EVALUACIÓN - IFD de Minas

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Análisis Pedagógico de la Práctica Docente.
EVALUACIÓN:
INTELIGENCIAS JERARQUIZADAS,
ALUMNOS
DESINTERESADOS.
Instituto de Formación en Educación. Minas.
Estudiante: Carlos Dufourt.
Docente: Lucía Lorenzo.
Tutora: Daniela Díaz.
2014
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Contenido
Introducción. ............................................................................... 4
Justificación. ................................................................................ 5
Marco teórico .............................................................................. 7
Reflexiones finales. .................................................................... 23
BIBLIOGRAFÍA: ........................................................................... 25
WEBGRAFÍA: .............................................................................. 25
3
“La evaluación no es ni puede ser un apéndice de la
enseñanza.
Es
parte
de
la
enseñanza
y
del
aprendizaje.”
Gestionareducar
“Hay que provocar en los alumnos el deseo de
aprender y de formularse preguntas. Y hacerlo codo
con codo, acompañándolos a lo largo de toda la
escolaridad y ayudándolos a encontrar tiempos de
reflexión y concentración en una época en la que están
“sobre informados” y “sobreexcitados”.”
Philippe Meirieu
4
Introducción.
El presente trabajo se enmarca en la materia Análisis Pedagógico de la
Práctica Docente (A.P.P.D). El mismo es un Ensayo, entendiéndose como una
exposición sintética de los aportes teóricos que abordan el problema
seleccionado y un análisis crítico sobre las posibles respuestas que le ofrecen.
(Niriam Carbajal).1
Tratándose de un análisis pedagógico de la práctica docente, creí conveniente
no elegir un tema pensando en problemas o situaciones que observo en el
corriente año, sino que me pareció más apropiado e interesante analizar un
tema
que pude observar durante mi transcurso en la práctica docente,
(correspondiente a tres años).
A la hora de elegir el tema sin dudas, tenía más de una opción pero el que me
causó más cuestionamientos en el ámbito profesional y decidí abordar fue la
evaluación.
Lo que me impulsó a la elección de dicho tema, es la repercusión que tiene
hoy en día en los medios de comunicación, cuando se habla de evaluaciones
Pisa por ejemplo. Más adelante cuestionaré que dependiendo de las diferentes
concepciones que tengamos de evaluación, podremos analizar los impactos
que generan los resultados y sus comunicaciones.
Por otra parte, como futuro docente la preocupación principal que se me
presenta es, si las normas establecidas hoy en día a la hora de evaluar
implican realmente que estemos hablando de una evaluación favorable en el
ámbito educativo. Cuando expreso esto, me refiero a que he notado que en las
instituciones educativas de la actualidad evaluamos resultados. No interesa lo
que el alumno aprendió o no, lo importante es que logre hacer lo que el
docente quiere, en el menor tiempo posible. Solemos escuchar en las aulas
todavía “él que termina primero le pongo sote”. Me cuestiono si ese “sote” es
sinónimo de aprendizaje; creo que esta pregunta me inspiró a desarrollar el
tema del presente Ensayo.
1 Extraído de “Pautas para la Presentación del Trabajo Final. Curso A.P.P.D”. I.F.D Canelones. Año 2012.
5
Justificación.
¿Qué hacemos nosotros docentes en la escuela?
La pregunta anterior alude a que la fundamentación del Programa de
Educación Inicial y Primaria (2008) esboza que “la educación puede
considerarse como reproductora del modelo dominante, o plantearse como
praxis liberadora”. La pregunta es ¿qué concepto vamos a tomar de
educación?, ¿Cuál queremos?, personalmente considero que la evaluación
toma un rol importante. Creo que no podemos proponer y promover una praxis
liberadora quedándonos encasillados en modelos que no son compatibles con
nuestra propuesta. Me refiero a que no podemos continuar evaluando igual a
como lo hemos hecho hasta ahora, sé que el mismo sistema impone dicho
modelo de evaluación (premio, castigo); pero estoy convencido que comenzar
a reflexionar acerca de lo que buscamos es un muy buen primer paso.
Otro de los planteamientos que me hago a la hora de observar la evaluación
hoy en día, es como los docentes marcamos las vidas a los alumnos, en este
caso niños, en la medida que incidimos en el éxito o fracaso no sólo escolar,
sino a largo de su vida.
Si tomamos aportes de la película “La educación prohibida”, cuando mostraba
que un simple número define una persona, lo interesante sería pensar ¿qué
porción de ese número corresponde al alumno? y ¿cuál a nosotros docentes?
Si bien no pienso que si el alumno no aprende, es porque el docente no enseñó
(porque creo que existen muchos factores que inciden en el aprendizaje), me
parece que muchas veces deberíamos pensar si realmente hicimos todo lo
posible para favorecer el aprendizaje del alumno.
Sería sumamente necesario observar qué rol cumple la evaluación en el
aprendizaje ¿le damos el rol que se merece? Creo que hoy en día el docente y
el sistema no le dan el uso debido, muchas veces se pierde el afán de aprender
por parte de los alumnos, disfrazado en el de conformar al docente. Si bien es
un tema que puedo observar en la escuela, considero que sucede en todas las
instituciones educativas. Lo que no pensamos los docentes es que nuestro
afán por mostrar nuestra autoridad incide a la hora de evaluar. Cuando en
6
realidad deberíamos dejar de lado el ego y observar a través de la evaluación
las posibles mejoras que podríamos implementar en nuestras prácticas
favoreciendo el aprendizaje.
Como alumno me resulta muy fácil estudiar lo que el docente quiere escuchar,
he observado que las evaluaciones propuestas por docentes buscan
simplemente que los alumnos reproduzcan lo que el docente planteó. Sin duda,
de esta manera dejamos de lado: la subjetividad del alumno, la construcción
del conocimiento, así como también la participación activa del educando en su
aprendizaje.
Esta situación la podemos observar no sólo por parte de los docentes, sino
también del sistema educativo, frecuentemente escuchamos hablar de las
“pruebas en línea”. Pruebas, donde los alumnos deben contestar preguntas de
múltiple opción para poder continuar; muchas veces no leen siquiera la
pregunta con el afán de terminar la prueba. Me pregunto, esas evaluaciones
¿son reflejo del aprendizaje de nuestros alumnos? ¡Creo que no!
Esto se debe a la evaluación que se propone, una evaluación que busca
resultados y que sin duda es cuestionable. Esta situación es común en las
escuelas de hoy en día, lo interesante, es observar lo claro que tenemos
algunos nuestra función como docentes y lo que realmente hacemos. Creo que
deberíamos repensar nuestra forma de evaluar, para eso me propongo analizar
la historia de la evaluación y algunas concepciones que se manejan en la
actualidad.
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Marco teórico
Me gustaría comenzar el marco teórico profundizando cual es la función de la
evaluación, para eso analizaré el siguiente fragmento extraído de: “Tiempos de
pruebas. Los usos y abusos de la evaluación.”
“Es posible que unos renacuajos inteligentes se reconcilien con los
inconvenientes de su situación, pensando que, aunque la mayoría de ellos
vivirán y morirán tan sólo como renacuajos, algún día, los más afortunados de
la especie se despojarán de sus colas, dilatarán sus bocas y estómagos,
saltarán con habilidad a la tierra seca y croarán, dirigiéndose a sus antiguos
amigos y hablándoles de las virtudes mediante las que los renacuajos con
carácter y capacidad pueden llegar a ser ranas.”
(The Tadpole Philosophy, R.H. Tawner, 1951.)
Este fragmento es muy representativo de lo que vivimos y observamos hoy en
día, en la sociedad uruguaya. Comparemos esos renacuajos con alumnos de
nuestras escuelas, sin lugar a duda, muchos tienen dificultades que
corresponden a diferentes cuestiones (económicas, alimentación, salud,
higiene, entre otras). Sin embargo el afán de convertirse en “ranas” puede ser
fuente de inspiración para superar esas adversidades (carácter), y aumentar su
capacidad (aprendizaje). La función principal de la evaluación es ayudar a esos
niños a superar esas adversidades para que logren convertirse en “ranas”.
Sin embargo, según Stobart (2010) la evaluación también ha desempeñado
otras funciones como: certificar la competencia laboral a través de los gremios
y profesiones; identificar a los alumnos con necesidad de escolarización o
clases especiales y como instrumento de rendición de cuenta para juzgar la
eficacia de las instituciones.
Considero que esta última es la que hoy en día se desempeña en las escuelas
uruguayas. Lo que sucede según lo planteado por dicho autor es que los
responsables políticos se dieron cuenta que la evaluación puede utilizarse
como una poderosa herramienta para la reforma de la educación. Sin dudas,
estoy de acuerdo. Las autoridades políticas sugieren que los resultados en la
educación no se observan. Constantemente vemos en los medios de
8
comunicación la discusión acerca de esto. Escuchamos muchas veces “el
presupuesto de la educación ha aumentado considerablemente sin obtener
ningún resultado”
Debido a ese pensamiento, exponemos a nuestros alumnos a realizar pruebas
estandarizadas, de manera que podamos comparar los resultados. Lo
interesante sería observar las diferentes realidades de los países que se
comparan.
Por otra parte, considero que hoy en día resulta fácil culpar a la educación de
todos los problemas que tiene el país, además es entendible por la concepción
que aún se tiene de la misma. Aún se aprueba lo que planteó por el año 1874
José Pedro Varela, la educación como capaz de corregir todos los males de la
sociedad; lo que deberíamos pensar son las diferencias de aquella educación
con la de hoy en día. La sociedad debería pensar la escuela en un contexto
socio-histórico diferente al de esa época. Lo que sin dudas provoca que sus
fines sean completamente distintos. Ya no tiene como función estandarizar
niveles, con alumnos que sean capaces de desempeñarse bien en diferentes
tareas sin cuestionar nada de lo que se les plantea.
Creo que en estos días la función principal de la escuela pasa por la formación
de sujetos críticos, capaces de cuestionar las diferentes realidades, situaciones
u opiniones que se le presentan en su vida y en los medios de comunicación.
Tipos de evaluación.
Haciendo referencia a la historia de la evaluación podría plantear que según
Stobart (2010), la evaluación fue instaurada en Gran Bretaña a través de
exámenes con el objetivo de mejorar los niveles. Poco después los exámenes
se introdujeron en las profesiones para posteriormente filtrarse en secundaria y
primaria. Lo interesante es plantear cuál fue ese tipo de evaluación que se
instauró; para contestármelo me baso en los dos servicios de la evaluación que
plantea Perrenoud (2008): Los dos modelos diferentes de evaluación son:
A. La evaluación al servicio de la selección.
B. La evaluación al servicio de los aprendizajes.
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A. La evaluación al servicio de la selección.
En este tipo de evaluación se distingue:
-
La evaluación asociada a la fabricación de jerarquías.
-
La evaluación asociada a la certificación de saberes ante terceros.
La primera nombrada fue la instaurada tradicionalmente en Educación
Primaria, dicha evaluación está asociada a la fabricación de jerarquías de
excelencia. En la misma los alumnos son sometidos a la constante
comparación, lo que los coloca en diferentes grados de jerarquía, prefigurando
la jerarquía final según lo planteado por Perrenoud. Si bien existen algunas
cuestiones tratadas que no tienen relación con lo que sucede en primaria
(como que la evaluación sirva para la preparación del examen), podría decir,
que otras como por ejemplo la relación entre docente- alumno sí lo tiene. Sin
dudas los docentes jugamos hoy en día con las notas, no con la finalidad de
decir lo que el alumno sabe, sino como mensaje muchas veces de advertencia,
para hacerle saber lo que sucederá si su actuación no varía. Para ejemplificar
me gustaría citar una frase común en las escuelas “Siga haciendo lo que quiera
que yo me acuerdo en el carné”
Esas diferentes jerarquías establecidas por los docentes sin duda que no son
reflejo de las diferencias reales que pueda existir entre unos alumnos y otros.
Regularmente podemos observar como los docentes juegan en dicho sentido,
exaltando las habilidades de algunos alumnos sobre otros en algunas áreas.
Incluso sobre ellos mismos, muchas veces sucede que el alumno se encuentra
atrapado en la jerarquía que alcanzó, lo que lo lleva a sentir que debe contestar
todo lo que se le pregunta. Simultáneamente en las escuelas escuchamos a
docentes decir, “que pasó Fulanito, usted el año pasado era excelente, se
olvidó de todo”. Esto lleva a que nos encontremos con alumnos frustrados y
con miedo a equivocarse, cuando en realidad deberíamos tener alumnos con
muchas dudas, sin miedos a la equivocación, ya que la misma es la que
constantemente nos abre puertas de aprendizajes.
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-
La evaluación asociada a la certificación de saberes ante terceros.
Como destacamos anteriormente otra de la función tradicional que ha tenido la
evaluación en la escuela según Perrenoud
es la de certificar los saberes
adquiridos ante terceros. En la misma no se va a detallar los saberes y
habilidades adquiridas por los alumnos, ni su nivel de dominio de las diferentes
áreas, sino como lo menciona el autor: “lo que debe saber para acceder al
grado siguiente”. Este tipo de evaluación lleva a que el docente próximo pueda
seguir trabajando y evaluando de la misma manera que se viene haciendo
hasta ahora.
En este sentido en Uruguay existe una escuela donde los alumnos no repiten,
todos pasan de año, lo interesante es que la garantía no son los conocimientos
que el grupo adquirió en el año. Sino que los docentes son garantía de lo que
cada alumno adquirió y de las estrategias que utilizó con cada uno de ellos.
Según lo planteado por la directora de dicha escuela, en una entrevista2, las
docentes llevan una documentación de cada uno de los alumnos que sirve de
referencia para el próximo año y docente.
Por otro lado plantea lo absurdo de la repetición, la directora considera que la
repetición es discriminar al alumno, lo que sin duda baja su autoestima.
Problema común de las escuelas uruguayas, la autoestima es uno de los
factores más importantes en lo que refiere a favorecer el aprendizaje. Un
alumno con una gran autoestima pierde el miedo a equivocarse y es capaz de
desarrollarse plenamente. Debo aclarar que este modelo puede implementarse
en escuelas que reúnan ciertas características, ya que la no repetición no es
sinónimo ni garantía de aprendizaje.
Considero que los alumnos
deben ser partícipes de sus aprendizajes, los
docentes muchas veces pensamos que nuestro conocimiento nos habilita a
ejercer poder, estableciendo con el alumnado una relación de autoritarismo.
Cuando en realidad nuestra función es, ser mediador entre el aprendizaje y el
2 Extraído de: Cabrera, Sebastián. “Promovidos”, Diario EL PAIS. Uruguay, 5 de abril de 2014.
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alumno; buscando las maneras más creativas para que el alumno pierda ese
temor a la equivocación y sea capaz de construir su propio conocimiento.
Partiendo muchas veces del error, estrategia didáctica que considero
fundamental en la acción de favorecer el aprendizaje.
En las escuelas uruguayas podemos observar como desde el comienzo del
año, los docentes se plantean un plan anual. Muchas veces sin conocer
siquiera a sus alumnos, este plan sin duda, no tiene en cuenta lo subjetivo de la
educación. Los alumnos desde un principio no son participes de sus
aprendizajes como realmente debería ser según lo planteado en el artículo 9 de
la Ley de Educación Nº 18437:
“Artículo 9º. (De la participación).- La participación es un principio fundamental
de la educación, en tanto el educando debe ser sujeto activo en el proceso
educativo para apropiarse en forma crítica, responsable y creativa de los
saberes. Las metodologías que se apliquen deben favorecer la formación
ciudadana y la autonomía de las personas.”3
Considero que dicho artículo deja claro cuál es nuestro rol como docentes,
buscar metodologías que favorezcan la formación de la ciudadanía y la
autonomía de las personas. En cambio, los docentes creemos ser los
encargados de depositar en el alumnado ciertos conocimientos que son
necesarios para acceder al año siguiente.
Intentando realizar un análisis de la oración anterior, podemos sugerir que nos
equivocamos desde el punto de partida. Los conocimientos se debería trabajar
con el fin de que los alumnos puedan comprenderlos, apropiarlos y utilizarlos
en su vida; no con el fin de certificar su paso al año siguiente.
Teniendo en cuenta estas funciones de la evaluación podría plantear la
siguiente pregunta:
¿Qué áreas planteadas en el Programa de Educación Inicial y Primaria del año
2008, son más influyentes a la hora de establecer jerarquías o certificar
saberes adquiridos?
3 Extraído de: ANEP, Ley de Educación 18437.
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Sin duda que la respuesta sería Matemática y Lengua, pero mi cuestionamiento
es el siguiente, cuando los docentes hablan de un niño “inteligente” ¿se
refieren a aquel alumno bueno en esas dos áreas? Según lo observado en la
práctica podría plantear que sí. Al llegar a una clase la docente nos explicita
ciertas características de los alumnos, y escuchamos con frecuencia frases
como por ejemplo “este es muy inteligente, pero se pelea con todos por las
notas”. Me gustaría saber si podríamos considerar “inteligente” a una persona
con dicha característica.
Para cuestionar lo anteriormente planteado me basaré en un artículo titulado
“El docente y las inteligencias múltiples.”4.Howard Gardner define la
inteligencia como la capacidad que nos permite resolver problemas o fabricar
productos valiosos en nuestra cultura. Si bien el autor no niega el componente
genético, define la inteligencia como una capacidad, por lo tanto, la podemos
desarrollar. Muchas veces los docentes creemos que la inteligencia es algo
innato y realizamos prejuicios basándonos en otras experiencias como por
ejemplo haber sido docente de un hermano, y los practicantes a menudo
escuchamos: “éste, es burro como el hermano, son todos iguales, que le vas a
pedir”.
Lo importante como practicante es poder distanciarse de esa visión y buscar
las potencialidades que dicho alumno posee y tratar de mostrarle al mismo que
estamos tan interesados en él, como en cualquier otro compañero. Si no lo
hacemos, estamos cometiendo un grave error guiándonos por una simple
opinión que se basa en el desempeño del alumno en las áreas de matemática y
de lengua.
Howard Gardner reconoce 8 tipos de inteligencias con la capacidad de ser
evaluadas. -Inteligencia Lógico-matemática, la que utilizamos para resolver
problemas de lógica y matemáticas. Es la inteligencia que tienen los científicos.
Se corresponde con el modo de pensamiento del hemisferio lógico y con lo que
nuestra cultura ha considerado siempre como la única inteligencia.
4 Extraído de: De Luca, Silvia Luz. “El docente y las inteligencias múltiples.” Revista Iberoamericana de la
Educación. Argentina, 2000.
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-Inteligencia Lingüística, la que tienen los escritores, los poetas, los buenos
redactores. Utiliza ambos hemisferios.
-Inteligencia Espacial, consiste en formar un modelo mental del mundo en tres
dimensiones, es la inteligencia que tienen los marineros, los ingenieros, los
cirujanos, los escultores, los arquitectos, o los decoradores.
-Inteligencia Musical es, naturalmente la de los cantantes, compositores,
músicos, bailarines.
-Inteligencia Corporal - kinestésica, o la capacidad de utilizar el propio cuerpo
para realizar actividades o resolver problemas. Es la inteligencia de los
deportistas, los artesanos, los cirujanos y los bailarines.
-Inteligencia Intrapersonal es la que nos permite entendernos a nosotros
mismos. No está asociada a ninguna actividad concreta.
-Inteligencia Interpersonal, la que nos permite entender a los demás, y la
solemos encontrar en los buenos vendedores, políticos, profesores o
terapeutas.
-Inteligencia Naturalista, la que utilizamos cuando observamos y estudiamos la
naturaleza. Es la que demuestran los biólogos o los herbolarios.
Lo interesante sería saber si los docentes tenemos noción de las mismas, no
solo para evaluarlas sino para poder desarrollarlas. Me parece importante que
el docente sea capaz de reconocer las diferentes inteligencias en sus alumnos
para poder favorecer el desarrollo del mismo.
Creo que jerarquizarlas es un error que cometemos a menudo, si bien el
sistema educativo uruguayo es quien las jerarquiza en una primera instancia.
Los docentes debemos ser críticos para poder establecer objetivos que las
contemplen frente a nuestro curso y tratar de cumplirlos día a día.
Retomando lo que se planteó en un principio, me resulta necesario otorgarle el
lugar que se merecen dichas inteligencias múltiples. Es importante que los
alumnos de nuestras escuelas no sean denominados fracasados escolares
basándonos en un simple examen que no nos permite evaluar realmente lo
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que el alumno es capaz de realizar. Me refiero a que no podemos evaluar las
inteligencias del alumno con una simple prueba de Matemática o de Lengua.
Me gustaría presentar un ejemplo de lo que hemos hablado:
“Cuando hacemos un examen de poco nos sirve saber las respuestas si nos
ponemos tan nerviosos que no somos capaces de contestar las preguntas
adecuadamente. Naturalmente tampoco es suficiente estar tranquilo, hay que
saber las respuestas del examen y saber mantener la calma.”5
Creo que este ejemplo refleja lo que sucede en las escuelas uruguayas hoy en
día, los alumnos pueden saber las respuestas pero la presión que tanto una
prueba, como el docente le imponen les resulta inmanejable. Considero que
como docentes no podemos permitir que esto suceda, debemos ser capaces
de integrar la evaluación como un paso más en el proceso de enseñanza y
aprendizaje.
Menciono a continuación una situación generada durante mi práctica en el
presente año. La docente estuvo trabajando un tema determinado
con los
alumnos durante un período de tiempo que ella consideró largo. Posteriormente
realizando mis actividades sobre el mismo tema, planteo preguntas acerca de
lo que ella había trabajado. Los niños intentaron responder enseguida pero sus
respuestas fueron incorrectas, la situación provocó que la docente se
exacerbara, creando un clima de tensión en el aula. Los alumnos ya no
intentaban contestar por miedo a equivocarse. Mi intento de tranquilizar a la
docente generó sin embargo, que continuara “hostigando” a los alumnos. Al
salir al recreo la misma quedó escribiendo en la pizarra que al otro día había
escrito acerca del tema muy molesta.
Considero que no es la solución al problema proponer una prueba, ya que
plantearlas en la clase de un día para otro no garantiza que el alumno haya
adquirido algún conocimiento. Los alumnos solo deben memorizar los saberes
para después repetirlos en la prueba, me parece que deberíamos intentar
sacarle el peso al alumno de tener que repetir todo lo que le decimos y tratar
5 Extraído de: De Luca, Silvia Luz. “El docente y las inteligencias múltiples.” Revista Iberoamericana de la
Educación. Argentina, 2000.
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de autoevaluarnos como docentes para favorecer la comprensión y apropiación
del conocimiento.
Tomando las palabras de Perrenoud (2008) puedo decir que tanto padres como
docentes utilizan la evaluación como una especie de extorsión, ya que unos
como otros usan las notas para otorgar o quitar privilegios a los alumnos. En
este sentido la evaluación no toma el sentido que se merece; si
constantemente la utilizamos como herramienta para obtener aunque sea un
poco de interés del alumnado por las tareas, los mismos pierden de vista la
finalidad de la misma. Hoy en día en las escuelas observamos que la
evaluación no logra que los alumnos se interesen o preocupen con cumplir las
tareas, por lo contrario los alumnos no solo pierden interés por la actividad sino
que cuestionan cuál es el sentido de hacerla, lo que a muchos docentes
incomoda ya que simplemente plantean tareas con el objetivo de cumplir con el
programa.
Por otro lado encontramos el segundo tipo de evaluación:
B- La evaluación al servicio de los aprendizajes.
Basándome en el artículo 8° de la Ley de Educación N° 18.437 puedo plantear
que lo que se busca asegurar es la igualdad de oportunidades para el
alumnado.
“Artículo 8°. (De la diversidad e inclusión educativa).- El Estado asegurará los
derechos de aquellos colectivos minoritarios o en especial situación de
vulnerabilidad, con el fin de asegurar la igualdad de oportunidades en el pleno
ejercicio de la educación y su efectiva inclusión social.”6
En lo que refiere a evaluación desde la década del 70 se comenzó a cambiar
este concepto, la igualdad de oportunidades se basa en individualizar el
contenido, el ritmo y las modalidades de aprendizajes. Esta nueva visión lleva a
la proposición de una nueva evaluación que sea capaz de regular
6 Extraído de: ANEP. Ley de Educación 18437.
16
continuamente las intervenciones docentes y las situaciones didácticas que
favorezcan el aprendizaje.
Carlos Rosales la define de la siguiente manera:
“Desde una perspectiva del profesor evaluar es reflexionar sobre los procesos
de aprendizaje de sus alumnos, sobre su propia actuación como docente,
sobre las circunstancias institucionales y sociales que influyen en ellos”
(“Evaluar es reflexionar sobre la enseñanza”, 2000)
Esta concepción de la evaluación lleva al resurgimiento de la idea de
evaluación formativa, desarrollada originalmente por Scriven en el año1967.Es
esta nueva evaluación entonces, una manera de regular la acción pedagógica,
la posibilidad de tomar conciencia de lo que nos falta ajustar para favorecer los
aprendizajes; rescatando la importancia de individualizar los contenidos con la
finalidad de que cada alumno sea participe de su aprendizaje. En este sentido
la función de la evaluación ya no será informar a padres o administración
escolar sobre las adquisiciones de los alumnos, sino que implicaría una tarea
suplementaria, donde se obliga a los docentes a administrar un doble sistema
de evaluación. Una evaluación así planteada es capaz de derrocar los
conceptos de éxito y fracaso escolar.
La evaluación para el aprendizaje según Stobart (2010) no es más que el
intento de hacer un modelo de evaluación que sea capaz de contribuir en el
proceso de aprendizaje, esto se consigue dándole una función esencial en la
enseñanza y el aprendizaje.
Cuando hablamos de una evaluación para el aprendizaje hacemos referencia a
una evaluación que se basa en los siguientes factores:

La participación activa de los alumnos en su aprendizaje.

La retroinformación eficaz facilitada a los alumnos.

La adaptación de la enseñanza para tener en cuenta los resultados de la
evaluación.
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
La necesidad de que los alumnos sean capaces de evaluarse a sí
mismos.

El reconocimiento de la profunda influencia que la evaluación tiene sobre
la motivación y la autoestima de los alumnos, influencias cruciales
ambas sobre el aprendizaje.
Los factores que plantea Stobart coinciden con mi pensamiento, sin embargo,
esta evaluación se enfoca en todo eso que estamos dejando de lado como
docentes, como por ejemplo darle la importancia que tienen tanto, la motivación
como la autoestima en el aprendizaje. Pensemos en los alumnos que muchas
veces nos dicen a la hora de participar “no, mejor no, porque va estar mal”, la
autoestima de ese alumno está estableciendo barreras que muchas veces son
fáciles de romper, lo importante creo es, ser capaz de establecer condiciones
de trabajos donde ese miedo a la equivocación se pierda. En estas condiciones
aparecen algunos de los factores que interaccionan en el proceso de
aprendizaje como por ejemplo la participación activa de los alumnos. Este
factor podría decir que es de relevante importancia no solo en la motivación,
sino también en la propia autoevaluación de los alumnos, la participación de los
mismos supone una actividad crítica, donde el alumno pueda reconocer si sus
planteamientos van a favorecer al aprendizaje.
Como mencioné anteriormente es de suma importancia individualizar los
contenidos, en este sentido una evaluación formativa es aquella capaz de
ayudar al alumno a aprender y a desarrollarse, participando de esta manera en
la regulación de los aprendizajes. Para lograr dicha regulación debemos tener
la capacidad de observación, de intervención y de regulación propiamente
dicha.
En lo que refiere a observación podemos plantear que la misma “es construir
una representación realista de los aprendizajes, de sus condiciones,
modalidades, mecanismos y resultados.” (Perrenoud, 2008, 136). Según dicho
autor la observación formativa es aquella que permite guiar y optimizar los
aprendizajes en curso, lo interesante a remarcar es, que la observación nos
permitirá evaluar durante el proceso de aprendizaje lo que nos la opción de
realizar cambios que pueden favorecer al mismo. Dicha observación se debe
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implementar con la finalidad de buscar esos detalles importantes a la hora del
aprendizaje, debe desligarse de los estándares establecidos que buscan
realizar una medición; la evaluación formativa busca siempre la regulación del
aprendizaje.
En cuanto a lo observable podemos decir que es muy diverso, en primer lugar
debemos resaltar que a través de la observación podemos evaluar lo adquirido
por los alumnos. Para tener una idea del nivel que se ha alcanzado. En este
sentido la evaluación toma un lugar diferente, los alumnos no se sienten
presionados a contestar. Es más, muchas veces no sabrán siquiera que los
estamos evaluamos.
Por otra parte, debemos ser capaces de observar esas cualidades que muchas
veces olvidamos evaluar. De esta manera tendremos la posibilidad de evaluar
las diferentes inteligencias que el alumno puede desarrollar. Creo que las
mismas deben cobrar más valor del que se les otorga hoy en día, un alumno
que no es capaz de establecer vínculos y socializar con los pares no es un
alumno “excelente”. En cambio observamos hoy en día alumnos que “rinden”
según los maestros y no son capaces de establecer buenos vínculos.
Con respecto a la intervención lo primero que debemos aclarar es que no
existe ninguna razón para asociar el modo de intervención con la observación
realizada. Ya que el posible desarrollo del aprendizaje dependerá de múltiples
factores que interaccionan entre ellos. Es por eso que toda evaluación que
colabore en la tarea de optimizar los aprendizajes puede llamarse formativa,
independientemente del tiempo que se le otorga al alumno.
Según Perrenoud (2008), existen muchas maneras de ayudar a progresar a un
alumno: explicando con mayor sencillez, más prolongadamente o de otro
modo. Pero sin dudas, lo más importante es lograr comprometerlo en una
nueva tarea, que debe ser más movilizadora y adaptada a sus intereses. De
esta manera lograremos aliviar su angustia y presión, volver a otorgarle la
confianza; proponiéndole otros motivos para actuar y aprender; situándolo en
otro marco social, desdramatizando la situación, redefiniendo la relación,
modificando el ritmo de trabajo y progreso, la naturaleza de las sanciones y las
recompensas, la parte de autonomía y responsabilidad del alumno.
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La intervención según el autor continúa en varios ejes complementarios que
conducen a desentenderse:
-
de los “síntomas”, para atacar las causas profundas de las dificultades;
-
del programa del curso, para reconstruir las estructuras fundamentales o
los prerrequisitos esenciales;
-
de la corrección de los errores, para interesarse en lo que ellos dicen de
las representaciones del alumno, para servirse de ellos como puntos de
entrada en su sistema de pensamiento.
-
De las adquisiciones cognitivas, para tener en cuenta las dinámicas
afectivas y relaciones subyacentes;
-
del individuo, para considerar un contexto y las condiciones de vida y de
trabajo, en la escuela y fuera de ella.
Con respecto a estos ejes puedo observar en la clase donde realizo la práctica,
que la docente intenta una intervención, aunque no se atienden todos los ejes.
Por ejemplo, observo que se atiende el primer eje, en el mes de setiembre
pude notar que la maestra utilizaba los resultados de las evaluaciones en línea
con la finalidad de identificar cuáles son sus causas. En este sentido la docente
me manifestó que la principal causa de los resultados es la comprensión
lectora, ya que no todos los alumnos lograron resolver las mismas propuestas
planteadas en la prueba.
Sin embargo, pudo observar que el porcentaje de alumnos que contestaron
correctamente fue mayor. Según lo expresado por ella, en una primera
instancia les entregó la propuesta unos minutos antes del recreo y los alumnos
respondieron rápidamente. Luego del recreo solicitó que realicen nuevamente
la tarea prestando atención a lo que ella solicita, con esta nueva solicitud, el
porcentaje de respuestas correctas había aumentado considerablemente.
Este relato me dirigió a preguntarme si el verdadero problema es la
comprensión lectora o el tiempo que se les otorga a los alumnos para realizar
la tarea; creo que como docentes debemos tener la capacidad de observar
esas “pequeñas cosas” que hacen la diferencia. El problema del tiempo lo
20
plantea P. Meirieu aludiendo que lo que hace falta es tomarse tiempo. Esto se
debe a la sociedad de lo inmediato en la cual vivimos, la sociedad de “lo quiero
todo enseguida”. Esta situación se supera según el autor con el establecimiento
de rituales, que hagan que entrar en la escuela signifique entrar a un lugar
particular. Estos rituales considero que se pueden establecer no solo con los
alumnos sino con las familias, realizando acuerdos que comprometan a los
diferentes actores de la institución educativa.
Haciendo referencia
a la regulación diremos que la idea de evaluación
formativa siempre se desarrolló dentro de una lógica del a posteriori según
Perrenoud. Lo interesante sería sacarnos la idea de remediar, considerando la
evaluación importante en todos los momentos del proceso de aprendizaje.
El autor propone la regulación como solución a dicho problemas; las mismas se
pueden dividir en tres tipos que actuarán de forma conjunta y sin seguir un
procedimiento esterotipado.
Las regulaciones planteadas por Perrenoud son:
-Las regulaciones retroactivas, son aquellas que se realizan al término de una
secuencia de aprendizaje más o menos larga, a partir de una evaluación
puntual.
-Las regulaciones interactivas, que sobrevienen a lo largo de todo el proceso
de aprendizaje.
-Las regulaciones proactivas que son aquellas que hacemos a la hora de
comprometer al alumno en una actividad o una situación didáctica.
Estas regulaciones se deben tener presentes por todos los docentes a la hora
del trabajo con el alumnado. Desde mi punto de vista, ser capaz de realizar las
regulaciones necesarias en los diferentes momentos del proceso van a
fortalecer la relación docente- alumno.
Por otra parte, los alumnos van a ser capaces de autoevaluarse. Estoy
convencido que los docentes debemos dejar de pensar como docentes y
ponernos en el lugar del alumno. Me refiero a que debemos dejar de lado el
autoritarismo que aún se observa en el aula para poder pensar subjetivamente.
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Al decir de P. Meirieu, “ponerse en la piel del alumno y recordarse en el banco
sentado cuando uno era alumno”. (2007, p. 42)
Este ejercicio nos permitirá descubrir las necesidades de los alumnos y poder
atacarlas; en este sentido es realmente importante proponerlo desde el
comienzo del año, ya que los alumnos necesitan tiempo para internalizar esta
nueva función que cumplirán en el proceso de aprendizaje.
Es importante también fomentar la solidaridad a la hora del trabajo, muchas
veces los docentes solicitamos que los alumnos realicen los trabajos de forma
individual. Esta solidaridad es propuesta en la Fundamentación del Programa
de Educación Inicial y Primaria del Año 2008, vigente en nuestro país.
En este sentido se esbozan las complicaciones que causan los ideales del
capitalismo en el que vivimos hoy en día. La escuela como institución educativa
debe ser capaz de combatirlos, de esta manera la evaluación de los alumnos
puede ser de gran ayuda. Proponer una evaluación formativa nos permitirá
tener un grupo de alumnos y no una cantidad determinada de niños, donde
cada uno hace lo que puede, buscando que el otro no logre hacerlo. Tomando
los dichos de P. Meirieu podemos plantear que es necesario que la escuela
tenga tiempos colectivos en los que el alumno aprenda a participar en un
grupo, y tiempos de intercambio personalizados. A su vez el autor propone la
formación de pequeños grupos de alumnos que se caractericen por presentar
dificultades parecidas, por ejemplo la timidez, y que el grupo permita establecer
ese apoyo entre ellos para ir superando las adversidades.
Considero que las familias podrían formar parte de esta evaluación, a través de
talleres donde sus hijos sean los encargados de organizarlos y llevarlos a cabo.
Debo aclarar que estos talleres deben estar bien planificados con los padres,
es importante que tengan claro el sentido de dichos talleres, ya que muchas
veces los propios padres encasillados en el sistema, realizan comparaciones
entre sus hijos.
Siguiendo el lineamiento de la solidaridad y de la colaboración es importante la
colaboración entre los docentes. Según Adriana Careaga (2003), un buen
punto de partida es dejar de ver la evaluación como un tema impuesto, donde
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muchas veces los docentes obligados por las urgencias diarias, se encuentran
preocupados por encontrar nuevas herramientas y formas de evaluar a sus
estudiantes. Sin embargo muy pocas veces se dispone tiempo para
preguntarse con otro colega: ¿para qué y por qué evaluamos?
Estos cuestionamientos nos llevarían a preguntarnos si ¿se evalúan
situaciones de aprendizaje o se evalúa a los alumnos?
En esta pregunta encontramos el verdadero sentido de la evaluación, creo que
nos estamos equivocando desde el momento que evaluamos solamente a los
alumnos. Esta situación por una parte los presiona y no les permite realizar el
proceso de apropiación del conocimiento. Por otra parte, deja de lado la
importancia del docente en ese proceso de aprendizaje ya que no se evalúa la
capacidad del mismo para crear situaciones que favorezcan el aprendizaje.
Si como docentes, nos comprometemos con nuestra labor y realmente nos
preocupa la visión que la sociedad tiene de nosotros. Debemos ser capaces de
aceptar que solos no podemos, que necesitamos de la ayuda de colegas, de
las familias, de la institución y comunidad educativa. Sin duda, nos permitirá
romper definitivamente con la popular frase: “cada maestro con su librito” para
transitar un nuevo camino donde la comunidad educativa en su conjunto sea
quien obtiene el logro de brindar el derecho de acceso a una educación de
calidad.
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Reflexiones finales.
Para comenzar con la reflexión me gustaría establecer algunas respuestas a lo
planteado en la introducción del trabajo.
En lo que refiere a la repercusión que tiene hoy en día la evaluación en los
medios de comunicación puedo decir que es entendible, teniendo en cuenta la
función y sentido que la misma tiene no solo en las instituciones educativas
sino también en la comunidad.
Creo que lo realmente interesante sería comenzar a realizar un trabajo a nivel
institucional que integre a las familias en esta nueva función, lugar y sentido
de la evaluación. Sin duda que para lograrlo necesitamos el compromiso de
todos los docentes del centro educativo.
A nivel personal podríamos intentarlo en nuestra clase, sin embargo, la
continuidad es la clave para que esta nueva visión sea aceptada por las
familias. Este proceso de integrar a la comunidad en este pensamiento puede
llevarnos mucho tiempo pero estoy convencido que es sumamente valioso para
todos los actores de la institución educativa.
La evaluación que propongo implementar tiene como pilar principal la confianza
entre el alumno y el docente. Esta confianza permitirá al alumno dejar de lados
los miedos a la equivocación, favoreciendo en aspectos importantes del
proceso de aprendizaje como lo son: autoestima, autoevaluación, motivación y
el más importante, la participación activa por parte del alumno en el mismo.
En lo que refiere a la clase que podemos tener a cargo me parece un buen
ejercicio dar la posibilidad a los alumnos de elegir lo que quieren aprender,
seguro debemos tener en cuenta el Programa de Educación Inicial y Primaria,
pero una imposición siempre resulta más frustrante que algo que se decide o
se elige.
Plantear un ejercicio como este a principio de año hace sentir al alumno
participe de su educación, creo que les dará cierta libertad como para
cuestionar no sólo lo que aprende, sino también las actitudes del docente. Esto
nos resulta muy incómodo, todavía los docentes no tenemos la capacidad de
aceptar que nos equivocamos; en realidad creo que sí la tenemos en la teoría,
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pero las prácticas y la dualidad de criterios en las diferentes instituciones nos
hacen perderla.
Es este modelo de educación el que me gustaría experimentar y para lograrlo
es importante tener presente y claro, las dificultades que se me presentarán. La
libertad de cátedra, nos permite implementar esta nueva modalidad de trabajo;
en el caso de ser cuestionada, tendremos nuestros aportes teóricos que
fundamenten nuestro actuar.
A la hora de proponer esta nueva modalidad de trabajo para los alumnos, la
evaluación debe ser también diferente, necesariamente la finalidad que tiene
hoy en día cambiará, planteamos una nueva evaluación capaz de permitir al
alumno y al docente una auto evaluación. Alumno y docente deben ser
capaces de funcionar como grupo, donde el vínculo se funde en la confianza y
los acuerdos; lo que permitirá que ambos sean capaces de reconocer errores,
colaborando en la
identificación de equivocaciones en el proceso de
enseñanza y de aprendizaje.
Esta es la evaluación que propongo, una evaluación que permita el crecimiento
del grupo (docente-alumno), una evaluación que permita observar el proceso
de aprendizaje de los alumnos,
que no pretenda estandarizar los
conocimientos, sino que cada uno pueda desarrollar lo mejor de sí y ponerlo a
disposición para colaborar en el enriquecimiento grupal.
Para finalizar me resulta necesario aclarar que la elaboración de este Ensayo
me dio la posibilidad de conocer autores que refrescaron mi pensamiento.
Realizarlo en esta etapa de la carrera donde muchas veces ya estamos
encasillados en la rutina escolar nos renueva las energías para comenzar
nuestro ejercicio en la docencia “cargados” de iniciativas.
Me gustaría dejar la siguiente frase para concluir este trabajo:
“La educación debe comenzar con la solución de la contradicción
alumno-docente, mediante la conciliación de los polos de la contradicción
por lo que ambos son profesores y estudiantes al mismo tiempo.” Paulo
Freire.
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BIBLIOGRAFÍA:

ANEP, “Programa de Educación Inicial y Primaria”. Uruguay, 2008.

CAREAGA, ADRIANA Y OTROS. “Evaluación para la mejora de la
enseñanza”. Prontográfica S.A. Uruguay, 2003.

DE LUCA, SILVIA. “El docente y las inteligencias múltiples”. Revista
Iberoamericana de la educación. Argentina, 2000.

Ley de Educación Nº 18.437. IMPO, Uruguay, 2009.

MATEO, J. “La evaluación educativa, su práctica y otras metáforas”.
Editorial Horsori. España, 2000.

PERRENOUD. P. “La evaluación de los alumnos. De la producción de la
excelencia a la regulación de los aprendizajes. Entre dos lógicas.”
Ediciones Colihue S.R.L. Argentina, 2008.

STOBART, G. “Tiempos de pruebas. Los usos y abusos de la
evaluación”, Ediciones Morata España, 2010.
WEBGRAFÍA:

http://www.ort.edu.uy/ie/caes/entrevista_philippe_meirieu.pdf
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