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De Atenas a Londres: 116 años de historia olímpica moderna
La familia olímpica celebró la fiesta del Centenario en 1996, en Atlanta. Sydney albergó,
del 15 de septiembre al 1 de octubre de 2000, los XXVII Juegos de verano, y Atenas, 108
años después de reiniciar la historia, recibió entre el 13 y el 29 de agosto los XXVIII Juegos
de la era moderna.
Ahora llega el turno de Londres 2012, una apasionante historia aún no escrita entre el 27 de
julio y el 12 de agosto para poner punto final a la XXX Olimpiada.
LOS ANGELES 1984: A pocos sorprendió que la Unión Soviética liderara un boicot del
bloque comunista, pero países como Rumania y China fueron recibidos con entusiasmo por
el público estadounidense durante unos Juegos que fueron los primeros en dar ganancias.
Los estadounidenses disfrutaron con sus atletas, que sumaron 83 medallas de oro, con las
cuatro de Carl Lewis en los 100 metros, 200 metros, relevos 4x100 y salto largo como lo
más destacado. Con ese logro, Lewis igualaba al legendario Jesse Owens.
Valerie Brisco-Hooks se llevó un inédito doble oro en los 200 y los 400 metros, mientras
Joan Benoit ganó el primer maratón femenino de la historia, más recordado por el
dramático colapso de la suiza Gabriele Andersen-Schiess al cruzar la meta.
Xu Haifeng ganó el primero de 15 oros chinos en tiro y la alemana Ulrike Meyfarth se llevó
su segundo oro en salto alto, doce años después del primero. El héroe finlandés Pertti
Karppinen también fue protagonista al completar su triplete de oros en remo.
SEÚL 1988: La era del boicot ya había llegado a su fin, y el mundo puso su mirada en
Asia, donde el velocista canadiense Ben Johnson fue protagonista del mayor escándalo
olímpico de doping de todos los tiempos.
Johnson dio positivo por el esteroide anabolizante estanozolol sólo horas después de que
conmoviera al planeta con un oro y récord mundial de 9,79 segundos en los 100 metros, en
una inolvidable imagen que lo mostró con tiempo para girar su rostro hacia el derrotado
Carl Lewis y alzar un brazo antes de cruzar la meta.
El canadiense perdió todos los honores y Lewis se quedó con el oro, aunque años después
el doping también lo rozaría, aunque nunca en la misma medida que a Johnson.
La velocidad femenina fue dominada por la estadounidense Florence Griffith-Joyner, que
llamó la atención por sus coloridas e increíblemente largas uñas. Griffith-Joyner ganó el oro
en los 100, 200 y 4x100 metros. Moriría diez años después en medio de fuertes dudas
acerca de sus vínculos con el doping.
Kristin Otto ganó seis medallas de oro en la natación, en la que fue la última presentación
olímpica de la República Democrática Alemana. El estadounidense Matt Biondi se llevó
cinco en natación, y su compatriota Greg Louganis repitió sus dos oros de Los Angeles 84
en clavados seis meses después de que se le diagnosticara que era portador del virus del
sida.
La alemana Steffi Graf también fue estrella al conquistar un inédito "Golden Slam": el oro
olímpico y los cuatro torneos de Grand Slam en el mismo año.
BARCELONA 1992: Los Juegos en la ciudad de Juan Antonio Samaranch fueron una gran
fiesta, con 159 países miembro del COI presentes, entre ellos Sudáfrica, los nuevos estados
de los Balcanes y el equipo alemán unificado.
Los de Barcelona 92 fueron considerados con justicia los mejores Juegos jamás
organizados. España deleitó a su gente con 14 oros, tras haber sumado sólo cuatro en toda
la historia olímpica previa, con el triunfo de Fermín Cacho en los 1.500 metros como uno
de los momentos más destacados.
La velocidad quedó en manos de Linford Christie y Gail Devers, y el bielorruso Vitali
Sherbo dejó España como el atleta más laureado, con seis medallas de oro. Pronto se
convertiría en ruso.
Otro recuerdo de Barcelona 92: la aparición del primer "Dream Team" de la NBA,
conquistando el oro en baloncesto con figuras como "Magic" Johnson y Michael Jordan.
ATLANTA 1996: Atenas soñaba con los Juegos del Centenario, pero la excesiva confianza
de los griegos en que nadie les quitaría la sede, y una creciente ambición comercializadora
en el COI llevaron a elegir a Atlanta.
Los cuartos Juegos de la historia en Estados Unidos dejaron un mal recuerdo, con una falla
generalizada de los sistemas de información, caos en el tráfico, demasiado espíritu
comercial y un atentado que mató a dos personas y dejó 111 heridos.
En el lado positivo estuvo la aparición del ex boxeador Muhammad Alí para encender el
fuego olímpico en el estadio, temblando en su mano la antorcha debido al mal de
Parkinson.
Donovan Bailey recuperó el orgullo canadiense al ganar con récord mundial de 9,84
segundos (cinco centésimas más que el dopado Johnson ocho años antes) los 100 metros. El
estadounidense Michael Johnson brilló con un inédito doblete en los 200 y los 400 metros,
y con una marca de 19,32 segundos en la primera prueba, tiempo sólo superado por los
jamaiquinos Usain Bolt (19,19) y Yohan Blake (19,26).
Carl Lewis conquistó su noveno oro en atletismo y la estadounidense Gail Devers batió a la
jamaicana Merlene Ottey en los 100 metros gracias al "fotofinish", la segunda vez desde los
mundiales de 1993 que debió apelarse a ese método.
El británico Steve Redgrave se llevó el cuarto oro en remo en igual cantidad de Juegos,
Michelle Smith ganó tres oros en natación y el ruso Alexander Popov fue el primer hombre
desde Johnny Weissmueller en 1928 que ganó el oro en los 100 metros en dos Juegos
consecutivos.
SYDNEY 2000: A las puertas del siglo XXI, Sydney ofreció unos Juegos modelo, con
instalaciones futuristas y un ambiente amable y feliz que le permitió a Juan Antonio
Samaranch premiarlos en la ceremonia de clausura como "los mejores de todos los
tiempos". Siete años después, sin embargo, su recuerdo quedó manchado por la confesión
de doping de su máxima estrella, Marion Jones.
La estadounidense conquistó cinco medallas, aunque no todas de oro, como había
prometido. Pero con tres oros y dos bronces ganó más preseas que ninguna otra
competidora en atletismo en la historia de los Juegos.
Sin embargo, tras el estallido del caso BALCO en 2004, el cerco fue estrechándose cada
vez más sobre la norteamericana, que a final de 2007, entre lágrimas, confesó haber
consumido THG y devolvió todas sus medallas olímpicas.
Pese a todo, Estados Unidos volvió a ganar el medallero, con 37 oros, cinco más que Rusia,
nueve más que China y 21 más que Australia, que cumplió la mejor actuación de su
historia.
Más de 47.000 voluntarios contribuyeron a sacar adelante unos Juegos con cifras
impresionantes: 10.651 deportistas -343 más que cuatro años antes en Atlanta- y 199
países, dos más que en la cita previa, luchando por 300 medallas de oro en 28 deportes.
Nunca antes los Juegos Olímpicos habían alcanzado tal dimensión.
La holandesa Inge de Bruijn y el australiano Ian Thorpe brillaron en la natación, con tres
oros y una plata cada uno. La nadadora estadounidense Jenny Thompson conquistó su
octavo oro olímpico, su compatriota Michael Johnson se despidió de los Juegos con dos
victorias y cinco oros en total y el remero británico Steve Redgrave dijo adiós a los Juegos
ganando el oro por quinta edición consecutiva.
La australiana aborigen Cathy Freeman revolucionó a su país con una electrizante victoria
en los 400 metros tras haber encendido el fuego olímpico en el gigantesco "Stadium
Australia".
ATENAS 2004: Pese a que se quedó a un oro de igualar la marca de siete del legendario
Mark Spitz, Michael Phelps fue la gran figura de Atenas 2004, unos Juegos Olímpicos que
volvieron a sus raíces para ofrecer un evento solvente, pero signado desde el mismo
comienzo por el doping.
Después de años de incertidumbre por el retraso de las obras, la capital griega llegó al fin a
punto para la gran cita, la primera que albergaba la cuna del olimpismo desde 1896. Sin
embargo, se vio sobrecogida por el escándalo antes incluso de arrancar.
Los velocistas griegos Kostas Kenteris y Ekaterini Thanou se saltaron un control
antidoping fingiendo un accidente de moto. Y antes incluso de ser expulsados, renunciaron
a participar.
No serían los únicos casos. Los Juegos registraron un récord de 23 controles antidoping
positivos, entre ellos la rusa Irina Korzhanenko, ganadora del oro en el lanzamiento de
peso, cuyo concurso se disputó en la antigua Olimpia. El campeón de los 100 metros, el
estadounidense Justin Gatlin, también sería sorprendido, aunque tiempo después de los
Juegos.
Pero no todo fueron tramposos entre los 10.500 deportistas de 202 países que participaron
en las 28 disciplinas olímpicas. Phelps no alcanzó a Spitz, pero sí logró igualar el récord de
ocho medallas en unos Juegos. El marroquí Hicham El Guerrouj emuló al finlandés Paavo
Nurmi en 1924 ganando los 1.500 y los 5.000 metros . Y Argentina se apuntó la victoria en
baloncesto y fútbol.
Estados Unidos volvió a ganar el medallero de unos Juegos que, tras los atentados
terroristas de 2001 en Nueva York y Washington, estuvieron protegidos por un masivo
dispositivo de seguridad. China emergió ya como segunda potencia apenas cuatro años
antes de que llegara Pekín 2008. “El despertar de Asia”, dijo entonces el presidente del
COI, Jacques Rogge.
PEKÍN 2008: Juegos polémicos, impulsados por Juan Antonio Samaranch, que llegó a
vivirlos antes de morir en 2010. La cita de la capital china estuvo marcada por el ocho, el
número de la suerte en su tradición.
Fue del 8 al 24 de agosto que se celebraron los Juegos y a las 8:08 de la noche que se
inauguraron oficialmente, pero fueron sobre todo ocho las medallas que se colgó Michael
Phelps del cuello, una más que las de su compatriota Mark Spitz en la natación de Múnich
72. "Sports Illustrated", dueña de los derechos de la foto de aquellas siete medallas, compró
también la del nuevo ícono.
Los Juegos ofrecieron actuaciones deportivas brillantes, con 43 récords mundiales y dos
figuras que, conforme pasen los años, irán adquiriendo categoría de mito. Una, Phelps, la
otra, Usain Bolt.
Phelps no sólo ganó siete de sus ocho preseas con récord mundial: también sumó 14 oros
con los seis de Atenas 2004, convirtiéndose con gran diferencia en en el atleta más exitoso
en la historia de los Juegos Olímpicos.
Bolt no fue menos al conquistar sus tres preseas en el atletismo rompiendo los relojes,
aunque el jamaiquino supera en un par de cosas a Phelps: su deporte es el corazón de los
Juegos, nadie nunca había ganado los 100 y los 200 metros con récord mundial y, a la hora
del carisma, fue el rey indiscutible de Pekín.
El caribeño apareció en el momento justo para el mundo olímpico. Sus 9,69 segundos en
los 100 metros llegaron exactamente 20 años después del escándalo de Ben Johnson en
Seúl 88. Johnson paró el cronómetro aquella vez en 9,79: diez centésimas en 20 años.
Fueron los últimos Juegos con 28 deportes antes de que el programa olímpico fuera
reducido a 26 para Londres 2012, con la salida del béisbol y el sóftbol. Entre los 10.902
participantes estuvo el argentino Lionel Messi, que ganó el oro con su selección de fútbol y
un año después se convertiría en el mejor jugador del planeta.
"China le da miedo a mucha gente, quieren frenarla", había dicho Samaranch semanas antes
de los Juegos. No se equivocaba, tampoco en lo deportivo. Por primera vez en la historia,
China ganó unos Juegos. Lo hizo superando claramente a Estados Unidos en el recuento de
medallas de oro, 51 contra 36, aunque los norteamericanos sumaran 110 en total, 10 más
que los anfitriones.
Los Juegos, impecables en lo organizativo, se vieron ensombrecidos por la censura del
gobierno chino y la represión política, además de la fuerte contaminación del aire.
Fuente: DPA
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