linda kavelin-popov, promotora del proyecto virtudes de la unesco

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LINDA KAVELIN-POPOV, PROMOTORA DEL PROYECTO VIRTUDES DE LA UNESCO
"La virtud es muy contagiosa"
VÍCTOR-M. AMELA - 25/10/2002
Tiene usted idea de cuáles son las tres primeras causas de muerte en el mundo entre la
población de 15 a 24 años?
-No.
-Primera: el suicidio.
-No sabía...
-Así es. Segunda: el asesinato.
-Ya: guerras, violencia...
-Y tercera: accidentes de tráfico. ¿No le parece que deberíamos hacer algo?
-Seguro, seguro, pero... ¿qué?
-Intentar corregir este estado de cosas es lo que persigue el proyecto Virtudes.
-¿Proyecto Virtudes?
-Sí, un proyecto apoyado por la Unesco. Habrá oído usted hablar de la creciente falta de
valores, ¿verdad?
-Sí.
-Pues verá: hablar de valores me parece insatisfactorio, porque los valores son mutables y
relativos: hoy son unos, mañana pueden ser otros; aquí son estos, allá son aquellos... ¡Por
eso este proyecto no habla de valores, sino de virtudes!
-¿Pero en qué consiste el proyecto?
-Más que en lamentar una falta de valores, en promover una serie de virtudes: hemos
elaborado una "Guía de virtudes".
-¿Basándose en qué?
-Son virtudes que todas las tradiciones del mundo coinciden en ensalzar, virtudes extraídas
de todas las culturas del globo.
-¿Ah, sí? ¿Una especie de ética universal?
-¡El patrimonio ético de la humanidad, sí! Por eso la Unesco patrocina esta guía: aunque
cada cultura defienda unos valores particulares, diversos entre sí, ¡todas coinciden en
ensalzar ciertas virtudes!
-Pues vamos allá: ¿qué virtudes son esas?
-En la guía catalogo 52 virtudes, una para cada semana del año. El propósito es que la
familia cultive una virtud cada semana...
-Ah, ¿es una guía para las familias?
-En principio sí, ¡porque los padres son los primeros educadores de los niños! Pero también
está aplicándose ya -y satisfactoriamente- en escuelas, cárceles, corporaciones,
comunidades diversas de varios países...
-Insisto: enuméreme algunas virtudes...
-Alegría, amabilidad, apacibilidad, autodisciplina, compasión, confianza, moderación, orden,
responsabilidad...
-Eh...
-... gratitud, determinación, perdón, humildad, entusiasmo, paciencia, tacto, veracidad,
honradez, respeto, amor...
-Alto, alto... ¡Es un camino de santidad!
-Es una necesidad. Les damos a los niños cosas materiales, ¡pero para crecer necesitan
también alimentar su espíritu! ¿Lo hacemos?
-¿Qué es lo que hacemos peor?
-Infravalorarlos y sobrevalorarlos, en un efecto péndulo muy poco educativo: primero les
ponemos etiquetas para humillarlos ("eres tonto", "inútil"), y, así, controlarlos. Y luego
somos negligentemente permisivos, cediendo cuando no deberíamos hacerlo.
-Qué complicado, lo de educar...
-Educar es ayudar al niño a extraer de su propio interior lo mejor que tiene, sus potencias,
ayudarle a identificar sus virtudes. Y cualquier situación puede ser educativa si la
aprovechamos para ayudar al niño a solventarla identificando y aplicando una virtud.
-A ver: apacibilidad, por ejemplo.
-Si dos hermanos se pelean, esa casa podría tener una "alfombra de la paz", un rincón de
paz al que acudan a buscar una solución pacífica a alguno de esos conflictos.
-¿Y si te piden que les compres unas zapatillas de deportes de la marca tal?
-Buena ocasión para trabajar la virtud de la moderación: se les explica que el presupuesto
para calzado es tanto. Que calculen. Y se les enseña a tener criterio propio, a no apuntarse
siempre a lo que otros dictan...
-¿Y si hablan y gritan en clase?
-¡El profesor debe impedir eso desde el primer día! Que pacte con ellos un gesto o palabra
para crear silencio. Pero, más que enfadarse con los que enredan, ¡debe dar las gracias a los
que son respetuosos!: ¡hagamos ya protagonistas a los virtuosos, a las virtudes!
-¿Es eso eficaz?
-Sí: ¡las virtudes se contagian mucho! Estimulémoslas: elogiemos siempre todo esfuerzo por
mejorar que veamos en el otro, todo pequeño logro al ejercitar una virtud. ¡Abraza a tu hijo
si hace algo bien!
-¿Y si hace algo mal?
-Pregúntale qué cree que debería haber hecho en esa situación para obrar correctamente. Y
él mismo localizará la virtud que no ha ejercitado... Y aprenderá.
-¿Tuvo usted problemas con sus hijos?
-Recuerdo una charla telefónica con mi hijo: me criticaba con sarcasmo, irrespetuosamente.
Le dije: "Me lo dirás todo con respeto cuando vuelvas a llamarme". Y colgué. ¡Puse un límite!
Volvió a llamarme, y todo bien.
-Deme algún consejo para las familias.
-Que cumplan con el espíritu, no sólo con lo material: que creen y mantengan sus propias
tradiciones, sus ritos periódicos de estar juntos, de intercambiar anécdotas...
-¿Cuáles son sus virtudes favoritas?
-Le diré cuatro: reverencia, discernimiento, afán de superación y confianza.
-Explíquemelas.
-Reverencia: consiste en tratar todo como si fuera sagrado.
-¿Todo? ¿Incluido este papel?
-Sí. ¡Eso te abre a la maravilla del mundo!
-Otra: discernimiento.
-Es estar abierto a encontrar siempre la respuesta idónea. Otra, afán de superación: consiste
en volcar el cien por cien de tu energía en todo lo que hagas.
-Y confianza: no temer nada, ¿no?
-No: tienes miedo, pero tú ¡adelante!
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