INMIGRACIÓN, SOCIEDAD Y ESCUELA. UNA REVISIÓN Alfonso García Martínez y José A. Rabadán Rubio [email protected] y [email protected] Universidad de Murcia Facultad de Educación Campus Universitario de Espinardo Espinardo 30100 Murcia TLF. 968364039 630914982 CURRICULUM: Alfonso García Martínez es Doctor en Pedagogía y Doctor en Filosofía. Actualmente es Profesor Titular de Universidad en la Facultad de Educación de la Universidad de Murcia, donde imparte la disciplina de “Educación Intercultual Y racismo”, y Director del Grupo de Investigación “Educación, calidad de vida y desarrollo”. Ha publicado, entre otros, los siguientes libros: Del racismo a la interculturalidad (Editorial Narcea, Madrid, 1998), y La construcción sociocultural del racismo. Análisis y perspectivas (Editorial Dykinson, Madrid, 2004). José Antonio Rabadán Rubio es Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación (Pedagogía) por la Universidad de Murcia. Desarrolla su labor docente e investigadora en el Departamento de Teoría e Historia de la Educación. Forma parte del Grupo de Investigación “Educación, calidad de vida y desarrollo”. Como parte de este último grupo, se especializa en las disciplinas de Pedagogía Social, aplicando sus teorías al campo de las relaciones interculturales, con diversos trabajos publicados sobre el tema. RESUMEN A pesar de la creciente, afortunadamente, masa de estudios e investigaciones sobre el fenómeno migratorio, tanto en España como en el conjunto de la Unión Europea, aún existe una serie de elementos que, quizá por darlos por sentados, no dejan de crear una cierta sensación de confusión. Este trabajo, que nos sirve en cierto modo de visión retrospectiva, está orientado a revisar algunas de las temáticas que los análisis sobre los contextos de pluralidad sociocultural, en nuestro caso plasmada en la presencia de poblaciones inmigrantes y/o minoritarias, suelen dejar de lado, probablemente por suponer que es algo de todos conocido. A pesar del riesgo de la redundancia que entraña y con cierto afán didáctico, tratamos de pasar revista a algunas de las implicaciones que la nueva situación intercultural conlleva. PALABRAS CLAVE: Inmigración, Interculturalidad, Sociedad plural, Educación intercultural, Respuestas a la diversidad 1 ABSTRACT: In spite of the increasing one, lucky, mass of studies and investigations on the migratory phenomenon, both in Spain and in the set of the European Union, still exists a series of elements that, probably for giving them seated, do not stop creating a certain sensation of confusion. This work, which serves us in certain way of retrospective vision, is orientated to check some of the subject matters that the analyses on the contexts of sociocultural plurality, in our case formed of the presence of immigrant and / or minority populations, are in the habit of leaving of side, probably for supposing that it is something of all known. In spite of the risk of the redundancy that contains and with certain didactic zeal, we try to inspect to some of the implications that the new intercultural situation bears. KEY WORDS: Immigration, Interculturality, Plural Society, Intercultural Education, Answers to the Diversity. INMIGRACIÓN, SOCIEDAD Y ESCUELA. UNA REVISIÓN Alfonso García Martínez y José A. Rabadán Rubio Universidad de Murcia INTRODUCIÓN La inmigración, no es, desde luego, un tema abordable en un espacio breve, sin correr el riesgo de desvirtuar en buena medida su objeto o, como mínimo, de simplificar muchos de los aspectos que le conciernen. Por ello optamos por intentar explicar algunas de las conclusiones a las que nuestras investigaciones sobre el tema nos han conducido en los últimos veinte años. Porque los fenómenos migratorios no son fenómenos de hoy, sino que son tan viejos como la propia humanidad, quizá como consecuencia de que el ser humano no tiene raíces sino pies. Tampoco las investigaciones y los análisis sobre la inmigración en nuestro país, son de hace un año. Lo que sí sucede es que, por razones múltiples, dichos análisis no llegan o no son tenidos en cuenta por los gobernantes, ni tampoco por la 2 mayor parte de los ciudadanos. De modo que, reflejar sorpresa por lo que sucede actualmente es, en buena medida, una manifestación de nuestra propia falta de preocupación por los problemas que nos afectan. Es muy común que cuando aparecen situaciones sociales conflictivas se mira a la educación como única respuesta. Así ocurre con la multiculturalidad, que la reflexión pedagógica sobre este fenómeno social ha surgido como respuesta y posible solución al presumible conflicto social desencadenado por el hecho de que convivan varias culturas en un mismo espacio. Este es uno de los retos que tiene la educación en España y, por los datos sobre migraciones que tenemos, es previsible que se agudice en el futuro, porque nuestro espacio social, geopolítico y económico será cada vez más multicultural. Es indiscutible, por tanto, el hecho de que la sociedad española se tendrá que configurar como un sistema plural en todos los sentidos, y ello reclamaría (en realidad, lo reclama ya) un modelo diverso de pensar la educación y las prácticas educativas (Aguado, 1995 y 1996). El problema metodológico más importante quizá sea el derivado de plantear la interculturalidad en contextos donde los modelos monoculturales han tenido gran tradición. En todo caso, bien venido sea la gran cantidad de estudios que están apareciendo sobre la interculturalidad si ello nos ayuda a reflexionar desde diversas perspectivas (Escarbajal, 2006). Pero no solamente la educación ha de dar respuesta a la situación de conflicto, los planes de integración deberían abordar, en mayor profundidad, actuaciones en ámbitos políticos y mediáticos. Estos, influyen en exceso, en las personas autóctonas sobre la percepción de la inmigración y crean sistemáticamente estereotipos negativos no deseables, sobre todo si deseamos realmente eliminar la conceptualización del inmigrante como un problema para la sociedad que lo acoge. 1. ELEMENTOS DE REFLEXIÓN Por esa razón creemos oportuno reconsiderar algunos de los criterios básicos que deberían presidir la reflexión sobre las nuevas situaciones de pluralidad sociocultural en lo sucesivo: 1º- Distinción entre extranjeros e inmigrantes: Son categorías distintas que, sin embargo, no recoge la ley (Extranjería). 3 2º- El punto de partida del análisis debería ser que, dada la situación de los países exportadores de mano de obra, los inmigrantes laborales vienen a quedarse definitivamente (asentamiento estable). El retorno es un mito que se alimenta cada vez por menos tiempo. 3º- En consecuencia, el tema central es qué trato han de tener, en todos los aspectos de la vida, los nuevos ciudadanos (independientemente de las vías para acceder a la ciudadanía), en un país plural y democrático. 4º- El tema de los derechos y obligaciones de los inmigrantes es, pues, central así como lo es el respeto a las leyes, no pocas veces vulnerado por parte de los que ya estábamos aquí. 5º- Ello pone de manifiesto la necesidad de analizar tanto los procesos migratorios como los modelos de asentamiento en España de los diversos colectivos de inmigrantes. El objetivo es conseguir una convivencia no traumática, donde las diferencias socioculturales no sean una justificación para el enfrentamiento. 6º- Si bien es cierto que los nuevos pobladores pertenecen en su mayoría a la clase trabajadora, sus necesidades primarias y sus condiciones de vida, en relación con los trabajadores españoles y europeos a menudo se ha visto enturbiada por el racismo, que a su vez ha estado nutrido institucionalmente por el Estado, al asignarles estatutos de personas de segunda categoría, y al recortarles los presupuestos de vivienda, educación, salud y servicios sociales; esto ha provocado el incremento de las tensiones en muchos núcleos poblacionales de Europa. 7º- Pero, sin excluir que ciertos aspectos de la vida cotidiana lo sean, la inmigración no es un problema de identidad sociocultural específica sino “una oferta en el mercado de trabajo”. Y lo que garantiza la igualdad legal de oportunidades en el mercado de trabajo es la ciudadanía; esta integración a la ciudadanía es sinónimo de legalización para muchos inmigrantes. 8º- Por tanto, la inmigración supone un fenómeno de transformación social muy importante tanto para autóctonos como para inmigrantes que puede enfocarse como: 4 miedo y/o rechazo racismo. integración, entendida como un proceso de adopción mutua (no es pequeña cosa tampoco el fenómeno real de adopción de niños extranjeros por españoles). 9º- Realmente, creemos que todo proceso de integración que quiera tener éxito debe reunir tres elementos: 1. La adaptación de los inmigrantes a la sociedad que los recibe. 2. La adaptación de la sociedad receptora a los inmigrados (sociedad abierta y plural). 3. La generación de comunicaciones adecuadas entre las dos poblaciones y entre cada uno de ellos y los gobiernos (diálogo intercultural). 10º- Lo que significa que la integración es un proceso que debe mantenerse con interlocutores reales a todos los niveles de la vida social, política, económica y cultural. 11º- Esta visión, lógicamente, tiene poco que ver con los fundamentos de los pilares en que se han trazado las sucesivas políticas de integración europeas, esto es: Control de los flujos migratorios (no pueden venir todos los que quieran): mecanismos de acción policial y de seguridad. Integración (asimilación) de los ya llegados: cobertura legal dudosa. Apuesta por el desarrollo en origen (para que no vengan más, como si en un Estado las remesas inmigrantes no supusieran una fuente primordial de desarrollo). 12º- Todas esas propuestas han mostrado, sin embargo, una incapacidad estructural para afrontar un problema global como es el de las migraciones: porque si bien los controles son parte del régimen de la migración, no pueden ser los determinantes principales. 13º- Para que una política migratoria sea viable y eficaz deberá ser elaborada teniendo en cuenta tanto consideraciones económicas, como sociales y de desarrollo a largo plazo, en un contexto de respeto de las normas internacionales de respeto de los derechos humanos. 5 14º- En un mundo como el nuestro, todo debe viajar para producir riqueza, por lo que es prioritario abolir las barreras para los mercados, los capitales y los servicios. Pero esta obligación de libertad no es válida en la esfera de la circulación de las personas. Así, de este movimiento universal, los seres humanos quedan excluidos. Se ha instituido así una ruptura con la historia de la humanidad y sus movimientos. 15º- Y no es que no existan razones explicativas de esa tendencia al repliegue respecto a los movimientos migratorios: pérdida de identidad (como sostienen algunos y que han explicitado en Cataluña), demagogia política, incluso argumentos humanitaristas más o menos descontextualizados, cuando no xenofobia y/o racismo declarados. 16º- En efecto, en un mundo confuso, la rapidez de los cambios que provocan los temores de unos, las aspiraciones de otros y la incertidumbre de todos, cada uno intenta encontrar puntos de resistencia, recuperando mitos o construyendo nuevas fortalezas. 17º- Así, la reducción de las dimensiones del mundo, al obligarnos a todos a reconocer la existencia del otro, también ha modificado las formas de rechazo o de demonización. 18º- Construir sistemas de entendimiento, sobre la base de la igualdad de derechos, colaborar y superar la dicotomía entre el ellos y el nosotros, es la perspectiva alternativa al repliegue, el rechazo y la exclusión. Es la puerta de entrada en una sociedad intercultural y democrática. Pero ese es un camino que hemos de recorrer juntos, poniendo a trabajar las energías de todos. 2. ALTERNATIVAS A LA DIVERSIDAD Lo novedoso de la propuesta intercultural hay que apreciarlo en relación a las diversas opciones que históricamente se han planteado para intentar solucionar los problemas emanados de la puesta en contacto de personas procedentes de distintas latitudes y culturas, esto es, de los inmigrantes, antiguos o actuales. Básicamente, estas respuestas -siempre emanantes de las mayorías autóctonas y 6 que históricamente se ha producido aisladas o en combinación- han sido, sintéticamente las siguientes: 1. No hacer nada. Una forma muy común de posicionarse ante la diversidad y la resolución de conflictos (en sentido positivo) que de ella pueden derivarse. Lo que supone no política, no legislación, no pedagogía... Negar la realidad como el avestruz. Aunque se pretenda revestirla de permisividad o neutralidad, deja intactas las desigualdades o injusticias que existen. En el fondo se pretende que nada cambie. Es una posición que no es extraña al sistema educativo en su conjunto. 2. Marginación: dejar de lado a aquellas personas o colectivos considerados menos válidos o inferiores. Su vida, sus espacios, las leyes que les rigen han de ser diferentes. Es la visión más dura (aparte del exterminio físico) del racismo. (biológico). La relación básica es la de superior/ inferior. ¿Es esta la evolución en España? Marginar significa separar, segregar, apartar de uno, manteniendo el desequilibrio de poder y el reparto desigual de los recursos. Lo que supone incrementar las desigualdades sociales y promocionar la discriminación, y negar cualquier tipo de proceso de comunicación o integración. 3. Asimilación: ruptura con las referencias culturales de origen y adaptación (más o menos incondicional) a la corriente mayoritaria de la cultura dominante. Si no te introduces y aceptas el “juego” te quedas fuera de él (y de sus potenciales beneficios). En realidad, la pretensión es que los diferentes, los inmigrantes, se preparen para vivir y actuar como los autóctonos y así accedan a los mismos recursos y beneficios que ellos. Aunque se olviden otras cosas. Quizá, ante esta posición, el problema está en el grado de la asimilación, porque, por ejemplo castellanizarse mediante la lengua, la educación compensatoria, etc. ya representa un cierto grado de asimilación (de pautas culturales, visión del mundo, estructuras de pensamiento, etc.). Negar toda reminiscencia cultural anterior, sería otro grado distinto de asimilación. El papel monocultural de la escuela es un ejemplo de asimilacionismo bastante claro: ¿Cuándo la escuela adopta una actitud asimiliacionista? Cuando: Mantiene el mismo currículum, haya o no, gentes diferentes. Atiende el fracaso escolar, como ayuda extraordinaria a quienes no están al nivel. No se abordan los desafíos resultantes de la diversidad sociocultural. 7 La presencia de minorías no afecta a la institución, o sólo lo hace negativamente, por ejemplo: “bajan el nivel de la clase”, “impiden el rápido avance de la mayoría”, etc. Entre los problemas que emanan de esta postura se pueden encontrar los siguientes: Los derivados de la segunda generación: asimilación/respeto a los orígenes, pretendidos por la sociedad y la familia respectivamente. El desinterés por la diversidad cultural: al asimilacionismo no le interesa en absoluto lo que puedan decir otros modos culturales. Pretende que el “diferente” se haga “igual”, lo que no deja de ser tramposo. La existencia de contacto no garantiza una nueva forma de organización de la convivencia, sino que puede mantener y agravar las diferencias y los estereotipos. 4. El multiculturalismo o pluralismo cultural: se valora lo diferente, se respeta la diferencia y se establecen normas básicas de convivencia. La novedad es el respeto y la valoración (intrínseca) de cada aportación cultural. Pero ese respeto a las manifestaciones culturales ajenas, no propicia una relación viable. Puede, por el contrario, convertirse en una forma sofisticada de racismo y discriminación real. Todos son válidos pero no son confundibles, ni mezclables. ¿Qué puede haber detrás del multiculturalismo? En todo caso, el multiculturalismo, con su respeto amplía la distancia y la incomunicación cultural (García, 2000). Su “respeto” no le hace abordar las desigualdades socioeconómicas. Con ello, se elude el conflicto en vez de prepararlo. 5. Relativismo cultural: propone el conocimiento y el análisis de las culturas desde sus propios valores culturales, lo que significa que todas las culturas tienen un mismo valor. Esta posición es estática y justificadora de pautas culturales que pueden llegar a ser, en un momento dado, atentatorias contra la dignidad humana. Este alejamiento puede enmascarar, por otra parte, el desinterés y la falta de responsabilidad social. 6. Nuevo racismo: detrás de un supuesto interés y respeto por otras culturas, podemos encontrar elementos defensivos y de rechazo a un tratamiento simétrico de los grupos humanos que las portan: “Las culturas son sagradas, hoy en día nos estamos cargando la identidad cultural, por eso es importante preservar las culturas, y la mejor forma de hacerlo es prohibir la entrada de 8 inmigrantes, de esta forma ellos se quedan en sus países con sus grandes culturas y nosotros en el nuestro con nuestra “diversidad cultural”. También se arropa en un supuesto humanitarismo: “para pasar calamidades aquí, mejor en su tierra”; o incluso aparece en cierto tipo de “cooperación al desarrollo”: “si potenciamos proyectos de desarrollo en sus países atacamos el problema de raíz y evitamos que vengan aquí pobladores del Tercer Mundo”. 7. La interculturalidad: es, por tanto, una respuesta que es heredera de un largo y difícil proceso de atender a las relaciones de grupos humanos diferentes. Parte de defender la igualdad jurídica básica de todos los seres humanos y del respeto (no incondicional) a las diferencias existentes entre ellos (culturales, lingüísticas, folklóricas, religiosas, simbólicas, etc.). El desarrollo de las relaciones pasa por un reconocimiento mutuo como iguales y por afrontar los problemas de forma positiva y dialogada. Para ello: Promueve el encuentro y la comunicación entre personas con culturas diferentes. Esta interacción afecta a todos, no sólo a las minorías (el contacto frente al temor; la interacción frente a la separación forzada). Lucha activamente contra las visiones estereotipadas y las discriminaciones sociales que conllevan en la vida cotidiana. Interesa la cultura, pero también las condiciones de vida (acceso a los recursos). Potencia la diversidad cultural, pero también el contraste y una perspectiva abierta del desarrollo cultural. Una cultura no es una piedra inamovible. La posibilidad de aprendizaje mutuo queda establecida. Por ejemplo, la relación de ciertos pueblos y tribus con la naturaleza, etc. Fomenta la toma de conciencia de la diferencia y de la desigualdad para actuar responsablemente ante esas realidades. Ayuda a afrontar los conflictos de forma positiva: no se niega el conflicto intercultural; se soluciona de forma no violenta (directa o estructuralmente). 3. EL ROL INTEGRADOR DE LA ESCUELA Dentro del marco general de lo que se ha venido en llamar inclusión de los inmigrantes en España, el sistema educativo representa un test especialmente importante por razones de diversa índole, entre las que podemos destacar: El ejercicio primario de convivencia en edades tempranas entre niños autóctonos e inmigrantes. 9 Capacidad de perfilar el futuro de las relaciones en el marco de la sociedad pluricultural avanzada. La verificación del papel igualador en las oportunidades de los niños, independientemente de su origen, del sistema educativo. La determinación de las trayectorias socioprofesionales que tras su paso por la institución escolar, siguen los alumnos extranjeros; esto es: la escuela les ayuda a la incorporación social, o por el contrario, les aproxima a las filiares de la exclusión. Los efectos que se derivan en cada caso para avanzar en el proceso de inserción dentro de las coordenadas de la paz y la convivencia ciudadana del futuro, es decir, para construir una sociedad intercultural marcada por los parámetros de calidad de vida para todos. Determinar los cambios estructurales que deben producirse para hacer viable esta perspectiva, así como los que conducen a un seguimiento pegado al terreno y al área educativa en particular. La población inmigrante infantil no sólo proporciona nuevos alumnos a los centros, sino que ha frenado la caída de la escolarización que se había producido en España de manera especialmente intensa. En este sentido los problemas de adaptación y la generación de recursos para atender a esta población inmigrante escolarizada no han faltado, empezando por la propia capacitación del profesorado. 4. FUNCIONES DE LA EDUCACIÓN INTERCULTURAL Creemos que la Educación Intercultural debería cumplir, al menos, una doble función en el contexto pluricultural que ya no es sólo una perspectiva, sino que forma parte insoslayable de nuestra realidad cotidiana, incorporando tanto beneficios como problemas al desarrollo de nuestra sociedad. 1. En primer lugar, una función preventiva de situaciones y circunstancias que atentan contra la dignidad y el respeto a los derechos básicos de los seres humanos por razón de su pertenencia a grupos y culturas distintos del mayoritario, al entrar en contacto con éste y entre ellas mismas. 2. En segundo lugar, una función reeducadora de las falsas percepciones, estereotipos, etc., que - inevitablemente- toda cultura - y por supuesto la nuestra- destila respecto de las demás, de las diferentes, y cuyas secuelas prácticas en el orden social, económico y político provocan, en 10 no pocas ocasiones, la cerrazón cultural, el repliegue fundamentalista y la exclusión social de las personas que pertenecen a tales grupos. En todo caso, podemos poner de manifiesto el hecho de que el auge de los planteamientos educativos interculturales ha tenido ya efectos positivos para nosotros, en tanto que educadores y en tanto que ciudadanos. Veamos algunos de ellos: Por un lado, nos ha forzado a romper esquemas lineales y uniformizadores de la teoría y la práctica educativas, al tener que tratar la diversidad individual y colectiva de las personas que acceden al sistema escolar. Es decir, nos ha resituado ante los retos que implican la identidad y la diferencia en la sociedad y más específicamente en el sistema escolar. Por otro, nos ha interpelado sobre cómo hemos tratado históricamente la sociedad y su sistema educativo- nuestras propias situaciones de pluriculturalidad, en especial en relación al pueblo y la cultura gitanos. Además, nos ha llevado a revisar en profundidad las categorías que conforman los modos de relación entre personas pertenecientes a grupos humanos y culturales diferentes, en especial, las que se derivan de la categoría de ‘raza’ y las bases configuradoras de las diversas manifestaciones del racismo. En una situación de pluralidad cultural que, con toda seguridad, se hará progresivamente mayor, la pregunta que tradicionalmente se ha planteado ha sido la de ¿Qué hacemos con las minorías socioculturales? Como podemos suponer, las respuestas que se han dado a lo largo de la historia de la humanidad han sido, en su mayoría, simplemente terribles. Sin embargo, desde una óptica intercultural, lo que creo que corresponde plantearse, es bastante diferente. La pregunta que hemos de formular debería ser ¿Qué tipo de sociedad (y de escuela) queremos construir entre mayorías y minorías, de modo que no suponga la exclusión, el rechazo o la eliminación de los demás? Y, lógicamente, para nosotros, porque nos atañe también profesionalmente, el corolario sería: ¿Qué papel ha de jugar la educación en esa tarea? De un modo genérico, entendemos que la Educación Intercultural trata de responder a esas cuestiones buscando un marco democrático y justo -una justicia que va más allá del derecho- para la resolución de los conflictos -por otro lado inevitables- que la convivencia entre gentes socializadas en formas de vida y en 11 resolución de problemas de forma diferente, o con rasgos fenotípicos diferenciados, produzca. En otras palabras, la propuesta intercultural se da como horizonte de actuación la creación de las bases sociales, educativas, culturales, cognitivas, afectivas, políticas y económicas que nos hagan capaces de vivir la diferencia como un proyecto enriquecedor y no como el pábulo para enquistamientos fanáticos, regresivos y brutales. No obstante, somos conscientes de que la consecución de avances en esa dirección, no será, sin embargo, el fruto de un acoplamiento casual entre los componentes de la sociedad plural. Por tanto, debemos plantearnos el objetivo -los objetivos- del modo más claro posible para, así, actuar de la manera más consciente y democrática posible. Y, dado que la democracia es, o debe ser, incluyente y no excluyente, su construcción no se realizará por ensalmo, ni los esfuerzos pueden ser delegados en otros sino que nos corresponde efectuarlos a nosotros. Lo que no implica, desde luego, que sea un trabajo "exclusivo" de los educadores. Pero si es parte de nuestro trabajo, y ante ella no podemos adoptar la estrategia del avestruz, sino que, por seguir con las comparaciones míticozoológicas, habremos de asumir la posición de la lechuza, que aúna la reflexión profunda de la situación con la acción práctica resuelta y decidida para solucionar los problemas que se le plantean. 5. EL CONFLICTO INTERCULTURAL Nuestra tesis de partida es que los conflictos son inherentes a toda dinámica social, pero, del mismo modo, entendemos que no hay resolución sin conocimiento de lo que lo causa. En cualquier caso, evocar el conflicto latente es reconocer su existencia, ya que es imposible resolver problemas inexistentes, independientemente que su resolución sea positiva o no para todos los implicados en él. En nuestro caso, parece claro que el conflicto intercultural surge de la convivencia prolongada de personas provenientes de diferentes marcos de referencia cultural no siempre compatibles per se. Sin embargo, hemos de apresurarnos a decir que el conflicto no tiene en sí mismo una connotación negativa. Si así fuese, los evitaríamos a toda costa. Pero es el conflicto lo que nos hace avanzar tras poner en cuestión las realidades asumidas; sin conflicto no hay crecimiento: el tema está en cómo tratamos lo conflictual. 12 Observar una situación conflictiva no significa entender el conflicto, es decir, sus causas, desarrollo y consecuencias, lo que supone que el conflicto no es un hecho sino un proceso. Tampoco es un fenómeno aislado, sino: se relaciona con muchos otros, por lo que difícilmente encontraremos una explicación monocausal de cualquier conflicto, en especial porque implica a una pluralidad de actores sociales. En última instancia, podríamos afirmar que el conflicto responde a la diversidad de posibilidades que se presentan a los seres humanos. La uniformidad, la unicidad, de ser posibles, quizá hicieron innecesario el conflicto, pero no parece que la realidad de los seres humanos vaya por ahí. (para desgracia de los "pensamientos únicos” y otros propósitos uniformizantes). La Educación Intercultural como propuesta de resolución de los conflictos (reales o imaginarios) emanados de la pluralidad sociocultural de una manera positiva, provechosa y enriquecedora ha de responder a diversas cuestiones que tienen su raíz en la cuestión de por qué la presencia en un mismo espacio geográfico de personas pertenecientes a grupos humanos y culturas diferentes es fuente de conflicto. Algunas respuestas ya han sido avanzadas por los desarrollos habidos en torno a esta cuestión: 1. Las personas se desconocen o se conocen a través de "filtros" reductores o falsificadores. 2. Las personas tienen formas distintas de entender la realidad y de relacionarse con ella (las culturas como respuestas específicas). Ello supone que disponen de códigos y símbolos distintos que dificultan los cauces de comunicación entre cada grupo. 3. La existencia de necesidades comunes no conduce a una acción conjunta para satisfacerlas sino que se compite, a menudo, en base a sentimientos de prioridad por parte de un grupo determinado. 4. El modo de relacionarse viene condicionado por los propios sistemas establecidos socioculturalmente- distribución del poder entre clases, sexos, etc. Por estas y otras explicaciones del conflicto intercultural, dentro del espacio educativo, el aula puede jugar en la capacitación de los futuros ciudadanos para la resolución de los conflictos. En primer lugar, porque el aula es un micro espacio socializador, a menudo desligado del entorno pero en el que sus componentes forman parte indisoluble de tal entorno. Y tales sujetos "introducen" en el aula los elementos que la sociedad les da y que generan conflicto. Por muy al margen, pues, que se pretenda situar al aula, ésta forma parte necesariamente del contexto interrelacional y también institucional de la sociedad. Pero no sólo forma parte del 13 contexto, sino que crea su propio contexto de relaciones específicas, con una atmósfera propia. Por tanto, para iniciar un proceso de reconocimiento de las situaciones que queremos conocer y, en su caso, transformar no es necesario ir muy lejos. 6. UN DECÁLOGO PROVISIONAL Se ha convertido en algo demasiado habitual hablar de y presentar a los inmigrantes como un problema. Sin negar que toda situación nueva, en la que comunidades distintas intentan aprender a convivir juntas, es potencialmente conflictiva, no podemos dejar de resaltar que los inmigrantes representan una pluralidad de recursos a la hora de solucionar muchos de los problemas de las sociedades avanzadas, así como una parte considerable de los de sus propias sociedades. Por ello, con la intención de contribuir a cambiar la tendencia, y empezar a considerarlos como parte integrante de las soluciones, apuntamos el siguiente decálogo que pretende sintetizar las aportaciones de los inmigrantes a nuestra sociedad. 1. Su sola presencia nos ha permitido plantearnos múltiples interrogantes, reflexionar y aprender sobre la pluralidad humana, forzándonos a cuestionar nuestros esquemas lineales y uniformizadores al tener que tratar directamente con la diversidad individual y colectiva de la nueva sociedad pluricultural. 2. Han puesto sobre el tapete los temas de la identidad y la diferencia, pero sobre todo el de la igualdad de derechos y el respeto a los derechos humanos. 3. Nos han llevado a conocer algo más sobre el mundo y sus problemas, haciéndonos romper, siquiera sea parcialmente, con nuestro ombliguismo. 4. Nos han situado ante nuevas experiencias, visiones del mundo y maneras de afrontar los problemas y de resolverlos, es decir, ante nuevas formas culturales. 5. Han aportado personas con nuevas capacidades personales y profesionales. 6. Representan la base de la regeneración poblacional, tanto ellos como sus hijos. 7. Constituyen una fuerza de trabajo indispensable para afrontar las carencias de nuestro Estado de bienestar. 8. Aportan riqueza a través de sus cotizaciones, y garantizan de ese modo la continuidad en la prestación de servicios (pensiones, seguridad social, etc.) que de otro modo podrían conducir a la quiebra del sistema. 9. Actúan como el mejor modo de ayuda al desarrollo de sus países de origen a través de sus remesas económicas, sin intermediarios. 14 10. Generan unas perspectivas socioculturales novedosas basadas en la pluralidad, como son el intercambio y el mestizaje. Proyectan, por tanto un, horizonte por descubrir: el de la construcción de una sociedad donde la igualdad jurídica sea compatible con la diversidad y su celebración. Ese es el horizonte de la futura sociedad intercultural. 7. COMO CONCLUSIÓN Ni siquiera las sociedades que se perciben a sí mismas como homogéneas han podido permanecer impasibles a la intensificación de los fenómenos migratorios y al cambio de sensibilidad política hacia las minorías. Los conflictos de redistribución y de estructuración social que acompañan a estos fenómenos permiten explicar finalmente la relevancia que ha cobrado en todas las latitudes las posibles formas de gestión política la de pluralidad sociocultural. El horizonte (ya presente) parece mostrar crecientemente la construcción de relaciones interculturales regidas por normas de equidad y no de violencia o de simple colonización. Se perfila así la asunción de un mestizaje ligado a los propios desarrollos de los individuos “inmigrantes” y “emigrantes”, que apuntan a nuevos órdenes de normatividad ética y política. El mestizaje intercultural, así como la conformación plural de los sujetos individuales o las nuevas variaciones de carácter político constituyen un nuevo proceso abierto a formas de democratización sobre la base constructiva de la proliferación de una pluralidad de identidades dentro de una estructura de tolerancia mutua y desarrollo compartido. Tales procesos de democratización están ligados a formas diversas de absorción intercultural, de aprendizaje y de otras “gramáticas de pensamiento” y de aceptación de normas de intercambios significativos no coercitivos que acabarán por implicar una profunda transformación de los imaginarios sociales, dentro de la pluralidad y en el seno de las diversas culturas y civilizaciones. No obstante, llevamos tiempo desgastando esas monedas de la convivencia y del diálogo intercultural y su cotización no está muy alta. Por eso es conveniente ser consciente de que un ideal como el de la interculturalidad sólo resulta eficaz si se mantiene en estrecho contacto con las necesidades reales. Por ello la tarea fundamental de nuestra sociedad ante la interculturalidad consiste fundamentalmente en repensar las categorías sobre los otros y los marcos sociales 15 en que se manifiestan, cara a establecer unas formas de relación democráticas, equilibradas y comunicativas que, sin renunciar a hacer frente a los inevitables conflictos, nos permitan respuestas excluyentes ante la diversidad social y cultural. Tienen, pues, la posibilidad de transformar los escenarios futuros de construcción sociocultural. Aunque probablemente, más que de la posibilidad, se trata de una necesidad, si pretendemos vivir en un mundo medianamente digno. 16 8. BIBLIOGRAFÍA ABAD, L., CUCÓ, A. e IZQUIERDO, A. (1993). Inmigración, Pluralismo y Tolerancia. Madrid: Popular/Jóvenes Contra la Intolerancia. BEL, C. y GÓMEZ, J. (2000). Nueva inmigración africana en la región de Murcia: inmigrantes subsaharianos. Murcia. CES. BUXARRAIX, M.R. et al. (1993). El interculturalismo en el currículum. El racismo. 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