ÉTICA. DEONTOLOOIA y BIBUOTECAS , Etica y deontología Esperanza Guisán La ética tiene poco que ver con las mora­ la seguridad, la cultura, la infonnación, etcé­ Catedrática de Ética, les vigentes, las verdades reveladas, o el tera, cuidado especial que no implica un siste­ Facultad de Filosofía y razonamiento puro, como erróneamente ma carente de normas, sino que éstas sean Ciencias de la Educación. Universidad de Santiago de Compostela pretendía Kant, relegando al corazón huma­ exigencias racionales para el buen funciona­ no a un "enser" inútil. miento del servicio en cuestión. La ética significa preocuparse por uno Decidir sin embargo lo que es racional y mismo y por todos los demás. Engrandecer­ razonable como exigencia moral, implica se, engrandecer a los otros. Expulsar los que los redactores de los códigos deontoló­ malos espíritus de la envidia y la discordia gicos no sean simples aficionados a los de la casa del mundo. La deontología, que libros de divulgación ética, sino expertos en es el estudio de los deberes de los seres el conocimiento de las argumentaciones y humanos en cuanto miembros de una profe­ justificaciones filosóficas de la conducta. sión, no puede tener otra misión que ayudar Como quiera, por lo tanto, que la funda­ a procurar la felicidad de los usuarios de un mentación de las diversas deontologías ha servicio sin menoscabo de la igual felicidad de venir detenninada por el sentido y come­ de quienes se lo proporcionan. tido de la ética, bueno será que recapacite­ Algunos se empeñan en que la ética es un do que se deriva de las nonnas éticas; bien to Dios todo está pennitido", cuando la será que fijemos la atención en lo que la cuestión es muy al contrario "muerto Dios ética significa, los malos usos que de ella se ha nacido la ética" o, nacida la ética, es hacen, etcétera, para tenninar aplicando lo redundante hablar de la bondad de un dios dicho a un esquema que sirva de orientación detenninado ya que no podríamos saber qué a los redactores de códigos deontológicos. divinidad es justa y benevolente a no ser que El centramos en la ética, dejando para un conozcamos de antemano lo que significa segundo y breve momento la deontología, justicia, benevolencia y bondad. se debe únicamente a la necesidad de procu­ Más aún, los que pretenden anclar la rar reflexión e infonnación, en un espacio ética en preceptos meta-empíricos y trans­ reducido como es éste, comenzando por el mundanos, sea Dios o la Razón Pura de principio. La deontología, como la ética Kant, generalmente, van guiados por el aplicada es el verdadero test donde se prue­ ánimo de constreñir las esperanzas humanas ban las cualidades humanas. Es en nuestras de una vida terrena feliz. vidas privadas y profesionales donde nos La ética nace, como Hume lo explica mostramos generosos, solidarios, afables, o muy bien, de la necesidad de expandir nues­ todo lo contrario y por tanto a veces se diría tro punto de mira, de la necesidad y el anhe­ que es más urgente comenzar a poner en lo de convertimos en observadores impar­ práctica la redacción de códigos morales ciales, como también afirmaría Adam Smith, capaces de emular al dios divino. EDUCACION y BIBLIOTECA - 98. 1999 mos sobre el fin de la vida moral, y el senti­ conjunto de mandatos divinos y que "muer­ profesionales que "divagar" sobre el sentido de la ética. Somos animales morales y la ética nos Sin embargo, si bien la bondad de las hace animales éticos, que es poco menos que conductas se prueba en la práctica cotidiana decir que animales divinos, capaces de hacer y profesional, el propio criterio de "bondad" de los otros seres humanos dioses para noso­ es anterior en algún sentido a la práctica. tros, en lugar de lobos, como reza la famosa Tenemos que tener una idea aproximada de frase de Hobbes. De ahí que la deontología lo que significa ser ético, obrar de acuerdo tenga que poner especial esmero en que se con la eticidad, saber qué es ser auténtico, trate a los que necesitan ayuda en el ámbito de noble, etcétera, antes de decidir quiénes se 44 ÉTICA, DEONTOLOGIA y BIBLIOTECAS comportan de acuerdo con la ética y quiénes particularmente decidieron que la felicidad dejan de hacerlo. y la virtud eran inseparables. Y la práctica En ocasiones los códigos deontológicos no son sino una colección de tradiciones y totalidad de quienes les sucedieron insistie­ ron en lo mismo. prejuicios junto con una serie de consejos ¿Por qué, pues, hemos sufrido los humanos del sentido común, pero carentes del rigor innumerables sacrificios en orden al cumpli­ que les haga dignos de respeto. miento del deber moral'!, ¿porqué los códigos Un código deontológico o está fundado deontológicos han descuidado la atención en la filosofia moral o ética, o carece de toda cordial a los seres humanos, la felicidad posi­ autoridad moral. ble en todos y cada unode los casos? Como médico puedo negarme a cooperar Se me ocurren principalmente dos cau­ con el enfermo que pide ayuda para una sas: una errónea concepción de la ética o muerte digna, o puedo dar la espalda a la una errónea concepción de la felicidad. adolescente violada que será madre si yo, como profesional, no lo impido. Existen a) Una errónea concepción de la ética normas religiosas e incluso normas legales, Para muchos la ética vendría a suponer que imposibilitan mi intervención en ambos simplemente la moral positiva prevalecien­ supuestos, pero la legalidad y la religiosidad te, originada por las opiniones tanto ilustra­ de una norma no tienen necesariamente das como no ilustradas, las normas deriva­ relación alguna con su moralidad. das de los prejuicios y las tradiciones. Por supuesto que muchas normas religio­ Los dioses y las autoridades disfrutan en sas y legales encaminadas a la cooperación muchas ocasiones imponiendo su autoridad, con los demás contienen elementos que exa­ que ha de ser seguida a ciegas, manteniendo minados críticamente resultan éticamente su poder que no puede ser contestado. valiosos, y deben ser en tal sentido reco­ A lo largo de muchos siglos, las inclina­ mendados. Pero las normas legales y reli­ ciones del ser humano se convertían en giosas contienen también prejuicios (aun­ malignas, simplemente por ser humanas. Y que tanto la religión como las leyes hayan esto está escrito no solamente en las enCÍcli­ experimentado históricamente un importan­ cas de algunos pontífices sino en los trata­ te proceso de crítica y mejora). Divorciarse dos de ética mejor reputados, como los del o no divorciarse es algo que ha de ser deter­ pietista y gran filósofo Irnmanuel Kant, por minado teniendo en cuenta únicamente la poner un ejemplo. voluntad de los cónyuges, y no la de los legisladores y los sumos sacerdotes. Más que servir o ayudar a la naturaleza humana la ética así concebida tiene la Por eso el médico o el farmacéutico que misión de suplantar a la naturaleza humana. por "objeción" de conciencia se niegan a Nos volvemos amanerados, hipócritas, pre­ recetar o expedir un anticonceptivo, deberán sentando un rostro que no es el nuestro, responder no ante el código deontológico negando nuestras inclinaciones espontá­ posiblemente desfasado que les fue inculca­ neas, exhibiendo una máscara pétrea donde do, cargado de prejuicios y autoritarismos todo parece en orden sin asomo de sonrisas. dogmáticos, sino ante la sociedad que les ha La vida se convierte en grave y pesada, confiado el cuidado de la salud y el bienes­ porque estamos siendo humillados por el tar público. dios que nos hizo alegres para exigirnos 1. La ética de sacrificios sin fin. ahora la renuncia a nuestra alegria en aras Se nos expulsa del paraíso por querer Es dificil la ética, pero estimulante. Es un conocimiento del bien y el mal, se 'confun­ camino dificil, tal vez imposible, pero que den nuestras lenguas por querer llegar al podemos transitar, con más o menos dificul­ cielo con la Torre de Babel. Somos conde­ tades para descubrir que la vida buena es la nados a la infancia absoluta en el ámbito del buena vida. Que es posible vivir al tiempo saber moral, elogiándosenos únicamente gozosamente y éticamente. cuando nos comportamos como niños. Pero Los clásicos griegos insistieron con ahín­ los niños pequeños, como Piaget, entre co en la deseabilidad de vivir gozosa y jus­ muchos, ha demostrado, son seres humanos tamente. Platón, Aristóteles y Epicuro, muy no desarrollados, pendientes de los castigos 45 EDUCACION y BIBUOTECA - 98. 1999 ÉTICA, DEONTOLOOrA y BIBUOTECAS de los mayores a los que temen desobedecer por competitividad, el antagonismo, la incomprensión, la crueles que sean sus mandatos. La misión de la ética envidia, la malevolencia. Ciertamente todos los que no es mantenernos en la infancia moral sino empu­ negaron que la felicidad y la virtud pudieran recon­ jarnos a crecer hasta alcanzar la autonomía que nos ciliarse en esta vida tenían una pobre concepción de hace críticos y sabios a la hora de enjuiciar nuestras la felicidad y una visión "maliciosa" de la virtud. Posiblemente ningún normas y nuestras conductas. Las morales autoritarias y dogmáticas pueden, tirano, ningún asesino o corruptor ha causado tanto daño a la humanidad durante algún tiempo emborracharnos de santo celo, como el que le ha impedido desarrollar a un tiempo de modo que salgamos a las calles o los campos de su mayoría de edad moral y su vida profundamente batalla a matar infieles o quememos libros herejes, o gozosa. castiguemos a los que, disconformes con los libros Para evitar el dolor inútil se hace necesario que sagrados de cada cultura, quieran conocer lo que ha todos los ciudadanos reciban una educación moral sido escrito por autores críticos o disidentes. optimista, que empuje hacia la vida gratificadora, por Se hace así el reino de las sombras, donde uno no una parte, por otra parte que el código deontológico sabe dónde le llevan sus pasos. Guiado por el líder de su profesión le muestre la posibilidad de hacer de espiritual no se pregunta: ¿qué gana el mundo con su vida una obra de arte. Como quiera que el espacio que sufra de este modo?, ¿qué beneficia a la humani­ y la oportunidad no me permiten desarrollar el amplí­ dad el que me haya castrado o extirpado el clítoris? simo tema de la educación moral, terminaré dedican­ Se crean morales mortíferas como la expiación a tra­ do unos cuantos párrafos al tema apasionante de las vés del sufrimiento, la valoración positiva de la deontologías profesionales que he tratado parcial­ renuncia a los goces del mundo, etcétera. mente en ocasiones anteriores en este breve trabajo. No es misión de la ética enseñarnos a ser felices sino a hacernos merecedores de la felicidad, afirmará 2. La deontología 1. Kant, sin percatarse de que nada puede hacer a uno El que cura enfermos, como el que educa niños, merecedor de la felicidad más que buscarla afanosa­ como el que trata con obras de arte o con libros, el mente para uno mismo y para los demás. Deliberada­ que vende medicamentos, el que cura animales, el mente se oculta el papel de la felicidad, la dicha y el ingeniero, el químico, el jurista, etcétera, tienen en gozo en el crecimiento moral y la excelencia humana, sus manos mucho más poder que el que imaginan, como factores determinantes del quehacer ético. por eso es preciso que la sociedad y los profesiona­ No se comprende, en el caso de Kant y otros, que les confeccionen códigos de conducta moral no sólo el verdadero papel de la ética no es suplantar la natu­ para evitar fraudes, tratos vejatorios o represivos, raleza humana sino hacerla más potente, más robus­ etcétera, etcétera, sino para robustecer los pilares del ta, más rica en matices, más amplia en donaciones. bienestar colectivo e individual. No se sabe que la ética no tiene otro cometido que Cuidar, curar, enseñar, trabajar con objetos de hacernos felices para que seamos generosos y solida­ ciencia o de cultura, gobernar o legislar en cualquier rios, huyendo de la malicia y de la envidia. ámbito de la vida pública crean obligaciones espe­ cialísimas, ya que inciden en la educación, forma­ b) Una concepción errónea de la felicidad ción y cuidado de las personas. A veces da la impresión de que muchos tratadistas La deontología de las distintas profesiones no de ética pertenecen a lo peor de la raza humana, a puede fundamentarse caprichosamente de acuerdo aquellos que no conciben más felicidad que la que con los intereses de un grupo de profesionales. Aquí satisface sus placeres más bajos, más cortos de alcan­ como siempre en ética, es el bienestar común, mate­ ce, aquellos que más hieran a los demás, o aquellos rial, espiritual y moral lo que importa. Por eso la que menos se ocupen de los otros. Pero es cuando deontología como tal no puede ser sino un apéndice menos dudoso que el individuo que no hace más que de un estudio amplio y profundo de la ética. Se emborracharse, al satisfacer esa pequeña fuente de podría decir sin exagerar que el que conoce la ética, placer sea realmente dichoso. Mientras que el que se con sus principios de benevolencia, solidaridad y "emborracha" con los colores de su paleta, o pone su sabiduría universal, está ya casi perfectamente pre­ mente, su sensibilidad, ágiles y armoniosos mediante parado para llevar a cabo éticamente su cometido las artes y las letras, o perfecciona su cuerpo convir­ profesional. Por supuesto que hay problemas propios tiéndose en atleta, pueden sin dudar decir que se de cada profesión y especialidad que requieren de un encuentran cerca de lo más parecido a la perfecta feli­ estudio particular pero este sólo será posible en un cidad. segundo momento, una vez que conozcamos lo que En nada se parece la felicidad "moral" que se con­ funde con la virtud, con los placeres que producen la EDUCACION y BIBUOTECA - 98. 1999 46 la ética significa, como ya he indicado al comienzo del trabajo. B