ERRORES MINISTERIALES MÁS COMUNES DE UN

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ERRORES MINISTERIALES MÁS COMUNES DE UN RECIÉN GRADUADO
Por Welter Zepeda
Usado con permiso
Introducción:
Solamente el que no se atreve no se equivoca. Todos los que estamos aquí, algunos más,
otros menos, hemos cometido errores en el ministerio. Los desaciertos y los aciertos en
la escuela de la experiencia nos han traído a donde estamos. Es necesario que los
errores ministeriales en que otros han caído nos sirvan para no repetirlos y que no se
cumpla el dicho popular…”la experiencia entra por el pellejo”. Como decía mi abuela
“allí están los espejos” refiriéndose a los malos ejemplos que no deberíamos tomar.
Todos los que estamos en el ministerio iniciamos con muchos errores que al considerar
los años nos da un poco de risa. Con esto no quiero decir que no cometemos errores
todavía ni quiero que al leer esto, usted pueda pensar que los pastores con muchos años
no cometen errores.
Como pastor por casi dos décadas de estar sirviendo en diferentes iglesias, es
pertinente observar que muchos recién graduados de instituciones teológicas
rápidamente entran en grandes polémicas con las iglesias hasta llegar a haber demandas
legales. ¿Dónde está el problema? ¿En los seminarios o en las iglesias? Es un llamado
de atención a los docentes para que instruyan a sus alumnos en relaciones, en procesos
de cambios, en el carácter del alumno especialmente en la humildad para trabajar con el
liderazgo de cada iglesia local.
Es cierto que el recién graduado viene como un título, con conocimiento, pero le
falta la experiencia y eso le hace cometer multitud de errores que afectan a la obra. Yo
soy uno de ellos que al recordar mis primeros pasos, le da un poco de risa, pero bueno,
hemos pasado por allí. Se necesita un pastoreo de los recién graduados a la luz de otro
que tiene más experiencia aunque no tenga tanta academia. Recién graduado, no
menosprecies al que ha estado bregando desde hace muchos años en el ministerio ya sea
de forma empírica y no tan profesional.
Quizás cuando leas esto pienses: Quien es el que lo escribe con mucho temblor
pasó esto que no es mío sino una recopilación en estos años de hombres que nos han
antecedido y nada más haga verlos para que lo tomemos en cuenta a los que iniciarán el
ministerio o los que ya estamos en el ministerio.
I. ERRORES RELACIONADOS CON DIOS
A. Atreverse a tomar el ministerio pastoral sin conciencia del llamamiento
personal, sin convicciones profundas, sin el sentimiento vivo de tener la
vocación.
B. Buscar un trampolín en el ministerio para alcanzar alturas de carácter
cultural, académico y económico.
C. Asumir una responsabilidad pastoral, por presiones o compromiso con
padres y hermanos en la carne, haciendo caso omiso del compromiso con
Dios.
D. Arriesgarse a trabajar en el pastorado porque no se tiene otra alternativa.
E. El error del activismo, tener una agenda no solo llena sino rellena de
compromisos. Estar tan ocupado en la obra del Señor que se pierde de vista
al Señor de la obra.
F. Caer en un círculo vicioso de tomar las enseñanzas de Jesús, solamente en
teoría, volverse teórico de la palabra escrita.
G. El error de anteponer los intereses personales a los intereses del reino de
Cristo.
H. Querer hacer algo por cuenta propia, descuidando la presencia del Señor.
I. Querer imitar a otros consiervos, a quienes el Espíritu Santo, soberanamente
les ha dado dones relevantes.
J. Querer condicionar el Espíritu Santo a lo que nosotros queremos hacer y no a
lo que él quiere que hagamos.
K. Queremos mantener con él una relación de balcón, en grandes ocasiones, en
circunstancias espectaculares.
L. No dedicar tiempo para cultivar su relación con Dios (Oración y Palabra).
II. ERRORES DE CARÁCTER
A. Llegar al púlpito con la pretensión de que uno lo sabe todo, y que su palabra
en cuestión de Biblia es decisiva y final. Que la palabra del pastor es la
última.
B. Tomar ese santo lugar con petulancia y orgullo para exaltarnos a nosotros
mismos y no a Cristo el Señor.
C. Tomar el texto bíblico como un pretexto para desahogar frustraciones,
problemas familiares o cuestiones puramente temperamentales.
D. Atenerse a los materiales o notas recibidas en la institución donde se graduó,
sin poner el empeño y esfuerzo, bajo la dirección del Espíritu y a la luz de la
Palabra en preparar sus propios materiales de acuerdo a las condiciones y
necesidades de la congregación.
E. Caer en la rutina y el amaneramiento en la presentación de la palabra y en su
propia presentación.
F. Enfocar la predicación en una sola área de la iglesia, descuidando otros
asuntos vitales.
G. Caer en la tentación de predicar mensajes recalentados, evitando
irresponsablemente el esfuerzo de dar variedad, frescura, contenido, vigor y
significado a cada asunto tratado.
H. Atenerse a las sugerencias de la vieja naturaleza que pueda subir al pulpito y
predicar un excelente mensaje, dependiendo de circunstancias exteriores y de la
ocasión especial, que no necesita quedarse a solas con Dios, clamando con oración
y lágrimas hasta que venga la bendición.
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III.
ERRORES CON LA FAMILIA
A. El error de llevar los hijos a la iglesia como obligación, sin antes
motivarlos, estimularlos y desafiarlos con el ejemplo personal.
B. Tratar de obligar a la esposa a que asuma un liderazgo en la iglesia sin
consultarle y sin tomar en cuenta sus dones y responsabilidades
familiares.
C. El hacer muchas referencias a su familia en el púlpito y ponerlos como
modelos y ejemplo de santidad, etc.
D. El error de que su familia se ausente mucho de la iglesia y aún falte a
cultos especialmente los dominicales, cena del Señor.
E. El creer que sus hijos, por ser hijos de pastor han de conducirse distinto a
los demás hijos de los miembros de su iglesia, creando en ello
complejos, resentimientos y abriéndoles las puertas de la casa de Dios
para que al crecer jamás vuelvan a ellas. Hijos de pastores ¿angelitos o
diablitos? “Hijos de pastores los peores”.
F. El error de no planificar la familia.
G. El querer atender a la iglesia, a la vez que se atienden otras cosas fuera
del compromiso eclesial.
H. El error de ser pastor orquesta, todo lo hace él, no entrena a otros no
delega responsabilidades, se vuelve egoísta.
I. El error de gastar más de lo que gana y encontrarse siempre enredado en
deudas que a la vez lo esclaviza y lo cohíben en la predicación de ciertos
temas.
IV. ERRORES RELACIONADOS CON EL EQUIPO PASTORAL
A. Sentirnos superiores o inferiores a ellos, no estableciendo la relación
correcta que es la de iguales.
B. La tentación de marginarse de ellos y hacer las cosas unilateralmente.
C. Comenzar queriendo cambiar al consistorio para poner gente de su
estatura académica y de mi simpatía.
D. Iniciar un ministerio prejuiciado, teniéndolos a ellos como los malos,
caciques, perezosos, fiscales, etc.
E. El no querer dar un informe de trabajo al equipo ni ser supervisado por
los demás.
F. No saber oír los consejos o sugerencias que el equipo pastoral pudiera
dar.
V. ERRORES AL TOMAR EL PASTORADO
A. El error de asumir la responsabilidad pastoral precipitadamente, no
tomándose tiempo para pensar reflexiones como estas: ¿Qué espera la iglesia
del pastor? ¿Qué hace la iglesia por el momento? ¿Qué quisiera hacer? ¿Ha
tenido pastor antes? ¿Nunca ha tenido? ¿Es del área rural? ¿Está en alguna
ciudad pequeña o es de la capital? ¿Es nueva o antigua? ¿Qué edades son las
dominantes, niños, jóvenes o adultos? ¿Dependen de unas pocas familias que
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son las que ponen el dinero y las que mandan, o es la iglesia de todos y para
todos?
Querer cambiar todo en el inicio del pastorado. Querer hacer nuevas todas
las cosas de la noche a la mañana. Eso solo Dios lo puede hacer.
Llegar exigiendo comodidades de primas a primeras, quiere casa propia bien
amueblada, con todo equipo electrónico, carro con su respectiva cochera.
Quiere llegar al fin sin andar el principio, quiere llegar a la gloria antes de
haber cargado la cruz. No tiene voluntad de comenzar de abajo.
El error de no tomar un acuerdo oficial que se registre en un acta en cuanto
al tiempo de su compromiso, dos o cuatro años, etc.
La intensión de volverse vitalicio aun cuando Dios y las circunstancias
indiquen otra cosa.
El error de no programar sus actividades ministeriales tanto las de corto
como las de largo plazo.
No se llega al pastorado como llegar a un empleo.
Ser parcial en el trato de sus feligreses, inclinándose por cierto elemento
pudiente, siendo indiferente a las personas de escasos recursos.
El error de no consultar con su familia, con los líderes de la iglesia y muy
particularmente con el Señor de la iglesia. ¿Es allí donde tengo que ir a
pastorear?
Si va a trabajar dentro de una denominación, un error es trabajar sin ser
reconocido por las autoridades eclesiásticas.
No someterse al reglamento de una denominación
No presentarse personalmente ante una iglesia para ofrecerse como pastor.
Criticar a su antecesor.
Cambiar lo que dejó su antecesor y no le da tiempo suficiente.
PROPUESTAS PARA MEJORAR:
1. Hay que reconocer que las Escrituras que predicamos en cada oportunidad son
inspiradas por el Espíritu Santo.
2. Buscar diligentemente ser llenos del Espíritu Santo.
3. Asegurarnos que nuestra predicación es poder y demostración del Espíritu.
4. Que nuestro ejemplo por excelencia sea nuestro Señor Jesucristo.
5. Establecer prioridades y sujetarnos a ellas, planificando con diligencia cada área
de trabajo, especialmente su tiempo de oración.
6. Hacer la oración un estilo de vida.
7. Evaluar sistemáticamente su trabajo pastoral a la luz de los parámetros
previamente establecidos.
8. Poner la Palabra de Dios muy en alto en su propia experiencia y predicando todo
el consejo de Dios.
9. Tener un concepto correcto de nuestra persona y de mi familia.
10. Mantener una actitud de estima y aprecio hacia el otro.
11. Sostener el altar familiar como modo de vida.
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12. Reconocer la importancia de nuestra función dentro del equipo ministerial.
13. Reconocer nuestro lugar a la par de los siervos de Dios como auxiliares.
14. Reconocer el equipo ministerial como excelentes testigos de nuestro ministerio.
15. Reconocer a nuestro equipo ministerial como consejeros.
16. Reconocer a nuestro equipo como compañeros en acontecimientos sociales.
17. Cultivar una actitud de imparcialidad en el trato de la grey.
18. Darle más importancia a mi ser, que a mi posición y acciones.
19. Mantener equilibrio entre la autoridad académica, la experimental, la posición y
la de simpatía y estimación.
20. Buscar agradar a Dios primero antes que a los hombres.
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