LOS CUERPOS El Cuerpo Físico: Esencial para el trabajo de integración sicoespiritual es el concepto que el cuerpo físico es una manifestación exterior de una serie de cuerpos sutiles. Estos cuerpos sutiles, junto con la energía del cuerpo físico constituyen el campo de energía personal de una persona. Los cuerpos sutiles se interpenetran mutuamente así como también al cuerpo físico que los recubre. Están reunidos por la fuerza magnética del campo universal que no solo los interpenetra sino que también los rodea y conecta con él. La mayoría, si no todas las enseñanzas y escritos espirituales, filosóficos y psicológicos aparecidos y que siguen siendo válidos hoy atestiguan este concepto. Es la esencia de las enseñanzas Tántricas, Taoista, Junguiana y Yoguica. Esos sistemas, al igual que la tradición Metafísica occidental enseñan que cada ser humano es una reflexión de la totalidad del Universo. Si podemos comprender como funcionamos como individuos podemos entender como funciona el Macrocosmos y si podemos integrar nuestros “yoes” y convertirnos en un todo experimentado el “yo soy”, la unión de los “yoes” también podemos experimentar el Todo que irradia a través del yo soy. De este modo podemos experimentar la “unión con el Campo Universal”. Pero para comprendernos como seres multidimensionales, como síntesis de cuerpos sutiles y también físicos, debemos comprender al cuerpo físico a su verdadera ecología, en su relación con sus contrapartidas sutiles y el campo universal. El cuerpo físico es el punto de contacto del yo soy con el mundo físico. El cuerpo físico, que está hecho de materia densa, está polarizado negativamente. Es receptivo y por tanto por naturaleza yin, fundamentalmente femenino. Esto coincide con el principio hermético de género que establece que el género está en todo: todo tiene sus principios masculinos y femeninos, el género se manifiesta en todos los planos. El cuerpo físico que recubre los cuerpos sutiles tiene un significado esotérico que va más allá de sus funciones físicas obvias. Nuestro cuerpo es el templo de Dios, donde habita el Espíritu de Dios en nosotros. Es el cuerpo físico es como un templo que cubre el yo soy – la unión de los yoes – se considera sagrado en muchas tradiciones, y se amonesta a los creyentes para que traten al cuerpo físico con deferencia y no lo profanen. En esas amonestaciones hay una sabiduría intuitiva ya que el cuerpo físico tiene contacto directo con los cuerpos sutiles y puede influir en ellos. El maltrato del cuerpo físico puede y suele llevar a la alteración del sistema de energía sutil y de la adecuada función de los cuerpos superiores. El maltrato y los accidentes del cuerpo físico también afectan al cuerpo etérico porque debe emplear su energía para reparar al cuerpo físico. Si debido al maltrato del cuerpo físico, el cuerpo etérico trabaja en exceso, la vitalidad etérica se consume y el cuerpo etérico no es capaz de transmitir adecuadamente las impresiones creadas por los cuerpos mental y emocional. La persona en esta condición parece ser mental y emocionalmente insensible. Resulta claro que el cuerpo físico y los cuerpos sutiles deben trabajar juntos en equipo. Esto puede llevarse a cabo cuando sus índices de vibración están adecuadamente alineados entre si al igual que las cuerdas de un piano. Los templos religiosos normalmente cuentan con tres divisiones: un atrio exterior, un atrio interior y un santuario sagrado, el Santo Sanctorum; según los hebreos. Esta configuración refleja la división esotérica del cuerpo humano que en la antigua enseñanza tenía tres divisiones. La zona exterior del templo permitida a los iniciados o profanos, corresponde al abdomen, la pelvis y la parte inferior de la columna, esta región contiene los órganos de la digestión y la reproducción. El significado energético es que debemos alcanzar una adecuada comprensión de estas funciones así como lograr su funcionamiento armónico y equilibrado antes de estar listo para internarse más en el templo y aprender más acerca de las enseñanzas y energías sutiles contenidas en él. En esta fase se trabaja conscientemente para obtener el equilibrio del cuerpo físico y también de la mente racional, consciente. En la integración sicoespiritual, el trabajo que una persona debe hacer mientras permanece en el atrio exterior, es la integración física. Mientras están n el atrio exterior desarrollan el valor y aprenden a expresarse con honestidad. A través de su mente consciente aprenden sobre el Dharma (camino de la vida) y llevan a la mente y al cuerpo físico a un equilibrio saludable. Una vez que hemos llevado a cabo esta tarea ya estamos preparados para dar el primer paso en el ámbito de la conciencia superior e iniciar el verdadero trabajo de integración sicoespiritual. Es entonces cuando se penetra en el atrio interior que corresponde al área del cuerpo físico situada entre el plexo solar y el cuello. El diálogo interno: El primer obstáculo que se presenta una vez que hemos cruzado el umbral del atrio interior – es el diálogo interno (el diálogo interior es la incesante charla mental que la mayor parte del tiempo tiene lugar en nuestra mente). Cuando la mente consciente está fuera de control, los cuerpos sutiles permanecen prisioneros de esa incesante charla mental. El diálogo interno nos mantiene apartados de la experiencia consciente de nuestros cuerpos sutiles, y de este modo de nuestra vida interior. El diálogo interno es un obstáculo formidable a la integración psicoespiritual. El atrio interior: Una vez que el diálogo interior está bajo control, nos hallaremos firmemente en el atrio interior. La parte superior, el recinto formado por la caja torácica, corresponde al atrio interior al que pueden acceder los iniciados y los sacerdotes, aquellos que ponen su morada física (su cuerpo físico) y su mente conciente en orden. Esta cámara contiene el corazón, los pulmones, los órganos de la respiración y el timo; que al regular el sistema inmunológico es el guardián de la salud física. Se dice que el diafragma separa al mundo físico mundano de los mundos superiores de vibraciones sutiles. Al poner la morada física en orden, una persona comienza a liberar la energía atrapada por los bloqueos en el primer y segundo chakra, y la energía empieza a moverse libremente hacia el centro del plexo solar y en los centros del corazón puede liberarse. En los Vedas, el corazón se conoce como el asiento de Brahma: “Este Dios, el gran Alma, Creador del Universo existe en lo profundo de los corazones de la gente; con su razonamiento bien cultivado y el conocimiento de la mente y la intuición del corazón, podemos darnos cuenta de Él”. Se lo suele describir como una flor de loto. Una vez que el centro del corazón está libre para expresarse se comienza a experimentar las radiaciones desde ese centro conscientemente y es entonces cuando la flor comienza a florecer con una brillante luz verde. Además como el centro del corazón está conectado al tercer ojo, al abrir el centro del corazón se tiene acceso a la energía y al conocimiento del sexto chakra. La tradición yoguica nos dice que el tercer ojo es el asiento de nuestro yo consciente superior. Al penetrar en el atrio interior, comenzamos a trabajar en planos superiores a través del cuerpo Astral (cuerpo emocional) aprendemos a transformar la energía directamente desde el centro del corazón al centro del tercer ojo y a llevar frecuencias más elevadas de Prana directamente a través del corazón para su uso en duración. En este punto comenzamos la experiencia que el apóstol San Pablo llamaba regalos del espíritu: sabiduría, conocimiento, fe, curación, milagros y profecía. Estos regalos se tornan accesibles al iniciado cuando ha penetrado n el atrio interior. El Santo Sanctorum: Corresponde a la cabeza donde encontramos cuatro órganos de particular importancia en la integración sicoespiritual: el cerebro, la glándula pituitaria, la glándula pineal y la lengua. El cerebro, el órgano más grande e importante de la cabeza, gobierna el cuerpo del mismo modo que fundamentalmente el “Todo” rige el Universo. En la base del cerebro está la glándula pituitaria. Durante mucho tiempo los científicos y también los metafísicos creyeron que era el centro de la percepción espiritual. Forma parte del sistema endocrino y se puede considerar como el centro del control endocrino, puesto que en cierto modo ejerce una influencia en todas las demás glándulas endocrinas. En el pasado, muchos años de investigación revelaron las importantes funciones vinculadas a su significado en la integración sicoespiritual. Situada justo debajo de la glándula pituitaria se halla la glándula pineal. Al igual que la glándula pituitaria, se trata de una glándula de secreción interna y forma parte del sistema endocrino. Hay pruebas de que su función está conectada con el crecimiento. Algunas autoridades médicas sugieren que esta glándula afecta la sexualidad, el crecimiento cerebral y el del intelecto. Sin embargo, las recientes investigaciones vinculan a la glándula pineal con los estados modificados de consciencia y con la experiencia de la unión trascendental. Antiguos filósofos y científicos consideraban la glándula pineal como asiento del alma. La lengua: Es un órgano importante en la integración sicoespiritual, porque actúa como un conmutador que conecta ambas corrientes de energía que fluyen a través del cuerpo y se reúnen en la base de la columna vertebral. La corriente yang se mueve por arriba de la columna a través del Regulador que termina en el extremo de la boca. El regulador es el principal canal de energía yang. Comienza en la lengua y recorre descendiendo la parte anterior del cuerpo, pasa por los órganos sexuales hasta la base de la columna y el principal canal de energía yin llamado Conceptual. Cuando la lengua toca la parte superior de la boca, los canales se conectan y la energía fluye con un caudal continuo circular a través de los canales, lo cual crea un armónico equilibrio entre la energía yin y yang. Al armonizar el caudal de energía yin y yang una persona crea equilibrio en su sistema energético. Una vez que los bloqueos que impedían a la energía fluir por la garganta a la cabeza se liberan, la energía puede fluir en y a través de los centros de energías superiores, el sexto y séptimo chakra, cuya exteriorización física son las glándulas pineal y pituitaria. Ciando la energía puede fluir sin restricción desde la base de la columna hasta la punta de la cabeza, no hay nada en el camino de unión con el Campo Universal. Todas las barreras se han eliminado y entonces se entra en el Santo Sanctorum con el yo soy fundido en el Todo, el campo universal de energía y consciencia. Conectando las tres secciones del cuerpo humano está la columna. Desde el punto de vista esotérico es extremadamente importante. En la tradición Taoista es la ruta seguida por el regulador. En la base de la columna, donde los Taoístas nos dicen que las dos corrientes de energía entran en el cuerpo humano, o afirman que se halla la Kundalini, la serpiente de energía en espiral. Esta energía femenina en espiral, es la corriente de energía más poderosa del cuerpo. Ciando el poder de la serpiente se desenrosca, libera poderosos flujos de Prana que activan los chakras también situados a lo largo de la columna. Los antiguos Egipcios creían que la columna unía los cielos inferiores y superiores. Esta metáfora describe adecuadamente la calidad regenerativa de la kundalini que regenera la consciencia de una persona cuando se desenrosca y se mueve ascendiendo por la columna. El cuerpo físico es rico en simbolismo esotérico: Los símbolos están destinados a brindarnos una mayor apreciación de nuestro cuerpo físico. En la integración sicoespiritual el cuerpo físico está considerado como la expresión exterior de los cuerpos sutiles de la persona. Los símbolos trazan paralelos entre el cuerpo físico y los cuerpos sutiles y apuntan la importancia de su interacción armónica. En realidad la relación que una persona tiene con el mundo físico depende de su relación con el cuerpo físico. La relación de una persona con su cuerpo físico debe ser honrada y nutriente, y la interacción entre el cuerpo físico y los cuerpos sutiles no debe limitarse o bloquearse. Ciando la energía irradia libremente entre los cuerpos y cuando una persona “está en su cuerpo”, es decir plenamente consciente de su cuerpo físico, estará en buen camino para lograr el equilibrio, la plenitud y el gozo incondicional. LOS CUERPOS SUTILES Sabemos ya que el verdadero yo es una chispa del Espíritu Divino que toma diversos revestimientos. Vimos el cuerpo físico, sabemos que los cuerpos físico y sutiles se interpenetran. Cada cuerpo, desde el primero al séptimo, es una especie de transformador en escala descendente canalizando las fuerzas de vida en grados y experiencia diversas. La vibración del séptimo cuerpo es absoluta, para poder expresarse a sí mismo necesita fragmentar sus poderes, su potencia y sus energías. Según algunos autores, si la vibración de este séptimo cuerpo fuese dirigida al aspecto físico directamente, lo destruiría. Debemos tratar en este camino espiritual tomar consciencia de cada uno de estos niveles. Los tres primeros cuerpos: el físico, el emocional y el mental inferior son lo que denominamos La Personalidad. El cuarto es el puente entre los tres de arriba y los tres de abajo. Los tres cuerpos superiores son los más espirituales y son los medios para conectarnos con los planos superiores. Segundo Cuerpo: Este es el Cuerpo Emocional. Es una energía que es agitada fácilmente. Rodea al cuerpo físico y es capaz de expandirse y adquirir una gran circunferencia. Todos sabemos como puede una persona sumamente emocional impregnar todo un cuarto con su energía. Como dijimos anteriormente, este cuerpo tiene las mismas propiedades del agua, corrientes, remolinos, vórtices y reflujos de energía dentro de sí y como el agua puede ser refrescante, dulce, nutritiva o pesada, tormentosa e inquietante. La naturaleza de esta energía es tremendamente poderosa y dinámica. Algunos autores lo llaman el Cuerpo Astral. Los sentimientos pueden ser tan intensos que son capaces de desbalancearnos y sumergirnos en un remolino difícil de apaciguar. Las emociones generalmente se experimentan en los centros del ombligo y el plexo solar. La base para la movilidad de las emociones está en el plexo pero los sentimientos en sí son generados por los chakras inferiores especialmente el centro del ombligo. Este es el cuerpo que nos hace experimentarnos a nosotros mismos como una personalidad emocional que experimenta a otros; nos sentimos a nosotros mismos sintiendo a los otros. El cuerpo emocional se mueve suave y ágil sin limitaciones de tiempo y espacio. Los amantes sienten cuando el amado piensa en ellos o cuando le ha sido infiel. Lo saben de manera intuitiva a través del cuerpo emocional. Una persona emocionalmente adicta necesita crear drama tras drama para no aburrirse y mantener su interés por la vida. Pero es muy agradable estar junto a un cuerpo emocional en armonía, porque nos trasmite mucha paz y amor. Tercer Cuerpo: Este es el Cuerpo Mental Inferior. Más que una forma de cuerpo, es una conciencia y una frecuencia, aunque algunos videntes lo perciben como una especie de forma hecha de líneas amarillas que emanan del cuerpo. La base del cuerpo mental inferior es el cerebro físico. Sabemos que el funcionamiento del cerebro afecta todas las partes del cuerpo. Es una energía lineal ligeramente fría. Refleja el consenso de los hechos y el conocimiento de todas las épocas. El cuerpo mental inferior está estrechamente ligado al chakra del plexo solar y tanto la mente inferior como la masa mental que la refleja operan con enorme rectitud y voluntad personal a través de las creencias emocionalmente cargadas, juicios y supersticiones. Esta conciencia construye los pensamientos que animan y manifiestan el cuerpo emocional, pero está exento de sentimientos, de sensaciones y aún de sensibilidad. Está encerrado en su propia programación. Cuarto Cuerpo: Es el Cuerpo Etérico. Es el que está más cerca del cuerpo físico, es una réplica exacta del cuerpo físico y sirve como mensajero entre las dimensiones, en especial entre la tercera y la séptima. Es también el vehículo utilizado por los cuerpos de conciencia emocional y mental para proyecciones fuera del cuerpo físico. Se adhiere al físico por el cordón de plata. Este vehículo contiene rasgos de todas las experiencias que hemos tenido en nuestras diversas encarnaciones. En él está impreso todo el karma acumulado (bueno y malo). Este cuerpo percibe más sutil y agudamente que las facultades físicas. La visión etérica incluye visión aúrica, de ver a través del cuerpo y de objetos físicos. La telepatía es posible a nivel del cuerpo etérico. Las distinciones sexuales (ausentes en los cuerpos superiores) empiezan en el nivel etérico. Quinto Cuerpo: Este es el Cuerpo Mental Superior. En este nivel tenemos una inteligencia precisa capaz de enfrentarse con todos los niveles de la realidad. En este nivel percibimos a nuestros guías, y a los de otras personas. Sentimos la voz y el conocimiento interior porque estamos en unión con nuestro Ser Superior. Sentimos la unión de los tres cuerpos inferiores en directa conexión con las Fuerzas Superiores. El cuerpo mental superior actúa como puente comunicante entre todos los cuerpos. Es una inteligencia que va más allá del dualismo y tiene acceso a todo lo que hemos sido y a todo lo que ha existido en este Planeta. Este cuerpo entiende las fuerzas kármicas detrás de las acciones. Es el Discernidor Divino, el observador proverbial, el “super consciente”. Todos nuestros cuerpos o niveles de conocimiento operan de manera separada y a la vez simultanea. Hagan la prueba escuchando música, una bella melodía. La captan con el cuerpo mental inferior, pero sus cuerpos físico y emocional también están respondiendo. Tómense un momento para darse cuenta que es lo que está sintiendo el cuerpo físico y cuales son los sentimientos acerca de lo que están escuchando. Noten como entra en alerta su cuerpo mental superior. Sexto Cuerpo: Es el Cuerpo Causal. Este cuerpo está asociado con actividades de la séptima dimensión y superiores. Cuando uno toma consciencia de este cuerpo tiene un sentimiento de majestad y maestría, éxtasis y plenitud espiritual. Cuando el conocimiento interior de una persona se estaciona en el nivel vibratorio del cuerpo causal, decimos que se ha fundido con su Ser Cristico Superior, aquella despensa de experiencias completadas o perfeccionadas a través de todas las encarnaciones. Es la expresión individual a nivel de esencia, es nuestro Ser Perfecto, lo que los cristianos llaman “El hijo en relación con el Padre”. Séptimo Cuerpo: Algunos autores lo llaman Cuerpo Electrónico. La sustancia de este cuerpo se encuentra en su estado más puro, este es el nivel más refinado de Sustancia-Luz y puede verse como hilos de luz plata y oro. Muy a menudo, cuando al soñar o meditar nos sentimos en estado de elevación o expansión, entramos en contacto con la informe y pura realidad de este cuerpo que es totalmente cósmico y sin ninguna relación con los aspectos físicos. Al entrar en contacto con este cuerpo se experimenta una paz y una quietud inexplicables y sin contenido. También poder, como si fuésemos un sol de proporciones majestuosas e inconmensurable luminosidad. La experiencia de mantenerse consciente en este nivel (y esto puede ser hecho solo meditando en ambientes apartados de estímulos externos) donde residen los iluminados que aún cuidan de este planeta y nuestro propio Dios Interior. Principio de Atracción Mutua: La interacción emocional entre la gente a través del medio de la energía astral en forma de rayos y campos está sujeta al principio de la atracción mutua. Este principio determina que los iguales se atraen, y una emoción particular o frecuencia de energía irradiada desde el cuerpo astral de una persona atrae la misma frecuencia de energía la quiera o no. Los depósitos inconscientes de una persona de temor, ira y dolor se almacenan en el cuerpo astral y en el aura etérica que lo rodea. Desde allí vibran y fluyen al entorno, y ese caudal inconsciente y en gran medida incontrolado de energía brinda a la persona energía comparable a cambio. Su miedo atrae miedo, su dolor atrae dolor y su ira atrae ira. De modo que aunque una persona pueda buscar el éxito, la alegría o el amor conscientemente, la ira, el dolor, el resentimiento, los celos o el temor al éxito inconscientes pueden efectivamente impedirle lograr ese deseo consciente. Es a través del cuerpo astral que la persona siente el humor o los sentimientos de otra persona o el clima de una habitación o el entorno físico. Esta capacidad se desarrolla en mayor o menor grado según las personas y cultivarla es muy importante para nosotros. Es a través de nuestra habilidad para sentir nuestro impacto en el entorno y el impacto del entorno en nosotros como podemos conocer nuestra correcta posición en el mundo en cada momento. Como las otras frecuencias de energía que encontramos en el mundo resultan acordes con nuestra propia energía, o discordantes, es importante que sepamos que frecuencias energéticas penetran en nuestro campo de energía personal porque gran parte de la armonía o de la no armonía de nuestras vidas puede deberse a vivir en una atmósfera de campos de energía humanos armónicos o inarmónicos. Si la gente que nos rodea tiene depósitos de sentimientos, en particular dolor, ira y temor reprimidos y almacenados dentro de su cuerpo astral, podemos resultar adversamente afectados por esos campos, porque la energía sale de ellos a través del cuerpo astral y esa energía será recogida por nuestro cuerpo astral. Ninguna cantidad de supresión consciente basta para bloquear por completo esas emisiones inconscientes. Si una persona no libera sus sentimientos reprimidos conscientemente, estos perdurarán dentro de las áreas de almacenamiento del cuerpo astral. No obstante sus mejores intenciones, esos sentimientos afectarán a las personas del entorno y predispondrán en contra a aquellos que no puedan elaborarlos. Uno de los mayores problemas de la gente para comprender los campos de energía es si la energía en forma de pensamientos y emociones viene espontáneamente de sus propios campos de energía o si procede de otro campo y penetra el propio campo de energía mediante proyección consciente o inconsciente. Vamos a aprender que sentimientos y pensamientos (frecuencias de Prana) genera su campo de energía personal y cuales penetran en nuestro campo desde afuera: 1.- El pensamiento precede a la emoción. Si comienza a sentir algo no relacionado con lo que está pensando, probablemente no sea su sentimiento, estará llegando desde un campo de energía exterior. 2.- Los pensamientos y sentimientos fuera del contexto de lo que se está haciendo en el momento por lo general no son propios. 3.- Los sentimientos intensos que le presionan desde fuera no son sentimientos propios, le están siendo proyectados desde un campo exterior. 4.- Los sentimientos y pensamientos insistentes – incluso cuando desea liberarse de ellos, no son suyos; proceden de fuera de su campo. 5.- Los cambios emocionales repentinos y dramáticos los causan la entrada de campos de energía discordante. 6.- Los cambios, acusaciones, acosos y la perpetua carga “estás equivocado” no se originan en nuestro campo de energía personal. 7.- La repentina debilidad o agotamiento al igual que la confusión o la ansiedad proceden de campos de energía discordantes. 8.- Las experiencias físicas, calor, presiones, estremecimiento, etc. fuera del contexto de lo que se está haciendo, las generan campos exteriores.