220-50337 Ref.- Las acciones solo pueden transferirse a los herederos en virtud de una sentencia aprobatoria de adjudicación. Se recibió su escrito radicado con el número 449,803-0, por medio del cual solicita a este Despacho un pronunciamiento con respecto a la situación que a continuación se plantea. Como herederos de unas acciones que su fallecida madre poseía en un banco, le han solicitado al mismo le sean sustituidas; sin embargo, dicha entidad exige para el efecto un proceso de sucesión, el cual rechazan los herederos por considerarlo costoso, y demandan en consecuencia la adopción de una alternativa diferente, pero, no obstante su solicitud, el banco afianza su posición manifestando que de no actuar de conformidad, tales acciones "quedarían como bien mostrenco". En primer lugar se debe señalar, que para que nazca a la vida jurídica un derecho subjetivo se requiere un hecho o causa. En efecto la muerte lo es, por lo que, al desaparecer la persona cesan sus derechos para ser adquiridos por sus herederos o legatarios. Sin embargo, por el hecho mismo de tratarse de un hijo legítimo del causante no se cobra automáticamente la calidad de heredero, sino que, se tiene vocación legal hereditaria para llegar a ocupar el lugar que en el campo jurídico dejó el de cuyus, momento a partir del cual se le difiere la asignación conforme a lo prescrito en el artículo 1013 del Código Civil, que prevé que la delación de una asignación es el actual llamamiento de la ley a aceptar o rechazar la herencia. De todas maneras la calidad de heredero, surge, cuando además de la vocación hereditaria, se acepta la herencia expresa o tácitamente. Valga anotar, que la apertura del juicio de sucesión implica que un patrimonio ha quedado sin sujeto por la muerte de quien fuera su titular, y en virtud del mismo se unen todos los derechos transmisibles que son los que dan lugar a la herencia. Expresa el profesor Arturo Valencia Zea, en su obra Derecho Civil Sucesiones, Tomo VI, Sétima Ed. Ed. Temis, pág. 110, que: "El proceso judicial de sucesión está integrado por el conjunto de medidas y actuaciones que es necesario adelantar ante el juez civil a fin de determinar quiénes son los herederos o legatarios, precisar la cuantía de la herencia, su administración, partición y adjudicación de los asignatarios." El cual se encuentra reglamentado en los artículos 571 a 624 del C. de P. C." (...) La apertura o iniciación del proceso de sucesión es diferente de la apertura de sucesión. Esta última se realiza invariablemente en el momento de la muerte del causante... En cambio, el proceso de sucesión se abre o se inicia cuando alguien le ha presentado al juez competente la demanda de la cual se da noticia de la muerte de una persona, los bienes que integran el activo junto con el respectivo pasivo y la declaración de que se acepta la herencia o legado; ante esta demanda el juez declara abierto el proceso de sucesión (C. de P.C. art. 589)" Lo anterior quiere decir que, mientras no se adelante el juicio de sucesión es imposible hacer ningún traspaso de bienes del de causante, no obstante tener vocación hereditaria. En ese orden de ideas, debe colegirse, que, en efecto es necesario abrir el juicio de sucesión para poder acceder a las acciones que poseía la difunta en el banco; mientras tanto, en las reuniones de la asamblea llevará la representación la persona que elijan por mayoría de votos los sucesores reconocidos en juicio, conforme lo dispone el inciso tercero del artículo 378 del Código de Comercio el cual es del siguiente tenor: "El albacea con tenencia de bienes representará las acciones que pertenezcan a la sucesión ilíquida, Siendo varios los albaceas designarán un solo representante, salvo que uno de ellos hubiese sido autorizado por el juez para tal efecto. A falta de albacea, llevará la representación la persona que elijan por mayoría de votos los sucesores reconocidos en el juicio" Representación de acciones en una sucesión ilíquida: En cuanto se refiere a la representación de acciones de la sucesión ilíquida, por mandato de la ley, corresponde a las siguientes personas según el caso: 1. 2. Cuando hay albacea con tenencia de bienes corresponde a él la representación. 3. Si no hay albacea, o habiéndolo éste no acepta el encargo, corresponderá la representación a la persona que por mayoría de votos designen los sucesores reconocidos en el juicio o el respectivo trámite sucesoral. 4. En el evento de que no existan sucesores reconocidos, la representación le corresponderá al curador de la herencia yacente designado por el juez, cuando la herencia haya sido declarada yacente (artículo 1297 del Código Civil). 5. Cuando ninguna de las situaciones anteriormente se verifique, no existe una persona que pueda representar válidamente los derechos de acciones de la sucesión ilíquida, por lo cual será necesario promover ante el juez la declaratoria de herencia yacente y la designación del curador que la representa. Siendo varios los albaceas, debe asignarse un sólo representante, salvo que uno de ellos haya sido asignado por el juez para el efecto. Los actos de administración y custodia realizados por los legitimatarios no reconocidos como herederos, no les confieren la representación de la herencia, ni la de elegir por mayoría votos la persona que represente las acciones de la sucesión. Para el caso del cónyuge sobreviviente, la representación y administración de los bienes que conforman la sociedad conyugal ilíquida le corresponde ejercerla a éste, conjuntamente con el albacea o con los herederos que hayan aceptado la herencia en los términos de los artículos 595 del Código de procedimiento Civil. Con lo expuesto se concluye, que al no darse ninguna de las anteriores alternativas, las personas con vocación hereditaria no podrían actuar en representación de las acciones del de cuyus, y menos aún podrían aspirar a que se les adjudiquen las cuotas de la causante, teniendo en cuenta que ello solo es viable en virtud de la sentencia aprobatoria correspondiente, evento en el cual surgirá la obligación para la sociedad de inscribir en el libro de registro de acciones la correspondiente adjudicación, tal y como lo prevé el artículo 195 del Código de Comercio, el cual procederá contra la exhibición del original o copia auténtica del documento pertinente (Artículo 406 ibídem). En los anteriores términos se espera haber resuelto la consulta, no sin antes advertirle que el alcance del presente pronunciamiento es el previsto en el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo. Rad. 449,803-0 Nit. 999.999.086