Hiparco de Nicea (190-120 A.C.) Es considerado el astrónomo más destacado de la antigüedad. Nació en Nicea, Bitinia, pero pasó la mayor parte de su vida fuera de su tierra, principalmente en Rodas, centro rival de Alejandría. Elaboró un catálogo de estrellas el año 129 A.C. Para ello montó un observatorio en Rodas, en donde él mismo construyó sus propios instrumentos, que le permitieran determinar con precisión la posición de las estrellas en el cielo. Con este fin seleccionó 850 estrellas brillantes, que dividió en seis categorías, según brillo aparente (o magnitud) y especificó la magnitud de cada estrella en su catálogo. Según la escala de Hiparco, mayor magnitud indica que la estrella es menos luminosa, esta escala ha permanecido hasta nuestros días, donde una estrella puede ser visible a simple vista hasta magnitud seis. Además, Hiparco descubrió la precesión de los equinoccios al comparar sus observaciones estelares con otras más antiguas, de unos 150 años antes. Se dio cuenta de que la dirección del polo celeste había cambiado. Esto se debe a que la Tierra tiene un movimiento similar al de un trompo en torno a su eje, que está inclinado respecto de la eclíptica. De esta forma el eje de la Tierra se mueve formando el manto de un cono, completando un ciclo en 26.000 años. Este gran sabio fue un precursor en haber tratado de hacer observaciones más exactas y numerosas, a diferencia de los estudiosos de la época que sólo describían los fenómenos más bien cualitativamente. Utilizó el método de Aristarco de Samos para medir la distancia a la Luna en un eclipse. Gracias a las correcciones que hizo a las mediciones de Aristarco obtuvo una distancia de 60 radios terrestres entre nuestro planeta y su satélite. Con el estudio de observaciones antiguas determinó con precisión la longitud del año y la desigualdad de las estaciones, llegando a un valor de la duración del año que sólo difiere en seis minutos con el real. Propuso que el sol se mueve durante el año sobre un epiciclo en la dirección este-oeste, mientras que el centro del epiciclo se mueve en un círculo alrededor de la Tierra, pero en dirección opuesta. Este modelo, si bien no corresponde a la realidad, es suficiente para dar una explicación a las observaciones que se tenían en esa época, en donde todas ellas habían sido hechas a simple vista. De la misma forma dio explicación al movimiento lunar con el uso de un epiciclo inclinado respecto a la eclíptica. Por otra parte, tuvo el mérito de introducir la trigonometría esférica en los cálculos astronómicos, habiendo hecho tablas de cuerdas (lados de los triángulos esféricos), primeras formas de las tablas de funciones circulares. Hiparco no logró completar una teoría sobre el movimiento de los planetas, pues se dio cuenta de que necesitaba un mayor número de observaciones precisas. Sin embargo, al abandonar la idea de construir dicha teoría, decidió realizar las observaciones necesarias para que en el futuro se pudiese completar. Por todo esto, es por lo que Hiparco es considerado uno de los más grandes pensadores de la Astronomía y el más excepcional de la antigüedad.