"Guía para proyectos fotográficos"Publicada en el marco del taller

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GUÍA PARA PROYECTOS FOTOGRÁFICOS
La presente publicación online se realiza en el marco del taller Construyendo nuestra realidad que,
dirigido e impartido por Juan Manuel Castro Prieto y Chema Conesa, tuvo lugar en la Sala Ideas de
Tabacalera en marzo de 2015.
Este taller ha sido el primero celebrado dentro del programa de talleres de fotografía organizado por la
Subdirección General de Promoción de las Bellas Artes del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte,
que de forma permanente se llevan a cabo en Tabacalera.
El objetivo fundamental del programa de talleres es dotar a los participantes de instrumentos que les
faciliten explotar sus capacidades artísticas, permitiéndoles gestionar de una manera más eficiente su
creatividad.
Construyendo nuestra realidad tuvo como objetivos concretos que los participantes desarrollaran
un proyecto personal y encontraran la forma de plasmar su trabajo para presentarlo de forma personal
y coherente, con vistas a su posible uso profesional. El propósito era aprovechar la experiencia de los
directores del taller como herramienta en los diferentes campos de la construcción técnica de la
imagen, la edición de libros, el comisariado de proyectos y la exposición de obra.
Siguiendo con esta línea de trabajo, la Guía para proyectos fotográficos, escrita por Juan Manuel
Castro Prieto y Chema Conesa, se ofrece como una herramienta más para el ámbito de la fotografía,
una publicación donde se exponen diversos aspectos sobre los que reflexionar a la hora de abordar el
desarrollo o puesta en marcha de un proyecto fotográfico.
ÍNDICE
LA IDEA
· La idea retrata al individuo
· ¿Qué tenemos que decir de esa idea motora del proyecto?
· ¿Qué vamos a aportar de nuevo?
· ¿A quién le puede interesar?
EL SOPORTE FOTOGRÁFICO
· ¿Qué técnica fotográfica vamos a emplear?
· ¿Sobre qué soporte fotográfico vamos a trabajar?
· ¿Qué formato fotográfico vamos a elegir?
· ¿Qué aspecto estético quiero que tengan mis fotografías?
EL SOPORTE FORMAL
· El fotolibro
· El portfolio
· Internet
RESULTADOS DEL TALLER “CONSTRUYENDO NUESTRA REALIDAD”
1.
LA IDEA
Todo comienza con ese trabajo neuronal que genera la decisión creativa. De aquí parte el mayor peso
constructivo del proyecto, la ventura o desventura del viaje a emprender.
Por más que lo intentemos, el uso de la fotografía como soporte de ideas, cada vez de forma más rotunda, está dejando en evidencia a la idea antes que al soporte. Por muy atractiva que sea la forma fotográfica sobre la que cabalgue esa idea, el impacto visual durará poco en la memoria si no va acompañado
de una idea brillante.
Así pues, no debemos sobrevalorar el cómo, en detrimento de qué, y ser conscientes que un lenguaje
como el fotográfico, ya en su etapa de uso universal, necesita ideas sobre las que asentar un discurso
mucho antes de disparar la cámara.
Ante la evidencia del momento que vivimos en relación con los usos del lenguaje fotográfico, tenemos
que constatar el abuso de la fascinación creadora que transmiten los artilugios que obtienen imágenes
de forma tan sencilla y tan correcta que cualquier individuo puede sentirse fascinado –y de hecho
suele ocurrir,- con la posibilidad de sentirse artista, capaz de crear belleza con el solo impulso de su
dedo índice. Por otro lado, la evidencia del hedonismo que procura la sociedad rica y confiada en la
que nos movemos, hace que en demasiadas ocasiones el discurso se enfoque a ensalzar nuestra
propia realidad atribuyendo interés a lo particular de la vivencia de cada individuo. Es como una afirmación de la personalidad individual que gracias a una cámara toma relieve en forma de discurso del
yo ante el colectivo.
Para intentar evitar redundancias y hastío personalista en discursos vacíos, es importante someter
nuestra mente a un somero cuestionario que evite en lo posible naufragios dolorosos.
Es importante tener en cuenta los aspectos que se indican a continuación.
1.1
La idea retrata al individuo
Una fotografía interesante parte de una mente interesante. Nunca está de más recordar este axioma.
Si algo tiene la fotografía es la capacidad de trasparentar y evidenciar todo el bagaje cultural que se
desprende del contenido de una imagen. El fotógrafo, al trasladar una idea a una imagen, está hablando de sí mismo con una claridad semejante a la de una radiografía. Su aporte es tan evidente que todo
proyecto expresado en una serie de fotografías no es sino un espejo del mismo fotógrafo, un reflejo de
su manera de pensar, de su clave cultural e incluso puede aportar datos de su forma de ser. Todo esto
actúa de espejo inverso cuando la idea que fundamenta un proyecto es un reflejo adquirido de otros
proyectos, de otros autores, o es simplemente huero. En definitiva toda impostura a la autenticidad de
construir un proyecto que conjugue mirada y corazón de la propia personalidad del autor, será inconsistente y fácilmente diluible en la memoria.
1.2
¿Qué tenemos que decir de esa idea motora del proyecto?
Como consecuencia de ese carácter personal que debe tener un trabajo, la pregunta que desarrollará
el proyecto de una manera u otra es la implicación y el ajuste de las posibilidades reales del fotógrafo
con el tema elegido. Se trata de acercar la personalidad del autor a las claves del trabajo elegido. La
empatía hacia el tema que se pretende, el grado de implicación, el conocimiento y la asunción de las
dificultades que conllevarán la realización de la idea matriz, el posicionamiento ideológico y personal
con la idea nuclear del proyecto. Si un proyecto plantea una cuestión alejada a los intereses reales del
fotógrafo, muy difícilmente resultará coherente el resultado final.
1.3
¿Qué vamos a aportar de nuevo?
La reiteración de ideas similares como fundamento de un proyecto hace imprescindible la diferenciación, la innovación. La respuesta a esta pregunta marcará una hoja de ruta que deberá ser el camino
para la realización. La novedad de la aportación siempre marcará una posibilidad de éxito y una guía
para avanzar en el desarrollo del guion.
1.4
¿A quién le puede interesar?
Es importante ser conscientes de que el ejercicio de la fotografía puede ser simplemente un entretenimiento muy beneficioso en lo personal, pero también absolutamente intrascendental para el prójimo.
Si tenemos en cuenta esto debemos imaginar a qué núcleo de humanos le puede servir o interesar tu
trabajo. Si el proyecto se fundamenta en actividades sociales tal vez tenga un encaje mas sencillo y
amplio, si se trata de construir discursos mas cercanos a la abstracción personal, el interés estará muy
ligado al resultado final, a la impresión última, a la huella que el trabajo consiga imprimir en nuestros
sentidos por muy abstracto que sea el mensaje y el soporte. Definitivamente todo lo humano genera
interés en el colectivo, pero la vía de comunicación, la imagen, provoca diferentes reacciones, diferentes lecturas según el bagaje de cada espectador, mientras una fotografía habitada de referentes documentales simplifica el mensaje, la abstracción necesita una mayor fuerza comunicadora y habitualmente representa una mayor complejidad su lectura. Todo esto solo evidencia la necesaria imbricación
de la idea y la forma para conseguir una mejor comunicación sea cual sea el contenido del discurso
elegido.
2.
EL SOPORTE FOTOGRÁFICO
Una vez elegido el discurso y diseñado el guion, aparece la forma. La imagen fotográfica nos va a obligar a decidir cuál es el aspecto que quiero que tengan mis fotografías. Un problema a resolver, y no es
pequeño.
Según el proyecto, cada cámara, cada película o cada sensor digital, nos va a ofrecer diferentes posibilidades, tan amplias como el campo de las ideas. Un campo sin límites.
Esta reflexión es imprescindible para cada fotógrafo y a la vez se debe tomar en solitario, por decantación de una decisión interna. Aquí intervendrá sin duda el bagaje personal, la educación adquirida y la
particular inclinación estética. Se trata de elegir montura para el viaje, y será el tipo de viaje el que
influirá de una forma u otra para la decisión final.
De cualquier manera es importante que tengamos en cuenta los siguientes aspectos:
· La técnica fotográfica que vamos a emplear.
· Sobre qué soporte fotográfico vamos a trabajar
· El formato fotográfico que vamos a elegir.
· El aspecto estético que quiero que tengan mis fotografías.
El soporte analógico permite un aroma óptico muy diferente al digital. Aquí la óptica tiene una influencia casi definitiva en la formación y aspecto final de la imagen. Los inconvenientes son más bien los
económicos y el tiempo necesario para llevarlos a cabo. En su favor está la necesaria reflexión que
obliga un soporte fungible como es el de película. Cada disparo parte de una relevancia mayor ante el
riesgo de error difícilmente reparable. Es especialmente adecuado para trabajos reflexivos, complejos,
que no dependan de la ocasión del disparo, que soporten el ritmo lento de trabajar con trípode y equipos pesados.
El campo del soporte digital está mucho mas preparado para soportar indecisiones y errores a corregir
en postproducción. Si partimos del hecho de que los sensores digitales solo distinguen la diferencia
entre luz y sombra (o ausencia de luz), el color es un aporte de software y por tanto es una convención
cromática asociada a diferentes luminiscencias. En definitiva, no es una traslación natural de colores y
por tanto todos son factibles de interpretación. Esa interpretación es la clave para decidir el aspecto
final de las fotografías, y en ese punto es imposible acordar nada firme dado que el color y la luz se perciben de forma diferente por cada individuo según las características de los conos y bastoncillos que
contiene la retina. Esta es la característica que impulsa a los autores a buscar una determinada decisión
estética que les señale, reconozcan y sean reconocidos. En este sentido, la preparación de los jóvenes
fotógrafos, cada día más, refleja en sus fotografías la escuela donde han recibido clases de técnica fotográfica digital, donde han practicado el Photoshop e incluso el profesor que han tenido como formador.
Digamos que de alguna forma la fotografía digital obliga de alguna manera a intervenir en postproducción de forma más activa que si empleamos la fotografía analógica, puesto que esta ya nos da claves
estéticas más firmes y asentadas según cada producto empleado. Aun así, es evidente que también la
fotografía analógica termina atravesando una digitalización en el proceso de difusión, por lo que también es factible de intervención a posteriori.
En cualquier caso es casi tan decisivo el soporte como el formato a elegir. La cuestión funciona semejante y paralelamente a la decisión del soporte. A formatos físicamente más grandes, se impondrá la
necesaria lentitud, reflexión y complejidad. La técnica estará siempre presente de forma más activa y al
mismo tiempo el control que permiten estos formatos sobre encuadre y composición, harán mucho más
presente al autor de la imagen.
3.
EL SOPORTE FORMAL
Una vez finalizado o ya avanzado el proyecto hay que tener en cuenta el hecho esencial de la comunicación: solo existe aquello que se difunde.
La primera cuestión será esa, el cómo vamos a difundir nuestro trabajo.
Esta cuestión se responde tras el análisis de lo que pretendemos, del uso, del porqué del trabajo. Ya
hemos señalado que el hecho de fotografiar ya es en sí mismo una actividad compensatoria a nivel personal y que no hay que buscar forzosamente otro fin que el de la satisfacción. Lógicamente, lo sustancial al ser humano es la comunicación, y si practicamos cualquier actividad siempre parece ser que el
fin óptimo es darla a conocer. Partiendo de esta premisa hay que centrarse en el uso, el fin que se pretende.
Un trabajo fotográfico tiene la misión fundamental de presentar al autor, su forma de mirar, su instinto
gráfico, su pasión por lo que expone, su implicación en el tema y en definitiva su carácter como persona. Por ello vamos a ver qué usos son aplicables y para qué fin.
3.1
El fotolibro
En los tiempos de la era digital, es muy sencillo convertir un proyecto en un libro, folleto o portfolio. La
impresión digital permite imprimir la cantidad de libros que se desee sin incidir tan significativamente
en el precio final como en las imprentas y rotativas clásicas, cosa solo al alcance de una editorial asentada. Esto permite convertir una serie de fotografías en un objeto listo para ser enseñado con ese
toque de profesionalidad que da seguridad a quien lo enseña y paz a quien lo mira. Es importantísimo
en este punto cuidar la presentación, el profesional que ve uno de estos libros o portfolios valora el
contenido de las imágenes, pero valora también y mucho, el envoltorio. Ningún fotógrafo que se precie
deja sus fotografías presentadas de cualquier manera, y si lo hace, mejor que sea ya conocido por trabajos anteriores ya que esa presentación puede ser demoledora para un principiante. Si vivimos en el
mundo profesionalizado de la comunicación, esta presentación ha de ser clara, directa, limpia e impecable, basada en el menos es más, que funciona como estandarte de la claridad y la optimización del
mensaje, por lo que es necesario que el soporte sea adecuado, con una edición gráfica esmerada, con
un diseño que funcione bien con el contenido y en un formato que no destroce la conjunción de todo
lo anterior. El trabajo se convierte en un objeto, y este debe representar el trabajo en la misma línea de
sensibilidad, estética y textura que el contenido. Solo si se conjugan bien estos componentes, cabe la
posibilidad que incluso alguna editorial se interese por el proyecto.
En nuestra experiencia, el fotógrafo es el que más se equivoca con la selección de su trabajo. Las
cuestiones de esfuerzo y recompensa a la hora de realizar la fotografía soñada hacen errar al autor.
Una mirada desapasionada acompañada de una explicación de ese criterio, será siempre fructífera
para el autor de las imágenes, siempre que confíe en el criterio de los visionadores y sepa reflexionar
sobre los comentarios recibidos, ya que la forma de mirar también será diferente en cada sujeto que
contemple el trabajo. El consejo es pedir varias opiniones argumentadas, que el autor reflexione sobre
ellas, y finalmente decida con su criterio, dado que es éste el que tendrá que defender cuando intente
ofrecer su trabajo.
En cuanto al diseño sucede lo mismo. Un buen diseño hace crecer tu trabajo y dice mucho de tus
gustos. Se necesita de nuevo acudir a expertos que aconsejen una forma de presentación y un papel
–si es la opción elegida- que potencie el conjunto.
3.2
El portfolio
Si el uso es un portfolio para enseñar a agencias o empresas interesadas, se debe tener en cuenta que
lo que habitualmente buscan los profesionales de estas agencias o empresas es el carácter del conjunto, el ojo y la personalidad del fotógrafo y se suele valorar más la claridad de conceptos, la separación
de temas y la originalidad novedosa. Hay que tener presente que la pregunta que ronda en la cabeza
de estos profesionales que ven tu trabajo es “para qué podría servirme el trabajo, la mirada de este
fotógrafo”. Son profesionales que tienen que resolver problemas diarios como ilustrar campañas publicitarias o asignar trabajos que tienen que resolver en su forma gráfica y el fotógrafo que enseña su
trabajo está en ese momento siendo interpretado a través de sus fotografías y estas aparecen en la
cabeza del visionador como útiles o inútiles para el fin que busca.
Por eso hay que tener presente que:
· No es conveniente mezclar géneros fotográficos en el mismo portfolio, no vale mezclar reportaje,
retrato, paisaje y desnudo o moda como en paella. Funciona mucho mejor enseñar una o dos vertientes del trabajo en fotos o folletos separados y claramente diferenciados.
· Que hay que ser agudo para informarse previamente y saber a quién o a qué empresa vamos a
enseñar el trabajo.
· Que un no de hoy no es un no para siempre. Muchas veces la casualidad hace que lo que hoy no
vale, sea buscado mañana. Y para eso hay que volver las veces que sean necesarias.
Si la decisión es intentar una exposición, apuntamos al punto más caro para dar visibilidad al proyecto.
La producción de una exposición no suele estar al alcance de un particular, y si no hay una entidad tras
la idea, se multiplica la dificultad por el tema de la sala de exposición. Aun así, hay que mirar con realismo y optar por ampliar un par de copias en los formatos y acabados deseados e intentarlo con pequeñas galerías, mas receptivas a la búsqueda de talentos que no les suponga riesgos económicos.
3.3
Internet
Queda para el final la oportunidad más evidente de todas que es la que supone la red de internet. La
difusión de imágenes está en el ADN de las redes sociales y en las webs de contenidos fotográficos.
Moverse bien en el mundo virtual social pasa a ser una prioridad absoluta para obtener la mayor difusión y visibilidad de los trabajos. La agresividad del mercado y la búsqueda de novedades está en
internet. Agentes y publicistas visitan continuamente estas páginas en busca de talentos o soluciones
a sus problemas profesionales y son ya muchos los casos del salto al mundo profesional desde el
rincón particular, sin pasar por agencias ni escuelas. Todos sabemos que el talento no es complemento directo de la preparación. En el mundo de la imagen suceden hechos impredecibles como es en sí
mismo la genialidad del talento innato, y esto solo sucede casualmente, y para que esa casualidad
ocurra es imprescindible tener disponible una página web y unas redes sociales bien engrasadas y
bien construidas que sean fácilmente identificables y que expongan el trabajo del autor de forma clara
y ordenada.
En definitiva, todos somos capaces de fotografiar, lo que es más complicado es tener algo que decir
sobre cualquier tema de forma relevante. En definitiva solo una mente interesante puede producir fotografías interesantes, y solo alguien con voz propia puede desarrollar un proyecto continuado.
RESULTADOS DEL TALLER
Las imágenes que se muestran a continuación han sido realizadas por los alumnos participantes en el
taller “Construyendo nuestra realidad” que tuvo lugar en marzo de 2015 en Tabacalera.
Ana Valiño | Marta
Beatriz Polo | L’illa
Cristina Antón | Aqua
Cristina Calvo | Bajo este cielo tan nuestro
Fernando Sánchez | Ojos abiertos
Florencio Sánchez | Historias de viajes
Gloria Márquez | Iuliana
Iris Encina | Extrarradio
Iris G. Merás | Puerperio
J.Diego Fajardo | Los visionadores. Variaciones sobre Kepler
Juan Blas Leal | El tiempo que ya no está
Paz Guillén | Ku
Pilar Morales | Periplo
Susana Soria | Vestigio
Ana Valiño | Marta
Beatriz Polo | L’illa
Cristina Antón | Aqua
Cristina Calvo | Bajo este cielo tan nuestro
Fernando Sánchez | Ojos abiertos
Florencio Sánchez | Historias de viajes
Gloria Márquez / Iuliana
Gloria Márquez | Iuliana
Iris Encina | Extrarradio
Iris G. Merás | Puerperio
J.Diego Fajardo | Los visionadores. Variaciones sobre Kepler
Juan Blas Leal | El tiempo que ya no está
Paz Guillén | Ku
Pilar Morales | Periplo
Susana Soria | Vestigio
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