MM&G Mirande, Marchese & Gaetán Abogados España 766 S2000DBP - Rosario, Argentina T.E. / Fax: (54-341) 4257176 www.mmg-abogados.com.ar Voces: QUIEBRA – APERTURA - PRUEBA DE LA CALIDAD DE ACREEDOR Tribunal: Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Rosario, Sala 3ª Integ. Fecha: 2/2/11 Partes: A., R. E. s/Quiebra SUMARIO: I – La decisión adoptada por el juez a quo no se condice con los recaudos que debe contener para que proceda el remedio extraordinario del recurso in extremis; ya que la sentencia de declaración de quiebra no obedeció a un error judicial, sino que al momento de dictarse la misma el fallido no demostró no encontrarse en cesación de pagos, sino que alegó dichos hechos que se demostraron con posterioridad. II – La nulidad de la sentencia que abrió un proceso universal, afectó no sólo al recurrente sino también a los terceros que intervienen en dicho proceso, a pesar de haber solicitado el Síndico no suspender la quiebra in totum y permitir avanzar al período informativo, informe general, incautación de bienes y otros propios del proceso y han quedado atrapados los acreedores sin poder accionar contra el fallido, por encontrarse suspendidos los actos de ejecución forzada. Teniendo en cuenta la eficacia que requieren no sólo los procesos falenciales sino, en última instancia, cualquier relación crediticia, cabe preguntarse cuándo precluye la posibilidad de seguir debatiendo sobre la legitimidad del crédito del peticionante para impugnar una sentencia de quiebra. TEXTO COMPLETO: Y considerando: Los antecedentes del caso se pueden sintetizar de la siguiente manera: 1. En fecha 27/12/04 se peticionó la declaración de quiebra de R. E. A., fundando el crédito en distintos documentos en concepto de préstamo. 1.1. Citado el deudor en los términos del art. 84 de la Ley de Concursos y Quiebras, negó los hechos y el derecho invocando que el peticionante de la quiebra en realidad es deudor de él. 1.2. Mediante Sentencia Nº 160 dictada en fecha 14/2/06, se declaró la quiebra del deudor, quien interpuso recurso de apelación y nulidad en subsidio que -2mereció el rechazo por parte de este Tribunal mediante Acuerdo Nº 130 de fecha 2/6/08 (ver fs. 291/293). 1.3. Posteriormente al dictado del acuerdo mencionado, se presentaron ante esta instancia distintos escritos donde se alegaron diversos hechos nuevos, se acompañó como documental una pericial caligráfica oficial donde se concluyó que las firmas dubitadas en sede penal demostraron que el contrato de rendición de cuentas por gestiones administrativas y de administración y préstamos en dinero había sido firmado por los Sres. Capitani (acreedor peticionante de la quiebra) y A. (fallido), que en dicho contrato se ajustaron y rindieron cuentas recíprocamente, quedando un saldo a favor de A. de $30.000. A lo que se proveyó: "atento el estado de la causa, el presentante deberá articular los remedios procesales que correspondieren ante el juez de grado" (ver fs. 337). 1.4. En fecha 8/7/08 se remitieron los autos al Juzgado de origen, los apoderados del fallido reiteraron el planteo de la nulidad de todo lo actuado por inexistencia de presupuestos sustanciales e introdujo el recurso de revocatoria in extremis como una posibilidad para revocar la sentencia de quiebra. 1.5. El apoderado del peticionante de la quiebra contestó el traslado y planteó la preclusión de la nulidad efectuado por el fallido en cuanto a la inexistencia del poder, contestando el pertinente traslado de manera subsidiaria. 1.6. El juez falencial rechazó el planteo de nulidad de las actuaciones y acogió el recurso de reposición in extremis, revocando la Sentencia de quiebra Nº 160/06 y todos los actos derivados de la misma. 2. Contra la Resolución Nº 861/09 apelaron el peticionante de la quiebra (fs. 537) y el fallido (fs. 543). Al contestar la réplica de los agravios vertidos por el acreedor peticionante de la quiebra, el fallido desiste del recurso de apelación oportunamente interpuesto (fs. 586). 2.1. Se queja el recurrente del contenido de la resolución, alegando que atenta contra el ordenamiento jurídico, violentando el derecho a la prestación de servicio de justicia, al pretender declarar nulas resoluciones judiciales que fueron dictadas dentro de los presentes tanto en Primera como en Segunda Instancia. Continúa diciendo que si consideraba el fallido que le asistía derecho, hubiese interpuesto el recurso de inconstitucionalidad contra el Acuerdo dictado por este Tribunal, sin embargo el mismo quedó firme y consentido. Manifiesta que el juez a quo sin poseer atribuciones declaró la nulidad de todo lo actuado, incluido el Acuerdo de esta Sala, violentando con ello derechos adquiridos no sólo de su parte sino también de todos los acreedores que en los plazos legales se presentaron y verificaron sus créditos. -3Alega que la sentencia dictada es arbitraria porque se apartó del principio de congruencia, desconociendo la cosa juzgada material y sustancial. 3. Decía Rouillon -hace ya varios años- que puede sonar hoy a verdad de perogrullo, que el pedido de quiebra por acreedor no es un medio idóneo para ejecutar obligaciones particulares. Advertía que en la práctica muchas veces se parte de una errónea concepción de lo que es la quiebra que no tiene por meta satisfacer exclusiva y excluyentemente el mero interés individual. Por eso señalaba que debe ser considerada como un procedimiento colectivo de ejecución que excede largamente el interés particular exclusivo del acreedor solicitante de la misma (en "Procedimientos para la declaración de quiebra", Zeus, Rosario, 1982, págs. 17 y sigs.). En virtud de ello, así como el acreedor peticionante no debe mirar a la petición de quiebra con la esperanza de que ella le brinde un camino fácil y rápido para el cobro de su crédito, que pone en funcionamiento un mecanismo que en gran medida lo trasciende, el "destino" de este proceso no queda librado a la eventualidad del presunto crédito. Por ello, el citado autor ha dicho que "aunque al pedir la quiebra ejercite una acción, ella escapa, una vez intentada, de su dominio incondicional, ya que constituye algo semejante a una denuncia que pone en marcha el mecanismo jurisdiccional, el cual, a partir de esta instancia privada, debe proseguir funcionando de oficio en tutela de los múltiples intereses comprometidos" (ídem). Ello trae aparejadas diversas consecuencias, como la limitación del desistimiento, el impulso de oficio, las posibilidades de recursos y entre muchas otras, por el significado que tienen para el análisis de la presente causa, los límites objetivos de la cosa juzgada de la sentencia de quiebra. Así se recuerda que "la cosa juzgada no se produce respecto del crédito esgrimido por el acreedor peticionante de la quiebra, ni en lo que hace a su extensión ni en lo relativo a su exigibilidad ni siquiera- en cuanto a su propia existencia; por cuanto la implícita declaración de certeza que sobre tal acreencia importa el pronunciamiento judicial, es con carácter prima facie y no como presupuesto de la quiebra -única cuestión sobre la que realmente decide el juez- sino como mero recaudo de legitimación del solicitante que abrió la instancia" (Op. cit., págs. 99 y sigs.). Sobre estos presupuestos, los legisladores establecen un régimen especial de impugnación de la sentencia de quiebra. Por eso se ha dicho que quedan excluidas como circunstancias fundantes del recurso todas aquellas referidas a la existencia o legitimidad del crédito invocado por el acreedor peticionante en su momento (Quintana Ferreyra, F.: "Concursos", Ed. A., Buenos Aires, T. 2, pág. 181; Rouillon, A.: Op. cit., pág. 106). Se ha discutido en la doctrina nacional sobre el significado del presupuesto de la legitimación activa del peticionante, en particular cuando se verifica la inexistencia del mismo. Se comparte la opinión de Rouillon en cuanto sostiene que es un presupuesto prefalencial pero pierde su carácter sustancial para el -4proceso universal ya abierto (ver "Triple réplica (A propósito del recurso de reposición contra la sentencia de quiebra: artículo 98 y siguientes, Ley de Concursos)", E.D., T. 125, pág. 733). 3.1. No obstante ello, cabe recordar que en este proceso el fallido consintió la resolución de este Tribunal que confirmó la sentencia de quiebra. Interpuso un recurso in extremis que es el que se está tratando. La Sindicatura sostuvo que no se dan los presupuestos para la revocatoria in extremis, que es excepcionalísima, de interpretación restrictiva y frente a la palmaria presencia del error judicial, situación ajena totalmente a este planteamiento (fs. 423). Le asiste la razón. 3.2. Corresponde recordar que la reposición in extremis es un recurso que se habilita en aras a evitar un dispendio jurisdiccional inútil cuando se enfrente un tribunal a errores, sea de tipo sustancial o formal, contenidos no sólo dentro de providencias simples sino inclusive en resoluciones interlocutorias o en determinadas decisiones de mérito (Cfr. Arazi, Roland y Rojas, Jorge A.: "Código Procesal Civil y Comercial de la Nación", Ed. R.C., Santa Fe, 2001, T. I, pág. 769). Este recurso, en verdad extraordinario, se ha ido abriendo como medio hábil para otros supuestos que los originariamente previstos (ab origine para casos en que se hubiere producido "un error de hecho, judicial, grosero y evidente" ya que el autor, en otro trabajo, ha alertado que "por tratarse de un instituto en pleno laboreo, no puede extrañar que sus contornos y alcances no se encuentren absolutamente consolidados, viniendo a explicar ello las marchas y contramarchas que el lector podrá advertir si compulsa la totalidad del material doctrinario y jurisprudencial- publicado sobre el rubro" ("Estado de la doctrina judicial de la reposición in extremis. Muestreo jurisprudencial", en "Revista de Derecho Procesal -Medios de Impugnación- Recursos I", 1999, pág. 61), y agrega más adelante los siguientes supuestos: "es proponible, excepcionalmente, la reposición fundada en la comisión de yerros groseros del órgano jurisdiccional que stricto juris no pueden calificarse como materiales pero que por ser tan evidentes, pueden ser considerados afines con los errores materiales. Veamos algunos ejemplos de lo que venimos diciendo: valoración incorrecta del alcance de un convenio judicialmente homologado, falsa idea acerca de que se había interpuesto demanda reconvencional cuando no era así, olvido de que se estaba analizando la admisibilidad de un recurso (por tratarse de un recurso directo ante una cámara de apelaciones) con el resultado de que se efectivizó un pronunciamiento sobre la procedencia del asunto..." (Op. cit., pág. 71). 3.3. En el caso se declaró la nulidad de una sentencia de quiebra que fue dictada en fecha 14/2/06, fundada en los elementos de prueba que acompañaron varios años que fuera invocada por el fallido al contestar la citación. -53.4. No puede dejar de señalarse que la decisión adoptada por el juez a quo no se condice con los recaudos que debe contener para que proceda el remedio extraordinario del recurso in extremis; ya que la sentencia de declaración de quiebra no obedeció a un error judicial, sino que al momento de dictarse la misma el fallido no demostró no encontrarse en cesación de pagos, sino que alegó dichos hechos que se demostraron con posterioridad. 3.5. La sentencia anulada abrió un proceso universal, donde distintos acreedores verificaron sus créditos, conforme fue informado por la Sindicatura a fs. 629, entre los que se encuentran organismos tanto del Estado Nacional (AFIP) como del provincial (API). La declaración de la nulidad afectaría no sólo al recurrente sino también a los terceros que intervienen en dicho proceso. En virtud de ello, la Sindicatura oportunamente sostuvo que no se advertía cuál era la razón para mantener suspendida la quiebra in totum y no permitir que la misma continúe conforme su estado, adelantando lo relativo al período informativo, informe general, incautación de bienes tantas veces pedida y denegada y otros actos propios del proceso, mientras han quedado atrapados una importante cantidad de acreedores dentro del mismo, sin poder accionar contra el fallido, pues la quiebra produjo la suspensión de los actos de ejecución forzada (fs. 423). 3.6. En función de ello y teniendo en cuenta la eficacia que requieren no sólo los procesos falenciales sino, en última instancia, cualquier relación crediticia, cabe preguntarse: ¿cuándo precluye la posibilidad de seguir debatiendo sobre la legitimidad del crédito del peticionante para impugnar una sentencia de quiebra? Seguidamente, dijo el Dr. Silvestri: Habiendo tomado conocimiento de los autos y advirtiendo la existencia de dos votos coincidentes en lo sustancial, que hacen sentencia válida, me abstengo de emitir opinión (art. 26 de la Ley 10.160). Se resuelve: 1. Hacer lugar al recurso de apelación interpuesto y, en consecuencia, revocar la Resolución Nº 861/09, rechazando recurso de reposición in extremis articulado, debiendo continuarse con el juicio de quiebra. 2. Imponer las costas a la vencida (art. 251 del Código Procesal Civil y Comercial, por expresa remisión del art. 278 de la Ley de Concursos y Quiebras). 3. Fijar los honorarios de los profesionales intervinientes en el 50% de los que, oportunamente, resulten regulados en Primera Instancia. Chaumet. Álvarez. Silvestri (art. 26 de la Ley Orgánica del Poder Judicial)