Sesión 2 - Mártires de la Diócesis de Chimbote

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SESIÓN DE APRENDIZAJE Nº 02
I. DATOS GENERALES:
1.1. Área
:
1.2. Conocimiento :
1.3. Fecha
:
1.4. Grado
:
1.5. Duración
:
1.6. Docente
:
LA NUESTRA ES UNA IGLESIA DE MÁRTIRES. (SS. Francisco)
90
II. ORGANIZACIÓN DE LOS APRENDIZAJES
COMPETENCIAS
(CAPACIDADES DE ÁREA)
COMPRENSIÓN DOCTRINAL
CRISTIANA
DISCERNIMIENTO
DE FE
CAPACIDADES
ORGANIZADORES
DE ÁREA
Formación de la
 Comprender que nuestra
conciencia moral
iglesia es una iglesia de
cristiana
mártires.
 Vivencia
el
sentido
cristiano del martirio.
CONOCIMIENTOS
TEMA
TRANSVERSAL
VALORES
ACTITUDES
LA NUESTRA ES
UNA IGLESIA DE
MÁRTIRES. (SS.
Francisco)
Testimonio de vida
III. SECUENCIA DIDACTICA:
ACTIVIDADES ESTRATÉGICAS
INICIO
- Oración de los mártires
- El docente narra brevemente la historia de los sacerdotes mártires (o el martirio de “San Esteban”) y dialogan sobre: ¿Cuál es el
mensaje de la historia de los mártires?
- ¿Qué es ser mártir? ¿Qué diferencia hay entre mártires de la iglesia y mártires de la patria?
- ¿Cómo puedes llegar a ser mártir?
- Declaración del tema y capacidades
RECURSOS
-
Hoja de oración
Plumones
Carteles
Hoja informativa
TIEMPO
15
PROCESO
- Leen y reflexionan en grupos la historia de San Esteban. Hch 6, 8 ss.
- Luego contestan las siguientes interrogantes: ¿Qué personajes aparecen en la historia de San esteban? ¿Cuál es el testimonio del
mártir San Esteban?
- Con el testimonio de los sacerdotes mártires y la vida de san Esteban elaboran un cuadro de doble entrada.
- Luego los estudiantes socializan sus trabajos.
- El docente da las conclusiones del tema y los estudiantes toman nota.
CIERRE
- Motivado por el testimonio de San Esteban y de los padres mártires, Te comprometes a realizar un gesto de solidaridad para un
compañero.
- Meta cognición: ¿Qué aprendí? ¿Cómo aprendí? ¿Para qué me sirve lo que aprendí?
-
Biblia
Material impreso
Papelógrafo
Plumones
- Cuaderno
IV. EVALUACIÒN DE LOS APRENDIZAJES:
CRITERIOS DE EVALUACIÓN
COMPRENSIÓN DOCTRINAL
CRISTIANA
DISCERNIMIENTO
DE FE
INSTRUMENTOS DE
EVALUACIÓN
INDICADORES DE EVALUACIÓN
-Entiende el sentido cristiano del martirio, en un cuadro de doble entrada
-Vivencia el sentido cristiano del martirio, demostrando solidaridad con sus compañeros
……………………………..
DOCENTE
…………………………..
Vº Bº ODEC.
…………………………………….
Vº Bº DIRECTOR DE LA I.E
60
15
MATERIALES A UTILIZAR PARA EL DESARROLLO DE LA SESIÓN:
ORACIÓN DE LOS MÁRTIRES
Señor, Tú que ungiste con el don del
sacerdocio
a tus hijos Miguel, Zbigniew y Sandro
y los enviaste como mensajeros
de la Buena Nueva en el Perú.
Te damos gracias por haberles otorgado
la palma del martirio
y te pedimos que los glorifiques también
con la corona de los santos.
Por su sangre derramada por Ti,
danos fidelidad en la fe,
haznos testigos de la esperanza,
guarda nuestras vidas
y concede a nuestra patria
el don de la paz.
A las víctimas inocentes de la violencia,
recíbelas en tu Reino
y concédeles el premio eterno. Amén.
SAN ESTEBAN
HECHO DE VIDA:
Nos cuenta el libro de los Hechos de los Apóstoles en el capítulo séptimo como Esteban recuerda toda la historia de
salvación que Dios obró con los israelitas desde Abraham, al sumo sacerdote que lo interroga. Sin embargo al final
Esteban saca conclusiones y cuestiona a sus oyentes.
Y en el verso 54 se lee:
“Al oír esto, se enfurecieron y rechinaban los dientes contra él”.
Los versos siguientes nos relatan su martirio:
“Esteban, lleno del Espíritu Santo y con los ojos fijos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús, que estaba de pie a la
derecha de Dios. Entonces exclamó: «Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios». Ellos
comenzaron a vociferar y, tapándose los oídos, se precipitaron sobre él como un solo hombre, y arrastrándolo fuera de la
ciudad, lo apedrearon. Los testigos se quitaron los mantos, confiándolos a un joven llamado Saulo. Mientras lo
apedreaban, Esteban oraba, diciendo: «Señor Jesús, recibe mi espíritu». Después, poniéndose de rodillas, exclamó en
alta voz: «Señor, no les tengas en cuenta este pecado». Y al decir esto, expiró” (Hechos. 7, 55-60).
CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA
2472 El deber de los cristianos de tomar parte en la vida de la Iglesia, los impulsa a actuar como testigos del Evangelio y
de las obligaciones que de él se derivan. Este testimonio es transmisión de la fe en palabras y obras. El testimonio es un
acto de justicia que establece o da a conocer la verdad (cf Mt 18, 16): «Todos [...] los fieles cristianos, dondequiera que
vivan, están obligados a manifestar con el ejemplo de su vida y el testimonio de su palabra al hombre nuevo de que se
revistieron por el bautismo y la fuerza del Espíritu Santo que les ha fortalecido con la confirmación» (AG 11).
2473 El martirio es el supremo testimonio de la verdad de la fe; designa un testimonio que llega hasta la muerte. El mártir
da testimonio de Cristo, muerto y resucitado, al cual está unido por la caridad. Da testimonio de la verdad de la fe y de la
doctrina cristiana. Soporta la muerte mediante un acto de fortaleza. “Dejadme ser pasto de las fieras. Por ellas me será
dado llegar a Dios” (San Ignacio de Antioquía, Epistula ad Romanos, 4, 1).
DOCUMENTO DE APARECIDA No. 98:
“La Iglesia Católica en América Latina y El Caribe, a pesar de las deficiencias y ambigüedades de algunos de sus
miembros, ha dado testimonio de Cristo, anunciado su Evangelio (...) Su empeño a favor de los más pobres y su lucha
por la dignidad de cada ser humano han ocasionado, en muchos casos, la persecución y aún la muerte de algunos de
sus miembros, a los que consideramos testigos de la fe. Queremos recordar el testimonio valiente de nuestros santos y
santas, y de quienes, aun sin haber sido canonizados, han vivido con radicalidad el evangelio y han ofrendado su vida
por Cristo, por la Iglesia y por su pueblo.”
Mensaje del Papa Francisco:
“Nuestra Iglesia es la Iglesia de los mártires”. En la Misa matutina de Casa Santa Marta, deteniéndose en el relato del
martirio de San Esteban, Papa Francisco recuerda con palabras conmovidas a todos los que hoy son perseguidos y
asesinados por ser cristianos. Y destaca que hay mártires “escondidos” que buscan formas nuevas para ayudar a los
hermanos y por eso son perseguidos por los “Sanedrines modernos”.
(...) De esta escena dramática se desarrolla la homilía de Francisco que, en el corazón, lleva los rostros y las historias de
muchos que hoy, como el primer mártir de la Iglesia, son perseguidos y asesinados por su fidelidad a Jesús. Los
mártires, observa el Papa, no necesitan “otros panes”, su único pan es Jesús. Y destaca que Esteban “no necesitaba
negociar o comprometerse”
Su testimonio es tal que sus detractores “no podían resistirse a la sabiduría” y al espíritu “con el que hablaba”. Como
Jesús, también Esteban debe enfrentarse a falsos testimonios y la sublevación del pueblo que lo lleva a juicio. Esteban
les recuerda cuántos profetas han sido asesinados por ser fieles a la Palabra de Dios y cuando “confiesa su visión de
Jesús” sus perseguidores se escandalizan, se tapan las orejas para no escucharle y lo empujan fuera de la ciudad para
lapidarlo".
"La Palabra de Dios siempre enfada a ciertos corazones. La Palabra de Dios molesta, cuando tienes el corazón duro,
cuando tienes el corazón pagano, porque la Palabra de Dios te pide seguir hacia delante, alimentándote con ese pan del
que hablaba Jesús. En la Historia de la Revelación, muchos mártires fueron asesinados por su fidelidad a la Palabra de
Dios, a la Verdad de Dios”.
¡Cuántos Estébanez en el mundo por ser cristianos!
El martirio de Esteban, prosigue, es similar al de Jesús: muere “con esa magnanimidad cristiana del perdón, de la oración
por los enemigos”. Estos que perseguían a los profetas, como también a Esteban, evidencia Francisco, “creían que
daban gloria a Dios, creían que con esto eran fieles a la Doctrina de Dios”. Hoy, retoma, “quisiera recordar que la Historia
de la Iglesia, la verdadera Historia de la Iglesia, es la Historia de los Santos y de los mártires: perseguidos los mártires,
muchos asesinados, por los que creían dar gloria a Dios, por aquellos que pensaban que tenían la ‘verdad’. Corazón
corrupto, pero ‘la verdad’”.
“En estos días, ¡cuántos Estébanez en el mundo! Pensemos en nuestros hermanos degollados en la playa de Libia;
pensemos en ese chico quemado vivo por sus compañeros por ser cristiano; pensemos en esos inmigrantes que en
altamar fueron lanzados por ser cristianos; pensemos, anteayer, en esos etíopes, asesinados por ser cristianos… y
muchos más. Y muchos más que no sabemos, que sufren en las cárceles, por ser cristianos… Hoy la Iglesia es Iglesia
de Mártires: ellos sufren, ellos dan la vida y nosotros recibimos la bendición de Dios por sus testimonios”.
Hay, añade, “mártires escondidos. Esos hombres y mujeres fieles” a la “voz del Espíritu, que hacen camino, que buscan
nuevos caminos para ayudar a los hermanos y amar más a Dios y son puestos bajo sospecha, calumniados, perseguidos
por estos “sanedrines modernos” que se creen dueños de la verdad: ¡muchos mártires escondidos”.
“Y también mártires escondidos que por ser fieles en su familia sufren mucho por su fidelidad. Nuestra Iglesia es Iglesia
de mártires. Y ahora, en nuestra celebración será para nosotros el primer mártir, el primero que ha dado testimonio y
más: es salvación a todos nosotros. Unámonos a Jesús en la Eucaristía, y unámonos a tantos hermanos y hermanas que
sufren el martirio de la persecución, de la calumnia y del asesinato por ser fieles al único pan que sacia, es decir a Jesús”
Los padres Miguel, Zbigniew y Sandro escucharon el llamado del Señor a ser sacerdotes y misioneros. Dejándolo todo
llegaron a nuestra Iglesia local en La Diócesis de Chimbote y vivieron su ministerio al lado de los pobres. Como
sacerdotes y misioneros predicaron la Palabra, celebraron los sacramentos y antes de morir celebraron la eucaristía.
El grupo terrorista Sendero Luminoso los consideró como mensajeros de una doctrina que adormecía al pueblo y paraba
la revolución y por eso fueron sentenciados a muerte.
Dieron su vida por Jesucristo y la Iglesia. Los asesinaron por odio a la fe. Su vida y obras hablaban de Jesucristo y su
reino: Un reino de verdad, de justicia y de paz.
Vivieron el martirio con total entrega y conciencia de lo que eran: sacerdotes de Jesucristo. Por eso Zbigniew contesto:
“Si hay que morir, que nos entierren aquí”. Y Sandro sabía que el Perú sería tu tumba. A pesar de las amenazas, ellos
siguieron firmes en su fe y ardientes en su esperanza de contribuir a la construcción del reino de Jesús entre nosotros…
y no se fueron.
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