Tema 2: El Entrenamiento comportamental dentro del entrenamiento deportivo como sistema de búsqueda del rendimiento deportivo Rodrigo Jesús Arroyo Ruiz INDICE: 1. El Entrenamiento Deportivo: 1.1. Concepto de entrenamiento deportivo. 1.2. Características del entrenamiento deportivo. 1.2.1. Preparación general del deportista. 1.2.2. Preparación Especial del deportista: Preparación física, técnica, táctica, psicológica, biológica y teórica. 2. Aspectos de la preparación del deportista: 2.1. Funciones del entrenamiento comportamental: Áreas de intervención. 3. El Rendimiento Deportivo: 3.1. Definición y análisis. 3.2. Relación con el Entrenamiento Deportivo. 4. Análisis Comportamental del Rendimiento Deportivo: 4.1. Lugar en las Ciencias de la Motricidad. 4.1.1. Áreas de estudio. 4.1.2. Áreas de Actuación. Integración de los aspectos intervinientes. 5. Concepto de entrenamiento psicológico en el deporte: 5.1. Lugar del entrenamiento psicológico en el entrenamiento integral deportivo. 5.2. Definición del entrenamiento psicológico en el deporte. 5.2.1. El E.P. para la mejora de las habilidades mentales para la ejecución deportiva. 5.2.2. El E.P. para el incremento del rendimiento deportivo. 5.2.3. El E.P. como ayuda al crecimiento y bienestar personal del deportista. 6. La introducción de la planificación psicológica en el entrenamiento: 6.1. Problemas asociados: Falta de información y creencia de invariabilidad de las habilidades psicológicas. 6.2. Fuentes que apoyan su necesidad y efectividad. 1 1.) EL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO: 1.1.) Concepto de entrenamiento deportivo: En general, se puede definir como la forma principal de poner en práctica la preparación del deportista. Los rasgos más importantes del entrenamiento deportivo son: Primero, el entrenamiento deportivo en su forma típica y más eficiente representa un proceso didácticamente organizado que se caracteriza por aplicar rigurosamente todas las formas del proceso de enseñanza, educación y autoeducación (papel directivo del pedagogo-entrenador, expresado en su dirección directa o en la dirección general de acuerdo a los principios generales y especiales de carácter pedagógico, etc.) Segundo, el sistema metodológico de los ejercicios físicos constituye la base del entrenamiento deportivo con el fin de lograr el mayor efecto en el desarrollo siempre que sea posible dirigir plenamente el proceso del perfeccionamiento deportivo (o en el sentido más estricto, el progreso de desarrollo de la calidad del entrenamiento). Esto no quiere decir que en el entrenamiento deportivo no puedan aplicarse otros métodos, además de los ejercicios físicos. Se trata únicamente de que el sistema de ejercicios, subordinado a la lógica de la regulación óptima de los factores influyentes, conforma el centro metodológico del entrenamiento, la base metódica de su estructura (es una de las diferencias fundamentales del entrenamiento con relación a otras formas de preparar al deportista). De este modo, el entrenamiento deportivo es la forma fundamental de preparación del deportista, basada en ejercicios sistemáticos y la cual representa en esencia, un proceso organizado pedagógicamente con el objeto de dirigir la evolución del deportista (su perfeccionamiento deportivo). 1.2.) Características del entrenamiento deportivo: 1.2.1.) Preparación general del deportista: Todos los aspectos de la preparación se dividen en generales y especiales. La preparación general del deportista representa aquel aspecto del contenido de su preparación que no se concentra en la modalidad deportiva elegido por él, sino que amplía las premisas para obtener mayores éxitos en el entrenamiento dentro de la modalidad deportiva elegida y coadyuva al perfeccionismo asegurando el desarrollo armónico del deportista. Su preparación especial constituye el factor directo de la especialización en la modalidad deportiva escogida e incluye el estudio de la técnica y táctica de la disciplina deportiva dada así como la educación de las aptitudes físicas y psíquicas que concuerden con las particularidades específicas de la actividad deportiva elegida. 1.2.2.) Preparación Especial del deportista: Preparación física, técnica, táctica, psicológica, biológica y teórica: Partiendo de las direcciones generales de la educación y preparación del deportista, en el entrenamiento se resuelven las siguientes tareas fundamentales: § La preparación física: La preparación física es el desarrollo de las cualidades y capacidades físicas necesarias en la actividad deportiva. Al tener una orientación deportiva aplicada, la preparación física del deportista está íntimamente ligada, a la vez, con el desarrollo físico general, con el fortalecimiento y habituación del organismo. La preparación física general del deportista es el proceso de desarrollo de las capacidades físicas 2 que corresponden a las necesidades específicas del deporte concreto elegido para la especialización. § La preparación técnica: Se le llama preparación técnica del deportista a la enseñanza que se le imparte de los movimientos y acciones que constituyen el medio para librar la lucha deportiva o para efectuar los entrenamientos. En el proceso de la preparación técnica especial el deportista asimila la técnica del deporte dado, es decir, aprende las leyes biomecánicas de los movimientos y acciones relativas al objeto de la especialización deportiva y asimila prácticamente los correspondientes hábitos motores, elevándolos hasta el más alto nivel de perfeccionamiento posible. Conjuntamente con esto, en el entrenamiento deportivo, y en relación con él, se lleva a cabo la preparación técnica general. § La preparación táctica: La preparación táctica del deportista se lleva a cabo en estrecha ligazón con la preparación técnica. Mientras que la preparación técnica proporciona los medios para librar la lucha deportiva, la preparación táctica asegura el buen empleo de los mismos. También se puede definir concisamente la táctica deportiva como el arte de librar la lucha deportiva. La preparación táctica general comprende el aprendizaje de los fundamentos teóricos generales de la táctica deportiva y los procedimientos prácticos de su aprovechamiento en las diversas circunstancias, que en la medida de lo posible deben de ser parecidas a la de la actividad deportiva elegida, y también comprende el desarrollo de un amplio razonamiento táctico. La preparación táctica especial se estructura a base del material del deporte dado y se orienta al perfeccionamiento máximo de la destreza, hábitos y capacidades tácticas que son inherentes. § Se trata del componente La preparación psicológica: constitucional de las condiciones internas, marcadamente hereditario y no suficientemente considerado en la labor psicopedagógica. Los deportistas se diferencian entre sí en algo tan básico y determinante como los procesos de excitación e inhibición del sistema nervioso central, que explican aspectos tan diversos de la conducta deportiva como la adaptabilidad a condiciones cambiantes, la concentración de la atención o la tolerancia a la fatiga. Los estímulos y las demandas producen excitación en las células nerviosas, a la cual sucede una inhibición protectora que garantiza la recuperación. Los deportistas se diferencian en la fuerza y velocidad con que generan los procesos de excitación e inhibición y en el balance de los mismos. Un mismo estímulo físico (tiempo de duración de una carga máxima, calor intenso, etc.) o psíquico (reto de acercarse a la mejor marca en un último intento o en condiciones de déficit de tiempo, entre otros) provoca respuestas orgánicas diferentes y ejerce presiones de distinta magnitud en el sistema nervioso de los deportistas, marcando con ello el nivel de tolerancia y la probabilidad de éxito o fracaso de cada uno de ellos. § La preparación biológica: La preparación biológica comprende el conjunto de los factores que permiten al organismo conservar su estado de homeostasis funcional, gracias a la mejora de los procesos de recuperación – regeneración, tras el esfuerzo. 3 § La preparación teórica: Existe un amplio conjunto de conocimientos necesarios al deportista que rebasa el marco de los apartados de la preparación señalados. Se trata de los conocimientos de historia y sociología del deporte, de teoría y metodología del entrenamiento deportivo, y de disciplinas afines (la fisiología deportiva, la higiene, el control médico, etc.). La asimilación de estos conocimientos corresponde al apartado de la preparación propiamente teórica. La preparación teórica del deportista se realiza preferentemente en formas características de la instrucción intelectual y de la auto-instrucción (conferencias, seminarios, estudio individual, etc.). Esta preparación aparece en el entrenamiento deportivo en vínculo orgánico con la preparación física, técnica, táctica, psicológica, biológica, moral y volitiva como elemento de los entrenamientos prácticos. 2.) ASPECTOS DE LA PREPARACION DEL DEPORTISTA: 2.1.) Funciones intervención: del entrenamiento comportamental. Áreas de El aprendizaje motor ofrece las bases conceptuales para entrenar habilidades motoras con el mismo esquema que las técnicas de modificación de conducta. La mayoría de las veces, el estudio de las conductas o habilidades motoras tienen un objetivo aplicado de incremento de la eficacia en sus distintos contextos, en la escuela, en el deporte, en la vida cotidiana, o en el trabajo. Esa mejora supone cambiar las conductas con el mismo esquema funcional que el señalado para la modificación de la conducta: - Esencialismo Enfermedad Modelo médico Genetista Descriptivo Psicoterapia VS Modificación - Adaptabilidad contextual - Eficacia comportamental - Modelo comportamental - Aprendizaje - Experimental Se trataría de establecer una tasa inicial de la conducta del sujeto a partir de medidas operativas de sus dimensiones motoras. Sobre esta tasa inicial se definirían los objetivos y estrategias del entrenamiento, que se concretarían en programas que permitan modificar la conducta, en el sentido del incremento de la eficacia motora, dando como resultado operativo una tasa final, la cual nos permitirá controlar los efectos del entrenamiento. La anterior concepción de modificación del comportamiento motor, se puede utilizar en el ámbito de la psicología del deporte, entendida como tecnología del entrenamiento psicológico. Los sistemas operativos de comportamiento deportivo a modificar podríamos establecerlos en: 1. Estrategias competitivas, 2. Aprendizaje técnico, 3. Eficacia grupal, y 4. Clima general de entrenamiento. Mediante el primero, se pretende superar un tópico, inerte de tanto usarlo, como es el de la ansiedad precompetitiva, que representa una de las grandes inercias que se han dado también en la psicología del deporte. Esta inercia supone el traslado mecánico del modelo clínico, con bastantes préstamos del modelo médico, por el que el psicólogo actuaba ante el deportista igual que ante un paciente con unos niveles determinados de patología. 4 Precisamente, el problema de la emoción en el deporte y los constructor explicativos responden a ese enfoque. En su lugar el sujeto sin necesidad de reconocer ningún nivel patológico debe entrenarse en estrategias cognitivas, atencionales específicas o usando técnicas estándar adaptadas como las autoinstrucciones, o la desensibilización sistemática, que le ayuden a actuar más controlada y eficazmente ante los componentes de la competición: público, arbitro, ejecución… El segundo sistema, permitiría optimizar el aprendizaje técnico del deportista aplicando los principios actuales del aprendizaje motor, sobre transferencia, control de la práctica, conocimiento de resultados, etc. A través del tercero, se pretendería optimizar el clima del grupo deportivo, superando las tensiones y facilitando la satisfacción del deportista y la eficacia del comportamiento grupal en situaciones concretas, como en la aplicación de una táctica colectiva. El entrenamiento psicológico también puede servir para optimizar el clima general de entrenamiento, necesario cada vez más ante la creciente exigencia y desmotivación de los sistemas de entrenamiento físico y biológico actuales. Un modelo de la psicología deportiva, que sea operativo, y que la oriente hacia una tecnología de la eficacia competitiva a través de procedimientos de modificación de comportamiento deportivo en unas dimensiones de conducta relevantes, nos situaría en el mismo nivel que cualquier otra tecnología de entrenamiento, procedente de otras ciencias y con una indudable implantación en el ámbito del deporte. 3.) EL RENDIMIENTO DEPORTIVO: 3.1.) Definición y análisis: La capacidad de rendimiento deportivo expresa el grado de mejora posible de un rendimiento de orden motriz, en una actividad deportiva determinada. Las estructuras complejas que la condicionan dependen de cierto número de factores específicos. La capacidad de rendimiento deportivo sólo puede ser mejorada por medio de un entrenamiento complejo, debido a los múltiples factores que la rigen. Sólo un desarrollo armónico de todos estos factores permite alcanzar un rendimiento individual máximo. 5 Factores de condición física y coordinación neuromusculares (resistencia general, fuerza, velocidad, movilidad y destreza) Cualidades de personalidad (aptitudes, intelectuales, cualidades morales y psíquicas) Capacidad de rendimiento deportivo Capacidades y habilidades técnico-tácticas Factores morfológicos y factores de salud 3.2.) Relación con el entrenamiento deportivo: La mejora de la capacidad de rendimiento se obtiene por medio de la creación de estímulos apropiados de entrenamiento. Éstos actúan por el siguiente orden: - Carga de entrenamiento Modificación de la homeostasis Adaptación del organismo Mejora de las capacidades funcionales del organismo Sin embargo, para optimizar los efectos de la carga de trabajo en cada unidad de entrenamiento o en su conjunto, es indispensable saber cuáles son los componentes individuales y el grado de complejidad de sus interacciones, en el desarrollo de la capacidad de rendimiento. Los componentes de la carga de entrenamiento, lo que Letzelter denomina “las normas de la carga de entrenamiento”, pueden tener un aspecto cuantitativo y cualitativo, y determinan la especificación del entrenamiento considerado. Se distingue entonces: - La intensidad del estímulo (grado de fuerza del estímulo). La densidad de los estímulos (relación temporal entre las fases de trabajo y de recuperación). La duración del estímulo (duración de la acción de un estímulo aislado o de una serie de estímulos). El volumen de los estímulos (duración y número de estímulos por sesión de entrenamiento). La frecuencia de las sesiones de entrenamiento (número de unidades de entrenamiento por día, por semana, etc.). Para que los efectos de un estímulo de entrenamiento sean eficaces, no solamente hace falta considerar su aspecto cuantitativo (duración y volumen del estímulo, frecuencia de los entrenamientos), sino también su aspecto cualitativo (intensidad y densidad del estímulo). Después de una carga de entrenamiento se observa una disminución del estado funcional del organismo y, por consiguiente, un descenso de la capacidad de 6 rendimiento; luego, durante la fase de recuperación, un retorno progresivo al nivel funcional anterior a la sesión de entrenamiento, y finalmente una mejora del nivel funcional (aumento de la capacidad de rendimiento) más allá del nivel inicial. Si a continuación no se administra ningún estímulo de entrenamiento, se produce gradualmente una vuelta al nivel inicial anterior a la sesión de entrenamiento. Si los estímulos de entrenamiento se reparten con estímulos adecuados, se constata una mejora continua de la capacidad de rendimiento. Estímulos de entrenamiento Nivel de la capacidad de rendimiento deportivo Tiempo En el caso en que los estímulos de entrenamiento se sitúen en la fase de recuperación, incompleta, se produce un efecto de adición muy eficaz (Matveiev), y esto es lo que ocurre cuando los intervalos de reposo son cortos entre estímulos de entrenamiento aislado (repeticiones). Así pues, la recuperación es incompleta durante la pausa entre estímulos y ello genera rápidamente una disminución importante de las reservas energéticas de los músculos sometidos al esfuerzo. 4.) ANALISIS COMPORTAMENTAL DEL RENDIMIENTO DEPORTIVO: 4.1.) Lugar en las Ciencias de la Motricidad: 4.1.1.) Áreas de estudio: TECNICA MEDICA PSICOLOGICA EFICACIA COMPETITIVA 7 MOTORA 4.1.2.) Áreas de Actuación. Integración de los aspectos intervinientes: - Nivel de relación directa Procesos psicológicos de comportamiento humano. Psicología de la motricidad humana. Control motor. Aprendizaje motor. Habilidades, destrezas y desarrollo motor. Nivel de relación complementaria - Fisiología del ejercicio. - Fundamentos del entrenamiento deportivo. - Biomecánica deportiva. - Fundamentos de los deportes. Análisis comportamental del rendimiento deportivo Alto rendimiento: - Atletismo. - Natación. - G. Artística. - Etc. 5.) CONCEPTO DE ENTRENAMIENTO PSICOLOGICO EN EL DEPORTE: 5.1.) Lugar del entrenamiento psicológico en el entrenamiento integral deportivo: El psicólogo deportivo no ha de ser un profesional específico dentro del equipo técnico de los entrenadores. Se parte de la idea de liderazgo de grupo para ofrecer líneas de actuación de cara a una mejora del entrenamiento a través de las aportaciones que la Psicología del Deporte puede hacer a los entrenadores. Se busca por tanto una mejora de la calidad profesional del entrenador desde el concepto “entrenamiento integral”. Desde hace años, quizá tantos como existe la Psicología del Deporte como campo diferenciado dentro de nuestra disciplina, vemos que periódicamente se lanza la idea del psicólogo deportivo como figura necesaria dentro de los grupos y equipos técnicos de las entidades deportivas. En un mundo como la competición profesional: ligas, torneos, campeonatos, juegos olímpicos y demás eventos, donde se hace tanto hincapié en la máxima concentración en períodos competitivos y el entrenamiento de las habilidades perceptivo-motrices en los ciclos de entrenamiento, la aparición de una figura distinta al entrenador, aun trabajando de manera coordinada, que tiende a “sacar” al deportista de sus tareas especificas: preparación física, técnica o táctica, para realizar actividades fuera de contexto, puede percibirse por parte del atleta como un trabajo poco efectivo. Por otra parte, los problemas de liderazgo de equipo o de aceptación del entrenador en los deportes individuales no se solucionan mediante la incorporación de un segundo profesional, por mucho que se insista en que tiene una formación previa en la especialidad deportiva con la que trabaje. 8 Sin embargo, el componente psicológico dentro del trabajo con deportistas no debe cuestionarse, ya que es precisamente en él donde radica el éxito y la calidad que diferencia un sistema de entrenamiento de otro. 5.2.) Definición del entrenamiento psicológico en el deporte: 5.2.1.) El E.P. para la mejora de las habilidades mentales para la ejecución deportiva: • Mejora de las habilidades de comunicación, ya que se observa que la mayoría de barreras y distorsiones que los deportistas van creando en su desarrollo como practicantes y competidores se producen debido a fallos a la hora de comunicar las intenciones del entrenador, la falta de comprensión en sus métodos y sistemas y los mecanismos de distorsión cognitiva que ello genera. Encontramos entrenadores con gran conocimiento que no consiguen sacar ese “cien por cien” de sus deportistas ya que transmiten de manera deficiente sus mensajes. Trabajar esta faceta hace no sólo que la percepción de la información y los canales de diálogo se mantengan abiertos, sino que sirve como modelo de actuación para los deportistas en su interacción con el resto de compañeros, en el caso de los deportes de equipo. • Utilización de técnicas de mejora del estado de forma como parte del entrenamiento deportivo. Las técnicas de métodos de autoayuda contribuyen a la mejora de la práctica de las habilidades deportivas en equipo. Por otra parte, el rol del psicólogo como entrenador deportivo o asesor de los deportistas, hace que el grado de intervencionismo del profesional de la Psicología Deportiva sea visto como positivo, ya que la labor de asesoramiento y de trabajo personal que este tipo de enfoques propone al cliente reduce en gran medida la apreciación de que es el psicólogo quien da las indicaciones, sino que éstas son producto de las decisiones tomadas de manera consciente por el individuo. • Manejo de situaciones específicas dentro del entrenamiento y la competición. Es frecuente la solicitud de asesoramiento psicológico cuando aparecen problemas de rendimiento deportivo o de situaciones personales que afectan al mismo. En estos casos se demanda del psicólogo una ayuda cuando el problema se encuentra asentado o no ha sido posible dar solución con otro tipo de estrategias. Evidentemente, no estamos a favor de relegar al psicólogo a esta única función, ya que las posibilidades de éxito en el abordaje de situaciones problemáticas es directamente proporcional al tiempo que éstas circunstancias se lleven dando, al grado de compromiso de cambio por parte de los participantes y a la presencia o ausencia de factores que puedan ser directamente controlables por los deportistas y entrenadores, pero si el conocimiento de la realidad se hace desde un seguimiento periódico de las actividades y resultados obtenidos, la actuación en estos casos se puede realizar desde antes a través de las pautas de trabajo que pueden darse al entrenador sobre cómo prevenir y/o atajar los problemas de interacción, convivencia o bajadas de estados de animo que las diversas situaciones deportivas generan en el deportista. • Mejora en la planificación del entrenamiento a largo plazo. En situaciones en las que se requiere un trabajo en el que los logros son 9 más lentos que en la competición profesional. Trabajar en el diseño, consecución y evaluación de objetivos deportivos puede ser la clave para que esta espera no sea percibida de manera ansiógena por los implicados en la práctica del deporte. Por otra parte, la adecuación de la formulación de ciertos objetivos y su conversión en metas alcanzables por uno mismo, no a partir de las influencias externas, mejora la percepción del “locus of control” del sujeto, y reduce la frustración ante la derrota. 5.2.2.) El E.P. para el incremento del rendimiento deportivo: Todo buen entrenador sabe que ha de manejar determinadas habilidades si quiere lograr un rendimiento óptimo y duradero, y que estas estrategias no vienen de sus conocimientos técnicos y tácticos sino mas bien de su capacidad de observación, de afrontamiento de cuestiones puntuales, de su capacidad de comunicación, del manejo de contingencias… ¿Cuál es, pues, el hueco que la Psicología puede, y debe, rellenar de cara a su aceptación e incorporación plena dentro del deporte? La respuesta va dirigida al concepto de “entrenamiento integral”. Esta idea, ya conocida dentro de ciertos métodos de entrenamiento en los que se conjuga la preparación física con el entrenamiento técnico-táctico, puede ser la base de la conjugación del trabajo del psicólogo deportivo como parte del equipo técnico que asesora al entrenador, mediante la formación de monitores y preparadores deportivos en aquellas estrategias y metodologías propias de la Psicología y favoreciendo la inclusión dentro de sus programas de entrenamiento aquellas técnicas que optimicen el rendimiento de sus deportistas. Ya Weinberg y Gould (1996) insisten en la idea de unir conocimientos teóricos con práctica profesional. De hecho, un manual clásico para los psicólogos deportivos aplicados como el de Harris y Harris (1987) esta dirigido especialmente a los entrenadores que desean aplicar los conocimientos de la Psicología a su trabajo cotidiano mediante la explicación de técnicas como el trabajo por objetivos, la relajación y la visualización, la concentración, el afrontamiento cognitivo y otras. Visto de este modo ¿cuál sería el modo de trabajo del psicólogo deportivo que proponemos y en qué se diferencia del existente hasta ahora? En primer lugar proponemos al profesional conocedor de la práctica deportiva, pero no vemos necesaria su especificidad con los deportistas sino con los entrenadores, es decir: no creemos viable la presencia del psicólogo deportivo del equipo “X” o del atleta “Y”, pero sí sería deseable que en entidades deportivas, ya sean clubes, escuelas deportivas o asociaciones, se cuente con la presencia de un profesional encargado de diseñar las actuaciones pertinentes según las necesidades del sector/especialidad con el que vaya a trabajar, con el momento de la temporada deportiva y las demandas que este hecho genera en los atletas, y que se mantenga un contacto permanente con aquellos entrenadores de una misma disciplina. Dentro de este sistema, y en segundo lugar, nuestra propuesta iría dentro de estos posibles campos de actuación: a. Formación de monitores y entrenadores en aquellos temas específicos de la especialidad deportiva con la que se trabaje, para sensibilizar sobre la importancia del plano psicológico en el deporte y propiciar el contacto entre profesionales a modo de “terapia de grupo” que permita el intercambio de opiniones sobre un mismo tema. El uso de la resolución de casos suele ser un modo de trabajo sencillo y a la vez práctico que suele ser bien recibido por los profesionales intervinientes, ya que compartir experiencias y contrastar las posibles soluciones a las situaciones propuestas puede dar ideas al técnico deportivo en el planteamiento de las distintas dificultades que pueda encontrar en su trabajo. 10 b. Diseño de instrumentos que puedan aplicarse por parte de los entrenadores para la obtención de información relevante. En estos casos estaría también la adecuación de aquellas pruebas y cuestionarios estandarizados a la realidad deportiva con la que se esté trabajando. Dada la amplia experiencia en el uso de protocolos de observación de habilidades físicas y técnicas, el entrenador puede utilizar algunos de estos instrumentos para comprobar y conocer cuáles son las variables psicológicas más susceptibles de presentar variación, cómo detectarlas dentro del repertorio de conductas del atleta y cómo evaluar su mejora y adaptación a la situación requerida. c. Observación de facetas y aspectos mejorables de la práctica entrenadora para su posterior trabajo supervisado. 5.2.3.) El E.P. como ayuda al crecimiento y bienestar personal del deportista: Numerosos estudios teóricos y observaciones empíricas han llegado a la conclusión que, el nivel de autoestima aumenta favorecido por la superación de la propia perfomance. En aquellas personas con una acentuada disminución de la autoestima, además de la necesaria ayuda específicamente terapéutica, la práctica de algún deporte accesible, le proveerá de un cierto autoreconocimiento o un reconocimiento por parte de los otros que favorecerían la adquisición del bienestar necesario para cada ser humano. El deporte en mismo, puede hacer que una persona logre prestigio, se la valorice, se la acepte y reconozca. Salvo raras excepciones a un deportista verdadero se le conocen desviaciones psicológicas profundas, pero ante determinadas situaciones que superen su estructura pueden llegar a generársele conflictos que alteren el normal crecimiento profesional. En todos aquellos casos que el entrenador haya percibido algún conflicto de inferioridad en el atleta que haya disminuido su autoestima e incrementado negativamente sus aspectos competitivos, no solo podrá ayudarlo derivándolo al profesional especializado sino que sería conveniente le pautara metas posibles, reales y susceptibles de ser logradas con el objeto de no introducir en la vida de ese deportista, otros niveles que le incrementen su angustia al no poder obtener el éxito esperado acorde con los objetivos propuestos. En este aspecto la relación entrenador atleta debe ser sutil y delicada y a medida que el atleta va venciendo ciertas inhibiciones se podrá ir incrementando su nivel de aspiraciones en vistas al logro de un mejor rendimiento. Esta progresión paulatina va mejorando la “perfomance” deportiva y asegurando una mejor calidad de vida personal. 6.) LA INTRODUCCIÓN DE LA PLANIFICACIÓN PSICOLÓGICA EN EL ENTRENAMIENTO: 6.1.) Problemas asociados: Falta de información y creencia de invariabilidad de las habilidades psicológicas: La planificación del entrenamiento deportivo es un apartado de suma importancia cuya metodología (es decir, la forma de planificar; no el contenido deportivo que es objeto de ello) puede beneficiarse, notablemente, de estrategias y matices psicológicos. Un entrenamiento productivo es parte de una planificación apropiada y, por ello, es conveniente que los entrenadores perfeccionen su forma de planificar, incorporando los conocimientos psicológicos pertinentes. Dentro de este apartado, 11 debe considerarse la necesidad de una planificación preventiva que contribuya a evitar el agotamiento psicológico que podría producirse como consecuencia de las demandas y características del entrenamiento deportivo. La adherencia de los deportistas, se refiere a la asistencia regular y puntual a las sesiones de entrenamiento y a las distintas actividades que lo complementan (sesiones de fisioterapia, reconocimientos médicos, tratamiento farmacológico, plan de alimentación, etc.), así como al cumplimiento apropiado de las tareas concretas que los deportistas deben realizar. Su importancia es evidente, pues sólo se podrá obtener el máximo aprovechamiento del plan de preparación, si los deportistas lo cumplen en la medida prevista. Sin embargo, en muchos casos, el absentismo laboral de los deportistas, o su incumplimiento parcial de las tareas programadas, son bastante elevados; y también se observa, aunque en menos ocasiones, la situación contraria: un exceso de adherencia que sobrepasa las exigencias del plan de trabajo trazado. En ambos casos, por defecto o exceso, la preparación de los deportistas no alcanzará el nivel que podría lograr con una adherencia adecuada, y aumentará el riesgo de lesiones y otras complicaciones (Ej. problemas internos, deterioro de las relaciones interpersonales, adicción incontrolada al entrenamiento) que entorpecerán, aún más, el proceso de entrenamiento. La prevención de los déficits y los excesos de adherencia, antes de que aparezcan, y su corrección apropiada, cuando ya estén presentes, son dos objetivos a los que puede contribuir la Psicología de manera decisiva. La trascendencia del aprendizaje de habilidades y otras conductas relevantes es obvia, debiendo diferenciarse el aprendizaje de la ejecución técnica del aprendizaje de la toma de decisiones táctico/estratégicas. Además, en el primer caso, deben distinguirse los movimientos específicos de cada deporte de las conductas basadas, fundamentalmente, en la movilización de esfuerzo; y, en el segundo caso, las decisiones sobre el plan estratégico de actuación en la competición, de las decisiones sobre la ejecución inmediata y las decisiones sobre el mantenimiento o replanteamiento de la estrategia previamente trazada. En todos los casos, el conocimiento de los mecanismos y estrategias psicológicos que contribuyen al aprendizaje, y su integración en el método habitual de entrenamiento, puede favorecer, significativamente, que los deportistas mejoren su repertorio de conductas deportivas. En este apartado, debe integrarse un subapartado dedicado al aprendizaje de habilidades psicológicas (Ej. autoevaluación y autorregulación de la activación, autoinstrucciones, etc.) cuyo dominio aumente las posibilidades de rendimiento de los deportistas en la competición y en el propio entrenamiento. En la mayoría de las especialidades deportivas, no es suficiente dominar las habilidades necesarias para competir, sino que éstas deben ensayarse, repetidamente, con el objetivo de lograr su perfección y puesta a punto. A menudo, este ensayo repetitivo, por aburrimiento o simple rutina, provoca un déficit de atención que perjudica el rendimiento de los deportistas e impide el máximo aprovechamiento de los ejercicios del entrenamiento; y otras veces, cuando requiere un sobreesfuerzo físico, puede producir sensaciones de cansancio y/o dolor que aumentan el sufrimiento e interrumpen la correcta realización de la tarea. En ambos casos, la incorporación de estrategias psicológicas puede aliviar estas dificultades, permitiendo que los ejercicios de repetición cumplan con sus objetivos específicos dentro del plan de preparación. 6.2.) Fuentes que apoyan su necesidad y efectividad: El entrenamiento deportivo, fundamentalmente el de alta competición, no puede detenerse en el aprendizaje y la repetición de habilidades, sino que debe abarcar, también, la preparación de los deportistas para que sean capaces de rendir, al máximo de sus posibilidades reales, en las condiciones ambientales "motivantes / estresantes" que caractericen a la competición en su deporte. Algunos deportistas, a través de su experiencia, han desarrollado una enorme capacidad para competir aún en los momentos más críticos, pero son muchos, 12 jóvenes o veteranos, los que carecen de este atributo y fracasan, una y otra vez, en las competiciones más trascendentes. La incorporación del conocimiento psicológico al método de entrenamiento, puede resultar decisiva para que los deportistas toleren y controlen, debidamente, los elementos motivantes o estresante de las competiciones deportivas, desarrollando y fortaleciendo, así, su capacidad como competidores. Otro de los cometidos del entrenamiento deportivo, es la preparación específica de cada competición. Diversas estrategias psicológicas pueden ser incorporadas al método que, habitualmente, con independencia de su contenido estratégico, utilizan los entrenadores con este propósito concreto. Estas estrategias, pueden ser muy útiles para mejorar la eficacia del trabajo de preparación, en beneficio del rendimiento en la competición. Por último, la incorporación de la metodología desarrollada por la evaluación psicológica, puede optimizar la evaluación del entrenamiento deportivo, contribuyendo a que los entrenadores apliquen procedimientos rigurosos que les ayuden a conocer mejor lo que realizan en el entrenamiento y sus distintos efectos y, por esta vía, puedan aumentar sus posibilidades de control sobre el proceso de entrenamiento de sus deportistas. Por tanto, en todas las áreas relevantes del entrenamiento deportivo, pueden aplicarse estrategias psicológicas que enriquezcan el trabajo que se realiza con los deportistas, optimizando, así, sus posibilidades de rendimiento. El psicólogo debe responsabilizarse de detectar y evaluar las necesidades psicológicas de los deportistas; planificar, de acuerdo con el entrenador, el trabajo psicológico a desarrollar en los tres bloques de estrategias señalados; entrenar a los deportistas para que desarrollen y perfeccionen las habilidades psicológicas que corresponden al segundo bloque; entrenar o asesorar a los entrenadores para que apliquen el conocimiento psicológico en el ámbito del primer bloque; velar por la apropiada interacción de la Psicología que se aplica en cada uno de los tres bloques; y evaluar el contenido y los efectos de la intervención psicológica por cualquier vía. En definitiva, la aportación de la ciencia psicológica al entrenamiento deportivo, puede resultar decisiva. Para ello, debe comprenderse que el entrenador tiene su papel específico aplicando la Psicología y el psicólogo deportivo el suyo; y que los dos son complementarios y necesarios si se pretende obtener el máximo rendimiento. Desde esta perspectiva, es importante que los entrenadores y los psicólogos adquieran el conocimiento psicológico que les ayude a realizar eficazmente su trabajo. BIBLIOGRAFIA: Ø MATVEEV, L. (1983). Fundamentos del entrenamiento deportivo. Ø WILLIAMS, J. M. (1991). Psicología aplicada al deporte. Ø MATVEEV, L. (1980). El proceso del entrenamiento deportivo. Ø WEINECK, J. (1988). Como lograr el máximo rendimiento. Ø OÑA, A. (1994).Comportamiento motor: bases psicológicas del movimiento humano. 13