Estructura de Mercados

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Economía de la Escuela de Administración 2008
Material de lectura obligatoria correspondiente a la parte 3 del Curso elaborado
por los Profesores Fernando Isabella y Andrés Prieto
OTRAS ESTRUCTURAS DE MERCADO EL PAPEL DE LAS
ESTRATEGIAS EMPRESARIALES
Introducción
Hasta ahora, lo abordado en este módulo, se ha basado en el estudio del
comportamiento de los agentes (empresas y consumidores) en dos estructuras concretas
de mercado: la Competencia Perfecta (CP) y el Monopolio. Una de las características
que estas estructuras presentan es que dejan poco margen al desarrollo de estrategias
variadas del lado de la oferta.
En el modelo de Competencia Perfecta, las empresas se limitan a tomar como un dato
el precio de mercado al que pueden vender sus productos y a partir de él, determinan las
cantidades a producir, igualando precio con costos marginales. Esta cantidad a producir,
determinará las necesidades de contratación de mano de obra de la empresa ya que dado
una cantidad a producir, su función de producción fijará las necesidades de empleados
requeridas. Dado que las empresas no pueden influir en el precio que les viene dado, no
pueden fijar un precio superior a éste para sus productos, pues no venderían ninguna
unidad ya que los consumidores comprarían a cualquier otro competidor que ofrezca el
mismo producto a un precio menor. Tampoco tendría sentido económico que fijaran un
precio inferior al de mercado (dado) ya que de esa forma no estarían maximizando sus
beneficios.
En el modelo de Monopolio, al tratarse de un único oferente, la empresa tiene gran
poder de mercado, y puede decidir sobre el precio de venta de su producto, fijándolo en
el nivel que maximice su beneficio.
En este caso, el único límite al poder de la empresa está dado por la demanda ya que los
consumidores no disponen de un presupuesto infinito, por lo que, ante mayores precios
que la empresa pretenda cobrar, menores serán sus ventas. Por supuesto que el grado o
capacidad de los consumidores de disminuir su demanda dependerá de qué tan esencial
sea el bien o servicio en cuestión y de la existencia o no de sustitutos al mismo.
Sin embargo, más allá del interés pedagógico de estas estructuras de mercado, debe
tenerse en cuenta que se trata de casos de escasa relevancia desde el punto de vista
práctico. En efecto, la inmensa mayoría de mercados en cualquier economía moderna no
responde exactamente ni a un modelo de Competencia Perfecta, ni a uno de Monopolio
puro. Las formas dominantes encajan en lo que de forma algo ambigua se puede
1
denominar Oligopolios o de corte oligopólico1, es decir, mercados en los cuales existen
varias empresas del lado de la oferta pero que por diferentes motivos todas, o la mayoría
de ellas, poseen cierto “poder de mercado”, o sea cierta capacidad de fijar el precio de
su producto sin que esto implique la caída abrupta de sus ventas. Estos mercados, que
de alguna manera se encuentran “a mitad de camino” entre un monopolio y la CP,
permiten a las empresas el desarrollo de diversas estrategias. O sea, que no existe un
único resultado posible ni un único comportamiento lógico para cada empresa. En estos
mercados se abre la posibilidad de que las empresas desarrollen otras estrategias como
la diferenciación de productos, la discriminación de precios, etc.
Este capítulo busca repasar algunas de esas estrategias, discutir su racionalidad y las
condiciones en las cuales las mismas se hacen viables.
Mercados Concentrados y Poder de Mercado
Un mercado está compuesto por un conjunto de empresas que producen y venden un
mismo producto o un producto de similares características. Podría decirse que dos
empresas cualesquiera forman parte de un mismo mercado cuando los bienes que
producen son sustitutos entre sí o al menos cuando las elasticidades pecio-cruzadas (en
valor absoluto) son elevadas entre ellos y bajas respecto de otros bienes. Como se dijo
antes, la gran mayoría de los mercados se encuentra entre los extremos de Competencia
Perfecta y el Monopolio.
Pero, ¿cómo saber si se está más o menos cerca de un caso o del otro? O de otra forma,
¿cómo saber cuan concentrado esta un mercado? Si todas las empresas tuvieran el
mismo tamaño, bastaría considerar el número de empresas presentes en el mercado, y
considerar que aquellos en donde el número de firmas es elevado están más cerca de la
Competencia Perfecta que del Monopolio.
Sin embargo, si las empresas tienen distinta magnitud, será necesario considerar además
la participación de cada una de ellas en las ventas totales del mercado en cuestión. Para
medir la proximidad a alguno de los extremos se utilizan las medidas del grado de
concentración. Estas medidas utilizan las Cuotas de Mercado de las empresas, es decir
qué parte de las ventas totales corresponde a cada una de ellas, como la variable
principal.
Grado de Concentración:
Existen varias maneras de medir la concentración existente en un mercado. En todos los
casos la forma de hacerlo implica tomar en cuenta la cuota de mercado que es el
porcentaje de las ventas totales del mercado que corresponde a cada una de las
empresas. Por ejemplo, podríamos considerar las cuatro empresas más grandes del
mercado y determinar cuanto significan la suma de sus ventas en el total de las ventas
del mercado.
Formalmente tendríamos:
4
C4 =
∑S
i
, siendo C 4 la cuota de mercado de las cuatro empresas más grandes del
1
mercado y S i la cuota de mercado de la “empresa i”.
1
En algunos casos hay empresas que contienen elementos que sin llegar a ser estrictamente un oligopolio
presentan características de corte oligopólico
2
De esa manera, cuanto mayor sea esa cuota de las cuatro empresas, respecto al total, hay
un mayor grado de concentración en ese mercado.
Oligopolio
Tal como mencionamos anteriormente, la inmensa mayoría de las empresas, no
participan de mercados de competencia perfecta ni de mercados de monopolio puro,
sino de estructuras de tipo oligopólicas.
En este sentido, por oligopolio se entiende una estructura de mercado en la cual la rama
de actividad, es dominada por un pequeño número de vendedores/productores. Este
hecho determina que existe permanente interacción ente ellas y que las decisiones de
una firma, afecten o influyan las decisiones tomadas por las otras. El número reducido
de empresas implica también que las mismas tengan capacidad de ejercer un poder de
mercado provocando que los precios sean más altos y la producción sea inferior que la
óptima desde el punto de vista social. Por otra parte, la permanente interacción que
existe entre empresas las puede lleva a intentar mantener dicho poder colaborando entre
ellas, evitando una competencia por precio.
En el oligopolio operan varias empresas, pero de tal forma que ninguna de ellas puede
imponerse totalmente en el mercado. Ello lleva a una permanente actividad entre las
mismas para poder captar la mayor parte de la cuota del mercado
Colusión
Una de las características de los mercados oligopólicos, por lo tanto es la posibilidad de
que se produzcan acuerdos entre empresas con el objetivo de evitar o limitar la
competencia en precios, vendiendo menores cantidades pero a mayores precios de venta
y por tanto incrementando las ganancias. Cuando se dan estos acuerdos se dice que
existe “colusión2”.
Debe notarse que, en el modelo de CP no existiría espacio para la colusión, ya que el
supuesto de “atomización” de la oferta implica que existen tantos oferentes que
tornarían imposible una coordinación entre todos. Y aunque hipotéticamente lo pudieran
hacer, el acuerdo no sería estable. Un acuerdo que aumentara los precios en algún sector
tendría como consecuencia que la rentabilidad en ese sector aumentara, lo cual se
convertiría en un “llamador” para que nuevas empresas ingresen a ese mercado. El
supuesto de libre ingreso al mercado (y por tanto la no existencia de barreras de ningún
tipo) implica que ese ingreso es siempre posible, por tanto las empresas que estaban
previamente en el mercado rápidamente afrontarán la competencia de nuevos
productores. La posibilidad de incluirlos en el acuerdo es muy limitada ya que la única
forma de hacerlo sería disminuyendo la producción de las empresas originales, lo cual
disminuiría sus beneficios lo que hace poco probable esta situación. De otro modo la
inclusión de un nuevo productor, al aumentar la oferta, generará una tendencia a la baja
del precio (la única forma de vender más unidades es bajando le precio), lo cual va
contra la idea del acuerdo. De esta forma, el acuerdo tendería a romperse.
2
En muchos países estos acuerdos están legalmente prohibidos ya que al limitar la competencia logran
aumentar los precios muy por encima de los costos de producción. De todas maneras, aún prohibidos, los
mismos se realizan de forma secreta.
3
Como ejemplo de acuerdos de este tipo podemos mencionar el mercado de refrescos
embotellados en Uruguay hasta mediados de los noventa, en donde dos empresas
acaparaban más del 80% del mercado. En ese marco, y de acuerdo a la evidencia
empírica, ambas empresas vendían sus productos similares exactamente al mismo
precio, incluso sus estrategias publicitarias eran similares y lanzaban promociones en
forma simultánea, por lo cual se puede inferir que coordinarían sus acciones.
Las características de los mercados oligopólicos, generan condiciones propicias para
acuerdos beneficiosos para todas las empresas participantes del mismo (no así para los
consumidores).
Alguna condiciones importantes para hacer viable un acuerdo oligopólico
Este tipo de acuerdos, requieren que las empresas presentes en el mercado sean
pocas. En efecto, las posibilidades de acordar condiciones de venta disminuyen a
medida que se incrementa el número de empresas que participan en el mismo. Ello es
básicamente por dos motivos. En primer lugar porque siempre existe un incentivo de
una empresa a romper el acuerdo de manera secreta, o sea a “traicionar” a las demás. Si
una de las empresas no cumple el acuerdo (por ejemplo porque pone a la venta mayores
cantidades que la cuota acordada) puede obtener grandes beneficios, ya que aunque su
acción lleve a una disminución del precio y por tanto del ingreso por unidad vendida, el
incremento de las ventas la beneficia únicamente a ella, mientras que el efecto de la
caída de precios afecta por igual y por tanto se diluye entre todas las empresas del
mercado. Así, cuantas más empresas participen del acuerdo, más difícil será para cada
una controlar que todas las demás cumplan con el acuerdo.
En segundo lugar, las ganancias que cada una obtendría por romper el acuerdo
aumentan cuantas más empresas haya en el mercado. Si se trata sólo de dos empresas de
similar tamaño, en el caso que una incumpla el acuerdo, vendiendo mayores cantidades,
(por ejemplo un 10% más), debería bajar su precio en un porcentaje relativamente
importante ya que un 10% de esa empresa implica un 5% en el total del mercado. Sin
embargo, si del acuerdo participan supongamos 20 empresas, todas de igual tamaño,
para que un de ellas aumente sus ventas en un 10%, bastaría que la baja de precios sea
de un décima parte que en el caso anterior.
Para que los acuerdos colusivos sean sostenibles es necesaria otra condición: que
existan barreras a la entrada al mercado. Si el acuerdo genera beneficios
extraordinarios, otras empresas que antes no participaban de este mercado tendrán
incentivos a ingresar al mismo, poniendo en peligro el acuerdo. Por tanto, debe existir
algún tipo de barrera (no necesariamente legal) que dificulte el ingreso de otras
empresas, tema que se profundizará más adelante
Mercados de empresa dominante y seguidora.
Al observar el funcionamiento real de los mercados, podemos encontrar estructuras
oligopólicas caracterizadas por la presencia de una empresa con una cuota de mercado
superior a las demás (por ejemplo tiene entre el 50% y el 75% del mercado), que se
torna en la empresa dominante y un conjunto de empresas pequeñas que se reparte el
resto del mercado, que son las empresas seguidoras. En este tipo de estructuras, las
empresas seguidoras son precio aceptantes (se comportan como en CP) produciendo
aquella cantidad que asegure que P = CMa y la dominante tiene cierto poder de
4
mercado, es decir capacidad para influir sobre el precio. En estos mercados, la empresa
dominante fija el precio de venta y produce una cantidad igual a la diferencia entre la
demanda de mercado y la suma de las producciones de las empresas seguidoras.
Además, la empresa dominante suele determinar ya no solo los precios, sino también
otras estrategias de venta que son incorporadas por las seguidoras. Por ejemplo, nuevas
presentaciones del producto o pequeñas variaciones en el mismo suelen ser rápidamente
imitados por las empresas seguidoras. En estos mercados, la franja de empresas
pequeñas actúa como una atenuante del poder monopólico de la dominante, que será
mayor será mayor cuanto más cuota de mercado tenga la franja de empresas pequeñas
y/o cuánto mayor capacidad pudieran tener estas empresas de reaccionar ante los
precios fijados por la dominante.
Como ejemplo aproximado de esta situación se puede mencionar el mercado mundial de
computadoras. Allí existen unas pocas marcas reconocidas, que van introduciendo
novedades permanentemente (más velocidad de procesamientos, mayor capacidad de
almacenaje, etc.) y una infinidad de marcas pequeñas, con marcas casi desconocidas, y
otras marcas conocidas como “clones”, que permanentemente imitan los adelantos de
las líderes y se adaptan a éstas y suelen venderse a precios inferiores de forma de
subsistir en el mercado.
Competencia monopolística y diferenciación de productos
Otro resultado posible de un mercado concentrado es lo que se conoce como
“Competencia Monopolísitca”. En el marco de un mercado oligopólico, y como parte
de una estrategia para conseguir mayor poder de mercado, las empresas pueden
desarrollar la diferenciación de productos. Se trata de la decisión de producir bienes y
servicios con pequeñas modificaciones o variantes desde el punto de vista cualitativo
respecto de los bienes producidos por los competidores. De esta manera, las empresas
intentan crear un mercado diferente para su bien o servicio, como si se tratara en
realidad de bienes pertenecientes a mercados distintos. Con la diferenciación, las
empresas procuran captar la mayor disposición a pagar por las características
específicas del bien que puedan tener los consumidores y lograr así, un control sobre el
precio de venta.
Una estrategia de este tipo requiere de parte de las empresas un esfuerzo especial por
tener una política de marketing y publicidad que apoye y destaque esas características
propias del producto y que impulse a los compradores a preferir el bien. Se buscará
vincular la marca a aspectos emocionales, generando prestigio y confianza que los
competidores no puedan lograr, etc. o introduciendo pequeñas diferencias en su
producto que, si bien no afectan la esencia del mismo, impliquen una diferencia para el
consumidor. De esta forma, dentro de los factores en los que la empresa deberá invertir
si lleva adelante una política de diferenciación de productos, la decisión de destinar
recursos para publicidad es tan importante como contratar mano de obra o comprar
materia prima.
Variados ejemplos de estas estructuras de mercado se pueden citar. El mercado de los
detergentes o jabones para lavadora es uno de ellos. Allí cada empresa intenta
convencer a los consumidores que su producto es el que rinde más o el más efectivo
porque tiene la “última novedad tecnológica” en el rubro. Paralelamente, al poco
5
tiempo la misma empresa saca otro producto que también contiene otro componente
único e irrepetible, etc.
Otro ejemplo a mencionar son las tarjetas de créditos o débitos en donde las estrategias
de marketing de las empresas muchas veces se apoyan en acompañar el producto con
descuentos por en la compra o en los impuestos, regalos que se adquieren por su uso
habitual (metros, puntos, millas, etc.). En estos últimos casos, la diferenciación se busca
por vía de ventajas accesorias ya que en esencia el producto es el mismo.
Otro ejemplo pueden ser las productoras cinematográficas, musicales, editoriales de
libros, videos etc. en donde un pequeño número de empresas dominan el mercado
compitiendo entre sí para poder captar el mayor número de consumidores a través del
producto a ofrecer y muy asociado a campañas publicitarias de alcance internacional.
La concentración de locales de ventas en grandes superficies: shoppings centers,
cadenas de supermercados e hipermercados, así como grandes cadenas de tiendas
multiproductos, tienen también un comportamiento que puede asociarse a una estructura
de competencia monopolística. En efecto, operan tratando de competir y captar la mayor
cantidad del mercado de forma de poder tender a la mayor concentración de ventas,
soportados generalmente en una amplia gama de elementos de difusión publicitaria y
marketing, que profundiza o destaca la diferenciación por marca o empresa.
En realidad, más allá de que puedan existir algunas diferencias reales entre las marcas,
lo que cada empresa intenta, es hacer ver a su producto como diferente a todos los otros,
ya que si lo logra, su producto se tornará de corte monopólico (es como en el ejemplo
de los detergentes se hubiera creado un mercado distinto para esa variedad) y el poder
de mercado de la empresa se incrementará.
Si la empresa lograra que los consumidores acepten a su producto como único, entonces
podría fijar un precio más alto o bien captar mayor parte del mercado de forma que
incremente sus beneficios
Se podría definir a la competencia monopolísitca como una estructura de mercado en
la que existen varias (aunque pocas) empresas ofreciendo productos, si bien en esencia
similares, diferenciados entre ellos. Esto permite aumentar el poder de mercado de la
empresa que logra diferenciar su producto, tendiendo a transformarse en una empresa
con características monopólicas. Sin embargo, la existencia de “sustitutos cercanos” o
sea de otros productos muy parecidos, pone límites al poder de mercado de la empresa.
Es decir, aunque una empresa sea exitosa en diferenciar su producto, no podrá cobrar un
precio que se sitúe muy por encima del de sus competidores ya que la posibilidad que
los consumidores elijan la variante producida por las empresas rivales siempre está
presente.
Discriminación de precios y segmentación de mercados
Otra estrategia disponible para la empresa es el control del precio de venta y de esta
manera aumentar su poder de mercado es la segmentación de mercado y la
discriminación de precios. La idea, consiste en dividir el mercado de un bien o
servicio, en varios grupos más pequeños e internamente homogéneos con el objetivo, de
agrupar en cada uno a personas con necesidades semejantes.
6
La idea de la segmentación de mercados consiste en la posibilidad de competir de
manera diferente en cada uno de los diferentes segmentos. Así, segmentando el mercado
desde una perspectiva de los ingresos de la población, la idea consiste en poder
competir de determinada manera en los sectores de ingresos más bajos (por ejemplo
cobrando un precio que esté al alcance de estos sectores) y de una manera diferente en
los sectores de altos ingresos (cobrando precios más altos a estos sectores ya que
pueden pagar más). De esta forma la empresa logra maximizar sus ingresos.
Distintas formas de discriminación de precios:
- Discriminación Perfecta(o de primer grado): desde el punto de vista teórico, la
máxima ganancia de una empresa se produciría si logra conocer el máximo precio que
cada uno de los consumidores está dispuesto a pagar por su producto y cobrara
precisamente a cada uno ese precio máximo (siempre y cuando ese precio supere el
costo de producción). Esta forma de cobrar “según el cliente”, implica que la empresa
no pierde de vender a quienes están dispuestos a pagar poco, pero tampoco se pierde
de cobrarle a aquellos que está dispuestos a pagar un precio alto.
Esta situación teórica se conoce como “monopolista perfecto discriminador”. Sin
embargo, esta opción en general no es viable por varios motivos. En primer término
porque la legislación puede impedir que dos personas que compren un mismo bien o
servicio paguen precios diferentes. En segundo lugar, porque existe un problema de
costos asociados a la búsqueda de la información por parte de la empresa sobre la
capacidad de pago de los potenciales clientes.
- Auto selección: en la medida que la empresa no conoce exactamente los gustos de
los consumidores ni su disposición a pagar, va lanzando al mercado distintas
variedades de productos cada una de ellas con distintos precios de manera de lograr
que sea el propio consumidor el que se ubique en uno de los segmentos y de este
forma revele su disposición a pagar. Un ejemplo de este tipo es la edición de libros.
En general se observa que las editoriales primero lanzan al mercado una edición de
calidad (hojas grandes, tapa dura, etc.) y una vez abierto ese nicho de mercado, se
lanzan ediciones de bolsillo. Otro ejemplo conocido son las distintas tribunas del
estadio y los distintos precios que se cobran en cada una de ellas. En ambos ejemplos
son los propios consumidores los que deciden en cual segmento de mercado se
ubicarán.
- Discriminación por grupos de consumidores: el producto puede ser el mismo y la
estrategia apuesta a cobrar precios diferentes por grupos de individuos. Como ejemplo
de este tipo de discriminación de precios están las entradas de dama y menor que se
ofrecen usualmente en espectáculos deportivos (los partidos de fútbol). Se asume que
las mujeres tienen menor disposición a pagar para ver un partido de fútbol, por lo que
fijando un precio más bajo para ellas, el organizador puede “venderle el producto” sin
tener que bajar el precio a los hombres. También podemos citar como ejemplo en
Uruguay a la Tarjeta Joven que es una iniciativa de varias firmas que se basa en la
constatación de que los jóvenes disponen de menores ingresos y por tanto tienen
menor disposición a pagar que el promedio de la sociedad. Basadas en eso, las
empresas buscan venderles a los jóvenes determinados productos a un precio inferior,
pero sin que por ello haya que bajar los precios para el resto de los segmentos de la
población.
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- Discriminación geográfica: consiste en la decisión empresarial de desarrollar
diferentes estrategias de venta (y por ejemplo pone diferentes precios) en distintas
zonas geográficas, sabiendo que la población mayoritaria en cada zona presenta
diferentes disposiciones a pagar por su producto. Como ejemplo de discriminación
geográfica podemos citar los precios de varios productos que a menudo en la frontera
se venden a precios inferiores que en el resto del país, como por ejemplo, cigarrillos
bebidas alimentos, supergás etc.
- Discriminación por cantidad: se trata de la decisión empresarial de cobrar precios
distintos en función del volumen de bienes o servicios adquiridos por el consumidor.
Segundas marcas
Una forma de lograr lo anterior consiste en tener una marca principal, en la que se hace
énfasis en publicidad, aquella que tienen un mejor “entorno del producto” (mejor
presentación, mejor packing, etc.) y que se vende a un precio alto para los sectores de
alta disposición a pagar y una segunda marca que aunque en esencia sea el mismo
producto, sea percibido por los consumidores como un bien muy inferior. (por ejemplo
porque no se le hace publicidad) y que por tanto se venda a bajo precio para ser
comprado por aquellos segmentos de mercado con baja disposición a pagar.
Hay varios ejemplos de estos casos, como el mercado de aviación en donde algunas
compañías son propietarias de marcas de bajo costo (low-cost) con operativa a través de
Internet.
Lo que se busca con esto, es entre otras cosas, evitar que quienes estén dispuestos a
comprar la marca principal terminen percibiendo como similar a la segunda marca y se
pasen a ella por su menor costo. En definitiva se procura poder incrementar los
beneficios ampliando las ventas.
La estrategia de segundas marcas, encaja dentro de lo que denominamos discriminación
de precios “por auto selección”.
Barreras a la entrada
Cuando vimos el modelo de CP supusimos que existía libre entrada y salida de los
mercados, es decir que una empresa puede decidir instalarse en un mercado o dejarlo
cuando no le conviniera seguir allí desde el punto de vista de los beneficios obtenidos.
Por su parte, supusimos que existía información perfecta (accesible por igual y a
disposición de los agentes) y que los rendimientos marginales de la producción eran
decrecientes o lo que es lo mismo, que los costos marginales eran estrictamente
crecientes. Una de las estrategias a disposición de empresas instaladas en un mercado o
rama de la producción puede ser la de evitar que otras se instalen en la misma de forma
de generar o mantener el poder de mercado logrado. A través de las barreras a la
entrada, las empresas buscarán imponerles a sus rivales costos que las que ya están
instaladas no tienen que afrontar3.
3
Tomado de Stigler, G. J. (1968); “The organization of industry”
8
Algunas de esas barreras se deben a la existencia de economías de escala.
Contrariamente a los que se supuso en CP, la tecnología disponible en muchas ramas
industriales y de servicios, determina la existencia de rendimientos crecientes (o al
menos constantes4) por lo que para llegar a la escala óptima de producción se requiere
producir un monto elevado de unidades, o una escala mínima. Cuando esa escala
mínima represente una cuota muy importante de la demanda total vigente, ese mercado
admitirá a muy pocas empresas (quizás solo a una).
Otro tipo de barreras son las tecnológicas y debidas a la información imperfecta.
Contrariamente a lo que supusimos en CP, la tecnología de producción no es una
estructura dada sino que es un proceso de aprendizaje que se adquiere con la práctica.
La(s) empresa(s) instalada cuenta con un know-how ya adquirido que tendrá un costo
para cualquier empresa entrante o al menos le demandará un tiempo de aprendizaje, que
funcionará como una barrera o elemento disuasivo a la hora de planear el desembarco
en una rama de actividad.
Asimismo, la segmentación de mercados y la diferenciación de productos son una
barrera a la entrada. Las empresas ya instaladas en el mercado tienen identificados los
distintos nichos de mercados y las diferentes disposiciones a pagar de los distintos
grupos sociales así como han logrado fidelizar a los clientes en las preferencias por las
calidades que ofrecen.
Las barreras por capital necesario son aquellas vigentes en las ramas donde los
requerimientos de capital mínimo para operar son elevados y no todas las empresas
entrantes lo tienen o poseen solidez y reputación como para acceder al financiamiento
del mismo. Por su parte, existen barreras generadas por comportamientos estratégicos
de las ya instaladas. En estos casos, al momento de instalarse algunas empresas
“envían mensajes” en el sentido de que están dispuestas a desatar una “guerra de
precios” para barrer a eventuales competidores. El mensaje se suele apoyar en que al
instalarse las empresas lo hacen con un capital mucho mayor al necesario para la escala
del mercado de forma que funcione como una amenaza a quienes intenten instalarse.
Por último, hay barreras “no económicas” como normas legales o institucionales tales
como patentes o licencias para el uso de marcas, barreras de tipo sanitarias o de
certificación de calidad como las normas ISO, la D.O.C. (denominación de origen
certificada) etc..
Fuentes:
Cabral, L. (1997): “Economía Industrial”
Hirshleiffer, J.-Glazer, A. (1992): Microeconomía, teoría y aplicaciones
Stigler, G. (1968); “The organization of industry”
Ficha del módulo de microeconomía Curso de Economía de la EDA (2005)
Apuntes de clase del Curso de Economía Industrial 2005
4
O lo que es lo mismo Costos Marginales decrecientes o constantes
9
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