LA INFORMACIÓN ESTADÍSTICA SOBRE LA JUSTICIA EN VENEZUELA Por Rogelio Pérez Perdomo y Laura Louza Las estadísticas en materia de justicia tienen generalmente dos funciones en cualquier país. Una función puede llamarse de gestión: la estadística permite a los órganos de supervisión del sistema evaluar los servicios que están prestando, los eventuales cuellos de botella u otras debilidades en la operación de los sistemas y, en particular, el desempeño individual de los operadores de justicia. La segunda función no es menos importante: es la rendición de cuentas al público en general sobre el desempeño de los sistemas. Es así que las estadísticas de justicia deberían informarnos sobre lo que ingresa y procesa el Poder Judicial, el Ministerio Público, las policías, el sistema penitenciario, las notarías y registros y otros organismos del sistema de justicia1. Las estadísticas de justicia no son necesariamente el reflejo de fenómenos o realidades sociales, pero son fotografías en el tiempo de la acción de los operadores principales del sistema. Así, las estadísticas de criminalidad realmente no nos dicen cuántos crímenes se cometen en un país, sino cuántos han llegado a conocimiento de la policía. Este dato es muy importante porque puede revelar la propensión de denuncia en el público. Como tenemos otros mecanismos para apreciar el nivel de la delincuencia (por ejemplo, encuestas de victimización o nuestra experiencia como ciudadanos) la estadística delictiva nos dice algo sobre la acción de la policía y el lugar de ésta en la sociedad. Por otra parte, la información estadística tiene sentido cuando los datos del presente se comparan con los del pasado. Por eso es tan importante la llamada serie estadística. Como esto puede aparecer abstracto usemos un ejemplo: supongamos que la estadística muestre que el número de delitos, o el de determinados delitos como robo u homicidio, haya descendido. Esto puede significar varias cosas. Generalmente los funcionarios del área desean presentarlo como un logro de políticas oficiales que han hecho disminuir la delincuencia, pero esto no es sino uno de los significados posibles. Podría significar también que se haya incrementado la desconfianza frente a la policía y que la población haga menos denuncias. Puede también ocurrir que haya una nueva 1 Según el artículo 253 de la Constitución: “El sistema de justicia está constituido por el Tribunal Supremo de Justicia, los demás tribunales que determine la ley, el Ministerio Público, la Defensoría Pública, los órganos de investigación penal, los o las auxiliares y funcionarios o funcionarias de justicia, el sistema penitenciario, los medios alternativos de justicia, los ciudadanos que participan en la administración de justicia conforme a la ley y los abogados autorizados para el ejercicio”. definición de homicidio o de robo. En consecuencia, para entender el significado de una serie estadística se requiere de análisis y la consideración de otras fuentes de información. Como hay varios organismos que producen información estadística tiene el mayor sentido analizar la relación entre cifras de distinto origen. Así, al cruzar la información entre casos conocidos o resueltos por la policía y casos ingresados en los tribunales penales en un determinado período de tiempo, puede evaluarse si el sistema policial y el judicial operan armoniosamente. Por ejemplo, una cifra muy superior de casos policiales sobre casos judiciales puede indicar que la policía está tomando decisiones que no le corresponden o que la administración de justicia es ineficaz e ineficiente. Una cifra superior de casos judiciales sobre casos policiales puede significar el uso de definiciones distintas. En otros ámbitos de actividad del sistema de justicia, la información estadística puede ser muy importante. Por ejemplo, la comparación entre las cifras de documentos notariados y registrados (que en general reflejan la actividad de negocios) y la cifra de demandas introducidas en tribunales civiles patrimoniales y mercantiles puede producir una tasa de litigiosidad, un dato que quienes se ocupan de la marcha de un sistema de justicia no deberían ignorar. En el mismo sentido, la comparación de la información cuantitativa de matrimonios contrastada con demandas de divorcio, indica la tasa de divorcialidad. Esto es importante porque las cifras de divorcio no tienen demasiada significación por sí mismas. Tales cifras pueden decirnos algo comparadas con la población y con los matrimonios que se realizan en un país. Los datos estadísticos que se publican tienen también un significado sobre la relación entre quien recoge la información y el público a quien está destinada la publicación. En materia de justicia la estadística es una rendición de cuentas de la actividad de los organismos del estado con competencia en la justicia. Cuando vemos que los organismos que producen la estadística no definen los términos y que el lector sólo puede tratar de adivinar lo que significan los términos no hay transparencia en la rendición de cuentas. Puede ser que el organismo del estado simplemente sea negligente en definir los términos y en asegurarse que se entienda el significado de los datos. O, más grave, puede significar que el organismo del estado desea confundir sobre su acción. Es bien conocido que en determinados momentos, los organismos estadales pueden oscurecer las cifras con determinados propósitos. Por ejemplo, un organismo estatal puede estar interesado en que las cifras delictivas aparezcan más bajas para mostrar su eficacia controlando la delincuencia o puede abultarlas para convencer al público que necesita un mayor financiamiento para atender el problema. Con todas las limitaciones que puede significar la información estadística es bueno facilitar el acceso para que aquellos que necesiten o deseen trabajar con esa información puedan hacerlo con comodidad. La información estadística recogida sin transparencia o con negligencia, o los frecuentes cambios en el tipo de información que se publica, hacen menos útil o más complicado trabajar con la información estadística, pero aun así la información es extraordinariamente útil, pues la negligencia o la falta de transparencia también dice mucho de la manera cómo funciona un sistema de justicia. En todo caso, cualquier información estadística requiere que la tomemos con un espíritu crítico. El peor pecado que puede cometerse es confundir la estadística con la realidad. Las estadísticas en materia de justicia en Venezuela se han publicado tradicionalmente en el Anuario Estadístico Venezolano y también en las memorias y otras publicaciones de organismos como el extinto Consejo de la Judicatura, el Ministerio del Interior y Justicia, el Ministerio Público y varias otras instituciones del sistema de justicia. El Tribunal Supremo de Justicia a partir del año 2000 se ha encargado de las estadísticas de la administración de justicia a través de su página web (www.tsj.gov.ve) y de su “Informe Anual”. El problema es que las estadísticas se publican por año y por separado, con lo cual se hace difícil la comparación de datos de distinta fuente y el análisis de la tendencia ya que no se organizan en series. En consecuencia, tampoco se hacen publicaciones que expliquen las tendencias, sus cambios o evolución. Debe decirse además que desde el año 2004 el Anuario Estadístico Venezolano no ha sido publicado. Así que, a partir de ese año, no hay estadísticas sobre el sistema de justicia publicadas por un órgano especializado. El Tribunal Supremo de Justicia hace referencia fundamentalmente a asuntos ingresados y a expedientes decididos. El informe anual además clasifica los expedientes decididos según el tipo de recurso o acción a que se refieren. Se observa que hay cifras diferentes entre los informes anuales y la página web, lo que puede hacer dudar de la fiabilidad de los datos. Asimismo, llama la atención que lo que se clasifica como expedientes decididos no son casos concluidos, sólo son decisiones sobre una solicitud que no necesariamente terminan el caso. Únicamente, existen estadísticas sobre asuntos ingresados y asuntos resueltos, que a veces parecieran indicar que los tribunales resuelven más casos de los que ingresan. El punto es que “asunto” no es equivalente a “caso”. Al contrario, cada caso puede generar un número indeterminado de asuntos ingresados y resueltos. Un indicador que se aproxima a la resolución de un caso es el número de sentencias definitivas. Debe añadirse que el Tribunal Supremo de Justicia no informa sobre el número de sentencias definitivas, sino sobre el número de expedientes decididos. El problema es que la resolución de un expediente no necesariamente implica la emisión de una sentencia definitiva. De hecho, en el número de expedientes decididos se incluye cualquier decisión que ponga fin al asunto, como la inadmisión de un recurso, aunque no se decida sobre el fondo de lo planteado y en consecuencia, no resuelva el conflicto, es decir, el caso. El Tribunal Supremo de Justicia no publica el informe anual desde el año 2011, es decir, se podría decir que no hay una publicación oficial de estadísticas de lo ocurrido a partir de 2012 en el ámbito de la administración de justicia. Aunque en su página web se encuentra la información de asuntos ingresados y expedientes decididos del Tribunal Supremo de Justicia, no está la de los demás tribunales (salvo por la los tribunales que aplican la LOPNA), ni la relacionada al número de expedientes decididos por materia, ya que esto sólo se encuentra en el informe anual. Se nota el esfuerzo en este ámbito que ha hecho la Dirección Ejecutiva de la Magistratura al poner en su página web un formato para recopilar datos y obtener indicadores que los tribunales deben compilar. Es más completo que lo que publica el Tribunal Supremo de Justicia. Sin embargo, si se ingresa a la página web de la Dirección Ejecutiva de la Magistratura en la sección de estadísticas judiciales y más precisamente de informes, aparece la planilla con las casillas en blanco. Pareciera que la Dirección Ejecutiva de la Magistratura no ha tenido mucho éxito en este ámbito. Si se le solicita personalmente la información, por lo general, desde 2008 no la provee2. Debe destacarse que la falta de estadísticas oficiales en la actualidad no es un problema sólo del Poder Judicial, sino del Estado venezolano. El informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos publicado en 2010 titulado “Democracia y Derechos Humanos en Venezuela” en la página 14 manifiesta su preocupación por “la falta de acceso a información pública” y el propio Estado reconoce “que está haciendo lo imposible por superar el problema de la falta de información de los organismos públicos, en particular de información estadística”. A pesar de esta situación, todavía se puede encontrar bastante información sobre lo que ocurre en la administración de justicia venezolana. Esta información la proveen organizaciones no gubernamentales, organismos internacionales, los medios de comunicación e investigadores que logran tener acceso a datos oficiales y los organizan. La página web del Tribunal Supremo de Justicia en que se publican todas las sentencias resulta también una excelente fuente de información que permite conocer datos que no están de forma sistematizada en el informe anual, ni en la propia página web. El reciente estudio estadístico del abogado Antonio Canova 3 en que analiza cada una de las sentencias de la Sala Político Administrativa de 2007 y el primer semestre 2 Hemos enviado estudiantes que preparan trabajos de grado de derecho de la Universidad Metropolitana y no han recibido la información. El organismo dice no disponer de ella. 3 Titulado: Las realidades del Contencioso Administrativo Venezolano, publicado por Funeda en Caracas en el año 2009. de 2008 para mostrar cuántas sentencias definitivas se dictan y a favor de quién, es una excelente demostración de esto. Evidentemente el Internet también es una herramienta fundamental para que se divulgue y sea más accesible la información. Llama la atención la gran cantidad de blog que contienen información sobre lo que ocurre en Venezuela que permiten recopilar estadísticas, aunque en este ámbito debe tenerse cuidado con la confiabilidad de la fuente y de la forma en que se analiza.