CAUSA:"Partido Nacionalista Constitucional s/caducidad art. 50 inc. "c" ley 23.298" (Expte. Nº 2499/95 CNE) BUENOS AIRES FALLO Nº 2098/95 ///nos Aires, 21 de diciembre de 1995.Y VISTOS: Los autos "Partido Nacionalista Constitucional s/caducidad art. 50 inc. "c" ley 23.298" (Expte. Nº 2499/95 CNE), venidos del juzgado federal electoral de Buenos Aires en virtud del recurso de apelación deducido a fs. 74 y 75 contra la resolución de fs. 46/48, obrando la expresión de agravios a fs. 78/97, el dictamen del señor fiscal actuante en la instancia a fs. 117/118 vta., y CONSIDERANDO: 1º) Que a fs. 1 obra informe del actuario del Juzgado Federal Electoral de la provincia de Buenos Aires en el cual se expresa que el partido "Nacionalista Constitucional" de dicho distrito obtuvo en los comicios de 1993 220.076 votos sobre un total de 7.948.554 electores, y en 1994 -integrando la "Alianza por el No"- la cantidad de 158.604 votos sobre un total de 8.094.403 electores.Con base en tales guarismos, y de acuerdo con lo normado por el art. 50 inc. c) de la ley 23.298, el señor Procurador Fiscal solicita la caducidad del partido de referencia.A fs. 28/36 contestan los apoderados partidarios.A fs. 46/48 el señor juez a quo dicta sentencia rechazando el pedido de inconstitucionalidad y declarando la caducidad del partido de autos.A fs. 78/98 el apoderado partidario expresa agravios.A fs. 117/118 vta. el señor Fiscal Electoral considera que debe revocarse el fallo apelado y rechazarse el pedido de caducidad. Funda su dictamen en que según resulta de los datos certificados por el juzgado, al haber obtenido el 1,96% de los votos y teniendo en cuenta el hecho admitido por el Poder Ejecutivo en un proyecto de ley enviado al Congreso Nacional donde aquél menciona la existencia de una importante cantidad de fallecidos en los registros electorales, "producto de una acumulación histórica de falta de comunicaciones o errores administrativos", el partido ha demostrado un grado de representación suficiente en el electorado. Apoya asimismo su conclusión en doctrina de este Tribunal según la cual entre dos posibles soluciones debe ser preferida aquella que mejor se adecue al principio de participación.2º) Que los argumentos expuestos por la recurrente, en cuanto aquí interesa, consisten en síntesis en lo siguiente: a) el padrón del distrito de Buenos Aires es de 8.002.003 electores y no de 8.094.403; b) el Partido Nacionalista Constitucional obtuvo en la elección del 10 de abril de 1994 158.656 votos, lo cual representa el 1,983% y una diferencia de 1.384 votos; c) el mencionado padrón es defectuoso porque contiene alrededor de 5% de ciudadanos fallecidos, según resultaría de diversas fuentes periodísticas que recogen estimaciones oficiales; d) consecuentemente, el Partido Nacionalista Constitucional obtuvo en realidad el 2% de un padrón depurado de tales fallecidos y de otros ciudadanos doblemente inscriptos.3º) Que según el informe del actuario (fs. 1915) el padrón para la elección del 10 de abril de 1994 era de 8.094.403 electores. A esta cifra deben sumarse 3.711 electores inscriptos en el Registro de Electores Residentes en el Exterior, lo que hace un total de 8.098.114 electores.4º) Que el Partido Nacionalista Constitucional obtuvo, integrando la "Alianza por el No" juntamente con el partido Demócrata Conservador, la cantidad de 158.656 votos -incluidos 52 votos obtenidos en el extranjero-, o sea el 1,959% de dicho padrón.Es decir, le habrían faltado 3.320 votos (el 0,041%) para alcanzar la cantidad 161.976, equivalente al 2% del padrón a que hace referencia el art. 50, inc. "c" de la ley 23.298. 5º) Que este Tribunal tiene dicho que todo el sistema de la ley está fundado en la representatividad de los partidos como condición de su existencia legal (Conf. Fallos CNE 548/88, 615/88, 649/88, 807/89, 817/89, 885/91 y 918/91). En el fallo Nº 807/89 CNE, en particular, se recuerda lo ya expresado por la Cámara Nacional Electoral en 1963 (Fallo Nº 10 cit.) en el sentido de que "es así evidente que la fijación de un porcentaje de votos obtenidos en las últimas elecciones válidas no responde a otro propósito que el de impedir que en el campo político de su actuación intervengan agrupaciones sin representatividad en el ámbito dentro del cual pretenden actuar".- Y así, el establecimiento de un umbral matemáticamente determinable con base en los resultados electorales -en el caso de la ley 23.298, una cantidad mínima de votos equivalente al 2% del padrón- para medir la representatividad de los partidos puede ser válido para diferenciar "grosso modo" a aquellos que muestran tener un mínimo respaldo en la ciudadanía por haber sido votado por lo menos por el 2% de los electores de aquellos otros que no lo tienen suficiente en la medida exigida por la ley.Pero tal criterio se ve menguado en su validez cuando, como en el caso, la cantidad de votos lograda por un partido se acerca al límite legal en una medida tal que teniendo por lo demás en cuenta otras circunstancias que se han de puntualizar más abajo-, no resulta ya posible aseverar, como resultado de una simple operación aritmética, que dicho partido carece de la suficiente representatividad. En tales condiciones se debe ser particularmente prudente a la hora de resolver pues, frente a una duda razonable, aplicar mecánicamente la sanción de caducidad por la falta de una cantidad de votos relativamente ínfima podría importar un excesivo rigor formal que no satisfaría la finalidad de la ley según lo expuesto en el primer párrafo de este considerando.6º) Que cuando el legislador adoptó como pauta para determinar la representatividad de los partidos un porcentaje de votos sobre el padrón electoral lo hizo sin duda considerando que ello era un medio adecuado a ese efecto puesto que, siendo el voto obligatorio, todos los que figuran en el padrón deben, en principio, cumplir con el deber de sufragar, con las excepciones que marca la ley (art. 12 del Código Electoral Nacional), por lo que el porcentaje de votos obtenidos por los partidos habría de reflejar el apoyo de éstos por parte del electorado.Lo cierto, empero, es que no todos aquellos que figuran como electores hábiles en el padrón -en este caso, el de Buenos Aires- se encuentran en posibilidad de manifestar su voluntad política a través del voto en el distrito en el que están inscriptos y, por consiguiente, no deberían ser contabilizados a efectos de establecer la representatividad de los partidos so pena de arribar a conclusiones sustancialmente inexactas. Esta circunstancia, que normalmente carece de trascendencia en razón de que, por lo general, la cantidad de votos lograda por los partidos que incurren en la causal de caducidad del art. 50, inc. "c" es muy inferior al umbral del 2% que marca la ley, adquiere en el presente caso, en que la brecha es solamente 3.320 -o sea el 0,041%-, una relevancia que no puede ser desatendida.- 7º) Que ello obliga a considerar la situación de los argentinos residentes en el exterior que no comunicaron esa circunstancia al consulado correspondiente y continúan entonces figurando en el padrón de la República.No existen cifras oficiales sobre cuántos compatriotas se encuentran en estas condiciones. Pero todo hace pensar que son muchos. En efecto, el patrón migratorio actual observado en la Argentina la colocan entre aquellos países que generan un corriente emigratoria de considerable magnitud (cf. Enrique Oteiza, en "Dinámica migratoria argentina (1955-1984): democratización y retorno de expatriados", UNRISD -Instituto de Investigaciones de las Naciones Unidas para el Desarrollo Social- y CENEP -Centro de Estudios de Población- 1986, pg. VIII).Al 31 de diciembre de 1984 podía estimarse la cantidad de argentinos residentes en el exterior entre 609.743 y 486.794 (Cf. Rodolfo Bertoncello y Alfredo Lattes, "Medición de la emigración de argentinos a partir de la información nacional", en "Dinámica migratoria...", p. 33). A su vez, otra estimación (cf. Lattes, op. cit. p. 139) arroja la cifra de 547.005 a esa misma fecha.Otros datos extraídos de la citada obra (pg. 139) muestran que los stocks de emigrantes argentinos es decir la cantidad de argentinos en el exterior en un momento determinado- se incrementa sostenidamente a contar de 1960 y por períodos de diez años, en las siguientes proporciones: 47% y 51%, con un crecimiento del 71% entre 1980 y 1984, fecha de la última estimación.Es decir entonces que no parece irrazonable aceptar un incremento promedio del 56% para el período que media entre 1984 y 1994. Si así fuera, habría que admitir que en ese último año había 853.327 argentinos en el exterior.Ahora bien, ¿Cuántos de ellos eran electores? Y de éstos, ¿Cuántos eran electores de la provincia de Buenos Aires? Si se toma como base el estado del Registro Cívico de la Nación al 31 de diciembre de 1991 -año de realización del censo de población, que arrojó la cifra de 32.615.528 habitantes, de los cuales el 5%, es decir 1.630.776, eran extranjeros (cf. "Anuario Estadístico de la República Argentina -1995", INDEC, pg. 40) y, por lo tanto, no electores en el orden nacional- se comprueba que la cantidad de electores registrados en ese año -20.889.345representaba el 67,43% de la población argentina. Y si se aplica ese porcentaje a los 853.327 que se estiman viven en el exterior se llega a una cifra de 575.398 electores residentes en el extranjero. Empero, esta cantidad posiblemente sea mayor, pues en términos generales los argentinos emigrados presentan una estructura más envejecida que la de la población argentina no migrante, con un menor peso relativo de los menores de 15 años y un mayor peso en los grupos de edades de 15 a 59 (cf. Susana Schkolnik, "Volumen y características de la emigración de argentinos a través de los censos extranjeros", en "Dinámica migratoria...", pg. 57).A esta cifra hay que restarle la cantidad de 176.659, que corresponde a los argentinos en el exterior que comunicaron su nueva residencia a las respectivas representaciones consulares (cfr. Registro Cívico de la Nación del 31 de diciembre de 1993, CNE) y que, por consiguiente, fueron dados de baja en el padrón de la República. Quedarían entonces 398.739 electores residentes en el extranjero que continúan figurando en los padrones. Y de éstos, aplicando igualmente la proporción que surge del Registro Cívico del 31 de diciembre de 1993 según la cual del total de electores del país el 36,93% corresponden a la provincia de Buenos Aires, se concluye que 147.254 eran posiblemente electores de ese distrito, cantidad que debería entonces ser restada de los 8.094.403 que acusaba el padrón utilizado en las elecciones del 10 de abril de 1994 a los fines de que el cálculo aritmético a efectuar permita reflejar con mayor exactitud la verdadera representatividad del partido de autos.Hecha esta operación quedaría un padrón de 7.947.149 electores, del cual el 2% sería de 158.942 votos, es decir apenas 286 votos más que los que obtuvo el Partido Nacionalista Constitucional.8º) Que, por otro lado, el porcentaje de abstención en las elecciones habidas entre 1983 y 1994 se mantuvo entre el 22,49 y el 14,39%. La diferencia entre el mínimo y el máximo permitiría presumir, en una primera aproximación, que tal variación puede estar dada por el mayor o menor interés que suscita la elección de que se trata. Esto parece corroborarse si se repara en que los menores porcentajes de abstencionismo se registraron en las elecciones presidenciales del 30 de octubre de 1983 y del 14 de mayo de 1989. Siguiendo con este razonamiento, es legítimo presumir también que el piso del abstencionismo -el 14,39%, que totaliza la cantidad de 3.111.227 electores sobre el padrón del 10 de abril de 1994- está dado por quienes, por diversos motivos, no cumplen con su obligación legal, y por otros que se encuentran imposibilitados de hacerlo por diversas razones: enfermedad, edad avanzada, estar a más de 500 kms. del lugar de votación en el país o encontrarse en el extranjero.Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (cfr. "Anuario...", pg. 38) el total de la población mayor de 70 años era, en 1991, de 1.828.872, y la proyección a 1995 -las proyecciones se efectúan por quinquenios, y parece entonces más adecuado tomar la de 1995, que se encuentra más cercana a la año que nos ocupa, y no las cifras de 1991- da 2.096.978 (cfr. op. cit., pg. 50). Si se admitiera que ninguna persona mayor de 70 años vota quedarían 1.014.249 electores que no votan por enfermedad, estar a más de 500 kms. o en el extranjero o, simplemente, por no querer hacerlo. Pero esta cifra es sin duda considerablemente mayor, pues quienes tienen entre 70 y 80 años son 1.558.354 y sabido es que muchos son los electores de esa franja de edad que concurren a votar.En cuanto al grupo de los que debiendo y pudiendo votar no lo hacen por su libre decisión, no puede pensarse que sea muy numeroso pues, más allá de que el incumplimiento de la ley no se presume, lo cierto es que el voto es legalmente obligatorio y el incumplimiento de ese deber está castigado con diversas sanciones (arts. 125 a 127 del Código Electoral Nacional).Difícil es estimar cuantas personas no votan por problemas de salud. Debe de todos modos tenerse en cuenta que muchas de las que no lo hacen por esa causa integran el grupo de mayores de 70 años, que ya fue restado. Por consiguiente, no parece aventurado colegir que una parte importante del 1.014.249 electores restantes -cifra que, por las razones expuestas en el segundo párrafo "in fine" de este considerando, es sin duda más abultada- corresponde a quienes se encuentran residiendo en el extranjero y continúan, no obstante, figurando en el padrón por no haber efectuado la comunicación de cambio de domicilio a que están obligados por el art. 47, 2º párrafo, de la ley 17.671.Si bien los cálculos efectuados lo han sido en algunos casos en base a hipótesis de difícil confirmación y las cifras tomadas como base de los cálculos efectuados son estimativas, pues no existen datos oficiales respecto de los argentinos residentes en el exterior, no parece empero irrazonable estimar que los electores que en 1994 residían en el extranjero eran muchos más que los 575.398 mencionados más arriba (cf. consid. 7º, 7º párrafo) y que constituía una cifra también estimativa.De todo lo dicho se desprende que no puede afirmarse con certeza que el partido Nacionalista Constitucional carezca de la representatividad mínima que exige la ley, pues la exigua diferencia en menos de 3.320 votos sobre los 161.976 que hubiera debido lograr y que representa sólo el 0,041% de un padrón que incluye electores residentes en el exterior -que aunque no pueden cuantificarse con exactitud constituyen sin duda una cantidad considerableno autoriza, en el contexto señalado, a concluir lo contrario.Por ello, teniendo además en cuenta que entre dos posibles soluciones debe sin duda ser preferida aquélla que mejor se adecue al "principio de participación" -rector en materia electoral- en cuanto posibilita la continuidad de la expresión política institucionalizada de una franja del electorado constituida por los afiliados y simpatizantes del partido de autos -y que, en el caso, podría traducirse como "in dubio pro partido", siendo el partido el bien jurídico protegido- frente a otra que conduce a la caducidad con olvido de la particular circunstancia supra señalada que singulariza el sub judice (conf. fallos 643/88 y 1352/92 CNE), y concordemente con lo dictaminado por el representante del Ministerio Público Fiscal actuante en la instancia, la sentencia en recurso habrá de ser revocada.En mérito de lo expuesto, la Cámara Nacional Electoral RESUELVE: revocar la resolución apelada.Regístrese, notifíquese y vuelvan los autos a su origen.El Dr. Rodolfo E. Munné no interviene por encontrarse en uso de licencia (art. 109 del Reglamento para la Justicia Nacional). ENRIQUE V. ROCCA - HECTOR R. ORLANDI FELIPE GONZÁLEZ ROURA (Secretario).-