$29.970 millones es el monto total de las cuotas rechazadas: Mujeres que reciben el bono por hijo pierden la asignación por muerte Son 260.397 las mujeres que han recibido el bono por hijo hasta la fecha, pero a ninguna de ellas el gobierno les informó que estaban renunciando a otro beneficio que tenían por ser pensionadas del IPS: La asignación por muerte. No se les informó porque nadie se dio cuenta –ni el gobierno pasado ni el actual– de esta incompatibilidad en los beneficios hasta que 800 de estas mujeres murieron. La falta de información por parte de autoridades no solo es hacia las familias, también se extiende a municipios y organismos dependientes del gobierno. Por: Pierina Bertoni Soto Santiago, julio de 2013 Es la segunda semana de septiembre de 2012, Jaime Devia se encuentra en su casa de Recoleta junto a su esposa y ambos ven televisión en un silencio sepulcral. En la mente de Devia el recuerdo de su madre Ana Munizaga no desaparece, el hogar se siente más frío, más vacío, pues hace una semana ella falleció, producto de una trombosis que a sus 96 años resultó fatal. El ruido del teléfono interrumpe a la pareja y él con calma lo contesta. Se trata de Joaquina Aranda, ejecutiva de la funeraria Corpus Cristi, con quien una semana atrás tramitó el servicio fúnebre de su madre. “Me dijo que –mi mamá– no tenía derecho a la cuota mortuoria porque había cobrado el bono por hijo”. Munizaga pertenecía al grupo de viudas del Instituto de Previsión Social (IPS) que decidió cobrar este beneficio. Esta situación se repite desde julio del año pasado, pues todas aquellas mujeres que hayan cobrado el bono por hijo y que tuvieran pensión de vejez, invalidez o fueran viudas beneficiarias de pensión de sobrevivencia por parte del Instituto de Previsión Social, perdieron automáticamente el derecho a obtener la asignación por muerte – más conocida como cuota mortuoria– que consiste en $373.491, que le otorga el IPS a quien acredita hacerse cargo de los servicios fúnebres del pensionado fallecido. Según un informe de la Subsecretaría de Previsión Social –a mayo de este año– 260.397 mujeres han cobrado el bono por hijo desde su lanzamiento. Uno de los requisitos es que estén afiliadas a una AFP y es ahí donde radica el conflicto entre los bonos, pues la asignación por muerte la entrega el IPS y el bono por hijo, la AFP. Fernando Arias es el jefe de Concesión de Beneficios del Instituto de Previsión Social, quien está a cargo de la dimensión de los bonos y la entrega de éstos, explica que “la persona deja de ser afiliada del IPS, y por el hecho de estar desafiliada, pierde obligación con nosotros, ya no le pagaríamos la cuota mortuoria”. 800 de estas mujeres fallecieron sin haber recibido información por parte del gobierno de que estaban renunciando a los beneficios del IPS. Sus familias tuvieron que hacerse cargo de los funerales de manera particular, sin contar con el dinero de la asignación por muerte, teniendo que endeudarse. Este fue el caso de Jaime Devia, quien para reorganizar la deuda que tenía producto de la enfermedad de su madre, tuvo que pedir un crédito de 5 millones de pesos. Ana Munizaga había sufrido un asalto en 1992, que la dejó con problemas en las caderas, razón por la cual tuvo que operarse dos veces. En ambas ocasiones Devia cubrió los gastos hospitalarios de manera particular. Desde ese momento asegura que su madre vivió con él, prácticamente postrada en una cama, por lo que la deuda que llevaba se fue agrandando de manera progresiva. Sumado a esto compró un vehículo para trasladar a su madre a los controles médicos y, simultáneamente, su hija María José, de 19 años, entró a estudiar Psicología en una universidad privada. Precavido ante el agravamiento de salud de su mamá, Devia recuerda: “Yo llamé al IPS a la línea 600 que sale en internet, porque sabía que mi madre iba a morir y me dijeron: ‘Sí señor, tiene derecho a la cuota mortuoria’. Lamentablemente, no lo grabé”. Joaquina Aranda, encargada de ventas de la funeraria Corpus Cristi, quien atendió a Jaime Devia explicó que desde julio de 2012 que las cuotas mortuorias dejaron de pagarse, teniendo que cambiar el sistema de cómo se realizan los trámites funerarios. “A la gente que uno no conoce, si no hay garantías –cheque o pago en cuotas con tarjetas de crédito– no se realiza el servicio”, explica. Anteriormente, se realizaba el funeral y el IPS era el encargado de pagar la asignación por muerte en un plazo no superior a los 10 días. Mónica Titze, asesora del Subsecretario de Previsión Social, quien se encarga de distribuir la información de la Subsecretaría hacia los organismos dependientes de ésta, explica que el problema radica en que el bono se pensó para aquellas mujeres que aún no cumplían los 65 años, para que se afiliaran a una AFP y así tuvieran una mayor rentabilidad para su jubilación, razón por la cual es obligatorio afiliarse a AFP Modelo –que ganó la licitación de dos años por tener la cuota más baja– para recibir el bono por hijo. Según datos de la Subsecretaría de Previsión Social, actualmente 61.000 viudas que reciben pensión de sobrevivencia del IPS, se han afiliado a una AFP exclusivamente para cobrar el bono por hijo, desconociendo que con esto perdieron el derecho a la asignación por muerte. “El bono era para las mujeres que iban a cumplir 65 años, no para aquellas que ya lo tenían, entonces se interpretó, –me imagino que los abogados– que era para todas las mujeres y llegó un grupo, las viudas del IPS de 80 años a cobrar el bono por hijo y no estaban en la ley”. Fue por esto que se acomodaron las normas para que estas mujeres, que la ley amparaba, pudieran cobrar el bono y “no les quedó otra que afiliarse a una AFP”, explica Titze. Si bien la nula entrega de la información hacia las pensionadas comenzó en el 2009 con el lanzamiento del beneficio, este gobierno tardó dos años y medio en tomar medidas sobre el asunto. Titze asegura que nadie de la subsecretaría se percató de lo que estaba sucediendo con estas mujeres hasta que los reclamos llegaron a las oficinas de Huérfanos con Teatinos. Previsión express La reforma previsional realizada en el 2008 fue pensada con el fin de que los pensionados tuvieran ingresos más seguros durante la vejez y no existiera más la duda de cuánto dinero tendrían para su jubilación. También se implementaron las pensiones solidarias, para que aquellos que no pudiesen ahorrar lo suficiente, puedan tener de igual manera una pensión digna. Esta reforma tomó en cuenta cómo han cambiado las expectativas de vida de los chilenos, pues actualmente el hombre vive en promedio hasta los 84 años y la mujer hasta los 89, por lo tanto, las jubilaciones deben alcanzar hasta esas edades. Dentro de esta reforma se realizó el cambió de INP –Instituto de Normalización Previsional– al actual Instituto de Previsión Social y fue también con esta reforma que se empezó a otorgar el bono por hijo nacido vivo para la mujer, pensado como un beneficio de equidad de género, para favorecer a aquellas madres que dedicaron parte de sus años de trabajo a cuidar a sus hijos y también como una manera de reconocer la maternidad y el rol de la mujer en la sociedad. Otro de los aspectos cambiados fue el sistema de entrega de beneficios, porque no todas las AFP podían otorgar el bono. Se realizó una licitación para que existiera una mayor competencia entre ellas, evaluando la tasa de administración. La que ganó la licitación por tener la tasa más baja fue la AFP Modelo, por lo tanto, todas las mujeres que quieran optar al bono, deben cotizar obligatoriamente en una sola Administradora de Fondos de Pensiones. Romanina Morales es ex abogada del ex INP –ahora IPS– que ocupó el cargo de jefa de Beneficios de Reparación y leyes especiales, y estuvo en la comisión que creó este beneficio. Desconocía que actualmente las mujeres que obtuvieron el bono por hijo perdieran la cuota mortuoria. Esto, porque desde la redacción del bono no se tomó en cuenta que al cambiarse de un sistema público a un sistema privado, existiría una incompatibilidad en los beneficios. Según afirma Morales “nadie lo vio, nadie se percató de los efectos positivos y negativos de este bono”. Cuando una mujer solicita el bono por hijo y éste se le otorga, el IPS entrega en totalidad el dinero del bono –que corresponde actualmente a $347.400 por cada hijo nacido vivo– a la AFP Modelo y es ésta la encargada de otorgarlo a la persona en cuotas dependiendo del monto del bono. Si las mujeres fallecen antes de cobrar la totalidad del bono, la AFP le entrega lo correspondiente a la cuota mortuoria, siempre y cuando tengan los fondos necesarios para cubrirla –$343.000– pero este beneficio es distinto a la asignación por muerte al cual tienen derecho las pensionadas que reciben pensión por vejez, invalidez y las viudas beneficiarias de pensión de sobrevivencia del IPS. Según explica Fernando Arias, jefe de Concesión de Beneficios del Instituto de Previsión Social, “quienes reciben aportes de la reforma previsional –pensiones antes mencionadas– son el 60% más vulnerable del país”. Es precisamente éste el grupo de mujeres que por obtener el bono por hijo, no tienen derecho a la asignación por muerte. Con fecha 3 de enero de 2013, la Subsecretaría de Previsión Social redacta un documento interno donde especifica estar en conocimiento de la situación que actualmente viven las pensionadas del IPS que cobraron el bono por hijo y señala que “se requiere una modificación legal para que las viudas del IPS que se afilien a una AFP con el objeto de acceder al Bono por Hijo, mantengan el derecho a la Asignación por Muerte”. Sin embargo, seis meses después de la redacción del documento donde se reconoce el problema existente, la Subsecretaría no ha hecho nada el respecto, según confirmó Mónica Titze. El Ejecutivo es quien debe escribir una modificación a la ley para luego enviarla al Congreso, pero nada de esto ha sucedido. Una brecha desigual Melania Gutiérrez tiene 72 años, vive en Santiago y es madre soltera de dos hijos: Una mujer de 40 años y un hijo de 50 años. Este último hoy está cesante y solo realiza trabajos esporádicos para ayudar a su madre, pues Melania padece de un cáncer a la mama derecha que se ramificó a los huesos y está en etapa terminal. Cobró el bono por sus dos hijos, recibiendo $694.800 en 9 cuotas de $77.200. Ésta es la segunda vez que le diagnostican el cáncer a la mama derecha y el dinero del beneficio lo ocupó tanto en traslados como en realizar el tratamiento de forma particular. En ese momento no tenía conocimiento que su enfermedad podía ser tratada por el AUGE. Actualmente, no tiene derecho a la asignación por muerte. Quien sí tiene derecho es Perla Mc Kay, quien fundó los tres colegios particulares subvencionados Mc Kay en Curacaví, jubilándose a los 65 años y dejando su obra en manos de Marcela Soto, una de sus dos hijas. Actualmente, Mc Kay vive en Las Condes, y recibe una jubilación por $350.000 más un porcentaje de ingreso por los colegios. Decidió no retirar el bono por hijo, a pesar de sorprenderse al saber que también tenía derecho aunque no perteneciera a ningún quintil de pobreza. “Yo no lo saqué porque no lo necesito, le di la opción a quien tenga verdaderas necesidades”, explica. Sin embargo, también tiene derecho a la cuota mortuoria, a pesar de que tampoco la necesita. Compró una sepultura familiar en el Cementerio General que le costó, según recuerda $4.600.000 y desde ya está pensando en pagar su funeral con anticipación, para que sus hijas no tengan de qué preocuparse en ese momento. Gutiérrez tiene una jubilación de $90.000 que utiliza para algunos exámenes que decide hacer en laboratorios un poco más caros para una mayor rapidez y para el traslado hacia el Hospital Dr. Luis Tisné en Peñalolén o el Centro Oncológico IRAM, en Vitacura, donde realiza su tratamiento. Fue al IPS este año para asegurarse del monto de la cuota y así poder tener la tranquilidad de que sus hijos tendrían una preocupación menos al momento de su muerte. “Yo quería dejar todo listo y me encontré con esta sorpresa que no tengo derecho a cuota mortuoria”. El Dr. Alonso Uribe, oncólogo del Hospital Dr. Luis Tisné y quien atiende a Gutiérrez, le explicó que a pesar de los tratamientos no hay vuelta atrás, pero Melania no se atreve a contarles a sus hijos de esta situación. “No tengo miedo de morirme, sino de la escoba que va a quedar por el hecho que no hay recursos para los funerales”. Según cuenta Gutiérrez, cuando su enfermedad se agrave y crea que va llegando el momento de su muerte, piensa irse a Río Bueno su ciudad natal en la X región, para que allá sea enterrada junto a sus padres y evitar algún otro tipo de gastos como traslados que son imposibles de costear para sus hijos. Los individuos clave Quien ha tomado el papel de representante de aquellos que perdieron la cuota mortuoria es Manuel Pavez, presidente del gremio de funerarios de Chile que representa a 500 funerarias a nivel nacional. El dirigente explicó que son muchos los casos que ve donde las familias, aparte del dolor de perder un ser querido, tienen que endeudarse o pedir dinero a amigos, familiares o incluso vecinos para pagar los funerales de su madre, tía o hermana. Desde octubre de 2012 ha enviado cartas a las autoridades como la Superintendencia de Pensiones, el IPS y la Subsecretaría de Previsión Social, recibiendo solo respuestas vagas por parte de estas entidades. El primer tema que reclamó Pavez fue el retraso en el pago de las cuotas mortuorias, antes de dimensionar a nivel de gremio que éstas se estaban perdiendo definitivamente. Según comenta Mónica Titze –quien reconoce la insistencia de Pavez con las autoridades– hace seis meses, cuando el número de fallecidas perjudicadas por la falta de información llegó a 800, se tomó la medida de sugerir a AFP Modelo informar a las nuevas afiliadas que al momento de obtener el bono por hijo, estarían perdiendo los beneficios del IPS, esto a raíz de los reclamos de personas e instituciones gremiales como la de Pavez. Pero estas instrucciones no llegan a todos lados. Carolina Meza es la jefa de Asistencia Social de la Municipalidad de San Joaquín que, según la última encuesta CASEN, es la comuna más pobre de Santiago. Meza es la encargada de analizar los casos más específicos que llegan día tras día al municipio solicitando ayuda económica. Hace un año cambiaron al jefe del IPS de La Florida –oficina que corresponde a San Joaquín– y desde esa fecha, la comunicación entre municipio e IPS cambió. “Solicité una capacitación para mis funcionarios al encargado del IPS de La Florida y no he tenido respuesta”, comenta Meza, quien asegura que existe falta de información por parte de las autoridades hacia la población. Como municipalidad, sin recibir algún tipo de instrucciones sobre el tema, tomaron la decisión de asesorar a las mujeres que se acercaban a solicitar información sobre el bono por hijo, ya que el tema de la pérdida de la asignación por muerte llegó a las asistentes sociales por casos de vecinos o conocidos. Desde el segundo semestre del año pasado que las funerarias concuerdan con que la asignación por muerte se empezó a rechazar. Tanto Funerarias Pavez como Corpus Cristi lo advirtieron a las autoridades y medios de comunicación, sin recibir la atención deseada. Laura Núñez es la encargada de ver las cuotas mortuorias y asignación por muerte en la Funeraria Hogar de Cristo, que cuenta con 23 sucursales a nivel nacional y el 45% de participación en el mercado de las funerarias. “Efectivamente, desde el segundo semestre del año pasado el pago de las cuotas mortuorias se empezó a rechazar con mayor frecuencia, entre otros factores por el bono por hijo”, comenta Núñez, demostrando que no es una situación aislada. Las municipalidades cuentan con fondos municipales para realizar ayuda económicas a quienes lo necesiten, aunque son muy pocas las oportunidades en que pueden asistir a una familia con servicios funerarios, ya que la asistente social evalúa caso a caso las necesidades del núcleo familiar y normalmente los dineros son destinados a personas que viven en situación de calle o fallecidos derivados desde el Hospital Barros Luco. En 2012 la Municipalidad de San Joaquín entregó 15 aportes a familias por servicios funerarios en todo el año, con montos que variaban entre $200.000 de un servicio completo hasta $30.000 del aporte más bajo. Hasta mayo de este año, el número de aportes entregados por servicios funerarios llegó a 10, demostrando un aumento también en el número de solicitudes, según explica Meza. “Generalmente, cuando son adultos mayores, siempre la familia espera que tengan derecho a cuota mortuoria, a veces el tema pasa no solo por el bono por hijo, sino también por la ficha de protección social”, señala. (Ver recuadro.) Dentro de los gastos que las familias enfrentan al momento del fallecimiento de un familiar, aparte de los servicios propios de la funeraria, está el traslado hacia el cementerio de familiares o vecinos –algo muy común en comunas más vulnerables– y el costo mismo de una sepultura, que muchas personas no consideran hasta que fallece el familiar. La municipalidad también realiza aportes de este tipo, a través de sus asistentes sociales. Sólo el año pasado la Municipalidad de San Joaquín realizó 118 aportes de traslado, con un monto total de $3.640.000. En relación al pago de sepultura, según comenta Meza, las municipalidades suelen tener convenios con el Cementerio General, y es aquí donde ayudan a financiar el nicho más económico. Morirse en Santiago tiene un valor aproximado mínimo de $556.000, ya que un nicho adulto por 5 años en el Cementerio General vale $200.000, más $52.000 por los gastos por sepultación en tierra. A esto se le tienen que sumar $370.000 del servicio básico funerario, que consta del ataúd más económico, el traslado, un auto de acompañamiento y dos cirios que acompañan en el velorio. Todo esto sin sumar si la familia requiera un bus de acompañamiento para los familiares o vecinos. Perder un beneficio como la asignación por muerte o cuota mortuoria, significa un aumento considerable en los gastos de las familias perjudicadas y esto, en el momento más difícil de muchos: Perder una madre. Un largo trayecto Alicia Castillo trabajó de modista gran parte de su vida en Victoria, IX región, hasta que un cáncer al estómago la obligó a realizar numerosos viajes a Santiago para su tratamiento. Finalmente, producto del debilitamiento de su salud, sus familiares decidieron que se quedara definitivamente en la capital. Falleció en noviembre del año pasado a los 81 años. Elena Castillo, su sobrina, fue quien se hizo cargo de ella, ya que el único hijo de Alicia falleció a los 28 años en un accidente de tránsito en el sur. Fue también su sobrina quien asumió la responsabilidad de los funerales pues, según explicó, ningún otro familiar estaba en condiciones de pagar o ayudar, a pesar que muchos se comprometieron a hacerlo. La sepultura de Alicia Castillo se encontraba en Victoria, junto a sus padres y su hijo. Elena estaba en conocimiento que había que pagar un traslado por su tía. Al cotizarlo con Funerarias Carrasco de Santiago, le dijeron que eran $390.000 –Victoria queda a 690 kilómetros al sur de la capital– pero cuando fue a pagar los servicios, se le informó que su tía había cobrado el bono por hijo, por lo tanto, no tenía derecho a la asignación por muerte ni le quedaban recursos en la AFP como para cobrar una cuota mortuoria y el costo del servicio básico era de $370.000. Castillo comenta que la funeraria, consciente de los pocos recursos con los que contaba la familia y comprendiendo la sorpresa de no recibir la cuota mortuoria cobraron $690.000 en vez de los $760.000 del total original. En el viaje tiene que ir el chofer y un acompañante de la funeraria, porque no se puede conducir más de 5 horas seguidas por reglamento, y es la familia del fallecido quien se hace cargo del hospedaje y alimentación del personal de la empresa. Llegando al cementerio hay que cancelar $100.000 más para abrir y preparar la sepultura. Todos estos gastos, sumado al traslado personal hacia Victoria, llegaron casi al millón de pesos para Elena Castillo, quien tuvo que pedir un préstamo para cubrirlos. Cuando fue a reclamar al IPS le confirmaron que en el gobierno anterior se otorgaban ambos beneficios a los pensionados. “Me dijeron: ‘Fue este gobierno quien retiró la cuota mortuoria”.- Recuadros Los hombres no se salvan El problema de la pérdida de la cuota mortuoria no afecta sólo a las mujeres que obtuvieron el bono por hijo. Todos los jubilados que en algún momento pensaron cotizar en una AFP y poner en manos de ésta su dinero para hacerlo más rentable, perdieron el beneficio de tener una cuota mortuoria, sin recibir ningún tipo de información por parte del gobierno. En la funeraria Corpus Cristi, ubicada en Recoleta, explican que desde el año pasado a la fecha solo han realizado 25 funerales de personas con derecho a cuota mortuoria, cuando con anterioridad, era común descontar los $370.000 de los gastos del servicio elegido por las familias, por un servicio que puede alcanzar $1.500.000. El derecho a muerte medido por la ficha de protección social Cuando partió la reforma previsional el puntaje de la ficha de protección social para postular a una pensión básica solidaria era de 8.500 puntos. Esto fue subiendo gradualmente, por lo que hoy en día casi no se toma en cuenta el puntaje para postular al beneficio, y es el IPS el que lo determina según sus propios análisis de datos. Cuando una mujer que obtuvo la pensión básica solidaria con más de 8.500 puntos fallece, el IPS determina que, por su ficha de protección social, no tiene derecho a la asignación por muerte y de esto tampoco se les informó a los pensionados. En 2009, el número de pensiones básicas solidarias entregadas solo en la comuna de San Joaquín fue de 1.116. Sin embargo, el año pasado este número se vio disminuido, sin explicación alguna, a 370. Según explica Carolina Meza, jefa de Asistentes Sociales de la Municipalidad de San Joaquín, los criterios de entrega de beneficios del IPS han cambiado y de estos no se les ha informado a las entidades correspondientes. Destacados Hace un año cambiaron al jefe del IPS de La Florida –oficina que corresponde a San Joaquín– desde esa fecha, que la comunicación entre municipio e IPS cambió. “Solicité una capacitación para mis funcionarios al encargado del IPS de La Florida y no he tenido respuesta”, comenta Carolina Meza, jefa de Asistentes Sociales de la Municipalidad de San Joaquín, quien asegura que existe una falta de información por parte de las autoridades hacia la población. “El bono era para las mujeres que iban a cumplir 65 años, no para aquellas que ya lo tenían, entonces, se interpretó, –me imagino que los abogados– que era para todas las mujeres y llegó un grupo, las viudas del IPS de 80 años a cobrar el bono por hijo y no estaban en la ley”, explica Mónica Titze, asesora de la Subsecretaría de Previsión Social.