Noticias de Capellanía

Anuncio
Noticias de
Capellanía
Febrero 2012
Índice
1
Do we really want to
live eternally?
2
La pieza invisible
3
¿Por qué soy
católico?
4
Actividades -
febrero del 2012
Our paradoxical attitude
gives rise to a deeper
question: What in fact
is “life”? And what does
“eternity” really mean?
There are moments when
it suddenly seems clear to
us: Yes, this is what true
“life” is—this is what it
should be like.
Do we really want to live eternally?
Perhaps many people reject the faith today
simply because they do not find the prospect
of eternal life attractive. What they desire is
not eternal life at all, but this present life, for
which faith in eternal life seems something
of an impediment. To continue living for ever
—endlessly—appears more like a curse than
a gift. Death, admittedly, one would wish to
postpone for as long as possible. But to live
always, without end—this, all things considered, can only be monotonous and ultimately
unbearable.
Obviously there is a contradiction in our attitude, which points to an inner contradiction in
our very existence. On the one hand, we do not
want to die; above all, those who love us do
not want us to die. Yet on the other hand, neither do we want to continue living indefinitely,
nor was the Earth created with that in view.
So what do we really want? Our paradoxical
attitude gives rise to a deeper question: What
in fact is “life”? And what does “eternity”
really mean? There are moments when it suddenly seems clear to us: Yes, this is what true
“life” is—this is what it should be like. Besides,
what we call “life” in our everyday language
is not real “life” at all. Saint Augustine, in the
extended letter on prayer which he addressed
to Proba, a wealthy Roman widow and mother
of three consuls, once wrote this: ultimately
we want only one thing—”the blessed life”,
the life which is simply life, simply “happiness”. In the final analysis, there is nothing
else that we ask for in prayer. Our journey has
no other goal—it is about this alone. But then
Augustine also says: Looking more closely, we
have no idea what we ultimately desire, what
we would really like. We do not know this
reality at all; even in those moments when we
think we can reach out and touch it, it eludes
us. “We do not know what we should pray for
as we ought” he says, quoting Saint Paul (Rom
8:26). All we know is that it is not this. Yet in
not knowing, we know that this reality must
exist. “There is therefore in us a certain learned
ignorance (docta ignorantia), so to speak”, he
writes. We do not know what we would really
like; we do not know this “true life”; and yet
we know that there must be something we do
not know towards which we feel driven.
The term “eternal life” is intended to give a
name to this known “unknown”. Inevitably
Noticias de Capellanía
Febrero 2012
We do not know what we
would really like; we do
not know this “true life”;
and yet we know that
there must be something
we do not know towards
which we feel driven.
it is an inadequate term that creates confusion.
“Eternal”, in fact, suggests to us the idea of
something interminable, and this frightens us;
“life” makes us think of the life that we know
and love, and do not want to lose, even though
very often it brings more toil than satisfaction,
so that while on the one hand we desire it, on
the other hand we do not want it. To imagine
ourselves outside the temporality that imprisons
us and in some way to sense that eternity is not
an unending succession of days in the calendar,
but something more like the supreme moment
of satisfaction, in which totality embraces us
and we embrace totality—this we can only
attempt.
Benedict XVI
in Spe Salvi (Encyclical Letter)
La pieza invisible
El hombre ha ido
colocando las piezas
de forma inteligente,
aquí y allá, pero resulta
que la única manera
de que casen todas es
disponerlas de tal modo
que quede un hueco
vacío.
La vida sin sentido último está coja; a una vida
así planteada le falta algo. «Ir tirando» con
pequeños sentidos no es suficiente. Vivir la vida
con sentido requiere un algo último, la existencia de algo con respecto a lo cual se establezcan unos lazos de dependencia que marquen
el porqué estable y definitivo de la existencia.
El ser humano, desde sus orígenes, ha traducido
la búsqueda del sentido último de la existencia en la búsqueda de lo trascendente –algo
fuera de él y superior a él–, en la búsqueda
de la divinidad, con la pretendida esperanza de
encontrar en ella las respuestas a sus preguntas.
Entonces, ¿sería la aceptación de esta divinidad
el simple resultado de su debilidad y de su
2
limitación? No tiene por qué ser así. Más bien
se trata de lo siguiente: el mundo y la propia
existencia se pueden interpretar como un complejo rompecabezas. El hombre ha ido colocando las piezas de forma inteligente, aquí y allá,
pero resulta que la única manera de que casen
todas es disponerlas de tal modo que quede un
hueco vacío. Después de haber ido montando
el puzle según las adecuadas correspondencias
de las distintas piezas y advirtiendo que no se
puede completar, se acepta que falta una. Hay
un hueco, un hueco bien definido. Tanto es así,
que sabe perfectamente las características de la
pieza –¿la divinidad?– que debería encajar allí,
pero no dispone de ella. Sin ella, el resto de piezas no representa nada completo y no pasan de
ser un montón de piezas amontonadas, que no
Noticias de Capellanía
Febrero 2012
logran representar «un algo» coherente y con
sentido; no obstante, si se respeta el hueco, el
rompecabezas es perfecto y unitario.
Pero eso no es todo. Cabe la posibilidad de que
la pieza ausente no sea, en realidad, ausente,
sino que sea invisible. Si la pieza del rompecabezas tuviese que ser necesariamente invisible,
ya estaría todo arreglado: estaría completo, con
su pieza invisible incluida. Pero ¿tiene que estar
oculta la pieza?
Antes de contestar a esta pregunta, queremos
subrayar que la aceptación de la divinidad
no sería una salida cobarde por la puerta trasera
o un acto irracional o propio de menores de
edad. Se trataría, más bien, del resultado de
un estudio inteligente del rompecabezas de la
existencia. No tengo datos positivos que resulten de una experiencia directa con la divinidad,
pero ésa no es razón suficiente para negar su
existencia.
Blondel, en un fingido diálogo, le dice a Jean
Guitton: «Es un hecho real, Jean: el hombre
apunta al más allá. No es una observación arriesgada. Es una estructura esencial del ser humano.
Puede que la más fundamental. Por eso un
hombre sin destino de ultratumba parece inconcebible». Jean Guitton contesta: «Inconcebible,
Blondel, tal vez no, pero extrañamente absurdo.
Igual de absurdo que lo más absurdo, como
podría ser un sexo masculino en una naturaleza
sin hembras; igual de absurdo que un estómago
en un universo donde no hubiese nada comestible; igual de absurdo que un ojo en un universo
sin luz, ni colores, ni nada visible».
La aceptación de la divinidad
no sería una salida cobarde
por la puerta trasera o un
acto irracional, propio de
menores de edad. Se trataría,
más bien, del resultado
de un estudio inteligente
del rompecabezas de la
existencia.
José P. Manglano
en Vivir con sentido
¿Por qué soy católico?
De la Iglesia católica
diría, principalmente, que
es católica. Preferiría
intentar sugerir que no es
solo más grande que yo,
sino que es más grande
que cualquier cosa en
el mundo, que es, de
hecho, más grande que el
mundo.
La dificultad de explicar por qué soy católico reside en que hay diez mil razones que se elevan a
una sola: que el catolicismo es verdadero. Podría
llenar mi espacio con frases sueltas que comenzaran con las palabras: «Es lo único que...», como,
por ejemplo, «Es lo único que de verdad evita
que un pecado sea un secreto». O «Es lo único que
libera al hombre de la degradante esclavitud de
ser un producto de su época». O «Es lo único que
habla como si fuera cierto: como si fuera un
auténtico mensajero que se negase a alterar
un mensaje auténtico». O «Es la única forma de
cristianismo que, de verdad, incluye a todos los
tipos de hombre, incluso al respetable». O «Es el
único gran intento de cambiar el mundo desde
dentro; valiéndose de voluntades y no de leyes;
etcétera». O podría tratar la materia de manera
personal y describir mi propia conversión, pero
resulta que tengo la fuerte sensación de que este
método hace que la empresa parezca mucho más
pequeña de lo que en realidad es.
ya que en este pequeño espacio sólo puedo
centrarme en un aspecto, la contemplaré en su
cualidad de guardiana de la verdad.
En resumen, de la Iglesia católica diría, principalmente, que es católica. Preferiría intentar sugerir
que no es solo más grande que yo, sino que es
más grande que cualquier cosa en el mundo, que
es, de hecho, más grande que el mundo. Pero,
El otro día, un escritor conocido, por lo demás
bastante bien informado, dijo que la Iglesia
católica era siempre un enemigo de las ideas
nuevas. Tal vez no se le ocurriera que su propio
comentario no tenía exactamente la naturaleza
Aquellos que se quejan
de que el catolicismo no
puede decir nada nuevo
rara vez creen necesario
decir nada nuevo sobre el
catolicismo.
3
Noticias de
Capellanía
Febrero 2012
de una idea nueva. Este es un concepto que los
católicos han de estar refutando de manera continua,
porque es una idea muy vieja. Es más, aquellos que
se quejan de que el catolicismo no puede decir nada
nuevo rara vez creen necesario decir nada nuevo
sobre el catolicismo. En realidad, un verdadero estudio de la historia demostrará que es, curiosamente,
contraria a tal hecho. En la medida en que las ideas
realmente son ideas, y en la medida en que tales
ideas pueden ser nuevas, los católicos han sufrido, de
manera continua, por sostenerlas cuando de verdad
eran nuevas, cuando eran demasiado nuevas como
para encontrar cualquier otro apoyo. El católico no
solo iba por delante, sino que se encontraba solo, y
aún no había nadie allí que entendiese lo que había
encontrado.
De este modo, por ejemplo, cerca de doscientos
años antes de la Declaración de Independencia y de
la Revolución francesa, en una época consagrada
al orgullo y alabanza de los príncipes, el cardenal
Bellarmine y el español Suárez establecieron con
lucidez toda la teoría de la auténtica democracia.
Pero en aquella era del derecho divino, ellos solo
dieron la impresión de ser unos jesuitas sofistas y
sanguinarios, que merodeaban con puñales para
ejecutar el asesinato de reyes. Así, de nuevo, el
casuismo de las escuelas católicas dijo todo cuanto
en realidad se podía decir sobre las problemáticas
obras y novelas de nuestra propia época, doscientos años antes de que se escribiesen. Dijeron que
había en verdad problemas de conducta moral, pero
tuvieron el infortunio de decirlo con doscientos años
de adelanto.
G. K. Chesterton
Actividades - febrero del 2012
Barcelona
Madrid
Santa Misa:
•De lunes a viernes a las 7:45 (Campus Sur)
•Martes y jueves a las 13:05, en inglés
(Campus Sur)
•Lunes, miércoles y viernes a las 13:30
(Campus Norte)
Santa Misa:
• De lunes a viernes, a las 13:30
• Sábados, a las 8:00
Confesiones:
TODOS LOS DÍAS: 15 minutos antes de la
Santa Misa
SIEMPRE: durante el día, avisando a los
sacerdotes
Confesiones:
De lunes a viernes, de 13:00 a 13:30
Sábados, de 7:30 a 7:55
Siempre, durante el día, avisando a los
sacerdotes
Encuentro de Teología Cristiana:
¿Quién es Jesús de Nazaret?
• Lunes 13, de 15:00 a 15:30
Aula Escámez
Retiros mensuales:
Profesores, Antiguos Alumnos, participantes en
programas, personal no docente, familiares y
amigos invitados
Retiros mensuales:
Profesores, Antiguos Alumnos, participantes en
programas, personal no docente, familiares y
amigos invitados
Hombres
•Martes 7, de 14:30 a 15:45 (Campus Sur)
•Jueves 9, de 19:30 a 21:00 (Campus Sur)
•Miércoles 22, de 13:00 a 14:00, en inglés
(Campus Sur)
Hombres
•Lunes 13, de 14:30 a 16:00
•Miércoles 22, de 14:30 a 16:00
Mujeres
•Miércoles 15, de 14:30 a 15:30 (Campus Sur)
•Jueves 16, de 14:00 a 15:00 (Campus Norte)
Mujeres
•Lunes 29, 14:30
Cursos de Retiro:
Hombres
• Del 24 al 26 (Can Soteras)
Clases de Formación Doctrinal:
Mujeres
• Jueves 23 a las 14:30 – charla doctrinal
• Lunes 27 a las 14:30 – debate coloquio
Horario de los Capellanes:
• Joan Garcia Llobet
Lunes, miércoles y viernes, de 10:30 a 19:00
• Xavier Martínez-Gras
Viernes, de 11:30 a 19:30
• Domènec Melé
De lunes a viernes, de 8:15 a 19:00
y a horas convenidas
• Ricardo Peris
De lunes a viernes, de 9:00 a 20:00
• John Twist
De lunes a jueves, de 9:30 a 13:30
y de 17:00 a 20:00
Horario de los Capellanes:
• Vicente Llorca
De lunes a viernes (excepto jueves), de
9:00 a 18:00, y sábados, de 9:30 a 12:00
• Ernesto Juliá
De lunes a viernes (excepto martes), de
13:00 a 18:00, y sábados, de 10:00 a 12:00
• Pelegrín Muñoz
Lunes y martes, de 10:00 a 17:00,
y sábados, de 7:30 a 12:00
New York
Holy Mass: Wednesday at 8:30 am
The Oratory is open from 9:00 am to 5:30 pm
Fiestas y celebraciones:
2 Presentación del Señor. Virgen de la Candelaria,
11 Nuestra Señora de Lourdes, 14 San Cirilo y San
Metodio, patrones de Europa. Aniversario de las mujeres
de la Prelatura del Opus Dei, 22 Miércoles de Ceniza. Inicio
de la Cuaresma. Cátedra de San Pedro.
(Las actividades se realizan en el Oratorio del IESE, siempre que no se indique lo contrario.)
Noticias de Capellanía: [email protected] • www.iese.edu • Depósito legal: B-12034-1998 • ISSN: 1139-6644
Avda. Pearson, 21, 08034 Barcelona, Tel.: +34 93 253 42 00, Fax: +34 93 253 43 43 • Camino del Cerro del Águila, 3 (Ctra. de Castilla, km 5,180), 28023 Madrid, Tel.: +34 91 211 30 00, Fax: +34 91 357 29 13
Descargar