25 LATERCERA Jueves 21 de julio de 2016 Mundo El Rey de España gana protagonismo ante la incertidumbre política R El Rey puede convertirse en una instancia persuasiva y de influencia, según un experto. FOTO: AP R Eso ante la posibilidad de que nadie logre los apoyos suficientes para convertirse en jefe de gobierno. RR La nueva presidenta del Congreso, Ana Pastor, se reune ayer con el Rey Felipe VI. Miquel Alberola (El País) Madrid La inseguridad sobre el desenlace de la investidura para formar gobierno en España vuelve a poner el foco sobre el papel del Rey Felipe VI en la inminente ronda de contactos con los líderes de partidos con representación parlamentaria. La tarea del Rey en la renovación de las Cortes y en la investidura ha dejado de ser una mera diligencia ritual desde que las elecciones del 20 de diciembre pasado afloró la nueva realidad electoral de España, con una fragmentación en los resultados y en las posiciones de complicada combinatoria. Sin embargo, la solución al atasco político no está en sus manos, sino en la de los partidos. La figura del monarca se perfila ante muchas miradas como la clave para salir del callejón sin salida en el que está la política española. La incapacidad de los políticos para llegar a acuerdos, a menudo, proyecta expectativas en el jefe del Estado que exceden su cometido. Incluso desde ámbitos interesados se le pide una mayor implicación. Sin embargo, al Rey le co- rresponde “proponer el candidato del gobierno y, en su caso, nombrarlo, así como poner fin a sus funciones en los términos previstos en la Constitución”, como fija el artículo 62 de la Constitución. El artículo 99 desarrolla ese mecanismo, según el cual tras la renovación del Congreso, “previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos” y a través del presidente del Congreso “propondrá un candidato” para la jefatura de gobierno para la investidura. En cuanto a la potestad de proponer candidato a la presidencia de gobierno, según la sinopsis del artículo 62 realizada por el letrado de las Cortes Generales, José Fernando Merino Merchán, su “facultad de propuesta es absoluta y libérrima, solo limitada por las previas consultas con los representantes de los grupos, que a su vez no le vinculan ni le atan su voluntad”, si bien, señala, esa función debe estar influida por la correlación de fuerzas existentes. En el caso en el que ningún partido haya logrado la mayoría absoluta, como sucede tras los comicios del 26 de junio, el poder de propuesta del Rey presenta mayor margen de discrecionalidad. La propuesta, en todo caso, debe hacerse “en primer lugar al partido que haya obtenido mayoría absoluta, y en su defecto el que tenga más escaños”. Si los criterios fracasan, es el momento de los candidatos obtenidos por coalición. El Rey es una instancia persuasiva y de influencia, según la sinopsis de Merino Merchán. Tiene unas funciones arbitrales y moderadoras que se fundamentan en la neutralidad a la que le obliga su permanencia frente a la eventualidad del Congreso. Al Rey concierne facilitar el proceso, pero más allá de las llamadas a la responsabilidad y al entendimiento que pueda hacer en sus audiencias, el desenlace está sustancialmente en manos de los partidos, que deben hacer el recorrido previo antes de ser recibidos por el jefe del Estado. Fuentes del palacio de La Zarzuela ya lamentaron en el anterior proceso, que desembocó en una nueva convocatoria de elecciones, que “alguien podía haber acudido con las sumas hechas”. “La solución está en la otra ventanilla”, insisten de nuevo.b