La experiencia y la vivencia de vivir en el extranjero. Counseling para inmigrantes Mi carrera de Counselor comienza en 1993, y con ella una mirada y una vivencia de la vida y el mundo que ha marcado profundas y hermosas huellas en mi “Ser en el mundo”. Curso de Post-grado y otros cursos enriquecieron mi preparación, a la vez que desde otro espacio, un espacio de religiosidad y de misticismo, llenaron mi alma y me convirtieron en esto que soy y que sigo siendo, en un devenir de cosas, crecimientos, caminos andados y desandados, siempre buscadora de caminos, caídas y logros, alegrías y tristezas, apegos y desapegos que transito y transité hasta hoy: mi ser counselor. Comencé con la docencia, creo que la llevo en el alma!!,y en un momento muy particular, en un Encuentro Argentino del ECP, a la mañana muy temprano, y sentada frente al mar, decidí terminar un camino iniciado a los 18 años, en el Estado de Israel que se truncó después de la guerra de los 6 días. No me iba por problemas económicos solamente, ni por problemas sociales, solamente, sino por un montón de pequeñas cosas, podríamos decir que me encontraba en un estado de incongruencia que no me permitía respirar. Mi cuerpo y mi alma me pedían volver a Israel, pensar en este tipo de viaje implicaba dejar mi familia, hijos, nietas, madre y hermanos. Comencé a prepararme para la emigración, lentamente, despidiéndome de afectos, de consultantes, de la flia, organizando mi partida con gran alegría. Nunca imaginé que este viaje, al ser tan preparado y pensado me haría transitar caminos tan escarpados, vivencias tan dolorosas a la vez que tan placenteras, temblor y terror en este drama que es la vida!!Como diría uno de mis maestros la historia de la humanidad se resume en dos momentos,” es la historia de un hombre que se va de su pueblo y la historia de un hombre que vuelve a su pueblo” Toda persona que emigra recibe a su llegada lo que llamamos. shock cultural. Éste shock cultural acaece al no poder acceder a los códigos culturales del nuevo país: su idioma, el modo de ser cotidiano. Sentirse ciudadano de 2º, y me atrevo a decir que ni siquiera se siente ciudadano y no estoy hablando solo de permiso de trabajo. La sensación de no pisar tierra firme, el temor a caerse en cualquier momento, el terrible frio que te cala los huesos en pleno verano, son sensaciones que a mi me acompañaron los primeros momentos. No tener Nº de documento que te ubica civilmente; no tener Te móvil, no saber a quien llamar!!,no tenemos en nuestra agenda ninguno de los técnicos que nos salvaban la vida si se rompía el lavarropas o la tele, o el electricista, una nueva agenda, una nueva búsqueda de referentes! El comienzo de una nueva hoja de vida, nuevos médicos, nuevos deliverys, ir al super y no reconocer marcas comenzar a probar nuevos sabores. Es claro que va a depender el modo y el porqué se produce la inmigración. Si por causas de ideología, económicas o políticas. Si bien el shock cultural es el mismo, lo que no es lo mismo es si te sentiste expulsado de tu país por causas políticas o económicas o llegaste con un contrato de trabajo. Habiendo sentido y sufrido todo lo escrito más arriba, consideré que la mejor forma de ayudarme era ayudar también a personas en mi misma situación. Mi titulo de Counselor no me habilitaba en Israel para el trabajo en clínica ya que allí el Counseling es un Doctorado. Como no podía ejercer práctica privada comencé a trabajar en el departamento de absorción para América Latina de la agencia judía, y eso me dio la oportunidad de crear grupos de apoyo para nuevos inmigrantes, familias enteras y mujeres solas, sin flia en sus 40 años o más, donde se patentizaba la soledad y la falta de seguridad, sumado a un idioma difícil y una imposibilidad de armar vínculos. Si bien el país esta preparado para recibir inmigrantes de todo el mundo , la Dra Graciela Spektor, médica argentina que inmigró hace mucho tiempo ,desarrolló un proyecto llamado “ Al Haguesher” que significa: “ Sobre el puente “,fruto de su investigación sobre la inmigración y me habilitó para armar grupos en mi lugar de residencia. No me fue difícil convocar a gente de Chile, Argentina , México, Perú y Brasil, matrimonios con hijos, y otro grupo de mujeres solas. Viví las actitudes plenamente, se generó un espacio donde la aceptación, la contención, el clima de confianza, la intimidad que generaba el hablar el mismo idioma, aunque para los Brasileros fuera el portuñol, fue muy reparador, frente a la hostilidad hacia el nuevo idioma, que no les permitía acceder a las cosas más simples como leer un periódico o ver un noticiero por Tv, la sensación de aislamiento era muy profunda. Los niños entraban directamente a la red escolar y el idioma era captado más rápidamente, por lo tanto eran utilizados como traductores para sus padres, y esa obligación que los convertía en padres de sus padres, generaba una hecatombe en el sistema familiar, donde se trastocaban los roles y los límites caían. Los padres no sabían donde y como colocarse frente a los límites. Frente a este panorama comenzamos a reunirnos una vez por semana, durante dos horas, cada uno contó su historia y el porqué de la decisión. Lo primero que generó el encuentro fue trabajar la diferencia entre lo soñado o proyectado antes de la inmigración y la realidad presente, aceptando las diferencias y la singularidad de cada persona lo que luego facilitó la inclusión en el macro mundo. En este pequeño mundo de tan solo 12 personas se pusieron en evidencias diversos códigos culturales, modos de ser y educar, esta aceptación incondicional por el otro diferente creo una poderosa red grupal, oyente y contenedora. Luego trabajamos la identidad y la pertenencia. Yo le pedí a cada integrante que dibujara un puente entre su país de origen y éste y se coloque en donde ellos sienten que están en este momento. A los hombres les costaba no poder proveer por ahora a su familia, trabajamos entonces debilidades y fortalezas. Siempre centrada en el grupo y su dirección fueron apareciendo temas como autoestima, falta de comunicación, respetar y hacer respetar las individualidades. El grupo respondió maravillosamente a los encuentros, el clima logrado permitió promover la auto-crítica, la auto-aceptación y la auto-actualización. Al final de los 10 encuentros, algunos se dibujaron del otro lado del puente, otros por la mitad, ese fue el desafío para el 2º tiempo de encuentro. Con el grupo de mujeres también la experiencia fue hermosísima, eran un grupo de 8 mujeres, éstas eran solo de Argentina, nos reuníamos en un Centro comunitario femenino dedicado a la recepción de mujeres víctimas de violencia familiar, donde también se realizaba un trabajo con mujeres Árabes musulmanas, cristianas y judías por la paz y la no exposición de los hijos a las guerras. Con las mujeres latinas, clima de confianza excepcional, calidez y aceptación. El hecho de estar solas y tener que valerse por si mismas generó en la inmigración una brusca caída de la autoestima, no saber cómo mantenerse, no tener referentes significativos, no poder vincularse con hombres por no tener el idioma, no poder acceder a cursos, en fin el enemigo era el idioma. Se trabajo el tremendo valor de cada una al decidir este proyecto del nuevo país, armaron grupos de estudio y ayuda con el idioma, armaron una red telefónica para sostenerse en momentos de enfermedad, la red grupal fue el contenedor por excelencia para este grupo que se siguió reuniendo los cuatro años que permanecí en el país. Una de las tareas que realizamos en el grupo fue escribirle una carta al idioma y les transcribo una de esas cartas. Ésta compañera ahora esta en Suecia, en su contínua búsqueda de caminos. Estimado y misterioso Hebreo: Me dirijo a usted para agradecerle la oportunidad de conocerlo y la paciencia que tiene cada día para conmigo. Muchos me han hablado acerca de su fortaleza con la que pudo enfrentar no pocos achaques producidos por los más diversos “virus extranjeros” A pesar de eso hoy goza de buena salud, permítame que lo felicite!! Por el respeto que le tengo, me gustaría no equivocarme tanto cuando lo evoco, querría también analizar con certeza los ocultos matices conceptuales de su voz…; pero debo confesar que me confunde. Al principio me acerque a usted con tantas ganas de aprender todos sus detalles!!!...así reboté contra mi propia soberbia. Me di cuenta que ni yo era tan joven ni era tan capaz, como para absorber rápidamente la novedad de su estilo, ni usted era tan sencillo y además guardaba muchos secretos para mí. A pesar de mi empeño me sentí : “ inútil/sin experiencia “ en las artes de David contra Goliat. Tuve miedo de no poder dar batalla y morí de pánico. Me enojé, pataleé, lloré y me encerré en mi pequeño universo. No sabía entonces, lo apasionante que podría ser desentrañar el misterio oculto de sus códigos, asociar sus conceptos con la practicidad de sus palabras y con la belleza de su antigua sabiduría, en fin en esa época sólo veía en usted un rostro impenetrable. Era incapaz de aprender la partitura de su perfecta sinfonía.. Aún hoy, tanto es desconocido para mí de sus encantos que no puedo leer sus noticias en el diario, ni sintonizar el dial de su emisora. Caminaba por las calles escuchando una orquesta desafinada. Me sentía tan poca cosa….de qué servía todo lo aprendido?, donde estaba mi historia?, mis afectos, mi orgullo, mi dignidad? Hasta mi nombre sonaba diferente!! BIATRIZ!!... dónde se ha visto?? En este camino fui conociendo a otros, con las mismas dificultades y ganas de entenderlo. Muy despacio, caminamos, cada cual a su ritmo, acompañándonos…. Sepa entonces disculpar la lentitud de nuestro aprendizaje, los vaivenes de nuestros compases, y la desprolijidad de nuestros pentagramas. Tal vez un día pueda ejecutar todo un “ movimiento” y quien le dice…todos juntos una hermosa sinfonía? Eso sí, hoy con humildad me atrevo a detallarle mis condiciones para integrar la orquesta. Usted deberá respetar mis autóctonos sonidos, mis propias melodías y mi modo particular de decir SHALON!!( en buen hebreo SHALOM) Con cariño lo saluda. Beatriz Ahora estoy de vuelta , logré cumplir mi deseo de este viaje del héroe, salir de la casa de sus ancestros, lanzarse al camino, luchar con sus demonios y gozar con sus paraísos, probar los frutos dulces y los sabores amargos. He experimentado momentos de gran alegría, me permití reir y llorar, experimenté el amor, mi trabajo en estos 4 años fue integro y enriquecedor, aprendí mucho de mi ser counselor, me acompañe, me sostuve, y ya era hora del regreso. Y tampoco fue y sigue siendo fácil, yo me imaginaba que volver al lugar que creí que era mío por derecho y no es tan así. Aquí estaba mi familia, mis hijos, amigos que eran entrañables, el Counseling, el idioma, aquí yo era local!! Pues no, el experimento volvía a comenzar, el mismo frio que te cala los huesos, códigos cambiados, una ciudad distinta, la gente diferente ( o yo era la diferente?). Los espacios que dejé fueron ocupados, los artistas no eran los mismos, los amigos no eran los mismos, los hijos siguieron su camino, las nietas crecieron, los colegas profesionales cada uno en lo suyo y yo me sentí en un desierto sin ningún oasis donde refugiarme. Por suerte enseguida comencé a trabajar, gente muy querida me abrió las puertas de la docencia, mi cuñada me dio empleo en su empresa, y eso me sostuvo económicamente los primeros tiempos. Empezaron a llegar los consultantes y Oh! casualidad uno de ellos estaba experimentando su vuelta al país. Los mismos sentimientos de soledad, de no encajar, los ruidos, el despiole Argentino, el tango y el mate. La ubicación en el mercado laboral, los problemas políticos. Fue un trabajo mutuo, para ambos, mi distancia óptima y mi empatía a full, cada poro de nuestra piel recibiendo los embates de ésta nueva inmigración, y el ayudar y ayudarse. Ser inmigrante en tu propio país tiene la ventaja del idioma, la flexibilidad te permite adaptarte a los nuevos códigos culturales y la experiencia, esa sensación sentida del afuera me dieron la fortaleza para seguir flexibilizando, para dejar máscaras, para ser más auténtica en el rol, para decir las cosas desde el amor y la congruencia. Sigo en la docencia, sigo formándome, sigo en mi vínculo con consultantes disfruto de un nuevo nieto, empiezo a crear redes… y la vida continua, fluye, irrumpe y aquí estoy con toda mi humanidad recibiéndola. Silvia Dorfman.