Es posible contraer matrominio civil indisoluble en

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REVISTA ÂMBITO JURÍDICO ®
¿Es posible contraer matrominio civil indisoluble en Argentina? El art?lo 230 de la Ley 23515 (Divorcio vincular) - An?sis de un caso
Introducción
El presente trabajo, trata de un caso judicial concreto.
Queremos, ante todo, destacar que el mismo da pie para un análisis más pormenorizado del que expondremos nosotros, restringido, especialmente,
por razones de extensión.
Se basa en un caso llevado ante los tribunales de la República Argentina, en primera y segunda instancia1. El mismo es un planteo de
‘inconstitucionalidad’ del art. 230 del Código Civil Argentino, que, luego de la reforma introducida a través de la ley 23.515 (de Matrimonio Civil y
divorcio vincular), expresa lo siguiente: “Es nula toda renuncia de cualquiera de los cónyuges a la facultad de pedir la separación personal o el
divorcio vincular al juez competente, así como también toda cláusula o pacto que restrinja o amplíe las causas que dan derecho a solicitarlos” (texto
según ley 23515)
‘V.S’ y ‘M.F.’ pretendieron contraer matrimonio civil, pero ‘renunciando al derecho de solicitar en el futuro divorcio vincular.
Conforme surge de la norma antes citada dicha renuncia es ‘nula’.
Por su parte, sabemos que la mayoría de las normas del Derecho de Familia son de orden público y, por tanto, inmodificable por voluntad de las
partes.
En su momento, antes de 1987 _año en que, luego de largos debates, se aprobó la nueva ley de matrimonio civil, reconociendo en la legislación
argentina el divorcio vincular_, contraer matrimonio significaba hacerlo ‘necesariamente’ para toda la vida, al menos desde la perspectiva
jurídico-estatal. Quienes por razones religiosas y de conciencia apoyaban tales ideas comenzaron a ser _cada vez más_ reconvenidos por aquellos
que, independientemente de su profesión religiosa, reclamaban la posibilidad y derecho de poder disolver de modo total el vínculo que, en algún
tiempo los había unido conyugalmente con otra persona, lazo que, por diversos motivos, ya no querían mantener.
Ahora, y en plena aplicación de la norma que reconoce el divorcio vincular, quienes antes eran plenamente amparados en sus convicciones al
respecto por la ley (llamémosle ‘antidivorcistas’) abogan por el reconocimiento legal de lo que consideran, un derecho: contraer matrimonio civil
‘indisoluble’
Del ‘casus’ a la reflexión
A partir del caso jurisprudencial citado, extraeremos los puntos principales en los que se funda la pretensión, y que son los que permiten y conducen
al análisis más abstracto y en definitiva, a los debates.
Se ha planteado la inconstitucionalidad de la citada norma del articulo 230 del Código Civil argentino por conculcar derechos reconocidos por la
Constitución Nacional Argentina. Entre ellos:
-art 14 CN Libertad de conciencia y religiosa: “Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos....de profesar libremente su
culto...”
-art. 20 CN: consagra expresamente para los extranjeros el derecho a casarse, del que gozan todos los ciudadanos. “Los extranjeros gozan en el
territorio de la Nación de todos los derechos civiles del ciudadano; pueden.... ejercer libremente su culto; testar y casarse conforme a las leyes...”
La Cámara Nacional Civil ha rechazado la petición con los siguientes argumentos, que sintetizamos:
.Inconstitucionalidad: en primer término señala la ‘excepcionalidad’ de su procedencia, fundándose en el viejo art. 67, inc 11 de la Constitución
Argentina (hoy, post reforma de 1994: art. 75, inc 12) que otorga al Poder Legislativo de la Nación la facultad de dictar normas como el Código Civil. Y
agrega que, por tanto, es dicho poder el que, ponderando razones de ‘política social’ debe precisar la disolubilidad o no del vínculo matrimonial,
motivaciones esas, que no corresponde al juez revisar. Con esto también la Cámara fundamenta el rechazo a considerar que el art. 230 CC vulnera
el derecho de casarse, reconocido constitucionalmente.
·Rebate igualmente el Tribunal, el punto relativo a la afectación de la libertad de conciencia y religiosa, citando la opinión de un conocido tratadista
argentino, el Dr. Bidart Campos, en cuanto señala que la “libertad religiosa no es analizable como posición de un hombre frente a Dios, a la verdad
[...] sino que debe mirarse en cuanto relación entre un hombre y otros hombres y el Estado [...]”2
Como argumentos coadyuvantes señalan los jueces que la ley no impide que, además del matrimonio civil, se contraiga matrimonio religioso, con las
consecuencias que tiene, en el plano religioso, no civil. Como asimismo que, pedir el divorcio vincular, es una facultad reconocida jurídicamente, y
como tal, puede o no ser ejercida.
Razones estas que hemos resumido, por las que la Cámara Nacional consideró que, en el supuesto concreto, no se ha violado la igualdad ante la ley,
ni tiene implicancias discriminatorias
Más allá del rechazo jurisprudencial, queda, sin embargo, la posibilidad de abrir el debate en el sentido de los demandantes.
La ‘Declaración sobre la Libertad Religiosa del Concilio Vaticano II’, denominada ‘Dignitatis Humanae’, en el nº2 señala que “...la persona humana
tiene derecho a la libertad religiosa Esta libertad consiste en que todos los hombres deben estar inmunes de coacción... de cualquier potestad
humana y ello de tal manera, que en materia religiosa, ni se obligue a nadie a obrar contra su conciencia, ni se le impida que actúe conforme a ella en
privado y en público, solo o asociados con otros,...” 3
Cabe, entonces preguntarse si los Católicos no tienen derecho a no ser ‘constreñidos’ por la ley civil a obrar contra su conciencia; si, la norma en
cuestión, no viola de manera solapada el derecho a la igualdad ante la ley, consagrada en el articulo 16 de la Constitución Argentina (“Todos sus
habitantes son iguales ante la ley...”) ; y, en tal sentido, si, del mismo modo que quienes deseaban poder disolver definitivamente su vinculo conyugal
tienen hoy reconocido su derecho, no tienen igual derecho quienes por razones religiosas y de conciencia desean asumir un compromiso indisoluble
y de modo ‘público’.
Y podríamos formularnos algunos interrogantes:¿No existe un verdadero derecho de quienes por razones de conciencia (u otras), desean contraer un
matrimonio indisoluble? ¿No cabría pensar en un ‘derecho a la indisolubilidad’ del matrimonio? ¿No podrá ser este un futuro replanteo de la ley? ¿No
es posible reconocer una modalidad optativa de forma de matrimonio, con distintos efectos?
Para el cristiano y en particular el católico, el matrimonio no es un contrato como cualquier otro, sino que implica un verdadero ‘compromiso’, una
promesa, con un profundo sentido espiritual, que hunde sus raíces en un ‘Misterio’ mucho más ‘hondo’ y de carácter ‘sacramental’. Al verse
‘constreñido’ por la ley a contraer un matrimonio ‘disoluble’, al cristiano se le plantea una ‘objeción de conciencia’4
Queremos dejar una reflexión extraída de otro trabajo que realizáramos sobre la familia y el derecho de familia.
Allí, expresábamos: “Desde la doctrina, principalmente, se aboga por una mayor “flexibilidad” del Derecho de familia, la “necesidad de un pluralismo
jurídico”; o sea el reconocimiento legal de las distintas formas de familia” [GROSMAN, C.Viviendo en familia: ayer y hoy., p. 78]; (flexibilidad significa
admitir las singularidades y variaciones personales que no necesariamente implican comportamientos “anormales”[GROSMAN, C.p. 90.]. “El derecho
de familia” debe replantear profundamente su efectividad, tradicionalmente asentada en normas imperativas, para lograr un adecuado equilibrio entre
(...) el interés familiar - que presupone un modelo de familia - y el pluralismo social que muestra diferentes comportamientos determinados por
distintos modos de realizar los fines familiares. En razón de las diferencias, que obedecen a razones no jurídicas, sino (económicas o sociales)
existen modos diversos de realizar los fines familiares, y hasta puede llegar a pensarse que la explicitación de cuales sean esos fines
cambia”[BOSSERT, G y E. ZANONI, Manual de derecho de familia' p. 11/2.]
....
Lo que ocurre en esta materia, es la estrechísima vinculación que tiene (y debe tener) con la “realidad” social. Dice al respecto D’Antonio “trátese de
un derecho impregnado por la realidad social a la que se corresponde, repercutiendo marcadamente sobre él las transformaciones que se operan en
la estructura social” [MÉNDEZ COSTA, J. y H. D’Antonio.Derecho de familia, t. I,., p. 27.]”5
En tal sentido, “podemos entender el caso _aquí analizado_ y la petición de los demandantes, como un reflejo del “pluralismo” social que, exige su
reconocimiento “jurídico”.
Antes, reclamaron quienes veían cercenado por la ley su derecho a fundar una familia “legal”; hoy, lo hacen quienes no cuentan con el derecho de
contraer “legalmente” un matrimonio indisoluble.” 6
.....
El presente trabajo _lo aclaramos al principio_ no tiene la pretensión de agotar el tema, el cual llevaría a un extenso debate y revisión de múltiples
conceptos.
Tan solo nos propusimos presentar un caso jurisprudencial que, consideramos, permite abrir la reflexión sobre una materia que, por estar
estrechamente unida a la vida misma del hombre, a los aspectos más íntimos y esenciales de su existencia, ha tenido y seguramente seguirá
teniendo, continuos planteos y ‘re-planteos’. Tantos, mientras el ser humano continúe compartiendo su vida en sociedad.
Bibliografía
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Notas
1 C.Nac.Civ., sala F. 27/9/93- Sisto, Verónica v. Franzini, Martin; J.A.1994 –III – 233
2 Del caso ya citado
3 Declaración Dignitatis Humanae, sobre la libertad religiosa. Concilio Vaticano II. 1ªed. 3ªreimp. Paulinas. Bs.As, 1988; p.476
4 El tema, en realidad, supone que, para captarlas en toda su dimensión, seria necesario ahondar en distintas posiciones filosóficas acerca de qué es
el hombre, derecho y derecho natural en sus sentidos más ‘esenciales’ _esto es, en su concepto primero, o ‘primer analogado’_ Pero, ello significaría
entrar a un terreno al que, por razones de tiempo y no de importancia, preferimos no ingresar.
5 Así lo afirmábamos en el trabajo que, sobre el tema desarrollamos en la Universidad Católica de Santa Fe, en ‘Ciclo de Síntesis Cultural’ Familia(s)
de fin de siglo; p.145-146
6Idem; p.218
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