El reto de la sanidad acuícola en especies cultivadas en la zona

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Ruta Crítica
El reto de la sanidad acuícola en especies cultivadas en
la zona costera del Mar de Cortés
Reina Castro Longoria*
José Manuel Grijalva Chon**
E
l cultivo de especies marinas es una forma de producción
de alimentos que podría resolver los problemas de sobreexplotación de las reservas naturales del mar, además de proporcionar el beneficio de una derrama económica. En el mundo,
los grupos de organismos mayormente cultivados son los peces, moluscos y crustáceos. De entre estos últimos, el camarón
ha sido exitosamente cultivado a lo largo de las costas en las
que existen condiciones adecuadas para su crecimiento.
Un polo de desarrollo muy importante de la acuacultura del
camarón se ha dado dentro del Mar de Cortés, particularmente en las costas de Sonora y Sinaloa, donde se han alcanzado
volúmenes de producción muy importantes. En el país existen 65,085 hectáreas de estanquería, en las cuales se producen
62,361 toneladas de camarón al año. Sonora contribuye con el
50% de la producción aun cuando cuenta con sólo el 21% de la
estanquería. Con estos datos, el cultivo de camarón por acuacultura ya rebasa los registros por pesca en el Mar de Cortés, lo
que constituye un buen indicio ya que garantiza que la presión
por pesca disminuya en las poblaciones naturales.
En Sonora, el cultivo de otras especies como los moluscos
bivalvos es visto ya como una nueva alternativa a la diversificación de especies cultivables, dentro de las que existen organismos que pueden ser incorporados a pruebas de producción,
como el grupo de las almejas, callos de hacha y ostiones nativos. Estas especies pueden despuntar a corto plazo en una actividad productiva si se decide poner en ello el interés debido.
Uno de los problemas principales que afecta a la produc-
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ción acuícola es el de las enfermedades. El reto es evitar que
invadan a los animales durante el proceso de su cultivo, para minimizar pérdidas económicas. La
manifestación de enfermedad en cualquier
ser vivo depende de tres factores: a) las
condiciones del medio ambiente, b) la
presencia de patógenos y c) la condición del individuo, que al interactuar
con los factores antes citados conlleva a resultados que impactan en el
éxito o fracaso de la actividad. Los organismos que son cultivados en agua
de mar, ya sea en estanques, como el
camarón, o en los esteros como el ostión
japonés, están expuestos a condiciones ambientales que no son controladas, como la temperatura, salinidad, flora y fauna circundante, entre otros.
Sólo en el caso del camarón, la alimentación sí es uno de los
factores que mayormente está bajo el control del productor.
En el medio acuático circundante pueden estar presentes
varios organismos que actúan como vectores de patógenos, y
si además de esto se está cultivando un linaje genéticamente
“pobre”, entonces la enfermedad se manifestará a corto plazo
con resultados desastrosos. Los estudios realizados en la Universidad de Sonora sobre los linajes genéticos de cultivo de camarón, señalan que para algunos laboratorios de producción
de semilla ya existen señales de pobre variabilidad genética,
por lo que es recomendable que sean renovados los lotes de
reproductores.
El control de todos los aspectos citados es prioritario, ya
que a consecuencia de ello existirá la llegada de patógenos
como bacterias, protozoarios y virus. Los organismos pueden
ser portadores sin evidencia de signos clínicos o pueden morir
de forma súbita bajo tal condición al no poder soportar cambios ambientales drásticos, los cuales pueden propiciar la manifestación de la enfermedad y que ésta sea transmitida a todo
el lote de producción.
Los mecanismos de defensa a la invasión por patógenos
no son iguales en los invertebrados y los vertebrados; éstos
últimos despliegan estrategias en las que intervienen los mecanismos del sistema inmune a través de células de memoria
inmunológica, lo que hace posible el desarrollo de vacunas
para el control de la mayoría de las enfermedades. En los invertebrados la tecnología para el desarrollo de vacunas es prácticamente imposible de realizar. Es necesario, entonces, llevar
* Profesora-Investigadora del DICTUS. Responsable del laboratorio de histología de ese departamento. [email protected]
** Profesor-Investigador del DICTUS. Coordinador de la Maestría en Ciencias en Acuacultura. [email protected]
REVISTA UNIVERSIDAD DE SONORA
a cabo investigaciones para lograr organismos genéticamente manipulados.
El reto de la producción de especies
cultivables es lograr un buen éxito y la
sanidad constituye el primer paso para el
establecimiento de métodos de control.
La detonación de enfermedades puede
ser controlada primero mediante el análisis microscópico de muestras de tejido
para detectar células infectadas, lo cual
constituye una herramienta preliminar
que ayuda a la identificación a tiempo de
brotes patógenos.
Actualmente, la revolución tecnológica alrededor del manejo del ADN ha
abierto un sinnúmero de aplicaciones
prácticas no sólo concernientes a la vida
y salud del ser humano, sino también
para todas aquellas especies que son de
primordial interés, como las acuícolas.
En el noroeste de México son varias las
instituciones de investigación y de educación superior, incluyendo la Universidad
de Sonora, que cuentan con el equipo,
personal y la experiencia necesaria para
el diagnóstico histológico y molecular
de patógenos en organismos acuáticos
en cultivo. Estos laboratorios siguen los
estándares regidos por la Organización
Internacional de Epizootias.
Las epidemias asociadas a los cultivos
de camarón y ostión japonés en el Mar
de Cortés son causa de una gran preocupación. En el caso del camarón, se han
detectado más de veinte virus a nivel
mundial. Hay que aclarar que no existe
el riesgo para el ser humano de adquirir
enfermedades si éstos son consumidos.
El riesgo implicado tiene que ver con la
actividad económica.
En los cultivos de camarón del Mar de
Cortés se han identificado a los virus siguientes: Necrosis infecciosa hipodermal
y hematopoyética (IHHNV), Síndrome
de la Mancha Blanca (WSSV), Síndrome
del Taura (TSV) y se ha reportado recientemente como presuntivo el virus de la
Cabeza amarilla (YHV). Las investigaciones que se han realizado recientemente
por parte de la Universidad de Sonora en
organismos del medio silvestre, indican
que estos virus también se encuentran
presentes en las poblaciones naturales.
Sin embargo, es probable que el efecto
poblacional de los virus sobre los camarones del medio natural no sea tan drástico como en las estanquerías.
Por otra parte, la globalización de la
actividad del mercado del camarón ha
contribuido a la diseminación de patógenos en la actividad acuícola nacional.
Así, se han asentado los virus exóticos
de origen asiático como el WSSV. De
Sudamérica se ha introducido el TSV a
través de camarones infectados, a pesar
de los cercos sanitarios establecidos según las normas oficiales. En el caso de
la normatividad mexicana, el gobierno
federal emitió la norma oficial NOM-EM003-PESC-2000 para evitar este tipo de
problemas. En ella se enlistan todos los
protocolos que se deben de cumplir, sin
embargo el cerco sanitario decretado por
las leyes no ha sido efectivo.
Si se considera que las mortalidades
debido a infecciones virales aniquilan
al 80% o más de los organismos en los
estanques, las pérdidas económicas son
cuantiosas tomando en cuenta el gasto
en los insumos hasta el momento de la
infección y la inversión no recuperada.
En el caso del ostión japonés el panorama es de baja producción, toda vez que
la máxima en Sonora alcanzó las 2,000
toneladas en 1995, y en los años subsecuentes los niveles han quedado muy
por debajo de esa cifra debido a las altas
mortalidades. En los cultivos del ostión
En el país existen 65,085 hectáreas de
estanquería, en las cuales se producen 62,361
toneladas de camarón al año. Sonora contribuye
con el 50% de la producción, aun cuando
cuenta con sólo el 21% de la estanquería.
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Ruta Crítica
En el noroeste de México son varias las
instituciones de investigación y de educación
superior, incluyendo la Universidad de
Sonora, que cuentan con el equipo, personal
y la experiencia necesaria para el diagnóstico
histológico y molecular de patógenos en organismos
acuáticos en cultivo.
japonés se ha identificado un virus tipo Herpes y un protozoario esporulativo. Todos estos patógenos son causales de
mortalidad masiva de las especies de cultivo cuando se combinan con un bajo control sanitario y cambios ambientales.
La conjunción de los factores que detonan una enfermedad
en la experiencia propia de los productores puede ser detectada mediante señales de alerta si los análisis de rutina se realizan
adecuadamente. Una práctica que se sigue en la camaronicultura es que si se detecta oportunamente un brote de enfermedad,
se realizan cosechas de emergencia si el tamaño del camarón es
adecuado para su venta. Hay que mencionar que aun cuando
se inicien cultivos con organismos certificados libres de patógenos, no hay garantía de que las infecciones no se presenten,
pues los patógenos infectan a otras especies presentes en el
medio natural, que sirven de puente en el proceso infectivo.
Los productores acuícolas del Mar de Cortés se enfrentan
en cada ciclo de cultivo con la incertidumbre de las epidemias.
Los procedimientos preventivos no son una barrera a las infecciones, no hay seguridad de recuperar la inversión en insumos
y honorarios, no existen curas para estas enfermedades y sin
embargo la tenacidad de este sector productivo es digna de
admirarse.
Pero las aguas del Mar de Cortés también son generosas, ya
que cuando los patógenos no llegan al cultivo, los rendimientos dan lo suficiente para recuperar con creces la inversión y los
ánimos para un nuevo ciclo al año siguiente. Las instituciones
académicas no dejaremos de estar involucradas en la actividad
acuícola del Mar de Cortés, con atención a sus riesgos patológicos y a otros aspectos importantes del proceso productivo.
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