1 Vista lateral del El Templete. Titulo: CEREMONIA FUNDACIONAL DE LA CIUDAD DE LA HABANA, DONDE CONVERGEN LA HISTORIA, LA RELIGIOSIDAD Y LA TRADICIÓN. AUTOR: Máster Rolando Zulueta Zulueta INSTITUTO CUBANO DE ANTROPOLOGÍA. 2 “Tres vueltas en silencio y un deseo. La petición será concedida si se realiza justo al pie del árbol monumental y, desde los bordes del día en que se celebra la fundación de la ciudad.¨ Vista frontal de El Templete. RESUMEN: El trabajo que presentamos Ceremonia Fundacional de la Ciudad de la Habana, donde convergen la Historia, la Religiosidad y la Tradición constituye el resultado parcial de una Observación Participante mediante la cual pretendemos corroborar la existencia de una cultura religiosa expresada mediante la praxis de grupos humanos determinados: iniciados o no en las religiones de ascendencia africana. Grupos humanos que expresan su fe religiosa sin la convocatoria de institución o líder religioso alguno. 3 Introducción El Templete, ubicado frente a la antigua Plaza de Armas de la ciudad habanera, se erige como espacio que da reconocimiento a la leyenda que la tradición centenaria ha traído hasta nuestro días; sosteniendo que bajo la sombra de una frondosa Ceiba1, localizada al noroeste de la plaza antes mencionada, fueron celebrados la primera misa y el primer cabildo de San Cristóbal de La Habana, en 1519, el mismo año de la fundación de esta villa. No obstante la tradición oral de siglos, algunos historiadores, antiguos y otros contemporáneos, ponen en duda la existencia de la mencionada Ceiba, árbol venerado y de una connotación y simbolismo muy especiales en la vida de los cubanos. Asimismo, muchos investigadores refieren que, efectivamente, en ese lugar hubo una Ceiba a cuyo tronco eran amarrados los esclavos negros para ser azotados. En la historiografía cubana, autores como Manuel Pérez Beato. José Manuel de Ximeno, José Martín Félix de Arrate, entre otros, han incursionado sobre el tema de la localización geográfica de la villa de San Cristóbal de la Habana y su acto fundacional. La Historia plantea que en 1754, el entonces gobernador de Cuba, don Francisco Cagigal, para conmemorar la fundación de San Cristóbal de Las Habana, mandó a erigir en el citado sitio una columna de tres caras que ostentaba en lo alto una imagen de la virgen del Pilar y en su base dos inscripciones alusivas a los supuestos acontecimientos que han sido recogidos y conservados en los textos de historia. En sus estudios al referirse al Templete, el sabio cubano Don Fernando Ortiz, planteó: "El simbolismo de la Ceiba de El Templete no era de carácter religioso y representaba por sí misma y en virtud de la consagración cívica que de ella se hizo, algo más que un hecho histórico. Sabemos que a los negros recalcitrantes se les condenaba a ser azotados en la Ceiba, como recuerda Pérez Beato, pero no compartimos la opinión de éste en el sentido de que esa Ceiba debió ser abominable. No. Creemos que la Ceiba de El Templete fue el antiguo y permanente emblema de libertades ciudadanas que conservamos en Cuba"2. 1 Según estudiosos, Arabbá es la deidad africana que da vida a la savia del frondoso árbol, hermano menor del Iroko africano, árbol muy grande, de tronco cilíndrico cuya madera tiene un color que varía entre el pardo amarillento y el pardo oscuro; es venerado por los yorubas y muy considerado por su hidalguía, es por tanto Iroko, el árbol sagrado para los yoruba, los cuales reconocieron en la Ceiba su equivalente o hermano menor. Es considerado la mansión de todos los dioses, según nuestros ancestros de la madre patria africana 2 Tomado de Web, La Jiribilla 4 De acuerdo con la leyenda, al desaparecer la Ceiba primitiva, fue allí mismo sembrada otra, que más tarde sería también remplazadas por otras. En 1828 fueron alzadas tres ceibas, de las que sólo arraigó una, y como el tiempo deterioró la columna de Cagigal, en ese año, se levantó un monumento mayor, El Templete. En la actualidad, se mantienen con vida las tradiciones relacionadas con la Ceiba y El Templete. De ahí que las fiestas de San Cristóbal se inicien unos minutos antes de la medianoche del día 15 de noviembre. En ese lapso, el Historiador de la Ciudad de La Habana sale del Palacio de los Capitanes Generales y se encamina hacia El Templete, portando una de las copas de votación (utilizadas en el antiguo ayuntamiento habanero), con centavos que toma y lanza a su paso, seguido de una gran cantidad de público. La comitiva se detiene un instante frente a la Ceiba de El Templete, para luego darle la vuelta al simbólico árbol, pidiéndole ver cumplidos sueños y deseos. Imagen de San Cristóbal de la Habana La tradición que se sigue está marcada por el sincretismo que impuso el encuentro entre las culturas africana y española. Esta, la de las tres vueltas a la Ceiba del Templete está muy relacionada con las leyendas africanas de Iroko y las del orisha Aggayú. Dada la herencia cultural existente, la Ceiba del Templete, se desdobla en espacio de confesión, pues a ella confiesan sus secretos y sentimientos cada 16 de noviembre, los que acuden a su tronco y con palabras mudas que están 5 en las manos, en las puntas de los dedos que se estiran para tocarla, y en agradecimiento y respeto la saludan como si fuera un pariente, y con los brazos extendidos se aferran a ella, la abrazan y la besan; habaneros o forasteros. Frente a este sagrado árbol del Templete, en La Habana Vieja, Patrimonio de la Humanidad, han aguardado en la cola, en espera de su turno reyes y reinas, presidentes, artistas, intelectuales, científicos y habaneros comunes. El Templete arquitectónicamente está inspirado en su homónimo de la ciudad vasca de Guernica, mayor y también con significativos valores históricos, con un gran árbol de roble. El pequeño edificio neoclásico de La Habana tiene en su interior tres grandes pinturas murales realizadas por el francés Jean Baptiste Vermay, inspirado en el acto fundacional de la villa, la inauguración del recinto y la bendición de la Ciudad por el obispo Juan José Díaz de Espada y Landa. Vermay, cuyas cenizas se guardan en El Templete, fue pintor de Napoleón I, en París En la realización de la ceremonia fundacional, existen muchos elementos relacionados con la tradición, la religiosidad y con la historia también; pero sobre todo hay mucho de la fe del asistente en que logrará sus deseos y conseguirá un futuro cada vez mejor. Todo ese tesoro histórico y cultural motivó a la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, para que en el 14 de diciembre de 1982, declarara Patrimonio de la Humanidad al Centro Histórico y las fortificaciones coloniales de la Ciudad de La Habana. Cuadro de Vermay en El Templete 6 Desarrollo: No constituye objetivo de este trabajo, incursionar en la Historia y la tradición entorno al acto fundacional de la villa de San Cristóbal de la Habana, hoy Ciudad de la Habana; capital del archipiélago cubano; sino el de apreciar las manifestaciones de la religiosidad popular en general y la religiosidad de las religiones de ascendencia africana, en particular, que se expresan durante la celebración de tal acontecimiento cultural. Para. La materialización del objetivo propuesto, nos apoyamos en la observación participante realizada la noche del 16 de noviembre del 2007. En el periodo de tiempo que se extendió entre las 7,30PM y las 8.00PM, observamos una población que superaba la cifra de mil individuos, la que a pesar de la baja temperatura reinante, dada la época del año(invierno) y la cercanía al mar; se mantuvo todo el tiempo disciplinada, en larga cola, en espera de su turno para poder realizar el acto ritual entorno al majestuoso árbol que marca para nacionales y extranjeros, el lugar donde se supone fundada la otrora villa colonial de San Cristóbal de la Habana. Del total de la población presente, por azar, se tomó una muestra de 75 personas, las que al estar acompañadas por menores; elevó la cifra a cien personas. La expresión de la religiosidad de los presentes pudo ser apreciada a través de elementos tales como: Motivaciones, Desarrollo de la actividad, Grupos Etarios, Vestuarios, Raza, Género, Indicador de frecuencia, Cantidad de personas presentes y Credo religioso. Por simple observación se pudo constatar que el público asistente a la celebración del nuevo aniversario de la ciudad, superaba la cifra de mil y la muestra escogida, permitió corroborar la presencia de personas de todos los grupos de edades que expresan bien claro la permanencia y continuidad de la tradición en el tiempo. Edad 0-7 Años 7-13 Años 13-16 Años 18-30 Años 30-60 Años + 60 Años Total Masc. 5 7 0 4 13 6 35 Fem. 5 8 0 11 32 9 65 Total 10 15 0 15 45 15 100 El grupo de edades perteneciente al Adulto Mayor, representó el 15% de la muestra en tanto el integrado por Niños y Jóvenes, aportó una cifra de 40 personas para un 7 40% del total; la suma de los tres grupos de edades, elevó el número de personas a 55 para un 55% de la muestra; cifras que por sí solas expresan la permanencia de la tradición. Pero este indicador, se cualifica aún más, cuando se analiza la presencia de niños y adolescentes acompañados por adultos o adultos mayores; lo que refuerza la transmisión de la herencia cultural y de la tradición; de forma generacional. Al observar el indicador género, tanto la muestra como la simple observación de la población, refirieron mayor presencia del sexo femenino, las que llevando niños en brazos o tomados de las manos se revelan como fuente de transmisión de la herencia cultural y de las manifestaciones de religiosidad popular. Analizar las cifras relacionadas con el color de la piel, permitió constatar la presencia equilibrada de los que se relacionan como blancos, mestizos y negros; lo cual reafirma una vez más la característica fundamental de nuestro país, la de ser un archipiélago integrado por población y cultura heterogéneas. Si bien la suma de la cifra de negros y mestizos supera el 50% de la muestra; los contabilizados como blanco no son nada despreciable al aportar el 30% de la misma. Los elementos Creencias religiosa, Tipo de religiones profesadas y Motivaciones; fueron de vital importancia en nuestro trabajo. Constatar que el 70% de la muestra posee creencias religiosas, constituyó una cifra elevada para la expresión de la religiosidad del pueblo cubano; solamente 5 personas que representaron el 5% de la muestra; refirieron no tener creencia religiosa alguna. Es dable plantear que en estos indicadores, no se relacionaron a los 25 niños; ya que se infiere que no poseen una apreciación consciente de los que significa la religión y la religiosidad como forma de expresión de la misma. La búsqueda de información a través del indicador Religiones Profesadas, permitió corroborar la presencia de individuos de diferentes credos religiosos, que sin ser convocados por Institución o líder religioso alguno, coinciden en el mismo espacio, en el que a través de la religiosidad; rinden respeto al santo patrón de la ciudad; al que el sincretismo religiosos heredado de la Colonia (1492-1898), develó para unos como San Cristóbal de la Habana y para otros se sincretizó en el Orisha Aggayú. Además, posibilitó constatar a individuos pertenecientes a las religiones católica, cristiana y de ascendencia africana como la Regla de Ocha-Ifá. Este indicador para el cual tampoco se contabilizó a los niños; posibilitó un determinado equilibrio al no preponderar las cifras de creyentes de una religión sobre otra. Profundizar en aspectos tales como la motivación de los allí presentes, cualificó nuestro trabajo; la petición de deseos, junto al cumplimiento de un ritual religioso como expresión de la religiosidad popular, reveló la alta cifra de 70 personas cuya presencia respondió a un acto de fe religiosa; que se acentuó cuando para el 49 % de la misma, o sea, para 45 personas, sus peticiones o deseos han sido cumplidos en una u otra medida, mientras para un 33,3% o sea, para 25 individuos, su presencia es justificada por un acto relacionado con un ritual; en este grupo de 8 personas se insertan los practicantes de la religión de ascendencia africana OchaIfá. Para este grupo en el que se contabilizaron 5 recién iniciados, la asistencia no fue con la intencionalidad de pedir deseos, sino, venerar el advenimiento de su santo coronado ó ángel de la guardia. En las cifras que se analizaron, no se incluyó a los niños, ni la correspondiente a la de los 5 individuos que al referir ser ateos; asistieron a la ceremonia movidos por la curiosidad. Si importantes fueron los indicadores anteriormente analizados, no menos resultó el relacionado con la frecuencia de asistencia, el que reveló como el 75%, o sea, 75 de las cien personas, repetían su presencia al acto fundacional de la ciudad; por lo que constituyen fieles exponentes de la continuidad y conservación de la tradición; en tanto, para el resto de los asistentes, incluyendo a los curiosos; en total, 25 personas, la ceremonia constituyó el especio en el que por vez primera se relacionaban con la historia y la tradición. Es importante esclarecer que de los 25 individuos que no repiten, se contabilizan 20 niños que en compañía de sus mayores, asistieron por vez primera a la actividad. La observación permitió presenciar atributos propios de las religiones de ascendencia africana, tales como: mazos de collares, ildé, Mano de Orula, vestuario propio de los iniciados en ese tipo de religión con sus colores característicos, entre otros. Ritual alrededor de la Ceiba 9 Conclusiones El 16 de noviembre representa el acto fundacional de la Ciudad de la Habana, así como una importante manifestación de la religiosidad popular cubana, a la vez que corrobora la permanencia de la cultura de la resistencia desarrollada en Cuba a través de la Historia. La ceremonia constituye acto de expresión del sincretismo religioso cubano, en el que se inserta la religión católica con San Cristóbal de la Habana y la religión africana con Aggayú. El acto de advenimiento del aniversario de la ciudad, al asistir creyentes de diversos credos religiosos y las autoridades del Gobierno y el Partido del territorio; constituye la materialización del cumplimiento del Artículo 8 de la Constitución de la República de Cuba, en el que se plantea: ¨ El Estado reconoce, respeta y garantiza la libertad religiosa. En la República de Cuba, las instituciones religiosas están separadas del Estado. Las distintas creencias y religiones gozan de igual consideración.”3 La presencia de diferentes grupos raciales prueba la religiosidad como patrimonio del pueblo cubano independientemente del color de la piel. Constatar la presencia de la mujer, resultó un dato evidente de su papel y lugar ante la religión y las diferentes formas de expresión de la religiosidad popular. Relacionar la presencia de participantes de los diferentes grupos de edades, permitió vislumbrar, además, la permanencia y conservación de la tradición del acto fundacional y con él, de la religiosidad de ascendencia africana; su continuidad y futuro con la presencia de niños y jóvenes en la actividad. Una vez más se corroboró que la expresión de la religiosidad popular, no precisa de la presencia de Institución o líder religioso alguno para expresarse. Tiene su materialización en la creatividad y espontaneidad con que la asumen los individuos. El indicador de frecuencia constituyó un elemento que permitió reafirmar cuan hondo ha calado en la población cubana el acto fundacional de la ciudad, así como, la permanencia de la tradición a través de la cual se devela la Historia y la Religión. 3 Ver Constitución de la República de Cuba, La Habana, 2005, p.17 10 Fuentes Consultadas: Bibliográficas: Betto, Frei: Fidel y la religión. Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La Habana, 1985. Borge, Tomás: Un grano de maíz. Conversación con Fidel Castro, Oficina del Consejo de Estado, La Habana, La Habana, 1985. Colectivo de Autores: Lecciones de Filosofía-Leninista. Editorial Félix Varela, La Habana, 2005, 2 T. Diccionario de Filosofía. Editorial Progreso, Moscú, 1984, p 371 Diccionario de Sinónimos y Antónimos. Editorial Océano, México 2000, p. 588 Ediciones Política: Pensamiento Revolucionario. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1971. Instituto de Historia de Cuba: Las luchas por la independencia nacional y las transformaciones estructurales 1868-1898, Editora Política, La Habana, 1996. Lenin, Vladimir: Acerca de la Religión. Editora Política, La Habana, 1982. Ramírez Calzadilla, Jorge: Religión y Relaciones Sociales. Un estudio sobre la significación socio-política de la religión en la sociedad cubana. Editorial Academia, La Habana, 2000. Ramonet, Ignacio: Cien Horas con Fidel. Oficina de publicaciones del Consejo de Estado. La Habana, 2006, 3era edición. Torres Cuevas, Eduardo y Loyola Vega, Oscar: Historia de Cuba 1492-1898. Formación y Liberación nacional. Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 2002. Documentales. Constitución de la República de Cuba, La Habana, 2005. Libreta de Trabajo de Campo. 11 Electrónica. La Jiribilla. (digital) 12 ANEXOS. GRUPOS ETARIOS. NOMINALIZACION EN % Niños: 25 25 % Adolescentes y Jóvenes: 15 15 % Adultos: 45 45 % Adulto mayor: 15 15% SEXO. Femenino: 65 65% Masculino: 35 35% RAZA. Negra: 50 50% Blanca: 30 30% Mestiza:20 20% RELIGIONES PROFESADAS. Cristiana 15 15% Religiones de ascendencia Africana 30 30% Católica. 25 25% PERSONAS CON ATRIBUTOS RELIGIOSOS Collares:15 Mano de Orula. 6 Vestidos todo de blanco. 12 15% 6% 12 % MOTIVACIONES. (Fe) Credo religioso: 70 93,3% Petición de deseos. 45 60 % Curiosidad. 5 6,6% 13 Ritual religioso. 25 33,3 % % DE CUMPLIMIENTO DE LA PETICION DE DESOS Si. 35 46,6% A veces. 10 13,3% FRECUENCIA DE ASISTENCIA. Primera vez. 25 25% Otras Ocasiones. 75 75 %