Principios para el apoyo técnico

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Principios para el apoyo técnico
Principios para todos
1. Reconocer que las solicitudes de apoyo técnico no son una admisión de fracaso o desempeño deficiente sino que el
apoyo técnico constituye una inversión valiosa y mensurable en las respuestas que los países dan al VIH en la esfera
nacional, regional y local, y que aporta valor agregado a la ejecución de programas.
2. Reconocer que las necesidades técnicas son tanto organizacionales (que incluyen cuestiones de gobierno, liderazgo y
gestión) como temáticas (que incluyen programas de prevención, tratamiento, atención y apoyo relacionados con el VIH).
3. Reconocer que el apoyo técnico tiene como finalidad el desarrollo de capacidad sostenible y de largo plazo y, por eso, no
es un evento extraordinario sino más bien un proceso continuo y cíclico, que requiere inversiones flexibles y a largo plazo,
mientras que, a la vez, se reconoce la necesidad de apoyo excepcional en instancias específicas.
4. Reconocer que la provisión de apoyo técnico no sólo debe ser oportuno sino también prospectivo, que anticipe las futuras
necesidades de apoyo técnico, y que el tiempo tanto de los usuarios como de los proveedores de apoyo técnico es, en
sí mismo, un recurso que, cuando se invierte adecuadamente, contribuirá a desarrollar capacidad sostenible y de largo
plazo.
5. Reconocer que el apoyo técnico debe proporcionarse en consonancia con el contexto cultural, específicamente en
relación al idioma, y con la epidemia de VIH en sí y que debería evolucionar acorde al crecimiento de los países, las
organizaciones y las comunidades.
6. Reconocer que el apoyo a los procesos de aprendizaje horizontal —como la cooperación sur-sur, el hermanamiento
organizacional y el intercambio de conocimiento entre pares—, basados en las enseñanzas adquiridas de la experiencia,
constituye el cimiento para la independencia real, la confianza interna y el desarrollo de capacidad sostenible. El
aprendizaje horizontal puede propugnarse como método y también como metodología.
7. Reconocer que la respuesta al VIH es un proceso autóctono, impulsado a nivel local, que requiere apoyo para encontrar
soluciones que estén fundamentadas en datos epidemiológicos y en pruebas y se desarrollen en el ámbito local. Estas
soluciones pueden ser respaldadas mediante la vinculación de los procesos locales con el aprendizaje más amplio a nivel
bilateral, regional e internacional.
8. Afirmar que el diálogo nacional, el liderazgo y el compromiso son fundamentales para asegurar que la oferta y la demanda
de apoyo técnico se coordinen y armonicen en todos los pasos del proceso, entre ellos, identificación1 y priorización
de las necesidades de apoyo técnico; identificación de las fortalezas colectivas; elaboración de términos de referencia
apropiados; planificación y presupuestación de las actividades de apoyo técnico; ejecución, vigilancia y evaluación del
apoyo técnico; seguimiento de las recomendaciones; y fortalecimiento de la provisión de apoyo técnico futuro.
9. Comprometerse a permitir la participación de personas que viven con el VIH y de mujeres, jóvenes, minorías sexuales
y otras poblaciones clave de mayor riesgo en la identificación de las necesidades de apoyo técnico e incluirlos como
proveedores de apoyo técnico mediante el aporte de recursos y el respaldo a las acciones sostenidas destinadas a mejorar
las capacidades de estos individuos y sus organizaciones.
10. Reconocer que todas las partes son recíprocamente responsables de asegurar que la provisión de apoyo técnico sea
inclusiva, transparente y costo eficaz.
11. Comprometerse a recopilar y hacer públicos —en formatos de fácil comprensión— datos completos sobre las erogaciones
en apoyo técnico y sus resultados, en conformidad con las políticas y normas de funcionamiento de los financiadores y
proveedores del apoyo técnico y las de los donantes en lo que respecta a la publicación de la información.
12. Reafirmar compromiso con los principios de los “Tres unos”,2 la Declaración adoptada en el Foro de Alto Nivel sobre
Armonización celebrado en Roma, Italia (febrero de 2003) y la Declaración de París sobre la Eficacia de la Ayuda al
Desarrollo: Apropiación, Armonización, Alineación, Resultados y Responsabilidad Mutua (marzo de 2005) mediante la
provisión y la ejecución de apoyo técnico en consonancia con ellas.
13. Reconocer que el apoyo técnico generalmente supone viajes extensos y costosos, y esforzarse por reducirlos a través de
medidas como el uso de consultores del país o la región, teleconferencias, enlaces por video y otros medios.
Funciones y responsabilidades de los proveedores de apoyo técnico
1. Ayudar a los usuarios del apoyo técnico, a través de un proceso de diálogo, a determinar sus propios requisitos de desarrollo
de la capacidad y necesidades de apoyo técnico, que incluya elaborar términos de referencia e indicadores de desempeño,
respetar las prioridades de los usuarios y ajustar el apoyo técnico a los planes y ciclos organizacionales y nacionales
relacionados con el sida.
6. Revisar las políticas y los procedimientos en materia de apoyo técnico y ajustarlas a los principios antes mencionados.
2. Ayudar a los gobiernos y asociados a desarrollar y ejecutar el plan nacional de sida del país.
7. Invertir en el desarrollo de su propia capacidad en una variedad de aptitudes —entre ellas, planificación e investigación
clínica, epidemiológica, social, de vigilancia y evaluación y de gestión, y la participación de la comunidad— de manera que el
apoyo técnico esté determinado por las necesidades y prioridades, sea culturalmente apropiado, coordinado, vigilado y de
buena calidad.
3. Apoyar la planificación y la presupuestación proactivas para el apoyo técnico, por ejemplo, a través del otorgamiento de
subvenciones desvinculadas que permitan a los usuarios financiar las prioridades identificadas por ellos mismos.
8. Velar por la confidencialidad y el respeto al cliente (solicitante del apoyo técnico), independientemente de la fuente de
financiación.
4. Maximizar el uso de los sistemas de adquisiciones, gestión financiera y notificación del país.
9. Como parte del proceso de preparación, llevar a cabo una evaluación rápida pero integral de la situación a fin de asegurarse
de que no haya duplicación del trabajo de otros donantes o iniciativas nacionales.
5. Asegurar que el apoyo técnico sea de alta calidad y esté a cargo de proveedores profesionales y capacitados y, cuando sea
posible, de expertos técnicos locales. En los casos en que esta última opción sea menos factible, hacer todo lo posible por
utilizar expertos externos de manera tal que intensifique la idoneidad local.
10. Comprometerse a desarrollar y transferir competencias técnicas en lugar de simplemente llevar a cabo un trabajo concreto.
11. Apoyar a los institutos locales de investigación y otras instituciones locales para desarrollar la capacidad técnica del país.
Funciones y responsabilidades de los usuarios de apoyo técnico
1. Asumir la responsabilidad de:
• definir las áreas que desean fortalecer, sus propias necesidades de desarrollo de la capacidad en consonancia con el plan estratégico de su organización y el plan nacional de sida del país;
• elaborar planes para satisfacer estas necesidades, en colaboración con los proveedores de apoyo técnico, identificando qué apoyo necesitan de ellos, incluso para identificar las necesidades de apoyo técnico.
5. Ofrecer oportunidades e incentivos para el personal organizacional de los usuarios del apoyo técnico con el objeto de
desarrollar su capacidad y utilizar los conocimientos prácticos adquiridos.
6. Documentar y difundir, cuando sea pertinente, los resultados del apoyo técnico a las comunidades en que éste se lleva a
cabo.
7. Seguir y ejecutar las recomendaciones derivadas del apoyo técnico, según corresponda.
2. Planificar el apoyo técnico mediante la elaboración de procedimientos y mecanismos, como términos de referencia, criterios de selección y desempeño, productos para entregar, comités directivos, etc., a fin de facilitar la ejecución oportuna y
eficaz del apoyo técnico.
8. Revisar las políticas y los procedimientos en materia de apoyo técnico y ajustarlas a los principios antes mencionados.
3. Promover y apoyar activamente el uso de proveedores de apoyo técnico locales, en especial de personas que viven con el
VIH y representantes de poblaciones clave de mayor riesgo, incluso dando prioridad al mejoramiento de su capacidad.
10. Evaluar, articular y calcular los costos de las necesidades de desarrollo de la capacidad y las actividades anticipadas de
apoyo técnico en las propuestas de financiamiento.
4. Cuando sea razonable, impulsar procesos de licitación competitiva para el apoyo técnico.
9. Asignar un punto focal de apoyo técnico que se asegure que el equipo de apoyo técnico tenga acceso a las personas, el
espacio y el apoyo del liderazgo necesarios para ayudar al cambio.
11. Ofrecer opiniones a los proveedores de apoyo técnico sobre si el apoyo brindado ha cumplido las expectativas y cómo
puede mejorarse en el futuro.
La identificación correcta supone identificar necesidades modestas de apoyo técnico sobre la base de las capacidades y posibilidades locales, que si se satisfacen permitirán a los usuarios del apoyo técnico a realizar avances graduales en el desarrollo.
Los “Tres unos” instan a los asociados internacionales y nacionales para ajustar sus iniciativas en torno a un marco acordado de acción contra el sida, coordinado por una autoridad nacional de coordinación del sida con un mandato multisectorial de amplio alcance y vigilado a través de un
sistema nacional de vigilancia y evaluación.
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