ANÁLISIS DE TEXTOS Texto 1 «Tanto me he acostumbrado estos días a separar mi espíritu de los sentidos, y tan exactamente he advertido que es muy poco lo que sabemos con certeza acerca de las cosas corpóreas, así como que sabemos mucho más del espíritu humano, y más aún de Dios, que ahora ya no tendré dificultad en apartar mi pensamiento de la consideración de las cosas sensibles o imaginables, para llevarlo a las que, desprovistas de toda materia, son puramente inteligibles. Y, sin duda, la idea que tengo del espíritu humano, según la cual éste es una cosa pensante, y no una extensa con longitud, anchura ni profundidad, ni participa de nada de lo que pertenece al cuerpo, es incomparablemente más distinta que la idea de una cosa corpórea.» (R. DESCARTES, Meditaciones metafísicas). a) ¿Por qué considera Descartes que sabemos más del espíritu humano y de Dios que de las cosas corpóreas? b) Explica cuál es la intención de Descartes al considerar que el yo es únicamente pensamiento y distinto del cuerpo. Texto 2 «No tenemos idea alguna de sustancia de ningún género, puesto que sólo tenemos ideas de lo que se deriva de alguna impresión, y no tenemos impresión de sustancia alguna, sea material o espiritual. No conocemos nada sino cualidades y percepciones particulares. En lo que se refiere a nuestra idea de cuerpo, un melocotón, por ejemplo, es sólo la idea de un particular sabor, color, figura, tamaño, consistencia, etc. Así, nuestra idea de mente es sólo la idea de percepciones particulares, sin la noción de cosa alguna a la que llamamos sustancia, sea simple o compuesta.» (D. HUME, Resumen del Tratado de la naturaleza humana). a) Explica en qué parte del texto se menciona el criterio de verdad de Hume para negar la idea de sustancia y cuál es dicho criterio. b) Señala qué conclusiones se derivan para la metafísica de las ideas del texto. Texto 3 «El matemático, el hombre de ingenio, el filósofo de la naturaleza, ¿qué consiguen al hacer a la metafísica blanco de sus burlas jactanciosas? Dentro de ellos suena una voz que los incita constantemente a realizar un intento dentro del campo metafísico. Si como hombres no buscan su meta final en los designios de esta vida, no pueden por menos de preguntarse: ¿quién soy yo? ¿De dónde procede el universo? Y el astrónomo se ve más acuciado que nadie a preguntas como éstas. No puede por menos de indagar algo que satisfaga éstas sus inquietudes. Pues bien, con el primer juicio que emita acerca de estos problemas entrará en el terreno de la metafísica. ¿O acaso quiere confiarse, sin guía alguna, a la persuasión que pueda irse formando en él, a pesar de no disponer de un mapa del terreno que pretende recorrer? En medio de esta oscuridad se enciende la antorcha de la crítica de la razón pura, pero ésta no alumbra precisamente las regiones para nosotros misteriosas situadas más allá del mundo de los sentidos, sino los rincones oscuros de nuestro propio entendimiento.» (I. KANT, Crítica de la razón pura). a) Explica por qué la crítica de la razón pura se compara, en este texto, con una antorcha. b) En este fragmento, Kant trata de forma muy diferente los interrogantes metafísicos (por ejemplo, ¿quién soy?) y las respuestas metafísicas. Explica en qué consiste esta diferente valoración y por qué se da. Texto 4 «No se puede dudar de que todos nuestros conocimientos comienzan con la experiencia, porque, en efecto, ¿cómo habría de ejercitarse la facultad de conocer, si no fuera por los objetos que, excitando nuestros sentidos de una parte, producen por sí mismos representaciones, y de otra, impulsan nuestra inteligencia a compararlas entre sí, enlazarlas o separarlas, y de esta suerte componer la materia informe de las impresiones sensibles para formar ese conocimiento de las cosas que se llama experiencia? En el tiempo, pues, ninguno de nuestros conocimientos precede a la experiencia, y todos proceden de ella. Pero si es verdad que todos nuestros conocimientos comienzan con la experiencia, todos, sin embargo, no proceden de ella, pues bien podría suceder que nuestro conocimiento empírico fuera una composición de lo que recibimos por las impresiones y de lo que aplicamos por nuestra propia facultad de conocer (simplemente excitada por la impresión sensible), y que no podamos distinguir este hecho hasta que una larga práctica nos habilite para separar dos elementos. Es, por tanto, a lo menos, una de las primeras y más necesarias cuestiones, y que no puede resolverse a la simple vista, la de saber si hay algún conocimiento independiente de la experiencia y también de toda impresión sensible. Llámase a este conocimiento a priori, y distínguese del empírico en que las fuentes del último son a posteriori, es decir, que las tiene en la experiencia.» (I. KANT, Crítica de la razón pura). a) Explica por qué Kant puede sostener la aparente paradoja de que los conocimientos comienzan con la experiencia, pero no proceden de ella. b) Relaciona el texto con el pensamiento moderno y, en concreto, con las corrientes racionalista y empirista. c) En el fragmento se define el conocimiento como la “composición de lo que recibimos por las impresiones y de lo que aplicamos por nuestra facultad de conocer”. Explica este enunciado y define los términos principales que aparecen.