Voces: QUIEBRA – APERTURA - PRUEBA DE LA CALIDAD DE

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Voces: QUIEBRA – APERTURA - PRUEBA DE LA CALIDAD DE ACREEDOR
Tribunal: Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Rosario, Sala 3ª
Integ.
Fecha: 2/2/11
Partes: A., R. E. s/Quiebra
SUMARIO:
I – La decisión adoptada por el juez a quo no se condice con los recaudos que
debe contener para que proceda el remedio extraordinario del recurso in
extremis; ya que la sentencia de declaración de quiebra no obedeció a un error
judicial, sino que al momento de dictarse la misma el fallido no demostró no
encontrarse en cesación de pagos, sino que alegó dichos hechos que se
demostraron con posterioridad.
II – La nulidad de la sentencia que abrió un proceso universal, afectó no sólo al
recurrente sino también a los terceros que intervienen en dicho proceso, a pesar
de haber solicitado el Síndico no suspender la quiebra in totum y permitir
avanzar al período informativo, informe general, incautación de bienes y otros
propios del proceso y han quedado atrapados los acreedores sin poder accionar
contra el fallido, por encontrarse suspendidos los actos de ejecución forzada.
Teniendo en cuenta la eficacia que requieren no sólo los procesos falenciales sino,
en última instancia, cualquier relación crediticia, cabe preguntarse cuándo
precluye la posibilidad de seguir debatiendo sobre la legitimidad del crédito del
peticionante para impugnar una sentencia de quiebra.
TEXTO COMPLETO:
Y considerando:
Los antecedentes del caso se pueden sintetizar de la siguiente manera:
1. En fecha 27/12/04 se peticionó la declaración de quiebra de R. E. A., fundando
el crédito en distintos documentos en concepto de préstamo.
1.1. Citado el deudor en los términos del art. 84 de la Ley de Concursos y
Quiebras, negó los hechos y el derecho invocando que el peticionante de la
quiebra en realidad es deudor de él.
1.2. Mediante Sentencia Nº 160 dictada en fecha 14/2/06, se declaró la quiebra
del deudor, quien interpuso recurso de apelación y nulidad en subsidio que
-2mereció el rechazo por parte de este Tribunal mediante Acuerdo Nº 130 de fecha
2/6/08 (ver fs. 291/293).
1.3. Posteriormente al dictado del acuerdo mencionado, se presentaron ante esta
instancia distintos escritos donde se alegaron diversos hechos nuevos, se
acompañó como documental una pericial caligráfica oficial donde se concluyó
que las firmas dubitadas en sede penal demostraron que el contrato de rendición
de cuentas por gestiones administrativas y de administración y préstamos en
dinero había sido firmado por los Sres. Capitani (acreedor peticionante de la
quiebra) y A. (fallido), que en dicho contrato se ajustaron y rindieron cuentas
recíprocamente, quedando un saldo a favor de A. de $30.000. A lo que se
proveyó: "atento el estado de la causa, el presentante deberá articular los
remedios procesales que correspondieren ante el juez de grado" (ver fs. 337).
1.4. En fecha 8/7/08 se remitieron los autos al Juzgado de origen, los apoderados
del fallido reiteraron el planteo de la nulidad de todo lo actuado por inexistencia
de presupuestos sustanciales e introdujo el recurso de revocatoria in extremis
como una posibilidad para revocar la sentencia de quiebra.
1.5. El apoderado del peticionante de la quiebra contestó el traslado y planteó la
preclusión de la nulidad efectuado por el fallido en cuanto a la inexistencia del
poder, contestando el pertinente traslado de manera subsidiaria.
1.6. El juez falencial rechazó el planteo de nulidad de las actuaciones y acogió el
recurso de reposición in extremis, revocando la Sentencia de quiebra Nº 160/06 y
todos los actos derivados de la misma.
2. Contra la Resolución Nº 861/09 apelaron el peticionante de la quiebra (fs. 537)
y el fallido (fs. 543).
Al contestar la réplica de los agravios vertidos por el acreedor peticionante de la
quiebra, el fallido desiste del recurso de apelación oportunamente interpuesto (fs.
586).
2.1. Se queja el recurrente del contenido de la resolución, alegando que atenta
contra el ordenamiento jurídico, violentando el derecho a la prestación de
servicio de justicia, al pretender declarar nulas resoluciones judiciales que fueron
dictadas dentro de los presentes tanto en Primera como en Segunda Instancia.
Continúa diciendo que si consideraba el fallido que le asistía derecho, hubiese
interpuesto el recurso de inconstitucionalidad contra el Acuerdo dictado por este
Tribunal, sin embargo el mismo quedó firme y consentido.
Manifiesta que el juez a quo sin poseer atribuciones declaró la nulidad de todo lo
actuado, incluido el Acuerdo de esta Sala, violentando con ello derechos
adquiridos no sólo de su parte sino también de todos los acreedores que en los
plazos legales se presentaron y verificaron sus créditos.
-3Alega que la sentencia dictada es arbitraria porque se apartó del principio de
congruencia, desconociendo la cosa juzgada material y sustancial.
3. Decía Rouillon -hace ya varios años- que puede sonar hoy a verdad de
perogrullo, que el pedido de quiebra por acreedor no es un medio idóneo para
ejecutar obligaciones particulares. Advertía que en la práctica muchas veces se
parte de una errónea concepción de lo que es la quiebra que no tiene por meta
satisfacer exclusiva y excluyentemente el mero interés individual. Por eso
señalaba que debe ser considerada como un procedimiento colectivo de ejecución
que excede largamente el interés particular exclusivo del acreedor solicitante de
la misma (en "Procedimientos para la declaración de quiebra", Zeus, Rosario,
1982, págs. 17 y sigs.).
En virtud de ello, así como el acreedor peticionante no debe mirar a la petición de
quiebra con la esperanza de que ella le brinde un camino fácil y rápido para el
cobro de su crédito, que pone en funcionamiento un mecanismo que en gran
medida lo trasciende, el "destino" de este proceso no queda librado a la
eventualidad del presunto crédito. Por ello, el citado autor ha dicho que "aunque
al pedir la quiebra ejercite una acción, ella escapa, una vez intentada, de su
dominio incondicional, ya que constituye algo semejante a una denuncia que
pone en marcha el mecanismo jurisdiccional, el cual, a partir de esta instancia
privada, debe proseguir funcionando de oficio en tutela de los múltiples intereses
comprometidos" (ídem).
Ello trae aparejadas diversas consecuencias, como la limitación del desistimiento,
el impulso de oficio, las posibilidades de recursos y entre muchas otras, por el
significado que tienen para el análisis de la presente causa, los límites objetivos
de la cosa juzgada de la sentencia de quiebra. Así se recuerda que "la cosa juzgada
no se produce respecto del crédito esgrimido por el acreedor peticionante de la
quiebra, ni en lo que hace a su extensión ni en lo relativo a su exigibilidad ni siquiera- en cuanto a su propia existencia; por cuanto la implícita declaración de
certeza que sobre tal acreencia importa el pronunciamiento judicial, es con
carácter prima facie y no como presupuesto de la quiebra -única cuestión sobre la
que realmente decide el juez- sino como mero recaudo de legitimación del
solicitante que abrió la instancia" (Op. cit., págs. 99 y sigs.).
Sobre estos presupuestos, los legisladores establecen un régimen especial de
impugnación de la sentencia de quiebra. Por eso se ha dicho que quedan
excluidas como circunstancias fundantes del recurso todas aquellas referidas a la
existencia o legitimidad del crédito invocado por el acreedor peticionante en su
momento (Quintana Ferreyra, F.: "Concursos", Ed. A., Buenos Aires, T. 2, pág.
181; Rouillon, A.: Op. cit., pág. 106).
Se ha discutido en la doctrina nacional sobre el significado del presupuesto de la
legitimación activa del peticionante, en particular cuando se verifica la
inexistencia del mismo. Se comparte la opinión de Rouillon en cuanto sostiene
que es un presupuesto prefalencial pero pierde su carácter sustancial para el
-4proceso universal ya abierto (ver "Triple réplica (A propósito del recurso de
reposición contra la sentencia de quiebra: artículo 98 y siguientes, Ley de
Concursos)", E.D., T. 125, pág. 733).
3.1. No obstante ello, cabe recordar que en este proceso el fallido consintió la
resolución de este Tribunal que confirmó la sentencia de quiebra. Interpuso un
recurso in extremis que es el que se está tratando.
La Sindicatura sostuvo que no se dan los presupuestos para la revocatoria in
extremis, que es excepcionalísima, de interpretación restrictiva y frente a la
palmaria presencia del error judicial, situación ajena totalmente a este
planteamiento (fs. 423).
Le asiste la razón.
3.2. Corresponde recordar que la reposición in extremis es un recurso que se
habilita en aras a evitar un dispendio jurisdiccional inútil cuando se enfrente un
tribunal a errores, sea de tipo sustancial o formal, contenidos no sólo dentro de
providencias simples sino inclusive en resoluciones interlocutorias o en
determinadas decisiones de mérito (Cfr. Arazi, Roland y Rojas, Jorge A.: "Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación", Ed. R.C., Santa Fe, 2001, T. I, pág. 769).
Este recurso, en verdad extraordinario, se ha ido abriendo como medio hábil para
otros supuestos que los originariamente previstos (ab origine para casos en que
se hubiere producido "un error de hecho, judicial, grosero y evidente" ya que el
autor, en otro trabajo, ha alertado que "por tratarse de un instituto en pleno
laboreo, no puede extrañar que sus contornos y alcances no se encuentren
absolutamente consolidados, viniendo a explicar ello las marchas y
contramarchas que el lector podrá advertir si compulsa la totalidad del material doctrinario y jurisprudencial- publicado sobre el rubro" ("Estado de la doctrina
judicial de la reposición in extremis. Muestreo jurisprudencial", en "Revista de
Derecho Procesal -Medios de Impugnación- Recursos I", 1999, pág. 61), y agrega
más adelante los siguientes supuestos: "es proponible, excepcionalmente, la
reposición fundada en la comisión de yerros groseros del órgano jurisdiccional
que stricto juris no pueden calificarse como materiales pero que por ser tan
evidentes, pueden ser considerados afines con los errores materiales. Veamos
algunos ejemplos de lo que venimos diciendo: valoración incorrecta del alcance
de un convenio judicialmente homologado, falsa idea acerca de que se había
interpuesto demanda reconvencional cuando no era así, olvido de que se estaba
analizando la admisibilidad de un recurso (por tratarse de un recurso directo ante
una cámara de apelaciones) con el resultado de que se efectivizó un
pronunciamiento sobre la procedencia del asunto..." (Op. cit., pág. 71).
3.3. En el caso se declaró la nulidad de una sentencia de quiebra que fue dictada
en fecha 14/2/06, fundada en los elementos de prueba que acompañaron varios
años que fuera invocada por el fallido al contestar la citación.
-53.4. No puede dejar de señalarse que la decisión adoptada por el juez a quo no se
condice con los recaudos que debe contener para que proceda el remedio
extraordinario del recurso in extremis; ya que la sentencia de declaración de
quiebra no obedeció a un error judicial, sino que al momento de dictarse la
misma el fallido no demostró no encontrarse en cesación de pagos, sino que alegó
dichos hechos que se demostraron con posterioridad.
3.5. La sentencia anulada abrió un proceso universal, donde distintos acreedores
verificaron sus créditos, conforme fue informado por la Sindicatura a fs. 629,
entre los que se encuentran organismos tanto del Estado Nacional (AFIP) como
del provincial (API). La declaración de la nulidad afectaría no sólo al recurrente
sino también a los terceros que intervienen en dicho proceso.
En virtud de ello, la Sindicatura oportunamente sostuvo que no se advertía cuál
era la razón para mantener suspendida la quiebra in totum y no permitir que la
misma continúe conforme su estado, adelantando lo relativo al período
informativo, informe general, incautación de bienes tantas veces pedida y
denegada y otros actos propios del proceso, mientras han quedado atrapados una
importante cantidad de acreedores dentro del mismo, sin poder accionar contra
el fallido, pues la quiebra produjo la suspensión de los actos de ejecución forzada
(fs. 423).
3.6. En función de ello y teniendo en cuenta la eficacia que requieren no sólo los
procesos falenciales sino, en última instancia, cualquier relación crediticia, cabe
preguntarse: ¿cuándo precluye la posibilidad de seguir debatiendo sobre la
legitimidad del crédito del peticionante para impugnar una sentencia de quiebra?
Seguidamente, dijo el Dr. Silvestri: Habiendo tomado conocimiento de los autos y
advirtiendo la existencia de dos votos coincidentes en lo sustancial, que hacen
sentencia válida, me abstengo de emitir opinión (art. 26 de la Ley 10.160).
Se resuelve: 1. Hacer lugar al recurso de apelación interpuesto y, en consecuencia,
revocar la Resolución Nº 861/09, rechazando recurso de reposición in extremis
articulado, debiendo continuarse con el juicio de quiebra. 2. Imponer las costas a
la vencida (art. 251 del Código Procesal Civil y Comercial, por expresa remisión
del art. 278 de la Ley de Concursos y Quiebras). 3. Fijar los honorarios de los
profesionales intervinientes en el 50% de los que, oportunamente, resulten
regulados en Primera Instancia.
Chaumet. Álvarez. Silvestri (art. 26 de la Ley Orgánica del Poder Judicial)
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