Poder Judicial de la Nación CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 1 CCC 42531/2012/TO1/1/CNC1 Reg. n° 256/ 2015 ///n la ciudad de Buenos Aires, a los 17 días del mes de julio del año dos mil quince, se reúne la Sala I de la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional, integrada por la jueza María Laura Garrigós de Rébori y los jueces Luis García y Gustavo A. Bruzzone, asistidos por la secretaria actuante Paola Dropulich, a fin de resolver el recurso de casación interpuesto en la causa número 42.531/2012 caratulada “Martín, Alejandro Sebastián s/ incidente de excarcelación”, de la que RESULTA: I) El Tribunal Oral en lo Criminal n° 20 resolvió, el pasado 18 de junio, no hacer lugar a la excarcelación solicitada en favor de Alejandro Sebastián Martín (fs. 12/14). Para así resolver, la mayoría del tribunal a quo consideró que el concurso de delitos imputados a Martín y el tiempo que lleva detenido en prisión preventiva, impedían enmarcar su situación en los supuestos de los artículos 316 y 317 del Código Procesal Penal de la Nación, en razón de que el marco punitivo establecido para las conductas en principio endilgadas supera el monto de la pena estipulado como límite objetivo para su concesión; su mínimo al ser mayor a los ocho años de prisión descarta la posibilidad de que en caso de recaer condena se la deje en suspenso, y en atención a que no cumplió en detención el máximo de pena previsto para los delitos que se le imputan ni posee sentencia condenatoria o pena solicitada por el Ministerio Público Fiscal. Se consideró, además, que la condena de efectivo cumplimiento que podría ser impuesta a Martín en consonancia con la seriedad, gravedad y violencia de los hechos que surgen de los distintos requerimientos de elevación a juicio, eran pautas objetivas para presumir fundadamente que de recuperar su libertad podría sustraerse de la acción de la justicia. II) La representación letrada del mencionado, a cargo del Dr. Sebastián Rodríguez, dedujo recurso de casación contra dicho pronunciamiento a fs. 16/30. Sucintamente, se agravió porque a su juicio se realizó una incorrecta interpretación de los artículos 280, 316, 317, 318 y 319 del código de forma, y, en función de ello, se optó por la medida más gravosa, la cual, en estas condiciones, resultó un anticipo de pena. Fecha de firma: 17/07/2015 Firmado por: GUSTAVO A. BRUZZONE Firmado por: MARÍA LAURA GARRIGÓS DE RÉBORI Firmado por: LUIS M. GARCIA Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA Desarrolló las razones por las cuales a su juicio en caso de recaer condena podría ser de ejecución condicional, y puso de resalto que Martín se identificó correctamente, posee arraigo, la manutención de su familia depende de su presencia en el hogar, que siempre estuvo a derecho y cumplió con las obligaciones que se le fijaron, como así también que posee un núcleo familiar compuesto por personas trabajadoras y que tanto él como su familia carecen de medios que garanticen una posible evasión. En base a estas pautas, expuso su posición vinculada con la ausencia de riesgos procesales. Asimismo, explicó que a su modo de ver la libertad ambulatoria es un derecho, y ofreció la suma de veinte mil pesos a modo de caución. III) El 15 de julio se celebró la audiencia prevista por el artículo 454, en función del artículo 465 bis, del ordenamiento procesal, oportunidad en la que el defensor de Martín reprodujo en líneas generales los agravios plasmados en el recurso de casación, y ofreció en esta ocasión una caución real de treinta mil pesos. IV) Conforme la facultad prevista en el art. 455, segundo párrafo, del mismo ordenamiento, el tribunal pasó a deliberar, luego de lo cual se arribó al siguiente acuerdo. La jueza María Laura Garrigós de Rébori dijo: Las medias de coerción personal, en tanto restringen derechos esenciales de la persona, deben evaluarse con mesura en aras de evitar desnaturalizar sus fines específicos, y, correlativamente, respetar los parámetros bajo los cuales aquellos pueden limitarse. La prisión preventiva, que incursiona sobre uno de los bienes más preciados del hombre –su libertad ambulatoria-, es, probablemente, la más severa de ellas. Desde sus orígenes nuestra Constitucional Nacional reconoció en la “libertad” un derecho fundamental que únicamente podía limitarse por orden escrita de autoridad competente (art. 18), y, a partir de la reforma de 1994 –discernido ahora este derecho con mayor claridad como un atributo de la persona humana-, fortaleció su protección con la incorporación de distintos instrumentos internacionales al bloque constitucional (art. 7 C.A.D.H. y art. 9 P.I.D.C.yP.). Fecha de firma: 17/07/2015 Firmado por: GUSTAVO A. BRUZZONE Firmado por: MARÍA LAURA GARRIGÓS DE RÉBORI Firmado por: LUIS M. GARCIA Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA Poder Judicial de la Nación CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 1 CCC 42531/2012/TO1/1/CNC1 El debate siempre presente, consiste en dilucidar los principios rectores para decidir, o no, privar a una persona de su libertad ambulatoria durante la sustanciación del proceso y previo al dictado de la sentencia definitiva. A la luz de los informes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de los pronunciamientos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que constituyen una guía para interpretar los términos de la convención (art. 2 ley 23.054; arts. 62, 64 y 68 C.A.D.H.; fallos 315:1492 “Edmekdjian”, 318:514 “Giroldi”, 327:5668 “Bulacio” CSJN), y que en caso de incumplimiento significaría la responsabilidad del estado argentino ante la comunidad internacional (fallos 318:514), es una discusión superada que el encarcelamiento preventivo se trata de una medida con estrictos fines procesales, de aplicación restrictiva, y que en modo alguno puede constituir una regla del proceso (art. 9.3 P.I.D.C.yP.). Es que, “…Como toda limitación a los derechos humanos, ésta debe ser interpretada restrictivamente en virtud del principio pro homine, por el cual, en materia de reconocimiento de derechos, se debe estar a la norma más amplia y a la interpretación más extensiva e, inversamente, a la norma y a la interpretación más restringida en materia de limitación de derechos. Ello se impone, asimismo, para evitar que la excepción se convierta en regla (…) De ahí la necesidad de que las restricciones de los derechos individuales impuestas durante el proceso, y antes de la sentencia definitiva, sean de interpretación y aplicación restrictiva (…) la Convención prevé, como únicos fundamentos legítimos de la prisión preventiva los peligros de que el imputado intente eludir el accionar de la justicia o de que intente obstaculizar la investigación judicial… (informe 35/07 C.I.D.H, caso “Peirano Basso”, párrafos 75 y 81). Por ello, la evaluación debe estar despojada de consideraciones vinculadas con las características personales del sujeto, y ceñirse exclusivamente a la verificación de los denominados riesgos procesales, pues, en definitiva, se trata de una limitación a la libertad de un inocente. Bajo esta directriz me pronuncié en reiteradas ocasiones como jueza de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, y señalé que el fin de la prisión preventiva “…es lograr la efectiva realización del juicio a través de la neutralización de los peligros Fecha de firma: 17/07/2015 Firmado por: GUSTAVO A. BRUZZONE Firmado por: MARÍA LAURA GARRIGÓS DE RÉBORI Firmado por: LUIS M. GARCIA Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA procesales…”, y que “…las medidas de coerción que se puedan adoptar respecto de una persona imputada de haber cometido un delito antes del dictado de la sentencia deben tener siempre carácter excepcional y únicamente se justifican en la neutralización de los peligros de fuga o entorpecimiento de la investigación…” (cn° 27.688 “Díaz, Walter”, C.C.C. Sala IV, rta. 19/9/05, entre otras). Cabe poner de resalto, que la Corte Suprema de Justicia de la Nación, consideró que “…La limitación de la libertad personal durante el proceso motivada en el reproche o en la repulsa social de ciertas conductas -por más aberrantes que puedan ser- como remedio tendiente a combatir el auge de determinada delincuencia ante la necesidad de mayor protección de determinados bienes jurídicos, importa alterar arbitrariamente los ámbitos propios de las distintas esferas constitucionales para el ejercicio de prerrogativas legisferantes y desvirtúa la naturaleza cautelar de la prisión preventiva al convertirla en una verdadera pena anticipada, pues la aspiración social de que todos los culpables reciban pena presupone, precisamente, que se haya establecido previamente esa calidad…” (fallos: 329:679, 321:3630). Abona mi postura lo que sostuvo la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el fallo Norín Catrimán, a saber: “… la Corte ha indicado reiteradamente que las características personales del supuesto autor y la gravedad del delito que se le imputa no son, por sí mismos, justificación suficiente de la prisión preventiva. (...) Asimismo, ha destacado que el peligro procesal no se presume, sino que debe realizarse la verificación del mismo en cada caso, fundado en circunstancias objetivas y ciertas del caso concreto…”. A propósito de lo dispuesto por los artículos 7.5 y 8.2. de la C.A.D.H., sostuvo en el mismo pronunciamiento que “…la Corte ha establecido que la regla general debe ser la libertad del imputado mientras se resuelve acerca de su responsabilidad penal, ya que éste goza de un estado jurídico de inocencia que impone que reciba del Estado un trato acorde con su condición de persona no condenada. En casos excepcionales, el Estado podrá recurrir a una medida de encarcelamiento preventivo a fin de evitar situaciones que pongan en peligro la consecución de los fines del proceso…” (Caso “Norín Catrimán y otros vs. Chile, resumen emitido por la C.I.D.H., sentencia del 29/5/2014). Fecha de firma: 17/07/2015 Firmado por: GUSTAVO A. BRUZZONE Firmado por: MARÍA LAURA GARRIGÓS DE RÉBORI Firmado por: LUIS M. GARCIA Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA Poder Judicial de la Nación CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 1 CCC 42531/2012/TO1/1/CNC1 De lo expuesto, se extrae que la prisión preventiva es una medida cautelar que debe evaluarse con extrema prudencia, que puede disponerse y subsistir como ultima ratio a fin de evitar asignarle un carácter retributivo en lugar de procesal; que una interpretación rígida del art. 316 del código de forma no se concilia con los instrumentos internacionales y el orden constitucional en la medida que resulta insuficiente la mera remisión a las características del hecho, el monto de la pena o circunstancias sociales, y, como todo acto del proceso, tienen que estar motivados cada uno de los aspectos que la justificaron (art. 123 C.P.P.N.). Debe corroborarse, entonces, verosimilitud en el derecho invocado: extremo que se vincula con una imputación seria que se relacione con los instrumentos probatorios incorporados y una acción penal legalmente promovida; peligro en la demora: consistente en una suposición fundada de que en ausencia de su dictado el proceso corre un serio riesgo de no lograr sus fines; y que las cauciones estipuladas por el ordenamiento procesal fundadamente se presentan insuficientes para neutralizar los riesgos procesales aludidos. Bajo este contexto, las constancias de la causa enseñan que el Tribunal Oral rechazó el pedido en base a una literal remisión de las pautas de los artículos 316 y 317 del C.P.P.N., sin evaluar el resto de las circunstancias del caso. Cabe poner de resalto, entonces, que Martín se identificó correctamente y posee un domicilio constatado en el cual podrá ser habido, y que ello en el futuro permitirá su correcta individualización y localización. Valoro, además, que mientras estuvo en libertad cumplió con las obligaciones que se le fijaron, se presentó voluntariamente a los distintos llamados del tribunal y que no registró rebeldías, lo cual me lleva a descartar una conducta contumaz de su parte para con el proceso, de la que se pueda inferir que intentará sustraerse de la acción de la justicia. En especial, cuando ofreció la caución que está a su alcance, lo que ilustra sus intenciones de mantenerse a derecho. Asimismo, hay que tener presente que la causa se encuentra en etapa de juicio y que las pruebas fueron practicadas, extremo que disminuye las posibilidades de que pueda incidir de algún modo sobre el Fecha de firma: 17/07/2015 Firmado por: GUSTAVO A. BRUZZONE Firmado por: MARÍA LAURA GARRIGÓS DE RÉBORI Firmado por: LUIS M. GARCIA Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA material probatorio, y así considerar justificadas las sospechas de un probable entorpecimiento de la investigación. Ante el escenario descripto, concluyo que la caución que oportunamente abonó y que aún se encuentra depositada, se presentó suficiente en aras de contrarrestar la potencial amenaza de elusión y/o entorpecimiento de la investigación, extremo que tampoco consideró el tribunal a quo a la hora de evaluar la posibilidad de neutralizar los riesgos procesales que consideró presentes por una vía menos gravosa al encierro cautelar. Las deficiencias apuntadas me convencen que el auto cuestionado no cumplió con los requisitos de fundamentación suficiente que lo habilitan como un acto jurídico destinado a cumplir efectos (art. 123 C.P.P.N.), y, por ello, propongo casar la resolución impugnada y hacer lugar a la excarcelación propiciada, manteniendo las pautas de conducta y la caución que se le fijaron a Martín en ocasión de disponerse su exención de prisión, siempre que no existan otros obstáculos que obsten a su libertad. El juez Luis García dijo: Concuerdo con la solución que viene propuesta en el primer voto, por las razones que paso a exponer. 1. Alejandro Sebastián Martín se encuentra detenido desde el 20 de abril de 2014, a título de prisión preventiva, por las imputaciones que se le dirigen en tres causas conexas remitidas a juicio y radicadas ante el Tribunal Oral en lo Criminal n° 25, por hechos que han sido prima facie calificados como lesiones leves, dos hechos, amenazas, homicidio, daños, robo agravado por su comisión en banda y con efracción, todos en concurso real entre sí, y atribuidos al imputado como autor. La escala penal con la que se conminan esos delitos no está comprendida en los supuestos en los que el art. 317, inc. 1, en función del art. 316 C.P.P.N., permite la excarcelación. Sobre esa base el Tribunal Oral, por mayoría, ha denegado el pedido de excarcelación promovido por la defensa del imputado. En el voto de la mayoría se han presentado además los siguientes argumentos: a) que el mínimo mayor de la escala penal compuesta según la regla del concurso real es de ocho años de prisión, pena que sólo puede ser de cumplimiento efectivo; b) la seriedad, gravedad y violencia de los hechos que se le atribuyen en los distintos requerimientos. Fecha de firma: 17/07/2015 Firmado por: GUSTAVO A. BRUZZONE Firmado por: MARÍA LAURA GARRIGÓS DE RÉBORI Firmado por: LUIS M. GARCIA Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA Poder Judicial de la Nación CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 1 CCC 42531/2012/TO1/1/CNC1 Sostuvo que esos elementos permiten inferir que de recuperar la libertad el imputado podría sustraerse a la acción de la justicia. Bajo la apariencia de ser distintos, todos los argumentos reconducen siempre a uno sólo: la pena que podría corresponder en caso de condena, lo que está en la base de los arts. 316 y 317, inc. 1, C.P.P.N. Porque si bien el art. 319 C.P.P.N. indica expresamente que puede acudirse a la “objetiva y provisional valoración de las características del hecho”, entre otros criterios, ello es sólo pertinente en la medida en que “[…] hicieren presumir fundadamente que [el imputado] intentará eludir la acción de la justicia o entorpecer las investigaciones”. Sin embargo, en el caso el a quo no ha explicado la existencia de una conexión pertinente entre las circunstancias que ha relevado y una inferencia de riesgo de fuga, porque no ha explicado cómo podría inferirse ese riesgo a partir de “la gravedad y violencia de los hechos”. Si lo que subyace al argumento es una consideración de las circunstancias concretas del hecho que podrían influir en la medición concreta de la pena, ha de señalarse que ellas están ya comprendidas en el rango del art. 316 C.P.P.N., de modo que su consideración no agrega ningún argumento adicional (confr. mi voto en causa nº 50.057/14, “Juárez, Ramón Ariel s/portación de arma”, Sala I, res. de 3/07/2015, Reg. N° 219/15). 2. Constatado lo anterior, ha de señalarse que, en el actual estado del proceso la magnitud de la pena amenazada, constituye un criterio pertinente, aunque no se revela ya suficiente para decidir sobre la petición de libertad del imputado. A ese respecto me remito a los criterios que he expuesto en esta Cámara a partir de mi voto en el caso “Roa, Hugo Orlando” (Sala 3ª, CCC 66111/2014/TO1/1CNC1, sent. de 10/04/2015, Reg. 11/2015), y sentado antes como juez subrogante en la ex Cámara Nacional de Casación Penal a partir de mi voto en la causa “Umere, María Antonia s/rec. de casación” (Sala II, causa nro. 9181, sent. de 15/8/08, Reg. 13.090). En síntesis sostuve allí que la consideración de la pena privativa de libertad amenazada para el delito, según establecen los arts. 312, inc. 1, y 317, inc. 2, en función del reenvío al art. 316, C.P.P.N., podrá inicialmente constituir un criterio pertinente y suficiente para inferir el riesgo de que el imputado podría querer sustraerse al proceso, o entorpecer la investigación por vías no comprendidas en el derecho de defensa, Fecha de firma: 17/07/2015 Firmado por: GUSTAVO A. BRUZZONE Firmado por: MARÍA LAURA GARRIGÓS DE RÉBORI Firmado por: LUIS M. GARCIA Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA advirtiendo que una vez impuesta la prisión preventiva los jueces no están eximidos de buscar mayores fundamentos que la inferencia legal de peligro de fuga que se puede extraer de los arts. 312 y 317, inc. 1, C.P.P.N., porque, después de cierto tiempo la gravedad del delito o la severidad de la pena no son suficientes para justificar una presunción de la existencia de peligro de fuga. Sostuve al respecto que “el art. 207 C.P.P.N. proporcionará un umbral máximo para indagar los datos de los que podrían extraerse indicios pertinentes para decidir sobre la subsistencia o revocación de la medida cautelar, y que esto no significa necesariamente que, mientras no se exceda del tiempo ordinario fijado para la duración del sumario, los órganos del Estado pudiesen considerarse liberados del deber de fundamentar la necesidad de la prisión preventiva y que el exceso de ese plazo sin que se hubiesen recogido indicios objetivos que en el caso concreto fortaleciesen la inferencia sobre el peligro de fuga, deducida inicialmente de las disposiciones legales de los arts. 312, inc. 1°, y 317, inc. 1°, C.P.P.N., da lugar a presumir que en verdad, no hay ninguna información o dato disponible que la sustenten razonablemente en el caso concreto. Por lo que, a más tardar al agotarse ese plazo, o al clausurar la instrucción, lo que ocurra primero, el juez a cargo de ésta no podrá excusarse de examinar -a pedido del imputado y aun de oficio- si están disponibles elementos objetivos e informaciones sobre éste, que constituyan indicios, junto con la regla legal del art. 317, inc. 1, C.P.P.N., del peligro de fuga inicialmente inferido de esta disposición. 3. Este criterio general, no aparecía sin embargo justificado siquiera en el momento en que el imputado fue constituido en detención el día 20 de abril de 2014, porque ya en ese momento otras informaciones neutralizaban la inferencia de riesgo de fuga que podría extraerse de la pena amenazada. El 1° de noviembre de 2012 la defensa había pedido la exención de prisión de Alejandro Sebastián Martín en la causa n° 42531/12, en la que hasta entonces se le imputaba participación en el homicidio en grado de tentativa de Mariano Matías Costa (fs. 1/5 del respectivo incidente), que fue concedida por el juez de instrucción bajo caución juratoria (fs. 8 de ese incidente). El 5 de noviembre el imputado se presentó ante el Tribunal, presto la caución juratoria de comparecer y comunicar Fecha de firma: 17/07/2015 Firmado por: GUSTAVO A. BRUZZONE Firmado por: MARÍA LAURA GARRIGÓS DE RÉBORI Firmado por: LUIS M. GARCIA Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA Poder Judicial de la Nación CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 1 CCC 42531/2012/TO1/1/CNC1 cualquier circunstancia que impusiese ausentarse de del domicilio denunciado por más de veinticuatro horas (fs. 10). La concesión había sido apelada por el fiscal que intervenía en el caso (fs. 11) y la apelación desistida por el fiscal de cámara, que entendió que la exención había sido razonablemente concedida (fs. 20). El 10 de diciembre de 2012 la defensa promovió una nueva exención de prisión (fs. 24/28). Para entonces la calificación provisoria del hecho atribuido a Alejandro Sebastián Martín había sido modificada a raíz del fallecimiento de Mariano Matías Costa, por lo que ahora se le atribuía el delito de homicidio consumado. Denegada la exención de prisión por el juez de instrucción (fs. 31/33), el 26 de diciembre de 2012 la Sala IV de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de esta ciudad revocó la decisión y concedió la exención, aunque esta vez con mayores seguridades para garantizar que el imputado se sujetara al proceso. Así le impuso una caución de diez mil pesos, y la carga de comparecer ante el tribunal quincenalmente, la prohibición de salida del país, y la prohibición de acercamiento y contacto con dos de los testigos de cargo (fs. 49). Depositada la caución real el imputado se presentó a labrar acta compromisoria el día 27 de ese mes (fs. 53). A partir de allí, y hasta la fecha en que se ordenó su detención en otro proceso, que más tarde fue acumulado por conexidad, el imputado se había presentado con regularidad a cumplir con la carga de comparecencia periódica veintiocho veces ante el juez de instrucción, la última vez el 16 de abril de 2014 (confr. actas de fs. 62, 65, 66, 67, 71, 72, 73, 74, 75, 76, 77, 78, 79, 80, 81, 82, 83, 84, 85, 86, 87, 88, 89, 90, 91, 92, 93, 94). Además se había presentado cuando fue llamado a prestar declaración indagatoria (fs. 63 del incidente). El imputado fue detenido el día 20 de abril de 2014 (fs. 5 de la causa 23.171/14) a raíz de otra imputación en la causa conexa en la que se le atribuye el delito de robo agravado por efracción y por su comisión en poblado y en banda, lo que fue tomado como razón de la revocación de la exención de prisión el 19 de mayo de 2014 (fs. 1286/1287) y desde entonces permanece privado de libertad a título cautelar. Observo que al promover la excarcelación del imputado, la defensa había alegado ante el Tribunal Oral que el cumplimiento regular de la carga de comparecencia no obstante la gravedad del delito imputado Fecha de firma: 17/07/2015 Firmado por: GUSTAVO A. BRUZZONE Firmado por: MARÍA LAURA GARRIGÓS DE RÉBORI Firmado por: LUIS M. GARCIA Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA debía ser tenido en cuenta como demostración de que jamás intentó eludir la acción de la justicia (fs. 5 de este incidente de excarcelación). También observo que la mayoría del Tribunal Oral no hizo ninguna consideración de esta alegación, que aparecía prima facie pertinente. La comparecencia regular era fácilmente constatable con sólo examinar las constancias del incidente de exención de prisión. También podría haber constatado el Tribunal que el imputado había continuado compareciendo ante el Tribunal después del dictado del auto de procesamiento por homicidio (fs. 680/712 del principal), y después de la presentación del requerimiento de remisión a juicio por la misma imputación (fs. 995/997), e incluso después de la radicación del caso ante el Tribunal Oral n° 23 (fs. 1013). Esta constatación me permite concluir que el Tribunal Oral se ciñó a consideraciones sobre la gravedad de la pena amenazada, que por sí solas no eran suficientes para justificar la prolongación de la prisión preventiva, y omitió de modo arbitrario toda consideración de datos objetivos sobre la conducta procesal del imputado en este mismo proceso, en el que se le atribuye un gravísimo delito, que dan indicios de su voluntad de someterse a éste. 4. Las consideraciones anteriores bastan para arribar al resultado que viene propuesto en el primer voto. Sin embargo, entiendo que hay otras razones adicionales que imponen el mismo resultado. Al promover la excarcelación, el día 17 de junio de 2015 la defensa había señalado al Tribunal Oral que el imputado llevaba entonces trece meses detenido, que no había ningún entorpecimiento que atribuirle, y había estimado que cuando se iniciase el juicio podría llevar ya diecinueve meses de detención. Esta alegación también ha sido mantenida por la defensa en la audiencia del art. 465 bis, C.P.P.N., que ha señalado que el a quo no había dado respuesta alguna a ella. Ha señalado además que se había señalado originalmente audiencia de debate a realizar en el mes de octubre de 2014, la que había sido dejada sin efecto a pedido de la fiscalía, y que se había designado nueva fecha para el 28 de octubre de 2015. En mi voto en la citada sentencia del caso “Roa, Hugo Orlando” he tomado nota de la jurisprudencia de la Corte IDH en torno al derecho a gozar de la libertad física, y a sus salvaguardas, reproduciendo la síntesis que ella ha hecho de su propia jurisprudencia en la reciente sentencia del caso “Argüelles vs. Argentina” (serie C, n° 288, sent. de 20 de Fecha de firma: 17/07/2015 Firmado por: GUSTAVO A. BRUZZONE Firmado por: MARÍA LAURA GARRIGÓS DE RÉBORI Firmado por: LUIS M. GARCIA Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA Poder Judicial de la Nación CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 1 CCC 42531/2012/TO1/1/CNC1 noviembre de 2014). Allí declaró: “Para que la medida privativa de la libertad no se torne arbitraria debe cumplir con los siguientes parámetros: i) que su finalidad sea compatible con la Convención, como lo es asegurar que el acusado no impedirá el desarrollo del procedimiento ni eludirá la acción de la justicia; ii) que sean idóneas para cumplir con el fin perseguido; iii) que sean necesarias, es decir, absolutamente indispensables para conseguir el fin deseado y que no exista una medida menos gravosa respecto al derecho intervenido; iv) que sean estrictamente proporcionales, de tal forma que el sacrificio inherente a la restricción del derecho a la libertad no resulte exagerado o desmedido frente a las ventajas que se obtienen mediante tal restricción y el cumplimiento de la finalidad perseguida; v) cualquier restricción a la libertad que no contenga una motivación suficiente que permita evaluar si se ajusta a las condiciones señaladas será arbitraria y, por tanto, violará el artículo 7.3 de la Convención” (confr. párr.. 120 de esa sentencia, bastardilla agregada). Antes de aquella sentencia la Corte IDH había afirmado: “Del artículo 7.3 de la Convención se desprende la obligación estatal de no restringir la libertad del detenido más allá de los límites estrictamente necesarios para asegurar que aquél no impedirá el desarrollo eficiente de las investigaciones ni eludirá la acción de la justicia. Las características personales del supuesto autor y la gravedad del delito que se le imputa no son, por sí mismos, justificación suficiente de la prisión preventiva. La prisión preventiva es una medida cautelar y no punitiva. Se infringe la Convención cuando se priva de libertad, durante un período excesivamente prolongado, y por lo tanto desproporcionado, a personas cuya responsabilidad criminal no ha sido establecida. Esto equivale a anticipar la pena” (“López Álvarez vs. Honduras”, sentencia de 1/2/2006, Serie C, n̊ 141, § 69). Como garantía contra la arbitrariedad, y con el fin de evitar que una prisión preventiva inicialmente justificada degenere en un anticipo de pena, poco después la Corte IDH había establecido que los órganos del Estado deben asegurar un control periódico, en los siguientes términos: “La Corte resalta que en los casos de personas detenidas los jueces no tienen que esperar hasta el momento de dictar sentencia absolutoria para que los detenidos recuperen su libertad, sino que deben valorar periódicamente que las causas y fines que justificaron la privación de Fecha de firma: 17/07/2015 Firmado por: GUSTAVO A. BRUZZONE Firmado por: MARÍA LAURA GARRIGÓS DE RÉBORI Firmado por: LUIS M. GARCIA Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA libertad se mantienen, si la medida cautelar todavía es absolutamente necesaria para la consecución de esos fines y si es proporcional. En cualquier momento que la medida cautelar carezca de alguna de estas condiciones, deberá decretarse la libertad. De igual forma, ante cada solicitud de liberación del detenido, el juez tiene que motivar aunque sea en forma mínima las razones por las que considera que la prisión preventiva debe mantenerse” (“Chaparro Álvarez y Lapo Iñíguez vs. Ecuador”, sentencia de 21/11/2007, Serie C, n̊ 170, § 117). En síntesis, a fin de evitar que la prisión preventiva se prolongue de modo desproporcionado a alguno de los fines que la justifican, la Corte IDH ha sentado claros criterios sobre su provisionalidad, y sobre la necesidad de revisiones periódicas. Como he declarado en mi voto en el caso “Roa, Hugo Orlando”, si se han obtenido indicios pertinentes y suficientes para confirmar la subsistencia de la inferencia de riesgo de fuga, entonces el derecho del imputado a ser juzgado en un plazo razonable o a obtener su libertad impone un examen de la duración de la prisión preventiva desde puntos de vista de proporcionalidad. Aquí ya no es dirimente que subsista el peligro de fuga, porque, si no subsistiese, desaparecería el presupuesto cautelar de la prisión preventiva cualquiera hubiese sido su duración. Lo relevante es examinar el trámite del proceso con relación a la finalidad de llegar a una sentencia del modo más rápido posible, teniendo en cuenta los criterios de tratamiento prioritario, diligencia, complejidad del caso y conductas dilatorias del imputado o su defensa, porque la subsistencia del peligro de fuga no autoriza a una prolongación indeterminada de la prisión preventiva, aunque subsista el peligro de fuga. En otros términos, no se trata ya de la proporción que pudiera encontrarse entre la pena que podría caber al imputado en caso de ser condenado y el tiempo de prisión preventiva que ha sufrido con causa en la imputación, sino de la proporción entre este tiempo, y su fin cual es el de llevar adelante el proceso y realizar el juicio respecto del imputado empleando la diligencia exigible según los estándares señalados. Este estándar imponía al Tribunal Oral no sólo examinar si había indicios objetivos que fundasen la inferencia sobre la subsistencia de un riesgo de fuga, lo que ha sido examinado de modo insuficiente según he concluido en el número anterior, y además imponía que el Tribunal Oral Fecha de firma: 17/07/2015 Firmado por: GUSTAVO A. BRUZZONE Firmado por: MARÍA LAURA GARRIGÓS DE RÉBORI Firmado por: LUIS M. GARCIA Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA Poder Judicial de la Nación CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 1 CCC 42531/2012/TO1/1/CNC1 realizase un escrutinio de proporcionalidad de la duración de la prisión preventiva con relación a la finalidad de llegar al juicio. El Tribunal Oral tampoco ha emprendido un escrutinio de este orden, lo que en la especie resultaba imperativo, máxime teniendo en cuenta que el último ofrecimiento de prueba había sido presentado el 4 de diciembre de 2013 (fs. 1255/1262), la prueba había sido proveída siete meses después, por decreto de 8 de julio de 2014 (fs. 1305/1310), en el que también se había señalado audiencia para el 16 de octubre de ese año, y que la audiencia había sido dejada sin efecto una semana antes (fs. 1366), a raíz ante la presentación de la fiscalía de 8 de octubre que estaba interviniendo en otras audiencias (fs. 1365). La nueva audiencia se señaló para los días 26, 27, 28 y 29 de octubre de 2015, por decreto de 30 de octubre de 2014 (fs. 1383), esto es, para un año más tarde. Hechas estas constataciones concluyo que, sin perjuicio del defecto de justificación de la inferencia de riesgo de fuga, a las que me he referido en el número anterior, el a quo ha incurrido también en arbitrariedad por defecto de considerar las alegaciones de la defensa en punto a la duración de la prisión preventiva que viene sufriendo el imputado. Éste tiene derecho a ser juzgado en un plazo razonable o ser puesto en libertad, sin perjuicio de la continuación del proceso, y el a quo no ha dado ninguna justificación pertinente acerca de por qué no habría estado en condiciones de realizar el juicio. 5. En suma, concuerdo por esta vía con la solución que viene propuesta. Agrego que puesto que el Ministerio Público no ha presentado a ningún representante en la audiencia del art. 465 bis C.P.P.N. que hubiese ofrecido al Tribunal elementos objetivos para decidir cómo debe asegurarse la sujeción del imputado a proceso, no veo razones para reforzar la caución y las demás cargas que se le habían impuesto al imputado en la decisión de fs. 49 del incidente de excarcelación, pues hasta que fue detenido éstas se habían demostrado suficientes para tal fin. Tal es mi voto. El juez Gustavo A. Bruzzone dijo: En lo sustancial, y sin perjuicio de remitirme a lo que sostuve en “Nievas” (cn° 1.328/14, reg. n° 13/2015, Sala II de esta tribunal, rta. 10/4/2015), adhiero a la solución propuesta en los votos que anteceden, Fecha de firma: 17/07/2015 Firmado por: GUSTAVO A. BRUZZONE Firmado por: MARÍA LAURA GARRIGÓS DE RÉBORI Firmado por: LUIS M. GARCIA Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA debiendo estarse a la caución real de diez mil pesos ($ 10.000) y las restantes obligaciones impuestas en el incidente de exención de prisión. En virtud del acuerdo que antecede, la Sala I de la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional RESUELVE: I) CASAR la resolución de fs. 12/14, y disponer en consecuencia la excarcelación de Alejandro Sebastián Martín, en los mismos términos y bajo la misma modalidad y tipo de caución que le fueron impuestas con fecha 12 de diciembre de 2012 en el incidente de exención de prisión (artículo 18 de la Constitución Nacional; artículos 316, 317, 319, 320, y cctes.; artículos 456 inciso 1, y 470, del Código Procesal Penal de la Nación). II) REMITIR el presente incidente al Tribunal Oral en lo Criminal n° 20, a fin de que haga efectivo lo resuelto en el punto anterior, siempre que no existan otros obstáculos que impidan proceder a la libertad de Alejandro Sebastián Martín. Regístrese, notifíquese, comuníquese (acordada 15/13 C.S.J.N. y lex 100) y remítase con carácter urgente al Tribunal Oral en lo Criminal n° 20, sirviendo la presente de atenta nota de envío. María Laura Garrigós de Rébori Luis García Ante mí: Paola Dropulich Secretaria Fecha de firma: 17/07/2015 Firmado por: GUSTAVO A. BRUZZONE Firmado por: MARÍA LAURA GARRIGÓS DE RÉBORI Firmado por: LUIS M. GARCIA Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA Gustavo A. Bruzzone