MUJERES EN LOS GOBIERNOS LOCALES EUROPEOS:

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EL IMPACTO DE GÉNERO EN EL SISTEMA POLÍTICO LOCAL.
LAS ALCALDESAS EN ESPAÑA
1
Juana María Ruiloba Núñez
[email protected]
XXII World Congress of Political Science, Madrid 2012
Resumen: Las Alcaldías se han mostrado como el nivel político más
inaccesible para las mujeres. No hay explicaciones demostradas
empíricamente que relacionen los sistemas electorales, el tamaño del
municipio, el partido en el poder, las cuotas en las listas electorales (o alguna
otra variable), con el incremento del número de políticas con cargo en la
cabeza del Gobierno Local. En este estudio de caso, referido a las Alcaldesas
en España, venimos a discutir sobre esta cuestión y a reflexionar sobre la
subrepresentación femenina en el Gobierno Municipal.
Palabras clave: Liderazgo, género, Alcaldes.
“Bien es verdad que anteriormente cuando se hablaba de Alcaldesas las gentes se referían
especialmente a la mujer del Alcalde o a las “Alcaldesas de Zamarramala”, pero ahora, cada
vez más, será necesario hacernos a la idea de que Alcaldesa es mujer que ejerce el cargo de
Alcalde” (Guerra-Librero y Arroyo, G., 1963: 419)
Cuando uno se acerca al Gobierno local, bien sea como simple observador o
con el interés del investigador experto, suele, por lo fácilmente reconocible del
dato, topar con una realidad, la de la pequeña proporción de mujeres que
ostentan el puesto de Alcalde.
El concepto de subrepresentación toma entonces protagonismo en el análisis y
es fácil preguntarse ¿por qué son tan pocas? ¿por qué se da una diferencia tan
apreciable en la presencia con respecto a los otros niveles de gobierno?
El primer argumento que suele ponerse en la palestra es el debate sobre la
desigualdad y sobre la especial relación de las mujeres y la política, y como
ambas cuestiones pueden influir.
Trasciende de los objetivos de esta ponencia, la cuestión sobre la desigualdad
legal fundada en el género. La desigualdad legal, no sirve para explicar la
diferencia de presencia en los cargos de poder político que nos ocupan en
nuestro contexto sociopolítico (puede que en otros espacios sea, no obstante,
la causa principal de la no presencia femenina en el plano público). En el caso
de España, la equiparación legal de ambos géneros fue explícitamente
reconocida en la Constitución Española de 1978 y en el resto del ordenamiento
jurídico. De este modo, en el artículo 14 de la Carta Magna queda recogido el
1
Agradezco a la Dra. Annick Magnier (Profesora de la Università degli Studi di Firenze y coordinadora
internacional del proyecto EUROMAYORS) sus comentarios al trabajo sobre las Alcaldesas contenido en
mi tesis doctoral. En España la investigación fue financiada dentro del Plan I+D del Ministerio de
Educación y Ciencia (Líderes políticos en los Gobiernos locales Ref. SEC2003-0900).
El impacto del género en el sistema político local. Las Alcaldesas en España
derecho fundamental a la igualdad2, en un precepto que reconoce la igualdad
formal, también llamada igualdad jurídica o de trato. Como sostiene la doctrina,
en él quedan incluidos dos cláusulas, una general, la de igualdad jurídica, y
otra más específica, la referida al principio de no discriminación. Es en la
redacción de este artículo dónde se explicita la no discriminación por razón de
sexo3: “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer
discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o
cualquier otra condición o circunstancia personal o social”. Debemos, explicitar,
en todo caso, que este reconocimiento de la igualdad legal no es más que el
primer paso para la consecución de una igualdad de género más amplia no
percibida aún por los ciudadanos (como muestra, si se pregunta a los
españoles sobre la persistencia de las desigualdades, puede verse como
todavía existe una percepción generalizada de la pervivencia de desigualdades
grandes por género), aunque sí es mayoritaria la opinión de estar en una
situación mejor a la de antaño4.
Gráfico 1
Percepción de las desigualdades por sexo
¿Cóm o calificaría Ud. Las de s igualdade s que
actualm e nte e xis te n e ntre hom bre y m uje re s
e n nue s tro país ?
100
80
60
40
20
0
Hom bres
Mujeres
(Muy grandes o bastante grandes)
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (estudio 2831,
marzo de 2011).
Nos centramos, en la segunda cuestión planteada, la relación de las mujeres
con la política.
Clásica es la clasificación de Norris (1991), haciendo un recorrido por la historia
de las distintas perspectivas desde las que se ha abordado la relación entre la
mujer y la política5, y como el énfasis de las explicaciones sobre este binomio,
pasaba desde los presupuestos de la literatura en clásica (1950-1960) que
expone abiertamente cómo las mujeres están menos interesadas en la política
convencional, la crítica (1970 en adelante) que sostiene fundamentalmente que
no es que las mujeres participen menos sino que lo hacen de forma diferente y
la revisionista (1980 en adelante) que expone que las diferencias de género
empiezan a desvanecerse. Morales (1999) centrándose en el caso español
2
Son numerosos los preceptos referidos a la igualdad en la Constitución, bien como valor superior del
ordenamiento, como mandato a los poderes públicos o como derecho fundamental. Vid., para todos,
Sentencia del Tribunal Constitucional 49/1982, Fundamento Jurídico 2.
3
La igualdad ha sido cuestión central en la disciplina jurídica, para ahondar desde esta perspectiva véase,
por ejemplo, Cruz Villalón, 1992:45; Fernández Vivas, 2007: 295-298; Rubio Llorente, 1997)
4
Un 81% de los hombre y un 75% de las mujeres atestiguan el avance en la situación de igualdad de las
mujeres en los últimos diez años (datos del Centro de Investigaciones Sociológicas, Estudio 283, 2010).
5
Duverger, 1995.
XXII World Congress of Political Science, Madrid 2012
2
El impacto del género en el sistema político local. Las Alcaldesas en España
confirma esta implicación menor de las mujeres con la política6 sosteniendo
que las divergencias en la participación electoral desaparecieron en los
ochenta pero que persisten, todavía, en otros modos de participación 7 (puede
verse en los sucesivos Barómetros del Centro de Investigaciones Sociológicos
español como las mujeres son menos activas entre los que hacen una petición,
asistieron a una manifestación o participaron en una huelga tanto en el último
año como en los pasados). Si nos fijamos en los datos de participación de las
mujeres en organizaciones políticas (partidos o sindicatos), los datos son aún
peores, en torno al 30% de compromiso o afiliación.
Parece que las transformaciones ocurridas en la familia, la educación, el
trabajo, no se reflejan en el campo de la política, por la propia estructura del
poder y por la situación de las mujeres y sus actitudes hacia la misma
(Martínez Ten, 1990:39). La política inspira a las mujeres sentimientos
negativos, les sugiere desconfianza e indiferencia, el interés y el compromiso
que despierta en ellas suele ser minoritario.
Gráfico 2
Sentimiento que inspira la política en las mujeres españolas
Sentimientos
positivos
Sentimientos negativos
Sentimientos hacia la política de las mujeres
NS/NC
Irritación
Desconfianza
Aburrimiento
Indiferencia
Interés
Compromiso
Entusiasmo
0
5
10
15
20
25
30
35
Fuente: Elaboración propia a partir del Barómetro de enero de 2008, (CIS, estudio 2.749)
Gráfico 3
Cercanía o lejanía hacia lo político de hombres y mujeres
6
Desde la teoría se ha insistido en las diferentes dimensiones que se entrelazan cuando hablamos de la
ciudadanía de las mujeres y como ésta se manifiesta. Aunque no profundamos en ello debemos señalar
que desde la teoría política feminista se ha ahondado en la relación entre la ciudadanía y el género y la
producción teórica ha sido cuantiosa, así, en diversas compilaciones se indaga en este asunto intentando
resumir, recopilar e aclaran las aportaciones más conocidas sobre la ciudadanía de las mujeres. No
obstante, como dice García Guitián (1999:53), “intentar reflexionar sobre conceptos tan controvertidos y
difusos como los de ciudadanía y género desde la teoría política no resulta nada fácil”, más aún si cabe
para los no expertos en esta área. Académicas españolas como Sánchez (1999, 2000), Beltrán et al
(2001) o García Guitián (1999) entre otras, hacen una reinterpretación de las aportaciones de prestigiosas
teóricas como Young, Fraser, Arendt, Benhabid, etc. y analizan las contradicciones y dificultades de tal
binomio.
7
Morales, 1999:425, 427, 446.
XXII World Congress of Political Science, Madrid 2012
3
El impacto del género en el sistema político local. Las Alcaldesas en España
Postura ante la afirmación "Es mejor
no meterse en política"
(Hombres)
Postura ante la afirmación "Es mejor
no meterse en política" (Mujeres)
De acuerdo
De acuerdo
7%
3%
Ni de acuerdo ni
en desacuerdo
36%
23%
48%
56%
En desacuerdo
14%
Ni de
acuerdo ni
en
desacuerdo
En
desacuerdo
13%
NS/NC
NS/NC
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Barómetro abril de 2007, CIS (estudio 2.700).
En todo caso, lo que resulta evidente es que “algo sucede con la política que
no es interesante para las mujeres”. Las razones de esta falta de interés y
vocación no son claras. Según algunos, se trata de razones personales y
provienen de sus características biológicas o de sus rasgos psicológicos, en
cambio, según otros, son sociales y se deben a la educación recibida, que las
condiciona, junto con las constricciones que derivan de su rol de madre y de
ama de casa8. Ya es difícil compatibilizar trabajo asalariado con actividad
doméstica, más aún con la política (en una jornada interminable que sería
triple9).
Si la meta es tender en nuestras sociedades a la igualdad de oportunidades,
debemos identificar las causas que llevan a las mujeres a ser más proclives a
la actuación en la “política de las necesidades”, en lugar de la política formal. Si
es prioritario que las “mujeres estén”, esto tiene implicaciones en todo el
entramado social y sobre todo en las instituciones en, lo que se ha llamado, la
búsqueda de la política de la presencia femenina en las posiciones de poder 10.
Ésta se potencia, fundamentalmente, a partir de la implantación de cuotas y
acciones positivas. No es objeto de este trabajo debatir sobre la naturaleza de
las acciones positivas, sobre su pertinencia o los efectos a nivel comparado de
las mismas en el nivel internacional. Decir, por ser relevante para el caso
español que en este sentido, que en la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo,
para la igualdad efectiva de mujeres y hombres (BOE 23 de marzo de 2007), se
8
En este sentido, por ejemplo, estudiosas como Hernes (1990, 1996) confirman la importancia de la
contribución de las mujeres como proveedoras del trabajo de servicio y lo relacionan con la implicación
del Estado en las cuestiones de bienestar y necesidades. Así, comprueban que a más trabajo “altruista”
de las mujeres menos recursos desviados para estos menesteres por el Estado. Según ella, se
establecería una “nueva dependencia” de las mujeres (de la dependencia privada del varón a la
dependencia pública del Estado) lo que nos lleva a hacer una reflexión sobre las implicaciones que puede
tener para las mujeres la “crisis del Estado de Bienestar” (dado que, la sobrecarga en la prestación de
servicios por el Estado puede tener efectos inmediatos con la transferencia de estos servicios al mercado
o de nuevo a las manos de las mujeres). La reflexión sobre esta realidad de las mujeres en épocas de
crisis económica como la que estamos es digna de ser repensada como relevante por parte de todos.
9
Astelarra, 1990: 8,17.
10
Sobre la política de la presencia es referente el trabajo de Phillips (1995, 1999).
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4
El impacto del género en el sistema político local. Las Alcaldesas en España
modifica la Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del Régimen Electoral
General, para añadir entre otras cosas, un nuevo artículo 44 bis, en relación a
la representación equitativa de hombres y mujeres en las listas, redactado en
los siguientes términos: “Las candidaturas que se presenten para las
elecciones de diputados al Congreso, municipales y de miembros de los
consejos insulares y de los cabildos insulares canarios en los términos
previstos en esta Ley, diputados al Parlamento Europeo y miembros de las
Asambleas Legislativas de las Comunidades Autónomas deberán tener una
composición equilibrada de mujeres y hombres, de forma que en el conjunto de
la lista los candidatos de cada uno de los sexos supongan como mínimo el
cuarenta por ciento. Cuando el número de puestos a cubrir sea inferior a cinco,
la proporción de mujeres y hombres será lo más cercana posible al equilibrio
numérico”.
Esta modificación normativa viene a coadyuvar a solventar esta realidad de
desigualdad de género que pervive y es percibida por la ciudadanía.
Gráfico 4
Opinión de los españoles sobre la situación de las mujeres en el acceso al poder político
La situación de las mujeres en el acceso a puestos de
responsabilidad de política es ¿mejor, igual o peor a la de los
hombres?
NS/NC
Peor
Igual
Mejor
0
Mujer
Hombre
10
20
30
40
50
60
Mejor
2,4
Igual
28,4
Peor
58,1
NS/NC
11,1
5,6
45,9
41,9
6,6
Mujer
70
Hombre
Fuente: Elaboración propia a partir datos CIS (estudio 2.732) barómetro septiembre 2007.
Esta promoción de las políticas de igualdad de oportunidades, junto con otros
elementos (por ejemplo, la existencia de un equipo de apoyo y/o mentores) son
esenciales para ayudar a las mujeres en su camino hacia los puestos
ejecutivos (Fox y Broussine, 2001:6). Al final, la “presencia” reafirma la
capacidad de las mujeres para superar las barreras de acceso al poder todavía
percibidas, de incidir en la dirección de la política y en el contenido de las
decisiones.
Los datos sobre la presencia de mujeres en diversos instituciones políticas, han
mejorado exponencialmente, desde la no presencia, hasta ratios que rondan el
30% de media.
Tabla 1
Panorama general de la participación femenina en instituciones políticas en España
Institución/ año
Nº total de
% de
XXII World Congress of Political Science, Madrid 2012
5
El impacto del género en el sistema político local. Las Alcaldesas en España
miembros
mujeres
Gobierno Nacional 2011
13
30,7
Parlamento europeo (representación española)
54
34,4
Congreso de los Diputados 2011
350
36,0
Senado 2011
261
33,3
1268
43,2
Concejalías
51369
34,9
Alcaldías
8078
16,8
Parlamentos Autonómicos 2012
Ayuntamientos 2011
Fuente: Elaboración propia a partir de Mujer en Cifras (Instituto de la Mujer).
Pero, ¿Qué otras cosas pueden condicionar el menor interés por la política y,
por ende, contribuir a la menor presencia de mujeres en posiciones de poder
en los gobiernos? Repasamos, de forma general, algunas explicaciones
generales sobre la subrepresentación11, ya que desafortunadamente, no
existen trabajos concretos que se refieran al mundo municipal.
Estas explicaciones utilizadas para el plano político en general se refieren a:
1.- El mantenimiento del patriarcado y las dinámicas estructurales que
explicarían la falta de participación política. Estas explicaciones mantienen que
las “desigualdades que dificultan la plena incorporación, representación y toma
de decisiones de las mujeres no son personales sino estructurales,
institucionales, e igualmente descansan en prácticas y relaciones sociales
normales de la vida cotidiana” 12. Para trascender a estas diferencias
producidas por cuestiones estructurales, no se puede confiar simplemente en el
tiempo ni en el espacio, puesto que, los menores o mayores ratios de
participación tampoco correlacionan con el desarrollo económico del país
concreto.
2.- La vigencia de roles sexistas y su plasmación en la división sexual del
trabajo lleva a que perduren lógicas como la de la dicotomía de las esferas y
los problemas de conciliación. Por tanto, en la arena de lo público, aún se
puede pensar que, la actitud de cierta indiferencia por lo político de las mujeres,
es consecuencia de trabas como la percepción diferenciada entre la vida
pública como algo masculino y la privada como algo femenino. Las
organizaciones, la cultura, el Estado y el liderazgo o management sigue siendo
un dominio masculino13. En pocas palabras, como la política forma parte del
sistema de género14, sus actividades y organizaciones no están al margen de a
división sexual del trabajo, lo que se cristaliza en formas de participación
diferenciada de hombres y mujeres15.
11
Freedman, 2002; Kenworthy y Malami, 1999; Lovenduski y Norris, 2003; Mateo, 2005; Pastor, 2002 y
2007; Ross, 2002; Shvedova, 2002; Valiente, Morales y Ramio 2003:180 y 2005:202.
12
Agra, 2002 y Martínez Ten, 1990:64 y Astelarra, 1990.
13
Barenys 1990:269 y Duerst-Lahti y Mae Kelly,1995:68.
14
Astelarra, 1990:9. “La organización social que deriva de la existencia de la división sexual del trabajo es
el sistema de género, que se refiere a los procesos y factores que regulan y organizan a la sociedad de
modo que ambos sexos sean, actúen y se consideren diferentes, al mismo tiempo que determina cuáles
áreas sociales serán de competencia de uno y cuáles de otro”.
15
Barberá et al (2000 y 2002a:176), en su trabajo empírico a través de encuestas a directivos de ambos
géneros en Reino Unido y España, que puede ser extrapolado a las mujeres políticas, concluyen que
siguen existiendo prejuicios y creencias estereotipadas acordes con roles sexistas con respecto a las
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6
El impacto del género en el sistema político local. Las Alcaldesas en España
Este marco explicativo, el de la división sexual del trabajo, es muy utilizado
para explicar la situación de las mujeres y el mantenimiento de los roles
tradicionales de una forma triple: En primer término, dando lugar a la
segregación ocupacional (en la que nos deteníamos anteriormente). En
segundo lugar, provocando la división entre trabajo remunerado versus trabajo
doméstico y la asignación del primero a los hombres y del segundo a las
mujeres. Claro está, que esta asignación rígida en la teoría no real en las
sociedades occidentales. No obstante, y en todo caso, lo que sí se mantiene es
que el trabajo (tanto productivo como reproductivo) de hombres y mujeres no
tiene el mismo “valor”, dado que, suele considerarse que el del hombre “pesa”
más, lo que induce a una jerarquía social16. En tercer lugar, dificultando a las
mujeres el acceso a los puestos más altos de las diversas esferas sociales
(también en la política) por ser considerados como escenarios tradicionalmente
reservados para los hombres. Las mujeres Alcaldesas, como ocupan
posiciones tradicionalmente consideradas masculinas, estarían irrumpiendo en
un lugar de la organización social extraño y tradicionalmente vetado, habiendo
conseguido burlar con su presencia la posición que tendrían en un sistema
social de división sexual del trabajo al estilo clásico.
3.- A esto hay que sumar el freno que supone para las carreras profesionales y
políticas de las mujeres la función reproductora que impone un alto temporal
que, en ocasiones, es definitivo17.
4.- La socialización de las mujeres en “valores femeninos” y la influencia de la
variable educación, ya que, las mujeres están educadas en el no poder18.
Como ya decíamos, los niños y niñas son socializados desde pequeños para
desempeñar tareas, actividades y funciones diferentes. De adultos, las
divergencias se manifiestan en el plano político en temas como que las mujeres
tiendan a mantenerse al margen de la competencia por el poder, pues en la
socialización femenina priman sobre todo los aspectos afectivos, adquiriendo
éstos prioridad sobre los instrumentales, relegando los rasgos de agresividad y
competitividad que caracteriza al juego político y dificultando, con ello, el
acceso a esta arena de las mujeres. Por tanto, esta socialización en roles
distantes de la participación en la esfera pública es, como es sabido, una de las
causas fundamentales de la menor implicación de las mujeres en política según
parte de la teoría19.
5.- La actitud de rechazo de los hombres hacia una mayor competencia en el
plano público. En todas las esferas que comportan ejercicio directo del poder
se muestran fuertes resistencias a la entrada de mujeres, no tanto porque se
proclame que no son aptas para desempeñar el poder, sino porque, en estas
esferas, la lucha por conseguir un puesto es ya exacerbada entre los hombres,
que sólo acceden a renunciar a pequeños espacios si se produce una fuerte
presión colectiva de las mujeres. En cierta manera, puede decirse que existe
mujeres en posiciones de mando. Además, “en el contexto directivo, la creencia compartida de que las
mujeres son menos ambiciosas que los varones o que “no tienen madera” para dirigir favorece, por un
lado, el hecho de que los empresarios las valoren menos” y, por tanto, se resistan a contratarlas y, por
otro lado, el que ellas lleguen a creerse que no sirven (...) El resultado final es que estas mujeres, que en
principio no tienen por qué ser ni más ni menos ambiciosas que sus compañeros varones, acaban
desarrollando menos ambiciones profesionales”, se da cumplimiento a la famosa “profecía autocumplida”
de Merton (1948).
16
Hirata y Kergoat, 2004:142.
17
Uriarte, 1995:136
18
García del León, 2002:14.
19
Astelarra, 1990:17 y Uriarte, 1995:123.
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7
El impacto del género en el sistema político local. Las Alcaldesas en España
un “lobby” masculino reacio a la mayor participación de las mujeres por esta
causa. En política, puede servir como ejemplo la estructura y dinámicas
internas de los partidos que suelen ser modelo de realidades
hipermasculinas20.
6.- La discriminación en los procesos de reclutamiento político. Ésta se
manifiesta en una doble discriminación hacia las mujeres impuesta por los
partidos, cuantitativa (número reducido de candidatas) y cualitativa (en dos
fases, como candidata en su pésima colocación de las mujeres en las listas
electorales y como electa, en la irrelevancia del papel político que se les
concede21), a lo que hay que añadir que, en el contexto que nos ocupa (la
lucha por el Gobierno Local en España), según las reglas del proceso
establecido, es necesario que las mujeres ocupen el primer lugar en la lista
electoral del partido por el que se presenten para poder optar a la Alcaldía, lo
que ocurre en pocas ocasiones. Encabezar la lista electoral constituye en sí
una excelente ocasión para que los candidatos acumulen experiencia como
líderes políticos, oportunidad que no pueden aprovechar mayoritariamente las
mujeres22.
7.- Las características que conforman el sistema electoral concreto también son
importantísimas para entender la presencia de las mujeres en el mismo. Las
expertas en el tema parecen haber llegado a la conclusión de que las
características de los sistemas electorales tienen efectos claros en la
representación de las mujeres en las instituciones. Gran parte de la literatura23
señala que la mujer está más presente en sistemas electorales de
representación proporcional (como el español) que en aquellos países que
cuentan con sistemas proporcionales mayoritarios. En estos últimos, los
partidos pueden conseguir, como mucho, un escaño por distrito por lo que, por
definición, no se puede igualar la candidatura equilibradamente con presencia
de candidatos de ambos géneros.
8.- A estas razones sobre las causas de la escasa participación femenina en
posiciones de poder se une, en los estudios más recientes sobre élites, la
explicación sobre del “modelo de oferta-demanda”, que se ha impuesto como la
explicación integradora en expansión. En este modelo se presentan dos tipos
de argumentos (oferta / demanda) que explicarían el bajo número de mujeres
en la élite política y que habría que contrastar en los contextos concretos. Por
un lado, estarían las explicaciones centradas en la demanda que sostienen que
las mujeres son menos “demandadas” que los hombres en su lucha por ser
candidatas y representantes, fundamentalmente por parte de los partidos
políticos -como actores clave para poder acceder a la representación- y por
determinadas características institucionales de los sistemas políticos y, por el
otro lado, las explicaciones fundamentadas en la oferta, las cuales mantienen
que las mujeres necesitan gran cantidad de requisitos –recursos financieros,
tiempo, experiencia, nivel educativo, flexibilidad profesional, motivación intensa,
20
Subirats, 1990:12, Uriarte, 1995:136 Astelarra, 1990:17; Silva, 1993:126.
Astelarra, 1990:18; Capo, 1992:137, Conway, 2003; García de León 1991:28, 1997, 2002; Norris y
Lovenduski, 1993; Norris, 1997a, 1997b; Uriarte, 1995, 1999a y Valiente, Ramió y Morales, 2003:187.
Esta discriminación a la que se refieren estos autores se ve corregida en algunos casos concretos con la
aplicación de leyes electorales que garanticen un porcentaje de mujeres y modelos de distribución de
candidatas y candidatos en las listas electorales como sucede desde hace recientemente en España.
22
García de León, 1991:36-39.
23
Äs, 1990; Mastland, 1999; Norris, 1987; Norris e Inglehart, 2005:249-250; Reynolds, 1999:558-559; o
Rule, 1994:16.
21
XXII World Congress of Political Science, Madrid 2012
8
El impacto del género en el sistema político local. Las Alcaldesas en España
etc., lo que, por ejemplo, Norris (1997) engloba en el término “capital político”que influyen en la debilidad de las mujeres como aspirantes a entrar en la élite.
Las investigaciones que han aplicado este modelo han terminado sustentando
que la razón esencial del pequeño porcentaje de mujeres en la élite no es
causado por la discriminación en el proceso de reclutamiento por los partidos
sino por las diferencias de ellas (como grupo) y el grupo de los hombres 24.
Norris (1997) y su equipo utilizaron este modelo de oferta-demanda con la
pretensión de descubrir la discriminación contra las mujeres por parte de los
partidos políticos, pero del resultado de su investigación se concluyó que la
subrepresentación se explicaba más por los argumentos que ella llama de la
“oferta” que por el proceso de reclutamiento por parte de los partidos, ya que es
muy difícil llegar a evidenciar la existencia de una discriminación directa o
indirecta procedente de éstos25. Por lo que, pese a la posible importancia de la
misma, ésta no puede cuantificarse. No obstante, Norris (1997) sugiere que, si
bien no se ha podido constatar, sí que es percibida por las mujeres en sus
discursos. Esto parece comprobarse en el caso español, si acudimos a un
estudio sobre las mujeres parlamentarias dirigido por Uriarte (1999a), en el que
las entrevistadas corroboraban que percibían que los partidos políticos no
daban suficientes oportunidades a las mujeres.
La subrepresentación en el mundo local es resultado de la conjunción de todos
estos procesos, algunos de ellos, difícilmente medibles, que se resumen como
sostiene Uriarte (1999a:354) en la persistencia de la discriminación. Así,
aunque han sido múltiples los factores que se esgrimen como causantes de los
problemas de acceso de las mujeres a la élite de poder, la discriminación se
maneja como factor explicativo central de su débil presencia en círculos
académicos e intelectuales interesados en los estudios de género. En relación
con la figura del Alcalde español, a nuestro juicio, la cuestión esencial es el
requerimiento de que la elección del Alcalde se produzca entre los cabezas de
lista de los partidos o agrupaciones que obtuvieran escaños, se manifiesta
como una exigencia del sistema electoral local que dificulta la representación
de las mujeres, no por si misma, sino unida a la realidad de que los partidos
políticos suelen encabezar sus listas mayoritariamente con candidatos varones
.No obstante, viendo las cifras desde el tamiz comparativo, en otros sistemas
políticos locales, con ordenamientos y formas de elección del Alcalde bien
distintas, los porcentajes de representación son similares.
24
Norris, 1997; Valiente, Ramiro y Morales, 2003; Valiente, Ramiro y Morales, 2005; Uriarte, 1999a,
1999b.
25
En sentido contrario, pueden identificarse los discursos, las propuestas electorales, las declaraciones
de dirigentes y otras estrategias seguidas por los diferentes de todos los partidos españoles en apoyo del
incremento de la presencia en puestos de responsabilidad de las mujeres (Verge, 2006).
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9
El impacto del género en el sistema político local. Las Alcaldesas en España
Gráfico 5
Alcaldesas y Concejalas en Europa
Alcaldesas y Concejalas en Europa
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
Concejalas
Alcaldesas
Fuente: Ministerio de Administraciones Públicas 2006.
No existen, no obstante, explicaciones basadas en estudios empíricos que
profundicen en tal cuestión. Lo que parece, dadas los datos, es que el espacio
de poder local está más masculinizado que otros en general26. Parece
conjugarse y unirse en este nivel de gobierno, la propia idiosincrasia de la
esfera pública, como lugar tradicional vinculado con el universo masculino, con
sus códigos y sus tiempos27 y las especificaciones del ámbito local como
especialmente hostil para las mujeres.
De manera breve y para ahondar en el fenómeno de la subrepresentación, y
reflexionar sobre sus posibles causas, adoptamos complementariamente la
estrategia de describir brevemente las características de los Alcaldes y
Alcaldesas (las pocas mujeres que llegan a lo más alto del nivel político local
en España28). Las describimos como ejemplos de la superación de las
barreras, como las que llegan. Cómo son las alcaldesas de la democracia
española puede darnos pistas sobre ellas29.
26
Esta realidad se manifiesta en todos los países, aunque pudiera parecer que el nivel de desarrollo es
una condición necesaria para garantizar la presencia de un mayor número de mujeres en posiciones de
poder, esto no es determinante y esta premisa (más poder, menos mujeres) se mantiene en todos los
lugares. (Norris e Inglehart, 2001:129).
27
El debate sobre el problema del tiempo de las mujeres y de los espacios de poder se ha convertido en
una línea de investigación emergente. En España son referentes las investigaciones del grupo de
investigación de la Dra. Ángeles García Durán.
28
Es clásico el libro de Magre (2001) y de Nátera (2001). Para una revisión de la literatura y el estado del
arte de los estudios sobre alcaldesas a nivel internacional, acudir a Ruiloba (2009). Igualmente, para
datos cuantitativos específicos sobre estas políticas.
29
No hacemos en este texto un repaso por los datos de representación política femenina en otros planos
en España, los mismos pueden ser consultados en forma agregada en la sección de estadísticas del
Instituto de la Mujer ( www.inmujer.gob.es ).
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El impacto del género en el sistema político local. Las Alcaldesas en España
Gráfico 6
Alcaldesas por elecciones
100
80
60
40
20
3,1
2,0
1,2
16,8
15,1
12,6
9,7
6,5
4,8
11
20
07
El
ec
c
io
ne
s
20
03
El
ec
c
io
ne
s
20
99
El
ec
c
io
ne
s
19
95
El
ec
c
io
ne
s
19
91
El
ec
c
io
ne
s
19
87
El
ec
c
io
ne
s
19
83
ne
s
19
El
ec
c
io
ne
s
io
ec
c
El
El
ec
c
io
ne
s
19
79
0
Fuente: Datos del Ministerio de Administración Públicas
La mayoría de las Alcaldesas desempeñan su cargo en municipios pequeños.
En cuanto a la edad, la mayoría de los Alcaldes tiene entre 40 y 50 años, las
Alcaldesas son un grupo con una edad ligeramente menor. Un 23,30% de los
Alcaldes tienen estudios superiores. Si desagregamos los datos por género,
comprobamos que en esta variable, sí se aprecian diferencias. Las mujeres
Alcaldesas, como grupo, tienen mayor nivel de estudios que los hombres. Si
nos fijamos en la carrera política de los Alcaldes españoles, es fácil percatarse
de que ésta está vinculada fuertemente con los partidos. La estrecha relación
previa con los mismos es una dinámica completamente opuesta a la que
establecen con otros tipos de organizaciones como Sindicatos, Asociaciones
empresariales u Organizaciones no Gubernamentales. La alta vinculación con
los partidos por los que se presentan a las elecciones y que las diferencias
encontradas por género, aunque no son representativas estadísticamente
hablando, sí que muestran como las mujeres llevan, como media, menos años
siendo miembros de su partido político. Además, se da una estrecha relación
del individuo concreto con el Municipio por el que se presenta a las elecciones
y una falta de tradición familiar anterior, nos hace aceptar que la vocación juega
un papel esencial como revulsivo en la decisión de participar en política
desempeñando una responsabilidad, pese a lo desacreditado de lo político en
este momento.
*****
En resumen, se puede decir que la incorporación de las mujeres a las
principales posiciones de poder político en España ha registrado un aumento
lento, pero constante, desde el inicio de la etapa democrática. No obstante, las
diferencias en los porcentajes de presencia entre hombres y mujeres siguen
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El impacto del género en el sistema político local. Las Alcaldesas en España
siendo muy amplios30, más aún si nos referimos a las Alcaldías, donde la
evolución en la tendencia de incremento de acceso de las mujeres a los cargos
es más lenta y aparece casi estancada. De hecho, la presencia de las mujeres
en los órganos de poder municipal es bastante menor que en otras
instituciones políticas. El modo de elegir alcalde es determinante, según
nuestro punto de vista, más aún, el simplemente, el encabezar la lista electoral
constituye, en sí, una excelente ocasión para que los candidatos acumulen
experiencia como líderes políticos, oportunidad que no pueden aprovechar
mayoritariamente las mujeres31. Se hace necesario, por ello, una reflexión
especial al respecto, ya que los Ayuntamiento, constituyen, probablemente, la
estructura de poder de más difícil penetración para las mujeres32. Vistos los
datos, las diferencias en la participación en las instituciones políticas por sexo
son patentes33, pero aún queda mucho por analizar para poder contestar a la
cuestión de cuáles pueden ser las características especiales del sistema
municipal que justifican esta baja tasa de mujeres en la cima del poder local.
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30
Las mujeres se encuentran en un “impasse” respecto a su carrera profesional. Se les hace evidente que
el talento, su capacidad y la dedicación a sus trabajos, incluso con legislación favorable, no les garantiza
un éxito laboral equitativo (Burin, 2003:49).
31
García de León (1991, 36-39)
32
Uriarte, 1995:135 y 1997a:28.
33
La subrepresentación femenina en los ámbitos de poder es una realidad social que trasciende a los
datos y que está ya, de una forma u otra, dentro de las agendas de los poderes públicos de los diferentes
niveles, como se deduce de la definición de acciones políticas concretas como los Programas de Acción
para la Igualdad de Oportunidades de la Unión Europea, los Planes de Igualdad de Oportunidades para
hombres y mujeres elaborados por el Instituto de la Mujer, los planes de las Comunidades Autónomas y
de algunos Ayuntamientos, las acciones positivas y los compromisos alcanzados tras las Conferencias
Mundiales de la Mujer, etc.
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Juana María Ruiloba Núñez es Doctora en Ciencia Política por la Universidad
Autónoma de Madrid (UAM). Profesora de Metodología de la Investigación
Social en la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM). Miembro del
Instituto Universitario de Estudios de la Mujer de la UAM. Premio a la Mejor
tesis doctoral sobre Participación de la Mujer en la Vida Política en 2010 del
Congreso de los Diputados. Áreas de investigación preferente: género y poder,
liderazgo, políticas públicas educativas ( [email protected] )
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