primera reacción a Prozac fue
bastante buena, me torné más activo, pero volviendo atrás a ese período recuerdo que también me torné más
descuidado e ingenuo, menos brillante y enfocado en mi ambiente (me refiero a la gente y a las circunstancias).
Estaba completamente convencido de la inocencia de este producto y creía que, de hecho, él me podría ayudar a
sentir mejor. Los únicos efectos secundarios que me dieron al principio fueron algunos síntomas como el de
la influenza (como un temblor), algunos nervios moviéndose debajo de mi ojo derecho, y la boca seca, nada
verdaderamente serio. Mi capacidad para recordar mis sueños aumentó tremendamente y éstos eran más ricos
y vívidos que nunca antes. Había terminado el último tratamiento de Prozac (de 30 días) en abril de 1996.
El viernes 2 de agosto de 1996 (como 4 meses más tarde) volví a mi médico de familia para solicitarle otra
prescripción de 30 días de Prozac porque en los últimos meses todavía me estaba sintiendo un poco deprimido.
Me tomé una píldora esa tarde y salí del pueblo a visitar a mis padres. Mientras guiaba mi automóvil, por cerca
de media hora, de pronto sentí una extraña clase de mareo en mi cabeza. Sentí contracciones inconstantes
seguidas por una dolorosa punzada al lado derecho en el tope de mi cabeza, luego sentí como si un chorro de
sangre me corría para abajo en mi frente.
Una neblina blancusina bajaba sobre mi vista, aunque gracias a Dios todavía podía ver. Desde mi cuello una
sensación de quemazón extrema radiaba a través de todo mi cuerpo, especialmente en mi espina dorsal, mis
brazos y mis piernas. Todo mi cuerpo se sentía quemándose por dentro. Entonces siguió un atiezamiento de mi
cuerpo y constantemente tenía un sentir de “dolor de electricidad” en todo mi cuerpo. Mi cuerpo se sentía
electrificado constantemente. Este sentimiento es muy dificil de explicar, pero es más intensificado que “la
carne de gallina”, tanto que duele y deja tu cuerpo tenso…¡constantemente! Se siente como si ya tú no tuvieras
más un cuerpo, sino solamente “alambres” conectados a la alta electricidad.
Guié mi carro acercándome a la verja y caí en estado nervioso de pánico. Recuerdo que mi primer pensamiento
fue: “Todo ha terminado, esto es un infarto y partes de mi cuerpo se paralizarán.” Entonces me di cuenta de que
eso no podía ser, ya que todavía podía mover partes de mi cuerpo y aún podía hablar, pero por dentro estaba
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completamente afectado por el pánico. “¿Qué me está sucediendo? Mi Dios, ¿y qué tal si esto no se me va?
Debo tener mi cabeza apaciguada, mantenerme calmado y seguir guiando”, esos eran mis pensamientos.
Me estacioné por pocos segundos contra esa verja, solamente para asegurarme de que todavía podía funcionar, y
luego continué guiando en dirección a la casa de mis padres. Todo el incidente, desde el comienzo de sentirme
mareado, hasta el seguir guiando a la casa de mis padres, tardó menos de 1 ó 2 minutos. Bastó un solo ataque
de Prozac para desprenderme del sentimiento de comodidad que tenía acerca de mí mismo, ¡la comodidad de
sentirme a mí mismo en mi propio cuerpo! La blancuzca niebla que bajaba sobre mi vista se quedó por días.
Lo primero que hice cuando llegué a la casa de mis padres fue llamar inmediatamente al médico de familia. El
médico trató de convencerme que esto sólo se trataba de algunos efectos secundarios por los que yo estaba
pasando y que debía seguir tomando Prozac, lo cual no hice, pues en el estado en que me encontraba, tan sólo
opinaba que esta cosa tenía que salir de mi sistema inmediatamente. Contacté cinco otros médicos, quienes me
dijeron que de esto tratarse de un efecto secundario inducido por el Prozac, éste se iría dentro de pocos días. No
se fue. Yo estaba tan asustado, estaba tan horrorizado y sin saber lo que me había sucedido…, y la respuesta de
los doctores me “noquió”. Física y mentalmente me convertí en un escombro, fracturado. Todo lo que podía
hacer era acostarme y tratar de dormir.
Desde ese momento en adelante, me mudé y me quedé en la casa de mis padres por alrededor de un año. No
podía trabajar más, ya no podía enfocarme, había dejado de ser un hombre adulto seguro de sí mismo, para
llegar a ser un hombre extremadamente ansioso y digno de pena, encerrado por dentro, incapaz de volver a
funcionar. Me puse más que aterrorizado, no podía racionalizar más, simplemente no podía traer mis
pensamientos a las proporciones correctas, y créanme, ustedes se hubiesen aterrorizado también porque
pensarían que se estaban volviendo locos, fuera de sus mentes (por supuesto, todos los sobrevivientes de
Prozac/* ”SSRI—Selective Serotonin Re-uptake Inhibitors”—saben cómo es esto). Fue muy difícil para mis
padres, no obstante, ellos me cuidaron lo mejor posible en ese período, sin realmente entender lo que me
sucedió y sin poder comunicarse conmigo.
Los primeros 14 días fui derechito al infierno, al puro infierno y sin tapujos. Mi cuerpo, el sistema nervioso de
mi cuerpo, se tornó extremadamente sobre sensitivo y totalmente fuera de control. Es difícil de explicar, pero
ya no estaba yo más en control, y sin embargo mi cerebro sí lo estaba, enviando señales de dolor a través de
todo mi cuerpo. Era la experiencia más atemorizante que jamás haya tenido en toda mi vida. Mi cuerpo se
sentía como si hubiese sido virado de adentro hacia afuera. Esto me asustó tanto, y no tenía idea de si iba a
llegar algún alivio. Yo no me suicidé, pero no sé lo que hubiese hecho si ese pequeño alivio no hubiese llegado
después de los 14 días. Mi ego (lo que tú crees que eres) explotó en pedazos. Los límites que pertenecían a la
estructura de mi personalidad fueron sobrepasados por mucho. Se trata de una intromisión a tu integridad que
no es fácil de describir pero trataré de explicarlo: yo tenía pensamientos y emociones que no eran mías (sino
más bien producidas artificialmente por mi cerebro), pensamientos y emociones que no pertenecían a mi
personalidad, que no pertenecían a mi carácter, a aquello que me hace la persona que soy. Pensamientos que
estaban corriendo en medio de mi frente como “nubes de gas resonantes”.
Los pensamientos eran extremadamente inmorales, ofensivos, negativos, y de naturaleza auto destructiva.
Estaba avergonzado por estos pensamientos y tan asustado, sin poderlos detener. Los pensamientos eran
extremadamente claros y fuertes, de hecho, podía “escuchar” los pensamientos, y es muy difícil explicar como
es esto, pero las “nubes de gas resonantes” encajan con la más cercana descripción. Es a través de esta
experiencia que ahora puedo entender mejor cómo un fenómeno como la telepatía puede trabajar.
Luego de esto experimenté sentimientos exagerados de remordimientos. Me condené a mí mismo por
“pecados” de mi niñez, como molestar al gato. Las emociones que me llegaron fueron tan horribles, con
pensamientos tales como: “¿de qué manera crees que puedes vivir con esto?”, nuevamente, ya simplemente no
me era posible racionalizar ni era “yo mismo” el que se hacía responsable de estos “pecados”. También yo “vi”
en el ojo de mi mente (y tienes que entender que lo vi tan claro como cuando experimentas un sueño vívido)
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símbolos que hicieron que me ensuciara de miedo, espiras (como en la edad oscura), gente con máscaras, etc.,
toda clase de cosas raras y de basuras. Me puse sobre sensitivo al café, a las yerbas, etc. Estaba
extremadamente sobre sensitivo a la luz y al sonido, los que me causaban dolor en el tope de mi cabeza,
síntomas que mejor se comparan con el de meningitis. Mi cuello estaba pesadamente contraído. No podía ver
ninguna película con violencia alguna; eso me asustaba, mi sistema nervioso simplemente no podía soportarlo.
Las pesadillas que me daban eran horribles, violentas, metían miedo, y tan realistas que después de haberme
despertado me llevaba algún tiempo darme cuenta de que ya estaba despierto y de que eso era una pesadilla, que
no estaba sucediendo en tiempo real. Este era otro síntoma: el filtro entre mi sentido de realidad y mis sueños
se empañó. Me sentía como si estuviera soñando (encerrado por dentro) y que no podía despertarme de él.
Ocasionalmente aún tengo este síntoma, ya después de cuatro años. En una de mis pesadillas fui violado por un
buen amigo mío, fue horrible. Puedes imaginarte alguien bien allegado a ti, alguien a quien tú verdaderamente
conoces bien, por quien te preocupas por su integridad, y tienes una pesadilla realista de ser violado por esta
persona. Entonces tú “despiertas” de esta pesadilla sin darte cuenta de que ya estás despierto. Algunas veces,
de noche, me despertaba con tal presión en mi pecho (literalmente se sentía como si alguien estuviera
empujándome el pecho) que tenía dificultad al respirar. Durante muchas noches no me atrevía dormir solo. Los
latidos de mi corazón eran pesados y de gran velocidad, junto con el sudor excesivo de mi cuerpo,
especialmente por la noche. Realmente no entiendo cómo durante algunas noches no guié mi automóvil en
estado de pánico hacia el hospital, pero no lo hice. Durante algunas noches no me atrevía ni siquiera a dormir,
debido a las tan reales pesadillas, las que me hacían sentir como si algo maligno me poseía. También temía
despertarme estando totalmente paralizado, y era muy fuerte el sentimiento de que esto fuera posible. Sentía
como si cualquier cosa podía suceder, yo no estaba ya más en control.
La Recuperación. Después de catorce días vi un poquito de luz al final del túnel. Después de cuarenta días el
“dolor de electricidad” que quemaba (sensación de sentirse electrificado), cambió un poco hacia una piquiña en
todo el cuerpo, lo cual era una bendición comparado con el infierno del dolor en el interior de los nervios. Los
pensamientos de “resonantes nubes de gas” en mi cabeza cambiaron ligeramente hasta sentir mi cabeza como
una “piedra”. Esta “piedra” estaba acompañada de contracciones en mi frente, las que irradiaban detrás de mi
nariz hasta los dientes
Ahora, ya después de cuatro años, la “piedra” y las contracciones todavía están regresando cuando trabajo frente
a la pantalla de una computadora (ahora mismo, de hecho). Después de cuatro años todavía siento temblar mi
cuerpo ocasionalmente. Después de cuatro años todavía siento una clase de desconexión entre mis emociones y
mi cuerpo físico. Se siente como si hubieses perdido una parte de ti mismo y algún desconfiable extraño
substituye esa parte. Estoy contento de que simplemente puedo vivir una vida “normal” ahora mismo. Estoy
todavía amargado, ¿quién va a devolverme lo que he perdido? La batalla que todavía estoy peleando para
ganar, es la que tiene que ver con recobrarme a mí mismo otra vez, y esto significa: recobrar el completo y
confiable sentimiento de mí mismo que una vez tuve.
Yo sé que no estoy solo, sé que tan sólo soy uno de muchos, un sobreviviente de Prozac, un sobreviviente de los
* “SSRI, Selective Serotonin Re-uptake Inhibitors”. Yo sí quisiera conocer a muchos otros que son ahora
sobrevivientes de los “SSRI”. Aquí en Holanda he tenido un tremendo apoyo de Frank van Meerendonk, el
director de “Prozac Survivors Support Group (PSSG)”. Frank van Meerendonk ha acumulado mucha
información concerniente a historias horribles sobre los “SSRI”, juicios, e información sobre neuro
investigación. Su enfoque es muy sencillo. Es alarmante saber que hay tanta gente hoy día en los “SSRI”. En
el año 2000, habían en el mundo como 40,000,000 en Prozac, sin mencionar los otros “SSRI”, a pesar de que
hay tantas víctimas quienes en llanto reclaman a la “Food and Drug Administration (FDA)”. Entre estas
personas en los “SSRI” hay muchos niños. Muchos niños también están usando Ritalín y Dexedrín, un
inhibidor de Dopamina (“Dopamin Re-uptake Inhibitor”) igual a la Cocaína o a la Anfetamina (“SpeedAmphetamine”), y todos nosotros conocemos muy bien cómo actúan estas drogas.
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No hay excusas para estos manufactureros de los “SSRI”, a ellos simplemente no les importa, ellos no
escuchan, todavía continúan produciendo clones de Prozac—copiados, con un bonito nombre de venta, pero con
el mismo efecto diabólico, trabajando con el mismo sistema serotonergístico y dopaminergístico en el cerebro
(“serotonergic/dopaminergic”), llamándolos: Prozac, Sarafem, Paxil, Zoloft, Luvox, Celexa, Anafranil, Redux,
Fen-Phen, etc. En el mes de septiembre de 1997 las drogas para dieta—Redux y Fen-Phen— tuvieron que ser
retiradas por la FDA debido a serias acciones amenazantes a la vida, perjudicial al cerebro, al corazón y a los
pulmones. ¡Es obvio lo que está sucediendo aquí! Es demasiado importante proteger a los (futuros) niños
contra estos productos, contra estos inhibidores selectivos de re-absorción de Serotonina, y protegerlos ¡de la
atroz arrogancia de sus suplidores!
No sé exactamente cómo describir esto, pero definitivamente sé que los “SSRI” influencian tu conciencia y el
centro de tu voluntad. Estoy hablando desde mi propia experiencia, hablando de primera mano: después de
esta experiencia es muy difícil obtener el control sobre tu vida nuevamente. Es muy difícil que nuevamente
recobres dominio de que tú estás en control sobre tu mente otra vez, que tú determinas tus pensamientos y tus
emociones. No tan sólo fui post traumatizado por esta experiencia, sino que también parte de mi personalidad
ha cambiado. Por ejemplo: tengo que evitar algunas actividades sociales debido al aumento de mi ansiedad.
Nunca tuve esto antes de Prozac. También me he convertido en una persona extremadamente sentimental. Yo
solía ser un individuo inquisitivo muy brillante. Ahora tengo que forzarme a mí mismo para estar con gente y
para aprender cosas nuevas. Me siento mentalmente raptado por Prozac y éste casi me mata, pero no pudo
destruir mi esencia.
Los “SSRI” son, sin duda alguna, las drogas más peligrosas y subestimadas en este planeta; y por lo que yo y
muchos otros individuos hemos experimentado, es el producto de la pura maldad. Estos “SSRI” son productos
de pura obscuridad disfrazados como “ángeles de luz”. Es sorprendente ver cómo ellos se apresuran en su
ataque relámpago para engañar al mundo, cómo la gente que está en uso de ellos, está defendiendo sus drogas
hasta el tuétano de los huesos, adorándolas. Es sorprendente ver cómo nuestros doctores tienen fe ciega en los
“SSRI” y les dan la bienvenida como si fueran descendientes de los Dioses. ¡Es un desarrollo muy aterrador de
nuestro futuro! Es muy horroroso ver el poder de las todopoderosas compañías farmacéuticas, quienes
desarrollan y empujan sus “SSRI” al mundo, usando su poder al influenciar los sistemas de cuidado de salud y
los medios. Es muy horroroso observar un mundo de individuos que se quedan dormidos, quienes ridiculizan
la causa del aumento de incidentes en los que se disparan balas en escuelas y en trabajos, mediante el uso del
apodo “La Defensa de Prozac”. Yo solamente puedo desear que estos individuos despierten de sus sueños en
un futuro cercano para que ellos mismos puedan desnudarse en sí mismos y puedan ver cuántas vidas humanas
sus engañadores han destruido por sus alrededores….
Por: Charles Groenendijk
Correo Electrónico: [email protected]
*Traducción de “SSRI” según interpretación del traductor: Inhibidores Selectivos de Re-absorción de
Serotonina (ISRS).
Para más información sobre antidepresivos, visita: www.drugawareness.org
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Este artículo y su traducción llega a tí como una cortesía de:
Instituto de Terapias Esenciales. Tel. 787-707-0278 / www.terapiasesenciales.com
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