República de Colombia Tutela 35386 A:/JOSE ARQUIMIDES AROCA YARA Corte Suprema de Justicia CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACIÓN PENAL -SALA DE DECISION EN TUTELA- Magistrado Ponente ALFREDO GÓMEZ QUINTERO Aprobado Acta de Sala No. 29 Bogotá, D.C., catorce (14) de febrero de dos mil ocho (2008) ASUNTO Prevalida de competencia se pronuncia la Sala en relación con la tutela instaurada por los ciudadanos privados de su libertad JOSE ARQUIMEDES AROCA YARA Y JOSE VICENTE AROCA YARA, en nombre propio, contra el Juzgado Segundo Penal del Circuito Especializado de Ibagué, a cuyo trámite oficiosamente se vinculó a la Sala Penal del Tribunal Superior de la misma sede, por presunta vulneración a sus derechos fundamentales del debido proceso y la favorabilidad. República de Colombia Tutela 35386 A:/JOSE ARQUIMIDES AROCA YARA Corte Suprema de Justicia I. ANTECEDENTES 1. La demanda de tutela se halla encaminada a la protección de los derechos fundamentales al debido proceso y a la favorabilidad que a juicio de los libelistas fueron objeto de vulneración por parte del funcionario de primera instancia encargado de dirimir el proceso penal adelantado en su contra. 2. Refieren que el Juzgado Segundo Penal del Circuito Especializado de Ibagué –desatendiendo el marco de la resolución de acusación- procedió -al momento de dosificar la pena- a condenarlos por el delito de homicidio agravado en concurso con secuestro extorsivo agravado, con lo que a su juicio desconoció el debido proceso y el principio de favorabilidad en materia penal El sostén de la tesis es: en estricto acatamiento del marco señalado en la resolución de acusación, esto es, primero el secuestro y luego el homicidio, porque “…lógicamente primero debió existir un secuestro y luego el Homicidio al ser delitos conexos fallado de forma independientes o en forma conjunta…”, se le imponía al Juez al tasar la pena tomar como referente el 2 República de Colombia Tutela 35386 A:/JOSE ARQUIMIDES AROCA YARA Corte Suprema de Justicia secuestro y luego el homicidio, inobservancia que conllevó a desconocer la congruencia exigida entre la acusación y la sentencia. Todo para concluir que la pena a imponer debió haber sido de 26 años, cuatro meses de prisión, por lo que en esos términos invocan el amparo. 3. Se conoce que el 31 de agosto de 2005 esta misma Corporación en sede de tutela1 amparó el derecho a los accionantes frente al debido proceso en su manifestación de la legalidad de la pena por cuanto el Tribunal Superior de Ibagué al momento de dosificar la pena de prisión -en aplicación al principio de favorabilidad- desconoció los parámetros obligados trazados por el funcionario de primera instancia. 4. Por su parte la Sala Penal del Tribunal Superior de Ibagué dio estricto cumplimento al fallo de tutela por lo que mediante decisión de fecha 13 de septiembre de 2005 redosificó la pena de prisión impuesta a JOSE ARQUIMEDES Y JOSE VICENTE AROCA YARA en 35 años, 3 meses y 22 días de prisión al hallarlos 1 Radicación 22090. 3 República de Colombia Tutela 35386 A:/JOSE ARQUIMIDES AROCA YARA Corte Suprema de Justicia autores penalmente responsables de las conductas punibles de homicidio agravado y secuestro extorsivo. CONSIDERACIONES Es competente la Sala Penal del la Corte Suprema de Justicia para decidir sobre la presente demanda de amparo por cuanto – eventualmente- la censura apuntaría contra una decisión emitida por un Tribunal Superior Sala Penal con respecto del cual es su superior funcional. Podría en principio señalarse que desatendieron los libelistas el principio de inmediatez que gobierna la acción de tutela dado el transcurrir del tiempo entre las decisiones de instancia y la interposición de este amparo. Empero y de cara a la traba propuesta, la jurisprudencia ha venido en señalar que frente a principios en colisión, que para el caso sería el de inmediatez con el de congruencia entre la resolución de acusación y la sentencia –que es el que se anunciase le impone al juez constitucional efectuar un proceso de 4 República de Colombia Tutela 35386 A:/JOSE ARQUIMIDES AROCA YARA Corte Suprema de Justicia ponderación que le permita enfrentarlos y ceder ante el que le comporte mayor amenaza para el individuo, situación que en el presente caso no requiere mayor esfuerzo intelectual como que justamente el principio de congruencia (debido proceso) se ofrece mucho más benévolo a los intereses de los peticionarios. Igual consideración ha de hacerse en cuanto a los requisitos de procedibilidad frente a la amenaza de un derecho fundamental. Superado este obstáculo de índole procesal –así como descartado se encuentra igualmente el instituto de la temeridad como que las dos acciones no obstante estar dirigidas a atacar el proceso de punibilidad apuntan a direcciones diversas- viable se ofrece que la Sala aborde la problemática planteada. Al rompe ha de anunciar la improcedencia de la acción de tutela como que ningún derecho fundamental se ha conculcado, constituyendo el clamor de los libelistas tan sólo desconocimiento de la normatividad jurídica que gobierna el concurso de conductas punibles. Bajo una tal comprensión, es evidente que los actores –muy seguramente por su condición de legos en materias jurídicas y 5 República de Colombia Tutela 35386 A:/JOSE ARQUIMIDES AROCA YARA Corte Suprema de Justicia ante la falta de acompañamiento jurídico- no comprenden en debida forma el fenómeno del concurso de conductas punibles, de que da cuenta el artículo 31 de la Ley 599 de 2000, que reza: “…Concurso de conductas punibles. Art. 31. El que con una sola acción u omisión o con varias acciones u omisiones infrinja varias disposiciones de la ley penal o varias veces la misma disposición, quedará sometido a la que establezca la pena más grave según su naturaleza, aumentada hasta en otro tanto, sin que fuere correspondan superior a la suma aritmética de las que a las respectivas conductas punibles debidamente dosificadas cada una de ellas. En ningún caso, en los eventos de concurso, la pena privativa de la libertad podrá exceder de sesenta (60) años…” O lo que es lo mismo, como la Fiscalía acusó formalmente a los libelistas de ser coautores de los delitos de homicidio agravado y secuestro extorsivo agravado ó secuestro extorsivo agravado en concurso con homicidio agravado, es éste y no otro el marco jurídico que se le imponía al juez de la sentencia, por lo que aquél en estricto acatamiento del artículo 31 de la Ley 599 de 2000 y toda vez que se encontraba –insiste la Sala- ante un concurso (dos o más) de conductas punibles exigible le resultaba 6 República de Colombia Tutela 35386 A:/JOSE ARQUIMIDES AROCA YARA Corte Suprema de Justicia determinar la punibilidad de cada una de ellas en aras de establecer el delito base. Luego ubicado el monto del delito base que, no fue distinto al del homicidio agravado toda vez que comportaba la pena más grave – 25-40 años- ello en la medida en que el secuestro extorsivo agravado, artículos 1692 y 1703 oscilaba4 entre -24 a 56 añospodía el sentenciador aumentar la sanción hasta en otro tanto, “sin que fuere superior a la suma aritmética de las que correspondan a las respectivas conductas punibles debidamente dosificadas cada una de ellas” Resultando por contera intrascendente –a términos de la proclama de los libelistas- si la fiscalía al acusar había anunciado primero al secuestro y después al homicidio, ya que una tal circunstancia no marca el trabajo de punición y no incide en el proceso de dosimetría penal, pues la pauta para el trabajo de 2 “…El que arrebate, sustraiga, retenga u oculte a una persona con el propósito de exigir por su libertad un provecho o cualquier utilidad, o para que se haga u omita algo, o con fines publicitarios o de carácter político, incurrirá en prisión de dieciocho (18) a veintiocho (28) años y multa de dos mil (2.000) a cuatro mil (4.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes…” 3 “las penas señaladas en los artículos anteriores se aumentarán de una tercera parte a la mitad si concurriere alguna de las siguientes circunstancias….” 4 Vale anotar que los primigenios artículos 169 y 170 de la Ley 599 de 2000 (aplicables por favorabilidad) sufrieron modificación con la expedición de la Ley 733 de 2002. 7 República de Colombia Tutela 35386 A:/JOSE ARQUIMIDES AROCA YARA Corte Suprema de Justicia individualización la traza es la ley. En ello radica el dislate del argumento. Razones que llevan a la Corte a desatender el amparo invocado como que ningún derecho fundamental le fue conculcado a los actores. En mérito de lo expuesto, la CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Sala de Casación Penal, Sala de Decisión en Tutela, administrando Justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley, RESUELVE Primero.- DENEGAR la tutela demandada por JOSE VICENTE Y JOSE ARQUIMEDES AROCA YARA. Segundo-. Notifíquese de acuerdo con lo previsto por el artículo 16 del Decreto 2591 de 1991. Tercero-. De no ser recurrida esta decisión por ante la Sala de Casación Civil de la Corporación, remítase el asunto a la Corte Constitucional para su eventual revisión. 8 República de Colombia Tutela 35386 A:/JOSE ARQUIMIDES AROCA YARA Corte Suprema de Justicia NOTIFIQUESE Y CUMPLASE ALFREDO GÒMEZ QUINTERO SIGIFREDO ESPINOSA PÈREZ AUGUSTO J. IBAÑEZ GUZMÁN TERESA RUIZ NUÑEZ Secretaria 9