Mensaje del diputado nacional Martín Sabbatella Sr. Presidente. Quiero adelantar el voto positivo del bloque de Nuevo Encuentro al dictamen de mayoría que propone declarar de interés público la fabricación, comercialización y distribución del papel. Nuestro bloque es autor de uno de los proyectos que se ha considerado a la hora de la elaboración del dictamen. La iniciativa que estamos debatiendo es absoluta y llanamente a favor de la libertad de expresión, de la pluralidad de voces y del derecho ciudadano a la información. Esto queda clarísimo con la simple lectura del proyecto, pero es necesario subrayarlo porque, maliciosamente, algunos intentan cambiar el sentido de la propuesta e instalar que se trata de un avance en contra de los medios y en contra de los periodistas. Es muy obvio que no es así, Sr. Presidente; es muy obvio que, como muchas otras veces, quienes quieren desvirtuar los objetivos de esta ley esconden sus intereses tras banderas que arriaron una y otra vez. Hay que ser muy fantasioso para creer que el surgimiento y el desarrollo de más medios gráficos de comunicación, que la apertura de nuevas fuentes de empleo para los trabajadores de prensa, que la posibilidad de conocer otras opiniones y otras informaciones, van en contra de la libertad de expresión. Hay que ser muy maliciosamente creativo para instalar la idea de que la igualdad en el acceso al papel afecta la pluralidad, y que la mejor forma de garantizar la libertad de prensa es dejar que los más grandes impongan condiciones a los más chicos. Tampoco va a ser la primera ni la última vez que intenten convertir este Congreso en el bufet de abogados de ciertas corporaciones mediáticas. Pero esa posibilidad se alejó con el 54 % que le dijo sí a este proyecto nacional popular, que le dijo sí a este rumbo y que construyó una nueva mayoría para poner en sintonía este parlamento con este presente transformador. No iba a hacerlo, Sr. Presidente, pero en virtud de las citas de los diputados Amadeo y Favario, quiero mencionar unas palabras del ex presidente del Brasil. Decía el año pasado Lula Da Silva: “Tengo miedo de que dentro de cien años alguien vea un diario o una revista de esta época y tenga la peor impresión posible porque si uno agarra la prensa brasileña no se entera de lo que pasa”. “Si el pueblo fuese mejor informado, el pueblo sabría más cosas y las personas podrían hacer un mejor juicio de valor acerca de las cosas”. “Aquellos que siguen la política brasileña en ese momento se darán cuenta de que sería mucho más fácil si algunos medios de comunicación asumiesen, categóricamente, su compromiso partidista. Y entonces sabríamos quién es quién, pero no es así como funciona en Brasil. Al parecer, todos los medios son independientes, pero basta sólo ver los titulares para comprender que la independencia termina donde comienza el comercio”. Es probable, Sr. Presidente, que algunos y algunas que suelen referirse a la libertad de expresión, no compartan ese tramo de los fundamentos del proyecto del Poder Ejecutivo referida a la forma en la que se monopolizó el mercado del papel en Argentina. Tal vez varios de esos legisladores consideren increíble que algunos empresarios hayan sido capaces de transgredir la ley para apropiarse de bienes y obtener más ganancias; tal vez crean que es exagerado señalar que la posición dominante se tradujo en la desaparición de miles de publicaciones y el crecimiento exponencial de unas pocas. Nosotros creemos que fue y es así y por eso la importancia de esta ley. Nosotros escuchamos con atención y con respeto a los representantes de la compañía Papel Prensa; leímos los informes que nos acercaron y su relato sobre el pasado y el presente de esa empresa. Nosotros, como la inmensa mayoría de la sociedad, accedimos a la versión que insistentemente difunden a través de sus propios medios masivos. Pero también, gracias al funcionamiento de una Democracia que debemos defender y enriquecer cada día, conocimos la otra campana. La campana durante mucho tiempo silenciada. La campana de quienes fueron desplazados por los actuales accionistas mayoritarios, la campana de los miles de medios que en todo el país son condicionados por el control monopólico del mercado del papel en Argentina, la campana de quienes deben pagar ese insumo un 35 o un 40 % más caro que lo que pagan los medios del Grupo Clarín o La Nación, la campana de pequeños empresarios periodísticos que no pueden dar a conocer sus opiniones con libertad porque no pueden competir contra la posición dominante de esos medios, generando competencia desleal. El esclarecimiento acerca de cómo se conformó Papel Prensa, a través de qué métodos y con qué consecuencias, también está teniendo lugar en la Justicia y esperemos que pronto nos acerquemos a la verdad. Ese es el contexto en el que tiene lugar este debate. En esta sesión, que sin dudas se inscribe entre las más significativas del Congreso, vamos a aprobar o no que los medios gráficos de todo el país, más allá de su dimensión y de su tendencia política, tengan derecho a acceder al papel al mismo precio que los grandes medios. Vamos a aprobar o no que se revierta esa situación injusta que empezó a generarse hace 35 años. Y desde nuestro bloque, Sr. Presidente, desde Nuevo Encuentro, decimos que sí; que esta Democracia merece enriquecerse con muchas voces, con muchas opiniones, con esas con las que coincidimos y, por supuesto, también con las que no estamos de acuerdo. No le tenemos miedo a que nos silencien en algunos medios. No le tememos a las amenazas de invisibilización. No entendemos nuestra acción política o institucional como una dinámica de intercambio en la que trocamos convicciones por conveniencias. No vamos a ser parte de quienes canjean porciones de Democracia por centímetros en las páginas de un medio gráfico o por minutos de radio y televisión. La libertad de expresión no va a cambiar de significado por más empeño que le pongan los intérpretes del statu quo. Si son más quienes pueden opinar, si son más quienes pueden informar, sin son más quienes pueden criticar o estar de acuerdo, entonces hay más libertad de expresión. Y, en cambio, si ese es un derecho reservado a unos pocos, a los más poderosos, a los que tienen más dinero, entonces la libertad de expresión está restringida y no es digno llamarla “libertad”. Por eso, Sr. Presidente, es importante que quienes sinceramente defendemos la Democracia y la pluralidad de voces acompañemos esta iniciativa. Es importante que les permitamos a los medios gráficos de todo el país, a los que existen y a los que quieran nacer, la posibilidad de acceder a este insumo fundamental a un precio igualitario y sin condicionamientos. Es un paso que, sin duda, debemos dar quienes realmente queremos defender y ampliar las fuentes de trabajo de miles de periodistas, quienes sinceramente deseamos que se opine con libertad y quienes siempre nos preocupamos por el derecho de los argentinos y argentinas a expresarse y a estar informados. Hace dos años, en el marco de este presente transformador que lidera Cristina Kirchner, nos dimos la posibilidad de aprobar una ley ejemplar para democratizar la palabra, la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Hoy tenemos la oportunidad de seguir ampliando y profundizando esta Democracia. Con más Democracia de la palabra, con más Democracia de las voces, con más garantía de pluralidad de opiniones. Hoy vamos a dar un paso más a favor de la libertad de expresión. No dudo, Sr. Presidente, que somos muchos y muchas quienes trabajamos y militamos para que eso suceda. Muchas gracias.