Afectividad y sistema inmunitario La carencia afectiva en los niños influye en su sistema inmunitario, produciendo menor resistencia frente a las infecciones. Así se ha puesto de manifiesto en el II Simposio de Pediatría sobre Enfermedades Infecciosas y su Prevención en Edad Pediátrica celebrado en el Hospital Internacional Xanit de Málaga. La carencia afectiva está directamente asociada al desarrollo de determinadas patologías. En este sentido, hay un grupo social de alto riesgo, que son los niños, que no reciben diariamente el cariño necesario para tener armonía, tanto en su medio interno, como en el mundo que les rodea. La carencia afectiva influye como un determinante más sobre la calidad de la respuesta inmunitaria, "ya que este sistema no responde igual en un niño con este historial que en un niño que vive en condiciones normales", ha señalado el doctor Antonio Muñoz, uno de los ponentes del Simposio. Varias tesis doctorales realizadas hasta el momento han demostrado que una patología frecuente asociada a la carencia afectiva es el retraso en el crecimiento, debido a una inhibición del sistema hipófiso-adrenal, que en casos límite, puede impedir la producción adecuada de ciertas hormonas, dando como resultado niños con una talla inferior a la normal. Asimismo, se ha observado que la presencia de infecciones es más frecuente, y que la adaptación a los cambios de luz y oscuridad es más lento, ya que la melatonina, hormona que regula este tipo de cambios, está muy por debajo de la que se correspondería con la de un niño normal a esa edad. Los trastornos en el comportamiento son otro tipo de patología asociada, producidos por un grado importante de estrés y de ansiedad. Según indica el doctor Muñoz, los niños “pueden estar sometidos a un estrés crónico o de tipo psicológico y emocional, que menoscaba su tipo de respuesta inmunitaria”. Fuente: http://www.elmedicointeractivo.com