Alonso de Ercilla y Zúñiga Poeta, soldado, viajero Caballero de la

Anuncio
ASOCIACIÓN DE DIPLOMADOS
EN
GENEALOGÍA, HERÁLDICA Y NOBILIARIA
www.adghn.org
ESCUELA MARQUÉS DE AVILÉS
CURSO 2010/2011
Alonso de Ercilla y Zúñiga
Poeta, soldado, viajero
Caballero de la Orden de Santiago
Conferencia pronunciada el 14-XII-2010, por
Don Miguel Ángel García Raserón
Diplomado de la Escuela Marqués de Avilés
Alonso de Ercilla alcanzó cierta fama como poeta épico del siglo XVI, –
su obra, “La Araucana”, narra la conquista de Chile; – pero es mucho menos
conocido en su faceta de soldado y viajero; y prácticamente desconocido como
hidalgo y caballero. Y sin embargo, pocos personajes ofrecen un espectro tan
amplio de la problemática nobiliaria.
PUNTO DE PARTIDA
Para conocer un personaje histórico, hay que analizarle con un enfoque
amplio.
En el Antiguo Régimen, eran habituales las “relaciones de méritos y
servicios”, confeccionadas por quienes pretendían obtener alguna merced. En
ellas se relacionaban no sólo los meritos del pretendiente, sino también los de
sus antepasados. Constituían, por tanto, una especie de comunidad de
merecimientos que alcanzaba al conjunto familiar, de forma que el linaje
sustituía al individuo como sujeto de la calidad nobiliaria.
Por tanto, si nos referimos a esa época, no basta estudiar al personaje en
cuestión. Hay que contemplarle en su entorno.
Y ¿por dónde empezar a buscar? Tratándose de un hidalgo del siglo XVI,
quizá la mejor manera es comenzar por su lugar de enterramiento. Las capillas
funerarias y fundaciones de conventos proporcionaban a los linajes nobiliarios
una buena forma de manifestar su prestigio y perpetuar su fama.
EL LUGAR DE ENTERRAMIENTO
Alonso de Ercilla tuvo en vida una existencia azarosa y viajera; luego lo
veremos. Pero también después de muerto, pues sus huesos cambiaron de lugar
varias veces.
Según el libro de defunciones de la antigua parroquia de San Justo –ahora
basílica pontificia de San Miguel – falleció Ercilla el 29 de noviembre de 1594
en su casa de Madrid, que estaba frente al palacio de Puñonrostro, o del Cordón.
Quedaron sus restos provisionalmente depositados en el convento de Carmelitas
de la villa, siendo trasladados un año después, el 27 de noviembre de 1595, al
convento de San José, de la misma orden del Carmelo, que su viuda doña María
de Bazán acababa de fundar en Ocaña.
2
Ocaña sufrió duramente los avatares de la guerra de la Independencia.
Tras la batalla que hubo allí mismo el 19-XI-1809, un guarnición militar
francesa permaneció en el pueblo hasta el final de la guerra. Las monjas fueron
expulsadas y el convento utilizado para fines cuarteleros. De los destrozos no se
libraron las sepulturas de la cripta, que fueron profanadas.
Más tarde, en 1869, el gobierno decidió la creación del Panteón de
Hombres Ilustres en la iglesia de San Francisco el Grande, de Madrid. Por
decreto de Manuel Ruiz Zorrilla, de junio de ese año, se ordenó el traslado allí
de los restos de diversos personajes históricos; los de Ercilla entre ellos. Pero el
proyecto no se llevó a cabo y ocho años después, tras las gestiones realizadas por
el Ayuntamiento de Ocaña, los huesos de Ercilla volvieron al convento de San
José el día 5 de julio de 1877.
Pero volvamos, tras esta digresión, a hablar del convento de San José, de
la Orden de Carmelitas Descalzas, en la villa de Ocaña. Ercilla sabía que su
mujer quería destinar buena parte de su hacienda a una fundación, puesto que el
matrimonio no había tenido hijos; él estaba de acuerdo con la idea, y así lo dice
su testamento, realizado pocos días antes de su muerte, el 24-XI-1594.
En él deja un legado de 10.000
ducados para dicha fundación, con la
condición de que allí sean llevados
sus restos, y los de una de sus
hermanas, doña María Magdalena,
hasta entonces enterrada en San
Francisco.
No pudiendo realizarse la
fundación en Madrid, donde ya
existía otro convento del Carmelo, se
decide hacerlo en Ocaña, lugar en el
que la Orden aún no tenía ningún
establecimiento.
El 16-VIII-1595 se firma la escritura de fundación, por la viuda de Ercilla,
doña María de Bazán y fray Juan de Jesús y María, definidor de la orden de
Carmelitas Descalzos. Entre sus estipulaciones, en la cláusula octava, se habla
del patronato del convento, y dice así:
3
“… e después de los dichos días de la dicha señora Doña María ha
de subceder en el dicho patronazgo el marques de Santa Cruz que se
llamase Baçan y subcesores en el dicho marquesado”
También dispone Ercilla en su testamento que se destine al monasterio de
Nuestra Señora de Valvanera, en La Rioja, un legado de 500 ducados para
censos, con el fin de que, perpetuamente, cubra la tumba de sus padres un paño
negro con la cruz de la Orden de Santiago bordada en seda de color rojo.
Hoy no quedan hoy testimonios epigráficos de la época del enterramiento
de Ercilla; los que se conservan en el convento de San José, son de época muy
posterior.
La lápida funeraria que vemos arriba, es del
año 1877. Fue puesta con motivo de la vuelta de los
restos de Ercilla desde Madrid, al no completarse el
proyectado Panteón en la iglesia de San Francisco
el Grande.
La lauda reproducida a la izquierda es aún
más reciente. Data de 1961 y corresponde a un acto
de homenaje realizado por la embajada de Chile,
con motivo del cuarto centenario de la estancia del
poeta en aquellas tierras.
En ausencia, pues, de monumentos funerarios originales de la época del
caballero, tendremos que acudir a otras fuentes para conformar su retrato.
4
RETRATO DEL PERSONAJE
Alonso de Ercilla fue un personaje multifacético; representante de una
época histórica, rica e intensa como la que más: El Siglo de los Descubrimientos;
del amplio reino en el que “no se ponía el sol”; también del inicio del que sería
Siglo de Oro de las Artes y las Letras.
Ercilla fue sujeto activo de algunos de estos grandes sucesos. Viajó mucho
y a lugares lejanos: Por toda la Europa del Imperio; también por América, hasta
los confines australes de la tierra entonces conocida. Empezó su periplo muy
temprano, con apenas quince años, acompañando al entonces príncipe Felipe en
su primer viaje, por Italia, Alemania y Flandes1.
En esa vida inquieta y viajera tuvo mucho que ver, probablemente, el
haber sido el menor de seis hermanos y quedado huérfano de padre cuando
apenas tenía un año de edad.
Para componer el retrato de forma más amplia y matizada, lo enfocaremos
desde varios puntos de vista:
1.
2.
3.
4.
5.
Nacimiento y raíces.
Genealogía y entorno familiar.
Heráldica.
Soldado y viajero.
Poeta.
1. Nacimiento y raíces.
Nació en Madrid, el 7 de agosto de 1533. Fue bautizado el 11 de agosto en
la iglesia de San Nicolás de los Servitas2, en el Madrid de los Austrias, entre las
calles de San Nicolás y del Biombo. Una placa municipal, adosada a la fachada
trasera, junto a la torre mudéjar, nos recuerda que allí fue bautizado Alonso de
Ercilla.
1
Nos da cuenta de ello Juan Cristóbal Calvete de Estrella, en su obra El felicíssimo viaje del muy alto y
muy poderoso Príncipe don Phelippe, en el libro primero, capítulo “embarcación”, donde dice que
Ercilla – al que Calvete llama “Alonso de Çuñiga” – formó parte de un grupo de veinte jóvenes de las
más ilustres familias que, en calidad de pajes, formaban parte del séquito de Felipe.
2
Primer libro de bautismos, folio 5 vto.
5
Así lo declara el Sr. Fita, en el
boletín de la R.A.H. (año 1888, tomo
XII):
“Sabado xj dias de Agosto Año de W.d.
/xxxiij Años se bautizo Alonso hijo del
Señor /doctor Arzilla e de su mujer doña
leonor: / los padrinos fueron, el de pila el
licº. Mon / çon, y el licº. Soto, y luis
monçon; e madri / nas su muger del licº.
Soto y la muger de luis / de monçon;
batizelle yo Antonio garçia cura / antonio /
garçia”
En el registro bautismal, hay
una anotación al margen izquierdo,
con otra caligrafía, que dice: “Este
es el que compuso La Araucana”.
Pero durante mucho tiempo se ha polemizado sobre el lugar de nacimiento
de Ercilla.
Algunos testigos de su expediente de ingreso en la Orden de Santiago
declaran que es nacido en Bermeo; por ejemplo Juan de Izaguirre, dijo: “que
conoce a don Alonso de Ercilla, natural y vecino desta dicha villa de Bermeo”.
Posteriormente, diversos cronistas y escritores mantienen esta misma opinión;
entre ellos:
ƒ Iturriza y Zavala; Historia General de Vizcaya.
ƒ Labayru y Goicoechea; Historia de Vizcaya.
ƒ Ángel Allende Salazar; Boletín Histórico (año 1881)
Y también el Diccionario Geográfico-Histórico de España, de la Real
Academia de la Historia (de 1802), que en el apartado dedicado a Bermeo, dice:
“Entre sus casas solariegas está la de D. Alonso de Ercilla y Zúñiga,
natural de allí mismo, autor del nombrado poema ‘La Araucana o guerra
de los Araucos’, nación heroica en el reyno del Perú que fue sojuzgada
por su esfuerzo a los 29 años de edad”
El propio Ercilla se suma a la confusión con declaraciones contradictorias:
En la Araucana se refiere a Bermeo (canto XXVII):
“Mira al poniente a España, y la aspereza
6
de la antigua Vizcaya, de do es cierto
que procede y se extiende la nobleza
por todo lo que vemos descubierto;
mira a Bermeo, cercado de maleza,
cabeza de Vizcaya, y sobre el puerto
los anchos muros del solar de Ercilla,
solar fundado antes que la villa.”
Pero en otra ocasión cita a Valladolid como su lugar de nacimiento. Así
consta en el Libro de Asientos de Pasajeros a Indias, que en el año 1555 recoge
la siguiente anotación:
“Don Alonso de Ercilla y Zúñiga, gentilhombre de S. A., vecino y
natural de Valladolid, hijo del Dr. Ercilla, oidor que fue del
Consejo Real, y doña Leonor de Zúñiga, soltero”
2. Genealogía y entorno familiar.
Quien investiga en genealogía, tiene mucho camino andado cuando se
encuentra con un expediente de ingreso en las Órdenes Militares del personaje
que está estudiando. Más adelante hablaremos del expediente de Ercilla, pero
viene bien ahora citar uno de los documentos que contiene; se trata de una
simple octavilla, al parecer escrita por el propio interesado, aunque no está
firmada.
Dice así:
“Mi padre se llama el doctor Fortunio
García de Ercilla, y el padre de mi padre
Martín Ruiz de Ercilla; y la madre de mi
padre doña María Fernández de
Ermendurua; eran todos naturales de la
villa de Bermeo, cabeza de Vizcaya”.
Mi madre se llama doña Leonor de Zúñiga,
y el padre de mi madre Alonso de Zúñiga y
la madre doña Catalina de Zamudio; hase
de hacer su probanza en Nájera, porque mi
agüela era de allí y mi agüelo nascio allí”
Nos dice este documento dos cosas importantísimas para todo
investigador: Por quién preguntar, y dónde buscar.
7
Veamos ahora algo más de los antepasados de Ercilla. No pretendo
desarrollar el árbol genealógico del personaje; simplemente haré una breve
mención de sus ascendientes, con algún comentario adicional en el terreno
nobiliario.
Los Ercilla
• Fortún García de Ercilla, era
hijo de Martín Ruíz de Ercilla
y de doña María Fernández de
Ermendurúa
• Martín Ruiz de Ercilla, señor
de la Torre Ercilla, era hijo de
Juan Pérez de Ercilla y de
doña María Alonso de
Arteaga.
• Doña María Fernández de
Ermendurúa, era hija de
Sancho
Fernández
de
Ermendurúa y de doña Juana
de Aróstegui
Los Zúñiga
• Doña Leonor de Zúñiga, era
hija de Alonso de Zúñiga y de
doña Catalina de Zamudio.
• Alonso de Zúñiga, señor de
Bobadilla, era hijo de Iñigo
Ortíz de Zúñiga y de doña
María de Castilla y Zúñiga. Y
nieto de Lope Ortíz de Zúñiga,
señor de las Cuevas, Azofra y
Montalvo.
• Doña Catalina de Zamudio era
hija del doctor Alonso
Martínez de Nájera y de la
Doctora Vieja de Zamudio
Abundando en los aspectos nobiliarios, en la línea paterna (los Ercilla),
diremos que Martín Pérez de Ercilla, el primero de este nombre que era señor de
la torre, fue cabeza de uno de los cuatro barrios y bandos que hubo en Bermeo,
regidor y alcalde. Casó con doña María Alonso de Arteaga, hija de Fortún
García de Arteaga, al cual se atribuye la reconstrucción de la torre de Gautéguiz
de Arteaga (luego torre de Ercilla). En cuanto al padre de su abuela, Sancho
Fernández de Ermendurúa, fue señor de la casa-torre de Ermendurúa.
Con respecto a la línea materna (los Zúñiga), su bisabuelo Iñigo era hijo
segundo de Lope Ortíz de Zúñiga, señor de la fortaleza de Las Cuevas, de
Azofra, Alesanco, Castañares, Montalvo y Bobadilla, y de su mujer (que era su
prima segunda) doña María de Zúñiga, hija de Iñigo Ortíz de Zúñiga, señor de
Nieva.
Sobre el doctor Alonso Martínez volveremos después. Baste aquí decir
que fue médico del duque de Nájera, don Pedro Manrique de Lara.
Pasemos ahora a hablar de sus padres y hermanos:
8
Según Esteban de Garibay, Fortún García de Ercilla – padre de Alonso –
nació en Bermeo, en 14943. Era hijo segundo, por lo que el mayorazgo de la
torre de Ercilla pasó a su hermano Juan. Orientó su vida a las letras, llegando a
alcanzar preeminencia notable en esos oficios. Estudió en el Colegio de San
Clemente, de Bolonia, tras de lo cual alcanzó fama como jurista en Italia, hasta
el punto de que Carlos I le mandó llamar en 1518 para “hacerle de sus
Consejos”. Fue caballero de la Orden de Santiago, y de los Consejos de Navarra,
de Órdenes Militares y de Castilla. Estando en el Consejo de Navarra, se casó
¿en 1524? en Tafalla, con doña Leonor de Zúñiga. Falleció en Dueñas, en 1534,
sepultado en el convento de San Agustín; posteriormente – según Garibay – se
trasladaron sus restos al monasterio de Nuestra Señora de Valvanera, en La
Rioja, donde también fue sepultada su mujer y algunos de sus hijos.
Doña Leonor de Zúñiga – madre de Alonso – al enviudar, pasó al servicio
de las infantas doña Juana y doña María. Tras el casamiento de esta última en
1548 con el archiduque Maximiliano4, doña Leonor fue nombrada guarda-mayor
de sus damas y viajó con los archiduques a Viena, llevando consigo a sus dos
hijas menores. Retornó a España en 1558, ya enferma; yendo a residir con su
hijo Juan, a Villafranca de Montes de Oca, donde falleció el año siguiente.
El matrimonio tuvo seis hijos, de los que a continuación haré una breve
reseña:
ƒ Francisco de Zúñiga. Murió joven, en Madrid, en 1545.
ƒ Juan de Zúñiga. Fue clérigo de cierta notoriedad, llegando a gozar de
diversos beneficios: Provisor del Hospital Real de Villafranca de Montes
de Oca; abad de Hormedes. En 1574 fue nombrado para el oficio de
capellán y limosnero de la reina doña Ana y preceptor del infante don
Fernando, en cuyo cargo falleció en Almaraz, en 1580, siendo sus restos
trasladados a Valvanera.
ƒ Doña María de Ercilla5. Casó con su primo Francisco Arista de Zúñiga,
señor de Las Cuevas. Murió en Bobadilla, en 1586.
ƒ Doña María de Castilla. Murió en Viena en 1555.
ƒ Doña María Magdalena. Casó con don Fadrique de Portugal. Murió en
Madrid en 1565.
ƒ Alonso de Ercilla. Caballero de la Orden de Santiago; gentil-hombre de
cámara de Rodolfo II.
3
Coinciden en esta opinión algunos testigos del expediente de caballero de Alonso de Ercilla. En
cambio, varios historiadores entre los que se encuentran Rodrigo Caro, Vargas Ponce y Ferrer del Río,
mantienen que Fortún nació en Sevilla.
4
Luego rey de Bohemia y Hungría; emperador desde 1564.
5
En los apellidos de las hermanas de Alonso de Ercilla, empleamos los utilizados por Esteban de
Garibay.
9
Terminaremos el entorno de la familia de Ercilla con una referencia al
señorío familiar: la villa de Bobadilla. A la muerte de Alonso de Zúñiga, su
abuelo materno, el señorío de Bobadilla pasó a su viuda, doña Catalina de
Zamudio.
Poco después, sus vasallos iniciaron un pleito para desligarse del señorío y
pasar a villa de realengo. El pleito comenzó antes de la venta del señorío que
hizo doña Catalina a su yerno Fortún García de Ercilla el 7-XI-1529.
Posiblemente en esa venta tuvo mucho que ver la calidad de jurista afamado de
Fortún, su pertenencia a los Reales Consejos, y la suposición de que el cambio
de titularidad implicaría una mejor defensa de sus intereses señoriales.
Fallecido Fortún, el pleito tomó nueva fuerza en 1537, siendo titular del
señorío su viuda doña Leonor de Zúñiga. Se resolvió definitivamente, de forma
adversa para la familia, según decisión que le fue comunicada a doña Leonor el
4-IX-1541.
3. Heráldica.
Como dijimos al principio, no se conservan monumentos funerarios
originales del enterramiento de Ercilla. Los que hay son muy posteriores y no
contienen representaciones heráldicas.
Buscando testimonios de la época, acudimos a Gonzalo Argote de Molina,
que en su Nobleza de Andalucía inscribe las armas que exponemos aquí, y el
blasonado que el propio Argote hace de ellas.
Dice así: “la banda y dragantes de
oro en el escudo rojo, que el
antecesor de su linaje ganó en esta
santa batalla [de Río Salado] y por
orla ocho aspas de oro en campo
verde.”
10
Las armas que vemos a la izquierda
son utilizadas por el padre de
Alonso, Fortún García de Ercilla.
Son las que figuran en sello de cera
en una carta que éste dirige a Juan
Pérez de Ibieta en 1518, existente en
el archivo del Conde de Montefuerte
(según dice J. T. Medina, en su
biografía de Ercilla)
Pero estas armas del linaje de Ercilla, en Bermeo, no se remontan muy
atrás, como podemos constatar: En las crónicas de linajes de Vizcaya, en el libro
Oñacinos y Gamboinos. Rol de banderizos vascos, de Juan Carlos de Guerra, no
encontramos referencia al linaje de Ercilla. En cambio, sí encontramos armas de
Ercilla en Guipúzcoa, según testimonia el mismo Juan Carlos de Guerra en sus
Estudios de Heráldica vasca, donde dice: “En Anzuola: En campo de oro un
árbol verde, y, al tronco, un oso negro [artz-illa]
Por todo lo anterior, podemos decir que Juan Pérez de Ercilla, bisabuelo
de Alonso, es el primero de ese apellido que encontramos residiendo en Bermeo.
Por otra parte, las armas que vemos usar a los Ercilla (en campo de gules
una banda de oro con dragantes) las tenemos antes en la familia de su esposa,
doña María Alonso de Arteaga, del linaje originario del solar de Gautéguiz de
Arteaga, dueños de la casa-torre de Arteaga (luego torre de Ercilla).
Así pues, en nuestra opinión, estamos ante un caso de adopción de armas
por alianza familiar. Pero no resolviéndolo de la forma usual en Castilla,
mediante cuartelado; sino por asunción plena de armas del linaje de la consorte.
4. Soldado y viajero.
Sobre Ercilla, nos dice Esteban de Garibay: “…las peregrinaciones de
este muy noble y generoso caballero, el cual, por tierra y mar, y Juan Sebastián
del Cano, natural de Guipúzcoa, de la villa de Guetaria, por mar, son los dos
hombres nacidos de Adán que más hayan andado y navegado por ambos orbes”.
11
Hizo seis viajes. De forma muy sumaria los relacionamos a continuación.
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
En 1548, acompaña al príncipe Felipe en su viaje por Italia,
Alemania y Flandes.
En 1551, con su madre y hermanas, va a Viena en el séquito de
Maximiliano y María.
En 1554, viaja con Felipe II a Inglaterra para su boda con María
Tudor.
En 1555, parte para América: Panamá, Perú y Chile. Es su viaje más
largo, pues no retorna a España hasta 1563.
Ese mismo año volvió a salir, por Francia y Flandes, hasta Viena,
para traer a su hermana María Magdalena.
En 1574, viajó a Nápoles, Roma, Praga y Ratisbona.
Empleó en viajes casi la mitad de su vida. Desde los 15 años, cuando
acompañó como paje al entonces príncipe Felipe, hasta los 41 en que se embarcó
para su servicio en galeras requerido para tomar el hábito de Santiago (en
Nápoles); de allí pasó a Roma, a visitar al papa Gregorio XIII; a Praga, para
asistir a la coronación de Rodolfo como rey de Bohemia; y a Ratisbona, donde el
emperador tenía convocadas Cortes.
Por América, recorrió toda la espina dorsal del subcontinente sur; desde
Panamá hasta los confines de la tierra entonces explorada, como veremos a
continuación.
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
ƒ
El 15 de octubre de 1555 se embarca para las Indias, acompañando
a Jerónimo de Alderete, nombrado gobernador de Chile. Al poco de
llegar, Alderete murió en Panamá.
Se unió entonces al séquito del nuevo virrey del Perú, don Andrés
Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete.
Después marchó a Chile, con el hijo del virrey, don García Hurtado
de Mendoza, quien sustituyó a Alderete como gobernador.
Participó en los combates de Biobío, Millarapue, Purén y otros
hechos de armas. También en la respuesta al ataque de Caupolicán.
En una de sus andaduras, alcanzó el punto más austral de los
entonces conocidos: las islas de Chiloé, al frente de un pequeño
grupo que atravesó el canal de Chacao. Se adelantó a su grupo, en
misión de descubierta y, según cuenta la leyenda, dejó grabados en
la corteza de un árbol unos versos que dan testimonio de su gesta
exploradora.
12
Aquí llegó, donde otro no ha llegado,
don Alonso de Ercilla, que el primero
en un pequeño barco deslastrado
con solos diez pasó el desaguadero;
el año de cincuenta y ocho entrado
sobre mil y quinientos, por hebrero,
a las dos de la tarde, el postrer día,
volviendo a la dejada compañía.”
,
Tras esta misión exploradora, vuelto a la ciudad de Concepción, tomó
parte en unos festejos presididos por el gobernador Hurtado de Mendoza, con
juegos de cañas y sortijas. Allí tuvo un incidente con Juan de Pineda, en el que
salieron a relucir las espadas. Molesto el gobernador por el altercado, los
condenó a muerte; condena que fue conmutada por la de destierro a Perú.
Estando en Lima, su afán aventurero le llevó a querer tomar parte en la
expedición de castigo contra Lope de Aguirre, por lo que se embarcó para
incorporarse a ella, aunque no llegó a tiempo, pues cuando llegó a tierra supo
que Lope de Aguirre había muerto. Retornó a España en 1563.
5. Poeta.
Ercilla dedicó La Araucana a Felipe II. “Sacra Católica Real Majestad…”
Así encabeza la dedicatoria de la primera parte de su poema.
Y sigue: “Como en los primeros
años de mi niñez, yo començasse a
servir a vuestra majestad, que fue
quando passo la primera vez a
Flandes, siempre con la edad creció
en mi aquella inclinación y desseo
de servir…”
Había querido pasar a las Indias
“para llevar hasta donde le
alcanzasse su pobre talento, a fin de
13
que no le quedase cosa por
ofrecelle”. Allí, “entre las mismas
armas, en el poco tiempo que le
dieron lugar a ello, había escrito su
libro”.
La primera parte del poema se
imprimió en 1559.
La segunda parte se imprimió en
1578, y la tercera parte en 1589.
No vamos a adentrarnos aquí en los terrenos de la crítica literaria y
poética; eso ya lo han hecho otros con profundidad y mejor criterio. Sólo resaltar
que, sacándole tiempo a sus tareas como soldado y explorador, fue capaz de
relatarnos aquellas gestas, y hacer un bello retrato de las gentes pobladoras de
esas tierras: Los Araucanos.
Hay que hacer notar, por tanto, que también en las letras fue Ercilla un
pionero. El siglo de Oro comenzaba entonces su andadura.
CABALLERO DEL HÁBITO DE SANTIAGO
Hablando de caballeros de la Orden de Santiago, no es lo mismo referirnos
a Rodrigo Manrique o Alonso de Cárdenas – últimos maestres de la Orden, a
finales del siglo XV – que hacerlo a Rodrigo Calderón o a Velázquez, ya en el
siglo XVII. En esa horquilla temporal, la Orden de Santiago pasó de ser una
institución señorial en toda regla, a ser una mera titulación honorífica; eso sí,
sumamente valorada.
Antes de ver como Ercilla obtuvo su hábito, resulta muy conveniente
dedicar un breve espacio a situarnos en la época.
14
1. La Orden de Santiago en el siglo XVI
Las Órdenes Militares habían sido en la Edad Media la guarnición de la
frontera con la España musulmana. Al acabar el siglo XV, y con él la Guerra de
Granada, las Órdenes ya no hacían falta.
Pero todavía seguían siendo poderosos señoríos; con enormes rentas, de
las que se beneficiaba su Mesa Maestral. La Corona quería para sí esas rentas,
pero la única forma era conseguir que el rey obtuviese el título de maestre,
mediante decisión papal. Esto se consiguió en varias etapas:
ƒ En 1499 fallece el último maestre de la Orden de Santiago, don Alonso
de Cárdenas. Fernando V es nombrado Administrador de la Orden.
ƒ En 1515, por bula de León X, pasa la administración a Carlos I.
Todavía con carácter vitalicio.
ƒ En 1526 se produce la incorporación a perpetuidad de los Maestrazgos
a la Corona.
En el siglo XVI, la monarquía llevó a cabo dos importantes cambios en el
ámbito de las Órdenes Militares:
ƒ Primero para gobernar las Órdenes: Creación del Consejo de Órdenes
Militares.
ƒ Segundo para administrarlas: Establecimiento de las “Instrucciones”
de Felipe II.
Además de ayudar al rey en la administración y gobierno de las Órdenes,
el Consejo tenía la misión de velar por el rigor en la selección de los que
pretendían ingresar en ellas. Así pues, el Consejo de Órdenes Militares se
convirtió en una especie de tribunal de honor y privilegio.
El prestigio social de las Órdenes creció, al tiempo que desaparecían sus
obligaciones militares. Quien conseguía un hábito, obtenía un valioso certificado
de ascendencia nobiliaria y limpieza de sangre.
En vista de su trascendencia, Felipe II tomó medidas de control y
disciplina. Lo que más preocupaba era garantizar que el proceso de concesión de
hábitos se realizara con todas las garantías.
ƒ En 1562, la visita del obispo Martín Pérez de Ayala estableció algunas
pautas de funcionamiento.
ƒ En 1587, la visita del obispo Diego Aponte de Quiñones abundó en ello.
ƒ Poco después, en 1588, se publican las Instrucciones de Felipe II.
15
Fijémonos en el intervalo de fechas: 1562…1588. Después veremos que
Alonso de Ercilla hizo su probanza en 1571.
Por otra parte, tal vez como
consecuencia de todo lo anterior, en
el siglo XVI todo lo concerniente a
las Órdenes Militares se había
convertido en un asunto de moda.
En 1572, Francisco de Rades y
Andrada
publicó
su
famosa
Chronica de las tres Ordenes de
Caualleria”
En resumen, por lo que concierne a las Ordenes Militares, el siglo XVI era
una época de cambios. De rigor y preocupación por la limpieza del proceso de
concesión de hábitos.
Una parte fundamental de dicho proceso de concesión, era el
procedimiento probatorio, cuyas informaciones por comisión escrita empezaron
hacia 1540. Se basaba en un cuestionario de diez preguntas realizadas a los
testigos a quienes se tomaba declaración. De forma muy resumida, son las
siguientes:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
Si conoce al pretendiente y a sus padres y abuelos.
Si al testigo le competían las generales de la ley6.
Si han nacido de matrimonio legítimo, o si alguno fue bastardo.
Si el padre, la madre y los abuelos son hijosdalgo y cristianos viejos.
Si las abuelas fueron cristianas viejas.
Si han tenido oficio vil o mecánico.
Si el pretendiente sabe andar a caballo.
Si el pretendiente ha sido retado, y de qué manera salvó el reto.
6
Más adelante se transcribe completa esta pregunta, lo cual ayuda a comprender exactamente lo que
significa aquí “las generales de la ley”.
16
9. Si el pretendiente está infamado de caso grave y feo.
10. Si alguno de ellos, hasta el cuarto grado, ha sido condenado por el Santo
Oficio.
El Consejo comisionaba a dos miembros de la Orden para que recabasen
la información. En la época que nos ocupa – los ascendientes de Ercilla vivieron
en el siglo XV – se basaba en fuentes orales; los libros parroquiales vinieron
después.
El cuestionario permaneció casi invariable a lo largo del tiempo. Aunque
pudiera variar algo el énfasis en una u otra pregunta. Una vez completada la
información, se entregaba al Consejo de Órdenes para su valoración.
Tras esta somera exposición del contexto, pasamos al expediente de don
Alonso de Ercilla.
2. El expediente de caballero de Alonso de Ercilla
El proceso comienza con una Real Cédula, dirigida al Consejo, para que
inicie el procedimiento indagatorio. En el caso de Ercilla, la cédula tiene fecha
de 4-VI-1571.
El Consejo comisiona a un caballero de la Orden – don Pedro Morejón en
esta ocasión – para que, asistido por un freyle de la misma Orden, realice la
investigación in-situ, buscando testigos y tomándoles declaración. Esto se
produce con fecha 12-VII-1571.
El 10-VIII-1571, los dos comisionados inician la indagación en los lugares
que el propio Ercilla había indicado: Bermeo y Nájera. Finalizada ésta, el
Consejo determina ampliar la investigación sobre la línea materna, abriendo una
segunda información sobre la cual entraremos después en más detalle. El 17-IX1571 se inicia esta segunda información, en varios pueblos de La Rioja.
Cumplido el procedimiento probatorio y valorada satisfactoriamente la
documentación, con fecha 29-XI-1571 se emite Provisión Real, ordenando
“armarle caballero y darle el hábito e insignia”.
El 30-XII-1571, es armado caballero en la iglesia de San Justo, de Madrid,
por el marqués de Denia, don Francisco Gómez de Sandoval y Zúñiga (padre del
duque de Lerma)
17
Para completar el proceso de investidura, el caballero profeso debía
cumplir aún dos requisitos:
ƒ Servir en galeras durante seis meses. Ercilla lo hace en Cartagena y
Nápoles, comenzando su servicio el 16-X-1574.
ƒ Ingresar en un convento de la Orden, hasta su ceremonia de profesión.
Ercilla ingresa en el convento de Uclés, según consta en Real Cédula de
fecha 10-XII-1577.
Tras esta breve exposición
cronológica, veamos a continuación
los detalles del expediente de ingreso
de Alonso de Ercilla.
Se encuentra en el Archivo
Histórico Nacional, Sección de
Órdenes Militares, bajo el número de
expediente 2689.
El procedimiento de concesión de hábito comienza con la emisión de una
Real Cédula al Consejo de Ordenes Militares, cuya imagen vemos aquí:
Fechada el 4-VI-1571 y expedida por el
secretario Martín de Gaztelu.
Dirigida al: Presidente y los del mi
Consejo
de
las
Ordenes,
cuya
administración perpetua yo tengo por
auctoridad apostólica…”
Ordena que: “se reciba la información que
se acostumbra para saber si en la persona
de don Alonso de Ercilla concurren las
calidades que se requieren para tener el
hábito de Santiago, de que Su Majestad le
hace merced”
18
El caballero Pedro Morejón y el licenciado Fernando Flores dan comienzo
a la investigación que, según manifestación del propio Ercilla7, ha de hacerse en
Bermeo para el linaje paterno y Nájera para el materno.
El 10-VIII-1571, en Bermeo, se inicia la declaración de los ocho testigos
siguientes:
Juan Ibáñez de Aroztyguy, Juan Martinez de Moryca, Juan de
Yçaguirre, Pedro de Arosteguy, Pedro de Gotilla, Juan de Aguirre,
Martín de Balanda y Sancho de Ocello.
El 16-VIII-1571, continúan la indagación en Nájera, con los nueve
testigos que relacionamos a continuación:
Francisco de Ontanera, Hernando de Mendoza, Juan de Salynas,
Diego Diez de Pangua, el doctor Arcos, Alonso Hernandez, Juan de
Calahorra, Sebastián de Vergara y Antonio Moreno.
Los investigadores deben tomar precauciones respecto a la validez de los
testigos, según establece la segunda pregunta del cuestionario, cuyo texto
completo es del siguiente tenor:
“si son parientes del dicho don Alonso de Ercilla, y si dijeren los
testigos que lo son, declaren en que grado y si son cuñados o
amigos o enemigos del suso dicho o sus criados o allegados y si les
han hablado o amenazado o sobornado o dado o prometido para
que digan el contrario de la verdad”.
Los testigos de ambos lugares coinciden en sus respuestas positivas;
aunque difieren en la forma de reconocer la hidalguía. Conviene destacar este
asunto, porque tiene importancia desde el punto de vista nobiliario: la diferente
forma de reconocer la hidalguía, según los usos de Vizcaya y de Castilla. Vamos
a verlo en detalle, en los párrafos siguientes.
En el punto primero de este capítulo hemos hablado de la preocupación en
la época por que el proceso de indagación fuese riguroso y fiable. Buena prueba
de ello es la forma en que se formula la pregunta cuarta; su puntillosa
meticulosidad hoy la calificaríamos, sin duda, de machaconamente redundante:
“iten si sauen creen vieron o oyeron decir quel Padre y la Madre
del dicho don Alonso de erçilla y el padre del dicho su padre y
7
Ver página 7, apartado de “Genealogía y entorno familiar”
19
asimismo el padre de la dicha su madre nombrandolos cada vno
por si ayan sido y son avidos y tenidos y comúnmente reputados por
personas hijos dalgo segun costumbre y fuero despaña […]
declaren como y por que lo sauen y si lo creen como y por que lo
creen y si lo vieron o oyeron decir declaren a quien y como y que
tanto tiempo ha y asi mismo digan y declaren en que opinión han
sido y son avidos y thenidos …”
He resaltado la frase en negrita, porque sirve de base para el punto que
estoy tratando: Cómo se reconoce la hidalguía en Bermeo y en Nájera, y las
diferencias entre ambos lugares. Lo haré acudiendo a citas textuales de las
respuestas de los testigos.
En Vizcaya la hidalguía no está relacionada con distinciones impositivas
(no se reparten pechos). La calidad nobiliaria tiene que ver con el solar familiar;
normalmente está vinculada a la posesión de una casa-torre.
ƒ “…en esta dicha villa no se reparten pechos personales ny los ay como en
castilla y asy no ay en que se diferençien en ella los buenos hijos dalgo de
los que no lo son tales syno en el nombre y apellydo e antigüedad de la
nobleza que cada uno tiene…”
(Pedro de Arosteguy)
ƒ “Martin Ruyz de erçilla, aguelo del dicho don alonso fue en esta villa
cabeza de vando y barrio e vno de los quatro vandos della llamados de
ermendurua que no lo es ny puede ser hombre que no sea muy hijo dalgo
notorio…”
(Juan Martinez de Moryca)
Otro texto, que no está sacado del expediente de caballero de Ercilla, pero
que alude al padre de su bisabuela doña María Alonso de Arteaga, resulta muy
descriptivo:
“… Fortund Garcia fue el primero que poblo en el solar de Arteaga, e
fiso la torre e palacios de alli e fue el primero que junto en el parientes e
rentas, e cuando le mato el Rey don Pedro en Villa Real dexo fijo pequeño
heredero a Martin Roys de Arteaga…”
En Nájera, en cambio, la hidalguía se reconoce al modo castellano: los
nobles están exentos de la obligación de pechar. Así lo describen algunos
testigos:
20
ƒ “fue avido e tenydo e comundmente reputado por cavallero hijo dalgo
muy principal y como a tal oyo decyr que le fueron siempre guardadas
todas las franquezas y lybertades que se guardaron y acostumbraron a los
otros hijos dalgo desta cyudad”.
(Francisco de Ontanera)
ƒ “… alonso de çuñiga por ser como era hijo dalgo y cavallero muy
principal […] nunca fue repartido en los pechos de pecheros que en su
tiempo se repartieron entre los pecheros vezinos que fueron desta dicha
ciudad antes fue libre dellos por ser como fue hijo dalgo tan conocido e
notorio”.
(doctor Arcos)
ƒ “le fueron guardadas al dicho Alonso de çuñiga todas las franquezas e
libertades e inmunidades que se guardaron a los hijos dalgo de su tiempo
y por ello no fue repartido en los servycios ordinarios y extraordinarios y
pechos que se repartieron entre los pecheros desta dycha cyudad. Antes le
fueron guardadas sus libertades e franquezas de hijos dalgo”.
(Juan de Salinas)
Pero a la vista de algunas de estas respuestas, se determinó ampliar la
información. En efecto, varios testigos de Nájera habían dicho que la familia de
la abuela materna, doña Catalina de Zamudio, habían sido tenidos por pecheros y
habían mantenido un pleito de hidalguía en la Chancillería de Valladolid.
El propio caballero encargado de la investigación argumenta de este modo
la apertura de esta segunda información:
“…nos pedro morejon […] aviendo visto y leydo vn proceso de hidalguía
que pero martinez de aryz hermano de la dicha doña catalyna de çamudio
[…] traia en la Real audiencia de Valladolid […] los hijos que dicho
doctor de najera tubo fueron avidos e tenydos por pecheros y del estado
de cyudadanos Ruanos que llaman conversos […] no embargante que
muchos testigos de los quel dicho fiscal presento solamente dizen en sus
dichos que los tienen por pecheros […] syn tocayos en que vienen de
Ruanos conversos e quel dicho pero martinez de aryz […] prueva por
testigos quel y el dicho doctor alonso martinez de najera y fernand
martinez calabaza su aguelo son e fueron hijos dalgo…”
Así pues, se inició esta segunda información con un cuestionario más
reducido, centrado exclusivamente en la calidad nobiliaria y limpieza de sangre,
limitado a tres preguntas:
21
ƒ Si el testigo conoce al pretendiente y a sus padres y abuelos.
ƒ Si el padre, la madre y los abuelos son hijosdalgo y cristianos viejos.
ƒ Si las abuelas son cristianas viejas.
Los días 17 y 18 de septiembre de 1571 se tomó declaración a cuatro
testigos en Bobadilla (Alonso Benyto, Juan Meryno, Juan Bueno y Pedro de
Gonzalo) y cinco en Baños de Río Tobía (Diego Martinez de Vruñuela,
Cristóbal Gonzalez, Diego Pardo, Juzte Hernandez Marquyna y Bartolomé del
Campo)
Uno de los testigos mencionó una probanza realizada por el hermano de
Ercilla, Juan de Zúñiga, en Nájera, que también fue investigada por los
instructores del expediente. En efecto, Juan de Zúñiga había optado a un
beneficio en la iglesia de la Santa Cruz, de Nájera; para ello había de probar su
limpieza, de cristiano viejo.
El escribano Pedro Escudero declaró
sobre la probanza de Juan de Zúñiga
para beneficiado en la iglesia de la
Santa Cruz.
Aclaró que en dicha probanza: “tan
solamente se prueva la fyliaçion de
sus padres aguelos y bisaguelos y
aver bivido y dezmado diez años
antes en la parrocha que nazca el
que pretende el beneficio y que
dezmo y primiçio en ella, e no se
prueva lympieça de lynage”
En Santa María la Real de Nájera, en
mayo de 1556, el vicario Juan
Sánchez de Yanguas pronunció
sentencia favorable a Juan de
Zúñiga.
En la misma ciudad de Nájera, los días 19 y 20 de septiembre, continuó la
averiguación con declaración de otros nueve testigos sobre la calidad nobiliaria y
limpieza de sangre de los ascendientes por vía materna. De allí pasaron a otros
pueblos de la comarca.
22
Del 20 al 23 del mismo mes,
cuarenta nuevos testigos de pueblos
de la comarca (Arenzana de Abajo,
Mahave, Tricio, arenzana de Arriba,
Huercanos, Uruñuela y Cenicero)
unieron su declaración al expediente
que instruía don Pedro Morejón
Citan el pleito de hidalguía de Pedro
Martínez de Ariz y mencionan que el
mismo tuvo un conflicto con el
duque de Nájera, quien mandó hacer
averiguaciones en Frómista sobre el
linaje de los Calabaza (ascendientes
de Pedro Martínez y del doctor
Alonso Martínez, padre de la abuela
de Ercilla)
Así pues, en estas declaraciones se reveló un dato importante: los
ascendientes de la abuela materna de Ercilla pertenecían a una familia llamada
Calabaza, que procedía de la villa de Frómista, en Palencia. Allí se dirigieron a
continuación los investigadores.
Los días 26 y 27 de septiembre de 1571, en Frómista, declaran siete
vecinos de la villa y cuatro miembros del linaje de Calabaza: dos de ellos por
línea de varón (Juan Calabaza y Antonio Calabaza) y otros dos por línea
femenina (el licenciado Calvo de Herrera y el bachiller Calvo de Herrera, ambos
clérigos)
Declaran conocer al doctor Alonso Martínez de Nájera y a su hijo Pedro
Martínez de Ariz; conforman que ambos descienden del linaje de los Calabaza
de Frómista y aportan información sobre el pleito de hidalguía que el último
había mantenido. Manifiestan que este último había visitado la villa para tratar
unos negocios sobre su hidalguía, “e a ynformarse del dicho su padre e de
cyertas escryturas de vna capellanya e otras escrituras de las descendencia e
hidalguia de los dichos calabazas”.
Con el testimonio de estos testigos se da por concluida la indagación, en
Frómista, el 27 de septiembre de 1571, que había comenzado en Bermeo el 10 de
agosto. Se tomó declaración a 86 testigos. Se visitaron 12 villas y ciudades.
23
Se incluyó al expediente la sentencia de limpieza de sangre de Juan de
Zúñiga (hermano de Ercilla) y el pleito de hidalguía de Pedro Martínez de Ariz
(su tío-abuelo materno).
El expediente consta de 227 folios.
En
octubre
de
1571,
considerando cumplida su misión,
Pedro Morejón dirigió una carta a
don Fadrique Enriquez, presidente
del Consejo de Órdenes Militares, en
la que dice lo siguiente:
“…ora Su Md. lo mande ver
todo y satisfagase. Y que debaxo del
cielo yo no entiendo que aya otra
cosa mas de lo que ay inbiamos que
ofenda ny defienda a don Alonso”
CONCLUSIÓN
Como hemos visto, puede decirse que Alonso de Ercilla y Zúñiga es un
personaje que compendia una época.
En lo biográfico:
ƒ Cortesano.
ƒ Soldado.
ƒ Viajero.
ƒ Poeta.
En lo nobiliario:
ƒ Fundaciones.
ƒ Litigios señorío/realengo.
ƒ Cambio de armas heráldicas.
ƒ Diferentes formas de probanza
nobiliaria.
ƒ Pleitos de hidalguía.
ƒ Probanzas de limpieza de sangre.
24
Descargar