6.2. LOS REYES CATÓLICOS: LA CONQUISTA DEL REINO NAZARÍ Y LA INCORPORACIÓN DEL REINO DE NAVARRA. La llamada Guerra de Granada no comenzó de forma unificada, querida y prevista. Su duración fue de once años (14811492) y los modos que se emplearon la convierten en la primera guerra de la Edad Moderna. Se pueden destacar tres fases: 1.-Conquista y defensa de Alhama (1481-1484). Diego Ponce de León, Marqués de Cádiz, se apodera en una maniobra combinación de pericia y suerte de Alhama, a medio camino entre Málaga y Granada, y logra, además de la plaza, cortar los abastecimientos musulmanes. La disculpa para esta operación fue la toma musulmana de Zahara. Ante esta situación, los Reyes Católicos deciden apoyar a este audaz noble y aprovecharse de la debilidad que la guerra civil dentro de la familia que ocupaba el trono nazarita estaba padeciendo. De hecho, Boabdil, hijo del monarca Muley-Hacen, fue hecho preso y compró su libertad a cambio de enfrentarse a su padre y a su tío apodado “el Zagal”. Málaga, Granada y Almería pasaban a estar divididas gracias a la combinación de milicia y diplomacia que marcará toda esta guerra. 2.-Toma de Málaga (1485-1487). Campaña muy dura desde el punto de vista militar, el asedio a la ciudad de Málaga se convirtió en una pesadilla que dio como resultado una dura venganza de los vencedores. Toda la población de la ciudad fue sometida a esclavitud. 3.-Rendición de Granada (1488-1492). A pesar de su duración fue la parte más fácil. Una tras otra las ciudades van cayendo o rindiéndose mediante capitulaciones. Por ellas, se acordó respetar la libertad personal, los bienes y las prácticas religiosas de todos aquellos que capitulaban. De todas, la más ventajosa fue la de Granada, pero la llegada de cristianos, el reparto de tierras como botín, el empobrecimiento de la población autóctona y el no cumplimiento de los acuerdos, llevarán a un deterioro de la convivencia que acabará con la sublevación de los mudéjares (musulmanes que conservan su fe en territorio cristiano), su derrota y los decretos de conversión o expulsión dictados por los Reyes Católicos. La conquista de Granada se presentó como algo importantísimo y se entendió como una ayuda divina ante el avance de los turcos que acechaban al cristianismo desde la toma de Constantinopla (1453). Para financiarla, los Reyes Católicos acudieron al Papa pidiendo una Bula de Cruzada que se unió a los impuestos especiales de judíos y mudéjares y a los créditos de los concejos. El ejército armado era muy heterogéneo, pero el uso de la artillería por lo escarpado de la geografía y el desarrollo mediante asedios, coloca estas campañas en una nueva vía de hacer la guerra. La experiencia acumulada dará ventaja a las tropas castellanas en sus conflictos italianos. Junto a la guerra, la diplomacia de Fernando hizo la otra mitad del trabajo abriendo brechas en el enemigo que permitieron conquistar Granada sin esfuerzo por los acuerdos privados con Boabdil. La guerra también sirvió, con su espíritu de cruzada, para unir los reinos bajo el mando de los Reyes Católicos y reafirmar así su poder frente a la nobleza que no obstante fue la gran ganadora en el reparto de tierras a cambio de su lealtad. Por último, destacar que el incumplimiento de las capitulaciones romperá la frágil convivencia entre las comunidades religiosas y la intolerancia se convertirá en política interior con los decretos de conversión, expulsión y la llegada del Tribunal de la Santa Inquisición a Castilla. Navarra se había mantenido como un reino independiente de Castilla y Aragón y en el ámbito de influencia de los reyes de Francia. Con la unión dinástica, los Reyes Católicos consideraron la posibilidad de hacer cambiar el protectorado francés por uno propio. En 1512, ya muerta Isabel y ante la posibilidad de que una hija del rey de Francia se casara con el heredero navarro, Fernando invadió el reino con el beneplácito del Papa, y la parte al sur de los Pirineos fue incorporada, aunque esto no se materializó hasta 1515. Un virrey juró en nombre del regente rey Fernando respetar los privilegios y fueros navarros.