UNIDAD N° 4 CONTRATOS Definición: Art. 1.137. Hay contrato cuando varias personas se ponen de acuerdo sobre una declaración de voluntad común, destinada a reglar sus derechos. La esencia del contrato es la voluntad de las personas que interviene, por lo tanto hay contrato cada vez que una persona expresa su voluntad o intención de hacer o dar algo a cambio de que otra persona también exprese su voluntad en el mismo sentido. Por lo tanto lo más importante es la manifestación de la voluntad, aunque no se firme ningún documento. Pero hay que tener en cuenta: No todo acuerdo de voluntades es contrato, solo es contrato aquel acuerdo susceptible de ser apreciado pecuniariamente. (art.1169 CC). Art. 1.169. La prestación, objeto de un contrato, puede consistir en la entrega de una cosa, o en el cumplimiento de un hecho positivo o negativo susceptible de una apreciación pecuniaria. La función esencial del contrato es crear obligaciones. El contrato, entonces, es un acto jurídico voluntario lícito que tiene por fin inmediato establecer entre las personas relaciones jurídicas. Es bilateral y es patrimonial. Elementos de los contratos: Los elementos son ciertos requisitos de los contratos. La doctrina distingue tres clases de elementos: Esenciales: son aquellos que necesariamente deben existir para que haya contrato. No pueden faltar. Si falta alguno de ellos el contrato es inexistente o no tiene valor. La doctrina clásica considera que los elementos esenciales son: el consentimiento, el objeto y la causa. Otros agregan la forma y la capacidad. La capacidad no deja de ser un presupuesto del consentimiento y la forma, también cae dentro del consentimiento ya sea como método de expresión de voluntad o como elemento propio de determinados contratos (aquellos que la ley exige solemnidades ej. escritura en donación). Naturales: son aquellos que naturalmente se encuentran en un contrato y forman parte de él por imperio de la ley, pero que las partes pueden dejar de lado por medio de una clausula expresa. Ej. el pacto comisorio en los contratos bilaterales, la garantía de evicción y de vicios redhibitorios en los contratos a título oneroso. Nótese que mientras que los elementos esenciales deben darse siempre, por ser imperativamente impuestos por la ley, los naturales se dan normalmente pero pueden ser excluidos por voluntad de las partes, pues están previstos supletoriamente por la ley. Accidentales: Son aquellos surgidos de la voluntad de las partes, como el plazo, el modo y el cargo. La diferencia con los anteriores es que mientras los elementos naturales están en el contrato y las partes pueden dejarlos de lado, los accidentales no están en el contrato, pero las partes pueden incorporarlos. Elementos esenciales. Consentimiento: El consentimiento es el acuerdo de voluntades de las partes tendiente a la celebración de un contrato. Es el dado por los sujetos que deben tener la capacidad necesaria para el otorgamiento del acto Puede ser dado por una persona física o jurídica ya que el contrato puede celebrarse entre personas físicas o jurídicas. El art. 1160 del CC establece quienes son incapaces para contratar. Art. 1.160. No pueden contratar los incapaces por incapacidad absoluta, ni los incapaces por incapacidad relativa en los casos en que les es expresamente prohibido, ni los que están excluidos de poderlo hacer con personas determinadas, o respecto de cosas especiales, ni aquellos a quienes les fuese prohibido en las disposiciones relativas a cada uno de los contratos, ni los religiosos profesos de uno y otro sexo, sino cuando comprasen bienes muebles a dinero de contado, o contratasen por sus conventos; ni los comerciantes fallidos sobre bienes que correspondan a la masa del concurso, si no estipularen concordatos con sus acreedores. El contrato celebrado por un incapaz tiene los siguientes efectos: Es nulo el celebrado por un incapaz de hecho o de derecho. Es anulable el celebrado por una persona con una incapacidad accidental (un demente no declarado, un ebrio, etc) El consentimiento se forma con dos elementos: la oferta y la aceptación. La oferta es la propuesta que una parte dirige a una persona determinada para celebrar un contrato. Es una declaración de voluntad unilateral y recepticia (necesita ser aceptada), tendiente a las celebración de un contrato. Los requisitos de validez de la oferta son los siguientes: 1) Debe ser hecha por una persona que actúe con discernimiento, intención y libertad, pues se trata de un acto voluntario. 2) Debe ser recepticia, es decir, debe tener un destinatario; debe estar dirigida a persona o personas determinadas. 3) Debe ser completa. Esto significa que la oferta debe ser sobre un contrato determinado y contener todos los elementos, circunstancias y antecedentes constitutivos del contrato de que se trate, es decir: tipo de contrato, objeto del mismo, determinación del oferente y del destinatario, precio si lo hubiere, etc. El oferente puede retirar la oferta antes de la aceptación; luego de la aceptación ya no podrá hacerlo porque se habrá formado el consentimiento. Este principio se encuentra en el art. 1150CC: Art. 1.150. Las ofertas pueden ser retractadas mientras no hayan sido aceptadas, a no ser que el que las hubiere hecho, hubiese renunciado a la facultad de retirarlas, o se hubiese obligado al hacerlas, a permanecer en ellas hasta una época determinada De esta norma surge que el principio de revocación cede en dos casos: a) Cuando el oferente renuncia a la facultad de retirar su oferta. b) Cuando el oferente se obliga a mantener la oferta durante un determinado tiempo. También establece en que casos se produce la caducidad de la oferta: Art. 1.149. La oferta quedará sin efecto alguno si una de las partes falleciere, o perdiere su capacidad para contratar: el proponente, antes de haber sabido la aceptación, y la otra, antes de haber aceptado. La aceptación es la conformidad que presta el destinatario a la oferta que se le ha hecho. También es una declaración de voluntad unilateral y recepticia orientada a la celebración del contrato propuesto. Los requisitos de validez: 1) Al igual que la oferta, la aceptación debe ser hecha por persona que actue con discernimiento, intención y libertad; debe ser recepticia (dirigida al oferente) 2) Debe ser lisa y llana, congruente con la oferta, es decir, se deben acepar todos los puntos que integran la oferta, sin hacer modificaciones. De lo contrario cualquier modificación que se hiciere en la oferta al aceptarla, importará la propuesta de un nuevo contrato. Si hay modificaciones hay una “contra oferta” y se invierten los roles: el aceptante pasará a ser ofertante y el ofertante será el destinatario. 3) Debe recaer sobre una oferta vigente (que no esté retractada ni caducada). Art. 1.152. Cualquiera modificación que se hiciere en la oferta al aceptarla, importará la propuesta de un nuevo contrato. El aceptante puede retractar su aceptación antes de que ella haya llegado a conocimiento de lo proponente. Si se retracta después debe pagar los daños que ocasione. Objeto: El objeto de los contratos se representa con la prestación o las prestaciones que las partes se obligan a rendirse en virtud del acuerdo de voluntades. El objeto es la prestación que puede consistir en: las cosas que las partes se comprometen a entregar o las conductas que las partes se comprometen a llevar a cabo. Si tenemos en cuenta que todo contrato es un acto jurídico, el Código civil establece: Art. 1.167. Lo dispuesto sobre los objetos de los actos jurídicos y de las obligaciones que se contrajeren, rige respecto a los contratos, y las prestaciones que no pueden ser el objeto de los actos jurídicos, no pueden serlo de los contratos. De todas maneras, recordaremos los requisitos que debe tener el objeto en los contratos: Posible: la prestación debe ser posible de realizarse al momento de celebrar el contrato. Lícito: la prestación debe estar permitida. No pude estar prohibida por la ley, la moral o las buenas costumbres. Determinado o determinable: el contrato debe fijar e contenido de la prestación al momento de celebrarse o ser susceptible de determinación posterior. Susceptible de valoración económica: Art. 1.169. La prestación, objeto de un contrato, puede consistir en la entrega de una cosa, o en el cumplimiento de un hecho positivo o negativo susceptible de una apreciación pecuniaria. Hoy se considera que todo interés digno der protección jurídica puede ser objeto de contrato. Causa: Es el motivo determinante del contrato. Es la razón que lleva las partes a contratar. Por lo tanto es subjetiva, porque existe una estrecha vinculación con el fin que persigue cada parte al contratar; es concreta porque se contempla respecto de cada contrato; es variable porque el motivo que llevó a las partes a contratar es distinto en cada contrato. Forma: Es el modo de celebrar el contrato. Es fundamental para probar su existencia y es la manera en que las partes exteriorizan su voluntad. Art. 1.182. Lo dispuesto en cuanto a las formas de los actos jurídicos debe observarse en los contratos. Art. 973. La forma es el conjunto de las prescripciones de la ley, respecto de las solemnidades que deben observarse al tiempo de la formación del acto jurídico; tales son: la escritura del acto, la presencia de testigos, que el acto sea hecho por escribano público, o por un oficial público, o con el concurso del juez del lugar. Recordemos que en relación a este tema, podían existir exigencias formales ad solemnitatem (solemnes) cuando la forma resulta esencial para la validez del acto (ej. el contrato de donación debe realizarse por medio de escritura pública); o ad probationem (como prueba) cuando la forma se exige a los fines de probar el contrato. Además la forma puede ser verbal (conversación seguida de apretón de manos), o escrita suscribiendo un instrumento público o privado (escritura, contrato de alquiler). Hay una relación muy estrecha entre forma y prueba. La forma es fundamental para demostrar la existencia del contrato. La forma es el medio que las partes necesitan para probar que el contrato se celebró, que expresaron su consentimiento. La prueba es regulada por normas de fondo (Código Civil, Comercial que determinan los medio de prueba) y por normas procesales (Códigos procesales que establecen el modo o la forma de realizar la prueba). El juez es quién analizará las pruebas producidas y determina si el contrato se encuentra o no probado. El CC. En su art. 1190 enuncia los siguientes medios de prueba: Art. 1.190. Los contratos se prueban por el modo que dispongan los códigos de procedimientos de las Provincias Federadas: Por instrumentos públicos (su contenido) autenticidad es requerida por la ley. Prueban por sí mismo la verdad de su Por instrumentos particulares firmados o no firmados (el instrumento privado debe reunir dos requisitos: firma y doble ejemplar; este artículo exime de la firma y habla de principio de prueba por escrito) Por confesión de partes, judicial o extrajudicial (la confesión es la declaración que realiza una de las partes sobre la verdad o falsedad de ciertos hechos pasados que le son desfavorables). Por juramento judicial. Por presunciones legales o judiciales (son las posibilidades que la ley o el juez deducen de un hecho conocido para afirmar un hecho desconocido) Por testigos (son personas físicas, distintas de las partes, que deben prestar declaración sobre hechos pasados, percibidos por ellas o deducidos de sus percepciones) La enumeración del articulo 1190 no es taxativa por lo tanto existen otros medios de prueba como la pericial, inspección ocular, etc. Con relación a los contratos formales el art. 1191 expresa: Art. 1.191. Los contratos que tengan una forma determinada por las leyes, no se juzgarán probados, si no estuvieren en la forma prescrita, a no ser que hubiese habido imposibilidad de obtener la prueba designada por la ley, o que hubiese habido un principio de prueba por escrito en los contratos que pueden hacerse por instrumentos privados, o que la cuestión versare sobre los vicios de error, dolo, violencia, fraude, simulación, o falsedad de los instrumentos de donde constare, o cuando una de las partes hubiese recibido alguna prestación y se negase a cumplir el contrato. En estos casos son admisibles los medios de prueba designados. Esta norma determina que los contratos que tengan una forma determinada por la ley no se juzgaran probados si no estuvieren en la forma prescripta. Sin embargo este principio tiene excepciones: a) Imposibilidad de obtener la prueba designadas por la ley (pérdida o destrucción de documentos) b) Existencia de principio de prueba por escrito: se considera tal cualquier documento público o privado que emane del adversario, de su causante o de parte interesada en el asunto que haga verosímil el hecho litigioso. c) Si la cuestión versa sobre vicios de error, dolo, violencias, fraude, simulación o falsedad de instrumentos públicos. d) Si una de las partes hubiera recibido alguna prestación y se niega a cumplir el contrato. En todos estos casos se admite cualquier tipo de prueba. Interpretación de los contratos. Interpretar un contrato es desentrañar el sentido y alcance de sus clausulas. Si las partes difieren en el significado que deben dar a lo convenido, lo resuelve el juez. Para realizar este cometido hay determinadas reglas de interpretación. El Código Civil establece: Art. 1.198. Los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe y de acuerdo con lo que verosímilmente las partes entendieron o pudieron entender, obrando con cuidado y previsión. Por lo tanto la buena fe es el principio rector en materia contractual. Además establece en el art. 16: Art. 16. Si una cuestión civil no puede resolverse, ni por las palabras, ni por el espíritu de la ley, se atenderá a los principios de leyes análogas; y si aún la cuestión fuere dudosa, se resolverá por los principios generales del derecho, teniendo en consideración las circunstancias del caso. De esta manera, se debe recurrir a las reglas de interpretación que contiene el Código de Comercio, siendo estas leyes o normas análogas. Art. 217. Las palabras de los contratos y convenciones deben entenderse en el sentido que les da el uso general, aunque el obligado pretenda que las ha entendido de otro modo. Art. 218. Siendo necesario interpretar la cláusula de un contrato, servirán para la interpretación las bases siguientes: 1° Habiendo ambigüedad en las palabras, debe buscarse más bien la intención común de las partes que el sentido literal de los términos; 2° Las cláusulas equívocas o ambiguas deben interpretarse por medio de los términos claros y precisos empleados en otra parte del mismo escrito, cuidando de darles, no tanto el significado que en general les pudiera convenir, cuanto el que corresponda por el contexto general; 3° Las cláusulas susceptibles de dos sentidos, del uno de los cuales resultaría la validez, y del otro la nulidad del acto, deben entenderse en el primero; Si ambos dieran igualmente validez al acto, deben tomarse en el sentido que más convenga a la naturaleza de los contratos, y a las reglas de la equidad; 4° Los hechos de los contrayentes, subsiguientes al contrato, que tengan relación con lo que se discute, serán la mejor explicación de la intención de las partes al tiempo de celebrar el contrato; 5° Los actos de los comerciantes nunca se presumen gratuitos; 6° El uso y práctica generalmente observados en el comercio, en casos de igual naturaleza, y especialmente la costumbre del lugar donde debe ejecutarse el contrato prevalecerán sobre cualquier inteligencia en contrario que se pretenda dar a las palabras; 7° En los casos dudosos, que no puedan resolverse según las bases establecidas, las cláusulas ambiguas deben interpretarse siempre en favor del deudor, o sea en el sentido de liberación. De estos artículos podemos desentrañar las siguientes reglas de interpretación: Literal Contractual Subjetiva Por los hechos subsiguientes Favorable a la validez Favorable al deudor Literal: las palabras de los contratos y convenciones debe entenderse en el sentido que les da el uso general, aunque la parte pretenda que las ha entendido de otro modo. En estos casos, el uso y las prácticas comerciales y la costumbre del lugar donde deba ejecutarse el contrato prevalecerán sobre cualquier inteligencia en contra que se le pretenda dar a las palabras. Contextual: las clausulas equívocas o ambiguas deben interpretarse por medio de los términos claros y precisos empleados en otra parte del mismo escrito, cuidando de darles, no tanto, el significado que en general les pudiera convenir sino el que corresponde por el contexto general. Subjetiva: habiendo ambigüedad en las palabras, debe buscarse más la intención común de las partes que el sentido literal de los términos. Por los hechos subsiguientes: los hechos de los contratantes, subsiguientes al contrato, que tengan relación con lo que se discute, serán la mejor interpretación de la voluntad de las partes al tiempo de celebrar el contrato. Favorable a la validez: las clausulad susceptibles de dos sentidos, de uno de los cuales resulta la validez, y del otro la nulidad del acto, deben entenderse en el primero. Favorable al deudor: en los casos dudosos, que no pueden resolverse según las bases establecidas, las clausulas ambiguas deben interpretarse siempre a favor del deudor, o sea en el sentido de su liberación. Efectos de los contratos. Concepto: Los efectos de los contratos son las consecuencias jurídicas que ellos producen, las que en general consisten en crear, modificar o extinguir obligaciones. Pueden distinguirse, teniendo en cuenta a quién alcanzan, de la siguiente manera: 1) Efectos con relación a las partes 2) Efectos con relación a los sucesores de las partes 3) Efectos con relación a terceros Efectos con relación a las partes El art. 1197 CC establece: Las convenciones hechas en los contratos forman para las partes una regla a la cual deben someterse como a la ley misma. Rige por lo tanto, el principio de autonomía de voluntad, que supone la libertad de contratar estipulando las clausulas que más convengan a las partes. Este principio, en nuestro ordenamiento jurídico, no es absoluto porque siempre va a estar limitado por el orden público, la moral y las buenas costumbres. En relación a los efectos de los contratos rige otro principio denominado “efecto relativo”: “los contratos solo tienen efectos con relación a las partes (y sus sucesores)…y no pueden perjudicar a terceros”. Art. 503. Las obligaciones no producen efecto sino entre acreedor y deudor, y sus sucesores a quien se transmitiesen. Art. 1.195. Los efectos de los contratos se extienden activa y pasivamente a los herederos y sucesores universales, a no ser que las obligaciones que nacieren de ellos fuesen inherentes a la persona, o que resultase lo contrario de una disposición expresa de la ley, de una cláusula del contrato, o de su naturaleza misma. Los contratos no pueden perjudicar a terceros. Que el contrato solo tenga efecto entre las partes y no sobre terceros, es lógico, porque no resulta aceptable que el contrato (nacido exclusivamente de la voluntad de las partes) pueda perjudicar a alguien totalmente ajeno al acto. Los contratos son ley para las partes. En el contrato las partes pueden convenir lo que quieran, lo que más les convenga, pero luego deben someterse a lo convenido como si se tratase de una ley (fuerza obligatoria). “Las convenciones hechas en los contratos forman para las partes una regla, a la cual deben someterse como la ley misma” Efectos con relación a los sucesores: Art. 1.195. “Los efectos de los contratos se extienden activa y pasivamente a los herederos y sucesores universales…” Sucesor universal es la persona a la cual se le trasmiten todos los bienes de una persona fallecida. El sucesor universal pasa a ocupar el lugar del fallecido y a él se extienden todos los efectos de los contratos, activa (créditos) y pasivamente (deudas). Hay excepciones a esta norma, y no se trasmiten a los sucesores los efectos de los contratos cuando: a) La obligación nacida del contrato fuese inherente a la persona, es decir cuando fuese intuitae personae (ej. el causante debía dar un concierto de piano por ser un buen concertista) b) Resulte de una disposición expresa de la ley, o de una clausula del contrato. Efectos con relación a terceros: El principio general es que los contratos no pueden perjudicar a terceros, ni oponerse a ellos, ni invocarse por ellos. Extinción de los contratos. El cumplimiento es el modo natural de extinción de los contratos. Cuando las partes ya han cumplido con sus obligaciones, desaparece la finalidad del contrato y lógicamente él se extingue. Sea que se trate de cumplimiento normal (cumplir exactamente lo prometido), o en su reemplazo, del cumplimiento anormal (pago de daños y perjuicios) hay cumplimiento y se extingue el contrato. El contrato también se extingue cuando las obligaciones de las partes se hacen de cumplimiento imposible por caso fortuito o fuerza mayor. Además la extinción puede producirse por rescisión, resolución, revocación o por aplicación de la teoría de la imprevisión. Rescisión: es una forma de extinción de contratos que consiste en darlo por terminado por exclusiva voluntad de las partes y solo se da en contratos de tracto sucesivo. Puede realizarse en forma unilateral, solo en los casos previstos por la ley o cuando las partes lo acordaron expresamente en el contrato; o en forma bilateral cuando ambas partes acuerdan poner fin al contrato. A su vez, puede ser expresa (las partes firman un documento acordándolo) o tácita (de los actos de las partes surge con claridad la voluntad común de darlo por concluido). La rescisión unilateral debe ser ejercida, en su caso, de acuerdo a los principios de buena fe, y en forma razonable y no abusiva. Resolución: es el modo de extinción de los contratos que puede utilizar la parte cumplidora para dar por concluido el contrato a causa del incumplimiento de la otra parte. La ley considera que todo contrato incluye una clausula que le otorga a la parte cumplidora la facultad de ejercer el derecho de resolución aunque no se haya pactado de forma expresa. Esta clausula se denomina pacto comisorio. De este modo, las partes pueden guardar silencio, entonces existe un pacto comisorio tácito; o crear una clausula específica de pacto comisorio en donde establezcan por ejemplo que si una parte no cumple la otra se reserva el derecho de dar por resuelto el contrato o ejercer una acción judicial tendiente a lograr su cumplimiento mas unas multa diaria hasta el efectivo cumplimiento (pacto comisorio expreso). El art. 1198 establece además que “…no procederá la resolución, si el perjudicado hubiese obrado con culpa o estuviese en mora”. Revocación: es el caso en que se deja sin efecto el contrato por voluntad de una de las partes, en virtud de una causa reconocida por la ley. Ejemplo cuando se revoca un contrato de donación cuando media ingratitud del donatario o cuando éste no cumplió con los cargos que se le hubiesen impuesto. Teoría de la imprevisión: Es un supuesto dentro de la resolución. El art. 1198 establece: “…En los contratos bilaterales conmutativos y en los unilaterales onerosos y conmutativos de ejecución diferida o continuada, si la prestación a cargo de una de las partes se tornara excesivamente onerosa, por acontecimientos extraordinarios e imprevisibles, la parte perjudicada podrá demandar la resolución del contrato. El mismo principio se aplicará a los contratos aleatorios cuando la excesiva onerosidad se produzca por causas extrañas al riesgo propio del contrato. La otra parte podrá impedir la resolución ofreciendo mejorar equitativamente los efectos del contrato.” Esta norma, por lo tanto, faculta a la parte perjudicada a demandar la resolución del contrato y a su vez, la otra parte podrá impedir la resolución ofreciendo mejorar equitativamente los efectos del contrato. Esta situación es distinta del caso fortuito, ya que en este caso la prestación resulta imposible mientras en la teoría de la imprevisión resulta excesivamente onerosa. La seña. Es la suma de dinero que uno entrega y otro recibe para asegurar la operación Art. 1.202. Si se hubiere dado una señal para asegurar el contrato o su cumplimiento, quien la dio puede arrepentirse del contrato, o puede dejar de cumplirlo perdiendo la señal. Puede también arrepentirse el que la recibió; y en tal caso debe devolver la señal con otro tanto de su valor. Si el contrato se cumpliere, la señal debe devolverse en el estado que se encuentre. Si ella fuere de la misma especie que lo que por el contrato debía darse, la señal se tendrá como parte de la prestación; pero no si ella fuere de diferente especie, o si la obligación fuese de hacer o de no hacer. A través de este artículo se determinan cuales son los efectos del arrepentimiento contractual. Por lo tanto el arrepentimiento de una de las partes da por concluido el contrato, pero establece una sanción pecuniaria: El que dio la seña y se arrepiente, la pierde. El que la recibió y se arrepiente, debe devolver la seña duplicada. (la seña más un valor igual). Clasificación de los contratos. Según el modo de perfeccionarse: Consensuales: el perfeccionamiento del contrato se produce con la sola expresión del consentimiento, esto implica que cuando la oferta efectuada por una de las partes es aceptada por la otra queda perfeccionado el contrato. Reales: no es suficiente la mera manifestación del consentimiento, para perfeccionar el contrato se requiere además la entrega de la cosa objeto del contrato por una de las partes. (ej. mutuo, depósito, garaje). Según generen obligaciones para una o para ambas partes: Unilaterales: son aquellos en donde una sola de las partes se obliga hacia la otra, sin que ésta quede a su vez obligada. Ej. contrato de donación (el donante se obliga a entregar en propiedad una cosa u objeto al donatario; se perfecciona cuando el donatario recibe la cosa; el único obligado es el donante. Bilaterales son aquellos que generan obligaciones para ambas partes. (compraventa, locación, depósito). Según generen ventajas para una o para ambas partes: Onerosos: significa que las partes asumen obligaciones recíprocas. Cada parte asume una obligación y recibe a cambio una ventaja. Todos los contratos bilaterales son onerosos. Gratuitos: en ellos, se generan ventajas para una sola de las partes, sin ninguna prestación a su cargo. Ej. donación. Según las formas sean solemnes o solo tengan por objeto facilitar la prueba: Formales: son aquellos que la ley exige ciertas solemnidades para su otorgamiento. Se dividen en ad solemnitatem (la forma es exigida por la ley bajo pena de nulidad. (ej. escritura en donación); y ad probastionem (la forma es exigida a efectos de la prueba del contrato. No formales: la ley no exige a las partes ninguna forma especial. Según las prestaciones a cargo de las partes se encuentren o no determinadas al celebrarse: Conmutativos: son aquellos contratos en donde se explican con exactitud las obligaciones que asumen cada una de las partes al momento de celebrarse el contrato y que guardan proporción económica con las obligaciones a cargo de la otra parte. Ej. compraventa. Aleatorios: en ellos el monto de una o ambas prestaciones no se determinan de manera precisas al momento de firmar el contrato porque ese monto depende de algún hecho futuro que ocurrirá indefectiblemente. Ej. contrato los servicios de un abogado y pacto un porcentaje de acuerdo al monto que recibirá el cliente; contrato de lotería; contrato de seguro). Según su cumplimiento: De ejecución instantánea: son aquellos que se cumplen de una sola vez, en un único acto. De tracto sucesivo: son aquellos que se cumplen a través de prestaciones repetidas en períodos convenidos (locación). Concepto de algunos contratos. COMPRAVENTA: En nuestro país la compraventa tiene un doble régimen, por un lado la compraventa civil y por el otro, la compraventa comercial. Art. 1.323. Habrá compra y venta cuando una de las partes se obligue a transferir a la otra la propiedad de una cosa, y ésta se obligue a recibirla y a pagar por ella un precio cierto en dinero. Art. 450. La compra-venta mercantil es un contrato por el cual una persona, sea o no propietaria o poseedora de la cosa objeto de la convención, se obliga a entregarla o a hacerla adquirir en propiedad a otra persona, que se obliga por su parte, a pagar un precio convenido, y la compra para revenderla o alquilar su uso. Hay algunas diferencias entre a compraventa civil y la comercial: La compraventa comercial requiere que por lo menos una de las partes sea comerciante y exige un fin de lucro, que la compra se haga para revender o alquilar la cosa. Estos requisitos no existen en la compraventa civil. La compraventa civil puede recaer sobre muebles o inmuebles; la compraventa comercial solo recae sobre muebles. El código de comercio establece “la compraventa de cosa ajena es válida” (art.453). El Código Civil, por el contrario dice que “las cosas ajenas no pueden venderse” (art.1329), aunque las excepciones en materia civil son tantas que ambos regímenes se asemejan. LOCACIÓN: El Código Civil define locación de manera amplia: Art. 1.493. Habrá locación, cuando dos partes se obliguen recíprocamente, la una ha conceder el uso o goce de una cosa, o a ejecutar una obra, o prestar un servicio; y la otra a pagar por este uso, goce, obra o servicio un precio determinado en dinero. En la enumeración se definen tres contratos: Locación de cosas: hay locación de cosas cuando una persona, denominado locador, se obliga a entregar a otro, denominado locatario, el uso y goce de una cosa durante un cierto tiempo y mediante el pago de un precio cierto en dinero . Locación de obra: contrato por el cual una de las partes (locador o empresario) se obliga a ejecutar una obra, y la otra (locatario, dueño de la obra o comitente) a pagar por ella un precio en dinero. Locación de servicios: contrato por el cual una de las partes se obliga a prestar un servicio personal bajo las directivas y en relación de dependencia de la otra y ésta a pagarle en retribución un precio justo. Es un contrato de trabajo pero con características especiales. Estos contratos son regidos por el código civil y por lo tanto rige el principio de autonomía de voluntad, en cambio en materia laboral hay un fuerte intervencionismo estatal (existe un orden público laboral), en donde la autonomía de la voluntad está restringida porque no pueden pactarse condiciones inferiores a la ley. PERMUTA: El contrato de permuta consiste en el cambio o trueque de una cosa por otra Art. 1.485. El contrato de trueque o permutación tendrá lugar, cuando uno de los contratantes se obligue a transferir a otro la propiedad de una cosa, con tal que éste le dé la propiedad de otra cosa. CESIÓN DE DERECHOS: Contrato por el cual una de las partes (cedente se obliga a transferir a otras (cesionario) un derecho del que es titular, para que este último lo ejerza en nombre propio. DONACIÓN: Art. 1.789. Habrá donación, cuando una persona por un acto entre vivos transfiera de su libre voluntad gratuitamente a otra, la propiedad de una cosa. Para que la donación tenga efectos legales debe ser aceptada por el donatario de manera expresa o tácita. Si fallece antes de aceptar, la donación queda sin efecto y sus herederos nada pueden pedir al donante. Si fallece el donante antes de la aceptación del donatario éste puede aceptarla y quedan los herederos del donante obligados a hacerles entrega de la cosa donada (art.1795). MUTUO: Art. 2.240. Habrá mutuo o empréstito de consumo, cuando una parte entregue a la otra una cantidad de cosas que esta última está autorizada a consumir, devolviéndole en el tiempo convenido, igual cantidad de cosas de la misma especie y calidad. MANDATO: El mandato tiene lugar cuando una parte (mandante) da poder a otra (mandatario), que ésta acepta, para representarla, al efecto de ejecutar en su nombre y de su cuenta uno o varios actos jurídicos. En el mandato una persona da poder, le hace un encargo a otra, para que en su nombre realice un acto. Este contrato sirve como un medio para llevar a cabo actos jurídicos. FIANZA: Habrá contrato de fianza, cuando una de las partes se hubiera obligado accesoriamente por un tercero, y el acreedor de ese tercero aceptase su obligación accesoria. Las partes del contrato de fianza son dos: el fiador y el acreedor de la obligación que se garantiza. El deudor principal de la obligación no es parte en el contrato, ni tampoco se requiere su consentimiento para las existencia del contrasto de fianza. Si el deudor principal no paga su obligación, el acreedor inicia acciones sobre deudor y fiador y traba embargo sobre sus bienes. El embargo es una medida judicial que pide el acreedor cuando el deudor no paga y que consiste en tomar nota de los bienes inmuebles registrables. A partir de la fecha del embargo, el deudor, no puede vender los bienes, que podrán ser objeto de venta judicial si no cumple su obligación. Hay distintos tipos de fianza, puede ser convencional resultando de un contrato celebrado entre las partes; judicial es la que exige el juez o la ley; civil o comercial dependiendo de la obligación principal. TRASNSPORTE: Tiene lugar cuando una parte se obliga a transportar personas o cosas de un lugar a otro por un precio determinado. Los sujetos de este contrato son el transportista o empresa de transporte por un lado y el pasajero (si es transporte de personas) o cargador (si es transporte de cosas) por el otro. El objeto es la obligación de trasladar a personas o cosas y puede ser por distintos medios de transporte (terrestre, marítimo, aéreo, ferroviario). La forma que puede adquirir esta reglado por los usos y costumbres y las leyes sobre tráfico terrestre, aéreo o marítimo, obligando a la empresa a emitir un boleto o pasaje. SEGURO: Se celebra cuando una parte (asegurador) se obliga con otra parte llamada asegurado a resarcir un daño si ocurre un evento previsto. Esto se hace a cambio de una suma de dinero llamada prima. Este contrato tiene características específicas: Interés asegurable: se debe determinar con exactitud que daños quedan cubiertos (incendio, robo, granizo). Traslado del riesgo: el asegurado traslada el riesgo al asegurador, esto implica que la aseguradora pasa a asumir los riesgos para evitar que el dueño deba pagar. Riesgo es un hecho posible pero incierto, si no ocurre el siniestro, la aseguradora no debe abonar ninguna suma. Prima: es el precio que abona el asegurado y que tiene relación directa con el interés asegurable. A mayor riesgo mayor es la prima. La póliza es el instrumento privado que emite la compañía de seguros y entrega al asegurado en donde constan los datos del contrato de seguro. Hay determinadas formas contractuales comerciales que no se encuentran reguladas en el Código de Comercio, pero que son de uso corriente y habitual como modo de contratación moderna. FRANCHISING O FRANQUICIA: Es el contrato por el cual una parte denominada franquiciante, es una empresa con una marca y una forma de organizar el negocio reconocido y a la que le interesa seguir expandiéndose. Para ello, celebran un contrato con personas o empresas de distintos países, mediante los cuales les ceden el uso de la marca y le proveen todas las instrucciones necesarias para organizar el negocio en una zona determinada y por un plazo también determinado. Incluye además el diseño arquitectónico, la decoración de los locales, los precios al público, cantidad de empleados, vestimenta, diseño de campaña publicitaria, modo de elaboración del producto. Como contraprestación, el franquiciando abona al franquiciante un precio que puede ser fijo o variable (porcentual sobre la ganancia). Hay distintos tipos de franquicias: De producción: por la cual el franquiciado fabrica el producto según las indicaciones del franquiciante. Usa la marca y vende con el método organizativo ya usado con éxito. De distribución: consiste solo en la distribución y venta del producto bajo la marca del franquiciante. Esto implica que el franquiciado no se ocupa en producir el producto. De servicios: el franquiciado ofrece un servicio con la marca del franquiciante y sigue sus instrucciones. En toda franquicia existe un manual operativo que es redactado por el franquiciante y es parte fundamental del contrato. Contiene una breve historia y evolución de la empresa, como también del producto; la estrategia de comercialización del mismo y los motivos por los cuales deciden hacer fraquicias... Además aporta datos confidenciales que demuestran el éxito del método. Detallan: la marca, el merchandising permitido, el stock que debe mantenerse para que el producto esté en el mercado, la forma de exposición en el mercado, la arquitectura, estilo de decoración de los locales, las reglas de atención al público, los requisitos de edad, seco, aspecto y educación de las personas que se contraten, el derecho exclusivo del franquiciante a desarrollar nuevos productos, a cambiar estrategias, a fijar precios de venta y márgenes de rentabilidad, reglas relativas a la publicidad y promoción del producto. LEASING: Es aquel por el cual una persona o empresa (dadora o proveedora) alquila una cosa mueble o inmueble a otra persona o empresa (tomadora), a cambio del pago periódico de una suma de dinero (alquiler o canon) durante un plazo establecido en el contrato, con opción a comprarla una vez vencido dicho plazo. Si ejerce esa opción deberá abonar un valor residual hasta completar el precio total de venta. La propiedad del bien es del proveedor y solo pasa al tomador una vez ejercida la opción de compra. Los sujetos de este contrato son el proveedor o dador del bien (que son entidades especialmente creadas para operar con leasing, entidades financieras o personas jurídicas, sociedades comerciales destinadas a entregar bienes en leasing. También fabricantes e importadores de cosas muebles destinadas al equipamiento industrial, comercios) y el tomador o adquirente. El objeto consiste en permitir el uso del bien dado en leasing durante el tiempo pactado con la opción de compra. En cuanto a la forma se celebra por escrito porque la ley exige su inscripción en el Registro que corresponda según las normas de las cosas dadas en leasing (ej. autos). El canon o precio de alquiler es la suma de dinero que el tomador paga periódicamente (mensual, trimestral, semestral o anual). Se fija teniendo en cuenta el desgaste natural del bien por el uso y la consiguiente depreciación de su valor. Este proceso se llama amortización. La opción a compra es el elemento característico de este contrato. De no existir sería locación de cosas. El tomador debe querer el precio de venta del bien desde la firma del contrato. Pero el precio de venta es un valor residual, resulta de la diferencia entre el precio total del bien y las cuotas que el tomador ya haya pagado como alquiler. Además las partes pueden convenir que al finalizar el contrato el tomador opte por renovar el contrato. Las ventajas de este contrato son: Para el dador: conserva la propiedad del bien y obtiene una renta hasta tanto se ejerza la opción de compra y se pague el valor residual. Para el tomador: se beneficia porque puede contar con la tecnología necesaria para llevar a cabo un negocio con un menor costo de financiación. Tiene además la posibilidad de capitalizarse si ejerce la opción de compra. CONTRATO DE HOSPEDAJE: Concepto: Es el acuerdo mediante el cual una de las partes, se compromete a brindar a la otra, alojamiento, junto con el correspondiente servicio de limpieza de la habitación que ofrece, a cambio de una retribución en dinero. En ciertas ocasiones quién ofrece el hospedaje, brinda otros servicios complementarios tales como suministro de alimentos, custodia de valores o cocheras. No hay acuerdo doctrinario en cuanto a la naturaleza jurídica de esta figura; ciertos autores lo identifican con la locación de cosas, mientras que otro sector de la doctrina refiere que se trata de una locación de servicios,, e incluso una tercera posición sostiene que estamos en presencia de una figura sui generis con características propias. Las partes son el huésped que es la persona física que paga un precio en dinero a cambio de los servicios de hotelería; y el hotelero o posadero que es una persona física o jurídica que brinda alojamiento, junto con los servicios anexos, a cambio de un beneficio económico. Obligaciones y responsabilidades: Del huésped: Cumplir con el pago acordado. En caso que incumpla dicha obligación, el posadero podrá enajenar los efectos del viajero en subasta pública y con el producido cobrarse la deuda. Acatar las normas de convivencia dispuestas por el hotel. Del hotelero: Brindar los servicios prometidos Responder por los daños que los empleados del hotel u otras personas que allí se alojen, ocasionen a los efectos de los viajeros, aunque pruebe que no ha podido evitarlos. El posadero no se libera de dicha responsabilidad por los carteles que coloque anunciando que no responde de los efectos introducidos por los viajeros. Sin embargo podrá eximirse de responsabilidad, si logra acreditar la culpa exclusiva de la víctima; el robo con arma o con escalonamiento imprevisible; la destrucción, hurto o daño imputable a los familiares o visitantes de los huéspedes. Es importante destacar que dichas obligaciones y responsabilidades nacen del perfeccionamiento del mismo contrato, lo que tiene lugar desde el momento en el cual el viajero introduce sus efectos (previo acuerdo del posadero) en el hotel o posada, aunque los mismos no sean entregados expresamente al hotelero o sus dependientes, y aunque ellos sean dejados en guarda, por no estar la habitación en condiciones de ser ocupada por el nuevo huésped.