Globalização e Inovação Localizada: Experiências de Sistemas Locais no Âmbito do Mercosul e Proposições de Políticas de C&T LA INNOVACIÓN REALMENTE EXISTENTE EN AMÉRICA LATINA: MEDIDAS Y LECTURAS Judith Sutz (Universidad de la Republica) Nota Técnica nº 33/99 Mangaratiba-RJ, dezembro de 1998 Instituto de Economia da Universidade Federal do Rio de Janeiro - IE/UFRJ Patrocínio: Ministério da Ciência e Tecnologia Organização dos Estados Americanos Conselho Nacional de Desenvolvimento Científico e Tecnológico Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ 2 A presente Nota Técnica faz parte do Projeto de Pesquisa Globalização e Inovação Localizada: Experiências de Sistemas Locais no Âmbito do Mercosul e Proposições de Políticas de C&T. Esta e as demais notas técnicas do referido projeto serão publicadas como livro no final de 1998, assim como encontram-se disponibilizadas em via eletrônica na homepage do Grupo de Economia da Inovação do Instituto de Economia da UFRJ: www.race.nuca.ie.ufrj.br/gei/gil.shmtl. O objetivo central do projeto de pesquisa em referência é o de analisar as experiências de sistemas locais selecionados no âmbito do Mercosul, visando gerar proposições de políticas de C&T aos níveis nacional, supra e subnacional. Para tal delineia-se um conjunto de objetivos subordinados, os quais podem ser divididos em dois grupos principais. O primeiro grupo inclui os objetivos mais gerais relacionados à necessidade de desenvolver mais aprofundadamente o quadro conceitual empírico e teórico que norteia a discussão proposta. Neste caso, a análise incluirá o exame de experiências internacionais (fora do Mercosul), destacando-se quatro tópicos principais de pesquisa: (i) a dimensão local do aprendizado, da capacitação e da inovação; (ii) processo de globalização e sistemas nacionais, supra e subnacionais de inovação; (iii) papel de arranjos produtivos locais e sua capacidade; e (iv) novo papel e objetivos das políticas de desenvolvimento científico e tecnológico, tendo em vista as dimensões supranacional, nacional, regional, estadual e local. Já o segundo grupo de objetivos refere-se à necessidade concreta de (a) identificar e analisar as experiências específicas com arranjos locais de inovação em países do Mercosul; e (b) discutir soluções alternativas quanto à adoção de políticas de desenvolvimento - que considerem, não apenas as questões nacionais e supranacionais de aumento da competitividade e da capacitação industrial e tecnológica no cenário crescentemente globalizado, mas também se preocupem com os desafios e oportunidades relativos ao aprendizado nas dimensões sub, supra e nacionais nestes países. Participam do projeto diversas instituições de pesquisa do Brasil, da Argentina e do Uruguai. O projeto é financiado pela Organização dos Estados Americanos, pelo Ministério da Ciência e Tecnologia e pelo Conselho Nacional de Desenvolvimento Científico e Tecnológico do Brasil José E. Cassiolato (IE/UFRJ-Brasil) - Coordenador Geral Judith Sutz (Universidad de la Republica - Uruguai) - Coordenadora Adjunta Gustavo Lugones (Universidad de Quilmes - Argentina) - Coordenador Adjunto Helena M.M. Lastres (PPCI/IBICT/CNPq/UFRJ - Brasil) - Coordenadora Adjunta 3 Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ INDICE 1.- Introducción...............................................................…………………………………… 3 2.- Las encuestas ..............................................................…………………………………… 4 3.- ¿Cómo se pregunta por la innovación?...................................……………………. 5 3.1.- Consideraciones previas .................................................…………………………. 5 3.2.- ¿Formalidad o informalidad?: cómo se hace y quién hace innovación en las empresas latinoamericanas ..............................................………………………. 7 3.2.1 La formalidad aproximada por I+D........................................................………….. 7 3.2.2 La formalidad aproximada por gasto en I+D.............................................………… 9 3.2.3 La formalidad aproximada por personal, en número y calificación, en actividades de I+D..............................................................................……………... 9 3.3.- ¿Porqué innovan las empresas?........................................………………...........11 3.3.1 Insuficiencias de la interrogación........................................................…………...11 3.3.2 Porqué innovan las empresas.............................................................……………11 3.4.- ¿Cuánto importa saber lo que se sabe en las empresas?................…………….12 3.4.1 La dotación de personal según nivel de estudios..........................................……..12 3.4.2 Personal universitario, propensión a innovar e "indefensión tecnológica" .............13 3.4.3 Porqué importa saber lo que saben las empresas..........................................…......14 3.4.4¿Cuánto le importa a las empresas que su personal sepa más?...........................….16 3.5.- La innovación a futuro....................................................………………………17 4.- ¿Qué concepto de Sistema Nacional de Innovación inspira las encuestas de latinoamericanas?..............................…………………18 innovación 4.1.- Sobre definiciones.........................................................…………………………18 4.2.- La política pública en las encuestas de innovación.....................………………19 4.3.- La relación con las nuevas tecnologías en las encuestas de innovación.............20 5.- ¿Qué se lee en las encuestas sobre innovación en América Latina acerca de los SNI realmente existentes?.................……………21 5.1.- Las vinculaciones empresas-sistema público de investigación.........………...21 5.1.1 ¿Cuánto importa el mundo de investigación y desarrollo externo a la empresa?....21 5.1.2 ¿Cómo interpretar lo que antecede?..........................................................………23 5.2.- Las vinculaciones empresa-empresa en el ámbito nacional............……………24 5.3.- A modo de conclusión....................................................………………………25 Referencias ............................................................................……………………………26 Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ 4 1.- Introducción El conocimiento acerca de la innovación "realmente existente" en América Latina proviene de las diversas investigaciones realizadas para detectarla y medirla; dicho conocimiento está determinado, más allá del alcance y el rigor de las investigaciones de las que emerge, por la conceptualización de innovación con la que éstas se manejan. La innovación tecno-productiva ha sido estudiada en la región básicamente de dos maneras: a través de estudios de caso, por lo general de tipo sectorial y, a veces, regional o local, o a través de encuestas. Este último abordaje permite, desde una posición tipo "satélite" a gran altura, una mirada global sobre el comportamiento en materia de innovación del conjunto que se está estudiando -el sector industrial, el sector agropecuario, un sector productivo particular en su totalidad, etc.-. Pero justamente por el carácter relativamente rígido del instrumento de medida -el cuestionario a ser llenado por el entrevistado- los resultados de la medición dependen muy estrechamente de qué se pregunta y cómo se pregunta: no caben aquí las digresiones y los comentarios imprevistos que tan rica hacen a la entrevista del estudio de caso. En las encuestas sobre innovación tecno-productiva se pregunta en realidad por dos cosas: por la innovación propiamente dicha -en diferentes acepciones de la misma- y por los Sistemas Nacionales de Innovación (SNI) en los cuales están inmersas las empresas encuestadas, más allá de que lo primero se haga en forma directa mientras que lo segundo deba ser inferido. En efecto, los cuestionarios nunca se limitan a preguntar por la existencia, características internas e impacto en la empresa de las actividades innovativas o de sus resultados, sino que indagan en torno a un conjunto de relacionamientos de la empresa con su mundo externo que resultan claves para entender su dinámica innovativa. Ese mundo externo es lo que, casi tautológicamente, delimita la parte visible del Sistema Nacional de Innovación: universidades, institutos públicos y privados de investigación, el cuerpo del sistema financiero dirigido al fomento de la innovación, organizaciones capaces de ofrecer conocimiento especializado, sean competidores, clientes o empresas de alta tecnología. La parte "invisible" del SNI, los valores, actitudes, expectativas, confianzas y desconfianzas que pautan las interrelaciones entre actores no pueden ser "leídos" cabalmente desde los resultados de una encuesta, aunque éstos algo llegan a decir. Es así que la encuesta sobre innovación permite no sólo leer lo que está siendo directamente medido sino también inferir al menos algunas características del funcionamiento de los SNI. Varios países de América Latina han realizado recientemente encuestas sobre innovación tecnológica en el sector industrial. Se trata en su gran mayoría de encuestas de cobertura nacional y que presentan una definición muestral que admite comparación de resultados, una de las ganancias más codiciadas de este tipo de ejercicios. Han culminado las encuestas de México (1997), Colombia (1996), Venezuela (1997), Argentina (1997) y Chile (1995). En Brasil se está comenzando a procesar una encuesta efectuada en 1997 enfocada a la innovación industrial que, aunque circunscrita al Estado de San Pablo, releva información de 20.000 empresas, un tamaño absoluto de muestra notoriamente superior a todos los demás.1 1 La información sobre estas encuestas así como los documentos que las analizan fue presentada y discutida en el II Taller Latinoamericano de Indicadores de Innovación, organizado por el CONICIT venezolano en el marco de las actividades de la RICYT -Red de Indicadores de Ciencia y Tecnoogía- en Caraballeda, octubre de 1998. La autora de este trabajo deja constancia de su agradecimiento a la RICYT, a los colegas venezolanos y muy especialmente a los colegas de todos los países participantes en el taller por la oportunidad de aprendizaje que significó. Un Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ 5 En 1986, una década atrás, se llevó a cabo en Uruguay un ejercicio con fuertes similitudes a éstos, tan recientes. Consistió en una encuesta industrial, diseñada con prácticamente los mismos criterios en lo referido a la definición de la muestra, cuyo objetivo era relevar las capacidades y el potencial científico-tecnológico de las empresas industriales uruguayas, incluyendo explícitamente las actividades de I+D. No es frecuente contar con un material empírico de la riqueza del que hoy existe en materia de innovación industrial en varios países de la región, relevado con criterios estadísticos lo suficientemente estandarizados como para validar razonablemente comparaciones entre países. A efectos de aprovecharlo, lo que se propone este trabajo es: i) aproximarse a la conceptualización del proceso de innovación tal como se refleja en la forma de preguntar en torno a él y, también, sacar algunas conclusiones sobre alguna de sus características; ii) examinar, en particular, qué concepto(s) de Sistema Nacional de Innovación inspiran las preguntas o bloques de preguntas; iii) "leer", desde los resultados de las encuestas, cómo están operando los sistemas de innovación y, muy en especial, hasta qué punto son nacionales o, eventualmente, merecen otra clasificación regionales o sectoriales, por ejemplo-. La posible utilidad de un ejercicio de este tipo es doble. Por una parte, colabora a identificar los conceptos de sistema de innovación asumidos y aplicados en países de la región, cuestión interesante en la búsqueda de una "latinoamericanización" de los mismos. Por otra parte, permite una caracterización de la innovación y de sus sistemas desde la perspectiva de las empresas industriales, un insumo por demás necesario para la elaboración de políticas. 2.- Las encuestas Antes de entrar en el análisis propiamente dicho, conviene comentar brevemente algunas de las características más salientes de las encuestas de innovación. México La encuesta mexicana se aplicó a un total de 1322 empresas, con un sesgo deliberado hacia detección de innovaciones y no de estudio de la propensión a innovar en la industria. Es por ello que los tramos de tamaño de la muestra, definidos por número de empleados, comienzan en el tramo 50 a 100 empleados, mientras que en todos los demás casos se comienza al menos con empresas de 20 empleados. La muestra se sesga, al igual que las demás, hacia empresas grandes e incluye 300 de las 500 empresas más importantes del país. Los resultados se ponderaron para expansión a todo el ámbito nacional: sin embargo, los analistas mexicanos indican que las conclusiones no reflejan una conducta generalizada de la industria manufacturera mexicana sino básicamente de la muestra estudiada. (Conacyt, 1998) Colombia La encuesta colombiana recibió respuestas de 885 establecimientos; la expansión de la muestra permite abarcar un universo de empresas que representa más del 70% de la cobertura nacional de establecimientos de más de 20 empleados. Al igual que el el caso mexicano, se incluyeron 239 agradecimiento particular a Gustavo Crespi, quien me hiciera llegar por correo expreso el análisis de la encuesta chilena. 6 Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ empresas por su interés específico -nivel de producción y/o haber recibido créditos o donaciones de Colciencias- que daban cuenta de aproximadamente el 60% del producto industrial, respondiendo el resto a un muestreo aleatorio. (Durán, Ibañez, Salazar, Vargas, 1998) Venezuela La encuesta venezolana relevó 1382 empresas industriales de 20 y más empleados, siguiendo el criterio de censo en los casos de empresas de entre 50 y 100 empleados y aquellas de más de 100 empleados y muestra aleatoria en el estrato de ocupación más pequeño -5 a 49 empleados-. Esta muestra dió cuenta de prácticamente la totalidad del valor de ventas del sector manufacturero de los tres estratos de tamaño para el año de realización de la encuesta. (OCEI-Conicyt, 1998) Chile La encuesta chilena siguió básicamente el mismo criterio muestral que las demás, aunque los indicadores concretos para seleccionar a las empresas de inclusión obligatoria fue un poco diferente aportar al menos el 2% bien sea en valor agregado, exportaciones o inversión a su sector caracterizado a dos dígitos en la clasificación industrial internacional CIIU y, además, aportar al menos el 0,2% al total de la industria manufacturera en alguno de esos items-. El tamaño de la muestra fue de 541 empresas, con estratos de tamaño desde 10 trabajadores y con expansión de resultados validables a nivel nacional. La muestra da cuenta, para el año 1993, del 66% del valor agregado, del 80% de las exportaciones y del 70% de la inversión del sector manufacturero. (Instituto Nacional de Estadísticas, 1996) Argentina La encuesta argentina se aplicó, con respuestas, a 1639 empresas de más de 10 empleados que dieron cuenta, respecto de 1996, del 54% de la facturación industrial, el 50% del empleo y del 61% de las exportaciones. (Bisang y Lugones, 1998) Uruguay La encuesta uruguaya se aplicó, con respuestas, a 261 empresas, siguiendo un criterio muestral de censo a la mayores de 100 emp leados de modo de asegurar, en conjunto, que al menos el 60% de la ocupación industrial estuviera incluída. La muestra representó, para el año 1985 -año inmediatamente anterior al del relevamiento- el 77,65% del valor bruto de producción, el 76,72% del valor agregado industrial y el 69,02% del empleo en el sector. (Argenti, Filgueira, Sutz, 1988) Cuadro 1.Estratificación por tamaños de empresa de las diferentes encuestas de innovación latinoamericanas (en % del total de la muestra) Países/Tamaño de Empr. México (1) Colombia (2) Venezuela (3) Chile (4) Argentina (5) Uruguay (6) Grandes 26,8 20,4 42,0 47,5 76,4 38,3 Medianas 32,2 47,4 31,7 35,1 17,2 37,5 Chicas 41,0 32,2 26,3 17,3 6,3 24,2 Fuente: Conacyt, México,1998; Dto. Nal. de Planeación, Colombia, 1998; Conicit, Venezuela, 1998; INE, Chile, 1996; INDEC, Argentina, 1998; Ciesu, Uruguay, 1988. (1) Grande: más de 250 empleados; mediana: 101 a 250: pequeña: 50 a 100 (2) Grande: más de 200 empleados; mediana: 50 a 199; pequeña: 20 a 49 (3) Grande: más de 100 empleados; mediana: 20 a 100; pequeña: 5 a 20 (4) Las delimitaciones no se hacen por tamaño sino por resultados económicos (5) Grande: facturación mayor a 100 millones; mediana, facturación entre 25 y 100 millones; chica, facturación menor a 25 millones. (6) Grande: más de 100 empleados; mediana: entre 50 y 99; pequeña: entre 20 y 49 7 Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ Cuadro 2.- Estratificación por tamaños de empresa de las diferentes encuestas de innovación latinoamericanas ( en número de empresas encuestadas) Países/ Tamaño de Empr. México Venezuela Chile Argentina Uruguay Grandes 354 587 257 104 100 Medianas 426 397 190 283 98 Chicas 542 398 94 1252 63 Total 1322 1382 541 1639 261 Fuente: Conacyt, México,1998; Conicit, Venezuela, 1998; INE, Chile, 1996; INDEC, Argentina, 1998;Ciesu, Uruguay, 1988. En términos de cobertura sectorial, una comparación a nivel de dos dígitos CIIU es posible en todos los casos, incluso en el uruguayo, donde se hizo un agrupamiento ad-hoc a partir de una desagregación a cuatro dígitos CIIU. Las agrupaciones industriales comunes son: - alimentos, bebidas y tabaco (Colombia excluye tabaco y Uruguay desagrega en lácteos, otras alimenticias, pesca y bebidas y tabaco) - textil, vestuario y calzado (Uruguay desgrega en textiles y calzado y cuero) - madera (Uruguay no la incluye) - papel, sus productos e imprentas - industrias químicas (incluye derivados del petróleo en Chile y Colombia; petróleo se excluye de Venezuela y México y se desagrega en Uruguay; Uruguay desgrega además caucho y plástico) - productos minerales no metálicos (Uruguay degrega vidrio, agrupándolo con caucho y plástico) - industrias metálicas básicas - metal-mecánica (Uruguay desgrega en maquinaria eléctrica y no eléctrica) - automotores - otras industrias manufactureras. La desagregación argentina es la mayor en términos de agrupamientos industriales, que alcanzan los 39. 3.- ¿Cómo se pregunta por la innovación? 3.1.- Consideraciones previas Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ 8 Las seis encuestas disponibles muestran, desde su título, dos tipos de intencionalidades. La mexicana, la colombiana y la chilena son encuestas de innovación tecnológica y siguen -en especial la mexicana- muy de cerca al Manual de Oslo de la OCDE. La venezolana, la argentina y la uruguaya, en cambio, son encuestas sobre "capacid ades tecnológicas e innovativas de la industria manufacturera" (Venezuela), sobre "conducta tecnológica de las empresas industriales" (Argentina) y sobre "actividades y recursos humanos en ciencia y tecnología en la industria" (Uruguay). La encuesta industrial brasileña, de la que se dispone solamente del cuestionario, está focalizada exclusivamente en el Estado de San Pablo y lleva por título Pesquisa da Actividade Economica Paulista, presentando un capítulo específico sobre innovación tecnológica, estrategias y gestión de producción. Todas las encuestas preguntan por innovación, aunque algunas lo hacen de forma relativamente circunscrita a dicho tema y otras buscan, a través del mismo instrumento, llegar a una caracterización mucho más amplia del comportamiento tecnológico de las empresa industriales. A efectos de delimitar el campo entre la caracterización de la innovación y la del SNI se analizarán por separado dos grupos de preguntas. El primero refiere a cómo se realizan las actividades innovativas, a quiénes las realizan y a porqué se realizan. El segundo grupo, dirigido a obtener elementos para caracterizar al SNI, reune las preguntas que incorporan de una forma u otra al mundo externo a la empresa. Las encuestas latinoamericanas no le prestan demasiada atención a una diferenciación que, en cambio, la OECD reputa central: la que separa "hacer I+D" de "innovar". La encuesta colombiana es la única en que dicha diferenciación aparece explícitamente, pues por una parte se pregunta por innovaciones efectivamente introducidas en el mercado bajo la forma de innovaciones de producto y/o de procesos y por otra se interroga acerca de actividades de I+D en su definición clásica de investigación básica, investigación aplicada y desarrollo experimental. La encuesta venezolana distingue entre actividades de investigación y desarrollo y actividades de innovación y desarrollo tecnológico, en que estas últimas se desglosan en innovación de producto y/o proceso e incluso organizacionales mientras que la primera no da lugar a desagregación alguna. La encuesta argentina utiliza un criterio dual: describe las actividades de innovación tecnológica incluyendo ciertas variantes de la innovación de productos y procesos pero al cuantificar el gasto en personal en actividades de innovación, éstas son descritas como investigación básica, aplicada, desarrollo de productos y procesos, entre otras. La encuesta chilena sólo habla de innovación referida a productos, procesos y cuestiones organizativas: sin embargo, a pesar de no haberlo mencionado en todo el cuestionario, la última pregunta de éste es si la empresa tiene un departamento o laboratorio de I+D. La encuesta mexicana distingue entre innovación de producto y de proceso y actividades innovativas; entre éstas se encuentra la de I+D, que si bien no se define explícitamente resulta ser a la que mayor atención se le presta. La encuesta uruguaya asimila I+D a diseño o modificación de productos o procesos y al diseño de sistemas de software. La encuesta brasileña pregunta por el desarrollo de innovaciones de producto y de proceso y por intenciones de introducir innovaciones en el período 1997-99. Además pregunta específicamente si la empresa realizó en 1996 actividades internas de I+D. Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ 9 El punto no es menor. La OCDE, a través del Manual Frascati, define lo que es I+D de dos maneras. Una, es la que desglosa I+D en los tres tipos clásicos de investigación; otra, más sustantiva, es la que indica que la I+D se dirige a la solución de problemas cuya solución no es evidente y aún no se conoce. Es decir, si se quiere medir con precisión las actividades de I+D se las puede desglosar analíticamente según tipos -básica, aplicada, desarrollo experimental, etc.-, estrategia razonable en el mundo académico, o se la puede relevar sintéticamente, como actividad conducente a la resolución no rutinaria de problemas, estrategia razonable en el mundo empresarial, aunque amplíe la relativamente estricta definición shumpeteriana de innovación. En el Manual Oslo las actividades innovativas incluyen todos aquellos pasos -científicos, tecnológicos, organizativos, financieros, comerciales y de inversión en nuevo conocimiento- que llevan a la implementación de productos o procesos nuevos o tecnológicamente mejorados: con esta definición las actividades innovativas no son sólo I+D, pero ciertamente incluyen I+D. Más aun, dicho Manual, al menos en su versión corregida de 1996, reconoce explícitamente que las encuestas de medición de I+D y las de innovación no se solapan y que por ello conviene incluir en estas últimas algunos elementos de aquellas. "All the innovation surveys that have been carried out to date overlap to some extent with R&D surveys...The overlap may well be unavoidable, as the institutions responsible for the innovation survey do not necessarily have access to data at enterprise level from the R&D survey. It sheds additional light on R&D: all the innovation surveys so far have recorded many more enterprises carrying out R&D than are coverd by R&D surveys. One reason may be that occasional or informal R&D is excluded from R&D statistics in some countries..." (subrayado nuestro). (Oslo Manual, 1996) La recomendación de preguntar por I+D es un "desvío" de la medición estricta de la innovación, de sus costos e impactos, para adentrarse justamente en el aspecto capacidades y potencialidades para la innovación. Es importante remarcar que en los '90 la OCDE recomienda preguntar por I+D como taxativamente ella misma desechaba hacerlo a comienzos de los '80: reconociendo que las actividades de investiga ción y desarrollo pueden llevarse a cabo de manera formal y sistemática o informal y esporádica. Es aquí también, apenas en unas dos o tres líneas, donde el Manual recomienda preguntar por cooperación en materia de I+D con otras firmas, instituciones, universidades, dentro del país, con otros países o grupo de países. Es este bienvenido "desvío" el que permite una muy buena comparabilidad de resultados entre todas las encuestas en lo que tiene que ver con el análisis de una capacidad clave para la innovación como es la de I+D. Las encuestas latinoamericanas determinan en forma diferenciada si una empresa es o no es innovadora, pues algunas preguntan por innovaciones efectivamente introducidas en el mercado y otras por innovaciones emprendidas por la empresa sin saber qué resultado tuvieron; las encuestas también difieren en la calificación del nivel innovativo de las empresas, ya que algunas preguntan si las innovaciones logradas lo son a nivel internacional, nacional o de la propia firma y otras no indagan por grado de novedad. Lo que surge con claridad de todas las encuestas es que "empresa innovadora" es aquella que hizo esfuerzos dirigidos a la obtención de productos y/o procesos nuevos o sustantivamente modificados y que la indagatoria acerca de cómo esos esfuerzos se llevaron a cabo y a quienes los llevaron a cabo se Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ 10 centra en las actividades de I+D. Es decir, las actividades de I+D son, de hecho, consideradas el "núcleo duro" interno a la firma en materia de actividades innovativas y capacidad de innovación.2 3.2.- ¿Formalidad o informalidad?: cómo se hace y quién hace innovación en las empresas latinoamericanas. 3.2.1 La formalidad aproximada por I+D Paradojalmente, una de las pocas encuestas que sigue la recomendación de la OECD en el sentido de abrir una opción que reconozca formalidad e informalidad, o sistematicidad vs. carácter esporádico en I+D, es la uruguaya, diseñada cuando el Manual Oslo no existía. 3 En este caso, y para 1987, las diferencias entre formalidad e informalidad en I+D eran muy notorias. El 63,6% de los establecimientos declararon hacer alguna actividad de I+D tendiente a obtener innovaciones: de entre ellos, el 75,3% lo hacía de manera informal, es decir sin contar con un departamento específico, personal regularmente asignado y presupuesto propio. A su vez, de ese porcentaje de "I+D informales", las dos terceras partes eran aún más informales, pues hacían las actividades de I+D sólo cuando aparecían problemas y no en forma permanente acompañando el proceso de producción. La aproximación a formalidad en la realización de actividades innovativas en las demás encuestas se da a través de la pregunta, contenida en todas ellas, acerca de la existencia o no de un Departamento de I+D4 . 2 En el análisis de la reciente encuesta colombiana puede leerse: ""Teniendo en cuenta como punto de referencia un contexto global - mercado internacional y nacional- y de acuerdo con los resutados se conluye que la ejecución de proyectos de I+D es el elemento de mayor importancia en el proceso innovador" (Durán et al, p.89) 3 En el caso uruguayo, donde la encuesta se realizó antes de que existiera el Manual de Oslo, hubo que "inventar" categorías para poder medir asegurando un nivel aceptable de toma en cuenta de la realidad. "Sintetizando, podríamos decir que nuestro enfoque resultó de un primer compromiso: el que establece la necesidad de obtener resultados que permitan la comparabilidad internacional, siguiendo por tanto las pautas generales dadas para este tipo de relevamiento, junto con la necesidad de respetar ciertas especificidades nacionales que aseguren que lo que estamos midiendo da verdadera cuenta de la realidad. ...En el caso in dustrial, la referencia obligada es el Manual Frascatti, de la OECD...En dicho manual se encuentra una definición de actividades de I+D claramente delimitada, que responde a una situación industrial donde dichas actividades se presentan con un alto grado de formalización, ubicación institucional precisa y con una secuencia operativa -investigación, desarrollo, construcción y prueba de prototipos, producción- muy estudiada en cada una de sus etapas. En la industria uruguaya, donde elementos como recuperación a corto plazo de la inversión, bajo costo de la mano de obra, preferencia por la reinversión en el circuito financiero, etc., tienen mucha más incidencia que consideraciones tecnológicas a la hora de tomar decisiones y donde la modernización técnica está lejos de ser condición de supervivencia, las características de las actividades de I+D son netamente distintas. Esto no quiere decir que no existan, sino que para que se pongan en evidencia hay que preguntar por ellas abriendo alternativas que se aproximen a lo que realmente sucede en el país. Es así que en el cuestionario industrial se presentaban tres modalidades para las actividades de I+D: la "clásica" -en estructuras formales- aquella informal pero permanente y aquella informal y esporádica. De esta forma aseguramos la recuperación de informción acerca de actividades de I+D que hubiésemos perdido tomando únicamente la definición más estricta. ...La idea es que las definiciones de una metodología como la del Manual Frascatti permite en el Uruguay el relevamiento de la parte visible de un iceberg, cuya superficie sumergida existe y es mucho mayor, necesitándose para su análisis herramientas que deben ser construídas especialmente." (CIESU, 1987,a, pp 4-5) En el caso brasileño, luego de preguntase si la empresa había tenido actividades internas de I+D, se pregunta si éstas eran sistemáticas o continuas o si eran ocasionales. 4 La encuesta mexicana distingue entre empresas innovadoras que realizan I+D en forma continua -el 38,3%- y las que lo hacen de forma ocasional -el 47,8%-. 11 Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ Cuadro 3.- Existencia de Dptos. de I+D en el sector industrial (% del total de establecimientos) Venezuela 15,8 Colombia 23,5 México5 21,7 Uruguay 17,8 Argentina 18 Fuente: Conacyt, México,1998; Dto. Nal. de Planeación, Colombia, 1998; Conicit, Venezuela, 1998; Ciesu, Uruguay, 1988; INDEC, Argentina, 1998. Estas cifras, que en ningún caso superan el 25%, contrastan muy marcadamente con las que indican cuántas empresas innovan: en México el 63,4% de todas las empresas innova, en Colombia el 79,5%, en Venezuela más del 60% hizo innovaciones de proceso o de producto. 6 Es decir, la innovación y la realización de actividades formalizadas de búsqueda de innovación están bastante separadas en los países de la región para los cuáles hay datos: más aún, teniendo en cuenta que la encuesta uruguaya presenta la misma estructura que las demás, es decir, del orden de cuarenta puntos porcentuales de diferencia entre "innova" y "tiene Dpto. de I+D", habiendo sido realizada 10 años antes, podría inferirse el mantenimiento de una tendencia a la "informalidad innovativa" caracterizada a través de esa diferencia. Si afinamos un poco más y fijamos la atención en la formación del jefe del Dpto. de I+D, pregunta que sólo hacen la encuesta uruguaya y la venezolana, se sigue dando una notoria coincidencia, pues en Uruguay es el 8,4% de los establecimientos el que tiene como jefe del Dpto. de I+D a un profesional, mientras que esa cifra en Venezuela es de 12,7%. Conclusión: las actividades de I+D en la industria siguen teniendo en varios países de América Latina un carácter marcadamente informal. 3.2.2 La formalidad aproximada por gasto en I+D En el Uruguay, en 1987, fue muy difícil estimar el gasto en I+D del sector industrial: "más del 60% de los establecimientos declaró o bien no saber lo que gastaba por ese concepto o que los montos involucrados eran mínimos". En Argentina, daclararó gasto en I+D poco más de la cuarta parte de las empresas. En México, 10 años después, la situación no es muy diferente. En efecto, la pregunta "Gasto en I+D intramuros" -la que más se corresponde con la pregunta efectuada en Uruguay- es contestada sólo por 378 de 1322 empresas encuestadas, es decir, el 28,6%: el 71,4% no sabía cuánto gastaba por ese concepto. Resulta sorprendente que el porcentaje de "no sabe lo que gasta" haya resultado muy alto en México aún en relación a adquisición de maquinaria y equipo relacionada con la innovación de 5 El porcentaje de Unidades de Investigación y Desarrollo formalmente constituidas no es demasiado superior si el total pasa del conjunto de las empresas al subconjunto de las innovadoras: en este último caso tiene Dptos. formales de I+D el 34,2% de la empresas. 6La encuesta venezolana es la única que pregunta por I+D como tal, sin preguntar tangencialmente a través de una definición implícita del concepto dada por las actividades que implica. La pregunta se expresa así: "En la empresa se realizan actividades de Investigación y Desarrollo?". La respuesta a esta pregunta es mucho más baja que en el resto de los países -27%-, probablemente porque quien responde no sabe que lo que realmente hace es clasificable como I+D. Sin embargo, la misma encuesta provee una especie de reaseguro, pues luego pregunta si e la empresa se diseñan o modifican productos, procesos, etc. Aquí las respuestas son, como sería esperable, mucho más altas: para modificación de productos 60% y para mejoras en procesos existentes 73%. Esto quiere decir que i contamos como "empresa que innova" a toda aquella que declara hacer al menos una actividad innovativa, aún la más "modesta", los porcentajes venezolanos se acercan a los latinoamericanos. Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ 12 producto o de proceso -que representa el 58% de todo el gasto empresarial en I+D-: el 65% de las empresas contestó no poder precisar lo que gastaba por ese concepto. El caso venezolano, 1997, es aún más nítido acerca de la continuidad en el tiempo del problema de no saber cuantificar financieramente el esfuerzo innovativo: sólo 109 empresas en 1382 de la muestra suministraron datos sobre inversión en investigación y desarrollo, es decir, el 8% del total. Esto refuerza la idea de que la innovación empresarial en América Latina es marcadamente más informal que en la OECD: pocos departamentos específicos, pocos de ellos dirigidos por profesionales, no se sabe cuánto se gasta -. 3.2.3 La formalidad aproximada por personal, en número y calificación, en actividades de I+D Las preguntas que intentan analizar las actividades innovativas a través del número y la calificación de los recursos humanos que a ellas se dedican aparecen en varias encuestas: en la colombiana, en la mexicana (sólo número), en la venezolana, en la argentina y en la uruguaya. En este punto las comparaciones numéricas no son posibles porque la forma de presentar la información en los casos en que disponemos de cifras no lo permiten. De todas formas, pueden mencionarse algunos elementos interesantes: En el caso mexicano, el promedio de personal en actividades de I+D fue de 4,2 en 1996, aunque con fuertes fluctuaciones por tamaño: 2,8 personas las pequeñas, 3,6 las medianas y 6,6 las grandes. El 48% del total de personal de I+D en la industria se concentra en las empresas grandes. Una observación muy interesante hecha en el análisis de la encuesta indica que "las empresas pudieron asignar personal a este tipo de actividades aunque no tuvieran unidades formales de I+D". (Conacyt, p.28) En el caso colombiano, es muy notoria la diferenciación entre empresas innovadoras en sentido estricto (que innovaron efectivamente a nivel internacional), en sentido amplio (que lo hicieron a nivel nacional) y potencialmente innovadoras (que no lograron concretar innovaciones), en términos de la participación de profesionales en las actividades de I+D: en las primeras, el 18,6 del total de profesionales en el conjunto de las ramas productivas a que pertenecen trabaja en I+D, mientras que en la segundas ese porcentaje baja a 9,1 y en las terceras a 3,4. Así, se entiende bien la afirmación que sigue: "Para las empresas innovadoras en sentido estricto, involucrar una proporción importante de los profesionales es uno de los factores de mayor importancia en el proceso de desarrollo tecnológico". (Durán, et al, p.135) En el caso uruguayo, los profesionales, los técnicos graduados y los técnicos no graduados trabajando en I+D constituyen el 22% del total de esos empleos en la industria. Sin embargo, analizando cada categoría por separado, se observa que la participación de los profesionales es bastante más alta que ese promedio: el 33% de todos los profesionales en la industria uruguaya realizaba actividades de I+D (en 1987). Esto sugiere una conclusión análoga a la de México: la alta informalidad en la realización de I+D no impide que las empresas asignen recursos humanos y, además, calificados, a actividades de investigación y desarrollo. En el caso uruguayo, dado que se preguntó por recursos humanos en I+D desglosando la pregunta en formal e informal (o sistemática y no sistemática), se obtiene un resultado interesante, a saber, que la formalidad con que se realiza I+D -típicamente, la existencia de un 13 Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ departamento- no discrimina en términos de la distribución de las tres categorías de empleo en actividades de I+D. En el caso argentino, la categoría ingenieros trabajando en I+D alcanza al 20,4% deltotal de personas en dicha actividad, mientras que la categoría otros profesionales llega al 13, 9%. Cuadro 4.- Distribución de personal, en toda la industria y en las empresas grandes, en actividades de I+D, según formación (en %) (Uruguay, 1987) CategoríasProfesionales/ Tipo de I+D Profesionales Técnicos graduados Técnicos no graduados TOTAL I+D sistemático I+D no sistemático 35,5 16,4 48,1 100 34,5 18,2 47,2 100 I+D sistemático emp. grandes 41,7 16,0 42,3 100 I+D no sistemático emp. grandes 42,6 17,5 39,6 100 Fuente: Ciesu, Uruguay, 1988. Generalizando a partir de lo que surge del análisis de tres países podría afirmarse que la realización de actividades de I+D es demandante de personal calificado en una proporción mayor al del conjunto de actividades industriales y que a mayor tamaño de empresa mayor tamaño de los equipos de I+D y mayor participación de profesionales. Además, la informalidad en la realización de actividades de I+D no implica que la empresa desconozca cuánta gente las lleva a cabo ni qué formación tiene; al menos en un caso, la estructura de saberes de la I+D formal y la de la I+D informal resultó similar. Tentativamente, podría decirse que en términos de la calificación del personal que ocupan, las actividades innovativas en las empresas latinoamericanas reflejan un mayor nivel de formalidad del que podría deducirse de su bajo nivel de estructuración a nivel de empresa. Es razonable suponer que el nivel de formación de quienes realizan I+D está asociado positivamente con la complejidad de las tareas que abordan: así, la informalidad organizativa de la I+D latinoamericana no tiene porqué asociarse a menor nivel de complejidad de la innovación o de las dificultades para concretarla. 3.3.- ¿Porqué innovan las empresas? 3.3.1 Insuficiencias de la interrogación Todas las encuestas recientes recogen las categorías sugeridas por el Manual Oslo para indagar en torno a las razones por las cuales las empresas innovan, aunque algunas las amplían para introducir razones que recogen algunas especificidades locales. Los "objetivos de la innovación" incluyen por lo general metas dirigidas a mejorar algún aspecto de la actividad empresarial, desde la reducción de tiempos muertos o de inventarios hasta ampliar la gama de productos o acceder a mercados masivos o con demanda en rápido crecimiento. La encuesta venezolana incorpora en el formulario alguna pregunta que refleja un poco más ciertas especificidades de la región, como por ejemplo "fallas en la calidad" -que no es lo mismo que Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ 14 "mejora de la calidad"- o "problemas con los equipos y repuestos", cuya resolución puede llegar a ser una importante fuente de innovaciones menores, adaptativas o incrementales. Incorpora también una alternativa muy significativa que el Manual Oslo no sugiere: "factores relacionados con exigencias de los clientes". Esta última pregunta fue la única que obtuvo respuesta masivamente afirmativa: el 50% de las empresas la indicó. En la encuesta uruguaya no se incluyó finalmente una pregunta sobre razones para innovar -o, en sentido más amplio, invertir en tecnología- pero en versiones "maximalistas" del formulario se consideraron, además de las "clásicas", alternativas como cambios en la escala de producción (típicamente por consolidación del Estado como cliente fijo de ciertos tipos de productos), respuesta a exigencias impuestas externamente (ambientales, de condiciones de trabajo, sanitarias, nutricionales) y también aprovechamiento de oportunidades tecnológicas nuevas. Este último aspecto (el aprovechamiento de los avances científico-técnicos como inductores de innovaciones) también se reconoce en la encuesta argentina, en la que se incluye el item"desarrollo de innovaciones a partir de nueva base científica". En términos generales, puede decirse que la indagación sobre porqué innovan las empresas, tal como se manifiesta en las encuestas latinoamericanas, se sesga excesivamente hacia la identificación de objetivos positivos fijados por la propia empresa y poco hacia aspectos asociados a la superación de dificultades, factores que sin embargo tienen fuerte presencia en el medio local. En este sentido, la información originada en investigaciones sobre innovación tipo estudios de caso, sugiere que aunque la motivación última de la innovación sea un mejor aprovechamiento de la materia prima, un menor consumo energético o cualquiera de las otras razones incluídas en el Manual Oslo, el impulsor inmediato de la misma es la la no disponibilidad de soluciones "llave en mano" para el problema que se quiere enfrentar. Analizar las motivaciones para la innovación a partir de la categoría "dificultades a superar" permitiría así un mejor acercamiento a condiciones idiosincráticas y también al diseño de políticas de apoyo a la innovación. 3.3.2 Porqué innovan las empresas En todos los casos en que se incluyó entre las alternativas a la pregunta sobre objetivos de la innovación la motivación asociada a cuestiones de mercado -México, Colombia y Chile-7 se tuvo como resultado una importancia muy grande asignada a dicha motivación. En el caso mexicano son valorados como muy significativos solamente los objetivos de mantener la participación en el mercado y también -aunque un poco menos- de incrementarla. Objetivos más propiamente asociados a cuestiones tecnológicas, como sustitución de productos, reducción de consumo energético o desarrollar productos no dañinos están en cambio cerca de la caracterización de "irrelevante". En el caso colombiano, en una escala de importancia de 1 a 4, el valor promedial más alto obtenido entre los objetivos incluídos en la consulta corresponde a "mantener o acrecentar la participación en el mercado", resultando sumamente pareja la respuesta independientemente del nivel innovativo de las empresas. El valor más bajo corresponde a "mejorar la calidad o los sistemas de aseguramiento de la 7 Las encuestas argentinas y venezolanas no incluyen entre las opciones referidas a los objetivos de las actividades de investigación ninguno asociado a cuestiones económicas, sea mantención o ampliaión de mercado, apertura de nuevos mercados, incremento de la tasa de ganancia, etc. 15 Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ calidad", aunque aquí sí aparece una fuerte discriminación según nivel innovativo: mientras el estrato de las empresas innovadoras en sentido estricto le asigna un valor promedial de 2.8, las potencialmente inovativas le asignan un 1.7 y las no innovativas un 1.4. En el caso chileno los objetivos de mercado y ganancias fueron superados en importancia por otros, de carácter más social (ver comentario en pág. xx), pero aún así son señalados entre los principales por el 70% de las empresas. En el análisis de la encuesta chilena se señala que las respuestas "sugieren una preferencia por los objetivos de más corto plazo respecto de los de mediano y largo plazo" (INE, p.11), basándose esta apreciación en que el objetivo con más alto porcentaje promedial de asignación nula de importancia es "acceder a un mercado masivo o en rápido crecimiento" -objetivo de mediano y largo plazo-, frente a otros de corto plazo y con mucho menor "rechazo" como reducción de la mano de obra o reducción de tiempos de proceso. 3.4.- ¿Cuánto importa saber lo que se sabe en las empresas? 3.4.1 La dotación de personal según nivel de estudios Tres encuestas preguntan por la dotación de personal total en las empresas y su calificación: la colombiana, la argentina y la uruguaya. La importancia de la calificación del personal de las empresas como parte de la explicación de su comportamiento innovativo parece indiscutible. En el caso colombiano, tomando como indicador el número promedio de empleados calificados profesionales y posgraduados- en el Dpto. de Producción, la asociación entre innovatividad, tamaño de empresa y dicho número promedio se expresa en el siguiente cuadro: Cuadro 5.- Número promedio de profesionales y posgraduados en el Dpto. de Producción según nivel innovativo y tamaño de empresa en la industria colombiana Tamaño de empresa/ Tipo de innovación Toda la industria 20 - 49 50 - 99 100 -199 200 y más Innovación internacional 17,5 1,1 4,4 8,6 42,5 Innovación nacional Potencialmente innovadora 4,5 1,6 0,8 0,3 1,6 3,0 3,5 3,1 14,9 2,6 No innovadora 0,8 0,3 1,0 2,3 3,4 Fuente: Dto. Nal. de Planeación, Colombia, 1998 Es interesante observar que en todos los casos salvo el de las empresas de entre 20 y 49 empleados, hay una fuerte caída en el empleo calificado promedio al pasar de empresas innovadoras a nivel internacional a empresas innovadoras a nivel nacional (denominadas innovadoras en sentido estricto e innovadoras en sentido amplio). Ello probablemente se deba a que hay un nivel de absorción de empleo calificado por debajo del cual no se puede bajar y seguir innovando significativamente: al menos un profesional. 16 Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ Tener profesionales no implica innovar necesariamente, pero no tenerlos probablemente implica no poder innovar. El número de empresas que no tienen profesionales se transforma así en un indicador fuerte de la "incapacidad para innovar" en la industria de un país dado, ya que las empresas en esa situación no sólo no tienen fuerzas internas para innovar sino que no tienen capacidad para identificar sus problemas en términos tecnológicos y, por eso mismo, no están en condiciones de recurrir a los diversos tipos de apoyaturas científico-técnicas que cada país ofrece. En el caso uruguayo, la situación de "no absorción" de personal técnico en la industria es la siguiente: Cuadro 6.- Porcentaje de establecimientos que carecen de ingenieros, técnicos graduados y técnicos no graduados, global y según tamaño (Uruguay, 1987) Tipo de carencia/Tamaño de empresa No tienen ingenieros No tienen técnicos graduados No tienen técnicos no graduados Toda la industria 45 50 22,5 más de 100 22,5 32,6 20,8 50 - 99 50,3 53,4 19,8 20 -49 73,8 72,7 28,8 Fuente: Ciesu, Uruguay, 1988. Puede observarse que si bien la situación es mala en toda la industria, pues casi la mitad de todas las empresas manufactureras carece de ingenieros, estando por tanto muy probablemente en la posición de "incapacidad de innovar" a la que aludimos anteriormente, la situación realmente grave es la de la pequeña empresa, donde eso le ocurre a casi sus dos terceras partes. 3.4.2 Personal universitario, propensión a innovar e "indefensión tecnológica" Aquí pueden hacerse dos consideraciones. La primera tiene que ver con una hipótesis tácita, a saber, que el nivel tecnológico e innovativo de una empresa está causalmente relacionado con la presencia -y eventualmente el número8 - de las personas que han recibido educación superior en áreas cientifico-técnicas. Esta hipótesis tiene un aval en un par de consideraciones estadísticas hechas en Colombia y, diez años antes, en Uruguay. En Colombia, "La relación más evidente... es que a mayor empleo calificado y remuneración, mayor grado de innovación en el establecimiento" y también, "los únicos indicadores relacionados con el grado de innovación, independientemente del tamaño, son el empleo calificado y la remuneración de éste" (Durán et al, p.57) En el caso uruguayo, el análisis de la realización de actividades de mayor peso tecnológico, por una parte, y de I+D, por otra, llevó a concluir que el ordenamiento de los sectores productivos según intensidad de estas actividades no era idéntico9: el punto aquí es que ambos ordenamientos mostraron una fuerte correlación estadística con 8 El problema con el número de ingenieros como indicador de nivel tecnológico es que es típicamente una medida no lineal: ¿acaso es razonable suponer que si una empresa de 100 empleados tiene 10 ingenieros una de 1000 empleados deba tener 100 ingenieros para tener igual nivel? Es por eso que el "indicador por ausencia" parece más determinante. 9 Al comparar dos ordenamientos de sectores industriales, uno derivado de la intensidad en la realización de actividades "científico-técnicas" y otro derivado de la intensidad en la realización de I+D, lo que se observa "es un movimiento de'bloque' que traslada agrupamientos que procesan materia prima de origen agropecuario desde posiciones intermedias en 'actividades científico-técnicas' a posiciones bajas enI+ D y, por otro lado, un movimiento inverso de agrupaciones que procesan materia prima de origen no agropecuario" (CIESU, 1987,b, p. 26) La encuesta de 1997 de México muestra una clara concentración relativa de empresas innovadoras en 3 ramas, que dan cuenta por 17 Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ mayor número de ingenieros. Naturalmente, mayor número de ingenieros está fortísimamente asociado con tamaño y acá el argumento podría empezar a morderse la cola: las empresas, ¿innovan más porque tienen más ingenieros o porque son más grandes? Si innovaran más porque son más grandes la correlación positiva con ingenieros aparecería igual, dado que las más grandes son las que más ingenieros tienen. Es justamente por este tipo de dificultad para sacar conclusiones causales referidas a las empresas que sí tienen ingenieros que resulta atractiva la caracterización, inequívoca, por la negativa. Ahora bien, una segunda consideración es la que dice que si una empresa, por lo general pequeña, no tiene personal de buen nivel de formación científico-técnica, probablemente porque no le resulta racional económicamente pagarle a un profesional una dedicación tiempo completo, ello no impide que se nutra de los conocimientos y asesoría necesarias a través de circuitos externos. Esta hipótesis, claramente, no se confirma: las pequeñas empresas, sistemáticamente, son las que menos recurren a los diversos circuitos de asistencia técnica externa. Cuadro 7.- Recurso a diversas formas de asesoría externa (toda la industria y según estrato de tamaño, en %) Recurre a asesoría/ Tamaño de empresa Colombia (1) México (2) Venezuela (3) Chile (4) Uruguay(5) Toda la industria Grande Mediana Chica 63,8 9,8 30,3 49,6 71,2 37,3 15,5 27,7 61,3 67,0 30,9 7,5 27,6 44,2 55,4 18,2 3,8 16,0 38,6 Fuente: Conacyt, México,1998; Dto. Nal. de Planeación, Colombia, 1998; Conicit, Venezuela , 1998; INE, Chile, 1996; Ciesu, Uruguay, 1988. (1) En Colombia el indicador es "no tiene dificultades con el acceso a información tecnológica "; su contrario fue incluído entre los factores limitantes de la innovación (todas las empresas que responden la encuesta). (2) En México el análisis se limita al conjunto de empresas innovadoras y el indicador utilizado es "realización de acuerdos de cooperación entre 1994 y 1996") (3) En Venezuela, el indicador es "empresas que declaran contratos de asistenca téc nica con empresas nacionales o extranjeras" (todas las empresas que responden la encuesta) (4) En Chile, el indicador es "ejecuta las actividades innovativas externamente", concepto que admite una desagregación que incluye relaciones con empresas, universidades, institutos tecnológicos públicos, etc. En este caso, empresa pequeña va de 10 a 49 empeados, mediana de 50 a 199 y grande de 200 a 499 (se excluyen las categorías 500 a 999 y más de mil). (5) En Uruguay, el indicador utilizado es el agregado "contratación de asesoría tecnológica", que incluye varias desagregaciones. sí solas de la tercera parte de todas la empresas innovadoras en el resto de las ramas manufactureras. Esas tres ramas son las mismas que en la encuesta uruguaya de 1987 muestran la mayor intensidad de actividades, tanto científicotécnicas como de I+D, a saber: Industria Química (desglosada en México como plásticos y otras sustancias y productos químicos), Industria Automotriz y Fabricación de Maquinaria Eléctrica. En el Uruguay se incluye también en este grupo a Petróleo, sector no considerado en México a efectos de la encuesta de innovación. Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ 18 Resumiendo: el personal con formación superior en empresas aparece claramente concentrado en las empresas de mayor tamaño, no sólo en números absolutos -lo cual no tiene nada de particular, ya que las empresas grandes concentran proporciones mayores de todo tipo de personal- sino en "límites absolutos", es decir, son las empresas grandes las que en mayor proporción tienen al menos alguna persona con formación superior entre sus empleados. Dicho de otro modo, la situacion de "incapacidad de innovar" por ausencia de personal con conocimientos científico-técnicos modernos -personal con formación universitaria- afecta de forma muy asimétrica a las empresas, concentrándose altamente en las pequeñas y aún medianas. Esta situación no se ve compensada a través del recurso al apoyo científico-técnico del mundo externo a la empresa. 3.4.3 Porqué importa saber lo que saben las empresas Hasta aquí es lo que se puede averiguar sobre "lo que saben al s empresas" a partir de indicadores que aproximan esa variable por personal con formación superior. La justificación de este énfasis está entre las pocas que pueden considerarse legítimamente de alcance universal; la siguiente afirmación de Nelson y Winter podría extenderse en el espacio tanto como lo hace en el tiempo: "One aspect of natural trajectories, whether specific to a particular technology or more general, whether of the nineteenth century or contemporary, is that underlying the movement along them is a body of knowledge held by the technicians, engineers and scientists involved in the relevant inventive activity." (Nelson y Winter, 1982, p.261) Poco más adelante agregan: "...the fact that college-educated scientists and engineers now comprise the dominant group doing applied research an development indicates that, at the very least, scientific literacy is an important background factor" (p. 262) Una cuestión pendiente es si para aproximarse a saber lo que saben las empresas alcanza con conocer el número de personas con formación superior entre su fuerza de trabajo -así como el número de otras categorías técnico-laborales-. Si así fuera, la hipótesis implícita sería que cada empresa contrata profesionales en las especialidades que necesita, por lo que es el número de éstos lo que importa saber y no qué es lo que saben hacer. De hecho esta es la hipótesis que subyace al Manual Oslo, dado que este no pregunta por especializaciones cognoscitivas de la fuerza de trabajo profesional o técnica; sin embargo, como ocurre casi siempre con los relevamientos de la OCDE, es difícil determinar si hacen la hipótesis de que las empresas tienen lo que necesitan y por eso no lo miden o si en realidad lo miden, pero a través de otro instrumento, en este caso el Manual Camberra (The Measurement of Human Resources Devoted to S&T). La afirmación que queremos poner a consideración en este trabajo es que, al menos en América Latina, no puede hacerse la hipótesis de que carece de importancia saber qué es específicamente lo que saben los profesionales y técnicos que trabajan en las empresas. Las razones son básicamente dos y, aunque entrelazadas, son distinguibles. i) Los sistemas universitarios latinoamericanos están mucho menos diversificados en términos de formaciones que los de los países desarrollados, con sus sistemas de doble opción -el major y el minor-; además, su matriz profesionalista es muy fuerte, a lo que se suma un sesgo muy marcadamente académico de los egresados de carreras eminentemente científicas. Es decir, en Europa, EEUU o Japón quizá no sea extraño encontrar físicos, biólogos, bioquímicos, expertos en ciencias de los materiales, etc., trabajando en empresas; en América Latina, en cambio, es probable -no lo sabemos pues no lo medimos- que la participación de licenciados en ciencias sea extremadamente baja en el conjunto de la industria. Esto quiere decir que la configuración de saberes del personal técnico tiene Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ 19 chance de discriminar entre empresas "clásicamente tecnológicas" y empresas más "modernamente tecnológicas", según el perfil cognoscitivo de su personal. ii) La innovación tiene mucho de identificación de oportunidades y esta identificación depende críticamente de lo que la gente sabe. Las oportunidades abiertas por una cierta dirección de investigaciones en biología molecular podrán ser percibidas de forma muy diversa en una empresa vitivinícola, veterinaria, frigorífica o de curtiembre según en su personal haya o no un biólogo o un bioquímico: los ingenieros agrónomos, los químicos "tradicionales", los veterinarios, no han sido entrenados, por lo general, para interactuar activamente con resultados de investigación sino para resolver problemas. (Por cierto, la capacidad de resolución creativa de problemas que tienen está fuertemente relacionada con su actualización permanente y a la formación básica que recibieron) Vale la pena aclarar que no se está asociando aquí el empleo de licenciados en ciencias o de especialistas entrenados en investigación con "hacer investigación básica". De lo que se trata es de saber si la empresa cuenta con dichos especialistas en su personal, en la hipótesis de que, de ser así, su capacidad de identificación de oportunidades de origen científico-técnico para la innovación será mayor. Por cierto, tampoco se quiere decir que el empleo de este tipo de personal pueda emular la riqueza de perspectivas que se tiene en un laboratorio de investigación académica, que reune decenas de especialistas: es decir, no se trata en absoluto de plantear la sustituibilidad de las interacciones universidad-empresa por una verticalización extrema de los saberes concentrados al interior de la empresa. Se afirma entonces que lo que importa saber acerca de lo que saben las empresas incluye preguntar no sólo por cuántos empleados hay y por su nivel de formación sino por cuáles son las especialidades del personal con formación técnica. Esto no ofrece mayor dificultad práctica, pues se trata simplemente de confeccionar un cuestionario muy simple a ser llenado por el jefe de personal de la empresa: así se hizo en la encuesta uruguaya y no presentó problema alguno. Parte de la información obtenida se reseña a continuación: - Fueron relevados 1705 profesionales, de los cuáles 557 eran contadores, abogados, escribanos, etc. Es así que el número de "profesionales científico-técnicos" ascendía a 1148. - La distribución de éstos era la siguiente: 71% de ingenieros, 14% de médicos y veterinarios, 14% de químicos (no ingenieros) y 1% de licenciados (donde sólo tres categorías estuvieron representadas: la biología con un solo caso, la psicología con 6 y la estadística con ocho). - La distribución de especialidades al interior de la ingeniería fue la siguiente: 35% de ingenieros químicos, 19% de ingenieros agrónomos, 18% de ingenieros industriales (denominación de los graduados antes de 1970 en cualquiera de las ingenierías que no fuera civil), 8% de ingenieros mecánicos. Sigue a éstos una proporción francamente descendente de otras especialidades, que incluye un 2% de ingenieros en computación y un 3% entre ingenieros eléctricos y electrónicos. - La distribución por tamaño resulta muy pareja: las empresas de más de 100 empleados tienen por lo general entre el 65% y el 85% de todas las categorías, las medianas están alrededor del 20% y las pequeñas alrededor del 5%. Una excepción clara es en la categoría "químicos", repartida casi a mitades entre las empresas grandes y las medianas: la categoría mejor representada en las empresas chicas, con un 9% del total, es la de analista programador. - El mismo tipo de información se obtuvo para técnicos graduados. Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ 20 - A partir de la organización de la información acerca de las especialidades del personal científicotécnico que trabaja en las diversas agrupaciones industriales se elaboraron indicadores de intensidad de uso de diversos tipos de profesionales en dichas agrupaciones. Un par de conclusiones que pueden sacarse de este ejercicio son: la preeminencia de una industria de procesos, lo que explica que más de la tercera parte de todos los ingenieros en la industria fueran químicos, aunque es notoria la ausencia de ingenieros ambientalistas en una industria sesgada hacia procesos muy fuertemente contaminantes de efluentes; el tradicionalismo de la industria procesadora de alimentos, para la cual los ingenieros agrónomos representan la tercera parte de su personal profesional y los concentran en un 97%, presumiblemente cumpliendo funciones que una mayor diversificación de la oferta de saberes -y su aceptación- hubiera delegado en profesionales más especializados, como biólogos, bioquimicos o tecnólogos de alimentos. Este tema de los "saberes de los que saben" en las empresas tiene especial interés para el diseño de políticas, tanto si el actor de la misma es una universidad que estudia contenidos curriculares o una agencia de fomento de la innovación que está pensando instrumentar un sistema de apoyo a la incorporación de saberes técnicos en las empresas más desprotegidas. En cualquier caso, no parece razonable afirmar que vivimos crecientemente en una economía basada en el conocimiento y no tratar de indagar en forma afinada acerca de qué conocimiento está presente en el sector industrial de nuestros países. 10 3.4.4¿Cuánto le importa a las empresas que su personal sepa más? Este punto lleva a analizar la pregunta acerca de esfuerzos de capacitación, común a varias encuestas. En el caso mexicano, la pregunta se efectuó directamente vinculada a las actividades innovativas y se cuantificó por gasto: el guarismo que resultó es el más bajo en el gasto total de innovación -4%- . En el caso colombiano los datos no permiten discriminar entre empresas que capacitan y las que no lo hacen pues el análisis disponible hasta el momento sólo toma como base las que sí lo hacen. Entre éstas, el mayor esfuerzo está dirigido a los obreros, en que el 83% de los mismos recibe capacitación, con una diferencia porcentual de 14 puntos entre las empresas más chicas y las más grandes, -a favor de las más grandes-. Les siguen los técnicos, con un 72% y 20 puntos de diferencia porcentual entre empresas chicas y grandes y por último vienen los ingenieros, con 66% de capacitados y 40 puntos de diferencia porcentual entre empresas chicas y grandes. Es interesante destacar la forma en que la encuesta colombiana concibe el concepto "capacitación tecnológica", pues no lo limita a la idea clásica de cursos de capacitación de su personal -que además desglosa con mucho detalle en el formulario- sino que incluye la vinculación a la planta "de personal externo como parte de la estrategia del establecimiento para aumentar los conocimientos y las capacidades tecnológicas propias". 10 Asociado con este aspecto aparece una nueva forma de la interacción entre la empresa y las fuentes de conocimiento de carácter informal que puede, sin embargo, ser tenida en cuenta. En efecto, preguntando si algún profesional de la empresa sigue vinculado a la universidad se puede inferir el nivel de fluidez en la utilización de resultados de investigación . Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ 21 En el caso venezolano responden no capacitar nunca el 18% del total de empresas encuestadas, hacerlo esporádicamente el 51% y sistemáticamente casi una tercera parte. Sin embargo, este resultado global varía mucho según tamaño de empresa: el "nunca" tiene un 9% de empresas grandes y un 27% de empresas chicas, mientras que sistemáticamente tiene un 45% de empresas grandes y un 19% de empresas chicas. El grupo mayoritario, el "esporádico”, no presenta una brecha importante por tamaño. En todo caso, el esfuerzo no parece ser demasiado alto: en el total de horas trabajadas en el año 1996, los obreros recibieron 13 horas de entrenamiento en promedio en todas las empresas de la muestra, los técnicos 11, los ingenieros 12 y los gerentes 8. En la encuesta argentina, si la empresa contestaba haber llevado a cabo actividades de capacitación, se le preguntaba, con bastante detalle por la modalidad en que esta capacitación se había desarrollado, discriminando entre diiversas formas internas a la empresa y externas a ella, y, en este último tipo, diferenciando entre nacionales y extranjeras. Estaba incluida la alternativa de cursos universitarios. La segunda pregunta asociada a una respuesta positiva inicial indagaba, también con bastante amplitud, acerca de los motivos de la capacitación. Puede verse que este es un punto donde hay poca convergencia metodológica -hay quiénes indagan por costos, otros lo hacen por horas de capacitación en horas trabajadas, algunos profundizan en modalidaes, los items incluidos en las motivaciones varían- lo que dificulta un análisis comparado. 3.5.- La innovación a futuro La dimensión futura de la innovación, visualizada a través de la intencionalidad de embarcarse en próximas actividades innovativas o ciertas cuestiones conexas, está presente en varias encuestas latinoamericanas. La encuesta colombiana pregunta por la perspectiva de innovaciones futuras a través de cuatro preguntas que recrean básicamente el cuerpo central de interrogantes sobre innovación: si piensa innovar, si dicha innovación se expresará en productos, procesos, organización, embalaje, etc., cuáles serían los objetivos de esas innovaciones tecnológicas futuras y qué porcentaje de las ventas se estima que se dedicará a su desarrollo. La encuesta venezolana pregunta muy de otra manera, centrando las alternativas en torno al interrogante "¿Cuáles son sus planes futuros en materia tecnológica?". Entre éstas se incluyen aspectos directamente asociados a actividades innovativas, al menos si las entendemos como actividades tendientes a la resolución de problemas: aumentar la inversión en I+D, contratar servicios de consultoría, contratar asistencia técnica, etc. Las respuestas a esta pregunta son por demás interesantes, pues parecerían indicar que a futuro se perfila la reiteración del pasado: la actividad futura indicada en el 50% de los casos y por lejos el guarismo más alto es "aumentar la inversión en maquinaria y equipo", fuente privilegiada del origen de la innovación cuando se la incluye como opción, como en el caso mexicano. Los guarismos más bajos son, respectivamente: contratar servicios de consultoría (4,1%), contratar asistencia técnica (7,7%) y aumentar la inversión en I+D (11,3%). La encuesta chilena pregunta "a la Schumpeter", es decir, si la empresa piensa, en los próximos tres años llevar adelante innovaciones de producto, de proceso, de diseño de producto, de gestión Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ 22 organizativa. La respuesta afirmativa es masiva, aunque la más masiva de todas, "innovación de procesos" -95,5% de respuestas positivas- está probablemente asociada a la importación de equipos. Puede decirse que la dimensión a futuro de la innovación está escasamente abordada en las encuestas latinoamericanas. Probablemente implementar módulos específicos y amplios en esta dirección sea difícil, dada la necesidad de mantener los formularios lo más escuetos que sea posible. Sin embargo, dicha dimensión podría ser incorporada en el marco de una interrogación acerca de cómo apoyar, desde una política pública o desde las universidades y organismos de CyT, las actividades futuras de innovación en las empresas. Si la respuesta fuera mayoritariamente "ayudando a importar maquinaria y equipo" una sería la visión que se sacaría sobre la perspectiva innovativa de los empresarios; si al menos una cuarta parte de las PYMES contestara, por ejemplo, "ayudando a contratar ingenieros para trabajar en la empresa", muy otra sería dicha visión. 4.- ¿Qué concepto de Sistema Nacional de Innovación inspira las encuestas de innovación latinoamericanas? 4.1.- Sobre definiciones Resulta muy claro que en todas las encuestas de innovación latinoamericanas el mundo externo a las empresas -su entorno- es ampliamente tomado en cuenta. La diversificación de las organizaciones que componen ese mundo externo es también amplia: incluye otras empresas -clientes, competidores, proveedores-, diversas modalidades de la consultoría y la asesoría técnica, universidades, institutos públicos de CyT, el sistema financiero, ofertas diversas de información especializada. A su vez, el mundo externo a las empresas se relaciona con éstas cumpliendo diversos tipos de funciones, que incluyen ser origen de ideas para la innovación, realizar la innovación, proporcionar información para la innovación, ser vehículo para la realización de la innovación, financiar la innovación. En casi todos los casos, además, se pregunta específicamente acerca del conocimiento que tiene la empresa de algunos mecanismos de política pública dirigidos a fomentar la innovación; se suele preguntar además, por la evaluación que dichos mecanismos le merecen al entrevistado en caso de haberlos utilizado. Si asimiláramos SNI a "mundo externo a la empresa que interactúa con ésta en actividades de importancia relacionadas con la innovación y circunscrito a las fronteras nacionales", podríamos concluir que el concepto inspira fuertemente a las encuestas, ya que todas éstas incorporan, prácticamente a lo largo de todas sus interrogantes, un aspecto u otro del SNI así concebido. Un aspecto a destacar es que lo que se retiene de este concepto de SNI no es su definición formal -las preguntas acerca de si conoce instituciones, programas o mecanismos de fomento a la innovación son mínimas- sino su carácter interactivo: lo que se pregunta es si la empresa interactuó, de una forma u otra, con ciertas partes del sistema. Aún sin salirse de una óptica "vinculacionista", que es aquella en que el SNI se concibe como compuesto por organizaciones y mecanismos cuya identificación pasa por su interacción potencial con las empresas, el concepto de Sistema Nacional de Innovación que está detrás de las encuestas presenta un par de lagunas de cierta significación. Una de ellas está asociada a las políticas públicas; otra, a la falta de referencias a la relación usuario-productor en temas de nuevas tecnologías, en que el usuario es Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ 23 la empresa encuestada y el productor es otra empresa -nacional o extranjera- o, eventualmente un instituto de investigación. La primera laguna aparece por ausencia o debilidad de un aspecto incluído en la definición de SNI dado por el propio Manual Oslo, a saber, government policies ; la segunda laguna se evidencia al observar la definición, bien temprana, dada por Freeman de SNI que, a diferencia de otras, subraya la importancia de un grupo específico de tecnologías: "The network of institutions in the public and private sectors whose activities and interactions initiate, import, modify and diffuse new technologies" (Freeman, 1987, p.1) 4.2.- La política pública en las encuestas de innovación Cuando se habla aquí de política pública se está haciendo referencia a un conjunto más amplio que los institutos públicos de investigación y aquellos dirigidos a apoyos y transferencia tecnológica. La encuesta argentina reconoce esta especificidad, pues a diferencia de la chilena y la colombiana -que preguntan por el conocimiento que tiene la empresa acerca del Sistema de Ciencia y Tecnología entendido como un conjunto de instituciones- interroga también acerca de instrumentos, como la Ley de Innovación Tecnológica o el Programa Trienal de Fomento y Apoyo a PYMES. La encuesta uruguaya, si bien no toca ese punto a través de un interrogante concreto -pues al momento de hacerse la encuesta, diez años atrás, Urugua y no tenía instrumentos de política pública de apoyo a la innovación tecnológica- incluye una última pregunta que reconoce ampliamente su importancia: "Es una verdad generalmente aceptada que toda empresa se beneficia en principio de un mayor desarrollo tecnológico. Es igualmente sabido que dicho desarrollo es un proceso por lo general muy costoso, que suele estar fuera del alcance de alguna empresa en particular. Es por eso que nos gustaría conocer su opinión acerca de las formas en que el Estado podría contribuir al desarrollo de la investigación tecnológica en el país, tanto en organismos públicos como en la propias empresas".11 La política pública puede ser considerada como un poderoso articulador entre el SNI y las actividades tendientes a la innovación a nivel de empresa. Ello ocurre de múltiples maneras, que van desde la inducción de innovaciones debido a políticas de reglamentación -ambientales, sanitarias, de consumo energético, de tolerancia a las fallas de equipo, etc.- hasta la creación de condiciones de mercado atractivas para la innovación a través de la política de compras del Estado.12 En este último caso la inducción hacia la innovación opera a través de un mecanismo doble: la propia exigencia respecto de productos y procesos de cierto nivel de complejidad, asociada al tipo de prestaciones y actividades del Estado y, no menos importante, la aparición de un mercado para la innovación -el propio Estado u otro, creado por una acción de éste- que puede llegar a justificar el esfuerzo de investigación, desarrollo y puesta a punto que la empresa debe hacer. En el caso uruguayo y para empresas intensivas en tecnología e "innovadoras por definición" -es decir, para las cuales parte importante de su negocio es la innovación- tanto en electrónica profesio nal como en biotecnología, en no pocas ocasiones la explicación de porqué la firma se embarcó en la búsqueda de innovaciones fue la 11 Esta pregunta fue respondida en un porcentaje razonable de casos, superior al 40%. Por dar un sólo ejemplo de tipo de respuestas obtenidas, la que sigue es la de una empresa nacional de más de cien empleados, con más de 100 años de fundada, que no hace I+D formal y que exporta poco: "Poniendo al servicio de las empresas listas de técnicos capacitados y ayudando a financiarlos y a la vez bajando aranceles para la importación de equipos con fines de investigación" (Quien contestó la encuesta en este caso fue el Gerente de Operaciones) 12 Este último punto está tangencialmente reconocido en el Manual Oslo, en el apartado acerca de cómo preguntar por los gastos de innovación a través de las diversas fuentes de fondos: "To evaluate the role of government procurement in innovation processes, it is useful to know whether or not a firm participates in government procurement (regional, national or international) related to innovative products and processes." (Manual Oslo, p.70) Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ 24 aparición de un mercado que justificaba el riesgo, asociado ya sea a compras del estado o a una política pública que creaba el mercado. Si bien la política pública es, indiscutiblemente, parte del SNI, puede no resultar evidente su importancia para caracterizar la innovación a nivel de empresa. En parte, esa es la postura que toma el Manual Oslo, ya que en el lugar natural para incluir el punto -¿qué razones llevaron a la empresa a innovar?- se recomienda taxativamente concentrarse en las razones asociadas a objetivos económicos en términos de productos y mercados, sin indagar más allá, es decir, sin preguntarse si esos objetivos los fijó la empresa o si le fueron fijada a ésta por otros actores. La importancia de este punto radica tanto en cuestiones de tipo económico como en términos de tendencias. Si una empresa innova, por ejemplo, en la dirección de bajar la proporción de un componente nocivo en alguno de sus productos, su posición será diferente según ello la individualice en el mercado -caso de haberlo hecho por iniciativa propia- o no la distinga en absoluto -caso de que la innovación sea la respuesta a una normativa de cumplimiento obligatorio-. Por otra parte, la propensión a innovar a futuro -cuestión de la cual algunas encuestas se ocupan- dependerá en alguna medida de opciones de política pública. Aquellas directamente dirigidas a fomentar la innovación pueden tener influencia en la medida que su diseño e implementación sean adecuados; ello también puede ocurrir con medidas de política pública no dirigidas directamente a la innovación pero que terminan impactando, a veces, profundamente, sobre ella.13 Por último, dado que la política pública juega un papel significativo en el "clima innovativo", preguntar por su rol como inductor actual o potencial de innovaciones ayuda a caracterizar dicho clima, lo que permite ubicar de forma más cualitativa las respuestas de la encuesta.14 Si bien es correcto centrar los esfuerzos de una encuesta sobre innovación tecnológica empresarial en las propias empresas, es igualmente fundamental caracterizar, al menos parcialmente, el SNI en el que se encuentran inmersas. La parte "objetiva" de dicho sistema se pregunta siempre, como ya vimos, a través de la vinculación de la empresa con diferentes tipos de organismos y actores; es justamente la más difusa, referida a valores y tradiciones la que podría verse en alguna medida reflejada a través de interrogantes que ubiquen a la política pública como inductora presente y prospectiva de innovaciones. Por dar un sólo ejemplo de cómo podría operar la encuesta en este último sentido, veamos el análisis que se hace, en el caso chileno, de las respuestas obtenidas a la pregunta sobre objetivos de la innovación. "Mejorar las condiciones de trabajo y la seguridad de la empresa" y "Reducir los daños al entorno" reciben, en ese orden, el mayor nivel de respuestas positivas y, además, con los mayores índices de importancia atribuida; el análisis señala, sin embargo, que "si bien estos objetivos están presentes en un gran número de casos, la importancia cuantitativa que los establecimientos dicen atribuirles aparece sesgada, probablemente por el peso social que estos aspectos han adquirido" (Instituto Nacional de Estadística, 1996, p.11) Si se indagara en torno a si dichos objetivos son el resultado de una normativa pública respecto a seguridad en el trabajo o el cuidado ambiental se podría 13Un ejemplo de esto último puede ser la decisión de adherir a ciertas normativas respecto a la propiedad intelectual; en el caso uruguayo pu ede señalarse que la decisión de no permitir la manipulación de virus vivo de la fiebre aftosa, decisión tomada en la órbita de una política pública en el sector agropecuario, afectó negativamente un área fuerte de innovación en biotecnología veterinaria. 14 La cuestión del "clima" en en el cual la encuesta de innovación se encuentra inmersa forma parte del análisis de la misma. Para la encuesta chilena, por ejemplo, se comenta que las importantes perspectivas de incremento de las actividades innovativas declaradas por las empresas deben enmarcarse en el clima de aceleración de la economía que se vivía cuando la información fue recabada. Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ 25 avanzar en torno a la cuestión de los valores y tradiciones, ya que el punto refiere a la capacidad de la sociedad de orientar en alguna medida el proceso innovativo en direcciones de interés general a través de mejoras en la calidad de vida. 4.3.- La relación con las nuevas tecnologías en las encuestas de innovación El tema de la vinculación de las empresas con nuevas tecnologías no es mayormente abordado en las encuestas. Es este sin duda un tema complicado, pues la racionalidad de incorporar dichas tecnologías depende en gran medida del tipo de proceso productivo y no es por lo tanto susceptible de generalización, lo que a su vez es imprescindible para un enfoque de encuesta. Sin embargo, dado que "nuevas tecnologías" recubre por lo general el quinteto informática, electrónica, biotecnología, nuevos materiales y nuevas formas de energía, no sería difícil tener un bloque que preguntara por el grado de contacto que la empresa tiene con ellas. ¿Qué tiene que ver ésto con la conceptualización del SNI? De acuerdo a la definición ya citada de Freeman, dicho sistema puede ser visto como el "facilitador" de la creación, utilización y difusión de tecnologías nuevas. La vinculación de éstas con la innovación es múltiple, y abarca desde la innovación asociada a la aparición de una nueva tecnología hasta la amplia familia de innovaciones que las nuevas tecnologías permiten en los más diversos ámbitos de la producción "tradicional". Desde una perspectiva de futuro y también de políticas, es importante saber qué vinculación tienen las empresas con las nuevas tecnologías, dado el papel que estas juegan en la competitividad industrial. La cuestión vista desde el SNI es entonces si hay en el ámbito nacional condiciones que estimulen el relacionamiento de las empresas con las nuevas tecnologías. Esto a su vez puede ser visto de dos maneras: una que analiza la vinculación con la oferta internacional y otra que focaliza la atención en la oferta nacional en la materia. La encuesta argentina, por ejemplo, aunque no de manera directa, se aproxima a este enfoque de la primera forma, indagando en torno a porqué las empresas importan bienes de capital, contándose entre las alternativas posibles para las respuestas dos que caracterizan directamente el medio local: "Inexistencia de producción local" y "Producción local insuficiente". La encuesta uruguaya, en cambio, pregunta directamente por la contratación de asesoría en electrónica, informática, biotecnología o análisis especiales de laboratorio a empresas nacionales, incluyendo la producción de dispositivos. Las razones de índole general que llevan a prestarle mucha atención a este aspecto han sido desarrolladas en otros trabajos. Aquí nos limitamos a señalar que la relación de los países subdesarrollados con las nuevas tecnologías es muy diferente de la que se da en los países centrales, tanto porque el rol directo que juegan estas tecnologías en su comercio exterior es prácticamente nulo como porque su dependencia de importaciones es mucho mayor. Es decir, en el subdesarrollo las nuevas tecnologías no constituyen "un fin comercial en sí mismo" y el núcleo de producción endógeno asociado a ellas es muy débil. Sin embargo, las nuevas tecnologías abren "ventanas de oportunidad" para la solución original y eficiente de problemas locales -surgidos de especificidades irreductibles del medio productivo-. Muchas veces esa oportunidad se traduce en la posiblidad de diseñar un instrumento nuevo -una máquina, una vacuna, un instrumento de medida, un dispositivo de uso médico, una enzima-, de producirlo y de comercializarlo. Este conjunto de funciones sólo pueden encararlo empresas: las que lo hacen constituyen el conjunto de "sastres tecnológicos" con que cuenta un país. Su fortaleza, Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ 26 diversificación productiva y grado en que el resto de la economía recurre a sus servicios dice mucho de la capacidad nacional -o regional o local- de innovación. En particular, hay necesidades de innovación a nivel empresarial que sólo pueden satisfacerse recurriendo a estos sastres: ello ocurre cuando la oferta internacional no existe, no es adecuada tecnológicamente o es excesivamente costosa. Las empresas de base tecnológica forman parte del SNI a igual título que otras organizaciones productoras de conocimiento; aunque ello no sea reconocido así en las definiciones habituales, es razonable hacerlo en realidades como la latinoamericana, donde todos los espacios de creación, aprendizaje e interacción deben ser identificados y destacados a efectos del análisis -justamente porque la debilidad del tejido innovativo obliga a prestarle atención a todos ellos-. Resumiendo, el concepto de SNI está fuertemente presente en las encuestas latinoamericanas de innovación en la industria, en la medida que éstas le prestan bastante atención a las vinculaciones externas a la empresa, dentro y fuera del ámbito nacional. El concepto no se restringe al Sistema de Ciencia y Tecnología, justamente porque no sólo se incluyen en la indagatoria las relaciones con institutos de CyT -públicos o privados - y universidades, sino también las vinculaciones con otras empresas y con la oferta de asesoría tecnológica. Se observa que el concepto subyacente de SNI utilizado limita generalmente la vinculación con el ámbito público a la que se lleva a cabo formalmente con instituciones, sin atender a los circuitos de inducción de innovaciones que puedan generarse a partir de las políticas públicas, sean de CyT y de innovación o provenientes de otros ámbitos de acción. Dicho concepto no delimita un espacio propio para las empresas intensivas en tecnología, lo que no permite analizar una de las dinámicas innovativas más prometedoras en países como los nuestros, especialmente en lo que hace a la dimensión regional y local. 5.- ¿Qué se lee en las encuestas sobre innovación en América Latina acerca de los SNI realmente existentes? 5.1.- Las vinculaciones empresas-sistema público de investigación 5.1.1 ¿Cuánto importa el mundo de investigación y desarrollo externo a la empresa? Se trata de examinar la importancia que tiene el entorno exterior de la empresa como proveedor de ideas para la innovación, de espacios para el desarrollo y la ejecución de la inovación y para la cooperación y la vinculación en materia tecnológica. La primera conclusión, común a todos los casos, es que el entorno externo no es demasiado importante para estos aspectos: la mayor parte de las ideas para la innovación así como los espacios para su desarrollo y ejecución provienen mayoritariamente de las propias empresas. De las diversas alternativas externas a la empresa- otras empresas, universidades, institutos públicos de investigación- las que resultan consistentemente menos utilizadas son las universidades y los institutos públicos de investigación. Colombia: las universidades son origen de ideas para la innovación en el 13,4% de los casos y los institutos públicos en el 7,4% de los casos, ambos guarismos los más bajos de todas las alternativas, entre las cuáles las más fuertes son ferias y exposiciones y clientes. Sin embargo, se perfilan algunas excepciones: las empresas de mayor dinamismo innovativo y tamaño intermedio -50 a 100 empleados- Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ 27 reconocen en un 45% que sus ideas innovativas provienen de universidades y en un 43% de institutos públicos de investigación y desarrollo tecnológico. Las universidades y centros de investigación siguen ocupando el lugar más bajo en materia de ejecución externa de actividades innovativas. México: los acuerdos de cooperación para proyectos innovadores fueron muy minoritariamente establecidos con universidades e institutos públicos: 6% y 4,9% del total de empresas respectivamente. Se destaca que entre las pocas empresas que declaran este tipo de acuerdo, las pequeñas ocupan una proporción un poco mayor que la que detentan en las otras alternativas -proveedores de equipo, clientes, empresas de consultoría-. La valoración que le merecen a las empresas estos acuerdos con universidades e institutos públicos, en una escala de irrelevante a muy significativo, está muy cerca del origen, es decir, irrelevante. En el caso mexicano se ofrece información acerca de la procedencia de los suscriptores de acuerdos de cooperación: allí se ve con claridad que los "más nacionales" de los suscriptores son justamente universidades e institutos públicos, con casi un 90% de pertenencia al país; cuando los acuerdos son con clientes, la presencia extranjera sube al 40%, alcanzando ésta el 44% para proveedores y el 50% para empresas del grupo, habiendo sido éstas las tres alternativas para la suscripción de acuerdos más mencionadas por las empresas. A todo esto debe agregarse que entre las alternativas planteadas como posibles obstáculos a la innovación, la falta de apoyos públicos fue la menos mencionada y su relevancia fue considerada prácticamente nula. Venezuela: las vinculaciones externas declaradas por las empresas venezolanas alcanzan el 43%; de éstas las vinculaciones con universidades son sólo el 3,5% y con institutos públicos el 4,5%. Además, de ese ínfimo porcentaje, el 77% está ocupado por las empresas más grandes. Venezuela incluye una pregunta por demás interesante acerca de los mecanismos para el contacto con universidades y centros públicos de investigación y desarrollo, que fue contestada por el 13% de las empresas: el mecanismo más significativo, con el 45,2% de respuestas es "contactos informales entre el personal de la empresa y de la universidad"; el menos signficativo, con el 22% de respuestas es "programas para el fomento de la vinculación entre los sectores académico y productivo"; las ofertas de la universidad y de los centros ocupa el 31% de respuestas y la demanda de las empresas el 24%. Chile: el 31,8% y el 16,2% de las empresas declara haber recibido ideas para la innovación de desarrollos innovativos realizados por universidades e institutos públicos, respectivamente. El 25% de las empresas declara haber realizado contratos con universidades, mientras que el 14% lo hace en referencia a institutos públicos. Chile también pregunta por los mecanismos utilizados para los contratos con universidades, distinguiendo en este caso entre contratos personales entre la firma e investigadores de las universidades e institutos públicos y contratos formales de investigación con universidades e institutos públicos. El 29,6% de las empresas recurre al primer mecanismo, mientras que el 31,2% recurre al segundo. La diferencia de respuestas es bastante notoria según tamaño de empresa: las empresas de entre 10 y 49 empleados recurren sólo en un 8% a contratos personales con investigadores mientras que las mayores, de 1000 y más empleados lo hacen en un 42,5%; los contratos formales entre firmas y universidades e institutos públicos muestra en cambio un comportamiento mucho más parejo por tamaño. Además, en Chile se indica que los apoyos provistos por las políticas de fomento a la innovación (CORFO y CONICYT) carecen de significación. Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ 28 Argentina: Declara haber tenido acuerdos con institutos púbicos o sin fines de lucro el 6% de las empresas. En una Tesis de Maestría recientemente defendida, fueron encuestadas 31 empresas metalúrgicas de 3 de Febrero, partido del conurbano de la Provincia de Buenos Aires, especializadas en construcción de maquinaria (motores y turbinas, maquinaria agrícola, maquinaria para metales y madera, maquinaria de oficina y cáculo, maquinaria eléctrica), todas ellas PYMES. El formulario aplicado sigue bastante de cerca al resto de los ya comentados, incluyendo preguntas acerca de diversas formas de interrelación con universidades e institutos públicos de investigación. Los resultados obtenidos son totamente consistentes con los de las demás encuestas analizadas: las universidades ocupan el porcentaje más bajo -6%- de todas las alternativas como fuentes de información tecnológica y el 77% declara no conocer los servicios tecnológicos disponibles en los organismos públicos de CyT. (J.L.Freijo, 1998) Uruguay: la asesoría contratada a organismos públicos de carácter tecnológico alcanzaba en 1987 al 27,2% de los establecimientos, correspondiendo a la Universidad de la República el 10% del total. Las empresas grandes contrataban asesoría en un 40,9% mientras que las pequeñas lo hacían en un 17,9%. 5.1.2 ¿Cómo interpretar lo que antecede? Lo señalado hasta aquí indica que las interacciones empresa-universidad y empresa-instituto público de investigación y desarrollo son débiles en América Latina. En algunos casos son simplemente marginales; en todos los casos son la menos frecuente de las modalidades de interacción científicotécnica entre la empresa y su entorno. Además, estas interacciones, tanto como origen de ideas para la inovación como en la ejecución de ésta, son notoriamente menos importantes que la propia empresa: las ideas innovativas y su puesta en práctica reconocen como actor principal al personal y las facilidades internos a la firma. Esto podría llevar a concluir que los SNI latinoamericanos presentan una desarticulación fuerte a nivel del relacionamiento empresarial con el sistema público de investigación. Esta conclusión merece sin embargo algo de cautela. En primer lugar, porque el relacionamiento empresarial, en particular con las universidades, no se da primaria ni fundamentalmente a través de convenios de asesoría o contratos de desarrollo, sino mediante el empleo de sus egresados. Es decir, podríamos concluir que hay una seria desarticulación universidad-empresa si estas últimas manifestaran que, además de ser prácticamente irrelevante su relacionamiento contractual- formal con universidades en tanto proveedoras de conocimiento bajo demanda, la falta de egresados universitarios con el nivel o la especialidad requeridas resultan un freno para la innovación. Ello no ha sido medido en las encuestas, pues la opción "falta de personal capacitado" en las preguntas referidas a los obstáculos a la innovación -cuya respuesta podría dar una idea acerca de lo que recién planteamos- parecería haber sido respondida pensando en una carencia más básica, es decir, obreros y operarios con niveles mínimos de educación formal.15 15 En la encuesta venezolana, por ejemplo - sobre el total del universo- mientras que sólo el 3,4% indica como obstáculo la escasez e recursos humanos calificados a nivel de ingenieros el 15% lo india a nivel de obreros. Es interesante observar, además, que esa diferencia es máxima en las empresas más grandes, con "escasez de obreros" Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ 29 En segundo lugar, la cautela se impone por las posibles implicancias de política que podrían drivarse de un diagnóstico rápido de desarticulación del SNI en el sentido de más instituciones y mecanismos para fomentar el relacionamiento. Esto en sí mismo no es malo, por cierto: lo malo sería no prestarle atención a un hecho básico, a saber, que las empresas declaran que para ellas, el conocimiento interno es muy importante, lo que coincide con la teoría en cuanto a la fundamental relevancia del conocimiento tácito en la innovación. La vinculación con universidades, mirada desde esta óptica, podría pasar más por la implementación de pasantías de larga duración de los mejores estudiantes avanzados en empresas que por los mecanismos clásicos de interacción; el problema de las pequeñas y medianas empresas que no tienen personal con formación universitaria tendría así que formar parte de la agenda de la política para la innovación. 16 5.2.- Las vinculaciones empresa-empresa en el ámbito nacional Un segundo elemento de juicio acerca de la conectividad del SNI es la vinculación que declaran tener las empresas con otras empresas nacionales a efectos de realizar innovaciones, asesoría tecnológica o compra de bienes de capital. Colombia: el dato no se releva, aunque en el informe de análisis de su encuesta se dice: "Existe una estrecha relación entre clientes y establecimientos ya que en muchos casos éstos se unen no sólo para intercambiar ideas sobre innovaciones sino para llevar a cabo conjuntamente actividades de innovación" (p.77) En la hipótesis, bastante razonable, de que los clientes de los establecimientos colombianos son también colombianos, tendríamos aquí un significativo proceso de relacionamiento usuario -productor (el 61% de los establecimientos innovadores declara la ejecución conjunta de innovaciones con clientes). México: en el caso mexicano, al igual que en el colombiano, no se releva directamente las relaciones de las empresas de la muestra con otras empresas nacionales. Como ya vimos, el dato referido a clientes, que son los más mencionados como contrapartes externas de acuerdos de cooperación, muestra que éstos son mexicanos en un 60%. Venezuela: el 10% de las empresas declara tener vinculaciones técnicas con empresas nacionales no relacionadas con ellas mismas. alcanzando el 18,8% y "escasez de ingenieros" dando cuenta del 3,5%, mientras que en las empresas pequeñas la difrencia es mínima: 9,7% y 4,2% respectivamente. 16 En un ejercicio tipo Delfos realizado en Uruguay en 1996, la alternativa para estimular la innovación que encontró más adhesiones e ntre los entrevistados, en términos combinados de viabilidad y eficacia, fue la de otorgar subsidios a la I+D en las empresas. (Arocena, 1996) Esto abona en la dirección de pensar que la actividad innovativa interna a las empresas no sólo es declarada como fundamental por éstas sino también reconocida como tal por otros actores. Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ 30 Chile: en promedio, el 48% de las empresas indica haber contratado otra empresa privada (sin distinguir entre nacional o extranjera) a efectos de la ejecución de innovaciones. Uruguay: la contratación de empresas nacionales para la realización de asesorías tecnológicas alcanza al 10,5% del total. Es de destacar que la contratación de profesionales nacionales -entendidos como empresas unipersonales- es mucho más alta, orillando el 22%. En Uruguay se preguntó por el intercambio de experiencias tecnológicas con otras empresas, recibiéndose en conjunto una respuesta bastante alta, pues más de la mitad de los establecimientos de la muestra lo declaró: de este intercambio, el realizado con empresas extranjeras fue marcadamente más intenso que el realizado con empresas nacionales, del orden del doble. En cuanto a la contratación de asesoría técnica y/o construcción de dispositivos y/o análisis de laboratorio con empresas nacionales de tecnología avanzada el resultado promedio a nivel de toda la industria fue el 21,7%. La heterogeneidad en la forma de realizar las preguntas y el hecho de que no siempre se indicara nacionalidad, hace poco firme cualquier conclusión referida a a solidez de los SNI en lo que tiene que ver con la cooperación tecnológica interempresarial. 5.3.- A modo de conclusión El método encuesta presenta obvias limitaciones para el análisis de los SNI. No se pretendía aquí, en ese sentido, más que aprovechar parcialmente la riqueza empírica hoy disponible acerca de la innovación en empresas industriales de diversos países latinoamericanos para "leer" desde allí, hasta donde se pudiera, algunos rasgos de los SNI "realmente existentes" en la región. La impresión muy primaria que se obtiene, es que el núcleo duro de la innovación está dentro de las empresas, es decir, que existe un alto grado de "integración vertical" en materia de innovación: las ideas vienen sobre todo de adentro, las actividades se realizan sobre todo adentro, las fuentes externas son poco utilizadas en general. Si la conclusión es mínimamente correcta, ello puede deberse a tres situaciones completamente distintas, descartando el que las empresas no recurran al medio externo porque son tan fuertes que no lo necesitan. Una sería que lo que existe fuera de las empresas es débil, irrelevante desde la perspectiva de la producción manufacturera de la región en su actual estadio de desarrollo o ambas cosas; otra, sería que las empresas son demasiado débiles internamente como para sacar partido de la oferta de conocimientos que existe en su entorno. La tercera, finalmente, es que ni es irrelevante lo que se ofrece en el medio local ni que las empresas son tan débiles, sino que lo que es marcadamente débil es el "sistema vial" de la innovación, es decir, el sistema de articulaciones y conocimientos que relaciona a las empresa con su entorno. Eventualmente, todas estas situaciones pueden darse simultáneamente. Una última reflexión -ya que cuáles situaciones prevalecen o conviven queda planteado como pregunta abierta- es qué quiere decir "entorno". En el Uruguay, tanto por razones de tamaño, de concentración industrial y por tener sólo una universidad de investigación, la noción de entorno de las empresas se asimila a territorio nacional. En otros países del Mercosur, al menos con certeza en Argentina y Brasil, la noción de "entorno" no puede de ninguna manera asimilarse a "país". La política de innovación debería tener en cuenta que, dependiendo de la región, la vinculación de las empresas Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ 31 con los "sistemas de innovación localizada" puede reconocer cualquiera de las situaciones de debilidad recién mencionadas: quizás allí radique lo más específico de la dimensión innovativa local. 32 Globalização e Inovação Localizada, IE/UFRJ Referencias Argenti, G, C. 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