pdf Expectativas y garantías. Primeras tesis de una teoría

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Luigi Ferrajoli
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EXPECTATIVAS Y GARANTÍAS.
PRIMERAS TESIS DE UNA TEORÍA
AXIOMATIZADA DEL DERECHO (*)
1
Introducción. Términos primitivos y postulados.- Desarrollaré un fragmento de una
teoría del Derecho elaborada con el método axiomático1: o sea a través de la
estipulación de un número limitado de términos primitivos y de postulados, la
utilización como otros términos de la teoría sólo de los términos definidos por medio
de los primitivos o de términos anteriormente definidos, la aceptación en fin como otras
tesis de la teoría sólo de las que consisten en definiciones o en teoremas derivados de los
postulados, o de las definiciones, o de otros teoremas sobre la base de reglas de formación y de
transformación previamente establecidas. Postulados, definiciones y teoremas se expresarán
tanto en el lenguaje común como en el lenguaje teórico artificial LT. Suministraré en el apéndice
las reglas de formación y de trasformación de tal lenguaje, junto a la demostración de los
teoremas; pero para cada uno de estos indicaré también en el texto, a la derecha de las fórmulas
que lo expresan, las tesis de las cuales se deriva.
*
Este texto está destinado al volumen Logos dell’essere, logos della norma, editado por Luigi Lombardi Vallauri,
en prensa en la editorial Adriatica Editrice, Bari, 1998.
1
Se trata de algunos parágrafos extraídos de los primeros tres capítulos de una teoría axiomatizada del Derecho,
de próxima publicación en la editorial Laterza con el título Principia iuris. Teoria giuridica della democrazia. El
fin de su publicación es el de mostrar en forma elemental y exponer a la discusión el método axiomático empleado,
más allá de los límites de las tesis desarrolladas aquí, cuya relevancia puede medirse únicamente en el contexto de
la teoría completa de la cual forman parte. Ésta se compone de cuatro partes, dedicadas respectivamente a la
deóntica, al Derecho positivo, al Estado de Derecho y a las formas jurídicas de la democracia. He diseñado el
proyecto de tal teoría y he llevado a cabo un primer desarrollo rudimentario en Saggio di una teoria formalizzata
del diritto, en la «Rivista internazionale di Filosofia del diritto», 1965, p. 55-105 y en Teoria assiomatizzata del
diritto. Parte generale, Giuffrè, Milano 1970. He ilustrado sumariamente el método de la misma en La semantica
della teoria del diritto, en U. Scarpelli (editor), La teoria generale del diritto. Problemi e tendenze attuali. Studi
dedicati a Norberto Bobbio, Edizioni di Comunità, Milano 1983, pp. 81-130 y en La formazione e l’uso del concetti
nella scienza giuridica e nell’applicazione della legge, en «Materiali per una storia della cultura giuridica», 1985,
2, pp. 401-422. Llamo en particular la atención sobre la distinción entre lenguaje teórico y lenguaje dogmático
formulada en Teoria cit., pp. 11-17, en La semantica cit., pp. 105-114 y en La formazione cit., pp. 404 ss.
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Estas páginas están dedicadas sobre todo al análisis de las «expectativas»: concepto
extraño al léxico jurídico corriente, pero a mi parecer central para el análisis lógico de las
diversas figuras de derecho subjetivo, así como de las relaciones jurídicas y de las
correspondientes garantías. Al tratarse de un fragmento de una teoría general, los términos
primitivos y los postulados aquí propuestos son únicamente los indispensables para su
desarrollo2.
Asumo pues como primitivos los siguientes cuatro términos: permiso, modalidad,
expectativa y sujeto. El primero será empleado como predicado monádico, o sea para designar
una propiedad, esto es un modo deóntico en contextos del tipo PERx (x está permitido, esto es
su comisión está permitida) y PERzx (no -x está permitido, esto es está permitida la omisión de
x). El segundo y el tercero serán empleados bien en contextos monádicos del tipo MODy y ASPy
(y es una modalidad, por ejemplo una facultad, o una obligación o una prohibición, e y es una
expectativa) bien en contextos diádicos, o sea para designar la relación entre una figura de
cualificación deóntica y aquello que está deónticamente cualificado por ella en contextos del tipo
MODyxAPERx (y es modalidad de x y x está permitido), MODyxAPER x (y es modalidad de x y
no -x está permitido), ASPyzxA¬PERx (y es expectativa de no -x y x no está permitido). El cuarto
término, en fin, será usado en contextos diádicos del tipo SOGzx, para designar la relación entre
un sujeto y aquello (comportamiento, o modalidad o expectativa) que le es imputado.
Asumo seguidamente como postulados las tres siguientes tesis:
P1 De cualquier argumento o está permitida la comisión, o está permitida la omisión.
(x) (PERx v PERzx)
P2 De cualquier argumento vale que existe la expectativa de su comisión si y sólo si
existe también una modalidad correspondiente en virtud de la cual no está permitida la omisión.
(x)(( ∑ y')ASPy') ≡ ( ∑ y'')(MODy'' x ⋅ ¬ PERzx))
P3 Para toda modalidad y para toda expectativa existe alguien que es su sujeto.
( y)(( MODy v ASPy) − > (∑ z)SOGzy)
El primer postulado enuncia una verdad autoevidente y casi analítica: de un acto o está
permitida su comisión, o está permitida su omisión, o está
2
Los términos primitivos y los postulados de la teoría completa son respectivamente catorce y quince; las
definiciones alrededor de doscientas cincuenta; los teoremas alrededor de dos mil. En el estado actual de su
elaboración, los otros términos primitivos de la teoría son: «Comportamiento», «interés», «status», «objeto»,
«significado (prescriptivo)», «regla», «conjunto», «causa», «constituyente» y «democracia». No he asumido sin
embargo como primitivo el término «derecho», que en el sentido de «Derecho objetivo» o «positivo» no es otra cosa
más que el nombre del universo de la teoría: «Derecho» será por ello utilizable para designar, sin ulteriores
especificaciones, el llamado «derecho subjetivo».
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permitida una y otra cosa, mientras que es imposible que no esté permitida ni la comisión ni la
omisión. En otras palabras, dado un universo cualquiera, si de un acto no está permitida la
comisión entonces está siempre permitida la omisión del mismo, mientras que si no está
permitida la omisión del mismo entonces está siempre permitida su comisión.
El segundo postulado vale para caracterizar las expectativas sobre la base de su
correlación con las modalidades consistentes en la no permisión (negativa o positiva según,
como veremos, se trate de expectativas positivas o negativas), o sea en la obligación o en la
prohibición de la misma acción. Esto permitirá representar en términos de expectativas y de no
expectativas positivas y negativas toda la fenomenología deóntica.
El tercer postulado enuncia el principio de que toda modalidad y toda expectativa supone
siempre un sujeto, o sea un centro de imputación al que sean imputables. También ésta es una
verdad evidente para cualquier universo, no siendo concebibles modalidades o expectativas que
no sean propias de algún sujeto. Sobre esta tesis fundaré las diversas correlaciones entre las
modalidades, las expectativas y sus titulares que proporcionarán la base de una teoría general del
las garantías y de las relaciones jurídicas.
2. Los modos deónticos y las modalidades deónticas.- De cualquier acción por tanto
-excluido por el postulado P1 que pueda ser no permitida tanto la comisión como la omisión- o
está permitida tanto la comisión como la omisión, o está permitida la omisión pero no la
comisión, o está permitida la comisión pero no la omisión. Estas tres hipótesis configuran otros
tantos modos deónticos que convengo en denominar, respectivamente, facultativo, prohibido y
obligatorio.
D1 «Facultativo» es aquello de lo que está permitido tanto la comisión como la omisión.
(x)(FCOx ≡ (PERx ⋅ PERzx))
D2 «Prohibido» es aquello de lo que está permitida la omisión y no está permitida la
comisión.
(x)(VIEx ≡ (PERzx ⋅ ¬ PERx))
D3 «Obligatorio» es aquello de lo que está permitida la comisión y no está permitida la omisión.
(x)(OBBx ≡ (PERx ⋅ ¬ PERzx))
Se deriva de ello la interdefinibilidad de «permitido», de «prohibido» y de «obligatorio»:
«permitido» equivaldrá simplemente a «no prohibido» (T1) y a «no obligatorio que no» (T2);
«permitido que no» a «no obligatorio» (T3) y a «no prohibido que no» (T4); «prohibido» a «no
permitido que» (T5) y a «obligatorio que no» (T6); «obligatorio» a «no permitido que no» (T7)
y a «prohibido que no» (T8). «Facultativo», en fin, resultará equivalente a «facultativo que no»
(T9).
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T1 (x)(PERx ≡ ¬ VIEx)
T2 (x)(PERx ⋅ ¬ OBBzx)
T3 (x)(PERzx ≡ OBBx)
T4 (x)(PERzx ≡ ¬ VIEzx)
T5 (x)(VIEx ≡ ¬ PERx)
T6 (x)(VIEx ≡ OBBzx)
T7 (x)(OBBx ≡ ¬ PERzx)
T8 (x)(OBBx ≡ VIEzx)
T9 (x)(FCOx ≡ FCOzx)
P1, D2
P1, D3
T2
T1
T1
T5, T2
T2
T6
D1
Pero las figuras deónticas pueden ser tratadas no sólo como modos (o propiedades, o
predicados monádicos), sino también como modalidades (o relaciones, o predicados diádicos):
no para denotar lo «facultativo» sino la «facultad», no lo «prohibido» sino la «prohibición», no
lo «obligatorio» sino la «obligación»: no, en suma, aquello que está deónticamente cualificado
sino la figura de cualificación deóntica. Se dirá, en este caso, que existe (o que Tizio tiene) el
permiso o el no permiso de (o de no) realizar una determinada acción; o que existe (o que Tizio
tiene) la facultad o la prohibición o la obligación de un comportamiento dado; o bien -en caso
que se trate de aquellas figuras no genéricamente deónticas sino específicamente jurídicas que
son las «situaciones»- que existe (o que Tizio tiene) el poder, o el deber o el derecho de realizar
un determinado «acto jurídico». Defino pues los cinco tipos de modalidades correspondientes
a los modos deónticos hasta ahora identificados: la «permisión positiva» (o de la comisión), la
«permisión negativa» (o de la omisión), la «facultad», la «obligación» y la «prohibición»:
D4 «Permisión positiva» es la modalidad de lo permitido que.
(y)(x)(PEMyx ≡ (MODyx ⋅ PER))
D5 «Permisión negativa» es la modalidad de lo permitido que no.
(y)(x)(PEMyzx ≡ (MODyx ⋅ PERzx))
D6 «Facultad» es la modalidad de lo facultativo
(y)(x)(FACyx ≡ (MODyx ⋅ FCOx))
D7 «Obligación» es la modalidad de lo obligatorio.
(y)(x)(OBLyx ≡ (MODyx ⋅ OBBx))
D8 «Prohibición» es la modalidad de lo prohibido.
(y)(x)(DIVyx ≡ (MODyx ⋅ VIEx))
Estas cinco definiciones enuncian otras tantas correspondencias biunívocas entre tipos
de modalidades y tipos de modos deónticos. De ello derivan como teoremas: a) las tres
equivalencias entre «facultad», «obligación»y «prohibición» y las conjunciones,
respectivamente, de «permisión positiva» y «permisión negativa» (T10), de «permisión positiva»
y «no permisión negativa» (T11), de «permisión negativa» y de «no permisión positiva» (T12);
b) las dos equivalencias entre «permisión positiva» y «permisión
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negativa» y las disyunciones, respectivamente, de «facultad» y «obligación» (T13) y de
«facultad» y «prohibición» (T14); c) las relaciones de incompatibilidad entre «facultad»,
«obligación» y «prohibición» en virtud de la implicación por parte de cada una de estas figuras
de las negaciones de las otras dos (T15, T16, T17), así como entre permisión positiva y
prohibición y entre permisión negativa y obligación (T18, T19); d) la distinción de las
modalidades, correspondiente al postulado P1, entre «permisión positiva» y «permisión
negativa» (T20) y la distinción todavía más importante entre «facultades», «prohibiciones» y
«obligaciones» (T21); e) la tesis de que la modalidad de la comisión de un comportamiento lo
es también de su omisión y viceversa (T22) así como que las equivalencias, correlativas a las
expresadas en los teoremas T8, T6 e T9, entre obligación de la comisión y prohibición de la
omisión (T23), entre prohibición de la comisión y obligación de la omisión (T24) y entre
facultad de la comisión y facultad de la omisión (T25).
T10 (y)(x)(FACyx ≡ (PEMyx ⋅ PEMyzx))
Tll (y)(x)(OBLyx ≡ (PEMyx ⋅ ¬ EMyzx))
T12 (y)(x)(DIVyx ≡ (PEMyzx ⋅ ¬ PEMyx))
T13 (y)(x)(PEMyx ≡ (FACyx v OBLyx))
T14 (y)(x)(PEMyzx ≡ (FACyx v DIVyx))
T15 (y)(x)(FACyx− > ( ¬ OBLyx ⋅ ¬ DIVyx))
T16 (y)(x)(OBLyx − > (¬ FACyx ⋅ ¬ DIVyx))
T17 (y)(x)(DIVyx− > ( ¬ FACyx ⋅ ¬ OBLyx))
T18 (y)(x)(PEMyx − > ¬ DIVyx)
T19 (y)(x)(PEMyzx− > ¬ OBLyx)
T20 (y)(x)(MODyx ≡ (PEMyx v PEMyzx))
T21 ( y)( x)( MODyx ≡ ( FACyx v OBLyx v DIVyx))
T22 (y)(x)(MODyx ≡ MODyzx)
T23 (y)(x)(OBLyx ≡ DIVyzx)
T24 (y)(x)(DIVyx ≡ OBLyzx)
T25 (y)(x)(FACyx ≡ FACyzx)
D4, D5, D6,Dl
D4, D5, D7, D3
D4, D5, D8, D2
D4, D6, D7, D1, D3
D5, D6, D8, D1, D2
T10, T11, T12
T15,Tl l,T12
T15, T16
T13, T17
T14, T16
D4,D5, Pl
T20, T13, T14
T20
T12,Tl l
T11, T12
T10
3. El cuadrado lógico de las expectativas.- Es posible, sobre esta base, afrontar el análisis
de un nuevo concepto, tradicionalmente extraño tanto a la teoría del Derecho como a la lógica
deóntica y considerado, comúnmente, una noción sociológica o en todo caso extra-jurídica3. En
esta teoría tal
3
El carácter prejurídico de la noción de «expectativa» es sostenido abiertamente, por ejemplo por R.
Scognamiglio, Aspettativa di diritto, en Enciclopediti del diritto, Giuffrè, Milano 1958, III, pp. 226-232. Por lo
demás, los estudios más relevantes sobre las expectativas son de carácter sociológico: véase, sobre todo, N.Luhmann,
Poltische Planung, (197l), tr.it. de A.Febbrajo, Stato di diritto e sistema sociale, Guida, Napoli 1978, pp. 65-83;
Rechtssoziologie, (1972), tr.it. de A.Febbrajo, Sociologia del diritto, Roma-Bari, Laterza 1977, pp. 40-157; Id.,
Rechtssystem und Rechtsdogmatik, (1974), tr.it. de A.Febbrajo. Sislema giuridico e dogmatica giuridica, II Mulino,
Bolgna 1978, pp. 59 ss.
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concepto será sin embargo formalizado como noción basilar para el análisis de la fenomenología
del Derecho: la cual podrá ser vista enteramente en términos de expectativas, o sea de figuras
deónticas pasivas, al igual que en términos de facultades, de obligaciones y de prohibiciones, o
sea de figuras deónticas activas. En particular, este concepto se revelará esencial para obtener
una definición satisfactoria de «derecho subjetivo» y para salir del atolladero de los muchos
equívocos y de las muchas aporías que rodean esta noción4.
Todos los derechos subjetivos consisten, en efecto, en expectativas: no sólo aquellos que
podemos llamar «derechos a» o «positivos», como los derechos de crédito y los derechos
sociales, los cuales consisten en la expectativa (positiva) de prestaciones, sino también los
derechos que podemos llamar «derechos de» o «negativos», como la propiedad y las libertades,
que por consistir en facultades y/o en inmunidades incluyen siempre expectativas (negativas) de
no impedir y de no turbar su ejercicio o disfrute. Las expectativas, por otro lado, no tienen
necesariamente por argumento prestaciones (comisivas u omisivas) ventajosas para sus titulares:
son, en efecto, expectativas también la exposición a sanciones o a anulaciones, esto es la
responsabilidad por actos ilegales y la anulabilidad de los actos inválidos. En fin, las mismas
situaciones que no son en ningún sentido expectativas sino modalidades, como las obligaciones
y prohibiciones, son siempre correlatos de expectativas positivas o negativas de su propio
argumento -la realización de la obligación o la no realización de la prohibición- por parte de
otros sujetos.
Es precisamente esta diversidad de sujetos a quienes se imputan las modalidades y las
expectativas de un mismo argumento -considerado por las primeras como comportamiento
propio y por las segundas como comportamiento ajeno- lo que proporciona la clave para
identificar rigurosamente
4
«Derecho subjetivo» será definido, en la tercera parte de la teoría, como «expectativa de prestaciones o de no
lesiones», o sea como la suma lógica de la expectativa positiva de actos jurídicos conformes y de la expectativa
negativa de actos jurídicos contrarios al interés de su titular. El elemento de expectativa, en el sentido indicado por
el postulado P2 y de las tesis T26-T39 que como veremos derivan de él, me parece que es el que vincula a todas las
distintas y heterogéneas figuras de los derechos subjetivos: de los derechos-pretensión a los derechos de libertad y
de inmunidad, de los derechos patrimoniales a los derechos fundamentales. Diremos por ello, en base a nuestra
definición, que «derecho subjetivo» aparece todas las veces en que expectativa e interés, sean a la comisión o a la
omisión de un acto jurídico ajeno, coinciden en relación con un mismo sujeto. Es así como nuestra definición
conjuga las dos concepciones tradicionales del derecho subjetivo, la del derecho como facultas agendi y la del
derecho como interés protegido. Todos los derechos son intereses protegidos por imperativos a cargo de terceros,
incluidos los consistentes en facultades o potestades, que, de manera semejante son intereses a la libertad y a la
autodeterminación caracterizados como «permisos fuertes» en vez de como meros «permisos débiles» en cuanto se
encuentran sancionados como expectativas negativas o inmunidades gracias a la prohibición de interferencia ajena.
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el concepto de expectativa, tanto positiva como negativa. Una caracterización adecuada de tal
concepto viene dada, en efecto, por las cuatro relaciones que podemos establecer entre las cuatro
figuras del permiso identificadas por el clásico cuadrado deóntico de las oposiciones y los
correspondientes argumentos de expectativa: a) decir que de un comportamiento está permitida
la comisión equivale a decir que no hay expectativa de su omisión; b) decir que está permitida
su omisión equivale a decir que no hay expectativa de su comisión; c) decir que no está permitida
la comisión equivale a decir que hay expectativa de su omisión; d) decir que no está permitida
su omisión equivale a decir que hay expectativa de su comisión.
Asumiendo por un momento «expectativa» como predicado monádico o de propiedad de
los comportamientos, tendremos pues cuatro equivalencias que reproducen -en términos de
«esperado» (o si se quiere de «pretendido»)- las cuatro figuras del cuadrado de los modos
deónticos:
(a) PERx ≡ ¬ ASPzx
(b) PERzx ≡ ¬ ASPx
(c) ¬ PERx ≡ ASPzx
(d) ¬ PERzx ≡ ASN
Correlativamente a las relaciones entre los permisos y no permisos (positivos [u
obligaciones] y negativos [o prohibiciones]), también las relaciones entre las expectativas y las
no expectativas (positivas y negativas) pueden, pues, ser representadas mediante un cuadrado
de seis oposiciones: dos de contradictoriedad (o de alternatividad) entre expectativas y no
expectativas (positivas o negativas); una de contrariedad (o de incompatibilidad) entre
expectativa negativa y expectativa positiva; una de subcontrariedad (o de disyunción) entre no
expectativa positiva y no expectativa negativa; dos de subalternación (o de implicación) entre
expectativa positiva y no expectativa negativa y entre expectativa negativa y no expectativa
positiva.
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Sintácticamente, sin embargo, el término «expectativa» es comúnmente (y será también
aquí) usado no ya como predicado monádico de comportamiento, sino como predicado diádico
de relación entre una figura deóntica y un comportamiento: esto es, en contextos del tipo «Tizio
tiene derecho (o no tiene derecho) a obtener», o «está sujeto (o no está sujeto) a sufrir» la
comisión u omisión de un comportamiento ajeno, que es el mismo comportamiento, por ejemplo
una prestación o una sanción, cualificado por la modalidad correspondiente5. Son precisamente
estos contextos los que evidencian la estructura de las expectativas -sean positivas (o de la
comisión) o negativas (o de la omisión)- como posiciones pasivas correspondientes a sujetos
distintos de aquellos a los cuales corresponden las posiciones activas expresadas por las
modalidades del mismo argumento. Y es en base a estos sujetos como será posible, cuando
disponga de los términos «sujeto» y «persona», elaborar las nociones, en primer lugar, de
«relación deóntica» y, después, de «relación jurídica». Nuestras cuatro equivalencias podrán por
tanto reformularse en las siguientes formas diádicas:
(a') PEMy'' x ≡ ¬ ASPy' zx
(b' ) PEMy' ' zx ≡ ¬ ASPy' x
(e') ¬ PEMy'' x ≡ ASPy' zx
(d') ¬ PEMy'' zx ≡ ASPy' x
He expresado estas relaciones, equivalentes entre sí, con el postulado P2, que enuncia la
correlación biunívoca6 que se da siempre entre expectativas positivas y modalidades
correspondientes a otros sujetos del no permiso del mismo comportamiento omisivo o bien,
sustituyendo en P2 x con zx, entre expectativas negativas y modalidades correspondientes a otros
sujetos del no permiso del mismo comportamiento comisivo (T26)
P2 (x)(( ∑ y')ASPy' x ≡ ( ∑ y'')( MODy''⋅¬ PERzx))
T26 (x)(( ∑ y') ASPy' zx ≡ ( ∑ y'')( MODy'' x ⋅ ¬ PERx))
P2,T22
Deriva de ello, uniendo este postulado con el postulado P1, el isomorfismo ya ilustrado
entre el cuadrado de las expectativas y el de las modalidades: dada la correlación entre
expectativas y no permisos (P2), si es verdadero que de toda acción está permitida o su comisión
o su omisión (P1), es también verdad que de la misma acción o no existe la expectativa de la
comisión
5
Por eso no he juzgado necesario introducir, en correspondencia con la figura diádica «expectativa», una figura
deóntica monádica como «esperado» o «pretendido (que o que no)» correlativa al modo monádico del «no permitido
(que no o que)»
6
A pesar de esta correlación biunívoca, expresada por el signo de equivalencia entre «expectativa de que» y
«modalidad de lo que no es permitido que no», «expectativa» no es un término definido y el postulado P3 no es una
definición. Esto depende del hecho de que la variable de la que «expectativa» es predicado está cuantificada
existencialmente y no aparece en aquello que debería ser el definiens, el cual por tanto no puede reemplazar a
«expectativa» en todas las ocasiones en que aparece.
Expectativas y garantías. Primeras tesis de una teoría...
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o no existe la expectativa de la omisión (T27); de forma que, si de algo existe la expectativa
positiva no existe la expectativa negativa (T28), y viceversa (T29), siendo los dos tipos de
expectativas incompatibles entre sí (T30) exactamente como las correspondiente obligaciones
y prohibiciones (T16, T17)7.
T27 (x)( ¬ (∑ y)ASPyx v¬ (∑ y)ASPyzx)
T28 (y)(x)(ASPyx − > ¬ ASPyzx)
T29 (y)(x)(ASPyzx − > ¬ ASPyx)
T30 (y)(x)( ¬ ASPyx v¬ ASPyzx)
Pl, P2,T22
T27
T28
T28
Ahora bien, sabemos que las modalidades del no permiso de la omisión y del no permiso
de la comisión -correspondientes respectivamente a la expectativa positiva y a la expectativa
negativa- no son nada distinto que la obligación (D7) y que la prohibición (D8), dado que el no
permiso de la omisión es lo obligatorio (T7), mientras que el no permiso de la comisión es lo
prohibido (T5). Diremos por ello que la existencia de la expectativa de una comisión o de una
omisión está siempre correlacionada con la existencia de una obligación o de una prohibición
correspondiente; de forma que la obligación vale para definir la correspondiente expectativa
positiva (y viceversa) y la prohibición vale para definir la correspondiente expectativa negativa
(y viceversa). Precisamente, puesto que, según las tesis T23 e T24, la obligación de la comisión
equivale a la prohibición de la omisión y la prohibición de la comisión equivale a la obligación
de la omisión, según que se den o no se den expectativas positivas (o de la comisión) o
expectativas negativas (o de la omisión), tendremos cuatro equivalencias o implicaciones
recíprocas, ordenables de nuevo sobre la base de nuestro cuadrado: entre la existencia de
expectativas positivas y la de obligaciones (T31), entre la existencia de expectativas negativas
y la de prohibiciones (T32), entre la inexistencia de expectativas positivas y la inexistencia de
obligaciones (T33) y entre la inexistencia de expectativas negativas y la inexistencia de
prohibiciones (T34).
T31 (x)(( ∑ y' ) ASPy' x ≡ (∑ y' ' ) OBLy' ' x)
T32 (x)(( ∑ y') ASPy' zx ≡ ( ∑ y'') DIVy'' x)
T33 (x)( ¬ ∑ y')ASPy' x ≡ ¬ (∑ y'')OBLy'' x)
T34 (x) ( ∑ y')ASPy' zx ≡ ¬ ( ∑ y'')DIVy'' x)
7
P2, T7, D7
P2, T5, D8
T31
T32
Adviértase que el contexto monádico de «expectativa» (ASPy) equivale a la suma lógica de la posibilidad de
la comisión y de la posibilidad de la omisión de su argumento, o sea de dos figuras (la expectativa positiva y la
expectativa negativa) que como se ha mostrado (T27-T30) son incompatibles entre sí. El lenguaje de la teoría de las
expectativas es en efecto más pobre que el de la teoría de las modalidades: mientras que «modalidad» es un término
de género respecto a las figuras de la permisión positiva o negativa, de la facultad, de la obligación y de la
prohibición, «expectativa» es el único término en el cual se declinan todas las figuras del cuadrado correspondiente.
En el lenguaje común esto podría provocar equívocos, que quedan excluidos sin embargo en nuestro lenguaje
formalizado.
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Además, según que no existan expectativas positivas, o que no existan expectativas
negativas, o que no exista ningún tipo de expectativa, las modalidades correspondientes
consistirán respectivamente en permisiones negativas (T35), en permisiones positivas (T36) y
en facultades (T37). Diremos, así, que las facultades comportarán siempre la inexistencia de las
expectativas correspondientes, sean ellas positivas o negativas (T38, T39).
T35 (x)( ¬ (∑ y')ASPy' x ≡ (y'')(MODy'' x − > PEMy'' z))
T36 (x)( ¬ (∑ y')ASPy' zx ≡ (y'')(MODy'' x− > PEMy' ' x))
T38 (x)((y'' )FACy'' x − > ( ∑ y')(ASPy' x v ASPy' zx))
T39 (x)((y'' FACy'' x− > ( ¬ (
∑ y')ASPy' x ⋅ ¬(∑ y')ASPy' zx))
T33,T19, T21,T14
T34,T18, T21,T14
T35,T36,T10
T37
T38
Obviamente, el hecho de que las expectativas sean figuras pasivas que no consisten en,
sino que corresponden a modalidades referidas a otros sujetos (y viceversa) no excluye que
puedan ser asociadas a modalidades deónticas referidas al mismo sujeto y viceversa. Por
ejemplo, el derecho del propietario de hacer uso de la cosa de su propiedad (modalidad) está
asociado con el derecho a no ser molestado en tal uso por parte de otros (expectativa); la
obligación de pagar el resarcimiento de un daño o de no cometer delitos (modalidad) está
asociado a la sujeción a sanciones en caso de desobediencia (expectativa); el derecho de crédito
(expectativa) está asociado al derecho de acción (modalidad) que permite su justiciabilidad, etc.
Modalidades (activas) y expectativas (pasivas) son efectivamente figuras deónticas por así
decirlo simples o atómicas, las cuales conviven de diversas formas -a veces una de ellas como
garantía de la otra- en las figuras complejas y moleculares constituidas por las situaciones
jurídicas y en particular por los derechos fundamentales. La modalidad representada por el
derecho de acción, por ejemplo, es una garantía (como veremos «secundaria») de la expectativa
constituida
Expectativas y garantías. Primeras tesis de una teoría...
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por el derecho de crédito y de la obligación correspondiente; de la misma manera que,
inversamente, la expectativa de la sanción es una garantía (secundaria) de las modalidades
consistentes en obligaciones o prohibiciones y de las correspondientes expectativas.
«Expectativa» es en todos los casos, al igual que «modalidad», una noción deóntica. En
particular, las expectativas jurídicas son expectativas de efectividad de las normas jurídicas y de
las obligaciones y prohibiciones dispuestas o predispuestas por ellas. En el lenguaje común,
naturalmente, «expectativa» puede entenderse también en un sentido distinto: en el sentido,
sociológico o cognitivo, de previsión de lo que de hecho sucederá (o no sucederá), o mejor de
lo que es verosímil (o inverosímil) que pueda suceder. En una sociedad caracterizada por una alta
tasa de criminalidad no dejaré abierta la puerta de casa, dado que, aun teniendo la expectativa
jurídica de que nadie violará mi domicilio, tengo una realista expectativa de que el domicilio sea
de hecho violado por los ladrones. El sentimiento de seguridad jurídica viene dado precisamente
por la (máxima) correspondencia entre expectativas normativas y expectativas cognitivas,
generada por la existencia de las garantías idóneas.
4. Los sujetos y las relaciones jurídicas.- De acuerdo con la caracterización sugerida por
el postulado P4, «sujeto» es un individuo al que son adscribibles modalidades o expectativas
(además de -pero de ello no hablaré en este fragmento de la teoría- comportamientos e intereses).
Defino ahora como «titular» al sujeto al que son imputadas una «modalidad» o una
«expectativa».
D9 «Titular» es cualquier sujeto de una modalidad o de una expectativa.
(z)(y)(TITzy/(SOGzyA(MODy v ASPy)))
Estamos en este punto en condiciones de definir, sobre la base de las tesis de las que
disponemos, el concepto de «relación deóntica» entre sujetos. Se ha visto en el parágrafo anterior
que a las obligaciones corresponden expectativas positivas (T31) y a las prohibiciones
expectativas negativas (T32), mientras que a las facultades no corresponde ninguna expectativa
(T39). Estos nexos entre imperativos y expectativas positivas o negativas pueden ahora
configurarse como relaciones entre (posiciones de) sujetos distintos, vinculados por la identidad
del comportamiento que es realización de unos y otras. De las tesis T31 y T32 se pueden deducir
los dos teoremas:
T40 Decir que un individuo es titular de una expectativa positiva equivale a decir que
otro individuo es titular de la obligación correspondiente.
(x)((
∑ z')(∑ y')(TITz' y'⋅ASPy' x) ≡ (∑ z'')(∑ y'')(TITz'' y''⋅OBLy'' x))
T3l, P3, D9,T21
T41 Decir que un individuo es titular de una expectativa negativa equivale a decir que
otro individuo es titular de la prohibición correspondiente
(x)((
∑ z')(∑ y')(TITz' y'⋅ASPy' zx) ≡ (∑ z'')(∑ y'')(TITz'' y''⋅DIVy'' x)) T40, T24
246
Luigi Ferrajoli
Llamo «relación deóntica» a la relación expresada por estos teoremas entre dos sujetos
titulares respectivamente de una expectativa positiva y de la obligación correspondiente, o de
una expectativa negativa y de la prohibición correspondiente.
D10 Dos individuos están en relación deóntica entre sí si y sólo si uno de ellos es titular
de una expectativa positiva y el otro de la obligación del mismo comportamiento:
de lo cual deriva, por sustitución, que es una relación deóntica también la que existe entre dos
sujetos de los cuales uno es titular de una expectativa negativa y el otro de la prohibición
correspondiente:
T42 (z')(z'')(RADz' z'' ≡ ( ∑ y')( ∑ y'')(TITz' y'⋅TITz'' y''⋅
M( ∑ x)(ASPy' zx ⋅ DIVy' ' x))
D10,T24
De «relación deóntica» se puede por tanto hablar si y sólo si uno de los términos de la
relación es una obligación o una prohibición; no, por el contrario, cuando es una facultad, dado
que a ésta, como afirma el teorema T39, no le corresponde ninguna expectativa. Enunciaré por
tanto, a través de los cuatro siguientes teoremas, dos parejas de relaciones biunívocas: la primera
es que, si un sujeto es titular de una expectativa positiva, entonces ese sujeto está en relación
deóntica con otro titular de la obligación correspondiente (T43), y viceversa (T44); la segunda
es que, si un sujeto es titular de una expectativa negativa, entonces ese sujeto está en relación
deóntica con otro titular de la prohibición correspondiente (T45), y viceversa (T46).
T43 (z')(x)((SOGz'⋅(∑ y' )(TITz' y'⋅ASPy' x)) − >
( ∑ z'')(∑ y'')( RADz' z''⋅TITz'' y''⋅OBLy'' x))
D10, T40
( ∑ z')(∑ y')(RADz' z'⋅ TITz' y'⋅ASPy' x))
D1O, T40
T44 (z'')(x)((SOGz''⋅( ∑ y'')(TITz'' y''⋅OBLy'' x)) − >
T45 (z' )(x)((SOGz'⋅( ∑ y')(TITz' y'⋅ASPy' x)) − >
( ∑ z' ')( ∑ y'' )(RADz' z'⋅TITz'' y''⋅DIVy' ' x))
T43, T24
T46 (z' ' )(x)((SOGz' '⋅(∑ y' ')(TITz' ' y' '⋅ DIVy' ' x))− >
(∑ z' )( ∑ y')(RADz' z' '⋅TITz' y'⋅ASPy' zx))
T44, T24
Sobre esta base se podrá construir la categoría de «relaciones jurídicas», identificables
con las relaciones deónticas que se dan entre las modalidades y las expectativas consistentes en
«situaciones jurídicas» -o sea entre las que llamaré «situaciones activas», como los poderes y
deberes, y las que llamaré «situaciones pasivas», como los derechos subjetivos y las
responsabilidades- en cuanto sus argumentos son no meros comportamientos jurídicamente
irrelevantes, sino «actos jurídicos» productivos de «efectos». Modalidades y situaciones activas,
al afectar a los comportamientos propios de los sujetos que son sus titulares, forman el lado
activo de la relación; expectativas
Expectativas y garantías. Primeras tesis de una teoría...
247
y situaciones pasivas, al afectar a comportamientos ajenos, forman, por el contrario, su lado
pasivo.
Toda la vida de relación, desde sus formas más simples a las más complejas, es por lo
demás interpretable en términos de relaciones deónticas entre expectativas positivas o negativas
y obligaciones o prohibiciones correspondientes. Si ordeno a alguien «cierra la puerta» tengo la
expectativa de que la cierre. La prohibición «no fumar» genera la expectativa de que nadie fume.
La prohibición de matar, sea moral o jurídica, corresponde a la expectativa de no ser matado. La
estipulación constitucional de la libertad de manifestación del pensamiento genera la prohibición
de la censura o de otras formas de limitación o de impedimento de su ejercicio; de la misma
forma como la estipulación del derecho a la asistencia sanitaria o a la educación genera la
obligación de proporcionar las correspondientes prestaciones. En todos los casos, las
expectativas y los deberes correspondientes, sobre todo si tienen carácter universal (omnium) y/o
absoluto (erga omnes),valen para fundamentar -tanto en el Derecho como en la moral y en los
demás sistemas normativos- la reciprocidad de las relaciones deónticas. Al mismo tiempo las
relaciones deónticas forman la base de todas las formas -jurídicas y extrajurídicas- de
solidaridad. El sentimiento de solidaridad, en efecto, no es otra cosa más que el sentimiento de
obligatoriedad con el que cada uno advierte las obligaciones y las prohibiciones correspondientes
a las expectativas de otros, y que se encuentra con el sentimiento recíproco de confianza en la
satisfacción por parte de los demás de las propias expectativas. Es principalmente este
sentimiento intersubjetivo de la reciprocidad de las relaciones deónticas lo que sirve para
fundamentar la efectividad de cualquier modalidad o expectativa. El mismo equivale, como
ahora veremos, al sistema de garantías a las que estas modalidades y expectativas están
conectadas.
5. Las garantías- Como confirmación de lo que se ha dicho en el T43, los teoremas
T43-T46 muestran que no hay ninguna prioridad lógica de las modalidades respecto de las
expectativas. Se puede desarrollar una teoría del Derecho, y más en general de los sistemas
normativos, partiendo de las modalidades (o sea de las figuras deónticas activas) y definiendo
a través de estas las expectativas (o sea las figuras deónticas pasivas); pero se puede también
desarrollarla partiendo de las expectativas y definiendo, a través de estas, las obligaciones, las
prohibiciones y, aunque indirectamente, las facultades. En el primer caso tendremos una teoría
del Derecho formulada, como por ejemplo la kelseniana, principalmente en términos de
imperativos (o de deberes); en el segundo una teoría del Derecho formulada, como la que trato
de desarrollar, prevalentemente en términos de expectativas (o de derechos). Lo mismo se puede
decir del ordenamiento objeto de la teoría:
248
Luigi Ferrajoli
las normas pueden formularse en términos de obligaciones y prohibiciones, esto es como normas
imperativas, o bien en términos de expectativas, esto es como normas atributivas. Entre las dos
cosas no hay ninguna diferencia. Lo que es argumento de expectativa, en efecto, es debido a
alguien o a todos por parte de alguno o de todos; de la misma forma que lo que es argumento de
deber corresponde a una expectativa de todos o de alguno frente a todos o frente a alguno.
De hecho el lenguaje legal hace uso de ambas formulaciones. Las normas en términos
de expectativas están más difundidas en los textos constitucionales, y esto justifica la opción por
formular en términos de expectativas la teoría del Estado de Derecho y de la democracia. Son
por ejemplo expectativas positivas o negativas los derechos de libertad, el habeas corpus, los
derechos de las minorías lingüísticas, el derecho de huelga, el derecho al trabajo, los derechos
a la salud, a la educación, a la retribución equitativa y similares, establecidos en la primera parte
de la constitución italiana. Por el contrario, las normas imperativas están más difundidas en la
legislación ordinaria, y en particular en la penal, formada por prohibiciones de comportamiento
sancionados como delitos. En cuanto al Derecho civil, éste se expresa tanto en términos de
expectativas (o sea de derechos), como en términos de obligaciones.
Las razones de estos diversos estilos legislativos son evidentemente tanto de carácter
técnico como de carácter político. Las constituciones privilegian las formulaciones en términos
de «derechos», o sea de expectativas, dejando de ordinario sobreentendidas las prohibiciones y
las obligaciones correspondientes, en cuanto que nacen como solemnes convenciones dirigidas
a proclamar inmunidades, libertades y pretensiones de tutela o satisfacción de necesidades
fundamentales a cargo de los poderes públicos y para fundamentar sobre estas promesas la
legitimación política de los ordenamientos. Las leyes penales privilegian por el contrario las
formulaciones en términos de prohibiciones y dejan sobreentendidas las correlativas expectativas
negativas de inmunidades, en cuanto se vinculan al respeto del principio de taxatividad en la
configuración de los comportamientos que son violaciones de estas expectativas. Las normas
civiles, en fin, bien pueden formularse tanto en términos de derechos como de obligaciones, a
causa del carácter de ordinario simétrico de las posiciones de sus titulares y de la forma
horizontal y paritética de sus relaciones deónticas.
Sea cual sea la técnica de formulación adoptada, expectativas y modalidades imperativas,
como muestran las tesis T43-T46, se implican recíprocamente como posiciones de sujetos
distintos en relación deóntica entre sí. Al ser las expectativas positivas y negativas de un sujeto
respectivamente la otra cara de la obligación o de la prohibición imputadas a otro sujeto y
viceversa,
Expectativas y garantías. Primeras tesis de una teoría...
249
no se dan pues, en el plano técnico, expectativas sin obligaciones o prohibiciones
correspondientes, y ni siquiera obligaciones y prohibiciones sin las correspondientes
expectativas. En el plano práctico esto quiere decir que la estipulación de un derecho, al consistir
siempre como veremos en su momento en la atribución de una expectativa, exige que sea
identificable el sujeto titular del deber correspondiente; y que por tanto, aunque las
constituciones sean charlatanas en las promesas de derechos, estas promesas son serias, es decir
lógicamente consistentes, únicamente si van acompañadas por la identificación de los
correlativos deberes y de los sujetos, públicos o privados, a los que se imputan estos deberes. Lo
mismo debe decirse de las responsabilidades y de las anulabilidades, que son, también ellas
expectativas (de sanción y de anulación) cuya consistencia depende de la predeterminación de
los sujetos obligados a declararlas. Podemos en efecto demostrar -sobre la base de una definición
semántica de «efectividad» como la comisión de comportamientos que obedecen a una
obligación o satisfacen una expectativa positiva y como la omisión de los comportamientos que
violan una prohibición o una expectativa negativa- que una expectativa es efectiva si y sólo si
es obedecida la obligación o no desobedecida la correspondiente prohibición, siendo su
satisfacción o su violación respectivamente equivalente a la obediencia del uno y a la
desobediencia del otro8.
Analizaré ampliamente, en el curso de la teoría, la estructura de las diversas situaciones
jurídicas y, en relación con las relaciones deónticas que se dan entre sus titulares, las diversas
técnicas y condiciones que aseguran su efectividad. Estas condiciones, podemos sin embargo
afirmar desde ahora, no son otra cosa más que las «garantías», que por ello representan las
figuras centrales de la teoría que trato de desarrollar. Esas garantías serán divididas, con relación
al Derecho, en dos clases: por un lado las «garantías primarias», las cuales consisten, en
relación con las expectativas positivas y las negativas que como veremos forman los contenidos
de los derechos subjetivos, en las obligaciones y en las prohibiciones implicadas por ellos, como
afirman las tesis T43 e T45, por lo que hace a los sujetos en relación deóntica con sus titulares;
por otro lado las «garantías secundarias», que consisten en las obligaciones (de aplicar la
sanción o de declarar la anulación)
8
Definida «realización» como el comportamiento que forma el argumento de una modalidad o de una expectativa,
será posible definir como «efectivas» las facultades, las obligaciones y las expectativas positivas de las cuales se
da la realización, así como las prohibiciones y las expectativas de las cuales no se da la realización; e, inversamente,
será posible definir como «inefectivas» las prohibiciones y las expectativas negativas de las que se da la realización
así como las facultades, las obligaciones y las expectativas positivas de las que no se da la realización. Allí donde
las modalidades y las expectativas sean reglas, será preciso además hablar de «grado de efectividad (o de
inefectividad) en el tiempo t» de acuerdo con el número de sus realizaciones o de sus no realizaciones en el tiempo
t.
250
Luigi Ferrajoli
correspondientes a las expectativas positivas que forman el contenido de la sancionabilidad y de
la anulabilidad generadas, como efectos específicos, respectivamente por los actos ilícitos y por
los actos inválidos. También las garantías secundarias, como veremos en su momento, reenvían
a relaciones jurídicas: precisamente a las relaciones entre las obligaciones (por lo que hace a
órganos judiciales) y las correlativas expectativas positivas (de aplicación de la sanción o de
declaración de la anulación) producidas por la desobediencia de las obligaciones o de las
prohibiciones en las que consisten las garantías primarias. La diferencia entre las dos clases de
garantía -que justifica la calificación de la primeras como «primarias» y de las segundas como
«secundarias», así como la calificación como «primarias» y como «secundarias» de las normas
que respectivamente las prevén- se encuentra sin embargo en el hecho de que mientras que la
obediencia de las primeras equivale siempre a la satisfacción en vía primaria de los derechos
garantizados, la de las segundas entra en acción eventualmente, como remedio prestado por el
ordenamiento para prevenir o reparar la desobediencia de las primeras por obra de actos ilícitos
o de actos inválidos.
Defino pues las garantías sobre la base de las relaciones deónticas identificables entre
expectativas y modalidades en el interior de cualquier sistema normativo. Entenderé en efecto
con esta expresión las modalidades imperativas de cuya obediencia depende la satisfacción o la
no violación de las expectativas que son su argumento.
D11 «Garantía» es la obligación correspondiente a la expectativa positiva que es su
argumento.
(y'')(y')(GARy'' y' ≡ Μ ( ∑ x)( Ο Β Ly' ' x ⋅ Α SPy' x))
Deriva de ello que también es una garantía la prohibición correspondiente a la
expectativa negativa que es su argumento (T47); de forma que, en su conjunto, las garantías
equivalen a la suma de las obligaciones y de las prohibiciones correspondientes a las
expectativas de que se trate (T48).
T47 (y'')(y')(GARy'' y' ≡ M(∑ x)(DIVy'' x ⋅ ASPy' zx))
D11, T24
T48 (y'')(y')(GARy'' y' ≡ M(∑ x)((OBLy'' x ⋅ ASPy' x) v
(DIVy'' x ⋅ ASPy' zx)))
D11, T47
Podemos llamar «garantías positivas» a las garantías que consisten en obligaciones y
«garantías negativas» a las que consisten en prohibiciones. Precisamente, las obligaciones son
las garantías positivas de las correspondientes expectativas positivas (T49) y las prohibiciones
son las garantías negativas de las correspondientes expectativas negativas (T50). Inversamente,
las expectativas positivas tienen siempre su garantía en la obligación correspondiente (T5l), y
las negativas la tienen siempre en la prohibición correspondiente (T52). Y puesto que la relación
entre expectativas y las correspondientes modalidades imperativas es la relación deóntica entre
los
Expectativas y garantías. Primeras tesis de una teoría...
251
sujetos que son titulares de las unas y de las otras, las garantías no son otra cosa más que el lado
activo, o sea las modalidades, de las relaciones deónticas de las que las expectativas garantizadas
son el lado pasivo (T54), y viceversa (T55).
D11, T31
T49 (y'')(M( x)OBLy'' x− > ( y')(GARy'' y'⋅M( x)ASPy' x))
∑
∑
∑
T50 (y'' )(M(∑ x)DIVy' ' x − > (∑ y')(GARy'' y'⋅M(∑ x)ASPy' zx)) T47, T32
T51 (y'' )(M( ∑ x)ASPy' x − > (∑ y' ' )(GARy'' y'⋅ M(∑ x)OBLy' ' x)) D11, T31
T52 (y' )(M(∑ x)ASPy' zx − > ( ∑ y'' )(GARy' ' y'⋅ M(∑ x)DIVy'' x)) T47, T32
T48, T49, T50
T53 (y')(y'')(GARy'' y' ≡ M(∑ z'')( OBLy'' x v DIVy'' x))
T54 (y'')(y')(GARy'' y' − > ( ∑ z'')( ∑ z'')(MODy''⋅TITz''y''⋅RADz'z ⋅
TITz' y'⋅ASPy'))
P3, D9, T21, D10, D11
¿Pero qué quiere decir que una expectativa implica siempre como garantía la obligación
por parte de otro sujeto de satisfacerla o la prohibición de no violarla? Quiere decir,
simplemente, que las garantías realizan, a nivel teórico, la completitud deóntica del sistema. De
hecho, sin embargo, en un sistema nomodinámico como el derecho positivo esta completitud
puede faltar. Es muy posible, al no ser el nuestro un mundo deónticamente perfecto, que una
norma jurídica atribuya una expectativa bajo la forma de derecho subjetivo sin indicar los sujetos
obligados a satisfacerla: es el caso, por ejemplo, de los derechos «al trabajo» y a «la salud»
enunciados por los artículos 4 y 32 de la constitución italiana. En este caso tenemos un contraste
entre la teoría y el sistema deóntico que constituye su objeto. La ausencia de garantías se
resuelve, en efecto, en una laguna deóntica que en el plano teórico parecería no permitir, hasta
que no sea colmada, hablar de expectativa, ni por tanto de «derecho subjetivo». Pero donde esté
previsto por una norma jurídica positiva, como en los ejemplos que acabamos de poner, un
derecho subjetivo, y por tanto una expectativa, jurídicamente existe, y no puede ciertamente ser
ignorado por la teoría. Se sigue de ello que la laguna debe ser resuelta por alguien -intérprete o
legislador. Y es precisamente en este deber ser de su solución donde reside la obligación
implicada por el derecho proclamado: que es una relación por así decir de segundo grado, dado
que opera sobre el intérprete y/o el legislador como «obligación de obligar», o sea de introducir
la modalidad imperativa que forma la garantía que falta.
Se pone de manifiesto de tal forma, a través de esta aporía, el carácter (no meramente
descriptivo sino) normativo que tiene la teoría en relación con los sistemas nomodinámicos y en
particular con el Derecho positivo: las lagunas deónticas, de forma no distinta de las antinomias,
señalan la existencia de contradicciones que exigen, si queremos tomarnos el Derecho en
252
Luigi Ferrajoli
serio, ser removidas por vía de interpretación o de legislación. Pero se pone de manifiesto
también el papel garantista del Derecho positivo en relación con aquellas expectativas
universales (omnium) que en su momento llamaré «derechos fundamentales». La estipulación
normativa de tales derechos equivale en efecto a la imposición de la formalización de las
prohibiciones y de las obligaciones correspondientes a ellos en el interior de ese sistema de
sujetos, de aparatos y de funciones que forma, como veremos en su momento, la esfera pública
del Estado de Derecho. Sin el Derecho penal, o sea sin la prohibición y el castigo como delitos
del homicidio, de las lesiones personales y del hurto, no existiría garantía de los derechos a la
vida o a la integridad personal o del derecho de propiedad. Sin leyes en materia sanitaria o de
educación obligatoria no existiría garantía de los derechos a la salud y a la educación. A causa
del carácter nomodinámico del Derecho positivo, prohibiciones y obligaciones correspondientes
a los derechos, aun siendo deducibles en el plano teórico de la enunciación de estos últimos, no
lo son sin embargo en el plano jurídico, en el que su existencia depende de su positiva
estipulación normativa.
Volveré más veces, en el curso de la teoría, sobre esta cuestión, decisiva para comprender
la estructura y la dinámica del Derecho moderno. Aquí importa subrayar que la identificación
normativa de ambos sujetos de las relaciones deónticas -tanto de los titulares de las expectativas
como de los titulares de las modalidades correspondientes- viene impuesta como condición de
consistencia, incluso antes que de efectividad, de cualquier figura deóntica. Estos sujetos, como
veremos analíticamente a propósito de las diversas situaciones jurídicas, pueden ser bien
«todos», bien «algunos». Dividiré por tanto, en la tercera parte de la teoría, las modalidades y
la expectativas jurídicas en «universales» (u omnium), en cuanto corresponden de la misma
forma a todos, como por ejemplo los derechos fundamentales y las prohibiciones penales;
«existenciales» (o singuli), en cuanto corresponden a individuos. como por ejemplo los derechos
y las obligaciones patrimoniales; «absolutas» (o erga omnes), en cuanto corresponden frente a
todos, como por ejemplo el derecho a la vida y el derecho de propiedad; «relativas» (o erga
singulum), en cuanto atañen frente a individuos, como los derechos de crédito y las deudas
correspondientes. La estructura de todo sistema normativo, y de forma particularmente articulada
la de los ordenamientos jurídicos, resultará caracterizada como una red compleja de relaciones
deónticas, horizontales y verticales, cuyos desgarros están representados por las lagunas
deónticas por obra de las cuales las relaciones deónticas están interrumpidas por defecto de
identificación de alguno de sus términos.
He llamado por lo demás lagunas deónticas a las lagunas generadas por la carencia de
garantías en general para distinguirlas de otro tipo de lagunas:
Expectativas y garantías. Primeras tesis de una teoría...
253
las que llamaré lagunas jurídicas y que consisten, por el contrario, en la carencia de los
presupuestos normativos u organizativos de las que he llamado antes garantías secundarias:
como la previsión normativa de sanciones para los actos ilícitos y de anulación para los actos
inválidos, la existencia de órganos encargados de su aplicación, el poder o el deber de actuar a
tal fin en juicio; en una palabra, la justiciabilidad de las violaciones jurídicas de las expectativas
y de los correlativos imperativos que forman sus garantías deónticas. Se trata, como veremos en
su momento, de un tipo de garantías (y en su ausencia, de lagunas) común a todas las situaciones
y, en particular, a todos los derechos subjetivos, tanto patrimoniales como fundamentales: a los
que consisten en expectativas positivas (como los derechos de crédito y los derechos sociales),
pero también a los que consisten en facultades y/o en expectativas negativas (como los derechos
de propiedad y de libertad), garantizados de la misma forma por un lado por el derecho de acción
y por el otro por la expectativa de sanciones o de anulación en caso de desobediencia de las
correspondientes prohibiciones de lesiones.
Obviamente las lagunas deónticas son más radicales, y por ello más intolerables, que las
lagunas jurídicas. Si en efecto son «imperfectos» los imperativos sin sanciones y los derechos
sin acción, son sin más inconsistentes las expectativas sin los correspondientes imperativos. Esto
depende del hecho de que las lagunas deónticas tienen carácter lógico, de forma que la existencia
de los imperativos correspondientes a las expectativas establecidas por el Derecho, así como de
los sujetos que son titulares de las mismas, ha de ser en la medida de lo posible reconocida e
integrada también por vía de interpretación, so pena de afirmar, en una vía de principio contraria
al carácter vinculante del Derecho mismo, su inconsistencia. Las lagunas jurídicas, por el
contrario, son lagunas de Derecho positivo, en el sentido de que los presupuestos de las garantías
jurídicas que faltan -desde el derecho de acción a la misma existencia de una jurisdicción que
tenga a su cargo la imposición de la sanción o de la anulación- no son implicadas lógicamente
por las expectativas garantizadas, sino producidas por actos normativos de Derecho positivo. En
ambos casos, el carácter en todo caso normativo de las expectativas carentes de garantías, a la
vez que tiene el riesgo de condenarlas a la inefectividad, genera antinomias que, al manifestarse
en incumplimientos ilegítimos, imponen a los operadores por una parte y a la doctrina jurídica
por otra, intervenciones reparadoras, de tipo legislativo o sólo interpretativo, dirigidas a colmar
o por lo menos a reducir las lagunas. Ésta es precisamente, en el Estado constitucional de
Derecho, la tarea principal tanto de la práctica jurídica como de la ciencia del Derecho.
(Trad. de Ángeles Ródenas y Juan Ruiz Manero)
254
Luigi Ferrajoli
APÉNDICE
El cálculo
El lenguaje de la teoría axiomatizada del Derecho (LT) es un lenguaje formalizado, que
tiene todas las propiedades formales establecidas por las reglas que aquí se enumeran
seguidamente y sólo estas propiedades. Tales reglas no pertenecen a la teoría y no son
formuladas en el lenguaje teórico. Son más bien expresiones meta-teóricas, formuladas en un
meta-lenguaje no formalizado, que determinan la estructura sintáctica de la teoría, esto es la
sintaxis (o lógica) del lenguaje teórico. Se dividen en dos clases: las reglas de formación y las
reglas de transformación.
En base a estas reglas serán formuladas en este apéndice, en el orden en el que han sido
introducidas y con la enumeración progresiva adoptada en el texto, todas las tesis aquí
propuestas: las tesis primitivas o indemostrables (postulados y definiciones), formadas sobre la
base de las reglas de formación, y las tesis no primitivas o demostradas (teoremas), obtenidas
en base a las reglas de transformación. La «demostración» de cada una de esta segunda clase de
tesis consistirá en una sucesión finita de expresiones, dispuestas en líneas distintas y numeradas,
a cuya derecha se escribirá la motivación, esto es si se trata de una premisa (postulado o
definición o teorema) o del resultado de la aplicación de una o más reglas a expresiones de las
líneas precedentes: en este último caso se escribirán primero los números de la línea o de las
líneas en las que se encuentran las expresiones a las que son aplicadas las reglas, y después el
nombre de la regla o de las reglas utilizadas para llevar a cabo su trasformación; la última línea
de la demostración es la expresión demostrada. En los casos en los que la demostración sea
particularmente simple, me limitaré a enunciar la tesis demostrada, escribiendo junto a ella sus
premisas y las reglas de transformación aplicadas a ellas. Es evidente que la relevancia teórica
de toda tesis se manifestará en el número y en la relevancia de las tesis que directa o
indirectamente la suponen como premisa.
Las reglas del lenguaje de la teoría
1. Reglas de formación- Las reglas de formación establecen los signos admitidos en el
lenguaje teórico y el modo en que los mismos pueden combinarse para dar lugar a expresiones
bien formadas. Se distinguen entre ellas dos grupos: las que enumeran los signos pertenecientes
al lenguaje teórico y las que prescriben la forma correcta de las expresiones que pueden
construirse con los diversos tipos de signos.
Expectativas y garantías. Primeras tesis de una teoría...
255
1.1. Signos.- Los signos son los elementos básicos del lenguaje de la teoría. A fin de
facilitar el cálculo determinado por las reglas de transformación, los signos se representan por
símbolos. Se dividen en signos descriptivos y en signos lógicos.
1.1.1. Signos descriptivos.- Los signos descriptivos son signos cargados de significado.
Se dividen en signos subjetivos y en signos predicativos.
1.1.1.1. Signos subjetivos.- Los signos subjetivos, o sujetos, designan «individuos».
Adopto como signos subjetivos las variables subjetivas, representadas simbólicamente por letras
minúsculas (x, y, z, x, x''...; y', y'',...; z', z'',...) eventualmente marcados, donde se han interpretado
en un dominio de acciones, por el functor z, de forma que se puede decir que una variable de
forma x denota la «comisión de la acción x», mientras que una variable de forma zx denota la
«omisión de la acción x».
1.1.1.2. Signos predicativos.- Los signos predicativos, o predicados, o constantes
predicativas, designan «propiedades» de individuos o «relaciones» entre individuos. Son los
términos en sentido propio del vocabulario de la teoría. Algunos se introducen como primitivos;
todos los demás son introducidos mediante definiciones. Su número total está destinado a
aumentar con el desarrollo de la teoría, a medida que van siendo estipuladas nuevas definiciones.
Adopto aquí, como signos predicativos, catorce términos, representados por las tres letras
mayúsculas por las que empieza su nombre:
PER = permiso
primitivo
MOD = modalidad
primitivo
ASP = expectativa
primitivo
SOG = sujeto
primitivo
FCO = facultativo
D1
VIE = prohibido
D2
OBB = obligatorio
D3
PEM = permisión
D4,D5
FAC = facultad
D6
OBL = obligación
D7
DIV = prohibición
D8
TIT = titular
D9
RAD = relación deóntica
D10
GAR = garantía
D11
1. 1.2. Signos lógicos.- Los signos lógicos son signos carentes de significado que operan,
en base a las reglas de transformación más adelante indicadas, sobre los signos descriptivos
combinados en enunciados simples
256
Luigi Ferrajoli
(1.2.1), dando lugar a enunciados compuestos (1.2.2) o a proposiciones (1.2.3). Se dividen en
signos conectivos y en signos operadores.
1.1.2.1. Signos conectivos.- Los signos conectivos son los signos mediante los cuales las
expresiones del tipo indicado en 1.2.1 se combinan entre sí para la formación de los enunciados
compuestos indicados en 1.2.2. Adopto como conectivas estos cinco símbolos:
«¬ » = «no»
(negación)
(conjunción)
«A» = «y»
«v» = «o»
(disyunción)
(implicación)
«− > » «si... entonces»
(equivalencia)
«≡ » = «...si y sólo si»
1.1.2.2. Signos operadores.- Los signos operadores se distinguen en operadores de
cuantificación y en operadores modales.
1.1.2.2.1. Los operadores de cuantificación, o cuantificadores son signos que operan
sobre expresiones del tipo indicado en 1.2.1 y en 1.2.2 trasformándolas en las proposiciones
indicadas en 1.2.3. Se expresan por medio de dos símbolos: «(x)» = «para todo x vale que...»
(cuantificador universal) y «(3x)» = «existe al menos un x tal que» (cuantificador existencial).
1.1.2.2.2. Los operadores modales son signos que operan sobre expresiones del tipo
indicado en 1.2.3. Se expresan por medio de los símbolos: M = «es posible que» y L = «es
necesario que»
1.2. Expresiones.- Las expresiones son combinaciones de signos. Se distinguen tres tipos
de expresiones «bien formadas», que subyacen a otras tantas reglas de formación: los enunciados
simples, los enunciados compuestos y las proposiciones.
1.2.1. Enunciados simples.- Los enunciados simples, o contextos, son expresiones
formadas por una constante predicativa (functor) seguida por un cierto número de variables
subjetivas (argumentos). Si el predicado es functor de un solo argumento él mismo designa una
«propiedad» de él y se llama monádico; si por el contrario es functor de dos o tres o cuatro o más
argumentos, designa la«relación» binaria, o ternaria o cuaternaria que se da entre ellos, y se
llama diádico, o triádico o tetrádico o, más genéricamente, poliádico. Son enunciados simples
bien formados, por ejemplo, contextos como OBBx, que se lee «x es obligatorio»; OBLyx, que
se lee «y es obligación de x»; SOGzy, que se lee «z es sujeto de y».Por simplicidad, convengo
sin embargo en emplear, en la presente teoría, únicamente predicados monádicos o diádicos.
1.2.2. Enunciados compuestos.- Los enunciados compuestos son enunciados que resultan
de una conexión de enunciados simples mediante los
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signos conectivos. Son también llamados funciones enunciativas, dado que su valor de verdad,
esto es su verdad o falsedad, depende del valor de verdad de las expresiones que los componen.
Para indicar los enunciados parciales y a su vez compuestos que los componen, usaré el
paréntesis redondo «(» y «)»: como, por ejemplo, en expresiones del tipo
«VIEx − > (PERzx ⋅ ¬ PERx)» , que se lee «si x es prohibido, entonces está permitida su
omisión y no está permitida su comisión».
1.2.3. Proposiciones.- Las proposiciones o tesis son expresiones resultantes de la
aplicación a un enunciado de un operador de cuantificación y eventualmente de un operador
modal. Son las únicas expresiones de las cuales es posible la verificación empírica, esto es de
las cuales tiene sentido decir que son verdaderas o falsas. Tienen formas del tipo: (x)(PERx v
/
( 3 y ' ' ) O B L y ' ' x )
P E R z x ) ,
( x ) ( 3 y ' ) A S P y ' x
∑
∑
∑
o (y' )(M(
x ) ΑSPy' x − > ( y' ' )( GARy' ' y' ⋅Μ ( x ) OBLy' ' x )) ,
q u e
respectivamente se leen: «para todas las x vale que: o x es permitida o no-x es permitida», «para
todas las x vale que: decir que existe una y' que es su expectativa equivale a decir que existe una
y'' que es su obligación correspondiente», y «para todas las y', si y' es expectativa de x, entonces
tiene como garantía una y'' que es la obligación a ella correspondiente».
2. Reglas de transformación.- Las reglas de transformación, o reglas lógicas, establecen
el conjunto de las operaciones -o cálculo- que pueden ser llevadas a cabo sobre las expresiones
formadas en base a las reglas de formación. A diferencia de las expresiones teóricas, las fórmulas
con las que se expresan carecen de sentido, siendo meras tautologías, lógicamente verdaderas
cualquiera que sea el valor de verdad asociado a las expresiones que las componen.
La función de tales reglas es la de determinar las relaciones formales que por medio de
los signos lógicos, cuyo uso caracterizan, pueden ser válidamente instituidas entre las
expresiones; y por ello permitir la derivación de proposiciones verdaderas de otras proposiciones
precedentemente aceptadas como verdaderas. Estas últimas proposiciones se llaman, una y otra
vez, premisas; la proposición derivada se llama conclusión o teorema; la serie de las operaciones
que conducen de las premisas a la conclusión se llama demostración. Puesto que todas las
proposiciones de la teoría no introducidas axiomáticamente como postulados o como
definiciones son teoremas demostrados en base a premisas, esto es a postulados o a definiciones
o a teoremas ya demostrados de forma análoga, la aceptación de los postulados y de las
definiciones comporta la aceptación de la verdad de todas las demás tesis de la teoría.
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Distinguiré las reglas de transformación en tres clases: las del cálculo de enunciados, las
del cálculo de predicados, y las del cálculo modal. Proporcionaré para cada una de las mismas
los axiomas y las reglas de inferencia, escogidos de forma que satisfagan tres requisitos: la
independencia, es decir su no demostrabilidad en base a otros axiomas o reglas; la coherencia,
es decir la no demostrabilidad en base a ellas de una expresión y de su negación; la completitud,
es decir la demostrabilidad en base a ellas de todas las expresiones lógicamente válidas. Para
facilitar y simplificar el cálculo, emplearé después, además de los axiomas y de las reglas en
principio suficientes para los fines de las demostraciones, también una serie de leyes lógicas
derivadas de ellas.
2.1. Reglas del cálculo de enunciados.- Adopto como axiomas y como reglas de
inferencia del cálculo de enunciados los quince axiomas del sistema de Hilbert y Bernays,
idóneos para caracterizar el comportamiento de las cinco conectivas, así como las reglas
llamadas de la sustitución y del reemplazo. Añado cinco grupos de leyes, derivadas de los
axiomas y de las reglas ya dichas y relativas ellas también al uso de las cinco conectivas.
2.1.1. Axiomas de la lógica de los enunciados.
A1.1. p − > (q − > p)
A1.2 (p − > (p− > q)) − > (p − > q)
A1.3 (p − > q) − > ((q − > m) − > ( p − > m))
A2.1 (p ⋅ q) − > p
A2.2 (p ⋅ q) − > q
A2.3 (p − > q) − > (( p− > m) − > ( p− > ( q ⋅ m))
A3.1 p− > (p v q)
A3.2 q − > (p v q)
A3.3 (p − > m)− > ((q − > m) − > (( p v q) − > m))
A4.1 (p ≡ q)− > (p− > q)
A4.2 (p ≡ q) − > (q − > p)
A4.3 (p − > q) − > (( q − > p) − > ( p ≡ q ))
A5.1 (p − > q) − > ( ¬ q − > ¬ p)
A5.2 p− > ¬ ¬ p
A5.3 ¬ ¬ p − > p
2.1.2. Reglas de inferencia
SOS (Regla de sustitución): Sustituyendo simultáneamente en una expresión válida H
todas las menciones de una misma variable subjetiva con la misma variable subjetiva, se obtiene
una nueva expresión válida H', equivalente a H.
RIM (Regla del reemplazo): Reemplazando en el interior de una misma expresión H una
cierta expresión Z con una nueva expresión E de la que ya
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sea conocida su equivalencia con Z, se obtiene una expresión H' equivalente a la expresión dada
H.
2.1.3. Leyes lógicas.
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2.2. Reglas de la lógica de predicados
2.2.1. Axiomas de la lógica de predicados.- Adopto como axiomas del cálculo de
predicados dos axiomas y dos reglas, que caracterizan el uso de los dos cuantificadores; y como
leyes lógicas cuatro grupos de tesis relativas respectivamente a su negación, distribución,
limitación e implicación:
(ejemplificación universal)
A 6 (EU) (x)Px− > Px
A 7 (GE) Px − > (∑ x)Px
A8 (EE) ( ∑ x)Px − > Px
A 9 (GU) Px − > (x)Px
(generalización existencial)
(ejemplificación existencial)
(generalización universal)
Las reglas A8 y A9 son aplicables con dos órdenes de restricciones: la EE sólo si la
variable liberada en base a ella viene después sucesivamente cuantificada con la aplicación de
la GE; la GU sólo si la variable cuantificada en base a ella había sido anteriormente liberada con
la aplicación de la EU.
2.2.3. Leyes lógicas
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2.3. Reglas de la lógica modal.- Adopto como axiomas del cálculo modal, idóneos para
caracterizar el comportamiento de los dos operadores modales, seis axiomas -de los que los cinco
primeros corresponden al sistema S5 de G. E. Hughes y M. J. Cresswell, y el sexto a la fórmula
de R. C. Barcan. Añado un séptimo axioma (A/6), que es un axioma específico de la presente
teoría y que equivale en realidad a un esquema de postulado de nivel, respecto a los otros,
metateórico: en base a él, para los términos de la teoría usados bien como monádicos bien como
diádicos vale que, allí donde sean predicados como propiedad de un argumento, lo son también
como relaciones con otro posible argumento, y viceversa:
2.3.1 Axiomas del cálculo modal.
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DOXA 20 (1997)
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