UNIDAD I. DERECHO A LA NACIONALIDAD CONCEPTO DE DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO. Tenemos tres caminos si se trata de conceptuar una rama del Derecho Internacional Privado: a) No dar un concepto propio y limitarse a transcribir conceptos ajenos; b) Dar un concepto propio eludiendo referencias a las definiciones o conceptos de otros autores, o c) tomar varios conceptos, elegidos un tanto arbitrariamente, hacer un juicio critico de ellos y después dar u concepto propio recogiéndolos elementos no desechados de las nociones examinadas. Esto ultimo es lo que haremos y al decirlo así, tenemos clara conciencia de que es imposible analizar todos los conceptos que hasta la fecha se han dado. El tratadista mexicano Luís Pérez Vendía llama Derecho Internacional Privado a una modalidad de Derecho Privado que tiene por objeto someter las relaciones sociales entre in dividuos, a las reglas jurídicas que convengan a su naturaleza, o el conjunto de principios que definen los derechos de los extranjeros y la competencia de las diversas legislaciones en lo que concierne a las relaciones internacionales de orden privado. José Algara, propone la siguiente definición: “El conjunto de principios positivos o filosóficos, que regulan las relaciones jurídicas, civiles y penales, de los individuos sujetos a diversas leyes, estableciendo cuál de estas debe preferir para resolver el conflicto. Antonio, Sánchez de Bustamante, “el conjunto de principios que determinan los limites en el espacio de la competencia 1 legislativa de los Estados, cuando ha de aplicarse a relaciones jurídicas que pueden errar sometidas a más de una legislación. La definición de Bustamante es una de las mejores logradas, únicamente, el inconveniente de que utiliza la expresión “competencia legislativa”. Rafael Conde y Luque, “Aquella parte de la Enciclopedia Jurídica cuyo objeto es constituir la personalidad jurídica del extranjero, atribuirle los derechos civiles y determinar la ley que debe regir estos derechos”. El jurista mexicano Francisco J. Zavala, define el Derecho Internacional Privado como “el conjunto de reglas que sirven para decidir los conflictos entre legislaciones de diversos Estado”. Werner Goldschmidt nos dice que el Derecho Internacional Privado “es el conjunto de las soluciones de los casos iusprivatistas con elementos extranjeros, basada en el respeto hacia dichos elementos. La ciencia del Derecho Internacional privado enseña las reglas y métodos para alcanzar estas soluciones. Por ultimo, Westlake indica que “Es aquella rama de la jurisprudencia privada que determina ante los tribunales de qué país cada cuestión debe ser llevada y por la legislación de qué país cada cuestión debe ser resuelta. En nuestra opinión, un concepto del Derecho Internacional Privado deberá: 1. Evitar reducir el Derecho Internacional Privado a las materias civil y penal puesto que puede abarcar problemas de vigencia espacial de otras ramas del Derecho. 2 2. Evitar mencionar la nacionalidad de los individuos porque esta noción es sólo uno de los elementos de conexión, siendo que en el Derecho Internacional privado existen otros elementos de conexión. Si se menciona la nacionalidad y no se mencionan otros elementos de conexión se incurre en omisión. 3. Evitar el uso de expresión “conflicto” ya que esta expresión ha motivado grandes discusiones porque hay quienes estiman que no hay pugna de normas jurídicas sino determinación de la vigencia espacial de ellas. 4. Evitar el empleo de vocablo “leyes” porque esta expresión es limitativa y excluye otras normas jurídicas originadas en otras fuentes formales que también requieren la determinación del ámbito espacial de su vigencia. 5. Evitar la inclusión de la expresión “competencia legislativa” porque da lugar a equívocos y porque reduce la cuestión al imperio de las leyes siendo que el Derecho Internacional Privado se trata, sobre todo, del imperio de las normas jurídicas en el espacio. Y, por otra parte, deberá: 1. Determinar su naturaleza: pública o privada, internacional o interna. 2. Señalar su objeto. 3. Precisar el alcance de su contenido. Con base con las anteriores directrices, proponemos el siguiente concepto: “El derecho Internacional Privado es el conjunto de normas jurídicas de Derecho Publico que tienen por objeto determinar la norma jurídica aplicable en los casos de vigencia simultanea de 3 normas jurídicas de más de un Estado que pretenden regir una situación correcta”. OBJETO. Derecho Internacional Público tiene por objeto determinar la norma jurídica aplicable en los caso de vigencia simultanea de normas jurídicas de más de un Estado que pretende regir una situación concreta. Para Perez Verdía, el objeto de la ciencia del Derecho Internacional Privado “Es asegurar a las leyes nacionales su aplicación en las relaciones internacionales. Sobre el objeto nos dice el ilustre Martín Wolf. Cuando se da hechos positivos con puntos de conexión con el extranjero, la cuestión acerca de qué consecuencias jurídicas deba tener tales hechos, sólo puede resolverse determinado previamente cuál es la ordenación jurídica de donde debe tomarse la respuesta a aquella cuestión. Esta determinación es misión del Derecho Internacional Privado o Derecho de Colisión”. FINES. El derecho Internacional Privado tiene como finalidades: A) Procurar la armonía entre normas jurídicas de diversos Estados que concurren en una sola relación de Derecho. B) Obtener la seguridad de los derechos en el orden internacional, pues ésta es la forma de garantizar los 4 derechos fundamentales del hombre, en su persona, en sus bienes y en los actos jurídicos que realiza; porque de no ser por las normas jurídicas del Derecho Internacional Privado el individuo no sabría a que atenerse cuando hubiese elementos de conexión con preceptos jurídicos de más de un Estado. C) Lograr la justicia a base de aplicación de Derecho extranjero cuando sea necesario para dar al sujeto interesado en la vigencia extraterritorial de la norma extranjera lo que le corresponde; D) Permitir el comercio jurídico conforme a las razones expuestas. EL CONCEPTO DE NACIONALIDAD Dentro de nuestra ciencia hemos incluido el estudio de la nacionalidad, no con el carácter de tema central como le corresponde a los llamados conflictos de leyes, sino sólo con la calidad de un importantísimo punto de conexiones que determina la norma jurídica aplicable en muchos países respecto a estado civil y capacidad de las personas. Además, como señala Verplaetse, aun en los países que proclaman el domicilio como punto de conexión en materia personal, la capacidad está influida por la nacionalidad en tanto este factor se toma en cuenta para limitar la capacidad de las personas en multitud de materias. “De tres maneras, dice Hercio, están sometidos los hombres a las autoridades soberanas: por razón de su persona, por razón de sus bienes, por razón de sus hechos.” Cuando al hombre se le sujeta a la ley en virtud de su persona se toma en consideración ciertas circunstancias que le con propias a ese hombre desde le punto de vista de su persona como: domiciliom 5 nacionalidad, origen, lugar en que se encuentra, etc. Estas circunstancias sirven para vincularlo con la norma jurídica, de allí la denominación de punto de conexión o de elemento de sujeción. Esa es la razón por la que dentro del Derecho Internacional Privado le damos a la nacionalidad el carácter de punto de conexión. La nacionalidad es de difícil conceptuación por ser una expresión equivoca ya que se utiliza no sólo para designar el punto de conexión que relacionada al individuo persona-física con una ley extranjera, sino también se emplea para aludir al principio político cuya meta es elevar a la categoría de sujetos de Derecho Internacional a las Naciones en lugar de los Estados con la pretensión de lograr una división más natural de la comunidad internacional. El concepto de nacionalidad más extendido es el de J. P. Niboyet que nos define la nacionalidad diciendo que “es el vínculo político y jurídico que relaciona a un individuo con un Estado”. El concepto de nacionalidad de Niboyet excluye la nacionalidad de las personas morales y de las cosas, ideas con las que estamos en desacuerdo. En resumen, la definición de Niboyet, en nuestra opinión, adolece de un doble efecto: 1º introduce el elemento “vinculación política” que no es elemento necesario en la nacionalidad y que si no es en la ciudadanía, y 2ª emplea en forma demasiado amplia la expresión “vinculación jurídica” sin precisar a que tipo de enlace jurídico se refiere de tal manera que pueda distinguir la nacionalidad de otros vínculos jurídicos que unen al individuo con el Estado. SU EVOLUCION 6 a) Roma. Aunque la expresión “nacionalidad” es de cuño reciente, el fenómeno de ligamen jurídico con base en la pertenencia a una comunidad, es fenómeno usual en el Derecho Romano EL CONCEPTO SOCIOLOGICO, La nacionalidad ha sido tradicionalmente completada, no únicamente bajo una perspectiva jurídica como una relación de Derecho que vincula a un individuo, persona física o oral con el Estado, sino que también se le ha enfocado en una manifestación sociológica como un lazo de orden espiritual, que surge espontáneamente dentro del seno de la colectividad, y por el que la persona física intuitivamente se identifica con el grupo al que se le ha denominado “nación”, independientemente de que tenga o no la calidad de Estado. Así Pérez Verdía, la ha definido sociológicamente diciéndonos que “es el sello especial que las raza, el lenguaje, el sueldo, el clima y las tendencias naturales emprimen a la individualidad humana, hasta hacerla agrupar en diversos Estados”. Igualmente, Eduardo Trigueros nos dice que es “un vinculo natural, que por efecto de la vida en común y de la conciencia social idéntica, hace al individuo, miembro del grupo que forma la nación Si el grupo social, con las características típicas de “nación” se tiene una forma de constituirse en Estado, Habrá motivo, respecto de las personas físicas para confundir la noción sociológica con la jurídica. Pero, cuando dentro de un solo Estado existen diferentes grupos sociales, equilibrados o no, que integran naciones distintas, desde el punto de vista sociológico habrá dos nacionalidades distintas: l sociológica y la jurídica. La sociológica 7 que enlazará a los sujetos identificados espiritualmente entre si a través de su pertenencia al grupo social “nación” y la jurídica que los relaciona jurídicamente con la comunidad de hombres a la que se denomina Estado. En términos diversos, pueden variar en u solo Estado la raza, el idioma, la costumbre, el pasado histórico, en suma, la cohesión espiritual típica de la “nación” pero habrá una sola nacionalidad jurídica para las personas físicas, aunque reconocemos que pueden haber varias nacionalidades. CONCEPTO JURIDICO. El principio de las “nacionalidades” de Manzini, por el que se pretendía que la comunidad internacional estuviese dividida en tantos Estados como naciones hubiere, tuvo buen resultado respecto de Italia y de Alemania, para citarlas como ejemplo, pero muchas regiones del mundo están muy lejos de lograr la unidad política convirtiéndose en Estado por el solo hecho de formar “naciones”. Hoy por hoy, podemos juzgar remoto que alguna vez en la historia de la humanidad llegase a tener cabal realización la aspiración de Mancini. Los países en donde los grupos sociales serían los primeros en oponerse a su división y los países que pudieran unificarse en un Estado mayor por pertenecer a la misma nación, sociológicamente considerada, tiene demasiados intereses creados internos y externos que se opondrían a la unificación. Por ello la nacionalidad, desde el punto de vista sociológico, sólo tiene un interés histórico, político o especulativo y debe ceder con base en normas jurídicas independientemente de los factores metajurídicos que pudieran ligar o separar a los grupos humanos. 8 Por otro lado, el concepto jurídico de nacionalidad tiene la ventaja de que puede ligar también a personas morales. El concepto jurídico de la nacionalidad de las personas físicas se tiende a fomentar la igualdad de los nacionales haciendo abstracción de los caracteres materiales que diferencien a la población para así obtener la unificación del elemento humano “población”, imprescindible para que el Estado pueda ser tal en la comunidad de países. La definición que hemos puesto con antelación es un concepto jurídico en el que a nuestro juicio hemos abandonado toda influencia sociológica. Talvez lo sociológico sólo deberá ser tomado en cuenta todavía para obtener de su estudio y conocimiento la razón legal de los preceptos que finquen la nacionalidad de las personas físicas. NOCIONES A FINES AL CONCPETO DE NACIONALIDAD. a) Domicilio de origen. José Algara, era un tecnicismo que aludía a la nación a que se pertenece, por tanto, si la ley competente era la del domicilio de origen, se quería significar la ley nacional del individuo. El inconveniente del empleo del vocablo en mención salta a la vista pues produce confusión con el domicilio, siendo necesario darle una connotación convencional al término domicilio. b) Ciudadanía. Los términos nacionalidad y ciudadanía son frecuentemente empleados como sinónimos e incluso hasta en 9 el texto e tratados internacionales, cuando en realidad se pretende mencionar la nacionalidad. Etimológicamente la palabra ciudadanía deriva de la voz latina civitas cuyo significado equivale, al concepto del Estado Moderno c) Sujeción. Este vocablo se ha empleado en diversas acepciones a saber: I. En una acepción tradicional fija en vinculo entre subsidio y soberano con el deber de protección a su cargo. El deber de obediencia no es para el Estado representado por el gobernante sino para la persona del gobernante. II. Se considera en sujeción al subsidio colonial quién tiene restringidas sus prerrogativas políticas distinguiéndose del ciudadano metropolitano. Por tanto, el concepto de sujeción en esta segunda acepción también es diferente de la nacionalidad pues se confunde un tanto con la ciudadanía y ya hemos visto la diferencia entre nacionalidad y ciudadanía. d) Protección. Al establecer un protectorado, cuando un Estado débil, por medio de un acuerdo internacional, transmite a un Estado poderoso el manejo de sus negocios internacionales, los nacionales del Estado protegido no adquieren automáticamente la nacionalidad del protector como e el caso de Túnez y Marruecos que conservaron una nacionalidad diferente, en todo caso, el otorgamiento de la nacionalidad depende de la índole de los vínculos de soberanía establecidos en el tratado entre el Estado protegido y el Estado protector, sin excluir la posibilidad de que la situación de los gobernados del Estado protegido pudiera llegar a igualarse con la nacionalidad aunque de cualquier manera no se eliminaría absolutamente la referencia al Estado protegido. 10 e) Pertenencia. “por pertenencia se entiende generalmente la sujeción de un individuo a un orden normativo no dimanado del Estado. Se habla de pertenencia, comúnmente al referirse a sistemas jurídicos personales, pero puede hablarse igualmente de pertenecía en relación a grupos puramente sociológicos, tratándose frecuentemente de yuxtaponer al concepto de nacionalidad en su sentido jurídico el concepto de pertenencia. Dándole tal significado a pertenencia es obvio que la diferencia con la nacionalidad estribarás en que en la nacionalidad la sujeción de un individuo se produce respecto de un sistema jurídico proveniente del Estado. En nuestro concepto, en la simple pertenecía hay una vinculación entre en individuo y un grupo social sometido a un orden jurídico que puede emanar del mismo Estado, mientras que en la nacionalidad la vinculación no es sólo con un grupo social sino con una entidad sui generis que es el Estado. f) Indigenato. El indigenato, también llamado “regionalizad es una forma de vinculación de los individuos con alguna de las regiones en que jurídica o sociológicamente se divide un Estado. Esta vinculación puede derivar del hecho del nacimiento en un lugar o de la fijación puede derivar del hecho del nacimiento en un lugar o de la fijación de la residencia en el territorio de alguna región. Podría considerarse como una nacionalidad en pequeña escala o nacionalidad de provincia, pero, en realidad se distingue de la nacionalidad en que en ésta la relación se establece entre el individuo y el Estado que es el todo y no entre en individuo y la parte del Estado como es la región o provincia. 11 EL JUS SANGUINIS Y EL JUS SOLI A) Reglas sobre la nacionalidad. El Instituto de Derecho Internacional, en su sesión de Cambridge de 24 de agosto de 1895, adopto ciertos principios jurídicos, en materia de nacionalidad, que son producto tanto de las reflexiones lógicas como de la experiencia de las diversas naciones. El acuerdo respectivo establece: “Primer principio: nadie debe carecer de nacionalidad. Segundo: Nadie puede tener simultáneamente dos nacionalidades. Tercero: Cada uno debe tener el derecho de cambiar de nacionalidad. Cuarto. La renuncia pura y simple no basta para perderla. Quinto: La nacionalidad de origen no debe transmitirse indefinidamente de generación en generación establecida en el extranjero. Estos diversos principios y reglas se han inspirado en la experiencia de los Estados sobre temas de nacionalidad de origen basada en el jus soli o el jus sanguinis, el problema del heimatlosismo y la cuestión de la nacionalidad múltiple. B) Jus Sanguinis. De conformidad con el jus sanguini se atribuye al individuo, desde su nacimiento, la nacionalidad de sus padres, o sea, la nacionalidad deriva del parentesco consanguíneo. Son los vínculos de sangre los que imprimen al individuo la cualidad de nacional de un Estado. El recién nacido, por ley natural, está imposibilitado para manifestar su voluntad sobre la nacionalidad que deberá corresponderle, de allí que el Estado le atribuya su nacionalidad originaria conforme al sistema que adopte del jus soli o del jus sanguinis, sustituyéndose a la voluntad omisa del interesado. 12 C) Jus soli. El jus soli marca la tendencia de atribuir al individuo desde su nacimiento la nacionalidad del Estado en cuyo territorio nació Históricamente este criterio requiere que la sociedad tenga una vida sedentaria que implique la adhesión del grupo social a la tierra. Tiene, por lo tanto, en su origen, el jus soli una finalidad de dominación propia del feudalismo y, en consecuencia, al combatirse el sistema feudal también se impugno el jus soli y al vencerse al feudalismo la humanidad adopto el sistema del jus sanguinis que liquidaba la servidumbre que tan indebidamente había ligado al hombre con la tierra. Se han argumentado a favor del jus soli: 1º El lugar hace al hombre, la influencia hereditaria se desvanece ante la penetración de las costumbres, las ideas, las aspiraciones nacionales que lentamente se introducen en el carácter y en el espíritu del joven extranjero. 2º El menor de los padres extranjeros nacido en el país que le otorga una nueva nacionalidad diferente a la de los padres forja en este Estado su mentalidad y es mas nacional del Estado en que nació que un menor de padres nacionales nacido en extranjero. EL PROBLEMA DE NACIONALIDAD LA APATRIDIA Y DE LA DOBLE a) la apatridia. Si en la actualidad el territorio habitable del mundo se encuentra distribuido en Estados y si la población del mundo se halla repartida entre los mismos 13 Estados, adoptándose el jus soli o el jus sanguinis, o combinado ambos, podría decirse que el principio de que “nadie debe carecer de nacionalidad” debería tener plena realización haciéndose efectivo el derecho de los hombres de todas las latitudes a tener una nacionalidad, eliminándose el caso de individuos apátridas, apoloides o heimatloses como se denomina a individuos sin nacionalidad. En toda la historia de la humanidad han existido casos de apátridas, desde los esclavos en Roma que perdían su nacionalidad de origen, sin adquirir la nacionalidad romana hasta la época actual en la que los Estados establecen causas de pérdida de la nacionalidad sin preocuparse de dar ocasión a que surjan individuos carentes de nacionalidad. Para Niboyet el fenómeno del heimatlosismo no es más que consecuencia “del desconocimiento, por parte de un Estado de sus obligaciones internacionales, tal como creemos que debían entenderse”. Es factible mencionar enunciativamente algunos de los casos de apolitismo: 1. individuos nómadas modernos como los llamados gitanos que se encuentran en constantes viajes a través del territorio de diversos Estados y sin estar vinculados en ellos. La manera de resolver el caso de estos sujetos es no permitiéndoles el acceso a un país sin acreditar previamente una nacionalidad y dotándolos de la nacionalidad del país al que se encuentren más vinculados. 2. individuos cuyo origen es desconocido para ellos mismos por su ausencia de ascendientes conocidos y por desconocer el lugar de nacimiento, o por lo menos, por no poder acreditar su nacimiento. 14 3. individuos que incurren en alguna de las causas que en su país traen consigo la pérdida de la nacionalidad sin que hayan adquirido otra. En este aspecto, las causas del heimatlosismo pueden ser varias: la renuncia a la nacionalidad, el ostentar títulos nobiliarios que impliquen sumisión, la residencia en el extranjero de una persona naturalizada, el matrimonio con extranjero, etc. 4. Individuos oriundos de territorios donde no se otorgaba una nacionalidad 5. individuos hijos de apátridas natos. b) La doble nacionalidad. El acuerdo del Instituto de Derecho Internacional tomado en la sesión de Cambrige de 24 de agosto de 1895 establecía en segundo término: “Nadie puede tener simultáneamente dos nacionalidades””. Así se enfatiza una aspiración de la humanidad que está todavía muy lejos de convertirse en una realidad absoluta. Los casos de doble nacionalidad pueden contemplarse en dos situaciones distintas: a) casos en que la doble nacionalidad proviene desde el momento del nacimiento, y b) casos en que la doble nacionalidad surge con posterioridad al nacimiento por la adquisición de otra nacionalidad diversa a la de origen. Este segundo caso admite dos posibilidades; 1º adquisición voluntaria de una nueva nacionalidad, y 2ª adquisición automática de una nueva nacionalidad. LEY DE NACIONALIDAD DE 1993 A grandes rasgos anotaremos algunas características de la Ley de Nacionalidad de 1993: 15 I. un aspecto muy sobre saliente de la Ley Nacional de 1993 es que abrogo, en su artículo segundo transitorio la Ley de Nacionalidad y Naturalización que se publico en diario Oficial de la Federación del 20 de enero de 1934, así como sus reformas y las disposiciones que se opusiesen a la nueva ley. Al abrogarse la Ley de Nacionalidad y Naturalización desapareció el importante capitulo IV de esta ley se titulaba “Derechos y obligaciones de los extranjeros” y que en seis preceptos contenía disposiciones muy importantes, entre las que destacaban: a) la exención a los extranjeros del servicio militar (articulo 31); b) la obligación de los extranjeros de pagar contribuciones ordinarias o extraordinarias (articulo 32); c) la subordinación de los extranjeros a las instituciones, leyes, autoridades y tribunales del país (articulo 32); d) limitaciones a los extranjeros en cuanto al derecho de invocar la protección de su gobierno en materia referente a la denegación de justicia (articulo 32); e) la reiteración de la cláusula Calvo en casos de concesiones o de contratos con ayuntamientos, gobiernos locales o autoridades federales (articulo 33); f) restricciones a extranjeros, personas morales, en cuanto a la adquisición del dominio de tierras o aguas o respecto de concesiones para explotación de minas; aguas y combustibles minerales, salvo las excepciones legales (articulo 34); 16 g) reglas referentes a la posibilidad de los extranjeros de domiciliarse en territorio de la Republica (artículo 35); h) la no prorroga de la competencia, por razón de territorio, en los juicios de divorcio o nulidad de matrimonio de los extranjeros (articulo 35); i) la prohibición a autoridad judicial o administrativa en el sentido de no dar tramite al divorcio o nulidad de matrimonio de extranjeros, sino se acompañaba la certificación de la Secretaria de Gobernación de su legal residencia en el país y de que sus condiciones y calidad migratoria les permitía realizar tal acto (articulo 35); j) el establecimiento de la regla en el sentido de que sólo la Ley Federal podía modificar y restringir los derechos civiles de los extranjeros, así como el señalamiento de que los Códigos civil y de procedimientos Civiles del Distrito Federal, en tal materia tendrían el carácter de federales (artículo 50) Para no extendernos demasiado en la referencia de la Ley de Nacionalidad de 1993 puesto, que en los diversos temas concretos que regula los mencionaremos páginas adelante, únicamente anotaremos algunos aspectos del ordenamiento de 1993: A) De manera expresa se estableció que las disposiciones de esa ley son del orden público y de observancia general en toda la Republica. Esto es correcto púes, conforme a la fracción VI del artículo 73 constitución al es competencia de la Federación legislar en materia de nacionalidad; 17 B) Se establecía en la Ley de Nacionalidad de 1993 que la aplicación de la ley relativa corresponde al Ejecutivo Federal por conducto de la Secretaria de Relaciones Exteriores (articulo 1°). Esta regla es totalmente congruente con la tradición mexicana e cuanto a la administración publica y así está regulado en la Ley Orgánica de la Administración Publica Federal. C) Tiene la Ley de 1993 la característica de que en el artículo 2° establece, en cinco fracciones, varios conceptos entre los que destacan el certificado de nacionalidad, la carta de naturalización, la noción de extranjero y la de domicilio conyugal; D) Se mencionan una intervención de la Secretaria de gobernación en cuanto a que se facultaba a ésta para emitir opinión en los casos de naturalización, pérdida de nacionalidad y recuperación de la misma. Había una omisión en la ley, al no establecer cuáles eran los efectos jurídicos de esa opinión y no dejaba de ser problemática la injerencia de esa importante Secretaría, como es la de Gobernación; E) Otra innovación de la Ley de 1993 se hizo consistir en el hecho de haber plasmado la obligación de proporcionar a la Secretaria de relaciones Exteriores los informes y certificaciones necesarios para el cumplimiento de sus funciones (articulo 3°); F) En materia de nacionalidad, se le dio aplicabilidad obligatoria a las disposiciones de los Códigos Civil para el Distrito Federal y de Procedimientos Civiles (Artículo 4°). Así mismo se estableció la aplicación supletoria de los mencionados códigos (artículo 5°); 18 G) Prácticamente el único precepto que se conservó referente a la condición jurídica de extranjeros fue el segundo párrafo del artículo 9° de la Ley de 1993 y que establecía: “Las personas físicas y morales extranjeras deberán cumplir con lo señalado en el artículo 27 constitucional.” H) Un precepto sencillo e interesante de la ley de 1993 fue el artículo 10 que enumero, en seis fracciones, los documentos probatorios de la nacionalidad mexicana: el acta de nacimiento, el certificado de nacionalidad, la carta de naturalización, la cedula de identidad ciudadana y las demás que señalase el reglamento; I) Un gran efecto, notable en varios preceptos de la ley de 1993, consistió en que en lugar de regular varios aspectos que el correspondían al legislador; dicha ley remitía al reglamento de la ley y tal actitud significa dejar de regular y comentar a la autoridad aplicadora verificar la regularización. Tal efecto se agravo pues, en los años de vigencia de la ley de 1993 no se explicó reglamento alguno por lo que quedaron lagunas legales que debió haber regulado la ley. LA NACIONALIDAD ORIGINARIA. A) JUS SOLI; B) JUS SANGUINIS; C) JUS DOMICILILI, D) JUS OPTANDI El nacimiento del individuo es el punto de arranque para considerarlo como nacional de un Estado. Esta es la única manera de darle cumplimiento a la regla de que todo individuo debe poseer una nacionalidad desde su nacimiento. 19 Jus domicili. la Ley de Nacionalidad y naturalización, antes de decidirse por el sistema de jus soli en toda su integridad adicionado por el jus sanguinis activo limitado a una sola generación, estudiaran el sistema que se empieza a definir como jus domicili. El jus domicilio lo concibe la exposición de motivos como un discutido derecho del país donde el extranjero ha fijado su domicilio por varios años para imponerle su nacionalidad. El fundamento del jus domicili es la necesidad que tiene el Estado de impedir “la presencia sobre el sueldo, de colonias mas o menos numerosas de extranjeros que conservan una fidelidad celosa a su patria de origen y al mismo tiempo obtuvieran la protección de las leyes del país que habitan, haciendo el trabajo nacional una concurrencia a menudo desigual. Después de algunos años de vecindad, la incorporación de elementos extranjeros a la nación cuya hospitalidad han obtenido, parece enteramente justificada y se considera como una cuestión de alta moralidad y también de justicia. Además, el domicilio definitivo táctico para la incorporación exigida por ese país, quedando siempre al domicilio el derecho para desistirse del domicilio, y, cambiándolo, optar por la nacionalidad de su país de origen. Jus optandi. Si se parte de la base de que tanto el jus soli como el jus sanguinis imponen una nacionalidad al menor recién nacido, que no está en condiciones de expresar su voluntad de pertenecer a un país y que con el tiempo ese menor adquirirá capacidad volitiva y podrá expresar su inclinación hacia cierto Estado, debe admitirse, en concepto de los defensores del sistema de la opción, que el mayor de edad exprese su voluntad y ésta será determinante para su nacionalidad definitiva. 20 LA NACIONALIDAD NO ORIGINARIA A) Concepto. Principio de que la nacionalidad es susceptible de ser cambiada durante la vida de las personas físicas por la intervención de factores diversos. Al hecho d adquirir una nueva nacionalidad, diferente de la nacionalidad de origen, es a lo que se conoce con la denominación de “naturalización” o sea la nacionalidad no originaria. La nacionalidad no originaria o naturalización la pueden adquirir los que no han tenido nacionalidad originaria. Para Arjona Colomo la naturalización individual es “aquella forma de adquisición de la nacionalidad que se verifica mediante una solicitud del interesado y una concesión o simplemente un a aprobación o comprobación por parte del Estado de que el aspirante reúne los requisitos legales precisos para disfrutar de la nacionalidad. Por tanto, la naturalización individual consiste en equipar al extranjero en cuanto a sus deberes con el Estado, con el natural o nativo, mediante el cumplimiento de ciertas condiciones”. PRUEBA DE LA NACIONALIDAD Siendo la nacionalidad la base de la vinculación jurídica del Estado con el individuo en muchas materias, es frecuente que se presente la necesidad de acreditar la nacionalidad. Eduardo Trigueros, como Alberto G. Arce, reconocen expresamente que la nacionalidad engendra obligaciones y derechos 21 de los particulares, sean estos nacionales o extranjeros y, asimismo, ambos autores de dan a la nacionalidad el carácter de elementos del estado civil de las personas. Arce divide la cuestión de prueba de la nacionalidad en los renglones de: 1) prueba de la nacionalidad mexicana, dentro del territorio mexicano; 2) prueba de la nacionalidad mexicana en el extranjero; 3) prueba de la nacionalidad extranjera en México. PRUEBA DE LA EXTRANJERO. NACIONALIDAD MEXICANA EN EL En materia de prueba de nacionalidad mexicana en el extranjero, rigió el Reglamento para la Expedición y Visa Pasaportes de 12 de abril de 1938. Posteriormente, se expidió el Reglamento para la Expedición de Pasaportes, Publicado en Diario Oficial de 9 de diciembre de 1981, mismo que no abrogó el Reglamento anterior sino sólo lo derogó y esto significo que subsistieron obligatoriamente las disposiciones reglamentarias que no opusieron a ese segundo Reglamento. Más adelante, se emitió el Reglamento de Pasaportes, de 6 de julio de 1990, publicado en el Diario Oficial de 9 de junio de 1990. Ello produjo como resultado que se mantuvieron en vigor las disposiciones del Reglamento para la Expedición y Visa de Pasaportes, de 12 de abril de 1938, en cuanto a que no se opusieran al Reglamento de Pasaportes de 1990. y, como el Reglamento de 1990 no regulaba las visas, permaneció la vigencia del Reglamento de 1938, sobre todo en materia de visas. En diario Oficial del día 9 de enero de 2002 surgió el cuarto reglamento de Pasaportes que entró en vigor a los treinta días 22 naturales siguientes a la fecha de publicación en el Diario Oficial de la Federación. El artículo cuarto transitorio del nuevo Reglamento de pasaportes de 28 de diciembre de 2001, publicado en Diario Oficial de 9 de enero de 2002, se indica literalmente. “En tanto se Expiden los nuevos formatos de solicitudes de pasaportes y documentos de identidad y viaje, seguirán utilizándose los que al entrar en vigor este Reglamento se hayan venido utilizando.” La Secretaría de Relaciones Exteriores, conforme al artículo 1°, es la dependencia facultad para expedir pasaportes mexicanos, así como documentos de identidad y viaje. Se define al pasaporte como el documento de viaje que la Secretaría de Relaciones Exteriores expide a los mexicanos para acreditar su nacionalidad e identidad y solicitar a las autoridades extranjeras permitan el libre paso, proporcionen ayuda y protección y, en su caso, dispensen las cortesías e inmunidades que correspondan al cargo o representación del titular del mismo (articulo 2°). Es acertado el concepto de pasaportes antes mencionado, y, por tanto, las personas que no viajan al exterior no requieren pasaporte. En cuanto al acreditamiento documental, se prueba tanto la nacionalidad como la identidad. Se precisa en el artículo 3° del Reglamento que existen tres clases de pasaportes: 23 I. Ordinario. II. Oficial, y III. Diplomático. Para obtener un pasaporte ordinario, los interesantes deberán cumplir con los siguientes requisitos: I. Comparecer personalmente; II. Llenar y firmar la solicitud; III. Acreditar la nacionalidad mexicana mediante cualquiera de los siguientes documentos: a) b) c) d) e) Acta de nacimiento certificada por el Registro Civil; Certificado de nacionalidad mexicana; Declaratoria de nacionalidad mexicana; Carta de naturalización; o Cedula de identidad ciudadana. A falta de los documentos probatorios antes señalados, la Secretaría de Relaciones Exteriores podrá presumir la nacionalidad mexicana del solicitante, si éste exhibe pruebas que causen esa convicción en la autoridad expedidora; IV. presentar una identificaron oficial. En el caso de menores de edad se requiere identificación con fotografía; V. Presentar 3 fotografías tamaño pasaporte sin lentes, cabeza descubierta, de frente, fondo blanco y que haya sido tomada hasta 30 días antes de la emisión del pasaporte, y 24 VI. Cubrir los derechos que señalen las disposiciones aplicables en la materia. Los pasaportes oficiales se expedirán a las personas que mencionan el artículo 18 del Reglamento y que son: I. Senadores y diputados al Congreso de la Unión, que viajen en comisión oficial al extranjero; II. Titulares de las entidades paraestatales de la Administración Pública Federal que viajen al extranjero en comisión oficial; III. Servidores Públicos del resto de las dependencias federales que tengan un rango mínimo de Director General o equiparable, que viajen al extranjero en comisión oficial y cuando la naturaleza de la misma lo justifique a juicio de la Secretaría de Relaciones Exteriores; IV. Servidores públicos de las rama técnico-administrativa del Servicio Exterior Mexicano comisionados al extranjero, así como sus cónyuges, hijos dependientes económicos menores de 18 años y hasta 25 años si son solteros y estudiantes de tiempo completo y a otros familiares dependientes económicos, hasta el segundo grado de línea recta, ascendientes o descendiente, que vivan con ellos en su lugar de adscripción, siempre que no sean residentes permanentes del estado receptor El pasaporte diplomático, como lo establece el artículo 23 del Reglamento se expedirá a las siguientes personas: I. Presidente de los estados Unidos Mexicanos; III. Presidente de las mesas directivas de las Cámaras de Diputados y senadores; IV Presidente 25 de la suprema Corte de justicia de la Nación; V. gobernadores de los Estados y Jefe de Gobierno del Distrito Federal; VI. Secretarios de Estado y consejero Jurídico del Ejecutivo Federal; VII. Procurador General de la Republica; VII. Secretarios Particular y Privado del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos y Jefe del Estado Mayor Presidencial; IX. Subsecretarios, Oficial Mayor, Directores generales y directores generales adjuntos de la Secretaria de Relaciones Exteriores; X. Miembros del Servicio Exterior Mexicano de la Rama diplo9máticoconsular; XI. Miembros de la rama técnico-administrativa del servicio Exterior mexicano, cuando las condiciones del lugar de su comisión así lo requieran; XII. Personal asimilado al Servicio Exterior Mexicano de conformidad con la Ley del Servicio Exterior Mexicano con nivel equivalente dentro de la rama diplomáticoconsular, en comisión en el extranjero; XIII. Cónyuge e hijos menores de edad de las personas mencionadas en las fracciones I a IX, del presente artículo cuando viajen acompañando al titular. El parentesco, nacionalidad e identidad deberán probarse, y XIV. Cónyuge e hijos menores de 18 años y hasta 25 años, si son solteros y estudiantes de tiempo completo, así como los hijos incapacitados independiente de su edad y otros familiares de pendientes económicos hasta el segundo grado en la línea recta, ascendiente o descendiente, que vivan con ellos en su lugar de adscripción, siempre que no sean residentes permanentes del estado receptor, de los servidores públicos mencionados en las fracciones a XII del presente artículo. 26 UNIDAD II. CONDICION DE EXTRANJEROS CONCEPTO DE EXTRANJERO No es uniforme el alcance que los teóricos dan a la expresión “extranjero”. Nos dice Orué y Arreguí que en el sentido vulgar se entiende por extranjero el individuo que no es nacional. En un orden general, este autor define al extranjero como aquel “individuo sometido simultáneamente a más soberanía”. Este concepto se produce ya por razón de las personas, de las cosas o de los actos. Por las personas, cuando un individuo se traslada desde un país a otro, en el cual verifica funciones familiares en un orden matrimonial, tutelas, etc., por las cosas, en el hecho, por ejemplo, de adquirir la propiedad en suelo extranjero; por los actos, celebrando un contrato, otorgado en testamento, etc.” Niboyet estima que: los individuos se dividen en dos categorías; los nacionales y los no nacionales o extranjeros. El objeto de la nacionalidad, en su concepto es, precisamente, el de establecer esta separación. El articulo 33 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos dice: “son extranjeros los que no posean las calidades determinadas en el artículo 30” En nuestra opinión, tiene el carácter de extranjero la persona física o moral que no reúne los requisitos establecidos por el sistema jurídico de un Estado determinado para ser considerada como nacional. Alrededor de este concepto cabe hacer las siguientes reflexiones: 27 A) los extranjeros, pueden o no estar sometidos simultáneamente a más de una soberanía. No lo estarán si no existen al mismo tiempo un punto de conexión que lo ligue con otro estado. Lo estará un extranjero sí, por su domicilio, por su nacionalidad; por la realización de una conducta, por la tenencia de bienes, etc., está vinculado con más de un Estado. Por tanto, el sometimiento simultáneo a más de una soberanía no es elemento de definición de la categoría extranjero. B) la persona física o moral extranjera puede ser súbdito de otro Estado o carecer de nacionalidad. Existen extranjeros que no son súbditos de otro Estado. Ello implicará que no tendrán derecho a ser protegidos y que un Estado no Tendrá derecho a protegerlos pero no significa que no tengan un tratamiento di símbolo al que corresponde a los nacionales. El trato distinto deriva del hecho de que no son nacionales. Tiene importancia, desde luego, que se determine si un extranjero es o no nacional de otro Estado para que se defina si existe la posibilidad de protegerlo o para examinar si por su nacionalidad tiene derechos y obligaciones especiales y no comunes al resto de los extranjeros. Lo relevante es dejar fijado que no es elemento de la definición de extranjero que sea nacional de otro Estado. C) No es menester tampoco que el extranjero se encuentre en el territorio de un Estado del que no es nacional. Exigir la presencia material del extranjero en el Estado en que no es nacional es una exigencia inadecuada puesto que el status jurídico propio del extranjero le puede corresponder por realizar actos jurídicos, por tener bienes, por realizar cualquier situación conectada con las normas jurídicas de un Estado del que no es nacional. 28 D) Admitimos la posibilidad de una sub-clasificación de extranjero bajo diversos criterios que pueden orientar la sistematización respectiva, o sea, bajo diversas perspectivas, pero, en todos los casos, el común denominador consistirá en que la persona física o moral a la que se le tilda de extranjera carezca de los requisitos establecidos por el Derecho de un cierto Estado para ser considerada como nacional. De esta forma puede hablarse de extranjeros domiciliados y no domiciliados, de extranjeros con nacionalidad y de apátridas, de extranjeros con limitaciones especiales y de extranjeros comunes, etc. En conclusión, el concepto de extranjero es una noción que se obtiene por exclusión, será extranjero el que no reúna las condiciones requeridas por un sistema jurídico estatal determinado para ser considerado como nacional. CONCEPTO DE CONDICIÓN JURÍDICA DE EXTRANJEROS. Con gran claridad nos dice J. P. Niboyet que la condición jurídica de los extranjeros “consiste en determinar los derechos de que los extranjeros gozan en cada país”. A esta muy sencilla noción únicamente le es objetable que omite mencionar los deberes de los extranjeros. La condición jurídica de los extranjeros involucra derechos y obligaciones relacionados con las personas físicas o morales que carecen de la nacionalidad del Estado respecto de cuyo sistema jurídico se hace el enfoque de la situación jurídica de los no nacionales. 29 La expresión condición jurídica de los extranjeros alude a la esfera jurídica de las personas físicas o morales no nacionales en un estado determinado. NOCION DE EXTRANJERO EN LA LEGISLACON MEXICANA Conforme al artículo 33 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, son extranjeros los que no posean las calidades determinadas en el artículo 30. es decir, son extranjeros los que no reúnan ,los requisitos establecidos por el articulo 30 constitucional para poder ser considerados como mexicanos por nacimiento (inciso A) o para poder ser considerados como mexicanos por naturalización (inciso B). Por tanto, las personas físicas carentes de nacionalidad (apátridas), en nuestro país, caen dentro de la calificación de extranjeros y les es aplicable todo lo que se diga en relación con la condición jurídica de los extranjeros. Se hace notar que la Constitución al definir la calidad de extranjero en el artículo 33 en realidad sólo conceptúa al extranjero persona física y no se ocupa de dar una noción del extranjero persona moral. No constante, podemos aventurar que con el mismo criterio de exclusión es factible señalar que persona moral extranjera será aquella que no reúne los requisitos para ser considerada como persona moral de nacionalidad mexicana en los términos del artículo 5° de la Ley de Nacionalidad y Naturalización. ARTICULO 73 COSNTITUCIONAL, FRACCION XVI 30 “Artículo 73. El Congreso tiene facultad: XVI. Para dictar leyes sobre nacionalidad, condición jurídica de los extranjeros, ciudadanía, naturalización, colonización, emigración e inmigración y salubridad general de la República: ..” La parte transcrita del texto precepto constitucional marca un principio general muy importante en nuestro sistema Federal, en relación con lo que dispone el articulo 124 de la misma Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Es facultad federal, de la que están excluidas las legislaturas de los Estados, legislar en materia de condición jurídica de los extranjeros. En su segundo aspecto, derivamos del artículo 73, fracción XVI, que el poder Ejecutivo carecer de facultades para restringir o ampliar los deberes y derechos de los extranjeros pues lo único que puede hacer es reglamentar lo legislado por el Poder Legislativo en la materia de extranjería que estamos examinando. ARTICULOS 1° Y 33 CONSTITUCIONALES El artículo 33 constitucional en la parte en la que establece, refiriéndose a los extranjeros: “Tienen derecho a las garantías que otorga el capitulo I, titulo primero, de la presente constitución, es decir, en materia de los derechos públicos subjetivos de los gobernados, oponibles al poder Público, se afirma una equiparación de nacionales y extranjeros; en principio, existe la equiparación respecto del goce de garantías individuales, aunque con las restricciones que se derivan de la misma Constitución. 31 La doctrina mexicana se muestra unánime en esta equipararon, en principio. Así el maestro José Luís Sequeiros nos dice “Prevalece en la legislación mexicana el principio general de equiparación entre nacionales y extranjeros. Jorge A. Carrillo asevera al comentar el artículo 1° constitucional: “… no establece diferencia entre nacionales y extranjeros. La persona humana, por el hecho de encontrarse dentro del territorio nacional, goza de todas las garantías constitucionales dentro del territorio nacional, goza de todas las garantías constitucionales sin ninguna excepción”. RESTRICCIONES EN EL GOCE DE ALGUNAS GARANTÍAS INDIVIDUALES En acatamiento a lo dispuesto por el artículo 1° constitucional, analizado en el apartado que antecede, sólo la Constitución puede restringir el goce de las garantías individuales, de donde, si el legislador secundario, a través de leyes ordinarias, restringe alguna garantía individual, la disposición restrictiva tendrá el vicio de inconstitucionalidad. Una demostración del aserto en el sentido de que sólo la ley constitucional puede restringir el goce de garantías individuales a los extranjeros la tenemos en el criterio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación con respecto a la llamada Ley de Profesiones (Reglamentaria de los artículos 4° y 5° constitucionales) y con respecto al artículo 4° juzgado inconstitucional la restricción. Establecía el artículo 4° constitucional: “A ninguna persona podrá impedirse que se dedique a la profesión, industria, comercio o trabajo que le acomode, siendo lícita…” (Esto lo dispone actualmente el artículo 5° constitucional) 32 A su vez, establece el artículo 15 de la Ley Reglamentaria del artículo 5° constitucional, relativa al ejercicio de las profesiones en el Distrito Federal: “Ningún extranjero podrá ejercer en el Distrito Federal las profesiones técnico-científicas que son objeto de ley” Como se desprende de la simple lectura de la disposición constitucional que establecía la libertad de trabajo (artículo 4°) y de la lectura del artículo 15 de la llamada “Ley de Profesiones”, se establece en una ley secundaria, no constitucional, en contravención al artículo 1° constitucional, una restricción que en todo caso está reservada para la propia Constitución por lo que se obtiene la inconstitucionalidad del artículo 15 de la Ley de Profesiones por contravenir a los artículos 1° y 4° constitucionales. En conclusión, no debe el legislador ordinario establecer restricciones a las garantías individuales de extranjeros por carecer de facultades para ello. Las únicas restricciones válidas serán aquellas que se contengan en el texto mismo de la Constitución. En este apartado estudiaremos las restricciones constitucionales. I. Restricción general en materia política. El segundo párrafo del artículo 33 constitucional estipula: “los extranjeros no podrán de ninguna manera inmiscuirse en los asuntos políticos del país.” Este precepto no sólo excluye a los extranjeros del goce de los derechos políticos que competen a los ciudadanos sino que agrega la prohibición de tomar ingerencia en los asuntos políticos. 33 II. restricción a la garantía de audiencia. El artículo 14 constitucional consagra en su segundo párrafo la garantía de audiencia en los siguientes términos: “Nadie podrá ser privado de la vida, de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las leyes expedidas con anterioridad al hecho.” Los extranjeros no gozan de esta garantía cuando se reúnen los extremos previstos por el artículo 33 Constitucional, es decir cuando el Ejecutivo de la Nación hace uso de la facultad exclusiva de hacer abandonar el territorio nacional, inmediatamente y sin necesidad de juicio previo, a todo extranjero cuya permanencia juzgue inconveniente. III. Restricción al derecho de petición. El artículo 8° de la Constitución dispone: “los funcionarios y empleados públicos respetarán el ejercicio del derecho de petición, siempre que éste se formule por escrito, de manera pacífica y respetuosa; pero en materia política sólo podrán hacer uso de este derecho los ciudadanos de la República.” Como se desprende el derecho de petición en materia política está reservado a los ciudadanos de la República y, a contrario sensu, los no ciudadanos, dentro de los que están incluidos los extranjeros, no gozan de este derecho en materia política. IV. restricción al derecho de asociación. Establece el articulo 9° de la constitución: 34 “No se podrá coartar el derecho de asociarse o reunirse pacíficamente con cualquier objeto lícito; pero solamente los ciudadanos de la República podrán hacerlo para tomar parte en los asuntos políticos del país. Ninguna reunión armada tiene derecho de deliberar.” A contrario sensu, los no ciudadanos de la República –entre los que se encuentran los extranjeros- no podrán asociarse o reunirse para tomar parte en los asuntos políticos del país. Tanto la limitación del artículo 8° como la del 9°, están englobadas dentro de la restricción general que en materia política enuncia el segundo párrafo del artículo 33 constitucional. V. restricciones a los derechos de ingreso, salida y tránsito. El artículo 11 constitucional establece: “todo hombre tiene derecho para entrar en la Republica, salir de ella viajar por su territorio, y mudar de residencia, sin necesidad de carta de seguridad, pasaporte, salvoconducto u otros requisitos semejantes. El ejercicio de este derecho estar subordinado a las facultades de la autoridad judicial, en los casos de responsabilidad criminal o civil. Y a los de la autoridad administrativa por lo que toca a las limitaciones que impongan las leyes sobre emigración, inmigración y salubridad general de la Republica, o sobre extranjeros perniciosos residentes en el país.” Como regla peral se plasma en este precepto, que con signa la libertad de tránsito y el derecho de ingreso y salida del país, una igualdad entre nacionales y extranjeros pues se refiere al precepto a “todo hombre” 35 No obstante esa igualdad en términos genéricos, la última parte del precepto entraña la posibilidad de subordinar los derechos de ingreso, salida y tránsito en la Republica a las facultades de la autoridad administrativa por lo que toca a las limitaciones que impongan las leyes sobre extranjeros perniciosos. Por tanto, para que pueda producirse la restricción contenida en la parte final del artículo 11 Constitucional transcrito, es menester la reunión de los siguientes requisitos: b) Que la restricción la prevea una disposición legislativa sobre extranjeros perniciosos; c) Que la restricción la imponga una autoridad administrativa; y d) Que se trate de u extranjero pernicioso. También como limitación al derecho de ingreso y salida del país y tránsito dentro del territorio se desprende que el legislador ordinario, puede subordinar los derechos de ingreso, tránsito y salida en el territorio de la República, a limitaciones legales relativas a emigración, inmigración y salubridad general de la República. Para que las restricciones referidas puedan limitar los derechos de los extranjeros es menester la reunión de los siguientes requisitos: A) que las limitaciones a extranjeros para entrar, transitar o salir de territorio de la República estén previstas en leyes. B) Que las leyes en que se contengan esas limitaciones se refieran única y exclusivamente a emigración o salubridad general de la República. C) Que las limitaciones concretas las establezcan las autoridades administrativas. 36 D) Esas limitaciones nunca deben llegar al extrema de hacer nugatorias las prerrogativas de ingreso, tránsito y salida que consagra el artículo 11 Constitucional. VII. Restricción en materia militar. La segunda parte del primer párrafo del artículo 23 Constitucional dice: “…En tiempo de paz ningún extranjero podrá servir en el ejercito, ni en las fuerzas de policía o seguridad publica.” Esta limitación está en congruencia con el artículo 31 Constitucional que sólo establece respecto de los mexicanos el servicio militar obligatorio en la fracción III. En el segundo párrafo del artículo 32 de la Constitución se exige, para pertenecer a la Marina nacional de guerra o a la Fuerza Armada desempeñar cualquier cargo o comisión en ellos, ser mexicano por nacimiento. VI. restricción en materia aérea y marítima. El mismo artículo 23 Constitucional exige el requisito de ser mexicano por nacimiento para tener la calidad de capitán, piloto patrón, maquinista, mecánico y, en general, para todo el personal que tripule cualquier embarcación o aeronave que se ampare con la bandera o insignia mercante mexicana. VII. Restricción en materia aduanal. Es necesaria, conforme al artículo 32 Constitucional, la calidad de mexicano por nacimiento para desempeñar todas las funciones de agente aduanal en la Republica. 37 VIII.Restricción en servicios, cargos públicos y concesiones. Se establece en la primera parte del artículo 32 constitucional que los mexicanos serán preferidos a los extranjeros en igualdad de circunstancias, para toda clase de concesiones y para todos los empleos, cargos o comisiones del gobierno en que no sea indispensable la calidad de ciudadano. Esta restricción, a diferencia de otras, no excluye el derecho, sólo posterga dándole preferencia a los mexicanos. IX. Restricción al derecho de propiedad. La fracción I del artículo 27 constitucional establece en su primer párrafo: “Solo los mexicanos por nacimiento o por naturalización y las sociedades mexicanas tienen derecho para adquirir el dominio de tierras, aguas y sus accesiones o para obtener concesiones de explotación de minas o aguas. El Estado podrá conceder el mismo derecho a los extranjeros, siempre que convengan ante la Secretaria de Relaciones en considerarse como nacionales respecto de dichos bienes y en no invocar por lo mismo la protección de sus gobiernos por lo que se refiere a aquellos; bajo la pena, en caso de faltar al convenio, de perder el beneficio de la Nación, los bienes que hubiesen adquirido en virtud del mismo. En una faja de cien kilómetros a lo largo de la frontera y de cincuenta en las playas, por ningún motivo podrán los extranjeros adquirir el dominio directo sobre las tierras y aguas”. Del texto transcrito, podemos extraer las siguientes conclusiones: 38 a) se incapacita jurídicamente a las personas físicas y sociedades de nacionalidad extranjera para adquirir el derecho de propiedad sobre tierras y aguas en una faja de cien a lo largo de las fronteras y de cincuenta en las playas. b) Faculta a las sociedades mexicanas en los mismos términos que a las personas físicas mexicanas para adquirir el dominio de tierras, aguas y sus accesiones y para obtener concesiones de explotación de minas o aguas, sin tomar en consideración que puede haber sociedades mexicanas cuyos socios sean extranjeros y que indirectamente pueden vigilar las limitaciones a su cargo utilizando como medio sociedades mexicanas c) Condiciona la adquisición del dominio de tierras y aguas y concesiones de explotación de minas y aguas, por extranjero, fuera de la zona prohibida, a que los extranjeros convengan ante la Secretaría de Relaciones Exteriores en considerarse como nacionales respecto de dichos bienes y en no invocar por lo mismo la protección de sus gobiernos por lo que se refiere a aquellos, bajo la pena en caso de faltar al convenio, de perder el beneficio de la Nación, los bienes que hubiesen adquirido en virtud del mismo. Esta obligación impuesta a los extranjeros de no involucrar la protección de sus gobiernos por lo que se refiere a los bienes o concesiones que adquieran es conocida en el ámbito del Derecho Internacional con el nombre de “Cláusula Calvo”. CAPITULO IV DE NATURALIZACION. LA LEY DE NACIONALIDAD Y 39 Formulamos la advertencia preliminar de que el Capitulo IV de la Ley de Nacionalidad y Naturalización de 1934 ya no está en vigor. El artículo segundo transitorio de la Ley de Nacionalidad, publicada en Diario Oficial de 21 de junio de 1993, abrogo la Ley de Nacionalidad y Naturalización, publicada en el Diario Oficial de la Federación del 20 de enero de 1934, así como sus reformas y las disposiciones que se opongan a la Ley de Nacionalidad de 1993. A su vez, la Ley de Nacionalidad, publicada en el Diario Oficial de la Federación el día 23 de enero de 1998 en su artículo Segundo Transitorio abrogó la Ley de Nacionalidad publicada en el diario Oficial de la Federación el 21 de junio de 1993 y derogo todas las disposiciones que se opongan a dicha Ley. Esta nueva Ley de Nacionalidad no incluyo disposiciones relativas a la condición jurídica de los extranjeros. Es valido pensar que una nueva Ley de Nacionalidad, que se ocuparía exclusivamente de la nacionalidad no regula la condición jurídica de los extranjeros pero, por la importancia que tiene el tema de la extranjería, mientras se expidiese esa Ley de extranjería debieron haberse dejado transitoriamente en vigor las disposiciones de la Ley de Nacionalidad y Naturalización referentes a la condición jurídica de los extranjeros. El día que se prepare un código o ley de extranjería deberán tomarse muy en cuenta las disposiciones contenida en el Capitulo IV de la abrogada Ley de Nacionalidad y Naturalización. INTERNACIONAL DEL EXTRANJERO 40 Acerca de que el Estado tenga la obligación de permitir la interacción de extranjeros en su territorio la doctrina no se muestra unánime. El jurista mexicano Manuel J. Sierra, nos dice: “No existe en la practica actual, obligación alguna por parte de un Estado de permitir el ingreso de los extranjeros a su territorio, apresar de que éstos cumplan con los requisitos que las disposiciones locales establezcan.” También por la negativa a la obligación de admisión se inclina el internacionalista J. L. Brierly quien expresa: “ningún Estado está legalmente obligado a admitir extranjeros dentro de su territorio…” Alfred Berdross sostiene. “Con respecto a la admisión de los extranjeros, el Derecho Internacional común establece que un Estado no puede cerrarse arbitrariamente hacia el exterior. Pero los Estados pueden someter la entrada a determinadas condiciones impidiendo a ciertos extranjeros o grupos de extranjeros el acceso a su territorio por motivos razonables. Sin embargo el Derecho internacional positivo no conoce un deber general de los Estado de admitir a los extranjeros a una residencia permanente. Pero cabra admitir u abuso de derecho cuando, por ejemplo un Estado poco poblado prohíba sin mas inmigración. En todo caso, será libre de excluir a grupos de extranjeros que le parezcan peligrosos”. J.P. Niboyet e indica: “Un Estado no puede impedir en su territorio el acceso a los extranjeros. Pero este principio, incuestionablemente admitido, tiene algunas limitaciones: …” Para Charles G. Fenwick; “Se considera un principio general bien establecido el que permite que un Estado ç pueda prohibir la 41 entrada de extranjeros en su territorio, o admitir sólo en aquellos casos en que a su juicio le parezca conveniente.” Las diversas opiniones doctrinales sobre si es o no obligatorio para los Estados admitir extranjeros en su territorio son claro indico de que el problema de admisión de los extranjeros tiene variados y complejos matices derivados de: a) Tratados y convenciones suscritas por el Estado respectivo; b) tendencias de su legislación interna; c) necesidades demográficas; d) características de los extranjeros que pretenden su admisión; e) objeto de la internacional. Si los Estados tuvieran la obligación de admitir extranjeros y carecieran del derecho de impedir el ingreso de ellos a su territorio, estarían sufriendo un menoscabo a su facultad de someter a su jurisdicción a las personas dentro de su territorio. Por esta razón, somos de la opinión de que un Estado soberano no tiene el deber de adquirir extranjeros si ello no lo ha pactado en un tratado internacional y si no lo dispone así su legislación interna. Problema distinto es que aun Estado no le conviene, en uso de su derecho a rechazar la interacción de extranjeros, cerrar absolutamente sus fronteras a los extranjeros, pues si tal hiciera, reduciría sus posibilidades de obtener ventajas económicas, pues si tal hiciera, reduciría sus probabilidades de obtener ventajas económicas de la presencia de extranjeros en su territorio y produciría un aislamiento de graves consecuencias políticas y económicas principalmente. También cuestión diferente es que, no es correcto establecer trato desigual a extranjeros provenientes de diferentes Estados si no hay un motivo objetivamente valido y suficientemente razonado. 42 Por otra parte, aun en el supuesto de que la legislación interna o la norma internacional establezcan como principio la admisibilidad genérica de los extranjeros, tal internación está sujeta a la reunión de requisitos legales que, en un momento dado, pueden reducir la llegada de los no nacionales. Entre esos requisitos que, se convierten en limitaciones, tenemos los siguientes: A) Requisitos sanitarios; B) Requisitos diplomáticos; C) Requisitos Fiscales; D) Requisitos Administrativos; E) Requisitos económicos. ESTANCIA DEL EXTRANJERO. Sin pretender la exhaustividad, aludiremos a preceptos de diversos ordenamientos que, de una u otra manera establecen derechos y obligaciones directamente referidos a los extranjeros. A) legislación civil. La disposición más general que en Derecho Civil rige a los extranjeros es el artículo 12 del Código Civil para el Distrito Federal y que a la letra dispone: “Las leyes mexicanas rigen a todas las personas que se encuentren en la Republica, así como los actos y hechos ocurridos en su territorio o jurisdicción y aquellos que se sometan a dichas leyes, salvo cuando éstas prevean la aplicación de un derecho extranjero y salvo, además, lo previsto en los tratados y convenciones de que México sea parte”. Mediante este precepto, se somete genéricamente a los extranjeros a la legislación mexicana. 43 B) Legislación Mercantil. El Artículo 3º del Código de Comercio enuncia las personas que tienen el carácter de comerciantes y entre ellas incluye a las sociedades extranjeras: “Se reputan en derecho comerciantes: “III. Las sociedades extranjeras o las agencias y sucursales de éstas, que dentro del territorio nacional ejerzan actos de comercio.” Este dispositivo no hace una referencia especial a las personas físicas extranjeras, de donde podemos deducir que los extranjeros, personas físicas, están englobados en fracción I del mismo precepto que no hace distinción entre nacionales y extranjeros y que dice: “I. las personas que teniendo capacidad legal para ejercer el comercio, hacen de él su ocupación ordinaria. C) Legislación laboral. La ley Federal del Trabajo, publicada en Diario Oficial de 1º abril de 1970, en su articulo 1º, establece que dicho ordenamiento es de observancia general en toda la Republica y asi confirma su carácter federal. Por tanto, los patrones y los trabajadores, de nacionalidad extranjera, están sujetos a ella. Ya en especial, el artículo 7º de la citada ley establece una importante limitación cuantitativa a los extranjeros al establecer: “En toda empresa o establecimiento, el patrón deberá emplear un noventa por ciento de trabajos mexicanos, por lo menos. En las categorías de técnicos y profesionales, los trabajadores deberán ser mexicanos, salvo que no los haya en una especialidad 44 determinada en cuyo caso el patrón podrá emplear temporalmente a los trabajadores extranjeros, en una proporción que no exceda del diez por ciento de los de la especialidad. El patrón y los trabajadores extranjeros tendrán la obligación solidaria de capacitar a trabajadores mexicanos en la especialidad que se trate. Los médicos al servicio de las empresas deberán ser mexicanos. “no es aplicable lo dispuesto en este artículo a los directores, administradores y gerentes generales.” D) Legislación fiscal. Si bien en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos no se establece expresamente, como lo hace con los mexicanos en el articulo 31, fracción IV, la obligación de contribuir a los gastos públicos de la Federación, Estado y Municipio en que residan, el artículo 32 de la Ley de Nacionalidad y Naturalización establece que “ Los extranjeros y las personas morales extranjeras están obligadas a pagar las contribuciones ordinarias o extraordinarias y a satisfacer cualquiera otra prestación pecuniaria, siempre que sean ordenadas por las autoridades y alcancen a la generalidad de la población donde residen.” “Los extranjeros están obligados a las contribuciones ordinarias o extraordinarias, así como a los empréstitos forzosos siempre que tales medidas alcancen a la generalidad de la población”. LEY GENERAL DE POBLACION (Reforma en Diario Oficial de 8 de noviembre de 1996) El Congreso de la Unión tiene facultades, conforme a la fracción XVI del artículo 73 de la Constitución, para legislar sobre condición jurídica de extranjeros, colonización, emigración e 45 inmigración. Estas facultades legislativas se ejercen a través de la Ley General de Población que se Publico en Diario Oficial de 7 de enero de 1974 y que substituye a la anterior Ley de Población publicada en Diario Oficial de 27 de septiembre de 1947. La Ley General de Población, en 157 preceptos, regula los fenómenos que afectan a la población en lo que atañe a su volumen, estructura, dinámica y distribución en el territorio nacional. Aunque no lo diga expresamente también toca el tema de condición jurídica de los extranjeros. El ordenamiento de referencia está dividido en ocho capítulos, a saber: I. objeto y atribuciones; II. Migración, III. Inmigración; IV. Emigración; V. Repatriación; VI. Registro de Población; VII. Registro Nacional de Ciudadanos y Cedula de Identidad Ciudadana; VIII. Sanciones; IX. Procedimientos Migratorios; X. Procedimiento de Verificación y Vigilancia. CUALIDADES MIGRATORIAS En términos generales, los extranjeros se internan legalmente en el país con la calidad migratoria de inmigrantes o de no inmigrantes (artículo 41 de la Ley de Población). Se llama inmigrante al extranjero que se interna legal y condicionalmente en el país con el propósito de radicarse en él, en tanto adquiere la calidad de inmigrado (artículo 45). La Ley General de Población, en forma limitada enuncia, las diversas hipótesis en que se permite la internación de extranjeros como inmigrantes. Estas hipótesis son las siguientes: 46 I. Rentista. Para vivir de sus recursos traídos del extranjero; de los intereses que le produzca la inversión de su capital en certificados, títulos y bonos del Estado o de las instituciones nacionales de crédito u otras que determine la Secretaria de Gobernación o de cualquier ingreso permanente que proceda del exterior. II. Inversionista. Para invertir su capital en la industria, comercio y servicios, de conformidad con las leyes nacionales, siempre que contribuya al desarrollo económico y social del país y que se mantenga durante el tiempo de residencia del extranjero, el monto mínimo que se fije el reglamento de esta ley. III. Profesional. Para ejercer una profesión. IV. Cargos de confianza. Para asumir cargos de dirección, de administrador único u otros de absoluta confianza en empresas o instituciones establecidos en la Republica, siempre que a juicio de la Secretaria de Gobernación no haya duplicidad de cargos y que el servicio de que se trate amerite la internación al país. V. Científico. Para realizar o dirigir investigaciones científicas, para difundir sus conocimientos científicos preparar investigadores o realizar trabajos docentes, cuando estas actividades sean realizadas en interés del desarrollo nacional a juicio de la Secretaria de Gobernación, tomando en consideración la información general que al respecto le proporcionen las instituciones que estime conveniente consultar. VI. Técnico. Para realizar investigaciones aplicada dentro de la producción o desempeñar funciones técnicas o 47 especializadas que no puedan ser prestadas, a juicio de la Secretaria de Gobernación, por residentes en el país. VII. Familiares. Para vivir bajo la dependencia económica del cónyuge o de un pariente consanguíneo, inmigrante, inmigrado o mexicano en línea recta sin limite de grado o transversal hasta el segundo. VIII.Artistas y deportistas. Para realizar actividades artísticas, deportivas o análogas, siempre que a juicio de la Secretaria dichas actividades resulten benéficas para el país. Se llama no inmigrante al extranjero que con permiso de la Secretaria de gobernación se interna en el país, temporalmente, dentro de alguna de las hipótesis que limitativamente previene el artículo 42 de la Ley General de población a saber: I. Turista. Con fines de recreo o salud, para actividades artísticas, culturales o deportivas, no remuneradas ni lucrativas, con temporalidad máxima de seis meses improrrogables. A los turistas se les recoge su documentación migratoria en le puerto de salida cuando abandonan el país en forma definitiva. II. Trasmigrante. En tránsito hacia otro país y que podrá permanecer en territorio nacional hasta por treinta días. III. Visitante. Para dedicarse al ejercicio de alguna actividad productiva o no, siempre que sea licita y honesta, con autorización para permanecer en el país hasta por un año. 48 IV. Ministro de Culto o Asociado Religioso. Para ejercer el ministerio de cualquier culto, o para la realización de labores de asistencia social. V. Asilado político. Para proteger su libertad o su vida de persecuciones políticas en su país de origen, autorizado por el tiempo que la Secretaria de Gobernación juzgue conveniente, atendiendo a las circunstancias que en casa caso concurran. VI. Refugiado. Para proteger su vida, seguridad o libertad cuando hayan sido amenazadas por violencia generalizada, la agresión extranjera, los conflictos internos, la violación masiva de derechos humanos u otras circunstancias que hayan perturbado gravemente el orden publico en su país de origen que lo haya obligado a huir a otro país. VII. Estudiante. Para iniciar, terminar o perfeccionar estudios en instituciones o planteles educativos oficiales o incorporados con reconocimiento oficial de validez, o para realizar estudios que no lo requieran, con prórrogas anuales y con autorización para permanecer en el país sólo el tiempo que duren sus estudios. VIII.Visitante distinguido. En casos especiales, de manera excepcional, podrán otorgarse permisos de cortesía para internarse y residir en el país, hasta por seis meses, a investigadores, científicos o humanistas de prestigio internacional, periodistas o a otras personas prominentes. IX. Visitantes locales. Las autoridades de Migración podrán autorizar a los extranjeros a que visiten puertos marítimos o ciudades fronterizas sin que su permanencia exceda de tres días. 49 X. XI. Visitante provisional. La Secretaria de Gobernación podrá autorizar como excepción hasta por 30 días, el desembarco provisional de extranjeros que lleguen a puertos de mar o aeropuertos con servicio internacional, cuya documentación carezca de algún requisito secundario. Corresponsal. Para realizar actividades propias de la profesión de periodistas, para cubrir un evento especial o para su ejercicio temporal, siempre que acredite debidamente su nombramiento o ejercicio de la profesión en los términos que determine la Secretaria de Gobernación. El permiso se otorgara hasta por un año, y podrán concederse prórrogas por igual temporalidad cada una, con entradas y salidas múltiples. DEPORTACIÓN. Existe un problema de terminología en ocasiones del empleo de los vocablos “expulsión” y “deportación”. Ambas expresiones tienen en común que hacen referencia a la orden de salida y providencias en ese sentido que toma el Estado respecto de algún extranjero. Manuel J. Sierra dedica apartados distintos a expulsión y deportación de los extranjeros, sin embargo no precisa con claridad en que consiste la diferencia especifica entre los dos vocablos. La diferencia específica entre deportación y la expulsión estriba en que en la deportación el extranjero tienen una situación migratoria o sanitaria irregular, mientras que en la expulsión, el extranjero tiene una situación migratoria y sanitaria apegada a las Leyes y Reglamentos. 50 Por tanto, deportar es obligar a un extranjero a salir del país cuando no reúne o deja de reunir los requisitos sanitarios y migratorios necesarios para su interacción y permanencia en el país. La Ley General de población, previene en el artículo 27 la salida inmediata de los polizontes extranjeros que lleguen al país. El regreso debe ser por cuanta de la empresa de transportes respectiva. EXPULSIÓN. El finado maestro Manuel J. Sierra considera que la expulsión de extranjeros es un derecho que surge como una consecuencia del derecho de los estados para admitir o no en su territorio a los extranjeros. Encontramos en la doctrina de los internacionalistas una inclinación justificada a considerar que el derecho de expulsión debe obedecer a motivos objetivamente validos y no ser arbitraria. De esta manera, Manuel J. Sierra habla del derecho del Estado para expulsar a los extranjeros perniciosos y de que se tomen toda clase de precauciones que garanticen la justicia del acto, charles Fenwinck se refiere a que los extranjeros expulsados hayan perturbado el bienestar público. Alfredo Verdross. Los motivos, Alfredo Verdross los reduce a las siguientes categorías. 51 UNIDAD III. LOS CONFLICTOS DE LEYES. El llamado conflicto de leyes surge cuando existen puntos de conexión que ligan una situación jurídica concreta con las normas jurídicas de dos o más Estados. Los conflictos de leyes que interesan básicamente al Derecho Internacional Privado son los conflictos de vigencia espacial entre normas jurídicas de dos o más Estados que convergen respecto de una sola situación jurídica concreta. Los conflictos de normas jurídicas que interesan al Derecho Internacional Privado, de manera primordial, son aquellos en los que existe una situación jurídica determinada y es necesario determinar cual es la norma jurídica que le es aplicable entre dos o más normas jurídicas de diferentes Estados que se estiman pueden regularla. La dificultad del Derecho Internacional su objeto fundamental se hace estribar en ocasiones puede ser el conflicto de leyes, situación jurídica concreta o por intervenir varios Estados. Privado, en cuanto a lo intrincado que en por ser compleja la normas jurídicas de Nos parece muy elocuente el ejemplo que nos proporciona Niboyet acerca de un conflicto de leyes complejo: “una mujer suiza contrae matrimonio con un americano en España, fijando ambos su domicilio en Holanda; henos aquí en presencia de cuatro leyes: la de cada uno de los conyugues, la ley 52 del país donde se ha celebrado el matrimonio y la del domicilio que han elegido. Y es necesario elegir entre ellas. Lan doctrina ha pretendido señalar las causas que dan lugar a que se presenten los conflictos de leyes que son típicamente materia del Derecho Internacional Privado, o sean los conflictos internacionales de leyes. Jules Valery al referirse a los conflictos de leyes hace consistir el problema cuya solución juzga extremadamente difícil en que las leyes de dos diferentes países están en presencia de razones que existen a favor de la aplicación de cada una de ellas, y es menester escoger la que deba aplicarse. En opinión de René Foignet, el conflicto de leyes requiere la reunión de dos elementos: 1. una conexión jurídica, es decir, algún acto jurídico, contrato, apertura de sucesión, etc.; 2. ciertas circunstancias que produzcan la aplicación de varias leyes. Nos parece muy conveniente para la claridad de conceptos que se precisen los elementos de los conflictos de leyes, en forma similar a la realizada por Foignet. Así, nosotros estímanos que los conflictos de leyes suponen la existencia de los siguientes elementos: 1. una situación concreta que debe regularse jurídicamente. 2. circunstancias de hecho o de derecho de las que puede derivarse la realización de los puestos previstos en dos o más normas de diversos Estados; 3. Dos o más normas jurídicas de diversos Estados que podrían regular jurídicamente la situación concreta. NORMAS SUSTANTIVAS Y NORMAS CONFLICTUALES Las normas del Derecho Internacional Privado se concretan a señalar la norma jurídica competente o aplicable para regir una situación concreta. 53 La conducta a seguir por los sujetos destinatarios de la norma se prescribe en la norma sustantiva previamente indicada por el Derecho Internacional privado. Si en caso de conflicto se pretendiese que las normas sustantivas en choque se sustituyesen por una tarea norma apilable en la hipótesis de la colisión de las normas de dos o más Estados, estaríamos en presencia de una norma de Derecho uniforme y no en presencia de una norma de Derecho Internacional Privado. A las normas que nosotros llámanos formales también se les denomina normas conflictuales y aun hay otras denominaciones adicionales como “normas de aplicación”, “normas de elección”, “reglas de competencia legislativa”, reglas de rattachement”, “normas de conflicto”, “normas de conexión”. Las normas formales o conflictuales remiten a la norma jurídica aplicable que estipula la conducta a seguir para el caso concreto. A esas últimas normas se les denomina normas sustantivas y también normas materiales. NORMAS DE CONFLICTO EN EL CODIGO CIVIL VIGENTE PARA EL DISTRITO FEDERAL. El primer problema a resolver de las reglas conflictuales que establece el código civil para el Distrito Federal consiste en determinar si se trata de disposiciones de alcance local o federal. Nuestra opinión es en el sentido de que se trata de preceptos que debieran ser de aplicación federal. Este punto de vista lo apoyamos en la siguiente argumentación: 54 1.- El artículo 73 constitucional, fracción XVI establece que el Congreso de la Unión está facultado para legislar en materia de condición jurídica de extranjeros. La materia conflictual no es extranjería pero, si en el conflicto de leyes interviene una persona física o moral extranjera, la tenencia de algún derecho o deber por tal persona extranjera debe contemplarse desde luego en un ángulo federal para acatar el dispositivo constitucional citado. Claro que nos hemos pronunciado por la futura inclusión del conflicto de leyes en la fracción XVI del artículo 73 constitucional. 2.- El artículo 1 del Código Civil para el Distrito Federal establece que l s disposiciones de éste código regirán en toda la República en asuntos de orden federal. Si en el problema conflictual interviene una persona física o moral extranjera con algún derecho o deber, el asunto se convierte en federal en los términos del artículo 73 constitucional fracción XVI ya citado. 3.- El artículo 50 de la Ley de Nacionalidad y Naturalización vigente establece: Solo la Ley Federal puede modificar y restringir los derechos civiles de que gozan los extranjeros, en consecuencia, esta Ley y las disposiciones de los Códigos Civil y de Procedimientos Civiles del Distrito Federal sobre esta materia, tienen el carácter de federales y serán obligatorias en toda la Unión”. Este precepto tiene su origen en el artículo 32 de la Ley de Extranjería y Naturalización de 1886 que estipulan la misma regla salvo una referencia expresa que se hacía a la reciprocidad internacional. APLICACIÓN DEL DERECHO EXTRANJERO. 55 LIMITACIONES EXTRANJERO A LA APLICACIÓN DEL DERECHO El Derecho internacional privado tiene como objeto fundamental determinar la norma jurídica aplicable a una situación jurídica concreta cuando ésta se vincula con dos o más normas jurídicas procedentes de Estados diversos. Pero, puede suceder que la norma jurídica conflictual declare la aplicabilidad de la norma jurídica extranjera. La norma jurídica extranjera se ha estimado competente y el problema conflictual ha concluido con la elección de la norma jurídica aplicable. HA predominado el criterio extraterritorial y se le dará, desde el punto de vista del Derecho Nacional, una aplicación extraterritorial pasiva al Derecho extraño procedente de otro Estado. El derecho extranjero aplicable entendemos que es el material y no el formal, es la norma material que regirá la situación concreta, no será la norma conflictual, pues daríamos lugar a la remisión. De cualquier forma, para evitar que surja la duda que ha emergido en relación con el reenvío, sobre si debe aplicarse el derecho extranjero material o conflictual, es preciso que el legislador de cada Estado determine con exactitud que, cuando se refiere a la aplicabilidad del Derecho Extranjero, debe entenderse que el aplicable es el Derecho extranjero material y no el conflictual. De tal forma, que en cuanto a la naturaleza del Derecho extranjero aplicable, la primera conclusión es que el Derecho extranjero aplicable está constituido por el Derecho material y no el conflictual. 56 En el segundo término, teniéndose como punto de partida la tendencia predominante que exige probar el Derecho extranjero, se ha considerado que el Derecho extranjero tiene el carácter de un hecho y no de un Derecho. De esta manera Goldschmidt sostiene: “el objeto de referencia del Derecho internacional privado es el estado real jurídico de un país extranjero, es decir, que el Derecho Internacional Privado no se refiere a un Derecho, sino a un hecho cuando y en cuanto indica Derecho Extranjero.” EXCEPCIONES A LA APLICACIÓN DE LA NORMA JURÍDICA EXTRANJERA El conflicto internacional de leyes planteado se ha resuelto. Se ha determinado la competencia de la norma jurídica extranjera. Esta solución, primera facial, no siempre es la solución definitiva puesto que, existen excepciones a la aplicación de la norma jurídica extranjera. Algunas de estas excepciones han sido combatidas por la doctrina, otras son indiscutibles. Haremos el enunciado de esas excepciones: 1. La excepción de reenvió. El juzgador del país de recepción de la norma jurídica extranjera, ante las dificultades pragmáticas que entraña el conocimiento y ulterior invocación del Derecho extranjero, y ante la comodidad y mayor facilidad del Derecho patrio, acude al subterfugio del reenvió, y e lugar de aplicar la norma jurídica material extranjera, aplica la norma jurídica iusprivatista extranjera que le da oportunidad de aplicar su propia norma jurídica material este es un subterfugio socorrido en la jurisprudencia de los a pises en los que 57 sus normas iusprivatistas han abusado de la tendencia internacionalista, no siempre justificada, de darle un gran margen de aplicación a la norma jurídica extranjera. 2. La excepción del orden publico. En el supuesto de esta excepción la norma jurídica material extranjera es aplicable conforme a la solución dada al conflicto de leyes. No obstante, la aplicación de la norma extraña es perjudicar. Se acude al orden público como un remedio para impedir la aplicación de la norma jurídica extranjera competente. Es inaceptable paras las instituciones nacionales la aplicación de una norma jurídica extraña que desencaja el sistema nacional que satisface necesidades colectivas. 3. La excepción del fraude a la ley. El fraude a la ley, genéricamente, coincide con el orden público en cuanto a que su misión es impedir la aplicación de la norma jurídica extranjera competente. Pero, la razón de la no aplicación de la norma jurídica extranjera no es la misma. En el fraude a la ley, la no aplicabilidad de la norma jurídica extranjera deriva de la burla al imperio de la ley que han realizado los destinatarios de la norma jurídica nacional, quienes han acudido a ubicarse artificialmente, no de manera natural y sincera, dentro de los extremos lácticos que les ubica dentro de los puntos de conexión de la ley extranjera y los desprende de los puntos de conexión de la norma propia. 4. Excepción llamada del “interés nacional”. Al decir la Miaja de la Muela . esta excepción no actúa con generalidad, sino “únicamente en una determinada 58 materia jurídica, extranjeros”. la capacidad de obrar de los El punto de partida para la limitación a la aplicación de las leyes extranjeras es una sentencia dictada por la Corte de Casación francesa el 16 de febrero de 1861 en el asunto Lizardi. 59 UNIDAD IV. CONFLICTOS DE COMPETENCIA JUDICIAL. CONCEPTOS. Normalmente es a los jueces a los que compete la aplicación del Derecho Internacional Privado. Por regla general es a los juzgadores a los que se les asigna la solución de los conflictos de leyes en el espacio a nivel internacional. Por tanto, es indispensable abordar los temas de competencia judicial y, en particular la ejecución de sentencias extranjeras. Al lado de conflictos de leyes existen los conflictos de competencia judicial. Toda norma jurídica, puede ser contemplada estáticamente o puede ser analizada en movimiento, o sea en su aspecto dinámico. Todas las ramas del Derecho tienen un aspecto sustantivo y un aspecto adjetivo o procesal. No sólo determinar la norma jurídica competente sino precisar quién, qué juez, la ha determinar. En este aspecto, afirma Mariano Aguilar Navarro: “ La actuación del juez tiene caracteres específicos en el Derecho Internacional Privado. De ahí la enorme importancia que tienen los conflictos de jurisdicción, la determinación del tribunal competente.” Citando a Trías, Orué y Arregui, indica que “para algunos autores, constituía nuestra ciencia una rama esencial judicial, ya que la realidad de los conflictos se presenta al seguir controversias de orden internacional ante los tribunales de cualquier país”. Más adelante agrega: “La adición de los conflictos jurisdiccionales a los de leyes, es general en los autores anglosajones.” 60 Hugo Alsina, define la competencia judicial como “la aptitud del juez para ejercer su jurisdicción en un caso determinado”. A su vez, estos autores definen la competencia judicial como “la medida del poder o facultad otorgado a un órgano jurisdiccional para entender de un determinado asunto”. Eduardo Pallares, define la competencia judicial como la porción de jurisdicción que la ley atribuye a los órganos jurisdiccionales para conocer de determinados juicios”. La competencia judicial puede ser directa o indirecta. Es directa cuando el juzgador de un Estado determinado resuelve la controversia que le es sometida. Es indirecta cuando el juzgador de un Estado auxilia al juzgador de Estado diverso en la realización de actos relacionados con u proceso sometido al primro. En este último caso la competencia del juzgador del Estado que conoce de la controversia es directa y la competencia del juzgador que lo auxilia es indirecta. Para Gutteridge, la competencia puede ser general o especial. “La general, indica que los Tribunales de un país determinado son competentes para juzgar un proceso; la especial, determina la de de los tribunales locales del país que deberá ser encargado de este proceso.” Recordando el alcance de la competencia como expresión típicamente procesal conviene ahora tener un concepto de los conflictos de competencia judicial. Orué nos da una noción de los conflictos judiciales de orden internacional al plantear las siguientes preguntas: ¿qué juez o tribunal será el competente para conocer el litigio y cómo ha de tramitarse su procedimiento? Y si una vez fallado un asunto por Tribunal extranjero hubiera de 61 ejecutarse el contenido en otro país ¿gozarán de positiva eficacia en fallos?. Recalca Niboyet, que “la competencia judicial de un Tribunal y la competencia legislativa, son, en principio, independientes entre sí. DIVERSAS JUDICIAL CLASES DE CONFLICTOS DE COMPETENCIA Los conflictos de competencia judicial a nivel internacional pueden ser positivos o negativos. Nos dice Orué y Arregui, que son positivos “cuando puede establecerse a favor de varios jueces, siendo los más frecuentes”, y negativos, “cuando no es competente juez alguno”. En los conflictos de competencia judicial internacional negativos, las normas jurídicas de Estados diversos en las que se indica la competencia de sus órganos jurisdiccionales, le niegan competencia a sus propios órganos jurisdiccionales. Por ejemplo, de acuerdo con la ley mexicana para demandar a un deudor el pago de un titulo de crédito librado en México para ser pagado en Nueva York, es competente el juez de domicilio del demandado. El domicilio está en Nueva York, pero la norma jurídica neoyorquina establece que para conocer de este litigio tiene competencia el juez donde se expidió el titulo de crédito. Este es un típico caso de conflicto de jurisdicciones negativo. En los conflictos internacionales de competencia judicial positivo, dos o más órganos jurisdiccionales de Estados diversos tienen asignadas facultades para conocer de una sola situación concreta. Por ejemplo, de acuerdo con la ley mexicana, para conocer 62 de divorcios en los que se hace valer la causa de abandono de hogar, es juez competente el del domicilio del conyugue abandonado, éste se encuentra en México, mientras que otro país podría establecer la regla general de que es juez competente el del domicilio del demandado y el demandado se encuentra radicado en ese otro país. Estos conflictos negativos y positivos de competencia judicial pueden presentarse a nivel internacional, entre dos o más órganos jurisdiccionales pero, si se plantean entre órganos jurisdiccionales de diversas entidades de un solo Estado tendrán el carácter de interprovinciales. En los países organizados políticamente como federaciones, se plantean estos conflictos interprovinciales. SOLUCIONES JUDICIAL A LOS CONFLICTOS DE COMPETENCIA Acerca de las normas jurídicas aplicables para resolver los problemas de competencia judicial se ha insistido por la doctrina en la vigencia de la “lex fori”. La competencia de los jueces es un tema procesal, y las formas procesales se rigen por la ley del tribunal. Por tanto, se ha defendido, primafaciae, que la ley del tribunal es la aplicable para resolver los conflictos de competencia judicial. Sobre este particular, afirma Michele Vocino: “si bien la relación jurídica controvertida debe ser regulada por las normas procedentes, como hemos visto, de un ordenamiento extranjero, sin embargo, el proceso no puede dejar de ser regulado exclusivamente por la ley del tribunal, tratándose como se trata de normas de derecho publico; en otros términos, la relación procesal se forma, se 63 desarrolla, concluye y produce sus efectos siguiendo0 la ley procesal del Estado al cual pertenece el juez. “Por ley debe entenderse la que se refiere a la ordinatorium litis, es decir, al propio y verdadero procedimiento, y no al decisorium litis, es decir, al fondo de la causa, si bien cabe que surjan dudas, principalmente en cuestión de pruebas, sobre si la materia en litigio sea de decisorium o de ordinatorium litis,”. Indica Niboyet que: “Las formas procesales se refieren al procedimiento civil y a las ejecuciones, siendo necesariamente, de la competencia exclusiva de la lex fori. Establecen, en efecto, el procedimiento que permite acudir a los Tribunales y la tramitación de los litigios. Por la finalidad que persiguen , es preciso que sean generales en cada país, es decir, objetivas. La justicia no podría funcionar en un lugar determinado si las reglas de procedimiento variasen con los litigantes. Dichas reglas no han sido establecidas en interés particular, sino en interés colectivo, y la colectividad resultaría perjudicada si la lex fori no se aplicase. “En consecuencia, las leyes de cada país referentes al procedimiento civil y a las ejecuciones, rigen todos los tramites procesales que tengan lugar en el mismo. Aunque no exista texto legal alguno acerca de este punto, el acuerdo es unánime en esta cuestión y nadie la discute. Y en la práctica se advierte, incluso una tendencia a aumentar –exclusivamente a veces- el radio de acción de la lex fori. En el caso de un conflicto positivo de competencia judicial, la lex fori de un Estado le da competencia a sus tribunales y la lex fori de otro Estado le da competencia a sus propios jueces. Estamos ante un conflicto de una lex fori frente a otra lex fori. En este supuesto, el conflicto de jurisdicciones se turna en un 64 conflicto de leyes, y le es aplicable toda la teoría construida para resolver los conflictos de leyes. Por supuesto que, una convención internacional puede prever esta situación y establecer la solución a los conflictos ente las dos diversas “lex fori”. Igualmente la norma jurídica interna puede establecer una regla conflictual que establezca la solución de este conflicto de “leges fori”. Al respecto, consideramos nosotros que, si surge el conflicto entre dos leges fori, la competencia debe decidirse a favor del Estado que esté en condiciones de someter a su poder de coacción directo a personas o cosas. Un ejemplo aclarará este punto de vista. Supongamos un español inmigrado en México que adquiere importante bienes inmuebles. Se traslada a España con cuantiosos bienes inmuebles. Allá fallece. El intestado se radica simultáneamente en México y en España. De acuerdo con sus respectivas lex fori, cada Estado le da competencia a sus jueces para conocer del intestado. Un caso de conflicto positivo de competencia judicial. La sentencia que se dicte en el intestado no tendrá ejecución en otro país en donde el caso ya fu juzgado de acuerdo con su ley nacional. El problema se resuelve fácilmente con la idea del poder de coacción directo sobre personas o cosas. El juez español será competente sobre los bienes inmuebles que se encuentran en España y el juez mexicano tendrá competencia sobre los bienes inmuebles que se encuentran en México. Esta solución se propone en caso de que no haya norma jurídica conflictual internacional o interna que resulta el problema de competencia judicial positiva. En el supuesto de conflicto negativo de competencia judicial debemos igualmente hacer el planteamiento respectivo. De conformidad con al lex fori del órgano jurisdiccional al que se somete el caso concreto, no es competente el juzgador nacional sino que la competencia le corresponde al juez extranjero. Se puede acudir o no al juez extranjero a sabiendas que la lex fori que lo rige establece que no es competente dicho juez. Un ejemplo hará mas 65 claro este planteamiento: conforme a la lex fori mexicana el juez competente lo es el del domicilio del demandado para reclamarle el pago de unos documentos vencidos. El domicilio del deudor esta en Nueva Cork y de acuerdo con la lex fori que rige en ese lugar, el competente lo es el del lugar de expedición de los documentos. Ya esta planteado el caso de conflictos negativos de jurisdicciones a nivel internacional. Desde luego que, es a todas luces injusto que, por razones de competencia negativa no pueda impelirse al deudor al cumplimiento forzado de las obligaciones a su cargo. Este conflicto negativo debe ser previsto por la norma jurídica internacional o la norma jurídica interna. En caso de que no esté previsto debe resolverse de acuerdo con el sistema que el juez tenga para decidir los caso no previstos por el legislador. Por supuesto que el juez que deberá conocer del conflicto será el que pueda directamente ejercer el poder de coacción sobre personas o cosas. En este caso, consideramos que no debe conocer del asunto el juez que no tenga la posibilidad directa de actuar materialmente sobre personas o cosas. NORMAS INTERNAS E INTERNACIONALES Es recomendable que los tratados internaciones, como normas internacionales del Derecho Internacional Privado, establezcan criterios de solución a los conflictos negativos y positivos de competencia jurisdiccional a nivel internacional. De la misma manera, los tratados internacionales deben regular detalladamente la cooperación internacional para realización de actos procesales en el extranjero. Sobre este particular sostiene Wolf. “El reconocimiento y la ejecución de sentencia extranjeras se han facilitado por medio de tratados internacionales…. La celebración 66 de tratados colectivos no han tenido éxito hasta ahora porque, dadas las grandes discrepancias que existen en este punto, no se ha visto la posibilidad de llegar a un acuerdo sobre las jurisdicciones susceptibles de reconocimiento”. Caicedo Castilla se refiere detalladamente a las reglas de competencia judicial internacional establecida en el Código de Bustamante y en los Tratados de Montevideo. Por lo menos, cuando no es posible la celebración de tratados internaciones, que abarquen a todos los países, es recomendable que la legislación interna de cada Estado prevenga reglas de solución a los conflictos negativos y positivos de competencia judicial a nivel internacional y que también regule la cooperación en esta metería. LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL CITACIONES. EMPLAZAMIENTOS. NOTIFICACIONES. Una manifestación de la soberanía de los Estados es la inmunidad de jurisdicción que consiste en que las autoridades extranjeras carecen en el territorio del Estado de que se trate de poder de coacción. De esa falta de jurisdicción de los tribunales extranjeros se deriva la necesidad de la cooperación internacional para la realización de actos procesales. El propio Manuel J. Sierra se refiere al voto personal presentado ante la Corte Permanente de Justicia Internacional, en el que Basset Moore, en el caso del S. S. Loties, expreso: “Es un principio admitido en el Derecho Internacional que una nación posee y usa dentro de su territorio 67 una absoluta y exclusiva jurisdicción y que cualquiera excepción de este derecho depende del consentimiento táctico o expreso de una nación.” Ese consentimiento táctico o expreso es lo que comprendemos como cooperación internacional en materia de competencia jurisdiccional. La cooperación internacional se produce, en resumen, cuando el órgano jurisdiccional de un Estado está impedido de actuar en el territorio de otro Estado pero, requiere de la práctica de actos procesales del Estado con jurisdicción para llevar a cabo notificaciones, citaciones, emplazamientos o pruebas. También, en ocasiones, la ejecución de sentencias. La notificación nos dice Eduardo Pallares, “es el medio legal por el cual se da a conocer a la s partes o a un tercero el contenido de una resolución judicial”. “La notificación es el genero que comprende diversas especies, tales como el emplazamiento, la citación, el traslado”. El emplazamiento a juicio lo define Eduardo Pallares como “un acto procesal mediante el cual se hace saber a una persona que ha sido demandada, se le da a conocer el contenido de la demanda, y se le previene que la conteste, o comparezca a juicio, con el apercibimiento de tenerlo por rebelde y sancionarlo como tal si no lo hace”. Sobre el exhorto, Eduardo Pallares nos dice que “es el oficio que libra el juez o tribunal u otro de igual categoría, pidiéndole que ordene la practica de alguna diligencia judicial … Si el oficio se libra a una autoridad judicial de inferior categoría, sobre la cual 68 ejerce jurisdicción el juez o tribunal que librare el oficio, toma nombre de despacho”. Al documento que contiene peticiones del juzgador de un Estado al de otro Estado, por la vía diplomática, o directamente cuando esto sea posible por haber acuerdos internacionales o por práctica internacional, se le denomina “carta rogatoria”. En otros términos, la “carta rogatoria” es el exhorto internacional. A petición del desempeño de actos procesales solicitados por un juzgador que los realicen autoridades judiciales de otros Estados también se les denominan “comisiones rogatorias”. Por tanto, “esotros internacionales.” Cartas rogatorias y comisiones rogatorias son sinónimos. Las notificaciones, citaciones y emplazamientos que deben realizarse en país extranjero, entrañan el problema de determinar la norma jurídica aplicable. La norma jurídica aplicable puede ser un tratado internacional en caso de que lo haya. Sin embargo, puede suceder que el tratado internacional sólo contenga normas conflictuales que remitan a la legislación interna del país exhortado o del país exhortante. Respecto a la forma que hacer la carta rogatoria, debe regir la ley del país exhortante, aunque es imprescindible que haya una legislación y una traducción para que se tenga la certeza en el país de recepción de que se trata de un documento autentico y para que esté en condiciones de ejecutarse. Ya respecto al sistema a seguir para practicar el acto de notificación, citación y emplazamiento, deberá aplicarse la leix fori, o sea la ley del lugar en el que se va a diligenciar el exhorto. 69 El juez nacional en ocasiones requiere respecto de la realización de actos relacionados con las pruebas el auxilio de un juzgador extranjero, y en otras ocasiones, el juez extranjero quien necesita el auxilio del juez nacional. En materia de pruebas, reiteramos el comentario general de que la cooperación internacional fundamental la ayuda mutua que se proporcionan los Estados para que fronteras no sean obstáculos en el conocimiento de la verdad, presupuesto esencial para estar en aptitud de decirse el Derecho. En cuanto a la admisibilidad de la pruebas, menciona Orué dos sistemas: 1º el sistema de la lex fori, definido por Inglaterra y Estados Unidos; 2º el sistema de la lex loci actus, o sea la ley que dio nacimiento a los hechos que se pretenden probar. Se argumenta a favor del primer sistema que “la prueba tiende a llevar la convicción al espíritu del juez, que no puede aceptar los dictados de una ley extranjera”. A favor del segundo sistema se dice que “es mas lógico que para la admisión de medios probatorios de derechos nacidos fuera de la nación del Tribunal conocedor, se tenga en cuenta la ley que dio nacimiento a los hechos que se pretenden probar (lex loci actus) como norma gobernadora de la relación jurídica”. El segundo sistema admite por excepción la aplicación de la lex fori sólo si las pruebas se oponen al orden público. EJECUCIÓN DE SENTENCIAS EXTRANJERAS 70 Los Estados han comprendido que la justicia no puede detenerse en las fronteras de un solo Estado y en virtud de este valor entendido se prestan colaboración para que los efectos de las sentencias se lleven al exterior, naturalmente que, con la intervención del órgano jurisdiccional del país en donde la sentencia extranjera deba ejecutarse. Bien puede afirmarse como hacen Rafael De Pina y Castillo Larrañaga que: “las sentencias judiciales, no sólo tiene eficacia dentro de los limites del Estado en que actúan los órganos que las producen, sino que pueden extenderse fuera de su territorio en determinadas condiciones, en consideración al principio de que la justicia, por su carácter universal. No debe encontrar obstáculos en las frontera de ningún Estado”. “La ejecución de la sentencia extranjera es una forma de cooperación en la realización de fines comunes a todos los Estados, que sólo debería ser negada por motivos fundados, es decir, cuando el ejercicio de la función jurisdiccional en el Estado determinado no ofreciese las garantías que a la Administración de Justicia deben exigirse en todos los pueblos civilizados”. Por sentencia, debe entenderse la sentencia definitiva que es la que pone fin a la situación jurídica controvertida que ha sido presentada al juzgador para su decisión. Las normas jurídicas aplicables a la ejecución de sentencias las encontramos, en los tratados internacionales, en las normas jurídicas internas del país que solicita la ejecución de la sentencia extranjera y en las normas jurídicas internas del país que colabora a la efectividad práctica de un fallo definitivo. 71 Manifiestan Rabel de Pina y Castillo Larrañaga que “para la resolución, de los problemas que plantea la ejecución de las sentencias extranjeras, hay que atender, en primer término, a los tratados, y en caso de no haberlos, a la legislación interna del país de origen del fallo judicial y a la del país en que ésta haya ejecutarse”. DIVERSAS CLASES DE SENTENCIAS. El procesalita uruguayo Eduardo J. Couture . “son sentencias declarativas o de mera declaración aquellas que tienen por objeto la pura declaración de la existencia o inexistencia de un derecho… no van más allá de esa declaración…” “Son sentencias de condena todas aquellas que imponen el cumplimiento de una prestación, ya sea en sentido positivo (dar, hacer) ya se a en sentido negativo (no hacer, abstenerse). “Se denominan por último, sentencias constitutivas aquellas que, sin limitarse a la mera declaración de un derecho y sin establecer una condena al cumplimiento de una prestación, crean, modifican o extinguen, un estado jurídico.” Nos dice Martín Wolf: “Sólo son reconocidas las sentencias firmes de los tribunales civiles extranjeros, no las de los tribunales administrativos o de lo criminal por más que éstas resultan accesoriamente pretensiones de Derecho Civil…” 72 EFECTOS DE LAS SENTENCIAS Rafael de Pina y Castillo Larrañaga nos dicen que “Los efectos de las sentencias son diversos, según su especie y la materia sobre que recaen, pero los principales son los siguientes: A) la cosa juzgada; B) la llamada, impropiamente, actio judicati, o sea la facultad que corresponde a la parte que ha obtenido sentencia favorable de hacerla ejecutar judicialmente cuando el vencido no la cumple de modo voluntario, y C) las costas procesales. Alberto G. Arce deja asentado: “La sentencia autentica lleva en sí tres fuerzas que deben distinguirse: “I. La probatoria, que se deriva del carácter de acto auténtico, de instrumento que da fe con energía particular de hechos que han sido directamente comprobados por el funcionario competente que la ha dictado, siguiendo la regla “locus regit actum”, todo acto que se reconoce y admite como auténtico, según la ley nacional de origen, tiene más allá de las fronteras de fuerza probatoria que resulta de ese carácter de autenticidad. “2. Fuerza de cosa juzgada. Esta se refiere no a hechos accesorios, sino al fondo que debe quedar establecido y tenerse como verdad legal, contra la que no puede admitirse ninguna prueba en contrario, en virtud de la presución res jurídica no veritate habetur. “3. fuerza ejecutoria. Es el derecho de pedir al poder Público que ejecute la sentencia por vía de apremio.” 73 A la misma inmutabilidad se refiere Eduardo Pallares, en los siguientes términos: “… la cosa juzgada es la sentencia ejecutoria o sea que no puede ser modificada o revocada por ningún medio jurídico,, sea un recurso ordinario o un recurso extraordinario, incluso por un juicio autónomo”. SISTEMAS EN EXTRANJERAS LA EJECUCIÓN DE SENTENCIAS Nos dice Castillo Larrañaga y Rafael de Pina: “Las disposiciones de derecho interno, a las que hay que atenderse en materia de ejecución de sentencias extranjeras, cuando no existen tratados, son muy variadas, pudiendo agruparse en los sistemas siguientes: 1º. Inejecución absoluta. Se niega a las sentencias extranjeras toda eficacia, exigiéndole en algunos países, para su ejecución, un nuevo procedimiento. Este sistema se adopta en Dinamarca, Ecuador, Estados Unidos, Haití, Holanda, Inglaterra, Suecia; en los países Anglo-Americanos es preciso entablar una nueva acción. “2º. Ejecución mediante cláusula de reciprocidad. Se ejecutaran aquellas sentencias de países que también ejecutan las provenientes del Estado del que solicite dicha ejecución. Es el sistema seguido por Alemania, Austria, Bulgaria, Chile, Cuba, España, México, Mónaco, Rumania y Venezuela. 74 “3º. Ejecución previo examen del fondo de la sentencia. Desconfiándose de la rectitud y hasta de la pericia de los jueces extranjeros se concede la autoridad de la cosa juzgada a aquellas sentencias conformes con la ley del país en que han de ejecutarse. “4º. Ejecución previo examen de la forma de la sentencia, sistema de nominado del exequatur. “5º. Ejecución previo examen del fondo y forma de la sentencia. Inaceptable por su señalada desconfianza, rigiendo en Bélgica, Brasil, Francia e Italia, en cierto modo. CONDICIONES PARA EL OTORGAMIENTO DEL EXEQUATUR Eduardo pallares reitera que ¡Los tribunales carecen de facultades para ejecutar sus sentencias en el territorio de otros Estados”, y después agrega que esta dificultad se subsana “sui el Estado en cuyo territorio ha de cumplirse el fallo, consiste en ello mediante una resolución que tiene el nombre de ‘exequatur’, se nacionaliza la sentencia extranjera, se le incorpora al derecho nacional y se le otorga la fianza ejecutiva indispensable para que el órgano ejecutor la haga cumplir…” Con atigencia dice Orué que: “Consiste el exequtur en la previa revisión de la forma de las sentencias, como trámite previo a su ejecución, comprobándose la competencia del Tribunal que las 75 pronuncio y la autenticidad de la ejecutoria, pero sin modificar su fondo.” Jules Valery, en primer término, al referirse al exequartur dice: “Para que una decisión judicial pueda recibir el exequatur de los Tribunales franceses, debe reunir dos condiciones: 1º. Emanar de un tribunal extranjero; 2º. Ser susceptible de dar lugar a actos de ejecución forzada.” En forma más precisa, se refiere Valery a las condiciones que el juicio extranjero debe reunir para que el exequatur le sea otorgado. Las clasifica en: condiciones extrínsecas y condiciones intrínsecas. Como condiciones extrínsecas señala las siguientes: 1º el juicio debe haber sido realizado por un tribunal competente. 2º el juicio debe ser regular en la forma; 3º el juicio debe ser susceptible de ejecución forzada. Indica que son condiciones intrínsecas: 1º la decisión a ejecutar no debe ser una condena penal o física. 2º el juicio no debe ser contrario al orden público francés. 3º el juicio debe estar bien realizado. En resumen el “exequatur” podemos puntualizar lo siguiente: 1º. Debe ser concedido por el Estado en el que se pretende ejecutar la sentencia. 2º. La autoridad facultada para otorgar el exequatur es la que señale el Estado de recepción de la sentencia a ejecutarse. 76 3º. Es necesaria una solicitud y un procedimiento, tanto la solicitud como el procedimiento los regula el Estado de recepción de la sentencia, o un tratado internacional. 4º. Como requisitos de forma: A) Es necearía la comprobación de la autenticidad de la sentencia exhibida, B) De ser necesario, por razones de idioma, deberá traducirse la sentencia. 5º. Como requisitos de fondo: A) Debe examinarse si la autoridad que dictó la sentencia es competente, de acuerdo con la norma internacional aplicable, o de acuerdo con la ley del país de procedencia de la sentencia. B) Si de acuerdo con la ley del país de recepción sus tribunales son competentes para conocer del juicio, no debe ejecutarse la sentencia. C) Es preciso que el fallo a ejecutarse tenga el carácter de cosa juzgada. D) Es menester que la sentencia sea susceptible de ser ejecutada. E) La sentencia no debe contravenir el orden público del país de recepción. F) Debe referirse en fallo a una materia en la que pueda concederse el exequatur de acuerdo con la norma jurídica internacional o interna aplicable. G) El sujeto que habrá de sufrir la ejecución deberá ser una persona privada. H) Se velará por la satisfacción del derecho de audiencia de la parte que se afectara por la ejecución. EJECUCIÓN DE LAUDOS ARBÍTRALES. Eduardo Pallares nos dice que el juicio arbitral es “el que se tramita ante personas que no son jueces del Estado, o que está integrado por varios elementos. 77 En el arbitraje la nota esencial es el sometimiento de una o varias situaciones concretas controvertidas a la decisión de personas que no ejercerán la función jurisdiccional en representación del Estado, con el imperio que al Estado corresponde. Elementos complementarios son los que señala Humberto Briceño Sierra: 1º el acuerdo de las partes, anterior al arbitraje de someter sus diferencias a la decisión de uno o varios árbitros. Este acuerdo puede ser general o especial. 2º es necesario que el árbitro tome conocimiento de las pretensiones encontradas en las partes en pugna, y para ello, aunque sea elemental, será necesario seguir un procedimiento, simplificado o complejo pero, será necesario el previo conocimiento el previo conocimiento para la decisión. 3º. Al igual que en el juicio, en el arbitraje, el acto culminante es el acto decisorio, denominado laudo. 4º. Este fallo puede ser cumplido voluntariamente y allí terminará el arbitraje con un satisfactorio resultado, pero, si no se obtiene el cumplimiento voluntario, se deberá pasar a la última etapa, contingente, no necesaria, que es la ejecución. Suficiente para altear los derechos de éstas en la medida de una responsabilidad predeterminada, es competencia propia y exclusiva del Estado, a través de sus órganos públicos. Cuando por motivos inherentes del acuerdo, al procedimiento o al laudo, se hace necesaria esta compulsión, el arbitraje se destronca”. En opinión nuestra, la posibilidad de ejecución internacional del laudo depende de que la norma jurídica internacional contenida en tratado internacional, o la norma jurídica interna del Estado de recepción le condenan al laudo arbitral extranjero la posibilidad de ejecución. Deberá igualmente., estarse a estas normas para la fijación de las condiciones de otorgamiento del exequatur. En este 78 mismo sentido se pronuncia Werner Goldschumidt cuando dice: “La ejecución de laudos extranjeros puede arraigar en convenios internacionales.” La conferencia de las Naciones Unidas sobre arbitraje comercial internacional, celebrada en la sede de la Organización de las Naciones Unidas, adopto el 10 de junio de 1958, la convención sobre el Reconocimiento y ejecución de las Sentencias Arbitrales Extranjeras. El artículo III de esta Convención establece: “Casa uno de los Estados contratantes reconocerá la autoridad de la sentencia arbitral y cocedera su ejecución de conformidad con las normas de procedimiento vigentes en el territorio donde la sentencia sea invocada, con arreglo a las condiciones que se establecen en los artículos siguientes. Para el reconocimiento a la ejecución de las sentencias arbítrales a que aplica la presente Convención, no se impondrán condiciones apreciablemente más rigurosas, ni horarios o costos elevados, que los aplicables al reconocimiento o a la ejecución de las sentencias arbitrales nacionales”. Artículo IV. 1. para obtener el reconocimiento y la ejecución previstos en el artículo anterior, la parte que pida el reconocimiento y la ejecución deberá presentar, junto con la demanda: a) El original debidamente autenticado de la sentencia o una copia de ese original que reúna las condiciones requeridas para su autenticidad. 2. si esa sentencia o ese acuerdo no estuvieran en un idioma oficial del país en que se invoca la sentencia, la parte pida el reconocimiento y la ejecución de esta última deberá presentar una traducción a ese idioma de dichos documentos. La traducción deberá ser certificaba por un traductor oficial o un traductor jurado, o por un agente diplomático o consular.” 79 Prácticamente, este precepto transcrito establece las condiciones de forma para el otorgamiento del exequatur a las sentencias arbítrales. “artículo V. 1. Sólo se podrá denegar el reconocimiento y la ejecución de la sentencia, a instancia de la parte contra la cual es invocada, si esta parte prueba ante la autoridad competente del país en que se pide el reconocimiento y la ejecución: a) Que las partes en el acuerdo a que refiere el artículo II estaban sujetas a alguna incapacidad en virtud de la ley que le es aplicable o que dicho acuerdo no es válido en virtud de la ley a que las partes lo han sometido, o si nada se hubiera indicado a este respecto, en virtud de la ley del país en que se haya dictada la sentencia: o b) Que la parte contra la cual se invoca la sentencia arbitral no ha sido debidamente notificada de la designación del árbitro o del procedimiento de arbitraje o no ha podido cualquier otra razón, hacer valer sus medios de defensa: o c) Que la sentencia se refiere a una diferencia no prevista en el compromiso o no comprendida en las disposiciones de la cláusula compromisoria o contiene decisiones que excedan los términos del compromiso o de la cláusula compromisoria; no obstante, si las disposiciones de la sentencia a que refieren a las cuestiones sometidas al arbitraje pueden separarse de las que no han sido sometidas al arbitraje, se podrá dar el reconocimiento y ejecución a las primeras; o 80 d) Que la constitución del tribunal arbitral o del procedimiento arbitral no se han ajustado al acuerdo celebrado entre las partes, o en defecto de tal acuerdo, que la constitución del tribunal arbitral o el procedimiento arbitral no se han ajustado a la ley del país donde se ha efectuado el arbitraje; o e) Que la sentencia no es aún obligatoria para las partes o ha sido anulada o suspendida por una autoridad competente del país en que, o conforme a cuya ley, ha sido dictada esa sentencia. 2. También se podrá denegar el reconocimiento y la ejecución de una sentencia arbitral si la autoridad competente del país en que pide el reconocimiento y la ejecución, comprueba: a) Que según la ley de ese país, el objeto de la diferencia no es susceptible de solución por vía de arbitraje; o b) Que el reconocimiento o la ejecución de la sentencia serían contrarios al orden público de ese país.” Cabe mencionar que, en nuestro país, ya rige la Convención Interamericana sobre Arbitraje Comercial Internacional, cuyo texto se dio a conocer en el apartado relativo a las fuentes mexicanas de Derecho Internacional Privado. CONFLICTOS DE COMPETENCIA JUDICIAL A) Conflictos internos. 81 En México, de conformidad con el artículo 40 de la Constitución, se adopta el sistema federal de organización política, y de allí, se derivan, al lado de los conflictos internacionales de competencia judicial, los conflictos interprovinciales entre la competencia judicial de una entidad federativa con la competencia judicial de otra entidad federativa o la competencia de un tribunal federal. La característica sobresaliente en los conflictos internos es que existe una norma superior y un tribunal también superior con facultades para resolver esos conflictos. En México, en su constitución, se previene la norma jurídica aplicable y el órgano jurisdiccional superiores para solución de los conflictos de competencia judicial entre los tribunales de las entidades federativas y los tribunales de la Federación. Establece el artículo 106 de la Constitución: “corresponde también a la Suprema Corte de Justicia dirimir las competencias que se susciten entre los tribunales de la Federación, entre éstos y los de los Estados, o entre los de un Estado y los de otro”. No se menciona en el precepto transcrito si se resolverán las competencias en sus aspectos de conflictos negativos y conflictos positivos, de donde desprendemos que al no hacer distinción el 82 precepto nosotros no debemos distinguir, por lo que concluimos que se comprenden ambos tipos de conflictos. La constitución, por tanto, prevé el órgano jurisdiccional con facultades para dirimir los conflictos competenciales de carácter interprovincial que pueden suscitarse en nuestro país. Así está resuelto el primer problema acerca del órgano que tiene facultades para resolver los conflictos internos de competencia judicial. El segundo problema es resolver cuál es la norma jurídica que le servirá a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para resolver a favor de uno u otro órgano jurisdiccional el problema competencial planteado. Sobre esto, debe distinguirse el conflicto planteado entre un órgano jurisdiccional federal y un órgano jurisdiccional estatal o local, del conflicto entre un órgano jurisdiccional de una identidad federativa con otro órgano jurisdiccional de otra identidad federativa. En los términos del artículo 124 de la Constitución: “Las facultades que no están expresamente concedidas por esta Constitución a los funcionarios federales, se entienden reservadas a los Estados. “Por lo tanto, es imprescindible que el tribunal federal tenga facultades expresas en la Constitución de las que ha de derivar su competencia. Tales facultades expresas se comprenden en el artículo 104 de la Constitución, cuyo texto relativo es el siguiente: I. De todas las controversias del orden civil o criminal que se susciten sobre el cumplimiento y aplicación de 83 leyes federales o de los tratados internacionales celebrados por el Estado Mexicano. Cuando dichas controversias solo afecten intereses particulares, podrán conocer también de ellas, a elección del actor, los jueces y tribunales del orden común de los Estados y del Distrito Federal. Las sentencias de primera instancia podrán ser apelables para ante el superior inmediato del juez que conozca del asunto en primer grado; I.B. De los recursos de revisión que se interpongan contra las resoluciones definitivas de los tribunales de lo contenciosoadministrativo a que se refiere la fracción XXIX-H del articulo 73 de esta Constitución, solo en los casos que señalen las leyes. Las revisiones, de las cuales conocerán los Tribunales Colegiados de Circuito, se sujetarán a los trámites que la ley reglamentaria de los artículos 103 y 107 de esta Constitución fije para la revisión en amparo indirecto, y en contra de las resoluciones que en ellas dicten los Tribunales Colegiados de Circuito no procederá juicio o recurso alguno; II. De todas las controversias que versen sobre derecho marítimo; III. De aquellas en que la Federación fuese parte; IV. De las que se susciten entre dos o mas Estados o un Estado y la Federación, así como de las que surgieren entre los tribunales del Distrito Federal y los de la Federación o un Estado; 84 V. De las que surjan entre un Estado y uno o mas vecinos de otro, y VI. De los casos concernientes a miembros del Cuerpo Diplomático y Consular. Por tanto, si la controversia no está comprendida dentro de las hipótesis del artículo 104, será competencia de un órgano jurisdiccional local. En materia laboral, la competencia entre autoridades locales y federales se delimita en la fracción XXXI del artículo 123 Constitucional, inciso A, cuyo texto es el siguiente: El Congreso de la Unión, sin contravenir a las bases siguientes, deberá expedir leyes sobre el trabajo, las cuales regirán: A. Entre los obreros, jornaleros, empleados, domésticos, artesanos y, de una manera general, todo contrato de trabajo: XXXI. La aplicación de las leyes del trabajo corresponde a las autoridades de los Estados, en sus respectivas jurisdicciones, pero es de la competencia exclusiva de las autoridades federales en los asuntos relativos a: a) Ramas industriales: 1. Textil; 2. Eléctrica; 3. Cinematográfica; 85 4. Hulera; 6. Minera; 7. Metalúrgica y siderúrgica, abarcando la explotación de los minerales básicos, el beneficio y la fundición de los mismos, así como la obtención de hierro metálico y acero a todas sus formas y ligas y los productos laminados de los mismos; 8. De Hidrocarburos; 9. Petroquímica; 10. Cementera; 11. Calera; 12. Automotriz incluyendo autopartes mecánicas o eléctricas; 13. Química, incluyendo la química farmacéutica y medicamentos; 14. De celulosa y papel; 15. De aceites y grasas vegetales; 16. Productora de alimentos, abarcando exclusivamente la fabricación de los que sean empacados, enlatados o envasados, o que se destinen a ello; 17. Elaboradora de bebidas que sean envasadas o enlatadas o que se destinen a ello; 18. Ferrocarrilera; 19. Maderera básica, que comprende la producción de aserradero y la fabricación de triplay o aglutinados de madera; 20. Vidriera, exclusivamente por lo que toca a la fabricación de vidrio plano, liso o labrado, o de envases de vidrio, y 21. Tabacalera, que comprende el beneficio o fabricación de productos de tabaco. b) Empresas: 1. Aquellas que sean administradas en forma directa o descentralizada por el Gobierno Federal; 86 2. Aquellas que actúen en virtud de un contrato o concesión federal y las industrias que les sean conexas, y 3. Aquellas que ejecuten trabajos en zonas federales o que se encuentren bajo jurisdicción federal en las aguas territoriales o en las comprendidas en la zona económica exclusiva de la Nación. También será competencia exclusiva de las autoridades federales, la aplicación de las disposiciones de trabajo en los asuntos relativos a conflictos que afecten a dos o mas entidades federativas; contratos colectivos que hayan sido declarados obligatorios en mas de una entidad federativa; obligaciones patronales en materia educativa, en los términos de ley; y respecto a las obligaciones de los patrones en materia de capacitación y adiestramiento de sus trabajadores, así como de seguridad e higiene en los centros de trabajo para lo cual las autoridades federales contarán con el auxilio de las estatales, cuando se trate de ramas o actividades de jurisdicción local, en los términos de la ley reglamentaria correspondiente. Citamos esta fracción XXXI, en atención a que en materia obrero-patronal, la competencia judicial se surte a favor de ka Juntas de Conciliación y Arbitraje, y éstas pueden ser federales o locales. Si el asunto laboral se refiere a tema no comprendido en la fracción XXXI transcrita la competencia corresponde a una Junta de Conciliación y Arbitraje, y éstas pueden ser federales o locales. 87 CONFLICTOS INTERNACIONALES En lo internacional no existe un tribunal superior a los Estados, sujetos de la comunidad internacional, con facultades para dirimir las controversias competenciales judiciales negativas o positivas que pueden presentarse. Por tanto, son los propios órganos judiciales de cada Estado los que tienen que resolver los conflictos competenciales presentados. La única solución, por tanto, es que los Estados, a través de las Convenciones y Tratados Internacionales, establezcan reglas supranacionales que rijan la solución de los conflictos negativos y positivos de competencia judicial, o por lo menos reglas de competencia entre los órganos jurisdiccionales de Estados, ya citamos, al Tratado de Derecho procesal Internacional de Montevideo de 1940, al Código de Bustamante, pero nuestro país no está adherido a estas importantes Convenciones internacionales. Sería también recomendable que, los tratados internacionales fijaran el procedimiento para plantear y resolver los conflictos competenciales planteados. En nuestro país, tenemos que, en términos genéricos está prevista la obligatoriedad de los tratados internacionales e el artículo 133 de la constitucional ciando se establece: “Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen de ella y todos los tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el Presidente de la República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión. Los jueces de cada Estado se arreglaran a dicha Constitución, leyes y tratados, a pesar de las disposiciones en 88 contrario que pueda haber en las Constituciones o leyes de los Estados”. Alberto G. Arce, José Luís Sequeiros, y Humberto Briceño Sierra, hacen referencia a varios tratados internacionales de los que pueden derivarse algunas reglas obligatorias con cierta vinculación con el problema competencial pero, ninguno de ellos, tarta directamente el tema de los conflictos de competencia judicial. Citaremos, los tratados que contienen disposiciones más importantes para el tema que tratamos; aunque sólo están relacionados con él indirectamente: El artículo 2º de la Convención de la Habana de 1928 sobre condición jurídica de los extranjeros, establece la sujeción de los extranjeros a la jurisdicción y leyes locales. En este tratado, por razón de la persona, nuestro país está facultado para someter a los extranjeros a la jurisdicción de los tribunales nacionales. El tratado, en nuestro concepto, más significativo en cuanto a que fija regla de competencia sobre sucesiones es el tratado de amistad, comercio y navegación celebrado entre nuestro país y República dominicana, el día 29 de marzo de 1890, y cuyo artículo 6º establece: “La sucesión respecto de bienes inmuebles se regirá por las leyes del país en donde éstos se hallen situados, y el conocimiento de toda demanda o disputa sobre dichas sucesiones pertenecerá exclusivamente a los tribunales de aquel país. Las reclamaciones relativas a los dos países y pertenecientes a los ciudadanos del otro, ya sea que al tiempo del fallecimiento estuvieren en él establecidos o solamente se hallaren de paso, serán juzgadas por los tribunales o autoridades competentes del país donde dichos muebles se encontraren pero conforme a la legislación del Estado a que pertenecía el difunto.” 89 Determinada la precaria situación mexicana en cuanto a normas jurídicas internacionales en materia de competencia judicial, hemos de examinar la legislación interna. En cuanto al acceso de los extranjeros a nuestros tribunales, no encontramos disposición que prohíba tal acceso y, en cambio, sí encontramos disposiciones de las que derivamos la posibilidad de que los extranjeros acudan a nuestros órganos jurisdiccionales. El artículo 33 Constitucional, en el primer párrafo establece que los extranjeros tendrán derecho a las garantías que otorga el Capitulo I, Titulo Primero, de la Constitución. En dicho capitulo el artículo 17 establece el derecho de todos los gobernados, sin distinguir entre nacionales y extranjeros, de recibir los beneficios de la administración de justicia, al decir: “Ninguna persona podrá hacerse justicia por si misa, ni ejercer violencia para reclamar su derecho. Los tribunales estarán expeditos para administrar justicia en los plazos y términos que fije la ley; su servicio será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las costas judiciales.” Esta disposición la confirma el artículo 32 de Nacionalidad y naturalización. Ahora, en cuanto a las normas jurídicas que rigen la competencia de los tribunales mexicanos, debemos entender que la norma jurídica aplicable para regir dicha competencia es la “lex fori”. Esta afirmación la fundamos en el al artículo 12 del Código Civil. De gran amplitud, y que no distingue entre leyes adjetivas y sustantivas. Este precepto establece: “Las leyes mexicanas, incluyendo las que se refieran al estado y capacidad de las personas, se aplican a todos los habitantes de la República, ya sean nacionales o extranjeros, estén domiciliados en ella o sena transeúntes.” El legislador mexicano no permite, que sea la norma 90 jurídica extranjera la que pueda regir su competencia puesto que no hay disposición derivada de tratado internacional, ni de ley, que establezca tal posibilidad de aplicación extraterritorial pasiva. En el Código Federal de Procedimientos Civiles se establecen las reglas que fijan la competencia a favor de los órganos jurisdiccionales mexicanos. En el Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal se fijan reglas de competencia para los órganos jurisdiccionales de estas entidades federativas y en los Códigos de procedimientos Civiles de los Estados federados de la República Mexicana se señalan las reglas para dejar establecida la competencia de sus respectivos órganos jurisdiccionales. Ninguno de los ordenamientos procesales citados, al fijar las reglas competenciales para resolver los conflictos sobre diversas materias, tiene la pretensión de aplicación extraterritorial internacional. Por ello debemos entender que, si se dice que es juez competente el del domicilio del demandado y el domicilio del demandado está en el extranjero, no es la ley mexicana la que le da competencia al juez extranjero, salvo que el juez extranjero establezca una regla diferente a la “lex fori” para regir la competencia. Así como no hay norma jurídica procesal interna, ni federal ni local, que prevea la aplicación extraterritorial activa de las reglas competenciales establecidas por nuestros diversos Códigos de Procedimientos Civiles, tampoco hay norma jurídica interna que permita la aplicación extraterritorial pasiva de normas jurídicas de otros países para regir la competencia de nuestros tribunales. Simplemente el legislador mexicano interno, federal y local, no se ocupa de los problemas de competencia judicial a nivel 91 internacional. Por tanto, no hay reglas para resolver los conflictos de competencia judicial internacional positivos o negativos. Si la ley mexicana, federal o local, establece la competencia del juzgador mexicano, independientemente de que alguna norma jurídica procesal extranjera estableciese la competencia a favor de unos se sus órganos jurisdiccionales, tal juez mexicano concederá del asunto y ejecutará su sentencia respecto a personas o bienes que se encuentren en el país y respecto a personas o bienes que se encuentren en el extranjero pedirá el auxilio judicial y dependerá de las normas internacionales relativas al auxilio judicial y de las normas internas del país al que se le solicite la ayuda que se le otorgue o se le niegue el auxilio solicitado. Si la ley mexicana establece una regla competencia, y de acuerdo con esa regla, no tiene competencia ningún órgano jurisdiccional, tendrá que consultarse la norma jurídica extranjera para determinar si ésta le da competencia al órgano jurisdiccional extranjero y acudir a éste. Si la norma jurídica extranjera tampoco le da competencia al órgano jurisdiccional de ese país, estamos en presencia de un caso de competencia judicial conflictual negativa. Ante un conflicto de competencia judicial negativo, no tenemos norma jurídica conflictual mexicana que prevea su solución. Naturalmente, sería deseable que el legislador mexicano previera estos casos. Supongamos nosotros el caso del ejemplo que mencionábamos con anterioridad. : Se pretende reclamar de un de un deudor el pago de un título de crédito. Conforme a la regla de competencia mexicana, el juez competente es el del domicilio del demandado, el domicilio está en el estado de Nueva York. De acuerdo con la ley neoyorquina, el juez competente es el lugar de expedición del título de crédito, y el título se expidió en México. Este es un caso típico de competencia judicial negativa y la 92 consecuencia práctica sería la imposibilidad se someter a juicio a un deudor respecto de una deuda que podría ser cuantiosa. Pudiera pensarse que está ante un caos no previsto en la ley mexicana y por tanto, actuarse conforme a las disposiciones que prevén la integración del Derecho. Dice el artículo 14 Constitucional en el párrafo cuarto: “En los juicios del orden civil, la sentencia definitiva deberá ser conforme a la letra o a la interpretación jurídica de la ley, y a la falta de esta se fundara en los principios generales del derecho”. El artículo 18 del Código Civil establece: “El silencio, obscuridad o insuficiencia de la ley, no autorizan a los jueces o tribunales para dejar de resolver una controversia”. En este caso, la controversia tendría como fundamento que no hay juez competente ante el cual acudir para hacer reclamación judicial. El artículo 19 establece: “Las controversias judiciales del orden civil deberán resolverse conforme a la letra de la ley o su interpretación jurídica. A falta de ley resolverán conforme a los principios generales del derecho.” El artículo 20 establece: “Cuando haya conflicto de derechos, a falta de ley expresa que sea aplicable, la controversia se decidirá a favor del que trata de evitarse perjuicios y no a favor del que pretenda obtener lucro. Si el conflicto fuera entre derechos iguales o de la misma especie, se decidirá observando la mayor igualdad posible entre los interesados.” Sin embargo, consideramos que estas reglas de integración son “decisoria litis” (normas para resolver en cuanto al fondo) y no “ordinatoria litis” (normas procesales), puesto que el artículo 16 constitucional establece la necesidad de que el acto de molestia a la esfera jurídica de los particulares lo realice la autoridad competente y la competencia es la facultad que el órgano del Estado deriva de la ley para poder actuar. Ningun órgano del Estado puede actuar si no hay una disposición legal que lo autorice 93 hacerlo. Esta es una exigencia de la legalidad consagrada en el artículo 16 de la Constitución. Por tanto, es deseable que, el legislador mexicano prevea la competencia judicial en los casos de conflictos de competencia judicial internacional, ya sean negativos o positivos, para dar competencia, cuando sea procedente, a los jueces mexicanos, y de esta manera éstos puedan actuar, pues, de otra manera, los jueces mexicanos estarán impedidos para intervenir en conflictos que les sean planteados. Nosotros estimamos que es procedente se le conceda competencia al juez mexicano si éste tiene la posibilidad de ejercer el poder directo de coacción sobre personas o cosas en el momento en que la demanda es instaurada, por encontrarse las personas o cosas dentro del territorio nacional. Con el objeto de poner término al abuso de los divorcios de extranjeros en algunos lugares de la Republica Mexicana, en donde la benignidad de la legislación local permitió la proliferación del fraude a la ley, se expidieron reformas legislativas y vinculadas a la competencia judicial. Se reformaron los artículos 35 y 39 de la Ley de Nacionalidad y Naturalización para quedar como sigue: “Artículo 35. Los extranjeros, sin perder su nacionalidad, pueden domiciliarse en la República, para todos los efectos legales, de acuerdo con las siguientes normas: I. La adquisición, cambio o pérdida del domicilio de los extranjeros se regirá únicamente por las disposiciones del Código civil para el Distrito Federal, en Materia Común y para toda la República en Materia Federal. II. La competencia, por razón del territorio, no será prorrogable, en ningún caso, en los juicios de divorcio o nulidad de matrimonio de los extranjeros. 94 “Ninguna autoridad judicial o administrativa dará trámite al divorcio o nulidad de matrimonio de los extranjeros, si no se acompaña la certificación que expida la Secretaria de Gobernación de su legal residencia en el país u de que sus condiciones y calidad migratoria les permite realizar tal acto.” “Artículo 39. … al funcionario judicial o administrativo que dé trámite al divorcio o nulidad de matrimonio de los extranjeros sin que se acompañe la certificación expedida por la Secretaria de Gobernación de su legal residencia en el país y de que sus condiciones y calidad migratoria le permite realizar tal acto, o con aplicación de otras leyes distintas de las señaladas en el artículo 50, se le impondrá la destitución de empleo y prisión hasta de seis mese o multa hasta de $10,000.00, al dictarse el auto de sujeción a proceso.” En materia de auxilio judicial que nuestro país puede solicitar, o bien proporcionar, respecto de la realización de actos procesales y para la ejecución de sentencias, tenemos disposiciones legales, tanto en el Código Federal de procedimientos Civiles como en el Código de procedimientos civiles para el distrito Federal, y en algunos Códigos de procedimientos Civiles de los Estados de la República. Ante esta concurrencia de normas jurídicas federal y locales, es preciso, en primer término, determinar la competencia federal o local para legislar sobre auxilio judicial solicitado o proporcionado, a nivel nacional. Sobre este problema existen dos tendencias opuestas: 95 En la primera corriente se invoca el artículo 73 fracción XVI de la constitución que faculta al congreso de la unión para legislar sobre nacionalidad y sobre condición jurídica de los extranjeros. Se estima; tratándose de la ejecución de una sentencia extranjera, que por la nacionalidad extranjera de los que litigaron y por la nacionalidad extranjera del juez, se está ante condición jurídica de extranjeros y que, por tal motivo la norma jurídica aplicable es la federal y no la local. Asimismo se invoca el artículo 50 de la Ley de Nacionalidad y Naturalización que reitera la disposición constitucional citada al decir: “Solo la Ley Federal puede modificar y restringir los derechos civiles de que gozan los extranjeros; en consecuencia, esta Ley y las disposiciones de los Códigos Civil y de Procedimientos civiles del Distrito Federal sobre esta materia, tienen el carácter de federales y serán obligatorias en toda la Unión”. Respecto de esta primera corriente, consideramos que, hay una deficiencia legislativa en nuestro país, el artículo 73 constitucional no previene problemas de competencia judicial, y estos problemas son diferentes a los de condición jurídica de extranjeros. Queremos pensar en una sentencia extranjera que afecta no a extranjeros sino a mexicanos; no puede, en esta hipótesis hablarse de condición jurídica de extranjeros para fundar la aplicación de la norma jurídica federal. Estimamos que, por tratarse de un problema internacional, el país debería presentarse como unidad pero, este punto no está regulado jurídicamente en la legislación mexicana. La tendencia contraria, que preconiza la competencia local para legislar sobre ejecución de sentencias extranjeras, tiene como fundamento el artículo 124 de la Constitución: si la regulación de la ejecución de sentencia extranjeras no está otorgada expresamente a la Federación, se entiende reservada a los Estados. Por esta razón 96 informa Alberto G. Arce, los Códigos de procedimientos Civiles de Jalisco, Colima, Michoacán, Hidalgo, Chihuahua, Veracruz, Tamaulipas, Nuevo León y Oaxaca, legislan sobre la ejecución de sentencias extranjeras, al igual que el Código de procedimientos civiles del Distrito Federal. Esta opinión tiene bastante fundamento. Quizá sea inconveniente porque no se unifica el procedimiento de ejecución de sentencias en el país pero, tiene como base el artículo 124 de la Constitución. Otra observación que puede hacerse en relación con el artículo 50 de la Ley de Nacionalidad y Naturalización es la que, es erróneo que este precepto federalice un ordenamiento local como es el Código de procedimientos del Distrito Federal, siendo que, existe un Código Federal de Procedimientos Civiles. Sin embargo, el problema se subsana en materia de ejecución de sentencias extranjeras habida cuenta de que el artículo 108 del Código de procedimientos civiles. Dice este ultimo precepto: “Los exhortos que se remitan al extranjero o se reciban de él, se sujetaran, en cuanto a sus formalidades, a las disposiciones del Código Federal de Procedimientos Civiles.” En este sentido opina el Maestro José Luís Sequeiros: “En lo que respecta al reconocimiento y posible ejecución de sentencias y demás resoluciones judiciales dictadas en países extranjeros, es importante determinar cuál el ordenamiento procesal competente para normal esta materia. En principio debiera serlo el Código Federal de procedimientos Civiles, pero este último sólo contiene un artículo (contenido dentro del capitulo general de las formas de ejecución) , estableciendo que en los casos en que deban ejecutarse por tribunales mexicanos sentencias dictadas en el país extranjero, el tribunal requerido resolverá previamente si la sentencia es o no contraria a las leyes de la República, a los tratados o a los principios de Derecho Internacional; en caso afirmativo devolverá el exhorto 97 sin diligenciarlo y con la expresión de los motivos que impiden la ejecución de la sentencia. Existiendo una tácita omisión del Código federal en la reglamentación de estas materia, el Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal ha suplido la abstención de aquel. En sus artículos 604 al 608, fija las condiciones que deben cumplirse a fin de que tengan fuerza en la República Mexicana las ejecutorias extranjeras.” Ya mencionamos que el artículo 108 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal remite al Código Federal de Procedimientos Civiles en lo que atañe a las formalidades que deben reunir los exhortos que se remitan al extranjero, o se reciban de él. A su vez, el Código Federal de Procedimientos Civiles hace referencia a los exhortos o cartas rogatorias internacionales en el Capítulo II, denominado “De los Exhortos o Cartas Rogatorias Internacionales”. Este capítulo está comprendido en el Libro Cuarto “De la Cooperación Procesal Internacional”. El citado Capítulo II comprende los artículos del 549 al 556 que expresan: Artículo 549.- Los exhortos que se remitan al extranjero o que se reciban de él se ajustarán a lo dispuesto por los artículos siguientes, salvo lo dispuesto por los tratados y convenciones de los que México sea parte. Artículo 550.- Los exhortos que se remitan al extranjero serán comunicaciones oficiales escritas que contendrán la petición de realización de las actuaciones necesarias en el proceso en que se expidan. Dichas comunicaciones contendrán los datos informativos necesarios y las copias certificadas, cédulas, copias de traslado y demás anexos procedentes según sea el caso. 98 No se exigirán requisitos de forma adicionales respecto de los exhortos que provengan del extranjero. Artículo 551.- Los exhortos o cartas rogatorias podrán ser transmitidos al órgano requerido por las propias partes interesadas, por vía judicial, por intermedio de los funcionarios consulares o agentes diplomáticos o por la autoridad competente del Estado requirente o requerido según sea el caso. Artículo 552.- Los exhortos provenientes del extranjero que sean transmitidos por conductos oficiales no requerirán legalización y los que se remitan al extranjero sólo necesitarán de la legalización exigida por las leyes del país en donde se deban de diligenciar. Artículo 553.- Todo exhorto internacional que se reciba del extranjero en idioma distinto del español deberá acompañarse de su traducción. Salvo deficiencia evidente u objeción de parte, se estará al texto de la misma. Artículo 554.- Los exhortos internacionales que se reciban sólo requerirán homologación cuando implique ejecución coactiva sobre personas, bienes o derechos, en cuyo caso se aplicará lo dispuesto por el Capítulo Sexto de este Libro. Los exhortos relativos a notificaciones, recepción de pruebas y a otros asuntos de mero trámite se diligenciarán sin formar incidente. Artículo 555.- Los exhortos internacionales que se reciban serán diligenciados conforme a las leyes nacionales. Sin perjuicio de lo anterior, el tribunal exhortado podrá conceder excepcionalmente la simplificación de formalidades o la observancia 99 de formalidades distintas a las nacionales, a solicitud del juez exhortante o de la parte interesada, si esto no resulta lesivo al orden público y especialmente a las garantías individuales; la petición deberá contener la descripción de las formalidades cuya aplicación se solicite para la diligenciación del exhorto. Artículo 556.- Los tribunales que remitan al extranjero o reciban de él, exhortos internacionales, los tramitarán por duplicado y conservarán un ejemplar para constancia de lo enviado, recibido y actuado. El Código Federal de Procedimientos Civiles, en el Capítulo VI, denominado “Ejecución de sentencias”, dentro del Libro Cuarto “De la Cooperación Procesal Internacional” regula el reconocimiento y la ejecución de las sentencias extranjeras, en los artículos que a continuación reproducimos literalmente: Artículo 569.- Las sentencias, los laudos arbitrales privados de carácter no comercial y demás resoluciones jurisdiccionales extranjeros tendrán eficacia y serán reconocidos en la República en todo lo que no sea contrario al orden público interno en los términos de este código y demás leyes aplicables, salvo lo dispuesto por los tratados y convenciones de los que México sea parte. Tratándose de sentencias, laudos o resoluciones jurisdiccionales que sólo vayan a utilizarse como prueba ante tribunales mexicanos, será suficiente que los mismos llenen los requisitos necesarios para ser considerados como auténticos. Los efectos que las sentencias, laudos arbitrales privados de carácter no comercial y resoluciones jurisdiccionales extranjeros 100 produzcan en el territorio nacional, estarán regidos por lo dispuesto en el Código Civil, por este código y demás leyes aplicables. Artículo 570.- Las sentencias, laudos arbitrales privados de carácter no comercial y resoluciones jurisdiccionales extranjeros se cumplirán coactivamente en la República, mediante homologación en los términos de este código y demás leyes aplicables, salvo lo dispuesto por los tratados y convenciones de los que México sea parte. Artículo 571.- Las sentencias, laudos arbitrales privados de carácter no comercial y resoluciones jurisdiccionales dictados en el extranjero, podrán tener fuerza de ejecución si cumplen con las siguientes condiciones: I.- Que se hayan satisfecho las formalidades previstas en este Código en materia de exhortos provenientes del extranjero; II.- Que no hayan sido dictados como consecuencia del ejercicio de una acción real; III.- Que el juez o tribunal sentenciador haya tenido competencia para conocer y juzgar el asunto de acuerdo con las reglas reconocidas en la esfera internacional que sean compatibles con las adoptadas por este Código; IV.- Que el demandado haya sido notificado o emplazado en forma personal a efecto de asegurarle la garantía de audiencia y el ejercicio de sus defensas; V.- Que tengan el carácter de cosa juzgada en el país en que fueron dictados, o que no exista recurso ordinario en su contra; 101 VI.- Que la acción que les dio origen no sea materia de juicio que esté pendiente entre las mismas partes ante tribunales mexicanos y en el cual hubiere prevenido el tribunal mexicano o cuando menos que el exhorto o carta rogatoria para emplazar hubieren sido tramitados y entregados a la Secretaría de Relaciones Exteriores o a las autoridades del Estado donde deba practicarse el emplazamiento. La misma regla se aplicará cuando se hubiera dictado sentencia definitiva; VII.- Que la obligación para cuyo cumplimiento se haya procedido no sea contraria al orden público en México; y VIII.- Que llenen los requisitos para ser considerados como auténticos. No obstante el cumplimiento de las anteriores condiciones, el tribunal podrá negar la ejecución si se probara que en el país de origen no se ejecutan sentencias o laudos extranjeros en casos análogos. Artículo 572.- El exhorto del Juez o tribunal requirente deberá acompañarse de la siguiente documentación: I.- Copia auténtica de la sentencia, laudo o resolución jurisdiccional; II.- Copia auténtica de las constancias que acrediten que se cumplió con las condiciones previstas en las fracciones IV y V del artículo anterior; III.- Las traducciones al idioma español que sean necesarias al efecto; y 102 IV.- Que el ejecutante haya señalado domicilio para oír notificaciones en el lugar del tribunal de la homologación. Artículo 573.- Es tribunal competente para ejecutar una sentencia, laudo o resolución jurisdiccional proveniente del extranjero, el del domicilio del ejecutado, o en su defecto, el de la ubicación de sus bienes en la República. Artículo 574.- El incidente de homologación de sentencia, laudo o resolución extranjera se abrirá con citación personal al ejecutante y al ejecutado, a quienes se concederá término individual de nueve días hábiles para exponer defensas y para ejercitar los derechos que les correspondieren; y en el caso de que ofrecieren pruebas que fueren pertinentes, se fijará fecha para recibir las que fueren admitidas, cuya preparación correrá exclusivamente a cargo del oferente salvo razón fundada. En todos los casos se dará intervención al Ministerio Público para que ejercite los derechos que le correspondiere. La resolución que se dicte será apelable en ambos efectos si se denegare la ejecución, y en el efecto devolutivo si se concediere. Artículo 575.- Ni el Tribunal de primera instancia ni el de apelación podrán examinar ni decidir sobre la justicia o injusticia del fallo, ni sobre las motivaciones o fundamentos de hecho o de derecho en que se apoye, limitándose a examinar su autenticidad y si deba o no ejecutarse conforme a lo previsto en el derecho nacional. Artículo 576.- Todas las cuestiones relativas a embargo, secuestro, depositaría, avalúo, remate y demás relacionadas con la 103 liquidación y ejecución coactiva de sentencia dictada por tribunal extranjero, serán resueltas por el tribunal de la homologación. La distribución de los fondos resultantes del remate quedará a disposición del juez sentenciador extranjero. Artículo 577.- Si una sentencia, laudo o resolución jurisdiccional extranjera no pudiera tener eficacia en su totalidad, el tribunal podrá admitir su eficacia parcial a petición de parte interesada. Es de advertirse que, al conocerse de la ejecución de sentencias deben tenerse en cuenta los artículos del Capitulo V sobre “Competencia en Materia de Ejecución de Sentencia” y que, por su gran importancia, también transcribimos: Artículo 564.- Será reconocida en México la competencia asumida por un tribunal extranjero para los efectos de la ejecución de sentencias, cuando dicha competencia haya sido asumida por razones que resulten compatibles o análogas con el derecho nacional, salvo que se trate de asuntos de la competencia exclusiva de los tribunales mexicanos. Artículo 565.- No obstante lo previsto en el artículo anterior, el tribunal nacional reconocerá la competencia asumida por el extranjero si a su juicio éste hubiera asumido dicha competencia para evitar una denegación de justicia, por no existir órgano jurisdiccional competente. El tribunal mexicano podrá asumir competencia en casos análogos. Artículo 566.- También será reconocida la competencia asumida por un órgano jurisdiccional extranjero designado por convenio de 104 las partes antes del juicio, si dadas las circunstancias y relaciones de las mismas, dicha elección no implica de hecho impedimento o denegación de acceso a la justicia. Artículo 567.- No se considerará válida la cláusula o convenio de elección de foro, cuando la facultad de elegirlo opere en beneficio exclusivo de alguna parte pero no de todas. Artículo 568.- Los tribunales nacionales tendrán competencia exclusiva para conocer de los asuntos que versen sobre las siguientes materias: I.- Tierras y aguas ubicadas en el territorio nacional, incluyendo el subsuelo, espacio aéreo, mar territorial y plataforma continental, ya sea que se trate de derechos reales, de derechos derivados de concesiones de uso, exploración, explotación o aprovechamiento, o de arrendamiento de dichos bienes; II.- Recursos de la zona económica exclusiva o que se relacionen con cualquiera de los derechos de soberanía sobre dicha zona, en los términos de la Ley Federal del Mar; III.- Actos de autoridad o atinentes al régimen interno del Estado y de las dependencias de la Federación y de las entidades federativas; IV.- Régimen interno de las embajadas y consulados de México en el extranjero y sus actuaciones oficiales; y V.- En los casos en que lo dispongan así otras leyes. 105 Por su parte, el Código de Procedimiento Civiles para el Distrito Federal también regula la ejecución y reconocimiento de sentencias extranjeras en los siguientes preceptos: Articulo 605. Las sentencias y demás resoluciones extranjeras tendrán eficacia y serán reconocidas en la República en todo lo que no sea contrario al orden público interno en los términos de este Código, del Código Federal de Procedimientos Civiles y demás leyes aplicables, salvo lo dispuesto por los tratados y convenciones de que México sea parte. “Tratándose de sentencias o resoluciones jurisdiccionales que solamente vayan a utilizarse como prueba, será suficiente que las mismas llenen los requisitos necesarios para ser consideradas como documentos públicos auténticos. “Los efectos que las sentencias o laudos arbitrales extranjeros produzcan en el Distrito Federal de procedimientos Civiles y demás leyes aplicables. Artículo 606. Las sentencias, laudos y resoluciones dictados en el extranjero podrán tener fuerza de ejecución si se cumplen las siguientes condiciones: I. Que se hayan satisfecho las formalidades previstas por el Código Federal de Procedimientos civiles en materia de exhortos provenientes del extranjero. II. Que no hayan sido dictados como consecuencia del ejecución de una acción real 106 III. Que el juez o tribunal sentenciador haya tenido competencia para conocer y juzgar del asunto de acuerdo a las reglas reconocida en la esfera internacional que sean compatibles con las adoptadas por este Código o en el Código Federal de Procedimientos civiles; IV. Que el demandado haya sido notificado o emplazado en forma personal a efecto de asegurarle la garantía de audiencia y el ejercicio de sus defensas; V. Que tengan el carácter de cosa juzgada en el país en que fueron dictados, o que no exista recurso ordinario en su contra; VI. Que la acción que les dio origen que no sea materia de juicio que esté pendiente entre las mismas partes ante tribunales mexicanos y en el cual hubiere prevenido el tribunal mexicano o cuando menos que el exhorto o carta rogatoria para emplazar hubiere sido tramitados y entregados a la Secretaria de Relaciones Exteriores o a las autoridades del estado donde deba practicarse el emplazamiento. La misma regla se aplicará cuando se hubiera dictado sentencia definitiva; VII. Que la obligación para cuyo cumplimiento se haya procedido no sea contraria al orden publico en México; y VIII.Que llenen los requisitos para ser considerados como auténticos. “No obstante el cumplimiento de las anteriores condiciones el Juez podrá negar la ejecución si se probara que en el país de origen 107 no se ejecutan sentencias, resoluciones jurisdiccionales o laudos extranjeros en casos análogos. El artículo 607 del Código Adjetivo para el Distrito Federal se refiere a los documentos que deben acompañase al exhorto y su texto es exactamente igual al artículo 572 del Código de Procedimientos civiles Por último, el artículo 608 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal establece las reglas para el reconocimiento y ejecución de la sentencia extranjera, en los siguientes términos: Artículo 608. El reconocimiento y ejecución de sentencias extranjeras se sujetará a las siguientes reglas: I. II. El tribunal competente para ejecutar una sentencia, laudo o resolución jurisdiccional proveniente del extranjero, será el del domicilio del ejecutado; El incidente de homologación de sentencia, laudo o resolución extranjera se abrirá con citación personal al ejecutante y al ejecutado, a quienes se concederá término individual de nueve días hábiles para exponer defensas y para ejercitar los derechos que les correspondieren; y en aso de que ofrecieren pruebas que fueren pertinentes, se fijara fecha para recibir las que fueren admitidas, cuya preparación correrá exclusivamente a cargo del oferente salvo razón fundada. En todos los casos se dará intervención al Ministerio Público para que ejercite los derechos que le correspondiere. “La resolución que se dicte será apelable en ambos efectos si se denegare la ejecución, y en el efecto devolutivo si se concediere; 108 III. Todas las cuestiones 109