Carta de Víctor M. fundador del Congreso de Yoga de la Costa del Sol Hace diez años estaba pasando por una situación económica muy delicada. Había dejado una carrera profesional para dedicarme al yoga. Venía de una vida muy opulenta y no estaba acostumbrado a restricciones tan severas como las que me encontré. Recuerdo que en el peor de los momentos se me estropeó mi Vespa. Me resultaba imprescindible para llegar a tiempo entre los gimnasios y hoteles en los que impartía mis clases. Estaba desolado, porque eso suponía que me quedaría sin mi única fuente de ingresos, pues no tenía suficiente dinero para arreglarla, ni tampoco tiempo de espera. Me fui a dar un paseo mientras pensaba que tal vez era más sensato volver a mi antigua vida, a mi fuente de ingresos que, si bien no me hacia feliz, al menos me garantizaba una cena caliente. Mientras meditaba sobre esto, me encontré 20 €. Quizá te puede parecer ridículo. Si es así es que has sido muy afortunado y nunca te has visto acorralado por una acuciante la falta de dinero. No es que esos 20 € solventaran mis problemas financieros, si no que lo interpreté como una señal de que, cuando estás en el camino, no significa que la vida se vuelva fácil. Al contrario, la senda es estrecha! Sin embargo, las puertas se abren, la carga se aligera. El universo conspira para poner a todos los seres dónde deben estar. Entonces tuve la certeza de que había encontrado mi lugar Naturalmente que no se me acabaron mis problemas. De hecho habían empezado. Pero me dio esperanza. Cuatro años más tarde decidí hacer el primer congreso de yoga de la Costa del Sol con un formato que nadie se había atrevido a hacer y que hoy en día continua siendo el único en nuestro país: gratuito La colaboración de Ramiro Calle fue imprescindible en su difusión, y el éxito de la convocatoria (absolutamente artesanal, celebrada en un cortijo-museo y repartida por todos los rincones de la localidad de Marbella) se debió, sin duda, a su entusiasmo. El objetivo era difundir el yoga a todo el mundo. No me respaldaba ninguna federación, ninguna escuela. Solo la colaboración de la FNAC y del ayuntamiento, que comprendieron inmediatamente mis intenciones: Sin ánimo de lucro. Sin intenciones sectarias, sin ocultismos, sin parafernalia ni misticismo barato. Yoga por el yoga. Por si mismo, y no por sus frutos Acudieron 1500 personas. Todavía recuerdo que no había equipo de música, si no un reproductor de cd que me dejó uno de esos amigos que permanecen todavía a mi lado, de esos que son imprescindibles. Dicen que en la vida no hay nadie imprescindible. Para mi es falso Al año siguiente acudieron dos mil personas. Lo celebramos en el Palacio de ferias y congresos de Marbella. Muchos intentaron manipularlo o apropiárselo: yogabussines… Me costó una demanda, mi trabajo como director de una escuela de yoga. También me invitaron a irme de una federación de yoga donde tenía el ostentoso título de director de protocolos porque me negué a que tal evento fuera de su exclusividad. Pero el apoyo incondicional de centros y profesores de todo el país consiguió mantener el congreso como hasta hoy en día: independiente y solidario. Ramiro seguía ahí. El numero de actividades se multiplico por diez. Hoy es el congreso de yoga con mayor número de visitantes de toda Europa, alcanzando su pico en 2500 visitas (octubre 2009). Han pasado 205 profesores y escuelas de yoga, desde los más afamados hasta aquellos que recién han abierto su primer centro de yoga en su barrio, 14 nacionalidades distintas, 8200 visitantes en cinco años A raíz de este modelo ha surgido un aluvión de congresos similares, ofreciendo el mismo esquema de actividades simultáneas y espectáculos. Esto nos satisface enormemente, porque nunca buscamos monopolio al respecto, sino difusión No es que el yoga deba ser gratuito, es que no debe ser exclusivo. El Congreso de la Costa del Sol no tiene nada que ver con un congreso. Es una casa de puertas abiertas. Solo pedimos que se ciña estrictamente al yoga, que no sea proselitista en su fe sea la que sea, que sea solidario en sus horarios, que no identifique al yoga con su prejuicio ni con su religión Todos los años solicito la colaboración de todos lo que así lo estiméis oportuno. Juntos, podemos mantenerlo libre de costes al público, pues la financiación sigue siendo privada. Solicitamos una modesta donación, la que puedas, para poder continuar con esta labor. Todas las manos que colaboran aquí emplean su tiempo y hasta sus recursos para continuar con este sueño, que si un día fue mío hoy es de todos. Sabemos que vivimos una época dura, de grandes sacrificios y restricciones, que afecta a todo el mundo. Pero aún así decidimos continuar con más ímpetu si cabe. Los sueños que se cumplen son aquellos que hacemos despiertos y a la luz del día Las puertas están abiertas, para todos. Colaboraciones en la c.c de Cajamar a nombre del Instituto de estudios del Yoga 3058/0834/37/2720016139