LA SEGURIDAD PÚBLICA - Universidad de Guadalajara

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De izquierda a derecha: licenciado Jesús Hernández Ortíz, abogado general
de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca; doctor José Manuel
Lastra Lastra, ponente magistral; licenciada María Esther Avelar Álvarez,
abogado general de la Universidad de Guadalajara y presidenta de la
ANAIPES, A.C.
DR. JOSÉ MANUEL LASTRA LASTRA
PONENTE MAGISTRAL
AUSENCIA DE CRITERIOS EN CUANTO A LA TITULARIDAD
DE LOS CONTRATOS COLECTIVOS EN LAS INSTITUCIONES
PÚBLICAS DE EDUCACIÓN SUPERIOR
José Manuel Lastra Lastra
I.
Introducción
Los diversos efectos negativos que impactan en el empleo incrementan el número
de pobres, los niveles de vida se deterioran y precipitan a millares de trabajadores
hacia un gigantesco bazar formado por naciones que "ofrecen su mano de obra en
competencia unas con otras, proponiendo los precios más bajos para conseguir el
trato"1. Un gran número de personas tienen que aceptar trabajos precarios para
evitar la desocupación en masa, que amenaza conducirlos de manera ineluctable
hacia el "imperio de la pobreza".2 ¿El pleno empleo, como aspiración futura de la
clase trabajadora, será ahora una reliquia del pasado?.
Estamos conscientes que el derecho del trabajo no ha nacido para cambiar al
mundo, sino para hacerlo más aceptable, garantizando niveles de vida que
aproximen a la dignidad que exige la condición humana de los trabajadores. Sólo
así, el trabajo podrá cumplir una función nueva, que lo releve como factor de
producción y de lucro empresarial, ya que éste no surge como "un lujo de países
ricos, sino para mejorar y garantizar condiciones más justas, que repartan recursos
y riquezas".3 La justicia social, con escudo en ristre, espera con paciencia y firmeza
defender y preservar los valores por los que no ha dejado de actuar en defensa del
reino del hombre y su justicia. Persiste aún en su aspiración tesonera por continuar
como la "expresión de la más avanzada cultura jurídica".4
II.

El trabajo en la era de la mundialización
Licenciado en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México. Especialista en
Derecho Social con grado de Maestría y Doctorado en Derecho.
Oficina Internacional del Trabajo. El empleo en el mundo, 1996-97, Ginebra, 1996, p.5.
Oficina Internacional del Trabajo, El empleo en el mundo, 1995, Ginebra, 1995, p.217
3
René Laperriére, Droits su Travail et commerce internacional, Departamen des Sciencies Juridiques,
UQAM, Les Ëditions Yvon Blais, Inc., 1995. 122.
4
Umberto Romagnoli, El derecho, el trabajo y la historia, trad. Marina Tomadini, 1ª. De., Madrid,
Consejo Económico Social, 1997, p. 221.
1
2
La mundialización ha desencadenado las fuerzas económicas, éstas exigen que el
Estado administre la economía al servicio de sus exigencias comerciales. La
planificación y el control estatal ceden el paso a las fuerzas del mercado. Los
avances tecnológicos irrumpen sin cesar en las formas de organización y
producción, originando trastornos y desequilibrios que con frecuencia desplazan,
de manera inusitada, a los trabajadores por carencia de capacitación y cualificación,
ante el asombro e impotencia expectante de los sindicatos, quienes permanecen
inertes por la continua desaparición de las fuentes de trabajo: ¿Cuál será el
porvenir del trabajo?
La alteración de ritmo, el crecimiento lento de la producción, la nueva organización
de las empresas y el trabajo, las aspiraciones cambiantes por lo que atañe a la
elección entre ingresos y tiempo libre, los embates de la economía mundializada,
encubiertos por la oscura y siniestra sombra que proyecta el modelo neoliberal con
efectos perversos, del que Américo Plá advierte la intención de invertir las
tendencias, esto es, "pasar de la solidaridad como principio inspirador hacia el,
egoísmo".5 Con la pretensión de modificar las viejas pero sólidas estructuras de lo
que, con frase elocuente, Umberto Romagnoli describe como "el derecho de la
pobreza laboriosa".6 La pobreza cambia de signo en la consciencia de quien no es
pobre, pero quienes huyen de ella olvidan, con frecuencia, que nadie puede saltar
más allá de su sombra.
La desocupación constituye la endemia creciente que debemos erradicar con
urgencia; cada vez hay menos trabajos disponibles para personas que quieren
trabajar. El trabajo se ha convertido en lo que, con fina agudeza, Manuel Alonso
Olea ha denominado "un beso escaso".7
Tales aconteceres son justificados sin ningún escrúpulo por los seguidores de la
doctrina neoliberal, con carácter de verdades obsoletas e incontrovertibles ante la
existencia de la deidad a quien rinden fervoroso culto: "el Dios del mercado",8 del
que esperan cuantiosos beneficios y dones providenciales. Aunque sus efectos
funestos propicien el desempleo masivo frente a la inercia abúlica de un Estado
Américo Plá, "Otra inversión de tendencias en la Seguridad Social: de la solidaridad al egoísmo",
Revista Española de Derecho del Trabajo, Madrid, Civitas, 1992, p. 821.
6
Umberto Romagnoli, op cit., p. 33
7
Cfr. Manuel Alonso Olea, El trabajo como bien escaso, Madrid, Civitas, 1995,p.21
8
Héctor Hugo Barbagelata, "El advenimiento del neoliberalismo y los posibles cambios estructurales
del Derecho del Trabajo, Revista Española de Dereho del Trabajo, Madrid, Civitas, 1992.p.499
5
exhausto y una sociedad segmentada que enfrenta la hipercompetencia, a la que
deben adaptarse irremediablemente.
El sindicalismo en México, durante décadas de sumisión absurda , ha conducido a
millares de trabajadores hacia los sinuosos infiernos de la pobreza, el hambre y la
desesperación, por lo que "afronta una profunda crisis caracterizada por el
inmovilismo, la falta de opciones y capacidad para mejorar las condiciones de vida
de sus agremiados".9
III.
El vínculo jurídico laboral
Las antiguas fórmulas liberales consolidaron los principios rectores que pasarían a
gobernar el mundo contractual; autonomía de la voluntad de las partes, libertad de
contratación y seguridad jurídica, de ella surgió un abismo insalvable en el que una
de las partes tiene la sempiterna desventaja de no ser propietario y la otra el dueño
absoluto de las ganancias que produce el esfuerzo ajeno. Por lo que nunca han
sido eficaces para el trabajador las declaraciones teóricas de igualdad de derechos
que, con el transcurso del tiempo "se convierte en irrisorias.10
El acuerdo libre de voluntades surgió como apotegma y el "más sangriento de los
sarcasmos"11 basado en el irritante escarnio de considerar a "las partes
económicamente iguales".12 Para ello era necesario buscar un "garantismo
fullero"13 que legitimara la sumisión del trabajador "bajo la máscara de un
contrato",14 a rigurosos controles de tipo técnico y social. A partir de este
momento, el contrato se convertiría en el "espejo jurídico de funciones sociales
específicas"15 y en "chaperón embarazoso",16 pletórico de formulismos, a través del
cual deben viajar el trabajador y el derecho.
Arturo Fernández Arrás, "El porvenir del sindicalismo ante el neoliberalismo", Revista laboral, año
VI, núm. 61, México, octubre de 1997, p.39.
9
Emilio Chatelain, el contenido de trabajo, trad. Adolfo Posada, Madrid, Imprenta de la Revista de
Legislación, 1903,p.104
11
Alfonso R. De Grijalva,el contrato de trabajo,2ª ed 11,Madrid, Librería Española y Española Principe,
1902,p.8.
12
Antonio Polo, "Del contrato a la relación de trabajo", Revista de Derecho
Privado,Madrid,1941,p.39.
13
Umberto Romagnoli,Técnicas normativas de gestión de trabajo,trad.Adolfina Catalano,Revista de
la Facultad de Derecho,Universidad Complutense,Madrid,1988,p.107
14
Kahn-Freud O., Trabajo y derecho,trad. J.M.Galiana,Ministerio de Trabajo,Madrid,1987,p.60
15
Antonio Baylos Grau,Derecho del Trabajo: modelo para armar,Madrid,Trotta,1991,p.19
16
Umberto Romagnoli,Op.cit.,p.104
10
Quienes preludiaron la decadencia del contrato como un hecho incontrovertible,
aceptaron también la necesidad de su existencia en el ámbito pequeño que "la
sociedad actual deja la libertad humana",17 unos mencionaron su ineficiencia o
inoperancia en los actos jurídicos que "no producen sus efectos" 18 y otros hablaron
de la frustración producida por la figura contractual, cuando "alteran las
previsiones sustanciales que las partes tuvieron presentes al tiempo de celebrar el
contrato".19
Sin embargo, el contrato aún existe para configurar vínculos jurídicos y producir
efectos trascendentes en el mundo del derecho, aun cuando en materia de trabajo
sea abundante la "variedad de atipicidades".20
El trabajo productivo, formalmente aislado, dividido socialmente, origina la riqueza
de otros y es canalizado jurídicamente mediante el contrato.
Las nuevas formas de organizar la producción y fuerte impacto de las innovaciones
tecnológicas, han fracturado los paradigmas y la regulación del cometido tutelar en
el ámbito jurídico laboral para insertar una amplia gama de modalidades en los
contratos a partir de los años 80's por la afanosa búsqueda de trabajos temporales,
tiempos parciales, flexibilidad, movilidad funcional y toda clase de mecanismos
animados por las tendencias neoliberales en el escenario mundial de la economía,
en el que, para infortunio del trabajo, "el poder que pierde el estado lo gana la
empresa".21 Esta inoportuna inversión mengua la estabilidad y derechos adquiridos,
anula la práctica de la promoción profesional y "recurre al egoísmo como factor
animador que reemplace a la solidaridad"22
Para acrecentar el "poder unilateral del empresario"23 y robustecer las
potencialidades individuales en la regulación de las condiciones de trabajo, claros
síntomas de la recuperación positiva de libertad individual.
Néstor de Buen Lozano, La decadencia del contrato
Augusto M. Morillo. Ineficacia y frustración del contrato, Buenos Aires. Abeledo Perrot, 1975,p.76
19
Vicente Espert Sanz, Laa frustración del fin del contrato, Madrid, Tecnos,1968,p.261
20
carlos Fuentes Puelma, Estudios sobre derecho del trabajo y relaciones laborales, Valparaíso,
Edeval, 1996,p.94.
21
Osvaldo Montero de San Vicente, Flexibilidad del trabajo y derecho del trabajo, La flexibilidad
laboral
22
Américo Plá Rodríguez, Op.cit., p.826
23
Antonio Baylos Grau, Op cit., p.72.
17
18
IV.
Formas atípicas de contratación laboral
Pueden identificarse las formas atípicas -según Efrén Córdova-24: I. El trabajo no
declarado, es decir, el que se realiza al margen de las disposiciones laborales,
fiscales y administrativas; 2. El trabajo realizado por extranjeros que carecen de
permisos requeridos por la ley; 3. El trabajo familiar que, al amparo de los lazos de
parentesco permiten hacer caso omiso de las medidas de protección social y, 4. El
trabajo realizado en micro empresas, por insuficiencias en la inspección de trabajo,
actúan al margen de la legislación laboral.
En países como México, la expansión del empleo atípico responde a dos causas
fundamentales, según José Miguel Candia,25 la primera de ellas está relacionada
con la sobre oferta estructural de mano de obra y la presencia de importantes
contingentes de población activa que nunca lograron integrarse al sector moderno
de la economía y, la segunda, a partir del deterioro y recomposición de las
condiciones económicas del cambio sufrido por el aparato productivo y del ritmo
acelerado con que se incorporan las innovaciones tecnológicas y se aplican nuevas
técnicas en la organización del trabajo.
Podemos agregar a las causas anteriores la improductividad y desempleo en el
campo mexicano durante décadas, con el "retraso y dependencia tecnológica y
financiera del exterior".26
V.
Efectos nocivos de la contratación precaria
Ante la imposibilidad de prohibir o impedir las formas atípicas de empleo, por las
escasas y poco atractivas alternativas que ofrece la economía formal, a los
trabajadores, el trabajo atípico prolifera inevitablemente, de él han surgido
vocablos como flexibilidad y desregulación que anteriormente estaban ausentes del
diccionario laboral. El primero ha impactado en las formas de contratación, el
segundo insiste en eliminar las medidas regulatorias y tutelares establecidas por el
derecho del trabajo, para instaurar un mercado laboral libre que requiere la
Cfr. Efrén Córdova, "Del empleo total al trabajo atípico: ¡hacía un viaje en la evolución de las
relaciones laborales?, Revista Internacional del Trabajo, vol. 105, núm.4, Ginebra,octubre-diciembre
de 1986,p.435
25
Cfr. José Miguel Candia, Crisi económica, mercado de trabajo y precariedad laboral, Revista
Latinoamericana de Economía Problemas del Desarrollo, vol. XXIII, núm.
24
26
Néstor de Buen, Op cit,p.470
abolición de esos reglamentos gremiales que "constituyen obstáculos a la libertad
de intercambio y protecciones contra leyes del mercado".27.
En otros términos, significa deslegalizar las relaciones jurídicas. Las formas atípicas
deterioran, directa o indirectamente, las condiciones de trabajo. Este deterioro
encuentra su causa principal en el hecho de que algunas atípicas se caracterizan
por una ausencia total de regulación y otras, por una regulación disminuida, lo que
conduce a un menoscabo en el esquema de defensa y protección de los
trabajadores. Lo cual representa un retroceso para los derechos preexistentes, pero
nos hace reflexionar en la necesidad de que habrá de surgir un nuevo derecho del
trabajo adaptado a las "nuevas realidades sociales y económicas y a la previsible
evolución de las mismas28. Tal vez, también sea necesario prescindir, no sin cierta
nostalgia, del "perfume de eternidad y universidad,29que con tanta facilidad los
accidentales agregan en sus modos de pensamiento, tenemos que aceptar que el
derecho ha cambiado y nuevas metamorfosis influyen para que el mundo envuelto
en mutaciones y contrastes absurdos y paradójicos esté mudando de piel, ¿Hacía
dónde se dirige el trabajo humano? ¿Cuál será el porvenir del trabajo? El derecho
del trabajo ha de seguir existiendo, pero no como lo conocemos actualmente, con
sus elevados niveles de protección social, los cuales sólo han podido mantenerse
en épocas de prosperidad, pero que ha sido preciso "sacrificar en tiempos de crisis
o dificultades económicas".30 Porque si nos empeñamos en preservar todos los
derechos adquiridos sin cambiar las estrategias para adaptarnos a las nuevas
circunstancias correríamos el riesgo de estar haciendo guardia ante un montón de
cenizas".31
Pienso que el derecho del trabajo, a pesar de las exageradas premoniciones,
augurios y alusiones falsas y sensacionalistas, tendrá que sobrevivir por la única y
sencilla razón de que, hasta ahora, el trabajo, en su esencia de energía humana,
material o intelectual, tiene un carácter insustituible. Pero, además, el mundo no
puede permitirse que continúen los antagonismos entre los mercaderes del
esfuerzo ajeno, quienes hipertrofian y desquician en sus afanes de una insaciada
apetencia por el control de los mercados e intereses económicos, con marcada
Robert Castel,Trabajo y utilidad para el mundo, Revista Internacional del Trabajo, vol.115,núm 6,
Ginebra, OIT,1996,p.673
28
Federico Durán López, El futuro del derecho del trabajo, Civitas Revista Española de Derecho del
Trabajo, núm.78, Madrid, julio-agosto de 1996,p.606
29
Robert Castel, Op.cit.,p.661
30
Federico Durán López, Op. Cit., p.607
31
Ibidem,p.608.
27
indiferencia y menosprecio por los valores fundamentales que entrañan la dignidad
y el derecho a vivir para una gran mayoría, que no tuvieron la fortuna de nacer
propietarios, pero que, sin embargo, han sido los artífices indiscutibles del
progreso incesante, generador de cuantiosos beneficios para que unos cuantos
vivan en el ocio y la abundancia, frente a la miseria y angustia de la pobreza
laboriosa, fuente de toda riqueza.
VI.
Pluralidad Sindical
El principio de la pluralidad sindical es el corolario de la libertad de constitución de
los sindicatos, lo cual significa que los individuos son libres de constituir varios
sindicatos para una misma actividad profesional. Es el privilegio de escoger o elegir
entre diferentes sindicatos, optando por aquel que mejor se ajuste a sus ideas y
pretensiones.
Esto ocasiona una aparente contradicción, con lo antes expresado, pues, pues
supone que la necesidad táctica conjunta y la conveniencia de unión en la lucha, se
desvirtúa con la diversificación de asociaciones profesionales.
La pluralidad sindical debe partir de un hecho que es la igualdad absoluta entre los
diversos sindicatos, sin esta igualdad la facultad de crear "varios sindicatos no sería
más que una libertad ilusoria".32
En México, la tendencia es en "favor del sindicalismo plural, que parece congruente
con el principio de libertad sindical".33
Con el propósito de armonizar el principio de la libertad sindical, apareció en
Francia la noción del sindicato más representativo, en 1936. Esta noción constituye
una cierta atenuación del principio de pluralidad sindical. Acordar un carácter
representativo a ciertos sindicatos importantes para los efectos y su antigüedad, es
conferir una especie de monopolio que es la contradicción misma de la
"multiplicidad y de la igualdad de sindicatos".34 Y el resultado será un doble
atentado a la concepción tradicional de la libertad sindical.
Georges Spyropoulos, La liberté Syndicate, París, Libraire Générale de Droit et de Jurisprudence,
1956,p.278.
33
Néstor de Buen, Derecho del Trabajo, t.II.10ª de.,México,Porrúa,1994,p.658
34
Georges Spyropoulos,Op cit., p.282.
32
En resumen, se puede concluir en que existen argumentos a favor y en contra,
tanto de la unidad como de la pluralidad sindical, en tal sentido, Mozart V.
Russomano35 agrega la unidad sindical, limita la libertad, el sindicato único y
oficializado es producto artificial de la Ley, presa fácil para la voracidad
intervencionista del Estado, crea desconfianza en el espíritu del trabajador y la
pluralidad quiebra la unidad de la clase obrera, estimula la competencia entre los
sindicatos, la ambición de los líderes y debilita la organización obrera. El régimen
de pluralidad sindical presupone un sistema económico consolidado y un nivel de
desarrollo internacional importante.
VII.
La organización sindical más representativa
Esta figura es mencionada en el artículo 3, numeral 5, de la Constitución de la
Organización Internacional del Trabajo, la cual expresa el concepto "organizaciones
profesionales más representativas".36
Con posterioridad, el derecho positivo francés, en 1936, adoptó el vocablo de
referencia en razón de que la existencia de varias organizaciones, es decir, la
pluralidad sindical dentro de una misma profesión entran en disputa por la
representación. ¿A cuál otorgar la representación sindical y con que criterio?. Es
difícil fijar todos los elementos que deben ser tomados en cuenta. No basta
considerar sólo el número de afiliados, como "el único criterio para juzgar el
carácter representativo"37"siempre queda algún factor librado a la apreciación
direccional de la autoridad y su aplicación".38 El problema surge cuando "uno de
los sindicatos, legalmente constituidos, pretende representar los intereses de la
profesión o industria".39 La organización más representativa se concibe "sólo junto
a otras organizaciones más representativas".40 Para que puedan definirse la o las
organizaciones más representativas debe ser posible la concurrencia de varias con
iguales derechos e iguales probabilidades de éxito, en cuanto a su calificación.
Cfr. Mozart V. Russomano, Principios general del derecho sindical, Madrid, Instituto de Estudios
Políticos, 1961, pp. 106,107 y 108.
36
Constitución de la Organización Internacional del Trabajo, Ginebra, Diciembre de 1993,p.7
37
Américo Plá Rodríguez, "los sindicatos más representativos en el derecho laboral uruguayo",
publicado en la obra Derecho Colectivo Laboral, Buenos Aires, Depalma,1973,p.587.
38
Mario L. Deveali,Derecho sindical y de previsión social, 3ª de.., Buenos Aires, Víctor P. de Zavalia,
1957,p.62
39
Manuel Alonso Olea, Curso del derecho del trabajo,4ª de. Barcelona, Ariel,1973,p.190
40
Francisco de Ferrari,Derecho del trabajo,vol.IV,2ª de.,Buenos Aires,Depalma,1974,p.191
35
Ahora bien, existen dos posibles soluciones, la primera descansa en el sistema de
elección, los interesados deben hacer en cada caso concreto "una declaración
expresa de su voluntad mediante la emisión del voto {...} en la otra, el poder
público hace la interpretación de la voluntad profesional concediendo la
representación del sindicato más numeroso".41
En el caso de México, la legislación vigente establece en el artículo 388 que cuando
concurran en la misma empresa varios sindicatos, el contrato colectivo deberá
celebrarse con el que tenga mayor número de trabajadores, dentro de la empresa;
si concurren sindicatos gremiales con el conjunto de los Sindicatos mayoritarios
que representan a las profesiones; si concurren sindicatos gremiales y de empresa
o de industria, podrán los primeros celebrar un contrato para su profesión, siempre
que el número de los afiliados sea mayor que el de los trabajadores de la misma
profesión que formen parte del sindicato de empresa o de industria. Por su parte,
el artículo 389 indica que la pérdida de la mayoría declarada por la Junta de
Conciliación y Arbitraje, produce la de la titularidad del contrato. Como puede
observarse, en nuestro ordenamiento laboral prevalece el criterio a favor del mayor
número de trabajadores afiliados para obtener la representatividad.
El sindicato más representativo ejerce, finalmente, determinadas funciones
exclusivas que fundamentalmente se refieren a las de representación de la
profesión ante organismos públicos o personas privadas y de regulación de las
condiciones colectivas del trabajo, para "la profesión que el sindicato en cuestión
representa".42
VIII.
La autonomía universitaria y los derechos de los trabajadores
La reforma constitucional de López Portillo, en 1980, frustró las pretensiones del
rector Guillermo Soberón, quien pretendía adicionar el artículo 123 con un
apartado "C", para crear así un "régimen de excepción injusto e innecesario".43
La Constitución no puede ser mosaico de reglas y excepciones, sino una Ley
Suprema fundamentada en normas generales, por lo que resultó inadmisible el
proyecto mencionado.
Ibidem,p.192
Manuel Alonso Olea, Op cit., p.191
43
Néstor de Buen Lozano, El sindicalismo universitario y otros temas laborales, México, Porrúa,
1982,p.4
41
42
Sin embargo, la reforma dividió en las universidades a la organización sindical en
administrativa y académica, para incluir el sindicato de institución, el cual es
equiparable al de empresa, por lo que recibirá el mismo tratamiento, y los
sindicatos del personal académico o de personal administrativo tendrán el
tratamiento de sindicato gremial, Pero, las reglas a seguir son las previstas en el
artículo 388, en sus diversas fracciones, es decir, en los casos de pluralidad sindical,
el contrato colectivo debe celebrarse con el que tenga mayor número de
trabajadores y el artículo 389 especifica que la pérdida de la mayoría produce la de
titularidad. Fueron prohibidas las cláusulas de admisión y la de separación (Art.
395); fue establecido que el trabajador académico podrá ser contratado por
jornada completa, media jornada o por hora clase (Art. 356-M)
En otra parte se estableció que "en los contratos colectivos las disposiciones
relativas a los trabajadores académicos no se extenderán a los trabajadores
administrativos, ni a la inversa" (Art. 353-Q). Pero tal circunstancia resulta inevitable
en el procedimiento de huelga, en el caso universitario existe un patrón, uno o
varios centros de trabajo, contratos colectivos diferentes, con efectos y naturaleza
jurídica diferentes, tengo conocimiento que en la Universidad "Benito Juárez"
Autónoma de Oaxaca existen cuatro sindicatos titulares de cuatro contratos, ¿qué
hacer cuándo alguno de ellos promueve su revisión en la forma y términos que
manda la Ley, a través del procedimiento de huelga y por no haber acuerdo la
estalla?. Es evidente que va a extender su contrato ineludiblemente a los demás
sindicatos, son las mismas instalaciones, el mismo patrón, los mismos horarios y
representantes legales, ¿qué hacer jurídicamente?, ¿cómo resolver el problema en
forma legal?, ¿Cuál será el criterio a seguir?. Esta es la reflexión que yo vengo a
hacer con ustedes, en la búsqueda de mejores luces jurídicas que iluminen con
claridad el camino de las universidades públicas y privadas, sé que ustedes en su
mayoría, en calidad de abogados generales han vivido muy de cerca este problema
y le habrán encontrado alguna solución, no precisamente jurídica. No pretendo
enseñar el evangelio a los apóstoles, no he sido abogado general, pero he estado
cerca de algunos y he colaborado con ellos.
Con frecuencia, la autonomía universitaria ha sido el gran pretexto que sirve como
argumento a invocar -quizás no muy sólido- por los representantes legales de las
universidades, en su oportunidad también yo lo hice, sin embargo, a esa
promoción recayó el acuerdo de "agréguese al expediente", nada más. ¿Porqué la
Junta no ha podido fijar un criterio? Tampoco lo ha hecho el poder judicial.
¿Porqué subordinar los derechos de los trabajadores a la autonomía universitaria?
¿Con qué argumentos? La autonomía no implica en modo alguno "la ruptura con el
orden jurídico nacional"44 pero la disposición constitucional prevista en el artículo
3ro., fracción VII, establece que las relaciones laborales se normarán por el artículo
123, en los términos y las modalidades que establezca la Ley Federal del Trabajo
conforme a las características propias de un trabajo especial, de manera que
concuerden con la autonomía. Es sabido que la huelga no concuerda muy bien que
digamos, pero también no debemos olvidar que los trabajadores universitarios
nunca tendrán condiciones inferiores a las mínimas establecidas por la Constitución
y por la Ley (Arts. 3º,5º,fracción XIII,33,56 y 353-U), en este caso son dos normas
constitucionales del mismo rango y jerarquía, incluso el artículo 123 tiene en su
favor, además, el derecho de antigüedad, es anterior que el derecho a la
autonomía, ¿porqué subordinar y con que fundamento un derecho al otro?.
Además, no olvidemos que el artículo 449 de la Ley Federal del Trabajo, prescribe:
"La Junta de Conciliación y Arbitraje y las autoridades civiles correspondientes
deberán hacer respetar el derecho de huelga, dando a los trabajadores garantías
necesarias y prestándoles el auxilio que soliciten para suspender el trabajo".
IX.
Epílogo
El trabajo, como lo concebíamos hace algunos años, tiende a desaparecer. Las
innovaciones tecnológicas, la descentralización de las empresas y la flexibilidad de
la mano de obra, dejan paso a la era pos-industrial. Se acabaron aquellas inmensas
cadenas de montaje, con miles de obreros marchando al ritmo de la producción; se
acabaron también las oficinas ejemplares de los años 30's, con cientos de
secretarias perfectamente alineadas, tecleando en sus viejas máquinas de escribir y
la masiva salida de la fábrica, que filmaron los hermanos Lumiere, precursores del
cine, son ahora recuerdos nostálgicos.
En la industria automotriz observamos que cada robot sustituye a diez obreros y
las gigantescas naves de estas empresas parecen mausoleos olvidados: no hay
trabajadores, escasean. El trabajo, tal y como lo conocemos, se muere. Las
pretensiones oníricas del puesto fijo para toda la vida, la paga quincenal o a fin de
mes, han saltado por los aires, ¡ya no hay nada de eso!.
Con acertada razón ha expresado el ilustre profesor boloñés, Umberto Romagnoli:
"Iidiritto del lavoro é figlio della socierá industrialle" (El derecho del trabajo es hijo
44
Ibidem,p.26
de la sociedad industrial), pero nunca antes -dice Romagnoli- una madre había
maltratado tanto a sus hijos, al convertirse en madrastra, "piú matrigna che madre".
En sentido análogo, Antoine Jeammaud, destacado jurista francés, al querellarse
por los desajustes que impactan al mundo del trabajo, expresa: "¿Hace falta
quemar el Código del Trabajo? O, ¿habrá llegado el fin del derecho del trabajo?".
En suma, baste recordar que "el primer fundamento del valor del trabajo humano
es el hombre mismo,45 y que, por si esto no fuere razón suficiente, agregaremos
que del derecho a trabajar... nace el derecho a vivir.
José Barragán Barragán. La libertad de trabajo y profesión y la cuestión obrera en la Constitución
mexicana de 1917. Anuario Jurídico XVII, México, UNAM,1990,p.15
45
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