La salud mental, una materia más delicada que nunca

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Heraldo de Aragón l Lunes 13 de enero de 2014
HERALDO SALUD l 3
ACTIVIDAD FÍSICA
ALIMENTACIÓN
8%
16%
Conscientes de que la obesidad es un
problema, los médicos insisten en la
necesidad de llevar una dieta adecuada. Las cifras no son para alarmarse: el
16% de la población estaría con índices de obesidad, una cifra que es mucho menor entre los niños (el 2,7%).
Según la misma encuesta, los aragoneses se mueven menos que la media
nacional:un8%frenteal13%nacional
dicecaminarollevardesplazamientos
frecuentesdeformahabitual.Elsedentarismoalcanzaal42%delapoblación
aragonesa.
ESPERANZA DE VIDA
82,6
En estos momentos, la esperanza de
vidadelosaragonesesesde82,6años,
cifraquetiendeaaumentarpocoapoco. Además, la vida en buena salud alcanzaría ahora los 71,2 años de media.
Ambos guarismos superan las medias
de España (82,3 y 66,4).
u osteoporosis, algo que los facultativos, sobre todo los de
atención primaria, observan día
a día en la consulta. Mientras
que en esta Comunidad otro tipo de patologías graves ofrecen
guarismos inferiores, en Aragón
se diagnostican más enfermedades relacionadas con la traumatología y con procesos degenerativos como las cataratas.
El envejecimiento de la población es un factor imprescindible
al tener en cuenta los datos sobre el uso del sistema sanitario y
los medicamentos, que sitúan a
Aragón en cabeza: el 50% de los
entrevistados en la última Encuesta Nacional de Salud admitió
haber ido al médico durante el
último mes (10 puntos más que
la media nacional). Según los datos del propio Ministerio sobre
visitas a la consulta, el número
medio de consultas en Aragón es
de 5,52 frente a la media española de 5,31, pero las mayores diferencias estriban en las consultas
al especialista: en Aragón fueron
2.013 consultas por 1.000 habitantes/año durante 2012, mientras
que en el conjunto de España esta cifra se quedó en 1.904 (es decir, un 5,7% menos). En ingresos
hospitalarios, la diferencia es
hasta un 10% superior en esta
Comunidad.
Distintas patologías
Los médicos describen ahora situaciones distintas a las que
veían hace solo 25 o 30 años,
cuando en España se comenzó
una labor asistencial desconocida hasta la fecha de atención primaria. El coordinador del centro
de salud Delicias Sur de Zaragoza, Ángel Antoñanzas, observa
cambios «sustanciales» en el ti-
po de patologías más prevalentes y un avance en educación para la salud, algo que todos los facultativos consideran esencial.
«Hace tres décadas veíamos más
casos de ictus o accidentes vasculares en general y sobre todo
más graves, con parálisis, incapacidad de mover parte del
cuerpo... Pienso que este cambio
está en relación con la influencia
de la atención primaria en el
control de los factores de riesgo,
por ejemplo a la hora de hablar
sobre hipertensión arterial», señala este médico.
También han descendido los
comas por hiperglucemia en el
caso de los enfermos de diabetes, sometidos a un control riguroso, «y en este sentido hay que
alabar el papel que juega a diario
la consulta de enfermería», añade Antoñanzas. Las patologías
gástricas, como úlceras de estómago, son otro gran grupo de casos que ha ido a menos, a tenor
de la experiencia clínica de este
facultativo. Desde Huesca, la
médico Carmen Quintana corrobora las impresiones de su colega en Zaragoza y, sobre la mayor
educación en salud de los pacientes, señala que este factor es
más importante en los núcleos
urbanos y en entornos no marginales: «Hay núcleos de población en los que todavía nos es
complicado introducir pautas
correctas en cuanto a alimentación y otras personas, sencillamente, tienen problemas para
realizar tres comidas al día», explica Quintana.
Por el contrario, enfermedades como el alzhéimer han progresado durante los últimos
años en las consultas de los centros de salud aragoneses, en sintonía con el paulatino aumento
de la esperanza de vida. «Por lo
general, los mayores viven más
años y son cada vez más autónomos, tienen pautas como la necesidad de hacer ejercicio, etc. y
también se han dado avances indudables en cirugía y traumatología para permitirles una mejor
calidad de vida después de una
operación», explica Antoñanzas.
En este sentido, Quintana hace
una distinción: «Nos encontramos con dos tipos de paciente
mayor: el que está cuidado en un
entorno social favorable, ya sea
con sus hijos o en una buena re-
Y ADEMÁS...
La salud mental,
una materia más
delicada que nunca
Los datos de la Encuesta Nacional de
Salud más reciente reflejan que, por
lo general, los aragoneses gozan de
una más que aceptable salud mental
y todos los indicadores sobre ansiedad y depresión otorgan valores de
una incidencia por debajo de la media
nacional –valga, como ejemplo, que el
89% considera estar libre de ambas,
frente al 85% de media en toda España–. Sin embargo, en consonancia con
lo que también observan los médicos
de cabecera, se observa un incremento en los casos de ansiedad y depresión, tal y como afirma el psiquiatra
Javier García Campayo: «La salud
mental de los aragoneses es similar a
la del resto de los españoles y la crisis económica ha propiciado que la
gente acuda más a las consultas, sobre todo, de su médico de familia y, algo menos, a salud mental».
Para este especialista, la crisis, por un
lado, «ha reforzado la cohesión familiar (los casos de padres ayudando a
sus hijos con sus pensiones son muy
frecuentes y también los de padres
ayudándose entre sí) y, sin embargo,
también han aumentado las disputas
familiares», tanto entre padres e hijos
como en casos de parejas que no se
pueden divorciar por motivos económicos.
«A escala laboral, además, ha cundido el desánimo y la baja autoestima,
debido a la situación de desempleo»,
apunta García Campayo.
La psicóloga Laura Cortés, que pertenece a la junta directiva del Colegio
de Psicólogos de Aragón, considera
que «en esencia no existen patologías nuevas», sino «una intensificación» en la gravedad de las algunas
de ellas. «Durante los últimos años,
hemos asistido a un aumento considerable de relaciones personales que
han terminado en conflicto, ya sea en
la pareja (aunque no terminen en divorcio, quizá por la crisis), con los hijos...», explica Cortés.
«Por un lado, la gente que acude a la
consulta muestra un grado notable
de irritación e incluso rabia y, por
otro, rasgos de tristeza y desesperanza, característicos de la depresión»,
abunda esta psicóloga. Desde su colegio, además, advierten del creciente número de problemas de adolescentes y niños que, en algunos casos,
se destapan con adicciones o conductas anoréxicas.
sidencia, y tiene, por ejemplo,
forma cómoda de salir de casa; y
los que tienen que hacer frente a
una patología invisible, la patología social, con situaciones de
soledad, tres pisos sin ascensor
que les convierten en seres que
no pueden casi salir a la calle...
Esta diferencia marca muchos
de nuestros avisos», señala.
Frente a la crisis
La más que delicada situación
económica es el mayor condicionante surgido durante los últimos años, en sintonía con lo social que mencionaba Quintana.
«Es un problema de primer orden y no solo hablamos de un
aumento del consumo de fármacos ansiolíticos y antidepresivos,
sino de la somatización que determinados pacientes hacen de
un despido o de una situación
dramática en sus hogares: algunas personas están enfermando
a nivel orgánico, con indisposiciones sin motivo, malestar difuso... Además de un aumento en
el consumo de alcohol», prosigue Antoñanzas.
Para Quintana, es muy relevante constatar cómo «ahora
son los hombres los que te confiesan que no pueden dormir o
que se sienten mal», algo que antes «era más habitual en las mujeres». Y las personas mayores
también se enfrentan a un cierto «estrés del anciano», según
Quintana: «Muchos pensionistas están ocupándose en exclusiva de sus nietos porque sus hijos
no tienen tiempo o, en otros casos, directamente, los están
manteniendo con sus exiguos ingresos y con la sensación de incertidumbre que eso conlleva»,
concluye.
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