Universidad Católica del Maule Facultad de Ciencias Religiosas y Filosóficas Pedagogía en Religión y Filosofía Curso: Teología Pastoral Profesor J. Morin [email protected] El Testimonio en la Acción Pastoral (Casiano Floristán 19) Mª Patricia Venegas, 2005 Floristán señala en su texto que “en la acción pastoral el testimonio se relaciona siempre con la evangelización” (Floristán 1993)1, ésta se lleva a cabo mediante el testimonio de la palabra y de la vida. En los textos del Vaticano II aparece con fuerza la importancia de un testimonio cristiano, como respuesta a un mundo exageradamente individualista y a una sociedad que se hace cada vez más injusta . Jesús al despedirse de los Apóstoles les confía el mundo y les dice seréis mis testigos2; y podemos constatar que hoy como ayer la Iglesia necesita más de testigos que apologétas; apóstoles más que predicadores. No es ya tiempo de probar que Dios existe. Es el tiempo de dar la vida por Jesucristo. Es evidente que el testimonio sin el compromiso de nada vale y “el testimonio cristiano es, por supuesto, compromiso.3 El autor nos dice que, según P. Ricoeur, el testimonio puede analizarse desde tres dimensiones que son: A) Dimensión empírica B) Dimensión judicial C) Dimensión ética A) Dimensión empírica: El testimonio tiene en primer lugar, un sentido empírico. El testimonio es el relato de cosas vistas u oídas, comunicación entre quien ha visto u oído y quien oye o lee. El testigo debe ser cierto, efectivo y no ficticio, no es neutral; habla en primera persona reiterando lo que ha visto y oído. Debe estar atento para ver y oír lo que pasa, atento de denunciar las limitaciones de justicia y las perdidas de libertad. “Conclusión cristiana: quien no está a favor de los pobres y marginados porque no opta por ellos no puede ser del todo testigo creyente”.4 B) Dimensión judicial: El testimonio, su relato no es simple constatación; esta al servicio de un juicio. Se busca formar una opinión sobre un acontecimiento o sobre su verdad. Se es testigo de alguien para condenarlo o perdonarlo, el testigo no es sólo un observador, es un ayudante de la justicia. Un medio de prueba. “Conclusión cristiana: Quien no desea implicarse por comodidad o por miedo es un testigo fugitivo o cobarde”.5 C) Dimensión ética: El testigo testimonia en conciencia y se compromete públicamente con lo que dice; en este sentido el testigo debe ser fiel, se identifica con una causa y se compromete hasta el final, con el riesgo de dar la vida. Ser testigos de la esperanza, cuando la vida esta amenazada por sistemas políticos hegemónicos, por oligarquías sociales que Cfr. Floristán, Casiano, “Teología Práctica: Teoría y praxis de la acción pastoral”, Sígueme, Salamanca, 1993, Págs. 383. 1 2 Cf. Lc 24, 48; Mc 16,15-18; Mt.28,18-20; 1Jn 5, 1-13 Ibíd. Floristan, Casiano, Op. Cit. , Pág. 384 4 Ibíd. Op. Cit. Pág.385 5 Ibíd. Op. Cit. Pág.386 3 Universidad Católica del Maule Facultad de Ciencias Religiosas y Filosóficas Pedagogía en Religión y Filosofía Curso: Teología Pastoral Profesor J. Morin [email protected] cuidan sus privilegios. Equivale a ser testigos de la vida y defensores de ésta en sus modos más primarios, cuando es amenazada por violencias estructurales e institucionales. Es más los testigos de la esperanza se comprometen con la vida en su totalidad. “Hay un tránsito de la palabra a la acción cuando se atestigua desde una convicción interior”. 6 Jesús, prototipo de testigo, según el Nuevo Testamento El relato evangélico no se fundamenta en recordar con nostalgia la memoria psicológica de unos hechos ocurridos en otro tiempo, ni provocar inquietudes, tampoco busca arrastrarnos a la resignación. La palabra es actualizada por la fuerza de los mismos sucesos, y busca que nos demos cuenta mediante la fe del sentido, la fuerza dramática, apasionada y esperanzadora de nuestra vida. Jesús en su testimonio ante Pilatos afirma: “Tengo por misión ser testigo de la verdad, para eso nací yo y vine al mundo” (Jn 18,37). La verdad en el sentido bíblico, es aquello en que se puede confiar o la correspondencia entre el decir y el hacer. Difiere de la verdad griega que busca la correspondencia entre lo real y la mente o que es lo que se puede conocer. Lo contrario de la verdad bíblica no es el error sino la mentira; no es la falsedad sino la ruptura de lo que une a dos personas. Para los griego la verdad es conocimiento, para los creyentes libertad y liberación. “Jesús no es el testigo de sí mismo, ni de Dios a secas, ni de la Iglesia. Es testigo del “reinado de Dios” o de la vida plena en el amor de Dios. Finalmente, es testigo consciente que no se vuelve atrás. No se dejo atrapar por los partidismos, defendió a pobres y pecadores, no estuvo al margen de los conflicto y fue coherente con su práctica: se jugo la vida.”7 En el Nuevo Testamente existen dos actividades conectadas entre sí; el anuncio y el testimonio. El testigo basa su testimonio en contextos históricos (sentido empírico); adquiere autoridad en nombre de Dios, que le envía (sentido jurídico) y se compromete con su testimonio (sentido ético). El testimonio no tiene como centro hechos contingentes y aislados sino que engloba nuestra existencia de forma radical y se manifiesta a través de un compromiso que puede llevar al sacrificio de la propia vida. La responsabilidad última del testigo es delante de Dios; Dios es quien juzga y otorga la gracia. 8 6 Ibíd. Op. Cit. Pág.386 Ibíd. Op. Cit Pág. 388-389 8 Ibíd. Op. Cit. Pág. 392 7