James Fenimore Cooper (1789-1851), autor de The Last of the Mohicans (1826) James Fenimore Cooper (1789-1851) nació en Burlington, Nueva Jersey, y es considerado el primer gran escritor americano de ficción. Se educó en Albany, Nueva York, y en Yale (New Haven, Connecticut, de donde fue expulsado por una falta menor) y mantuvo relaciones con varias familias aristocráticas americanas. Su tema literario por excelencia es la vida en la frontera, el forzado mestizaje cultural entre blancos e indios. Cooper escribió 34 novelas de aventuras, en las que relata la vida de los pioneros y sus enfrentamientos con los pieles rojas. Entre sus obras, destacaremos Los pioneros (1823), La pradera (1827), El trampero (1840) y El cazador de ciervos (1841). Pero sin duda su obra maestra es The Last of the Mohicans, El último mohicano (1826), traducida a veces por El último de los mohicanos, ambientada en un sangriento episodio de la historia americana: el asedio, rendición y masacre de los colonos y soldados ingleses del fuerte William Henry a cargo de las fuerzas francesas y sus aliados indios, los iroqueses, durante la guerra anglo-francesa de 1756-1763 o guerra de los Siete Años, una guerra cruenta que se ha definido también como “la primera guerra mundial”, ya que produjo más de un millón de muertos. Lo cierto es que las tropas inglesas se rindieron al general francés Louis-Joseph de Montcalm, marqués de Montcalm, pero sus aliados iroqueses masacraron a los prisioneros. La versión narrativa de Cooper ha sido tildada de exagerada, poco objetiva. El libro fue publicado en 1826 por Messrs. Carey & Lea, de Filadelfia, y tuvo un gran éxito en América y Europa. La acción transcurre en las tierras salvajes de la frontera canadiense, donde los mohicanos Chingachgook y su hijo Uncas, junto con los indios delaware y con su aliado blanco Ojo de Halcón (Hawkeye), luchan por sobrevivir, al lado del joven oficial inglés, el mayor Duncan Heyward. En el lado de los enemigos, está el cruel Magua, jefe de los hurones o iroqueses. Las bellas hijas del coronel George Munro, Alice –rubia- y Cora Munro –morena y mulata-, añaden interés romántico a la historia, una lucha feroz en defensa de los ideales y de la forma de vida de los mohicanos, que finalmente desaparecen de la faz de la tierra, víctimas de un triste genocidio. La novela ha sido llevada al cine con gran éxito y forma parte del imaginario colectivo americano. Hay varias versiones, la última de 1992, dirigida por Michael Mann y protagonizada por el oscarizado Daniel Day Lewis. Página 1 de 4 Las muertes de los jóvenes enamorados, la bella Cora (que era una cuarterona, hija del coronel Munro y una negra caribeña) y el valiente Uncas, que serán enterrados juntos, ha hecho llorar a muchas generaciones estadounidenses y da una visión romántica del mestizaje racial. El título se debe a las palabras que pronuncia el jefe Chingachgook: "Cuando Uncas siga mis pasos, no quedará ya nadie de la sangre de los sagamores, pues mi hijo es el último de los mohicanos." También se menciona el título cerca del final del libro, cuando otro personaje, el anciano y sabio indio delaware Tamenund, dice: "He vivido para ver al último guerrero de la sabia raza de los mohicanos." La expresión “El último de…”, “Los últimos de…” ha pasado a utilizarse para designar a una raza o grupo en peligro de extinción, como en el título de la película Los últimos de Filipinas, sobre los últimos militares coloniales españoles en aquellas islas del Pacífico. La obra puede entenderse en un sentido colonialista, como apoyo a la necesidad de la conquista inglesa, o como un canto de cisne al mundo ecológico y salvaje de los indios, condenado a desaparecer por el empuje del hombre blanco. Cooper crea los arquetipos del hombre de frontera, fuerte, noble y audaz (Hawkeye) y del indio sabio, estoico y noble (Chingachgook). En la novela contrastan fuertemente la lentitud descriptiva del autor con la violencia cruel de lo que está narrando, algo muy característico de su estilo. Mark Twain se burlaba de la verborrea del escritor, de su morosidad narrativa y su falta de variedad. Lo cierto es que Cooper tiene varios tics narrativos que retardan la acción. Por ejemplo, le gusta usar varios nombres para un mismo personaje. Por ejemplo: Nathaniel Bumppo se llama a sí mismo Natty, pero los mohicanos lo llaman Hawkeye ("Ojo de halcón") y los franceses y sus aliados hurones usan el término La Longue Carabine (Rifle Largo); además, su rifle se llama Killdeer, igual que la espada de los caballeros tiene también su sobrenombre. Chingchgook se llama también The Great Serpent, La Gran Serpiente. A los iroqueses se los llama maquas, hurones y mingos. A los delaware se los conoce también como los Leni-Lenape. A Magua, el malo de la obra, se lo conoce también como Le Renard Subtil o Zorro Astuto. Al marqués de Montcalm lo llaman sus aliados los hurones "El gran padre blanco de los Canadás". Cooper fue muy admirado por el francés Honoré de Balzac. En su novela trató el tema de la aniquilación india. También destacó el papel de las mujeres en la colonización. Alice y Cora, por ejemplo, enseñan a los demás los valores de la misericordia y la compasión. Cooper parece decir que es inevitable el triunfo de la “civilización”, pero al tiempo muestra qué Página 2 de 4 rápidamente esa supuesta cultura superior se vuelve más salvaje y sangrienta que la de los llamados “salvajes”. Algunos fragmentos ¿Civilizados o salvajes? Alice Munro acaba de conocer a Uncas y ve su extraordinario valor y atractivo humano. “She turned to Duncan and whispered, “I cannot believe that such a fearless and generous man as Uncas could do the terrible things that we hear and read about.” “You are right about Uncas, but don’t forget that noble qualities are rare in any race,” answered Duncan. “It is the French and we English who have introduced one of the cruellest customs in this war, the taking of scalps. Both sides pay their Indian allies by the number of enemies they have killed. The scalps are cut from the heads of men, women and children, both whites and Indians, for money. Much of the money is spent on whisky, which is ruining entire tribes” (Chapter 4, p. 19) Cuidados indios Cora pregunta a Hawkeye cómo sabe tantas cosas de los indios y habla tan bien su lengua. Él responde: “Hawkeye thought about her question for a moment before beginning his answer. “I suppose to ladies like you and your sister, it must seem strange. But my story is simple. My parents came to these new lands and I passed my early years in the frontier settlements. My parents took land and cut and clear the forest to make a garden. They both became ill and died when I was only six years old and I was left alone in the forest. Chingachgook found me, and raised me as his own son. It has been a father to me, and Uncas has been my brother. Chingachgook taught us about hunting and the forest and the wisdom of the Indians. When we were older, he sent us to a missionary school so that we could learn the language of the white man and his way of thinking. But in most things, I still think and act like an Indian”. (Chapter 4, p. 20) Los nombres indios Cuando Hawkeye encuentra al músico le pregunta cuál es su nombre y este dice llamarse David Gamut. Esto responde Ojo de Halcón: “It is a very good name”, said Hawkeye. “I am an admirer of names, although I like the Indian fashion in names more. Indian names are more honest than ours and reflect the person’s nature. Did you know that Chingachgook means ‘The Great Serpent’? It means that he understands the turnings of human nature, he is silent, and he attacks his enemies when they least expect it.” (Chapter 4, pp. 20-21). Página 3 de 4 Los orígenes de Cora Munro El mayor Duncan pide al coronel Munro la mano de su hija Alice y, hablando, este le informa de los orígenes de su otra hija, la mulata Cora. “Well, she doesn’t look like other English girls,” said Munro. “Her skin is dark, because her mother was from the West Indies. I used to live there, you know. Cora’s mother died a few years after Cora was born, so I returned to England and married again. Alice was born soon afterwards, but her mother also died while giving birth to her” (Chapter 7, p. 40) Bibliografía Cooper, James Fenimore, The Last of the Mohicans, retold by Kate O’Brien. Chipre, Burlington Books, 1998. Wikipedia, voces “James Fenimore Cooper” y “El último mohicano”, https://es.wikipedia.org/wiki/James_Fenimore_Cooper y https://es.wikipedia.org/wiki/El_%C3%BAltimo_mohicano Página 4 de 4