Responsabilidad civil de padres y maestros (Tema 4) TEMA 4: RESPONSABILIDAD CIVIL DE PADRES Y MAESTROS La responsabilidad civil de padres y maestros es inseparable de lo que se puede denominar el papel de los menores e incapaces en el ámbito del Derecho de daños. En este ámbito surgen cuestiones como la valoración de la culpa de los menores y su responsabilidad directa. Los menores intervienen en el Derecho de daños, sustancialmente en dos papeles: Como dañantes: causantes del daño. Es el que genera sustancialmente las doctrinas de la responsabilidad de padres y guardadores y, en parte, responsabilidad de maestros. Como dañados: víctimas. Genera la calificación de la culpa de los menores y ciertos problemas de responsabilidad de los centros docentes en daños donde intervienen menores en un centro docente u otras actividades en que participan: 1) Un menor causa un daño a un tercero u otro menor: normalmente, niños que clavan algo en el ojo de otro menor (lápiz, punzón). 2) Un menor sufre un daño a consecuencia de las malas instalaciones: se cae una escalera, se clava algo... A continuación, veremos: Menores causantes de un daño y responsabilidad que generan en padres, tutores y docentes. Menores como víctimas y medida en que se valora su culpa. Son importantes, también, los daños causados por incapaces no incapacitados (no sometidos a patria potestad o a tutela). 4.1. Responsabilidad de los padres por daños causados por hijos menores En materia de responsabilidad de los padres por daños causados por hijos menores de edad, aunque el art. 1903 CC está pensando en una responsabilidad por culpa presunta (culpa in vigilando, por el control o supervisión de la conducta de sus hijos), el TS ha objetivado esta responsabilidad y entiende que, cuando los hijos causan un daño y se dan las circunstancias de imputación objetiva y subjetiva en el hijo, los padres son responsables, con independencia de que hayan vulnerado o no un deber de controlar o vigilar a sus hijos. El TS prácticamente nunca ha admitido la prueba liberatoria del 1903, es decir, la alegación de que había hecho todo lo que un buen padre de familia tendría que hacer para evitar que sus hijos causaran daños. STS, 1ª, 22.9.1992 (RJ 1992\7014): un menor, conduciendo el coche de sus padres, choca con un árbol que cae encima del coche produciendo la muerte de su novia, que lo acompañaba. Los padres pueden acreditar que le tenían taxativamente prohibido coger el coche y que tenían las llaves del mismo escondidas. El TS entendió que los padres eran responsables, pues debían haber escondido mejor las llaves, haber sido más diligentes, dado que el menor las encontró. STS, 1ª, 12.5.1999 (RJ 1999\4576): Un niño daña el ojo de otro niño con una escopeta de aire comprimido; tiene prohibido comprarla y utilizarla, pero lo hace a escondidas y causa un daño. Los padres acreditan que se lo tenían prohibido, pero el TS entiende que son responsables. STS, 1ª, 8.3.2002 (RJ 2002\1912): Patricia, de 16 años, perdió la visión total del ojo derecho al sufrir un balonazo en la cara, lanzado por Mariano, de 17 años. El TS considera que no es necesario acudir a criterios de responsabilidad por riesgo para fundamentar la responsabilidad del menor. Basta analizar la imputación subjetiva del daño: la edad (17 años) y los factores psicológicos del menor indican que podía haber previsto que jugando con un balón de cuero ligeramente deshinchado en un 1 Responsabilidad civil de padres y maestros (Tema 4) lugar inidóneo se podían causar daños a terceros ajenos al juego. La responsabilidad de los padres se fundamenta en la presunción de culpa del 1903 CC. STS, 1ª, 21.10.2002 (RJ 2002\8438): menor de 3 años sufre lesiones al caérsele encima una máquina expendedora de golosinas del quiosco de su padre cuando se colgó del tirador. El TS considera que la causa del accidente no fueron las deficiencias de la máquina ni de su instalación, sino que se debió exclusivamente a que el padre del menor incumplió su obligación de vigilar a su hijo y de controlar que los usuarios de la máquina realizaran un uso correcto de la misma. STS, 1ª, 2.12.2002 (RJ 2002\10405): menor de 15 años es golpeado por una locomotora de un tren durante su tránsito por un paso a nivel sin barreras. El TS dice que es un caso de culpa exclusiva de la víctima y de las personas a quienes correspondía su vigilancia. SAP Barcelona 23.3.2006 (AC 2006\1632): responsabilidad de los padres cuyo hijo agredió a un profesor durante una excursión escolar. Se declara la responsabilidad por culpa in educando de los padres, incluso en actividades extraescolares organizadas, si los profesores actuaron con toda la diligencia exigible. STS, 1ª, 10.11.2006 (RJ 2006\7170): responsabilidad de los padres cuyo hijo agredió sexualmente a otro menor. Responsabilidad casi objetiva de los padres. No libera de responsabilidad el haber solicitado ayuda de instituciones públicas en caso de personalidad problemática del menor. SAP Sevilla 30.11.2007 (AC 2008\775): responsabilidad in educando de la madre por las lesiones causadas por su hijo de 14 años a otro menor en el aula. Los padres responden por culpa in educando incluso en los momentos y lugares en que están bajo el control del centro docente, si la conducta se relaciona con la educación recibida de los padres. Aunque habrá también responsabilidad del centro docente que, en el caso, no se reclamó. SAP Madrid 28.10.2009 (AC 2010\144): responsabilidad de los padres por el incendio causado por un menor (no se cita la edad) en un camping. STS, 1ª, 23.2.2010 (RJ 2010\1293): daños causados por una explosión de petardos en las fiestas de un pueblo. Culpa de la víctima menor de edad (11 años) y de sus padres, que omitieron su debida supervisión. La culpa de los padres de la víctima reduce la indemnización que recibe el menor víctima del daño. La solidaridad entre corresponsables sólo opera cuando no se puede fijar el grado de participación de cada uno. Sin embargo, el TS ha admitido en algunos casos la falta de responsabilidad de los padres: SAP Barcelona, 11.11.2003 (RJ 2003\4875): un menor de 7 años, en el transcurso del juego, derribó a otro menor, que al golpearse la cara sufrió la pérdida o fractura de tres piezas dentales. El TS establece la distinción entre activad inocua y peligrosa, pues en el primer caso la exigencia de vigilancia y control es menor y el deber de cuidado es más relajado, pues la previsibilidad de un daño es escasa. Por otro lado, no es lo mismo una acción rápida e inopinada que coge por sorpresa a todos, impidiendo cualquier reacción anticipativa, que otra que por diversas circunstancias de tiempo o de actitud se va fraguando. La presente reclamación es calificada por el TS como relativa a inocua, sin que pueda exigírsele al padre del demandado una actitud distinta de la que tuvo, ni pueda achacársele la omisión de ningún tipo de diligencia y sin que concurra, por tanto, ninguna causa de imputación a título de culpa de la que pudiera seguirse responsabilidad. STS, 1ª, 26.3.2004 (RJ 2004\1952): fallecimiento de un menor de 8 años que, tras entrar en las instalaciones de RENFE y subirse a una grúa, se electrocutó. El TS declara la responsabilidad de la madre, que desatendió a su hijo desde la hora de la comida hasta las 20.00 h. Sin embargo, considera que no existe concurrencia causal del menor, ya que “tal conducta es natural y correcta en un niño de corta edad, que juega con lo que encuentra, se sube a lo que ve y obedece a su corto raciocinio” (FD 3º). Por tanto, establece que los condenados fueron responsables del accidente en un 90%, debido a que el recinto no se encontraba cerrado y cualquier persona podía acceder al mismo. STS, 1ª, 27.1.2006 (RJ 2006\615): fallecimiento del pasajero de un autobús como consecuencia del impacto de una piedra lanzada por un menor de 10 años de edad en un paso elevador. “Autopistas del Atlántico, Concesionaria Española, S.A.” contribuyó con su actuación negligente en la producción del daño, al no haber fijado en el puente las medidas que hubieran podido paliar y dificultar el riesgo creado. La conducta de los menores no interrumpe el nexo causal, pues no es dolosa dada la falta de discernimiento para apreciar la gravedad y las consecuencias de sus actos. STS, 1ª, 8.3.2006 (JUR 2006\103628): lesiones y secuelas derivadas del derrame sobre un menor, accidentalmente, de salfumán que se había utilizado con anterioridad para hacer explotar una botella de coca-cola. Responsabilidad de los padres por haber transgredido su deber de vigilancia sobre los hijos. Imposibilidad de responsabilizar a los vendedores, pues se limitaron a proporcionar un producto de libre venta. STS, 1ª, 26.1.2007 (RJ 2007\1873): muerte de un niño al caerle encima una escultura expuesta en un museo. No se aprecia concurrencia de culpas, ni del menor de 5 años, ni tampoco de los padres, que no lo tuvieron cogido de la mano en todo momento. La conducta del menor no es antecedente necesario del resultado dañoso. 2 Responsabilidad civil de padres y maestros (Tema 4) En la práctica, los padres son hechos responsables de los daños causados por sus hijos, con independencia de la prudencia o diligencia invertida en el control de sus hijos. Actualmente, los modos de relación entre padres e hijos y los niveles de control de los hijos no han aumentado, sino que se han reducido por razones educativas, sociales y económicas. Existe un control menor al que existía históricamente y distinto al que tenían en mente los redactores del CC de 1889 cuando la mayoría de edad estaba para los hombres en los 25 y para las mujeres en los 28. Ahora bien, aunque existen mayores dificultades sociales en la supervisión de los hijos, el TS es más riguroso al apreciar la responsabilidad de los padres de lo que señala el tenor literal del CC. Presupuestos de la responsabilidad de los padres por los daños causados por sus hijos: 1) Es necesario que el daño causado sea imputable objetiva y subjetivamente al menor: no debe existir un motivo, desde el punto de vista de la imputación objetiva, que niegue esta indemnización, y también debe existir imputación subjetiva, lo que no significa en exclusiva que el menor sea objeto de un juicio de culpa o negligencia por el daño causado pues: a) Es factible que el daño causado por el menor se dé en un ámbito donde rige una regla de responsabilidad objetiva. Ej: un menor propietario de un perro causa un daño mientras juega con el perro. En los daños causados por animales, la regla de responsabilidad es objetiva para el poseedor, y en este sentido, los padres responderán aunque no se pueda hablar de culpa del menor. b) En el caso de los menores, por debajo de una cierta edad, el TS se resiste, y con razón, a enjuiciar la conducta en términos de culpa o negligencia. Hasta los 6-7 años, se entiende generalmente que no se puede calificar su conducta de culpable o negligente. Entre esa edad y los 12-13 años, pueden ser enjuiciados en términos de culpa, si bien con un estándar atenuado. Desde los 13 o 14, con un estándar variable según la edad, pero ya casi indistinguible del de los adultos. STS, 3ª, 12.7.2004 (RJ 2004\4236): daños derivados de explosión de artefacto pirotécnico, que no había sido retirado de la calle por el servicio público de limpieza. El TS declara concurrencia de culpas, pues la Administración debe prever la negligencia esperable de los menores de edad. STS, 1ª, 8.3.2006 (RJ 2006\1076): compra por uno de los menores de una sustancia peligrosa que produjo lesiones a otro niño. Se establece la responsabilidad objetiva de los padres. Utilización del criterio de la prohibición de regreso: no ostenta posición de garante quien únicamente vende una sustancia peligrosa a unos menores. 2) Es necesario que los menores causantes del daño se encuentren bajo la guarda de los padres (art. 1903.2 CC). Cuando se redactó el CC, al existir un modelo familiar tradicional, no había problemas para apreciar esta relación de guarda. Hoy es posible que esta relación no sea tan fácil de apreciar, pues no todos los padres tienen la guarda y es posible que ambos progenitores no convivan con el menor. El CC y la jurisprudencia no exigen proximidad física o convivencia entre menores y padres para hablar de la responsabilidad de éstos. Ejemplo: los padres serán responsables por los daños en periodo de vacaciones que pase el menor con los abuelos aunque no exista proximidad física en ese momento con los padres. 3 Responsabilidad civil de padres y maestros (Tema 4) Cuando ambos padres tienen la guarda del menor, los dos son responsables. Cuando sólo uno ostenta la guarda legal o de hecho sobre el hijo que causa el daño (por razones de separación, nulidad o divorcio u otros de convivencia interrumpida entre los progenitores), sólo ése responderá. Pero si no coincide la guarda legal y la situación de hecho de la posibilidad de control o supervisión del menor en el momento en que causa el daño, prevalece la situación real sobre la guarda legal. STS, 1ª, 11.10.1990 (RJ 1990\7860): un menor cuya guarda legal ostentaba su madre pasa un fin de semana con el padre y provoca un accidente de moto. El perjudicado demanda a la madre y el TS entiende que el responsable es el padre, pues en ese momento ostentaba la guarda de hecho y tenía la posibilidad de controlar el comportamiento del menor. En casos de separación de hecho, la opinión mayoritaria es que la responsabilidad recae en aquel de los padres que conviva con el menor y que de hecho ejercite las funciones de guarda sobre aquél. Otros entienden que por el mero hecho de la separación no desaparece la responsabilidad de quién sigue ostentando legalmente la guarda y, por tanto, los dos son responsables. El Código de Familia catalán atribuye la responsabilidad a aquel que de hecho puede ejercitar las obligaciones de guarda y custodia (art. 139.3 CF), bien porque tiene asignada esta guarda de hecho o de derecho o porque el menor se encuentra bajo su poder o control. Este criterio es bastante razonable, pues si en último término hacemos responsables a los padres, éstos deben poder influenciar en el comportamiento del menor, y esto parece más fácil para la guarda de hecho que para la legal. La responsabilidad de los padres en el art. 1903.2 CC es directa. 4.2. Responsabilidad de los tutores El régimen es similar, pues también es necesario: a) Imputación objetiva y subjetiva b) Que el menor o incapaz esté sometido a la guarda del tutor c) El CC añade un requisito adicional: la convivencia del tutor con el menor. El art. 1903.3 dice que “son responsables de los perjuicios causados por un menor o incapaz bajo su autoridad y que habitan en su compañía”. En los casos de incapaces graves, como no conviven con el tutor, sino que están en un centro, el tutor no responde. En el CP, cuando el hecho cometido por un menor o incapaz es susceptible de ser cualificado como delito o falta, los art. 118 y 120 establecen un régimen distinto: Art. 118 CP: no exige que el menor viva en compañía del tutor; se aplica en casos donde el incapaz no es responsable criminalmente (la causa mental que determina su capacidad le exime) y el tutor responde aunque no viva con el incapaz. Art. 120 CP: si el incapaz es responsable criminalmente, se exige que el tutor conviva con él. La jurisprudencia del TS se ha pronunciado pocas veces sobre la responsabilidad del tutor y, cuando lo ha hecho, se ha basado en la responsabilidad del guardador legal institucional (no un guardador personal, sino una institución pública). Ej.: SSTS 14.2.1996 y 5.10.1996. Responsabilidad por los daños causados por incapaces no incapacitados: Son personas incursas en una causa de incapacitación, que no están en condiciones de gobernarse a sí mismas, y su situación aconseja la sumisión a 4 Responsabilidad civil de padres y maestros (Tema 4) tutela o curatela, pero no están incapacitados judicialmente, es decir, no son legalmente incapaces. Hay dos posibilidades: 1) Entender que las personas que tenían que haber iniciado la incapacitación (art. 229 CC y art. 183.1 CF) son responsables de los daños que cause el incapaz no incapacitado. 2) Entender que el supuesto no encaja en el 1903 CC y, por tanto, los familiares que hubiesen sido tutores o guardadores legales si se hubiera declarado incapaz no son responsables. La jurisprudencia del TS está entre estas dos posiciones: Inicialmente (STS, 2ª, 13.9.1984) el TS dijo que el art. 229 CC permite fundar la responsabilidad de los familiares más cercanos que tendrían que haber promovido la incapacidad. Habla de obligación de promover la incapacitación de manera que, si no lo hacen, estarán obligados a indemnizar los daños causados. Después dijo que había base suficiente para condenar a los padres que no hubieran promovido la incapacitación pero tenían bajo guarda de hecho al presunto incapaz. Más recientemente, la tendencia del TS (STS, 1ª, 5.3.1997) consiste en no apreciar responsabilidad en los padres. Probablemente con acierto, pues el art. 229 CC, cuando habla de responsabilidad por daños de quien no ha promovido la constitución de la tutela, se refiere a los daños sufridos por la persona o el patrimonio del propio incapaz (se trata de proteger al incurso en una causa de incapacitación y no a terceros). No se puede utilizar este precepto para fundamentar la responsabilidad de los padres por no haber promovido la incapacitación. En el art. 183.1 CF, este resultado está explícito en el tenor de la norma. El TS da a entender, sin embargo, que podría considerarse responsable a aquellas personas que hubieran podido tomar medidas para advertir, evitar o reducir la probabilidad del daño producido por los presuntos incapaces: EL PSIQUIATRA QUE TRATABA AL ENFERMO MENTAL: STS, 1ª, 5.3.1997 (RJ 1996\1650): un esquizofrénico mayor de edad, no incapacitado, coge una escopeta y provoca tres muertes. El TS absuelve a los padres porque entiende que el 229 no permite fundar su responsabilidad, pues estos no estaban en situación de reducir daños a terceros, pues desconocían el alcance de la enfermedad, pero otras personas sí tenían esta posibilidad (psiquiatra). Un caso muy conocido a este respecto es Tarasoff v. Regents of the University of California (1976): Un caso norteamericano: un psiquiatra que trata a un enfermo mental que le confiesa que está obsesionado por su vecina y que sólo piensa en ella; un día la asesina y la descuartiza, y los padres de la chica demandan a la universidad de California por no haber adoptado medidas de cuidado suficientes. El psiquiatra no comunica nada a la chica, aunque sí a la policía, pero podía haber evitado en cierta medida el daño, adoptando mayor precaución. Se condenó a la universidad de California. NO EN EL CASO DE LA EMPRESA PARA LA QUE SE TRABAJA: STS, 1ª, 5.12.1994 (RJ 1994\9406): un enfermo mental (esquizofrénico) es contratado como guarda jurado de una empresa de seguridad; durante las tareas de vigilancia se suicida y los padres reclaman indemnización a la empresa de seguridad. El TS deniega porque dice que son los padres quién podían evitar esta circunstancia advirtiendo de que su hijo era esquizofrénico y no podía trabajar con armas de fuego. EL CENTRO PSIQUIÁTRICO: STS, 1ª, 8.5.2001 (RJ 2001\7379): un enfermo de esquizofrenia paranoide con anteriores tentativas de autolisis se fuga del centro municipal psiquiátrico y se arroja por una ventana. El TS considera que existió una omisión de las necesarias de seguridad y vigilancia necesarias y declara la responsabilidad solidaria del director del centro y del Ayuntamiento. EL ESTADO POR HECHOS COMETIDOS POR SUS FUNCIONARIOS CON TRASTORNOS MENTALES: STS, 1ª, 30.4.2003 (RJ 2003\3739): el cliente de un establecimiento hostelero fallece por el disparo de un guardia civil libre de servicio, al que se le había diagnosticado un posible desorden esquizoide. 5 Responsabilidad civil de padres y maestros (Tema 4) NO LOS HIJOS POR LOS DAÑOS COMETIDOS POR SUS PADRES ANCIANOS: STS, 1ª, 16.10.2003 (RJ 2003\7392): Un jubilado del Cuerpo de Funcionarios de Prisiones disparó a su convecino, causándole la muerte. La demandada, aunque hija del autor de los hechos dañosos, hacía muchos años que no convivía con el mismo, de manera que no se le puede exigir «culpa in vigilando» y no se le puede atribuir responsabilidad por hecho ajeno, pues el art. 1903 CC se refiere a los padres, tutores, dueños o directores de un establecimiento o empresa respecto de los perjuicios causados por sus dependientes y a las personas o entidades que sean titulares de un centro docente de enseñanza no superior que responderán por los daños y perjuicios que causen sus alumnos menores de edad durante los períodos de tiempo en que los mismos se hallen bajo el control o vigilancia del profesorado del centro. Otros ejemplos: STS, 1ª, 11.6.2012 (RJ 2012\6710): lesiones sufridas por una disminuida psíquica al precipitarse al vacío desde un tercer piso cuando disfrutaba de unas vacaciones en una casa de colonias. Responsabilidad de los cuidadores incapacitados frente al propio incapacitado. Sin embargo, el deber de advertir de los riesgos que presentan algunos enfermos mentales no es incondicionado, ni mucho menos. Hay contrapartidas de hacer al psiquiatra responsable. El enfermo mental no debiera perder su trabajo y mantener la misma vida social (lo cual implica callar sobre su enfermedad en su entorno laboral o social). No obstante, con ello se provocan riesgos de daño para terceros. El objetivo principal de un psiquiatra es curar a sus pacientes (facilitar el tratamiento) y no hacerse cargo de lo que le interesa a la sociedad en términos de reducción de daños. ¿Cómo conciliar el interés del paciente y la seguridad de terceros? Acaso con un estándar basado en deberes de aviso en presencia de riesgo concreto y grave. En los casos de hospitales psiquiátricos y centros penitenciarios con enfermos mentales, sí habría que hacerlos responsables. Pero ello tampoco tiene mucho sentido, pues no queda claro que la responsabilidad del psiquiatra deba ser muy distinta de la del centro donde está internado (no por daños a terceros, sino por los que se le puedan causar al enfermo mental). Menores e incapaces y reglas penales: El art. 61 de la Ley Orgánica reguladora de la Responsabilidad Penal del Menor, que es una Ley con normas de responsabilidad civil propias, establece que los menores serán responsables de los daños que causen cuando los hechos causados, de haber sido cometidos por mayores de edad, serían delitos o faltas. Además, serán responsables solidarios, por este orden, los padres, tutores y guardadores. Sin embargo, se prevé una modulación de la responsabilidad de los guardadores legales o de hecho si no incurren en dolo o negligencia grave favorecedora del comportamiento del menor. SAP Cantabria 21.12.2003 (JUR 2004\44299): un alumno propinó un bofetón a otro cuando se encontraban realizando una actividad en un centro cultural, acompañados del tutor y dentro de la jornada escolar. Ese mismo día, el alumno envió al teléfono móvil de la víctima un mensaje amenazador desde el comedor del colegio, mientras también se encontraba bajo la vigilancia y la guarda del centro escolar. Nos encontramos ante un caso de responsabilidad civil derivada de una infracción penal (falta de maltrato de obra y amenazas) cometida por un menor. Se trata de una responsabilidad objetiva, ajena a la noción de culpa civil, para quienes responden por hechos ajenos, prescindiéndose de los criterios de imputación subjetiva. Además, existe una responsabilidad solidaria en cascada de los padres, tutores, acogedores y guardadores con el menor, no acumulativa, sino que se sigue un riguroso orden de prelación de las personas responsables con el menor. Por tanto, en este caso resultarían responsables solidarios con el menor tanto sus padres como el colegio, equiparándose este último al guardador de hecho. 6 Responsabilidad civil de padres y maestros (Tema 4) En cuanto al régimen del CP (art. 118 y 120 CP), la responsabilidad civil de los incapaces constituye un régimen peculiar, pues el art. 118 prevé la responsabilidad directa, junto a la del incapaz y de otros “imputables” que puedan haber participado en los hechos, de los padres, guardadores legales o de hecho, pero se refiere sólo a aquellos casos donde el incapaz no sea responsable criminalmente. En cambio, cuando el incapaz es responsable criminalmente, la responsabilidad no es directa, sino subsidiaria (art. 120 CP): ello sólo en defecto del propio responsable penal. Además, en este segundo caso, no afecta a los guardadores de hecho, sino sólo a los guardadores legales. En ambos casos, la responsabilidad está basada en la culpa de los padres o guardadores. 4.3. La responsabilidad de los centros docentes El art. 1903.5 CC dice que las personas o entidades que sean titulares de un centro docente de enseñanza no superior responderán de los daños y perjuicios que causen sus alumnos menores de edad durante los períodos de tiempo en que los mismos se encuentren bajo el control o vigilancia del profesorado del centro, desarrollando actividades escolares o extraescolares y complementarias. Hasta 1990, el CC seguía hablando de la responsabilidad del maestro por los daños causados por sus alumnos. En 1990 esta responsabilidad fue sustituida por la responsabilidad del centro docente. Los presupuestos de esta responsabilidad son los siguientes: 1) Esta responsabilidad se refiere por igual a centros docentes públicos y privados, sin que haya diferencia respeto al alcance de la responsabilidad, pues en ambos casos responde la entidad titular del centro (Ministerio de educación, religiosos, propietario) por los daños causados por sus alumnos. Cuando se trata de un centro público, entran en juego el art. 139 y ss. de la Ley 30/92 (responsabilidad por el funcionamiento del servicio público docente no universitario). Existen problemas sobre la jurisdicción competente (administrativa o civil), si bien la tendencia es plantear estas demandas en la jurisdicción contenciosoadministrativa (vid. temas 1 y 6) en casos de centros públicos. STS, 3ª, 14.3.2002 (RJ 2002\3008): menor sufre daños en un ojo que le causan la pérdida de visión y desfiguración del globo ocular. La madre reclama una indemnización a la Consejería de Educación y Ciencia, que estima parcialmente y señala el plazo de 2 meses para interponer recurso contencioso- administrativo, que no es admitido por haber caducado el plazo. 2) Se refiere a centros docentes de enseñanza no superior, y por lo tanto, la enseñanza superior en cualquiera de sus formas no entra dentro del 1903.5. Pero la de los centros preuniversitarios, su alcance es integral. STS, 3ª, 20.12.2004 (RJ 2005\598): Lesiones y secuelas sufridas por un alumno que se cayó en el centro escolar donde estudiaba al tratar de huir de unos compañeros que pretendían hacerle una novatada. Como consecuencia de esta primera caída, se le produjeron unas lesiones que no quedaron debidamente curadas y que determinaron una segunda caída cuando subía las escaleras del centro. El TS declara la responsabilidad de la Administración educativa por no haber prestado los profesores la debida atención, vigilancia y cuidado para evitar dicha persecución. Existe un nexo causal entre las lesiones y secuelas sufridas por el menor y la falta de evitación por el centro de la persecución a que dicho menor fue sometido. 3) Por alumnos menores de edad. Si el daño se da en un centro de enseñanza no superior pero el causante es mayor de edad, no entra en juego la responsabilidad de la entidad docente por el art. 1903.5 CC, sino la del autor material, salvo que se entienda que hay motivos para apreciar concurrencia de responsables. 7 Responsabilidad civil de padres y maestros (Tema 4) 4) El presupuesto más problemático se refiere al ámbito donde debe ocurrir el daño para que entre en juego la responsabilidad del centro docente: debe producirse en tiempo y espacio en que donde los menores se hallen bajo control o vigilancia del profesorado del centro, desarrollando actividades escolares o extraescolares o complementarias (en el transcurso de actividades dependientes del centro docente). El lugar donde ocurre el daño en sí no es relevante, de manera que no es necesario que se haya producido en las instalaciones del centro docente, sino que debe ser un lugar en conexión con las actividades dependientes del centro docente. Ej.: una excursión o visita cultural o transporte organizado por el centro docente. STS, 1ª, 31.10.1998 (RJ 1998\8359): en un zoológico, uno de los niños es mordido por un león al acercarse demasiado a la jaula de la fiera. Se ha planteado si existe una dimensión temporal que afecte también a la responsabilidad del centro docente, es decir, si sólo surge esta responsabilidad durante el horario lectivo. Se suele defender que sólo se incluyen los daños ocurridos durante el horario escolar o lectivo, que incluye: períodos de tiempo dedicados a la enseñanza y tiempo empleado en actividades subordinadas o coadyuvantes: transporte a clase (si es organizado por el centro docente), descanso y comedor. A ello sólo se añadiría el tiempo en el que tienen lugar actividades extracurriculares organizadas o patrocinadas por el centro docente. STS, 3ª, 13.9.2002 (RJ 2002\8649): daños a menor causados por un balonazo recibido en el colegio en horario lectivo. Para que la Administración sea responsable no basta que el resultado lesivo se produzca en el seno de uno de sus servicios públicos; el daño debe ser consecuencia del funcionamiento normal o anormal de éstos, circunstancia que no se ha podido acreditar respecto del fallecimiento del menor. STS, 3ª, 27.7.2002 (RJ 2002\8393): pérdida de un ojo por un menor durante actividades extraescolares. La Administración no responde de un accidente con el que no le une una relación de causalidad al no haberse acreditado que el resultado lesivo derive de la actividad extraescolar. STS, 2ª, 11.3.2002 (RJ 2002\6891): abusos sexuales a menores en colonias de verano. Se establece la responsabilidad de la parroquia organizadora en virtud del 1903 CC y de la Compañía de seguros (sin perjuicio del derecho de repetición de esta aseguradora). STS, 1ª, 31.10.2003 (RJ 2003\7978): una alumna de las más pequeñas (no se precisa la edad) de un colegio público es atropellada al salir del recinto educativo durante el horario lectivo aprovechando que una puerta estaba abierta. No se aprecia compensación de culpas por la acción irreflexiva de la menor, pues la víctima realizó tal comportamiento porque el colegio público, al cual sus padres habían confiado durante su permanencia en él los deberes de cuidado y protección, actuó negligentemente, al no haber adoptado medidas para asegurar, en horario escolar, el control de la puerta de acceso/ salida del colegio, ya fuera mediante la reparación de la puerta o la dotación de un portero encargado de su vigilancia. SJPI nº 2 Vitoria 1.2.2005 (AC 2005\152): agresiones físicas y psíquicas a una menor por varios compañeros durante los intervalos de tiempo que mediaban entre clase y clase. Se declara probado que los hechos se produjeron en horas escolares, dentro del centro, siendo agresores y agredida alumnos del colegio demandado. Todo ello determina una actuación negligente en el control de los alumnos, debiendo ser el centro educativo el que acredite que agotó el deber de diligencia que le es exigible. Se condena al centro educativo al pago de una indemnización de 12.000 € por daño moral, con base en la edad de la víctima, los hechos prolongados en el tiempo, la conducta desarrollada por los agresores, y que se ha visto obligada a cambiar de ambiente. STS, 3ª, 22.11.2004 (JUR 2004\310537): cortes sufridos por un menor tras ser empujado contra una cristalera durante una pelea en una sala de estudio del centro. El TS aprecia concurrencia de culpas de los dos alumnos y la Administración. STS, 3ª, 15.3.2005 (RJ 2005\2243): fallecimiento de menor de tres años en un centro de educación especial perteneciente a la Administración, por un tercero de 12 años que padecía una psicosis, que prendió sus ropas y lo dejó encerrado en un despacho. El TS declara la existencia de concurrencia de culpas entre la madre y el centro escolar. La conducta negligente de la madre no fue suficiente para romper el nexo causal que existió entre el fallecimiento y el anormal funcionamiento del centro. SAP Álava 27.5.2005 (AC 2005\1062): responsabilidad de una ikastola por acoso a una menor. La AP considera que el centro docente actuó negligentemente al incumplir su papel de garante de la seguridad y bienestar físico y psicológico de sus alumnos (art. 1903 CC). Aplicación del art. 120 CP, pues la responsabilidad civil exigida en la pieza de responsabilidad civil en la jurisdicción de menores es una responsabilidad ex delicto. En cuanto al dies a quo, no es el día 8 Responsabilidad civil de padres y maestros (Tema 4) del acto ilícito sino aquel en que el perjudicado ha optado por el ejercicio de la acción en el orden civil. El procedimiento penal interrumpe la prescripción respecto del agresor y los padres, pero también respecto del centro educativo. STSJ Comunidad Valenciana 30.9.2005 (JUR 2006\2605): indemnización concedida por la Administración por los daños oculares sufridos por una alumna a consecuencia del impacto de una pelota de tenis lanzada por un compañero durante horas lectivas y en ausencia de la profesora. Incumplimiento del deber de vigilancia exigible, pues de haber estado la profesora muy probablemente habría tenido efecto disuasorio sobre la acción “irregular” del adolescente que golpeó la pelota de tenis mediante una fuerte patada, no en el patio del centro educativo y como consecuencia de un lance inevitable, sino en el gimnasio, cuando la alumna se encontraba con un grupo de compañeras realizando expresión corporal. SIPJ nº 2 Granada 25.9.2006 (JUR 2006\250400): responsabilidad del centro educativo por los daños sufridos por un alumno al ser agredido por otro en el aula al finalizar la clase. Incumplimiento por el centro de su deber de vigilancia para evitar agresiones de alumnos a otros. STS, 1ª, 29.1.2008 (AC 2008\827): responsabilidad del centro docente por suicidio de un alumno en horario lectivo pero no en el colegio. Importancia del factor temporal en la atribución de la responsabilidad. STS, 1ª, 26.6.2008 (RJ 2008\3310): responsabilidad del centro docente por permitir ingerir alcohol a un menor de edad durante una comida de Navidad. STS, 1ª, 5.11.2009 (RJ 2010\83): accidente sufrido por una joven con disminución física cuando visitaba con su colegio un centro de la naturaleza y se cayó en un arroyo. Responsabilidad del centro docente que organizó la excursión por la negligencia de la monitora. STSJ País Vasco 8.2.2011 (RJCA 2011\151): acoso escolar con resultado de suicidio. Responsabilidad de los alumnos acosadores y de sus padres, pero no del centro docente, que actuó con diligencia. STSJ Murcia 22.7.2011 (JUR 2011\322982): responsabilidad del centro docente por los las lesiones sufridas por un alumno tras caer durante una clase de educación física, pues las instalaciones estaban necesitadas de reparación. STSJ Galicia 28.9.2011 (JUR 2011\347681): responsabilidad del centro docente por las lesiones causadas por un alumno de 7 años a otro alumno de 8 con una piedra grande que estaba suelta en el patio del colegio. STS, 1ª, 11.6.2012 (RJ 2012\6710): responsabilidad del organizador de unas actividades para disminuidos psíquicos, por caída de una incapaz con resultado de lesiones graves. La frontera entre la responsabilidad de los padres y de los centros docentes sería de carácter más bien temporal y no físico-geográfica: si el daño ocurre dentro de la jornada escolar (incluyendo las actividades extralectivas organizadas), la responsabilidad sería del centro docente, y si ocurre fuera, es de los padres. Pero el TS no es consistente con esta opinión, pues en ocasiones tiende a dar más peso al factor geográfico o físico, de manera que en los períodos temporales fronterizos tiende a hacer responsable al centro docente cuando el daño se produce dentro de sus instalaciones, y a los padres cuando ocurre fuera de la instalaciones. Qué ocurre si el daño tiene lugar en horario lectivo pero estando el menor fuera del centro. En principio, dependerá de quién puede controlar que un niño no asista a clase: la respuesta parecería ser, en principio, que el centro escolar. Pero no es tan claro que, además de detectarlo y comunicarlo a sus padres, el centro escolar tenga la posibilidad de imponer la asistencia a clase. Ejemplo: un niño no va a clase y el colegio no comunica a los padres la falta de asistencia; si en este período el menor causa un daño, es posible que el centro responda. Pero si el centro comunica a los padres que no asiste, no es lógico que deba responder el centro por unos hechos que están fuera de su ámbito de control (lo único que puede hacer es comunicar a los padres o autoridades educativas, pero no puede irlo a buscar a casa). En este caso, responderían los padres, que son los únicos que pueden hacer que asista. Distinto sería si el niño se escapara, pues el daño no ocurre dentro de las instalaciones, pero el niño tendría que encontrarse en ellas. Las consecuencias de esta interpretación del TS puede inducir que los centros docentes mantengan abiertas sus instalaciones estrictamente en los períodos escolares o extraescolares, pero no permitirán que los niños esperen dentro de sus instalaciones antes de estos períodos, pues cualquier daño le será atribuido 9 Responsabilidad civil de padres y maestros (Tema 4) geográficamente a él, a diferencia de lo que ocurriría aplicando un criterio temporal, según el cual serían responsables los padres. 5) Regla de responsabilidad aplicable a los centros docentes: En el caso de los padres, aunque el CC hable de responsabilidad por culpa, el TS ha objetivado en buena medida esta responsabilidad. En el caso de los centros docentes, el TS no ha objetivado tanto esta responsabilidad como la de los padres y, en buen número de casos, los ha exonerado de responsabilidad por entender que su conducta se había adecuado a las medidas de precaución exigibles. El TS, a la hora de apreciar la responsabilidad del centro docente, se ha fijado en una serie de factores: 1) Capacidad de control o supervisión efectiva de sus alumnos por parte del colegio. Esta capacidad depende de distintas variables: A) La situación educativa de los menores: cuanto más pequeños o con necesidades especiales, mayor esfuerzo en control o vigilancia. B) C) SAP Murcia 14.10.2008 (JUR 2009\122614): responsabilidad de los centros docentes por los hechos de sus alumnos. Los abusos sexuales no pudieron ser prevenidos ni evitados por el centro con una conducta normalmente diligente (carácter súbito y breve; corta edad -9 años- de los menores). Las instalaciones: si son o no suficientemente seguras. STS, 1ª, 31.1.2003 (RJ 2003\854): Mario, de 15 años, sufrió diversas lesiones en la mano a consecuencia de unos cristales que estaban escondidos detrás de unos bancos del aula de gimnasia. El TS establece la responsabilidad del centro docente, en este caso público, por los daños sufridos por el alumno, al haber actuado negligentemente en la supervisión de sus instalaciones. STS, 1ª, 5.11.2004 (RJ 2004\6656): Leonardo, de 17 años de edad, durante la clase de gimnasia, se dirigió, al campo de futbito para jugar un partido. Al llegar a la portería se agarró del travesaño y se balanceó, de modo que al carecer la portería de un anclaje que la mantuviera firme en el suelo, ésta le cayó encima y le golpeó el rostro. Falta de prueba de la ausencia de negligencia del colegio o imprudencia en la producción del accidente, como tampoco que el suceso se debiera a caso fortuito, fuerza mayor, o al exclusivo actuar imprudente de la víctima. El número, grado o nivel de personal de que dispone el centro docente: la dotación de profesores y su cualificación. STS, 1ª, 18.10.1999 (RJ 1999\7615): El TS absuelve en un caso donde una niña de 7 o 8 años clava un lápiz en el ojo de una compañera que pierde el ojo; el Supremo absuelve porque fue un acto tan rápido, brusco e inesperado, que cualquier medida de control o vigilancia hubiese sido inútil. Además, un lápiz no es peligroso, y tiene que haber lápices en una clase. STS, 1ª, 21.11.1990 (RJ 1990\9014): El TS absuelve a la profesora de una guardería donde un niño causa un daño en el ojo de otro, porque considera que un profesor para 24 niños es un nivel de vigilancia suficiente. STS, 1ª, 10.4.2000 (RJ 2000\2358): En un caso de daños derivados de un balonazo recibido por un alumno en el recreo, se entiende que hay responsabilidad del centro docente porque los profesores, si bien no pudieron evitar el balonazo, sí pudieron tratar mejor las consecuencias del mismo. STS, 1ª, 31.10.2003 (JUR 2003\262249): una menor fue atropellada mientras la profesora ataba los cordones de otra alumna. El TS declara la responsabilidad del centro docente y de la profesora, al no adoptar todas las precauciones posibles en la vigilancia de los niños. STS, 3ª, 20.1.2003 (RJ 2003\886): una menor de 8 años de edad, cuando se dirigía corriendo al autobús de transporte escolar, resbaló y cayó al lado derecho de la rueda delantera del autobús, que la atropelló y causó la muerte. Se declara la responsabilidad del colegio público por falta de control y vigilancia de la parada de autobús. SAP Madrid 18.12.2008 (AC 2009\124): daño moral por el sufrimiento causado por el acoso escolar. Responsabilidad de los centros docentes por los hechos de sus alumnos: incluye las medidas para evitar situaciones globales de acoso y también agresiones singulares. 10 Responsabilidad civil de padres y maestros (Tema 4) SAP Barcelona 27.1.2010 (JUR 2010\82805): responsabilidad de centro docente por acoso escolar al no haberse adoptado las medidas de prevención, pero la responsabilidad no cubre una agresión aislada que no hubiera podido evitarse con esas medidas preventivas. 2) Si el daño es causado en el curso de una actividad peligrosa o no: El TS ha absuelto en casos de daños sufridos en actividades deportivas o de recreo, no de riesgo: STS, 1ª, 20.5.1993 (RJ 1993\3718): en un partido de baloncesto se produce un daño y el TS absuelve porque considera que no era una actividad peligrosa y por tanto no requería de vigilancia, sino más bien de un ámbito de libertad para los alumnos. El TS ha condenado en casos de actividades de riesgo: STS, 3ª, 10.3.2003 (RJ 2003\3212): una menor de 14 años falleció al volcar la canoa en la que descendía el río Sella. El TS establece la responsabilidad de la Administración al no adoptar las precauciones necesarias teniendo en cuenta que el descenso de ríos es una actividad de riesgo. En casos de daños por instrumentos peligrosos: en el caso del lápiz, el TS absolvió, a diferencia de un caso donde el daño se causó con el alfiler de un broche (STS, 1ª, 10.12.1996, RJ 1996\8975) y de otro donde se causó con una pelota de cristal (STS, 1ª, 20.5.1993, RJ 1993\3718) en los que condenó por ser instrumentos peligrosos cuya presencia en el colegio podía y debía ser evitada por el centro docente. La carga de la prueba, según el art. 1903 CC, último párrafo, corresponde al centro docente. Demandas dirigidas contra centros docentes: La responsabilidad que prevé el 1903 CC es una responsabilidad directa, de manera que la víctima del daño puede demandar directamente a los padres o al centro docente, sin necesidad de demandar conjunta o previamente al menor. Los menores como víctimas: La mayor parte de los casos donde intervienen menores que llegan al TS se refieren, no tanto a menores como causantes de daños sino como víctimas. En estos casos, hay que analizar en qué medida este carácter de víctima del menor juega un papel al apreciar: (i) la concurrencia de culpas (cómo valorar el comportamiento del menor que ha contribuido a su daño) y (ii) los deberes de diligencia ajenos a la hora de evitar o reducir daños a los menores. En cuanto al comportamiento del menor en términos de culpa o negligencia y la posible concurrencia de culpas, en algún caso se ha reducido la indemnización valorando, no la culpa o negligencia, sino la contribución causal del menor. Ello constituye una manera de salvar que los menores durante la tierna infancia no son susceptibles de negligencia, pero pueden reducir la indemnización por su contribución al acaecimiento del daño. En los menores de 7 años, se entiende que la conducta no es en si calificable como culpable. - STS, 1ª, 6.2.2008 (RJ 2008\1215): arrollamiento por el tren de una niña de 6 años que cruzó por un paso a nivel cuando la barrera estaba bajada. Concurrencia de culpas. Valoración de la conducta del menor de 6 años como víctima. Concurrencia de causas. En los mayores de 7 años, el TS valora los comportamientos de los menores en términos de culpa o negligencia. El menor puede ser imprudente y, en casos de actividades temerarias, aplica incluso la doctrina de la asunción de riesgos (cuando el riesgo era evidente y probable y es asumido). - STS, 1ª, 29.5.1999 (RJ 1999\4382): unos menores fuerzan la puerta de las dependencias municipales y encuentran una bengala, la encienden y uno de ellos pierde un ojo; el TS considera que la conducta era arriesgada, porque el riesgo era evidente y lo habían aceptado. 11 Responsabilidad civil de padres y maestros (Tema 4) STS, 1ª, 26.3.2004 (RJ 2004\1952): fallecimiento de un menor de 8 años que, tras entrar en las instalaciones de RENFE y subirse a una grúa, se electrocutó. El TS declara la responsabilidad de la madre, que desatendió a su hijo desde la hora de la comida hasta las 20.00 h. Sin embargo, considera que no existe concurrencia causal del menor, ya que “tal conducta es natural y correcta en un niño de corta edad, que juega con lo que encuentra, se sube a lo que ve y obedece a su corto raciocinio” (FD 3º). Por tanto, establece que los condenados fueron responsables del accidente en un 90%, debido a que el recinto no se encontraba cerrado y cualquier persona podía acceder al mismo. A partir de los 14 años aproximadamente, esta conducta es, sin paliativos, enjuiciable como culpa o negligencia, y en el caso de menores próximos a la mayoría de edad, su estándar de diligencia es igual que el de los adultos en muchos casos. Ejemplos: - - - - STS, 1ª, 3.10.1996 (RJ 1996\7011): un menor destroza unos carros de un supermercado y es perseguido cuando sale corriendo, con la mala fortuna que hay un hueco en la carretera y se cae sufriendo lesiones. No se concede la indemnización porque se considera que hay culpa exclusiva de la víctima. Un Ayuntamiento abandona unos tubos de riego en un parque público, y estos son cogidos por unos niños que los ponen en contacto con un tendido de alta tensión, con lo que mueren electrocutados. Se apreció, también, culpa exclusiva de la víctima. Sin embargo, en este caso se podría haber apreciado negligencia por parte del Ayuntamiento. STS, 1ª, 23.6.1998 (RJ 1998\5070): unos menores cercanos a la mayoría de edad, jugaban en una fiestas del pueblo a esperar que viniera el tren y a ver quién era el último de apartarse; murieron arrollados. Se declara su culpa, pero no se rechaza del todo la indemnización. STS, 1ª, 23.7.2008 (JUR 2008\249610): culpa exclusiva del menor de edad de 16 años que, jugando con una pistola, se disparó y falleció. SAN 18.12.2009 (JUR 2010\17339): víctima de un atropello por un tren regional. El menor de 17 años tenía juicio y discernimiento para ver el peligro de usar un acceso no permitido a una estación. En muchos casos donde se discute si hay culpa exclusiva o asunción de riesgo, se plantea más la valoración de la conducta de los padres que han omitido los deberes de vigilancia o de control que la conducta del menor. El TS, a la hora de valorar la indemnización a pagar al menor, no sólo valorará la culpa del menor, sino también si los padres han contribuido en medidas de omisión de control de éstos. STS, 1ª, 21.10.2002 (RJ 2002\8438): menor de 3 años sufre lesiones al caérsele encima una máquina expendedora de golosinas del quiosco de su padre cuando se colgó del tirador. El TS considera que la causa del accidente no fueron las deficiencias de la máquina ni de su instalación, sino que se debió exclusivamente a que el padre del menor incumplió su obligación de vigilar a su hijo y de controlar que los usuarios de la máquina realizaran un uso correcto de la misma. STS, 1ª, 2.12.2002 (RJ 2002\10405): menor de 15 años es golpeado por una locomotora de un tren durante su tránsito por un paso a nivel sin barreras. El TS dice que es un caso de culpa exclusiva de la víctima y de las personas a quienes correspondía su vigilancia. STS, 1ª, 8.3.2006 (RJ 2006\1076): compra por uno de los menores de una sustancia peligrosa que produjo lesiones a otro niño. Se establece la responsabilidad objetiva de los padres. Utilización del criterio de la prohibición de regreso: no ostenta posición de garante quien únicamente vende una sustancia peligrosa a unos menores. La valoración de la conducta de los padres depende de distintos factores, donde destaca: 1. Edad de los menores: los deberes de vigilancia o control por los padres deben ser más acentuados cuanto más pequeños son. Ahora bien, estos deberes no son absolutos y no imponen una restricción completa de la libertad de movimientos del menor, pues el TS dice que a partir de una cierta edad, el menor tiene que disfrutar de un ámbito de libertad. 2. Gravedad del daño posible o el riesgo asociado a la actividad dado el conocimiento que los padres tenían de este riesgo: este mayor o menor riesgo puede ser objetivo, pero puede obedecer a razones subjetivas: especial predisposición al daño: STS 23.2.1996, en la que el TS reduce la indemnización que tenían que recibir los padres en el caso en que una niña que sufría una grave enfermedad renal se va de campamentos sin que sus padres informen de esta enfermedad a los organizadores de la actividad; los padres demandan a 12 Responsabilidad civil de padres y maestros (Tema 4) la organización de los campamentos, y el TS reduce la indemnización porque los padres tenían esa información y no impidieron su participación en la colonia. No es lo mismo una situación de peligro (STS, 1ª, 8.3.2006 (JUR 2006\103628)) que otra, en principio, inocua (STS, 1ª, 25.1.2007 (RJ 2007\1699)). Si los padres demandan en nombre de su hijo, que no ha muerto, sino que ha sufrido lesiones, pero al mismo tiempo ellos han contribuido con su falta de vigilancia a la producción del daño (ejemplo de las colonias, donde los padres demandan como representantes legales de la niña), y a diferencia del caso en que la niña muera, donde se puede reducir la indemnización porque perjudica a los padres y ellos son los que reciben la indemnización, en los casos de lesiones, los tribunales dudan a la hora de reducir la indemnización por negligencia de los padres. La solución coherente técnicamente sería la responsabilidad solidaria y obligar al causante a pagar toda la indemnización al menor, pero con la posibilidad de repetir la parte que corresponde al grado de negligencia o falta de vigilancia de los padres, pero el TS no ha dado una respuesta clara a esta cuestión, aunque haya muchos casos de estos en la jurisprudencia. Por otro lado, existen otros factores que afectan a los menores como víctimas: 1) Sujetos cuya actividad principal es relacionarse o prestar servicios a los menores (centros docentes...): estos agentes tratan de forma permanente con menores cuyo nivel de diligencia esperable es más bajo que el de la mayoría; por tanto, el nivel de diligencia esperable de esta clase de agentes y en estas clases de actividades será más alto. Para la responsabilidad de los centros docentes por los daños causados por sus alumnos, se traslada lo dicho para los daños causado por los menores a su cargo. 2) Posible presencia de menores, no en actividades que típicamente tienen que ver con menores (centros docentes), sino en la sociedad, lo que altera los deberes de diligencia que han de observar terceros. Los propietarios de instalaciones peligrosas deben tener en cuenta la existencia de menores en la sociedad: carreteras, minas abandonadas que son invadidas por menores, balsas residuales donde se ahogan menores, etc. Los terceros propietarios de estas instalaciones han de tener en cuenta la probabilidad de contacto con menores y las medidas de seguridad de las instalaciones han de ser mayores que las que se dan con adultos cuando esa probabilidad pueda ignorarse por ser muy pequeña (un cartel donde ponga ‘prohibido pasar’ puede ser insuficiente como medida de seguridad frente a un menor, pues la puede vulnerar fácilmente). STS, 1ª, 22.1.2004 (RJ 2004\207): unos niños accedieron a una cantera que carecía de vallado u otro obstáculo de entrada, así como de vigilancia o cartel alguno que avisara de la prohibición de acceso o del peligro para terceros. En su interior, los niños subieron a una noria para lavar la piedra que estaba en un pésimo de conservación la cual, al girar, aprisionó y trituró el pie de Marcos. El TS considera que la negligencia de unos menores no puede desvirtuar ni anular la culpa grave de los responsables de la empresa minera de tener sin vigilancia, sin vallados y sin señales una maquinaria con deficiencias y de uso peligroso para las personas ajenas a su manejo. STS, 1ª, 11.5.2004 (RJ 2004\2730): Un menor de 4 años se adentró en un solar en el que se hallaba un edificio en construcción cuyas obras habían sido paralizadas por el promotor-constructor, Enrique, y allí cayó a un pozo séptico lo que le ocasionó la muerte. El arquitecto, una vez paralizada la obra había dictado las correspondientes medidas de seguridad de la zona y el Ayuntamiento, nos de los vecinos, había también emitido un edicto para que el promotorconstructor restableciera la seguridad en la obra. A pesar de ello, éste incumplió el requerimiento y la construcción se hallaba abandonada con facilidad de entrada para los niños que jugaban en los alrededores. El TS considera que el Ayuntamiento no agotó la diligencia exigible mediante el requerimiento por edicto ya que una vez se había producido el accidente sí que procedió al cerramiento de la obra, pero sí la agotó el arquitecto al dictar las medidas de aseguramiento ya que, una vez paralizada la obra, a éste no le correspondía la vigilancia directa e inmediata del cumplimiento de dichas medidas. 13 Responsabilidad civil de padres y maestros (Tema 4) STS, 1ª, 11.5.2004 (RJ 2004\2734): un menor se hallaba jugando en un solar cuando se adentró en la cabina de una máquina excavadora y accionó el pedal de seguridad, lo que ocasionó el desplome del brazo de la grúa y la caída del menor, con resultado de muerte. El TS aprecia concurrencia de culpas de la víctima y la constructora, por dejar la grúa en condiciones de riesgo y facilitar la entrada en el recinto al no darse actuación de vigilancia o control alguno. 14