Ronda de Testimonios 3º Encuentro de Mujeres Rurales Cooperativistas Paysandú 15 de junio de 2007 Por la mañana tras la presentación del Manual “Algo más que miel: Herramientas para la participación cooperativa”, los participantes asistieron a una ronda de testimonios de tres de los presentes en el Encuentro. Isela Tejo, abogada y productora rural nacida en El Salvador y residente en Paysandú brindó su testimonio de trabajo con dos cooperativas del país caribeño. Adriana Borghi, joven salteña hija de un productor socio de CALSAL contó su experiencia de inserción en la cooperativa. Y finalmente Gastón Álvarez, directivo de COPAGRAN Paysandú realzó el valor del trabajo integrado de las mujeres con los hombres en la cooperativa, en una búsqueda de espacios y oportunidades en base a distintos intereses. En su testimonio comentó una experiencia de integración en Parada Esperanza. Isela Trejo Isael contó que tras la guerra en El Salvador se tuvo que preparar personas para hacerlas productivas en su vida civil. Así es como llega un programa que iba a apoyar el desarrollo en la actividad agropecuaria. “Me llaman para que trabajara en la parte legal, preparando a la gente en los principios del cooperativismo. Y el trabajo era en el campo, no en el escritorio. Había que llegar a aquellas zonas rurales en donde no había ni donde sentarse”. “La experiencia lindisima, en todo el territorio. La experiencia que me quedó marcada fue con una cooperativas de mujeres que habían sido esposas de soldados y guerrilleros muertos” “Había que llegar a caballo a aquel pueblito, y lo primero que veo es que la gente vivía bajo unos plásticos. Era tierra libre, donde solo vi un grupo de mujeres con 3 hijos cada una. No había ni un hombre. La líder del grupo me dijo que querían formar una cooperativa de mujeres porque hombres no habían. Y como jefas de familia tenían que darle de comer a sus hijos. Solo habían unas vacas secas que había que hacer producir” “Tenían unas vacas y tierra. Les conseguimos maíz y frijoles, no para vender sino para consumir”. “Empezamos a trabajar en la visión que tendrían que tener. Y al momento de integrarse y trabajar juntas se sacan de sus mentes las diferencias que tenían y empiezan a trabajar juntas”. “Comienzan a sembrar y a producir. Al tiempo empiezan a vender el remanente. Y comienzan a compartirlo todo.” “Un momento culmine fue asociarse y ponerle nombre a su cooperativa: Mujeres Unidas por la Paz” “Hoy tienen una carretera asfaltada, ellas la hicieron, ese pueblo es de ellas. Los hombres entran a comprar, no ha radicarse. Ellas hicieron un matriarcado”. “Da gusto verlas como han avanzado. Han hecho casas muy parecidas para mantener todas el mismo nivel de vida. Para mantener la igualdad.” “La cooperativa para ellas ha sido lo mejor, han aprendido a trabajar unidas”. “Ellas mismas dicen que ya están viejas. Que sus hijos han nacido con estos principios del cooperativismo, pero hay que ver como se siguen manteniendo para que sea el pueblo el que salga adelante.” “Para ellas el cooperativismo fue la salida a su situación de estancamiento y desolación. La cooperativa bien trabajada y complementada hace que todos trabajen en igualdad, y en este caso, les devolvió la dignidad de vivir”. “Otro caso que me llamó la atención fue en una isla en El Salvador. Encontré un barco varado en una playa. Estaba viejo y no había casi nada en él. “ “Charlando con los lugareños les pregunté de que vivían y me comentaron que la situación era difícil. Entonces les pregunté por qué no tomaban ese barco y trabajaban con él si estaba ahí varado. Así es como les sugerí que se juntaran para arreglarlo y salir a pescar todos”. “Se reunieron 3 familias, repararon el barco y armaron una cooperativa pesquera. Pescan camarón, langosta, mariscos y empezaron a vender y a progresar” “Ese barco era propiedad del ejército. Pero por ley luego de que un bien del gobierno está abandonado por más de 10 años, es propiedad de quien lo tome para sí. Así es como los asesoré en ese tema. Comenzaron a usarlo pero el ejército un buen día se los requisa. Entonces hablé con el Coronel le expliqué mis argumentos, les dije que si querían ir a juicio íbamos, yo representaba a las familias pesqueras que tenían el barco. Pero el Coronel entendió la situación y les devolvió el barco”. “Ahora ellos tiene otros barcos con los cuales trabajan armando su cooperativa pesquera”. “El trabajo en unión de estas 3 familias les dio prosperidad. Los hombres salen a pescar y las mujeres preparan para la venta. Exportan marisco a EEUU.” “Ha sido la unión del trabajo cooperativo lo que los hizo crecer”. Isela Trejo es abogada. Como abogada apoyó y asesoró entre otras cosas a estas dos cooperativas (mujeres y pesqueros). Muy orgullosa recalca que no trabaja desde los escritorios sino allí mismo donde está la gente. Y contó que estudió en Israel el cooperativismo a través de los Kibuts, dándose la oportunidad de implementar todo ese conocimiento y experiencia y expandirlo. Adriana Borghi Contó su experiencia de acercamiento a la cooperativa acompañando a su padre desde que era pequeña. “Ahora me interesé por acompañarlo en jornadas sociales y técnicas de la cooperativa. En un ambiente de hombres igual me interesé por saber el tema en el cual está mi papá.” “Conocí, me acerqué. Se abrieron algunas puertas y nos propusieron participar en una jornada de CASSPE muy interesante” “Actualmente estoy yendo y viniendo al campo. Mi padre se dedica a la ganadería y lechería. Un hermano mio está haciendo una pasantía en lechería en Nueva Zelanda, y otros hermanos están en el exterior.” “Me acerqué con el interés de ayudarlos en gestiones de organización de documentos y llevarles la parte contable del establecimiento de mi padre.” “Antes lo acompañaba mi mamá, ahora estoy solo yo acompañándolo”. “No he tenido problemas para integrarse, tengo las puertas abiertas en CALSAL.” “Los roles con mi papá es que él es el que toma las decisiones, pero nos consulta a las dos (a mi mamá y a mi).” “Al comienzo me costaba participar porque eran solo hombres en las reuniones, pero vencí ese miedo y fui por otro interés: abrir mi mente, interiorizarme de otros temas. Siempre busqué informarme y vencer prejuicios.” Adriana alentó a que las mujeres acompañen a su marido o padre a las actividades de la cooperativa. Comentó que hizo un curso de Gestión Agropecuaria que le ha servido mucho para llevarle la contabilidad a su padre y ver la cuestión de cultura organizacional de la empresa. Y resaltó el lugar que le ha dado CALSAL siendo que se ha integrado cada vez más, ya que “siempre me convoca y participo de todo lo que puedo”, concluyó. Gastón Álvarez “Valoro lo importante que es el capital humano, por supuesto en ello incluyo las mujeres y su integración en la cooperativa”. “El testimonio que quiero contar fue de una experiencia de integración cooperativa”. “En el campo el hombre es machista, en cuanto si su mujer sale o no sale. Y en el sector lechero en el productor chico ese tema es más grande todavía” “En alguna época fui presidente de la Asociación de Productores de Leche de Parada Esperanza. Una de las primeras preocupaciones era armar una asociación de productores lecheros. La tarea era mostrar que existíamos y necesitábamos avanzar en cosas”. “En cierto momento estábamos reunidos los hombres de la directiva preparando una Asamblea, en una pieza del lugar donde nos encontrábamos. Estábamos los hombres preparándola, y yo justo fui al teléfono, pase a otro sector y estaban reunidas las mujeres. Y me puse a escuchar el nivel de discusión, y con las mismas inquietudes y cuestiones que los hombres. Entonces fui y le dije que las invitábamos a trabajar en conjunto.” “A partir de allí hubo un enriquecimiento enorme en representación social y en la concreción de cosas que queríamos lograr.” “Esa experiencia de trabajo colectivo me dejó a mi que es muy importante que se integren el trabajo del hombre con el de la mujer en la cooperativa. Hay que generar las oportunidades para que se integren” “Habían otras mujeres que no estaban interesadas en la parte comercial, sino en lo más cultural o social. Ese grupo abrió una biblioteca. Participaban activamente sí, pero no en lo comercial sino en otro aspecto.” “Entonces, eso me hace pensar que el error a veces sea querer que la mujer se incorpore solo a los aspectos económicos o productivos de la cooperativa (trigo, maquinaria, insumo, etc), tal vez no participan porque no les interesa hacerlo en esas áreas”. “Hay diferencias entre el hombre y la mujer pero si queremos tener una actividad de sinergia hacia esos objetivos tenemos que generar ámbitos en que la mujer se sienta cómoda y tenga ganas de trabajar”. “El sistema cooperativo tiene algo especial, trabaja en dos ámbitos: uno comercial-empresarial, para poder tener insumos, mejores condiciones, etc., y otro ámbito de valores, hay conceptos de solidaridad que es fundamental para la cooperativa que la empresa funcione bien, no hay que perder de vista la parte ambiental. Lo educativo y social”. “La cooperativa encierra esa fase económica pero también un entorno (valores, etc.)” “Hay muchos espacios que se generan y no están llenos porque nos torcemos hacia el lado empresarial y quedan en blanco otras cosas. Tenemos que funcionar a partir de nuestros intereses y vocación en común, pero también distintos. Ahí está la complementariedad que produce una sinergia global”. “El trabajo conjunto potencializa, no se trata de una competencia entre el hombre y la mujer.”