ELEMENTOS PARA INTRODUCIR EL CONCEPTO DE ENERGÍA MECÁNICA SIN RECURRIR AL CONCEPTO DE TRABAJO1, 2 MARÍA MERCEDES AYALA FRANCISCO MALAGÓN GERMÁN GUERRERO Departamento de Física Universidad Pedagógica Nacional RESUMEN En este artículo se rescata la distinción que plantean Leibniz y Bernoulli a través de los términos vis viva y vis mortua al abordar el problema del movimiento. Basado en esta distinción se muestra que la formulación newtoniana y la formulación que involucra el concepto de energía mecánica obedece a dos modos diferentes y complementarios de comprender el movimiento. [email protected] 1 FÍSICA Y CULTURA: CUADERNOS SOBRE HISTORIA Y ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS, Nº 4, 1998 2 INTRODUCCIÓN El concepto de energía se suele introducir a través del concepto de trabajo, presentándolo, de esta manera, como una consecuencia de la formulación newtoniana. En este artículo se sustenta la tesis contraria, planteada también por otros autores3: la formulación newtoniana y la formulación basada en el concepto de energía mecánica corresponden a dos modos independientes de abordar el movimiento. Para ello se rescata la distinción que plantean Leibniz y Bernoulli a través de los términos “vis viva” y “vis mortua” al analizar el problema del movimiento. El artículo en sí mismo es una ejemplificación de una forma de recurrir a la historia de la disciplina con fines pedagógicos muy poco usada hasta el momento. Se muestra la importancia del rescate de "originales" cuando se trata de generar alternativas para el mejoramiento de la enseñanza de la física: de una parte, permite recuperar y recontextualizar mediante el análisis de éstos problemáticas que dieron origen y permitieron desarrollar y transformar conceptos de la física; y de otra, posibilita la construcción de caracterizaciones de tales procesos identificando un cierto paralelismo con el conocimiento individual. VIS VIVA Y VIS MORTUA: UNA INTERPRETACIÓN La distinción entre la vis viva y la vis mortua que Leibniz y Johann Bernoulli4 se esfuerzan en fundamentar parece, en una primera instancia, carente de sentido y de utilidad. Sin embargo, cuando se superan las dificultades que surgen por el lenguaje utilizado y se logra develar el problema al que hacen referencia los términos, el discurso no solo adquiere un significado para nosotros sino también validez. En lo que sigue mostraremos las razones, el significado y la importancia de la diferencia planteada por medio de los términos vis viva y vis mortua.5 En una primera aproximación, se puede afirmar que el planteamiento leibniziano se refiere a la diferencia existente entre la medida de la fuerza en condiciones de equilibrio (vis mortua) y la medida de la misma en condiciones dinámicas (vis viva)6. Cuando se pretende determinar la medida de una fuerza, por ejemplo la fuerza ejercida por un resorte cuando ha sido estirado o contraído una cierta distancia x, es posible hacerlo contrarrestando la fuerza con otra fuerza conocida (colgando pesos y notando el estiramiento); es decir, generando una situación de equilibrio. Así es posible determinar que la fuerza que ejerce un resorte, en cierto rango de deformación, está dada por kx, donde k es la constante del resorte. Pero, también es posible determinar la fuerza a través del movimiento que produce: es claro que a fuerzas iguales deben corresponder movimientos iguales. Si FÍSICA Y CULTURA: CUADERNOS SOBRE HISTORIA Y ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS, Nº 4, 1998 3 comprimimos dos resortes de constantes k y k' las distancias x y x', respectivamente, con la misma fuerza -es decir -, es razonable esperar que las velocidades obtenidas sean iguales al actuar sobre un mismo cuerpo. Sin embargo, solo si se cumple que x y x' sean tales que kx2 = kx'2 se logra producir con los dos resortes el mismo movimiento. Resulta, entonces, empíricamente válido hacer una diferenciación entre la "fuerza de equilibrio" y "la fuerza dinámica". Tratemos ahora de hacer una primera caracterización de cada tipo de fuerza. Cuando un cuerpo que bajo la acción de una fuerza es impedido a moverse por un obstáculo, la acción ejercida sobre él se propaga de manera idéntica e instantánea de modo que el cuerpo presiona al cuerpo que lo obstaculiza y el obstáculo a su vez actúa sobre el cuerpo con igual fuerza. Este tipo de fuerza tiene la propiedad de que no produce efectos que duren más que ella misma y, además, no implica pérdidas para el cuerpo que ejerce la fuerza: la duración de la acción ejercida sobre un cuerpo por un resorte comprimido en condiciones de equilibrio no hace que la acción sea cada vez menor. Entre tanto, la "fuerza dinámica" del resorte se va perdiendo en la medida en que el cuerpo va ganando movimiento, "fuerza de movimiento". Sin duda, aquí estamos hablando de otro tipo de fuerza, estamos hablando de una fuerza que pasa de un cuerpo a otro; una fuerza cuya disminución en un cuerpo implica que otro u otros la aumenten: una fuerza que tiene un carácter substancial, una fuerza que se transmite, se conserva y se transforma. En contraste, la "fuerza de equilibrio" es ante todo la pura acción y una vez que ésta cesa no permanece en el cuerpo sobre el cual se ejerce (la vis impresa newtoniana). Si bien la argumentación que se ha dado hasta el momento puede ser aceptable, la contradicción que aparentemente hay entre esta perspectiva y las ideas y afirmaciones que tradicionalmente se enseñan en física se convierte en un gran obstáculo para aceptar la validez de la distinción planteada a través de los términos vis viva y vis mortua. Pero la clave para solucionar esta aparente contradicción está en darse cuenta que es posible distinguir en el término "dinámico" dos significados muy diferentes. Uno, según el cual se supone la existencia de estados en los cuales un cuerpo o sistema, dejado por si solo, permanecería indefinidamente. La definición de estos estados y la determinación de la causa que hace que el cuerpo no permanezca en su estado "natural" es la problemática que caracteriza esta manera de abordar el cambio de lugar de un cuerpo o sistema. A lo largo de la historia se encuentran diferentes definiciones del estado o estados naturales de un cuerpo: lugar o configuración natural para los cuerpos terrestres y movimiento circular para los cuerpos celestes (Aristóteles); reposo y movimiento circular uniforme (Galileo); reposo y movimiento rectilíneo uniforme (Newton). No obstante tal diversidad en las definiciones del estado de un sistema con relación al movimiento, la idea de FÍSICA Y CULTURA: CUADERNOS SOBRE HISTORIA Y ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS, Nº 4, 1998 4 permanencia en el tiempo es común a todas ellas. Por eso cuando el movimiento logra ser matematizado, el estado debe ser representado por una cantidad que requiere ser constante en el tiempo. En el caso newtoniano, el momentum lineal o cantidad de movimiento juega este papel, define el estado de movimiento; la fuerza es la causa del cambio de estado (cambio en la cantidad de movimiento), ante el cual el cuerpo que lo experimenta permanece invariable; el tiempo se independiza del movimiento y es utilizado como referencia externa. En el otro significado del término, se asume al sistema como algo susceptible de tomar diferentes formas, de ser de diferentes maneras, las cuales también se denominan estados no obstante no involucrar la idea de permanencia. Desde esta perspectiva el término "dinámico" hace referencia a la posibilidad de pensar el cambio de lugar como la sucesión continua de estados -configuraciones espaciales- que puede adoptar un sistema. El movimiento es entendido en términos de estado y transformación, y el tiempo está indisolublemente ligado al movimiento. La identidad del cuerpo o sistema es la identidad en los cambios de estado, y está representada por la identidad del proceso. Esta identidad implica la existencia de una cantidad que no varíe en el devenir del cuerpo y establezca una equivalencia entre sus diferentes estados. La conservación de lo que llamamos en un principio "fuerza dinámica" -que conocemos hoy con el nombre de energía mecánica- y sus diferentes "formas" -"fuerza del resorte" (1/2 kx2), "fuerza de movimiento" (1/2 mv2), "fuerza de la gravedad" (mgh)- juegan precisamente este papel. Es posible ver estas dos acepciones del término "dinámico" como maneras complementarias de abordar el problema del movimiento: la primera -la mirada por equilibrio- tiene como referencia el tiempo y la segunda -la mirada por conservación-, como referencia el espacio. En la teoría newtoniana, se ve que la referencia fundamental en la definición de un estado de equilibrio es el tiempo; el espacio en cambio no requiere ser tenido en cuenta. La homogeneidad del espacio es la condición necesaria para esta concepción de movimiento y para la conservación del momentum lineal; el estado de equilibrio está descrito por un momento lineal constante, la constancia en el tiempo como tal es una exigencia lógica de toda definición de estado de equilibrio; por esto, es que el principio de inercia a la vez que define el estado de equilibrio postula la "conservación" del momento lineal. Haciendo el contraste, el análisis del movimiento, mirado como un proceso de cambios de configuración del sistema, nos lleva a considerar al espacio como referencia fundamental: en la definición y descripción de los estados del sistema, son las configuraciones espaciales la referencia; el tiempo no está presente. Se podría afirmar que la homogeneidad del tiempo es una condición necesaria para formular el problema del movimiento en los términos anteriores y, en especial, para la conservación de la energía mecánica. La conservación de la energía expresa la identidad del sistema a través del cambio, y sus diferentes FÍSICA Y CULTURA: CUADERNOS SOBRE HISTORIA Y ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS, Nº 4, 1998 5 "formas" se determinan mediante la equivalencia de los estados del sistema. CONSIDERACIONES PEDAGÓGICAS Los estudiantes suelen hablar de una fuerza que se transmite y de una fuerza de movimiento, cosa que el maestro ve como un error y no como una forma diferente a la newtoniana de abordar el movimiento de un sistema. Los estudiantes, también, acostumbran asumir que un cuerpo se encuentra en condiciones de equilibrio cuando su velocidad es cero, al asociar velocidad cero con ausencia de "fuerza de movimiento" y a este hecho con equilibrio. Cuando se pregunta, por ejemplo, por la distancia que logra ser comprimido un resorte cuando un cuerpo es dejado caer sobre él desde una cierta altura, el estudiante entiende que en la medida en que el cuerpo cae -pierde altura- gana movimiento; movimiento que el cuerpo pierde gradualmente cuando comprime al resorte, y que el resorte va almacenando en forma de fuerza. Se podría pensar que aquí hay una mirada de conservación -con algunos problemas ya que parece no detenerse en el hecho de que el cuerpo cuando comprime el resorte cae y, en consecuencia, gana movimiento-. Sin embargo, cuando el cuerpo llega al punto de máxima compresión del resorte, al no existir movimiento, el estudiante ve equilibrio y se detiene en la acción que el cuerpo ejerce sobre el resorte -que es igual al peso- y la resistencia que éste le ofrece, kx, estableciendo una igualdad entre ellas (acción igual a resistencia, visión que no es estrictamente newtoniana, pero que se encuentra en la misma línea de desarrollo). Son frecuentes las ocasiones en las que los estudiantes dejan ver las dificultades y confusiones que surgen cuando no se tiene en cuenta la diferenciación entre las dos formas de entender lo dinámico: la mirada por equilibrio y la mirada por conservación. Es importante tener en cuenta que las dificultades y "errores" de los estudiantes son un indicio de las necesidades de disociación y de las causas de confusión, que requieren ser abordadas y trabajadas por maestros y estudiantes si se pretende una enseñanza de la Física con más significación para los estudiantes. NOTAS Y REFERENCIAS 1.Este artículo hace parte de una serie de trabajos que hemos venido realizando en la UPN -en el desarrollo de una de las líneas de investigación que estructuran el Programa de Maestría en Docencia de la Física- con el claro convencimiento de que una comprensión de la física atendiendo su historicidad dará elementos que sirvan para fundamentar la selección y estructuración de temáticas que propicien la FÍSICA Y CULTURA: CUADERNOS SOBRE HISTORIA Y ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS, Nº 4, 1998 6 asimilación de la cultura científica por nuestra cultura. Por otra parte, este ensayo amplía y fundamenta algunas de las tesis planteadas en el artículo: "Una propuesta de estructuración de la mecánica. Desde una perspectiva evolutiva". Rev. Física y Cultura, Vol. 1 No. 2, I semestre 1990. 2.Ponencia presentada en el XIII Congreso Nacional de Física, Bogotá, agosto de 1989. 3.Véase, por ejemplo, a: GUIDONI, P. A phenomenological approach to the development and differentiation of energy ideas. Universidad de Nápoles. 4.Véase en LINDSAY, R.B. Energy: Historical Development of the Concept: LEIBNIZ, G.W., "A Brief Demonstration of the Memorable Error of Descartes and Others Concerning the Natural Law to Which They Claim That the same Quantity of Motion Is Always Conserved by God, a Law That They Use Incorrectly in Mechanical Problems", págs. 119-121; LEIBNIZ, G. W., "A Dynamical Model for the Wonderful Laws of Nature Concerning the Forces of Bodies and Assigning Their Actions and Referring Them to Their Causes", pág. 122; BERNOULLI, J., "Use of the Vis Viva Concept in Problems of Motion", págs. 123-132. 5.La vis mortua consiste en un simple esfuerzo, esfuerzo que continúa existiendo aún si un obstáculo extraño en cualquier momento evita la producción del movimiento local en el cuerpo sobre el cual la vis mortua es ejercida. Un ejemplo de tal fuerza es el peso. Un cuerpo pesado sostenido por una mesa horizontal continuamente trata de descender. Y lo haría sino fuera porque la mesa provee un obstáculo que lo evita. Así la gravedad produce una vis mortua en el cuerpo. El efecto de esta es solamente momentáneo. En cada instante la gravedad ejerce una cantidad infinitamente pequeña de energía sobre el cuerpo sobre el que actúa, que es inmediatamente absorbida por la resistencia del obstáculo. Estos pequeños grados de velocidad perecen al nacer y renacen al perecer, y es en este ciclo de producción y destrucción en lo que consiste la fuerza de gravedad cuando es retenida por un cuerpo inamovible. Esta fuerza es llamada vis mortua. En cuanto al obstáculo, cuando resiste la fuerza de gravedad recibe una fuerza igual y opuesta a la fuerza de gravedad que actúa sobre el peso. La vis mortua tiene la propiedad peculiar de que no produce ningún efecto que dure más tiempo que ella misma. Si el cuerpo pesado sostenido por la mesa perdiera todo su peso en algún momento, en ese momento la mesa dejaría de estar presionada. La situación no es la misma con la vis viva; su naturaleza es completamente diferente. No puede nacer ni perecer en un instante. Toma más o menos tiempo producir vis viva en un cuerpo que no la tiene. También toma tiempo destruir la vis viva en un cuerpo que la tiene. Una vis viva es producida gradualmente en un cuerpo cuando, estando éste inicialmente en reposo, una fuerza es aplicada e induce por pequeños grados un movimiento local. Suponemos que en este caso ningún obstáculo retarda el movimiento. Este movimiento es adquirido en grados infinitamente pequeños e incrementa hasta una velocidad finita y definida. Así, la vis viva producida en un cuerpo en un tiempo finito por una fuerza que ningún obstáculo retarda es algo real. Es equivalente a la parte de la causa consumida en producirla, ya que cada causa eficiente debe ser igual a su efecto. El cuerpo que recibe vis viva, si no es retardada por un obstáculo cualquiera, provee resistencia a ésta solamente por su inercia, que es siempre proporcional a su masa, de tal manera que los pequeños grados de fuerza ejercidos sobre el cuerpo son conservados y acumulados para producir un movimiento local. Una vis viva producida por una fuerza continua sin la presencia de un obstáculo retardador se puede comparar a una superficie descrita por el movimiento de una línea o a un sólido descrito por el movimiento de una FÍSICA Y CULTURA: CUADERNOS SOBRE HISTORIA Y ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS, Nº 4, 1998 7 superficie. No hay más posibilidad de comparar vis mortua con vis viva que la que hay de comparar una línea con una superficie o una superficie con un sólido; son cantidades heterogéneas que no admiten realmente comparación. Cualquiera que sea la causa de una fuerza que por la duración de la acción finalmente produce movimiento, si tiene una cantidad definida, como por ejemplo un resorte comprimido que al estirarse emplea una fuerza para producir una velocidad actual en el cuerpo que inicialmente no tenía ninguna, es evidente que en la medida que el cuerpo reciba nuevos grados de fuerza la causa que los produce debe desaparecer enteramente cuando la fuerza del resorte ha sido usada y transferida al cuerpo, es decir, juntada en la acumulación de todos aquellos grados que han sido producidos sucesivamente. Esta fuerza que entra en el cuerpo puesto en movimiento mediante la tensión del resorte es la que debe ser llamada vis viva. Aquí vemos nuevamente una gran diferencia entre vis viva y vis mortua. La presión o tensión solas, o la vis mortua, que es recibida por un obstáculo inamovible, producida por el esfuerzo de un resorte que trata de estirarse, no decrece la fuerza del resorte en lo más mínimo. Mientras que, por otro lado, la fuerza del resorte es usada en dar en dar movimiento al cuerpo, es decir, en producir vis viva. La Producción de un mínimo grado de esta fuerza requiere la pérdida o destrucción de la fuerza del resorte en un grado igual. La una es la causa, la otra es el efecto inmediato. pero la causa no puede desaparecer en total o parcialmente si ser reencontrada en el efecto en cuya producción ha sido empleada. De lo anterior puedo concluir que la vis viva de un cuerpo que ha sido producida por el relajamiento de un resorte es capaz de comprimirlo de nuevo al mismo grado de fuerza que tenía originalmente. Y si uno supone que esta vis viva es empleada para comprimir dos, tres, o más resortes iguales entre sí pero más débiles que el primero, se puede decir que el primer resorte puede producir un efecto dos veces, tres veces, o varias veces mayor que el producido por uno de los resortes débiles. La igualdad que existe entre efecto y causa confirma lo que se acaba de decir. En esta igualdad consiste la conservación de fuerzas de cuerpos que están en movimiento. Se ha visto que la más pequeña parte de una causa positiva no puede ser permanentemente perdida y que puede además reproducir un efecto sólo en la medida en que reemplace tal pérdida. Como la gente han trabajado por mucho tiempo con la opinión de que la medida de la fuerza del cuerpo es la cantidad de movimiento, es decir, el producto de la masa del cuerpo multiplicada por su velocidad, han creído erróneamente que la cantidad de movimiento en el universo debe ser constante. El origen de este error, como ya lo he sugerido, está en confundir la naturaleza de la vis mortua con aquella de la vis viva. El principio fundamental de la estática demanda que en equilibrio los poderes de las cantidades que intervienen estén compuestas por las fuerzas absolutas y sus velocidades virtuales. Este principio ha sido extendido más allá de lo justificado al ser aplicado a cuerpos con velocidades actuales. Solamente en los últimos 30 o 40 años, algunas personas han comenzado a percibir que las dos fuerzas son de una naturaleza totalmente diferente, sin más relación que la existente entre una línea y una superficie o entre una superficie y un sólido. Leibniz fue el primero en notar que la fuerza de un cuerpo no era igual al producto de su masa y su velocidad, sino que era medida por el producto de su masa multiplicada por el cuadrado de su velocidad.Tomado de BERNOULLI, J., Op. Cit., págs. 123-125 6.La mayoría de los autores ven en la vis viva y vis mortua leibniziana los orígenes de los conceptos de energía cinética y de energía potencial respectivamente. FÍSICA Y CULTURA: CUADERNOS SOBRE HISTORIA Y ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS, Nº 4, 1998 8 FÍSICA Y CULTURA: CUADERNOS SOBRE HISTORIA Y ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS, Nº 4, 1998