-----------------------------------------------------------------------------------------------------------Pacientes neutropénicos con cáncer: Protocolo 2002 para el uso de agentes antimicrobianos INTRODUCCION Este artículo, preparado por el Panel de Neutropenia y Fiebre de la Infectious Diseases Society of America (I.S.D.A.), actualiza el protocolo establecido en la década pasada y revisado en 1997 [1] por la I.S.D.A. El propósitos de estos lineamientos es asistir a los internistas, pediatras y médicos de familia en el tratamiento de los pacientes neutropénicos con fiebre que presentan cáncer y otras enfermedades mielosupresivas subyacentes. El protocolo fue preparado por un panel de expertos en oncología y enfermedades infecciosas, revisado por un grupo externo de médicos expertos, revisado y aprobado por el Comité de Protocolos para la Práctica y aprobado y publicado por la I.S.D.A.. Es importante tener en cuenta que los protocolos son generales y deben ser aplicados sensatamente con respecto a las variaciones en los pacientes individuales y tipos de infecciones, zonas en las cuales el pacientes está siendo tratado, patrones de susceptibilidad antimicrobiana, causas subyacentes de neutropenia y tiempo estimado de recuperación. Las recomendaciones están basadas, cuando fue posible, en publicaciones científicas e información ampliamente revisada que ha sido formalmente presentada en congresos nacionales e internacionales. Cuando no pudieron realizarse recomendaciones firmes, generalmente como consecuencia de información científica inadecuada, el Panel de la I.S.D.A. ha ofrecido sugerencias basadas en el consenso de sus miembros, quienes tienen amplia experiencia en el tratamiento de pacientes neutropénicos. Estos lineamientos han derivado principalmente del conocimiento y al experiencia con neoplasias hematopoyéticas y linfoproliferativas, pero pueden aplicarse en general a pacientes neutropénicos febriles con otras enfermedades neoplásicas. Se ha intentado estimar la validez de una recomendación particular o directriz a través del uso del sistema de estimaciones descrito en el protocolo de 1997 (tabla 1) [1]. Una clasificación de la A a la E indica la validez de esta recomendación y los numerales romanos de I a III indican la calidad de la evidencia. Estas clasificaciones se presentan entre paréntesis, luego de recomendaciones específicas. Tabla 1 Sistema de Clasificación del Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos y de la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas para la recomendación de clasificaciones en las directrices clínicas. Categoría, grado Validez de la recomendación A B C D E Quality of evidence I Definición Buena evidencia que avala una recomendación para su uso Moderada evidencia que avala una recomendación para su uso Pobre evidencia que avala una recomendación Moderada evidencia que avala una recomendación contra su uso Buena evidencia que avala una recomendación contra su uso Evidencia de 1 estudio controlado randomizado apropiadamente www.intramed.net Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2003 Página 1 -----------------------------------------------------------------------------------------------------------II Evidencia de estudio clínico bien diseñado, sin randomización; de estudios de cohorte o analíticos de casos controlados (preferiblemente de >1 centro); de series temporales múltiples o de resultados dramáticos de experimentos no controlados Evidencia proveniente de opiniones de autoridades respetadas, basadas en la experiencia clínica, estudios descriptivos o reportes de comités de expertos III No existe un esquema específico, droga o combinación de drogas, como así tampoco períodos de tiempo de tratamiento que puedan ser unívocamente aplicados a todos los pacientes neutropénicos febriles. Cuando es posible, es aconsejable consultar un especialista en enfermedades infecciosas que tenga hondos conocimientos en infecciones en los huéspedes inmunocomprometidos. La mayoría de la información y las recomendaciones realizadas en la página 23 del protocolo de 1997 [1] aún son válidas. Para que las directrices actualizadas sean más simples y amenas en su lectura, parte de la información de base y referencias de la versión de 1997 no se han incluido en el material nuevo. No se ha dirigido el manejo de alergias relacionadas a las drogas y otros efectos adversos provocados por las drogas, debido a los limitados datos específicos relacionados con pacientes neutropénicos. Los principios generales de práctica para los pacientes no neutropénicos también pueden utilizarse en pacientes neutropénicos. CARACTERÍSTICAS CLINICAS DEL HUESPED NEUTROPÉNICO Al menos la mitad de los pacientes neutropénicos que desarrollan fiebre tienen una infección establecida u oculta y al menos una quinta parte de los pacientes con un recuento neutrófilo <100 células/mm3 tienen bacteremia. Se ha realizado una lista de los organismos que causan la bacteremia (tabla 2). Los hongos son causas comunes de infección secundaria en pacientes neutropénicos que han recibido cursos de antibióticos de amplio espectro y pueden provocar infecciones primarias. Tabla 2 Causas bacterianas de episodios febriles en pacientes neutropénicos. Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Achromobacter xylosoxidans Alcaligenes xylosoxidans Burkholderia cepacia Chryseobacterium meningosepticum Cocos y bacilos anaeróbicos Cocos y bacilos gram-negativos Cocos y bacilos gram-positivos Corynebacterium speciesa Enterococcus faecalis/faeciuma Enzima negativa (Staphylococcus epidermidis y otros) Enzima positiva (Staphylococcus aureus) Escherichia colia Especies de Acinetobacter Especies de Bacillus Especies de Bacteroides Especies de Capnocytophaga Especies de Chromobacterium Especies de Citrobacter Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Especies Especies Especies Especies Especies Especies Especies Especies Especies Especies Especies Especies Especies Especies Especies Especies Especies Especies de de de de de de de de de de de de de de de de de Clostridium Edwardsiella Eikenella Enterobacter Erwinia Flavobacterium Fusobacterium Gardnerella Hafnia Kingella Legionella Leuconostoc species Methylobacterium Moraxella Morganella Neisseria Peptococcus de Peptostreptococcus www.intramed.net Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2003 Página 2 -----------------------------------------------------------------------------------------------------------Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Especies de Propionibacterium Especies de Proteus Especies de Providencia Especies de Pseudomonas (además de la P. aeruginosa) Especies de Salmonella Especies de Shigella Especies de Veillonella Flavimonas oryzihabitan Fusobacterium nucleatum Grupo de Viridans Haemophilus influenzae Klebsiella speciesa Lactobacillus rhammesus Leptotrichia buccalis Listeria monocytogenes Pseudomonas aeruginosaa Serratia marcescens Staphylococcus speciesa Stenotrophomonas maltophilia Stomatococcus mucilaginosus Streptococcus pneumoniae Streptococcus pyogenes Streptococcus speciesa Vibrio parahaemolyticus Yersinia enterocolitica Las principales zonas anatómicas de infección incluyen frecuentemente el tracto alimentario, donde el daño de la mucosa inducido por la quimioterapia contra el cáncer permite la invasión de organismos oportunistas. De manera similar, el daño del integumento por procedimientos invasivos, como la colocación de dispositivos de acceso vascular, habitualmente proporcionan portales de entrada a los organismos infecciosos. Definiciones Fiebre. Una temperatura que es claramente mayor que la normal constituye un estado febril. En la práctica, una temperatura oral única 38.3°C (101°F), en ausencia de causas ambientales obvias, es generalmente considerada como fiebre. Una temperatura 38.0°C (100.4°F) durante 1 hora indica un estado febril. Neutropenia. Cuando el recuento neutrófilo disminuye a <1000 células/mm3 , se puede suponer que aumentará la susceptibilidad a la infección, con una frecuencia y severidad inversamente proporcional al recuento neutrófilo [2 4]. Los pacientes con recuentos neutrófilos <500 células/mm3 se encuentran en un riesgo considerablemente mayor de infección que aquellos con recuentos <1000 células/mm3 y los pacientes con recuentos 100 células/mm3 se encuentran en mayor riesgo que aquellos con recuentos <500 células/mm3 . Además de la cantidad de neutrófilos circulantes, la duración de la neutropenia es un determinante importante de infección. Un nadir bajo en el recuento neutrófilo y una prolongada neutropenia (es decir, un recuento neutrófilo <500 células/mm3 durante 10 días) son importantes factores de riesgo de una infección inminente [2, 5]. Además de los cambios cuantitativos en los recuentos neutrófilos, las anormalidades en la función fagocítica u otros déficits en la respuesta inmune pueden aumentar el riesgo de infección en un huésped neutropénico. www.intramed.net Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2003 Página 3 -----------------------------------------------------------------------------------------------------------EVALUACION Los síntomas y signos de inflamación pueden ser mínimos o estas ausentes en el pacientes neutropénico severo, especialmente si está acompañado de anemia [6]. La disminución o ausencia de endurecimiento, eritema y pustulación como respuesta a la infección bacteriana deja al paciente con una infección cutánea sin la celulitis típica, una infección pulmonar son infiltrados reconocibles a partir de una radiografía, meningitis sin pleocitosis en el CSF e infección del tracto urinario sin piuria. No obstante , debe realizarse una búsqueda para determinar síntomas y signos sutiles, Incluyendo dolor en las zonas que están más frecuentemente infectadas. Estas regiones son el periodonto; la faringe; el esófago inferior; el pulmón; el perineo, incluyendo el ano; el ojo (fondo) y la piel, incluyendo las zonas de aspiración de médula espinal, zonas de acceso de catéteres vasculares y tejido circundante a las uñas. Deben tomarse muestras inmediatamente para el cultivo para determinar bacteria y hongos. Si el dispositivo de acceso venoso central se encuentra colocado, algunas autoridades, incluyendo el nuevo "Protocolo de la I.S.D.A. para el Manejo de Infecciones Relacionadas con el Catéter Intravascular " [7], recomiendan que se tomen 1 grupos de muestras sanguíneas para el cultivo del lumen del dispositivo, así como de una vena periférica. Otros investigadores creen que un cultivo solo proveniente de una muestra sanguínea obtenida de un catéter venoso central es inadecuado [8, 9]. Los cultivos sanguíneas cuantitativos, a pesar de que no son rutinariamente recomendados para todos los pacientes, pueden ser útiles en aquellos pacientes en quienes se sospecha una infección relacionada al catéter, en quienes deberían compararse las muestras obtenidas de un catéter venoso central y una vena periférica [7, 10]. Un alto grado de bacteremia (>500 cfu/mL) está asociado con índices de morbilidad y mortalidad mayores que en un bajo grado de bacteremia [11]. El rendimiento de las muestras aisladas bacterianas y micóticas está relacionado con los sistemas de cultivo utilizados [12] y el volumen de las muestras sanguíneas [13]. Los laboratorios de diagnóstico microbiológico deben estar actualizados acerca de los desarrollos tecnológicos nuevos relacionados con los organismos causativos solo en los huéspedes neutropénicos. Si una zona de entrada de catéter está inflamada o drenando, el fluido saliente debería ser examinado con un colorante de Gram y un cultivo para determinar bacterias y hongos. Si estas lesiones son persistentes o crónicas, las coloraciones y los cultivos deber realizarse para determinar la presencia una micobacteria no tuberculosa [14]. No se obtiene información demasiado útil cuando se realizan cultivos de rutina de muestras tomadas de la narina, orofaringe, orina y recto, cuando no existen lesiones o enfermedad. Sin embargo, para controlar la infección, el cultivo de muestra nasales anteriores pueden revelar colonización con Staphylococcus aureus resistente a la meticilina, neumococos resistentes s la penicilina o especies de Aspergillus y el cultivo de muestras rectales puede revelar Pseudomonas aeruginosa, vacilos gram-negativos resistentes a varias drogas o enterococos resistentes a la vancomicina. Estos resultados analizados en conjunto pueden ser útiles para el control de la infección. La Candida tropicalis en cultivos de vigilancia ha sido asociada con un mayor riesgo de padecer una infección debido a sus hongos [15]. www.intramed.net Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2003 Página 4 -----------------------------------------------------------------------------------------------------------La sospecha de una diarrea de etiología infecciosa debería ser evaluada de acuerdo al "Ptotocolo de Práctica de la I.S.D.A. para el Manejo de la Diarrea Infecciosa " [16]. El cultivo de muestras de orina está indicado si existen signos o síntomas del tracto urinario, si se encuentra colocado un catéter en la región o si los hallazgos en el análisis de orina son anormales. No se recomienda el examen de muestras de CSF como un procedimiento de rutina, pero debe considerarse si hay sospecha de infección del CNS y si no existe trombocitopenia o es manejable. Deben considerarse las radiografías torácicas si se observan signos o síntomas de anormalidades en el tracto respiratorio. Algunos expertos recomiendan las radiografías torácicas para personas que son tratadas como pacientes externos, aunque no haya evidencia de infección pulmonar. Una radiografía inicial es útil para los pacientes neutropénicos que desarrollan posteriormente síntomas respiratorios o presentan evidencia de un infiltrado, pero no es costo efectiva como procedimiento de rutina. Es importante tener presente que la CT de alta resolución podría revelar evidencia de neumonía en más de la mitad de los pacientes neutropénicos febriles con hallazgos normales en las radiografías torácicas [17]. La aspiración o biopsia de las lesions cutáneas sobre las que se sospecha infección deben realizarse para someter las muestras a un estudio citológico, colorante de Gram y cultivos [18]. El recuento celular sanguíneo completo y la determinación de los niveles de creatinina en suero y nitrógeno ureico son necesarios para suministrar atención de apoyo y para monitorear la posible ocurrencia de toxicidad por drogas. Estos estudios deben realizarse al menos cada 3 días durante el curso de una terapia con antibióticos intensiva. El uso de algunas drogas, como la amfotericina B, podría requerir una medición más frecuente de la creatinina, así como de los niveles de los electrolitos. El monitoreo de los niveles de transaminasa en suero es aconsejable en pacientes con cursos complicados o sospecha de daño hepatocelular. Los niveles de la proteína reactiva C circulante, IL-6, IL-8 y procalcitonina podrían verse afectados por la bacteremia en los pacientes neutropénicos con fiebre [19 22] aunque esta asociación no es lo suficientemente consistente para recomendar su uso en la práctica clínica. Recomendaciones para la evaluación. La evaluación inicial debe consistir en un exámen físico completo; un recuento celular sanguíneo completo; medición de los niveles séricos de creatinina, nitógeno ureico y transaminasas y cultivo de muestras sanguíneas (obtenidas de una vena periférica y/o un catéter). Una radiografía torácica está indicada para los pacientes con signos o síntomas respiratorios o si se planea el manejo como paciente externo (B-III). TERAPIA INICIAL CON ANTIBIÓTICOS Dado que la progresión de la infección en los pacientes neutropénicos puede ser rápida y dado que estos pacientes con infecciones bacterianas tempranas no pueden distinguirse con certeza de los pacientes sin infección en el momento del examen inicial, debe administrarse inmediatamente una terapia con antibióticos empírica a todos los pacientes neutropénicos en el momento de comienzo de la fiebre (figura 1). Los pacientes sin fiebre que son neutropénicos pero que presentan signos o síntomas compatibles con una infección también deben ser sometidos a una terapia con antibióticos empírica de la misma manera que los pacientes con fiebre. www.intramed.net Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2003 Página 5 -----------------------------------------------------------------------------------------------------------Figura 1 Algorritmo para el manejo inicial de pacientes neutropénicos febriles. Ver tablas 3 y 4 para observar el sistema de clasificación de pacientes en bajo riesgo. Carbapenem, imipenem o meropenem. Actualmente, la bacteria Gram-positiva (tabla 2) da cuenta del 60% al 70% de las infecciones documentadas microbilógicamente, a pesar de que el índice de infecciones gram-negativas se encuentran en aumento en algunos centros médicos. Algunos de los organismos gram-positivos pueden ser resistentes a la meticilina y además, ser susceptibles solo a la vancomicina, la teicoplanina (la cual no se encuentra actualmente disponible en los Estados Unidos), la quinupristina-dalfopristina y la linezolida. Estas son generalmente infecciones más indolentes (por ejemplo, infecciones debidas al estafilococo coagulasa negativo, enterococo resistente a la vancomicina o Corynebacterium jeikeium) y unos días de atraso en la administración de una terapia específica puede no ser perjudicial para el resultado del paciente, a pesar de que puede prolongar la duración de la hospitalización. Otra bacteria grampositiva (S. aureus, esterptococo viridans y neumococo) puede provocar infecciones fulminantes que terminen en complicaciones serias o muerte si no son tratadas de manera inmediata [23, 24]. Los bacilos gram-negativos, especialmente especies de P. aeruginosa, Escherichia coli y Klebsiella (tabla 2), continuan siendo causas importantes de infección y deben ser tratadas con antibióticos seleccionados [25 29]. A pesar de que las infecciones micóticas son generalmente superinfecciones, en algunos casos especies de Candida u otros hongos pueden provocar infecciones primarias. www.intramed.net Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2003 Página 6 -----------------------------------------------------------------------------------------------------------En la selección del régimen inicial con antibióticos, debe considerarse el tipo, frecuencia de la ocurrencia y la susceptibilidad a los antibióticos de muestras bacterianas aisladas tomadas de otros pacientes en el mismo hospital. El uso de ciertos antibióticos puede estar limitado por circunstancias especiales, como alergia a la droga o disfunción orgánica (por ejemplo, renal o hepática). Algunas drogas como la cisplatina, amfotericina B, ciclosporina, vancomicina y aminoglucósidos, deberían evitarse en combinación, si es posible, debido a la toxicidad renal adicional [30]. Las concentraciones de droga en plasma deben ser monitoreadas cuando sean útiles para la predicción de éxito terapéutico y toxicidad (por ejemplo, aminoglucósidos). Los dispositivos de acceso vascular (por ejemplo, catéteres de Hickman-Broviac o puertos subcutáneos) pueden dejarse en su lugar durante el tratamiento con antibióticos en la mayoría de los pacientes, incluso si se detecta infección de una zona de entrada local o una bacteremia relacionada al catéter (A-II). La S. aureus y los estreptococos coagulasa negativos son las causas más frecuentes de infecciones asociadas al catéter [31, 32] y generalmente responden al tratamiento con antibióticos parenterales sin remoción del catéter, a menos que se haya establecido una infección por el túnel (B-II) [31]. Es probable una respuesta a la terapia con antibióticos sola y las complicaciones son menos probables con las infecciones relacionadas al catéter con estreptococos coagulasa negativos, aunque puede requerirse la remoción del catéter para la cura, más allá de la etiología, si la infección es recurrente o si no se observa una respuesta a los antibióticos a los 2 ó 3 días de iniciada la terapia. La evidencia de un túnel subcutáneo o infección periportal, embolia séptica e hipotensión asociadas al uso del catéter son indicaciones para la remoción, junto con la administración inmediata de antibióticos (A-II). La remoción del catéter combinada con un debridamiento exhaustivo del tejido infectado también se aconseja en pacientes con una infección microbacteriana atípica (A-II) [33]. La bacteremia debida a especies de Bacillus, P. aeruginosa, Stenotrophomonas maltophilia, C. jeikeium o estreptococos resistentes a la vancomicina y la fungemia como consecuencia de especies de Candida [7], generalmente responden pobremente al tratamiento con antimicrobianos y se recomienda la rápida remoción del catéter, cuando es posible (C-III). Las infecciones establecidas con especies de Acinetobacter también requieren con frecuencia de a l remoción del catéter infectado. Algunos investigadores han propuesto para complementar la terapia sistémica el uso de catéteres impregnados con antibióticos, la administración de antibióticos a través del lumen del catéter comprometido, la rotación de la administración de antibióticos a través de los catéteres multilumen y el uso de soluciones cerradas de heparina con antibióticos ("terapia cerrada con antibióticos "). Dichas prácticas aún son controversiales y ninguna puede recomendarse como una práctica estándar para todos los pacientes. Para seleccionar el tipo de aplicación, se recomienda leer el protocolo 2001 para el manejo de las infecciones relacionadas con un catéter intravascular, el cual fue desarrollado de manera conjunta entre la I.S.D.A., el Colegio Americano de Medicina Crítica y la Sociedad Americana de Epidemiología [7]. La vancomicina no debe utilizarse como rutina para la profilaxis de los catéteres. Actualmente también hay escasos datos disponibles que permitan recomendar el uso como complemento de rutina de la urocinasa para el manejo de la infección relacionada al catéter. www.intramed.net Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2003 Página 7 -----------------------------------------------------------------------------------------------------------A pesar de las gran cantidad de estudios que se han llevado a cabo desde la década del ‘70, no puede recomendarse un único régimen terapéutico empírico para el tratamiento inicial de los pacientes febriles con neutropenia. Los resultados entre distintos estudios muchas veces no son comparables, debido a las definiciones de las enfermedades infecciosas y a que el criterio utilizado para evaluar la respuesta a la terapia varía considerablemente [34, 35]. A pesar de que existe un cierto consenso acerca de que muchos regímenes con antibióticos son efectivos en el control de la infección con una toxicidad mínima, una cuidadosa selección basada en los patrones locales de infección y las susceptibilidades a los antibióticos puede mejorar la eficacia al mismo tiempo que se mantiene la seguridad y se minimizan los costos. Por ejemplo, muchos estudios han indicado que no todos los antibióticos con -lactama son igualmente efectivos, al menos en ciertas instituciones. La resistencia a los antibióticos entre los bacilos gram-negativos puede limitar la eficiencia de algunas -lactamas en algunas instituciones [36 38]. Nivel de riesgo para los antibióticos orales y el manejo de pacientes externos El tratamiento de pacientes neutropénicos febriles cuidadosamente seleccionados solo con antibióticos orales podría ser factible para adultos en bajo riesgo de padecer complicaciones (A-I) [39 53]. En general, el uso de antibióticos por vía oral debería considerarse únicamente para pacientes que no presentan focos de infección bacteriana o síntomas y signos que sugieran infección sistémica (por ejemplo, escalofríos, hipotensión) distintos a la fiebre. Algunos pacientes puede recibir sin inconvenientes la terapia prescripta como pacientes externos, a pesar de que muchos estudios que han recomendado el tratamiento con antibióticos orales incluyeron pacientes hospitalizados [43, 45]. La observación de vigilancia y el rápido acceso a una atención médica apropiada debe asegurarse las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Para muchos pacientes y algunas instituciones, la terapia de pacientes externos no es aconsejable. Los pacientes con recuentos fagocíticos en recuperación son frecuentemente considerados mejores candidatos para el tratamiento como pacientes externos que aquellos con recuentos reducidos o sin indicaciones de recuperación de la médula espinal. Los factores que favorecen el bajo riesgo de infecciones serias entre los pacientes neutropénicos febriles y que han sido identificados en estudios controlados, han sido listados en la tabla 3 [4, 42 53]. Estas características pueden servir como lineamientos para la selección de sujetos para una terapia como pacientes externos. Un estudio colaborativo internacional reciente de 1.139 pacientes febriles y neutropénicos con una malignidad establecieron y validaron un sistema de puntuación para identificar, en el momento del examen inicial con fiebre, aquellos pacientes que presentan bajo riesgo para las complicaciones, incluyendo mortalidad [50]. Los factores asociados con un menor riesgo de complicaciones y un índice mayor de resultados favorables (P < .001) fueron los siguientes: edad <60 años (sin incluir niños), cáncer en remisión parcial o completa, sin síntomas o síntomas leves o moderados de enfermedad, estado de paciente externo en el momento del inicio de la fiebre, temperatura <39.0°C, hallazgos normales en las radiografías torácicas, ausencia de hipotensión, índice respiratorio 24 exhalaciones/minuto, ausencia de enfermedades pulmonares crónicas, ausencia de diabetes mellitus, ausencia de confusión u otros signos de alteración del estado mental, ausencia de pérdida sanguínea, ausencia de deshidratación, sin www.intramed.net Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2003 Página 8 -----------------------------------------------------------------------------------------------------------antecedentes de infección micótica y sin uso de terapia antimicótica durante los 6 meses previos a los exámenes iniciales con fiebre. Se asignaron los pesos en números enteros a 7 características, para desarrollar un puntaje de índice de bajo riesgo (tabla 4), el cual fue posteriormente evaluado para su validación. Un puntaje de índice de riesgo 21 identificó pacientes en bajo riesgo con un valor predictivo positivo del 91%, una especificidad del 68% y una sensibilidad del 71%. Este estudio es compatible con estudios anteriores de Talcott et al [51]. La base de datos para este sistema no incluye infantes y niños. Tabla 3 Factores que favorecen el bajo riesgo para la infección severa en pacientes con neutropenia. Recuento neutrófilo absoluto 100 células/mm3 Recuento monocítico absoluto 100 células/mm3 Hallazgos normales en una radiografía torácica Resultados cercanos a los normales en estudios de la función renal y hepática Duración de la neutropenia <7 días Resolución de la neutropenia esperada en <10 días Sin infección en la zona de un catéter intravenoso Evidencia temprana de recuperación de la médula ósea Neoplasia en remisión Temperatura máxima <39.0°C Sin cambios neurológicos o mentales Sin enfermedad Sin dolor abdominal Sin complicaciones comóbidas a NOTA Los datos fueron adaptados de la siguiente bibliografía: [4, 42 49, 51 53]. a Condición concomitante de importancia (Por ejemplo, shock, hipoxia, neumonía u otra infección orgánica profunda, vómitos o diarrea). Tabla 4 Indice de puntuación para la identificación de pacientes neutropénicos en bajo riesgo en el momento de la presentación con fiebre. Characteristic Sin enfermedada Sin síntomas Síntomas leves Síntomas moderados Sin hipotensión Sin enfermedad pulmonary obstructive crónica Tumor sólido o sin infección micótica Sin deshidratación Pacientes externos en el momento del inicio de la fiebre Edad <60 añosb Score 5 5 3 5 4 4 3 3 2 NOTA www.intramed.net Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2003 Página 9 -----------------------------------------------------------------------------------------------------------El puntaje teórico mayor es 26. Un puntaje en el índice de riesgo 21 indica que el pacientes es propenso a estar en bajo riesgo de complicaciones y morbilidad. El sistema de puntuación deriva de la siguiente bibliografía: [50] a Seleccionar un solo ítem. b No se aplica en pacientes 16 años de edad. El recuento monocítico inicial 100 células/mm3, ausencia de comorbilidad y hallazgos radiográficos torácicos normales indican niños en bajo riesgo de infecciones bacterianas significativas [46]. Recientemente, Klaassen et al. [46] derivaron y validaron de manera prospectiva una regla de predicción clínica para los pacientes oncológicos pediátricos con fiebre y neutropenia. Los niños que presentan un recuento monocítico absoluto inicial 100 células/mm3 , con comorbilidad con hallazgos radiográficos torácicos normales se encuentran en el más bajo riesgo de padecer infecciones bacterianas significativas. Como una alternativa a la terapia inicial de los pacientes externos, puede considerarse un alta temprana con una terapia externa continua para pacientes seleccionados luego de una breve admisión intrahospitalaria durante la cual se inicia la terapia intravenosa, se descarta una infección fulminante y se determina el estado de las muestras de cultivo iniciales [52, 53]. Tratamiento con antibióticos intravenosos El primer paso en la selección de antibióticos es decidir si el paciente es un candidato para el manejo intrahospitalario o externo con antibióticos orales o intravenosos (figura 1). Se han considerado tres esquemas generales de terapias con antibióticos intravenosos con una eficacia similar, con la única salvedad de que uno puede ser más apropiado para ciertos pacientes y en ciertas instituciones que otros. Los esquemas son los siguientes: terapia con una única droga (monoterapia), terapia con dos drogas son un glicopéptido (vancomicina) y terapia con glicopéptido (vancomicina) y una o dos drogas. Terapia con una única droga (monoterapia). Algunos estudios han demostrado que no existen diferencias llamativas entre la monoterapia y la combinación de varias drogas para el tratameitno empírico de episodios sin complicaciones de fiebre en pacientes neutropénicos (A-I) [54 71]. Una tercera o cuarta generación de cefalosporinas (ceftazidime o cefepime) o un carbapenem (imipenem-cilastatin o meropenem) pueden utilizarse con éxito como monoterapia [68, 72, 73 78]. Los médicos deben estar advertidos de que las -lactamasas de amplio espectro y las -lactamasas tipo 1 reducen la utilidad de la ceftazidime como monoterapia [36]. La cefepime, imipenem-cilastatina y meropenem, distinto a la ceftazidime, tienen una excelente actividad contra los neumococos y estreptococos viridans. Se ha demostrado que el uso de la vancomicina se necesita menos frecuentemente con la cefepime que con la ceftazidime como monoterapias [75]. Un estudios prospectivo a doble ciego de 411 pacientes con cáncer mostró que el índice de respuesta clínica fue mayor en los pacientes neutropénicos febriles tratados con meropenem que en aquellos tratados con ceftazidime [74]. En otro estudio, se han www.intramed.net Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2003 Página 10 -----------------------------------------------------------------------------------------------------------observado resultados similares [76]. También se ha descubierto que la piperacillinatazobactam es eficaz como monoterapia, pero su uso no ha sido tan extensamente estudiado como los otros agentes [64, 65]. El paciente debe ser monitoreado constantemente para determinar la falta de respuesta, la emergencia de infecciones secundarias, efectos adversos y el desarrollo de organismos resistentes a las drogas. El uso de otros antibióticos puede ser necesario a medida que progresa el curso clínico. En particular, el espectro de estas drogas generalmente no cubren a los estafilococos coagulasa-negativos, S. Aureus resistentes a la meticilina, enterococos resistentes a la vancomicina, algunas cepas de Streptococcus pneumoniae resistentes a la penicilina y estreptococos viridans. La cefepime o ceftazidime pueden ser utilizadas en presencia de una disfunción renal leve o moderada sin modificar la dosis y para aquellos pacientes que han sido tratados con drogas nefrotóxicas, como la cisplatina, ciclosporina o amfotericina B. Las quinolonas, como la ciprofloxacina, también han sido evaluadas para su uso como monoterapia es estudios limitados que han demostrado tanto resultados favorables [77 79] como desfavorables[80, 81]. El uso general de las quinolonas para la profilaxis en pacientes neutropénicos sin fiebre limita esta clase de drogas para la terapia inicial. Actualmente, en comparación con los otros antibióticos recomendados para monoterapia intravenosa, las quinolonas no pueden recomendarse para su uso como monoterapia inicial de rutina. El tratamiento con aminoglucósidos solos es subóptimo; se cree que incluso las muestras bacterianas aisladas pueden ser susceptibles in vitro. Terapia con dos drogas sin un glicopéptido antibiótico (vancomicina). La terapia de dos drogas más ampliamente utilizada, excluyendo regímenes con vancomicina, incluye un aminoglicósido (gentamicina, tobramicina o amikacina) con una carboxipenicilina antipseudomónica o ureidopenicilina (ácido clavulánico de ticarcilina o piperacilina-tazobactam); un aminoglucósido con una cefalosporina antipseudomónica, como cefepime o ceftazidime y un aminoglucósido junto con carbapenem (imipenem-cilastatina o meropenem). Las publicaciones pertinentes que han sido sintetizadas en el protocolo de 1997 [1] muestran que, generalmente, las combinaciones de dos drogas diferentes arrojan resultados similares cuando son consideradas las variaciones en el diseño, definiciones y objetivos experimentales buscados, así como las enfermedades primarias subyacentes. Es importante tener en cuenta, al revisar estudios anteriores, que la susceptibilidad de las muestras aisladas a los antibióticos utilizados en el momento del estudio pueden ser diferentes a las susceptibilidades de algunas muestras bacterianas aisladas en la actualidad. Las ventajas de la combinación de terapias son potenciales efectos sinergéticos contra algunos bacilos gram-negativos [82] y una emergencia mínima de cepas resistentes a las drogas durante el tratamiento [83, 84]. Las mayores desventajas son la falta de actividad de estas combinaciones, como ceftazidime y un aminoglucósido, contra algunas bacterias gram-positivas y la nefrotoxicidad, ototoxicidad e hipocalemia asociadas con los compuestos de aminoglucósidos y carboxipenicilinas. Estudios limitados han mostrado que una única dosis diaria de un aminoglucósido con www.intramed.net Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2003 Página 11 -----------------------------------------------------------------------------------------------------------ceftriaxone es tan efectiva como dosis diarias múltiples de estas mismas drogas [85] y como la monoterapia con ceftazidime [54], aunque no hay datos suficientes para establecer una práctica estándar. Los niveles séricos de aminoglucósidos deben ser monitoreados a medida que sea necesario en pacientes con un daño en la función renal y los dosajes deben ser ajustados hasta que se alcancen las concentraciones terapéuticas óptimas. Las combinaciones basadas en quinolonas con -lactamas o glicopéptidos son una opción para la terapia inicial en pacientes que no han recibido quinolonas como profilaxis. Algunos agentes más nuevos (gatifloxacina, moxifloxacina y levofloxacina) han sido utilizados selectivamente para el tratamiento de pacientes que han tenido cáncer, pero sus perfiles aún deben ser mejor evaluados antes de que puedan recomendarse [86 89]. Un estudio comparativo reciente ha demostrado que la ciprofloxacina junto con piperacilina-tazobactam es tan eficaz como la tobramicina y piperacilina-tazobactam [90]. Cualquier régimen inicial con antibióticos debería incluir drogas con actividad antipseudomónica [91]. Terapia con un glicopéptido (vancomicina) junto con una o dos drogas. Dada la emergencia de organismos resistentes a la vancomicina, especialmente enterococos, asociada con el uso excesivo de esta droga dentro de los hospitales, la administración de la vancomicina debería limitarse a indicaciones específicas. Los hospitales deberían adoptar las recomendaciones del Comité de Consejo de Prácticas y Control de la Infección Hospitalaria de los Centros de Prevención y Control de Enfermedades (CDC) para prevenir la propagación de la resistencia a la vancomicina [92]. Un estudios llevado a cabo por la Organización Europea para la Investigación y el Tratamiento del Cáncer (EORTC) y el Instituto Nacional de Cáncer de Canadá mostró que la vancomicina no es generalmente una parte necesaria de la terapia con antibióticos empírica inicial, aunque si está aconsejada para modificaciones posteriores dentro del tratamiento [30, 93]. En las instituciones en las cuales estas infecciones son poco frecuentes, la vancomicina podría ser evitada como rutina hasta que los resultados de los cultivos indiquen la necesidad de este antibiótico. Las infecciones provocadas por bacterias gram-positivas son generalmente indolentes, pero algunas pueden ser susceptibles solo a la vancomicina y pueden, en ocasiones, ser serias, acarreando la muerte en <24 horas si no son tratadas de manera inmediata. A pesar de que no se ha demostrado que la vancomicina tenga influencias sobre la mortalidad total debido a los cocos gram-positivos, la mortalidad debida a los estreptococos viridans podría ser mayor en pacientes que no fueron tratados inicialmente con vancomicina [94, 95]. Algunas cepas de estreptococos viridans son resistentes o tolerantes a la penicilina, pero algunos antibióticos como ticarcilina, piperacilina, cefepime (aunque no ceftazidime) y carbapenems presentan una excelente actividad contra la mayoría de las cepas. En las instituciones en las cuales estas bacterias gram-positivas son causas frecuentes de infecciones serias, la vancomicina debería incorporarse dentro de los regímenes terapéuticos iniciales de algunos pacientes de alto riesgo, aunque su administración debe discontinuarse entre 24 y 48 horas después si no se identifica la infección. Algunos organismos, como las especies de Bacillus y C. jeikeium, son susceptibles solo a la vancomicina, aunque estas infecciones habitualmente no son severas. La inclusión de la vancomicina en la terapia www.intramed.net Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2003 Página 12 -----------------------------------------------------------------------------------------------------------empírica inicial puede ser pruidente para pacientes selectos con los siguientes hallazgos clínicos: (1) seria sospecha clínica de infecciones relacionadas al catéter (por ejemplo bacteremia, celulitis), (2) colonización conocida con neumococos resistentes a la penicilina o cefalosporinas o S. Aureus resistente a la meticilina, (3) resultados positivos de cultivos sanguíneos para las bacterias gram-positivas antes de un estudio de identificación y susceptibilidad final o (4) hipotensión u otra evidencia de deterioro cardiovascular [92]. Para algunos médicos de algunos centros, la quimioterapia intense que provoca un daño sustancial en la mucosa (por ejemplo, altas dosis de citarabine) o que aumenta el riesgo de infecciones estreptocócicas resistentes a la penicilina (por ejemplo, infecciones con estreptococos viridans), así como la profilaxis con quinolonas para los pacientes neutropénicos sin fiebre antes del inicio de la misma, también son consideradas indicaciones para que el uso de la vancomicina sea incluido en el régimen inicial. El repentino aumento de la temperatura a >40°C ha sido predictivo de una sepsis con estreptococos viridans [95]. Varios estudios han evaluado combinaciones de drogas con la vancomicina para el tratamiento de los pacientes neutropénicos con fiebre; estas combinaciones han incluido vancomicina junto con alguno de los siguientes antibióticos: imipenem [72, 96], cefepime [60], amicacina y ticarcilina [94], meropenem [74], ciprofloxacin [97], aztreonam [98, 99], ceftazidime [100 104], ceftazidime y amikacina [30, 103], tobramicina y piperacilina [105, 106], ticarcilina [93] y ceftazidime junto con ticarcilina [38]. A pesar de que la combinación de ceftazidime y vancomicina se ha utilizado más extensamente en el pasado, en algunos centros médicos, el posible riesgo de una emergencia de resistencia a la ceftazidime podría justificar la recomendación de que la vancomicina sea preferentemente utilizada en combinación con cefepime o un carbapenem (imipenem-cilastatina o meropenem). El teicoplanin ha sido evaluado como una alternativa a la vancomicina (ver apéndice 1 en el protocolo de 1997 [1]) en estudios clínicos limitados [105, 106], aunque esta droga no ha recibido la aprobación de la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA). Se requieren estudios adicionales para poner esta droga dentro de una perspectiva adecuada.. La linezolida, la primer oxazolidinona aprobada por la FDA, parece prometedora para el tratameinto de las infecciones bacterianas gram-positivas resistentes y susceptibles a las drogas, incluyendo aquellas debidas a enterococos resistentes a la vancomicina, a pesar de que la mielosupresión asociada podría ser problemática [107]. La quinupristina-dalfopristina, otra droga que ha sido recientemente aprobada por la FDA, también es eficaz contra los Enterococcus faecium resistentes a la vancomicina. Se requieren mayores estudios antes de que puedan hacerse recomendaciones definitivas para estas drogas. Tratamiento con antibióticos orales Varios estudios han evaluado antibióticos de amplio espectro absorbibles oralmente para su uso como terapia empíric a inicial para pacientes neutropénico febriles www.intramed.net Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2003 Página 13 -----------------------------------------------------------------------------------------------------------considerados en bajo riesgo de una infección bacteriana [39 53]. Los resultados de los pacientes en bajo riesgo tratados con una terapia con antibióticos orales son generalmente equivalentes a aquellos registrados en pacientes similares tratados con una terapia con antibióticos intravenosos cuando ambos grupos de tratamiento son manejados de manera intrahospitalaria en estudios controlados [43, 45]. La terapia oral tiene ventajas como los costos reducidos, facilitación para el manejo externo y anulación del uso del catéter, reduciendo la posibilidad de una infección hospitalaria relacionada al catéter. Entre los regímenes orales que han sido más ampliamente evaluados están la ofloxacina, ciprofloxacina y ciprofloxacina junto con amoxicilina/clavulánico. Las quinolonas generalmente no son tan efectivas como las cefalosporinas o carbapenems en el tratamiento de lasa infecciones gram-positivas y podrían predisponer el desarrollos de sepsis por estreptococos viridans [95]. Las quinilonas no han sido aprobadas para su uso en niños <18 años de edad, a pesar de que su toxicidad no ha sido alta en los estudios pediátricos realizados [101]. A pesar de que estudios controlados en niños han evaluado el cambio de antibióticos intravenosos a orales de manera temprana, distintos de las quinolonas [52, 53], solo unos cuantos niños han sido incluidos en estudios de terapias orales empíricas iniciales para la neutropenia febril [108]. Actualmente, no existen suficientes datos para recomendar la terapia oral empírica inicial para la fiebre y la neutropenia en los niños. Sin embargo, podría considerarse para grupos selectos de niños el alta temprana de los pacientes mientras están recibiendo tratamiento con cefixime luego de 48 horas de observación intrahospitalaria del tratamiento con antibióticos intravenosos [52, 53]. Recomendaciones para el régimen inicial Tal como se observa en el algorritmo para el manejo inicial (figura 1), primero debe determinarse si el paciente se encuentra en bajo o alto riesgo de una infección seria que amenace su vida sobre la base de los criterios observados en el momento del examen inicial (presentes en las tablas 3 y 4). Si el riesgo es alto, deben utilizarse antibióticos intravenosos; si el riesgo es bajo, el pacientes puede ser tratado tanto con antibióticos intravenosos como orales (A-II). En Segundo lugar, hay que decidir si el paciente califica para una terapia con vancomicina. Si el paciente califica, debe comenzar el tratamiento con una combinación de 2 ó 3 drogas con vancomicina y cefepime, ceftazidime o un carbapenem, con o sin un aminoglucósido. Si la vancomicina no está indicada, debe comenzar una monoterapia con una cefalosporina (cefepime o ceftazidime) o un carbapenem (meropenem o imipenem-cilastatina) administrada de manera intravenosa en los casos sin complicaciones. Las combinaciones de 2 drogas pueden utilizarse para el manejo de los casos complicados o si la resistencia antimicrobiana es un problema. Los adultos seleccionados para recibir una terapia con antibióticos orales pueden recibir ciprofloxacina junto con amoxicilina/clavulánico. La selección de pacientes para realizar una terapia externa deber realizarse cuidadosamente en el grupo de bajo riesgo, dependiendo de la capacidad del centro médico y de la relación médico-paciente. La terapia inicial únicamente con antibióticos orales no se recomienda en los niños. Se aconseja utilizar los patrones de susceptibilidad a los antibióticos actuales del laboratorio del hospital local como una ayuda en la selección de antibióticos. MANEJO DEL RÉGIMEN CON ANTIBIÓTICOS DURANTE LA PRIMERA SEMANA DE LA TERAPIA www.intramed.net Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2003 Página 14 -----------------------------------------------------------------------------------------------------------Generalmente se necesitan un tratamiento con antibióticos durante al menos 3 a 5 días para determinar la eficacia del régimen inicial. A partir de este punto, las decisiones acerca del siguiente tratamiento se toman sobre la base de si el pacientes tiene una bacteremia o neumonía, si la fiebre ha desaparecido y si la condición del pacientes se ha deteriorado. Las condiciones de algunos pacientes pueden deteriorarse rápidamente en un curso de <3 días, en cuyos casos se necesita reevaluar el régimen empírico. En varios estudios, el período de defervescencia para los pacientes neutropénicos febriles con cáncer que reciben regímenes con antibióticos que incluyen cefepime, ceftazidime, ciprofloxacina, imipenem y piperacilina (con o sin aminoglucósidos) es de 2 a 7 días (tiempo promedio, 5 días) [30, 85, 104, 109 111]. En un análisis reciente de 488 episodios de fiebre y neutropenia, el período medio transcurrido hasta alcanzar la respuesta clínica fue de 5 a 7 días [112]. El período medio de defervescencia entre los pacientes en bajo riesgo ha sido de días [43, 45], comparado con 5 a 7 días para los pacientes de alto riesgo. Cuando es posible, a pesar del hecho de que el paciente siga presentando un estado febril, el médico debe esperar 5 días antes de realizar cualquier cambio en el régimen antimicrobiano, a menos de que se requiera el cambio por deterioro clínico o los resultados de un nuevo cultivo. Pacientes sin fiebre dentro de los 3 a 5 días de tratamiento Si se identifica un microbio causativo, el régimen antibiótico podría cambiarse, si es necesario, para proporcionar un tratamiento optimo con mínimos efectos adversos y un menor costo, pero debería mantenerse la cobertura de amplio espectro para prevenir el avance de la bacteremia. El tratamiento con antibióticos debería continuarse durante un mínimo de 7 días o hasta que los resultados de los cultivos indiquen que el organismo causativo ha sido erradicado, que se ha resuelto la infección en todos los focos y que el pacientes esta libre de síntomas y signos significativos (figura 2). Es importante que el recuento neutrófilo sea 500 células/mm3 antes de suspender el tratamiento. Sin embargo, si la neutropenia es prolongada y se han logrado las respuestas mencionadas, debe considerarse la discontinuación del tratamiento antes de alcanzar el un recuento neutrófilo 500 células /mm3 . Puede adoptarse esta perspectiva si el paciente puede ser observado cuidadosamente, si el integumento y las membranas mucosas están intactas (por ejemplo, si no se observa mucositis, ulceraciones, evidencia de una zona de infección por catéter o zonas de hemorragia) y no se requieren procedimientos diagnósticos o quimioterapia ablativa. www.intramed.net Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2003 Página 15 -----------------------------------------------------------------------------------------------------------Figura 2 Guía para el manejo de pacientes que no presentan fiebre durante los primeros 3 a 5 días de la terapia inicial con antibióticos. Ver tablas 3 y 4 para observar el sistema de clasificación para pacientes en bajo riesgo. En ausencia de una enfermedad infecciosa discernible (como neumonitis, enterocolitis, cecitis, endocarditis, infección asociada al catéter o celulitis severa) y resultados positivos en los cultivos, el tratamiento para adultos cumplidores con la terapia puede modificarse 2 días de terapia intravenosa con una combinación de antibióticos orales de ciprofloxacina y amoxicilina/clavulánico [43, 45]. En los niños, 2 estudios [52, 53] mostraron que un cambio luego de 48 a 72 horas de antibióticos intravenosos a cefixime oral como única droga, proporciona una terapia que es efectiva y segura. Los niños que carecen de síntomas de sepsis (escalofríos, hipotensión y necesidad de resucitación por fluidos) y mucositis severa en el momento de la admisión y durante sus cursos, que son afebriles durante 48 h, que presentan un recuento neutrófilo 100 células/mm3 y que se encuentran en bajo riesgo de padecer complicaciones, pueden suspender el tratamiento con antibióticos intravenosos y continuar la terapia con cefixime oral. Los estudios controlados realizados en adultos [43, 45] y niños [52, 53] se llevaron a cabo con pacientes intrahospitalarios y por lo mismo no puede asegurarse que se consigan resultados similares si los pacientes son dados de alta mientras reciben el tratamiento con antibióticos orales. www.intramed.net Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2003 Página 16 -----------------------------------------------------------------------------------------------------------Algunos investigadores han recomendado la discontinuación de la terapia con antibióticos para pacientes sin infecciones documentadas y con signos de recuperación temprana de la medula espinal antes de completar el curso de 7 días [113 116]. Actualmente, no existe la suficiente evidencia o experiencia con este procedimiento como para recomendar su uso. Es importante realizar una evaluación comprensiva para cada paciente. La terapia con antibióticos sola, en presencia de una neutropenia persistente, podría disminuir pero no erradicar la infección. Recomendaciones para pacientes febriles. En la figura 2 se ha presentado una guía para el tratamiento de los pacientes que se vuelven afebriles entre los 3 y 5 días posteriores al inicio de la terapia. Modificar la terapia con antibióticos para organizamos específicos, si son identificados, y continuar con el uso de antibióticos de amplio espectro durante 7 días, hasta que los cultivos sean estériles y el pacientes se haya recobrado clínicamente. Si no se encontrara el o9rganismo causativo y el paciente recibe drogas de manera intravenosa y se encontraba en bajo riesgo en el inicio del tratamiento, la terapia puede cambiarse a ciprofloxacina oral junto con amoxicilina/clavulánico para adultos o cefixime para niños luego de 48 horas. Los mismos antibióticos intravenosos deberían continuarse en pacientes de alto riesgo (BII). Fiebre persistente durante los primeros 3 a 5 días de tratamiento La fiebre que persiste durante >3 días en pacientes en quienes no se han identificado organismos o zonas de infección, sugiere que el paciente tiene una infección no bacteriana, una infección bacteriana resistente a los antibióticos o que tiene una respuesta lenta a la droga que se esta utilizando, la emergencia de una infección secundaria, niveles séricos y tisulares de antibióticos inadecuados, fiebre por drogas, bacteremia deficiente de la pared celular [117] o infección en una zona no vascular (como abscesos o catéteres). En la reevaluación de la condición del paciente luego de 3 días de tratamiento, el médico debe intentar identificar el factor o los factores que pueden estar relacionados con la falta de respuesta (figura 3). Sin embargo, algunos pacientes con infecciones bacterianas definidas microbiológicamente, incluso cuando han sido tratados adecuadamente, podrían requerir 5 días de terapia antes de que ocurra una defervescencia [30, 85, 104, 111, 112]. www.intramed.net Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2003 Página 17 -----------------------------------------------------------------------------------------------------------Figura 3 Guía de tratamiento de pacientes que tienen fiebre persistente luego de 3 a 5 días y en quienes no se ha encontrado la causa de la misma. La reevaluación incluye una revisión de todos los resultados de cultivos previos, un meticuloso examen físico, radiografías torácicas, determinación del estado de los catéteres vasculares, realización de cultivos de muestras sanguíneas adicionales y muestras de zonas especificas de infección e imágenes diagnosticas de cualquier órgano que se sospeche infectado. Si es posible, determinar las concentraciones séricas de los antibióticos, especialmente los aminoglucósidos, podría ser útil para evaluar la terapia con drogas. El uso de ecografías y CT de alta resolución podría servir, especialmente en pacientes con neumonitis, sinusitis y cecitis. Pueden realizarse estudios adicionales para identificar otras causas de fiebre relativamente poco habituales. Si la reevaluación indica una causa de fiebre o una fuerte sugerencia de una causa no cubierta adecuadamente por el régimen inicial con antibióticos, debería realizarse un cambio acorde con los nuevos resultados. Si la fiebre persiste luego de 5 días desde el inicio de la terapia con antibióticos y si la reevaluación no permitió determinar ninguna causa, deberían realizarse alguna de las siguiente 3 opciones (figura 3): (1) continuar el tratamiento con el o los antibióticos iniciales, (2) cambiar o agregar antibióticos o (3) agregar una droga antimicótica (amfotericina B) al régimen, con o sin modificación de los antibióticos. Una cuarta elección suspendiendo todas las drogas antimicóticas no debería contemplarse como una opción valida dentro de estos lineamientos generales, aunque en algunos casos altamente individualizados (como los casos en los cuales se cree que la fiebre www.intramed.net Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2003 Página 18 -----------------------------------------------------------------------------------------------------------tiene un origen no infeccioso), los médicos pueden optar por suspender la terapia con antibióticos. Si no se observan cambios discernibles en la condición del paciente (es decir, si la fiebre permanece pero es estable) durante los primeros 4 o 5 días de la terapia inicial con antibióticos y si la reevaluación no proporciona nueva información contradictoria, el régimen inicial con antibióticos puede continuarse. Esta decisión debería mantenerse fuertemente si se espera que la neutropenia se resuelva dentro de los siguiente 5 días. Si se hace aparente la evidencia de enfermedad progresiva o complicaciones (como el inicio de dolor abdominal debido a una enterocolitis o cecitis, nuevas lesiones en la membrana mucosa o un empeoramiento de las mismas, drenaje o reacciones alrededor de la entrada del catéter o zonas de salida, infiltraciones pulmonares, toxicidad u otros efectos adversos causados por las drogas o cambios en la bacteria en la membrana mucosa [por ejemplo, adquisición de P. aeruginosa luego de que fueron tomadas las muestras en el momento de la admisión]) durante el cursos inicial con antibióticos, debería considerarse el agregado de antibióticos apropiados o un cambio a antibióticos diferentes. La indicación de esta ultima opción dependerá también del régimen inicial con antibióticos. Si el régimen inicial con antibióticos es una monoterapia o una terapia con 2 drogas sin vancomicina, esta ultima debería considerarse si se han observado alguno de los criterios para el uso de la vancomicina (C-III). Si se ha aislado un organismo especifico de región o de la sangre, debería utilizarse el antibiótico mas adecuado mientras se continua con la cobertura de amplio espectro. Si el tratamiento inicial incluye vancomicina como una parte del régimen terapeutico, debería suspenderse la administración de vancomicina para minimizar el desarrollo de una resistentencia antibacteriana a esta importante droga. El día 3, los resultados de los cultivos realizados en el momento de la admisión ya estarán disponibles para sustentar la decisión de suspender la terapia con vancomicina. Debería continuarse con la administración de otros antibióticos iniciales si no se observa evidencia de progresión de la enfermedad; si el paciente se encuentra en una categoría de bajo riesgo (figura), debería administrarse un antibiótico oral, incluso si el paciente presenta fiebre (C-III). La tercera opción que debe considerarse es la adición de una terapia antimicótica. La amfotericina B es generalmente la droga de elección. Estudios realizados en 1982 [118] y 1989 [119] han sugerido que un tercio de los pacientes neutropénicos febriles que no responden a un curso de una semana de la terapia con antibióticos tiene infecciones micóticas sistémicas que, en la mayoría de los casos, son provocadas por especies de Candida o Aspergillus. A pesar de que no existe un consenso entre los médicos acerca de cuando, o incluso si corresponde, introducir empíricamente la terapia con amfotericina B, la mayoría cree que el paciente que permanece febril y profundamente neutropénico durante 5 días, a pesar de la administración de antibióticos de amplio espectro en dosajes adecuados, es un candidato para la terapia antimicótica. Los casos individuales pueden tener características clínicas que orientaran el uso temprano o tardío de la amfotericina B, así como la ausencia del mismo. Una www.intramed.net Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2003 Página 19 -----------------------------------------------------------------------------------------------------------excepción puede ser el paciente que no presenta una lesión micótica discernible, tiene muestras aisladas de especies de Candida o Aspergillus de cualquier zona y en quien se espera un aumento del recuento neutrófilo en pocos días. En este caso, el tratamiento con amfotericina B podría mantenerse y el paciente debería ser cuidadosamente monitoreado, si el paciente es clínicamente estable. Es importante determinar si existe una infección micótica sistémica (por ejemplo, biopsia de las lesiones, radiografías torácicas y de los senos nasales, endoscopia nasal si esta indicada para la sinusitis y cultivos y CT abdominales y torácicas) antes del comienzo de la terapia con amfotericina B. La decisión empírica para comenzar el uso de la droga no es tan difícil como la decisión de discontinuar su uso. Gran parte de la evaluación consiste en determinar cuando suspender la terapia con drogas antimicóticas. Es notable como un rastreo por CT realizado antes de que se haya recuperado el recuento neutrófilo podría mostrar un avance de la infección temprana incluso con un tratamiento exitoso. Estudios comparativos han indicado que las formulaciones lipídicas de la amfotericina B pueden utilizarse como alternativas a la amfotericina B como terapia empírica. A pesar de que las mismas no han demostrado ser substancialmente mas efectivas, han mostrado menos toxicidad relacionada a la droga [119 122]. Dos estudios randomizados prospectivos recientes han demostrado que el fluconazole es una alternativa aceptable a la amfotericina B para su uso como terapia antimicótica empírica en instituciones donde las infecciones por moho (como especies de Aspergillus) y especies de Candida resistente a las drogas (Candida krusei y algunas cepas de Candida glabrata) son poco frecuentes. Los pacientes no deben ser considerados para un tratamiento con fluconazole empírico si presentan síntomas de sinusitis o evidencia radiográfica de infección pulmonar o han recibido fluconazole como profilaxis. Tampoco deben considerarse los pacientes que mostraron cultivos con especies de Aspergillus. Los pacientes con infección pulmonar o sinusitis tienen una alta probabilidad de infección con especies de Aspergillus u otros mohos. La amfotericina B aun proporciona un mas amplio espectro de actividad que el fluconazole, a pesar de que no parece prevenir la aspergilosis posterior [123, 124]. Una revisión meta analítica sistemática reciente de formulaciones basadas en lípidos de la amfotericina B y los azoles contra la amfotericina B deoxicolate en pacientes neutropénicos febriles no mostró ventajas consistentes asociadas con alguna de las formulaciones [125]. En un estudio controlado reciente de 384 pacientes neutropénicos con cáncer, el itraconazole y la amfotericina B fueron equivalentes en cuanto a la eficacia como terapia antimicótica empírica, a pesar de que el itraconazole estuvo asociado con una toxicidad menor [126]. Recomendaciones si la fiebre persiste por >3 días. La figura 3 resume las recomendaciones para pacientes con fiebre que persiste durante >3 días. Comenzar la reevaluación diagnostica luego de 3 días de tratamiento. Al día 5, si la fiebre persiste y la reevaluación no arrojó resultados, existen 3 opciones: (1) continuar con la administración de los mismos antibióticos si la condición del pacientes es clínicamente estable, (2) cambiar los antibióticos si existe evidencia de enfermedad progresiva o toxicidad a la droga o (3) agregar un agente antimicótico si se espera que el paciente presente neutropenia por otros 5 a 7 días mas (B-II). www.intramed.net Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2003 Página 20 -----------------------------------------------------------------------------------------------------------DURACION DE LA TERAPIA ANTIMICROBIANA El único determinante mas importante de una discontinuación exitosa de los antibióticos es el recuento neutrofilo. Si no se identifica infección luego de 3 días de tratamiento, si el recuento neutrofilo es 500 células/mm3 durante 2 días consecutivos y si el pacientes no presenta fiebre por 48 horas, la terapia con antibióticos puede suspenderse (C-III) . Si el pacientes deja de tener fiebre pero continua neutropénico, el curso adecuado con antibióticos esta menos claramente definido. Algunos especialistas recomiendan continuar los antibióticos, intravenosos u orales, hasta que se resuelva la neutropenia (B-II) [108, 127, 128]. Esta perspectiva puede aumentar si existe un riesgo de toxicidad a la droga y superinfección micótica o por bacterias resistentes a la droga [129]. Es razonable para los pacientes neutropénicos que aparecen clínicamente sanos, que estaban en una categoría de bajo riesgo al inicio del tratamiento, que no presenta lesiones infecciosas discernibles y que no muestran evidencia radiográficas o de laboratorio de infección, suspender el uso de antibióticos sistémicos luego de 5 a 7 días sin fiebre, o antes, con evidencia de recuperación hematológica [44, 113, 127, 130, 131]. Si el uso de antibióticos se suspende mientras el pacientes tiene neutropenia, el mismo debe ser monitoreado de cerca y reestablecer la terapia con antibióticos intravensoso inmediatamente detectada la recurrencia de fiebre u otra evidencia de infección bacteriana (figura 4) [132]. Debe considerarse la administración continua de antibióticos durante todo el periodo netropénico en pacientes con neutropenia profunda (<100 células/mm3 ), lesiones en la membrana mucosa de la boca o tracto gastrointestinal, signos vitales inestables u otros factores de riesgos identificados (C-III). En pacientes con neutropenia prolongada en quienes la recuperación hematológica no puede anticiparse, se puede considerar la suspensión de la terapia con antibióticos luego de 2 semanas, si no se identifica ninguna zona de infección y el pacientes puede ser observado cuidadosamente (C-III). www.intramed.net Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2003 Página 21 -----------------------------------------------------------------------------------------------------------Figura 4 Esquema sugerido para la estimación de la duración de la administración de antibióticos bajos condiciones diversas. ANC: recuento neutrófilo absoluto. La duración de la terapia con amfotericina B varia. Si se ha identificado una infección micótica, el curso de la terapia con drogas antimicóticas estará determinado por el agente causativo y la extensión de la enfermedad. Sin embargo, si no se encuentra una infección micótica, no esta claro durante cuanto tiempo la amfotericinina B u otra droga antimicótica debe ser administrada. Cuando se ha resulto la neutropenia, el pacientes esta clínicamente bien y la CT del abdomen y el torax no revela sospecha de una lesión, el uso de la amfotericina B puede discontinuarse [134, 135]. Para los pacientes clínicamente bien con neutropenia prolongada, se sugiere que luego de 2 semanas de recibir la dosis diaria de amfotericina B, si no existen lesiones discernibles a través de la evaluación clínica, las radiografías torácicas (o CT torácica) y CT de los órganos abdominales [136, 137], puede suspenderse el uso de la droga. En los pacientes que parecen enfermos o que están en alto riesgo, debe considerarse continuar con la terapia con antibióticos y amfotericina B durante el episodio neutropénico, asumiendo que la recuperación hematológica puede ser anticipada. www.intramed.net Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2003 Página 22 -----------------------------------------------------------------------------------------------------------Recomendaciones para la duración de la terapia. en la figura 4. Se encuentran resumidas USO DE DROGAS ANTIVIRALES Generalmente no existe indicación para el uso empírico de las drogas antivirales en el tratamiento de pacientes neutropénicos febriles sin evidencia de enfermedad viral. Sin embargo, si se observan lesiones cutáneas o de la membrana mucosa debido a herpes simple o virus varicella-zoster, incluso cuando no sean la causa de la fiebre, esta indicado el tratamiento con aciclovir. Algunos agentes mas nuevos, como el valaciclovir y famciclovir, son mejor absorbidos luego de la administración oral y tienen intervalos mayores de dosaje. Las infecciones sistémicas y la enfermedad debidas a citomegalovirus son causas poco frecuentes de fiebre en pacientes neutropénicos, con la excepción de aquellos que han sido sometidos a un trasplante de médula ósea. La infección por citomegalovirus es tratada con ganciclovir o foscarnet. Las drogas mas nuevas como cidofovir, valganciclovir y fomivirsen son efectivas para el tratamiento de la por citomegalovirus en pacientes con SIDA. Recomendaciones para el uso de drogas antivirales. Estas indicadas solo si existe evidencia clínica o de laboratorio de enfermedad virósica. Bibliografía 1. Hughes WT, Armstrong D, Bodey GP, et al. 1997 guidelines for the use of antimicrobial agents in neutropenic patients with unexplained fever. Infectious Diseases Society of America. Clin Infect Dis 1997; 25:551 73. 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