Palenque, Chiapas, México. - Freshwater Action Network

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Palenque, Chiapas, México.
Los hombres
estamos hechos de agua. El
agua, como el fuego, es un elemento que acompaña a la humanidad en su relación con su entorno y en el
desarrollo de las grandes civilizaciones. Pero la relación entre el agua y
el hombre siempre está en un equilibrio precario. En momentos el hombre domina el agua, la controla, la pone a su servicio, a la vez que la entiende y la respeta.
En otros momentos el agua avasalla al hombre, ignora su convivencia, al final de cuentas
tan reciente, y arrasa todo a su paso para llegar a su origen, el mar.
En la ciudad, pocos saben de dónde viene el agua para su uso cotidiano. Sale de la llave o del
grifo y es un derecho –y esta idea es reforzada cuando además se cobra por su uso.
En el campo, el agua está en los cerros, se funde con la identidad territorial –altépetl, cerro de agua– y
regresa cada año para el milagro del maíz. En el campo desértico y semiárido del norte, el agua produce grandes ganancias para la alimentación de los mexicanos y los vecinos del norte. Más de siete de cada diez litros de
agua se utilizan para la agricultura de riego y, rodando
principalmente a cielo abierto bajo un sol enamorado
Un rí
de ella, la mitad se pierde, sea por evapotranspiración,
infiltración o manejo ineficiente. Y los campesinos e
o es
indígenas mexicanos ahora han tenido que abandonar el altépetl e incorporarse como trabajadores
mu
rurales y urbanos a la economía norteamericana.
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Ellos, que tenían miles de años de sabiduría a
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cuestas para manejar la tierra y el agua, que
brindaron su aportación milenaria a la ali-
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mentación del pueblo mexicano y con-
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tribuyeron al desarrollo industrial
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de México cuando eran ellos
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los proveedores de comida.
*Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM;
Senderos y Encuentros para un Desarrollo Autónomo y Sustentable, AC. www.sendas99.wordpress.com.
México –como siempre se ha dicho– es un país de contrastes. El norte del país
está en vía de desertificación mientras ciudades costeras y otras, situadas en cuencas
cerradas en el altiplano, se inundan. ¿Qué ha pasado entre la era “primitiva” de los aztecas y xochimilcas –en que una zona lacustre albergaba a una ciudad de 400 mil habitantes y a
los pueblos que le daban de comer con su genial invento de las chinampas– y la era moderna en
que los suburbios urbanos se ven inundados por las aguas negras e inmundicias de la ciudad?
LAS
CAUSAS DE LA DISMINUCIÓN DE AGUA EN
MÉXICO
En el pasado medio siglo la disponibilidad de agua en México disminuyó en 60% , es decir de 11 mil m3
por persona por año a 4,547 m3. Si nos vamos al norte del país, más árido, la disponibilidad es de 1,300 m3.
Once millones de personas –o sea, más de 10%– carecen de agua potable en México. Esta disminución de
disponibilidad de agua va asociada a la deforestación, que corresponde a un rango entre 400 y 800 mil ha
anuales, según la fuente de consulta. En México la degradación de bosques y selvas contribuye con 12.4%
a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) del país. Otra causa de la disminución de disponibilidad
de agua es el bajo tratamiento de aguas residuales (31% del volumen recolectado).
Una de las grandes paradojas en relación con el agua es que en muchas regiones el desabasto de agua
es mayor cuanto más llueve. La deforestación en terrenos de laderas ocasiona erosión o deslave de suelos
y la buena tierra fluye en las corrientes de agua hacia el mar y, donde hay represas de captación para alimentar a las ciudades, los sedimentos enturbian el agua que debe ser retenida y depurada antes de seguir
su camino por las tuberías.
Como consecuencia de la deforestación y el cambio climático, varias entidades del país verán incrementarse el escenario de desertificación en el que ya se encuentran (Baja California, Coahuila, Jalisco, Colima,
Nayarit, Guanajuato, Querétaro, Sonora, Michoacán, Hidalgo). Los efectos sobre la producción de alimentos
se verán en todo el país, tanto en productores como en consumidores. La pregunta es: ¿cómo adaptarse a
las nuevas situaciones climáticas que ya se están presentando con eventos extremos (frío o calor), huracanes
de mayor magnitud alternados con inundaciones y sequías? La “mini era de hielo” en que está entrando el
planeta viene a agregar más elementos de incertidumbre al panorama del cambio climático.
LAS CIUDADES Y LAS CUENCAS QUE LE DAN
VIDA: ¿CONVIVENCIA O ABANDONO?
Una paradoja más de la historia reciente: las ciudades se establecen
donde hay agua. Ahora las urbes crecen comiéndose literalmente su territorio rural a la manera de aquel que
se para sobre la rama que pretende
cortar. La expansión urbana absorbe tierras que producían alimentos
–ahora abandonadas– a la par que
el campesinado ha sido abandonado
como sujeto productivo.
Este desbordamiento territorial
resulta suicida para el núcleo urbano que crece como tumor desatendiendo que las ciudades se
sustentan en una estructura natural, a través de los ciclos del agua,
el suelo, la energía, los insumos
alimenticios o la capacidad de absorción de los desechos o residuos sólidos o aguas servidas, debidamente
tratadas. Para los municipios ubicados en las zonas conurbadas, su
pseudourbanización o su transformación parcial en periferia urbana
les aporta más problemas que beneficios, al tener que hacerse cargo
de la basura, la seguridad pública y
otros servicios.
Planta de tratamiento de aguas residuales, comunidad de La Noria, municipio de Humilpan,
Querétaro, México.
Al retirarse las inundaciones queda evidente el arrastre de basura. Petaquillas, Guerrero, México, 2008.
Ciudades como la de México están al borde del colapso por seguir con las mismas políticas hidráulicas
erróneas aplicadas desde la llegada de los españoles, consistentes en sacar el agua de la cuenca hacia el mar.
Con la introducción de drenajes y la mezcla del agua de lluvia con las aguas negras se merma la capacidad de
desalojo, resultando en inundaciones, como las conocidas de 2005 y 2010, para nombrar sólo algunas. Doble
error: no aprovechar el agua de lluvia y expulsarla junto con aguas negras, depender del bombeo de aguas
subterráneas con los hundimientos resultantes y abastecerse a partir del trasvase de otras cuencas.
Sin embargo, sólo se piensa en construir más emisores y traer agua cada vez de más lejos, aunque un
programa de restauración del valle de México ya ha señalado varios puntos que ayudarían a mitigar el problema tanto de esta ciudad como de muchas otras:
1. Almacenamiento del agua pluvial que desciende de los ríos y manantiales en pequeñas y medianas presas
ubicadas en las partes altas de la cuenca, así como en parques y colonias periféricas.
2. Sistemas domésticos para el almacenamiento de agua de lluvia.
3. Más programas de reinyección doméstica del agua pluvial al acuífero.
4. Programas para la cancelación de fugas en las redes públicas, que son del orden
de 40%, así como en sanitarios públicos y privados.
5. Colocación de pavimentos de filtración pluvial.
ESFUERZOS
INNOVADORES PARA UNA VISIÓN INTEGRAL DE LA GESTIÓN DEL AGUA
Las ciudades dependían antes de los productos agropecuarios de los pueblos cercanos pero en la actualidad
esta dependencia es cada vez más marginal. Ahora son otros los beneficios que obtienen de las áreas rurales circunvecinas, como, primordialmente, el agua que nace en los manantiales ubicados en los bosques de las cuencas
altas, la conservación de la biodiversidad, es decir de la flora y la fauna presentes, los valores paisajísticos que le
procuran esparcimiento al citadino y gracias a la presencia de la materia orgánica del suelo y la masa forestal se
secuestra el carbono, condición necesaria para mitigar los efectos de invernadero. Otro servicio de estos ecosistemas es la regulación del clima y el control de fenómenos como inundaciones o salinización de los suelos. Todos
estos beneficios conforman servicios ambientales por los cuales no pagamos nada. Nuestra tarifa de agua en
realidad sólo representa una parte del costo de distribución por tubería y potabilización de la misma.
Comunidades
cuenca arriba
Zona núcleo
Reserva de la biósfera
Manantial
abasto local
Tecomaxochapan
Presa Yurivia
Arroyo Huazuntlán
Tatahuicapan
11,000 hab.
Laguna del Ostión
Pesca
Arroyo Texizapan
Bocatoma para Pemex
Ciudades industriales
(+ 500,000)
Figura 1 Esquema de la cuenca abastecedora de Texizapan en el Golfo de México. FUENTE: Sendas, AC.
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Servicios como el agua son transferidos hacia las ciudades, muchas veces a
cambio de promesas que después no son cumplidas. Sin embargo, estos territorios
tienen dueños con necesidades que, para ser satisfechas, requieren hacer uso de los recursos naturales de las cuencas. Cuando los gobiernos de las ciudades tienen conciencia de esta
interdependencia con las ciudades se preocupan no sólo por los servicios y la infraestructura urbanos sino que invierten para que los dueños de los predios forestales conserven sus áreas de bosque
a cambio de cierta compensación. Apoyan para restaurar áreas degradadas y reorientan la actividad
productiva para evitar cambios de uso del suelo y deterioro ambiental a la vez que buscan mejorar la economía regional, evitando a la vez de esta manera que campesinos depauperados engrosen los cinturones
de miseria de las ciudades que, en un círculo vicioso, requieren cada vez de más agua. La ciudad de Nueva
York tuvo una política visionaria al decidir que los campesinos que vivían en su reservorio de agua, las montañas Catskill, requerían un pago que compensara las actividades productivas que dejarían de realizar por
el beneficio de los neoyorquinos.
Sin embargo, en nuestro país, cuando el gobierno no ha cumplido con sus promesas a cambio del agua
o no integra a la población rural en la planeación regional como su aliado, las comunidades han presionado
interrumpiendo regularmente el suministro de agua a las ciudades. Tal es el caso de los mazahuas de la zona
del río Cutzamala, que
abastece a la Ciudad de
México, y muchos otros en
el país (la cuenca abastecedora de Coatzacoalcos en
Veracruz y otra que desde
Puebla abastece parte del
Saltillo
agua de Xalapa, para sólo
mencionar algunos).
Monterrey
La Paz
En el país, más de una
decena de grupos están
involucrados en experiencias que buscan mantener
Colima
Valle de México
Xalapa
Coatzacoalcos
y recuperar los procesos
San Cristóbal de las Casas
naturales de los cuales
depende la disponibilidad
Mérida
San Miguel de Allende
Figura 2 Localidades con acciones del programa Cuencas y Ciudades.
del agua para los habitantes rurales y urbanos en cuencas prioritarias, y procurar
que éstas sean manejadas y utilizadas de manera responsable y sustentable. En el
programa Cuencas y Ciudades, apoyado por la Fundación Gonzalo Río Arronte y el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza, varias organizaciones que trabajan en
distintas cuencas del país desarrollan experiencias piloto que podrán ser modelos para amplias
regiones del país.
En el mapa adjunto se aprecian las distintas ciudades del país donde se está desarrollando el programa piloto Cuencas y ciudades: Oaxaca, Xalapa, Coatzacoalcos, San Miguel de Allende, Monterrey, Valle de
México, San Cristóbal de las Casas, Mérida, Colima, La Paz, por mencionar sólo algunos.
Los proyectos que se desarrollan en estas regiones tienen en común impulsar una gestión integral de las
cuencas, haber acordado con los gobiernos de las localidades urbanas mecanismos para financiar el desarrollo
regional en las cuencas que les aportan servicios ambientales hidrológicos y participar en espacios regionales para la planeación de manera conjunta entre sociedad civil y gobiernos en sus tres ámbitos de gobierno.
En algunos casos, se involucra a los ciudadanos de la urbe también: en Saltillo, más de 30 mil personas aportan de manera voluntaria más de medio millón de pesos para los trabajos de conservación y restauración en
Vigilancia forestal
comunitaria
PROGRAMA
RURAL CUENCA ARRIBA
PROGRAMA URBANO
Conservación de áreas
CUENCA ABAJO
con bosque (CSAH)
Conservación de suelos en zonas
Restauración-reforestación
estratégicas (CSAH) para infiltración.
en áreas con alto riesgo de erosión
Reconversión productiva
Ecoturismo, esparcimiento Aprovechamiento de agua
pluvial captada por techos
Proyectos agropecuarios
sustentables
Reuso industrial de
aguas tratadas
Monitoreo: calidad de agua
de ríos y saneamiento de cauces
Figura 3 Agua segura y para todos.
Lagunas de infiltración
y tratamiento de aguas
servidas para recarga
de acuíferos, con aguas
tratadas, etcétera.
la cuenca. En Xalapa, al igual que en la región de los volcanes, la sociedad civil
ha impulsado la formación de comités de cuenca en los que intervienen tanto los
dueños de predios forestales en las partes altas de las cuencas como funcionarios de los
tres ámbitos de gobierno y organizaciones de la sociedad civil y académicas.
En varias de estas experiencias piloto se ha desarrollado como mecanismo de financiamiento
la compensación de parte de los usuarios del agua cuenca abajo por los servicios ambientales que
prestan las áreas rurales cuenca arriba. Este es el caso de la cuenca del Texizapa-Huazuntlán (figura 1)
que abastece la ciudad de Coatzacoalcos, donde trece comunidades se han constituido en comité de cuenca y llevan a cabo un ambicioso proyecto de manejo integral de cuenca con actividades de reforestación,
entre otras. La organización Gaia y Sicobi (Sistema para la Conservación de la Biodiversidad), en la sierra sur y
costa de Oaxaca, en las cuencas del río Copalita y en la zona Zimatlán-Huatulco, llevan a cabo importantes
acciones de conservación de suelos y de uso sustentable de los recursos naturales mediante el ecoturismo y
el procesamiento de productos locales como la miel o el café.
En varios de los casos se busca que las acciones a realizar estén enmarcadas en un ordenamiento ecológico
de la cuenca, lo que lleva a las autoridades municipales a actuar de manera conjunta para el buen manejo de
la cuenca y a las instituciones
gubernamentales a una mayor
coordinación entre sí (figura
3). En este sentido destaca el
caso de la cuenca del río Ayuquila, en Jalisco, donde diez
municipios de la región de Cerro Grande logran coordinarse
y formar una junta intermunicipal que se constituye en gerencia operativa y coordina las
acciones de gestión integral de
la cuenca que abastece a la ciudad de Colima.
Uno de los problemas abordados por la junta y su contraparte en Colima, la gerencia
Monitoreo comunitario de calidad de agua, en el Estado de México. Procuenca Valle de Bravo, AC.
operativa, ha sido la atención a los vertederos de aguas residuales a lo largo de
los 324 kilómetros del río Ayuquila, que desemboca en el mar en Colima. En este
marco, ingenios y otras fuentes contaminantes construyeron sus plantas de tratamiento,
lo que mejoró la calidad del agua con beneficios para los distintos usuarios, incluidos ecosistemas costeros como los manglares. No se puede dejar de subrayar la importancia de proteger los
humedales y los manglares, que nos sirven de barreras a los huracanes, los cuales con el cambio climático tienen efectos cada vez más intensos. La cuenca del río Pixquiac, que abastece parte del agua que
consume Xalapa, capital de Veracruz, se extiende en la ladera sudoriental del volcán Cofre de Perote sobre
una extensión de más de 10 mil hectáreas. En 2006 se formó un comité de cuenca ciudadano que invitó a
los actores locales y a las instituciones a participar en la planeación de la cuenca. La ocupación tradicional
de los campesinos en esta zona ha sido la de talar el bosque de manera no regulada, principalmente para
vender madera de pino como cimbra para la industria de la construcción en la capital del estado. El comité
obtuvo financiamiento del Ayuntamiento de Xalapa, de la Comisión Nacional Forestal y del gobierno del
estado. Debido a la incertidumbre del financiamiento público, se involucrará a la población urbana en apoyar el proyecto, para lo cual se ha conformado como asociación civil.
En proyectos de esta naturaleza es fundamental tener una política de transparencia y rendición de cuentas, sin la cual no hay credibilidad y deja poca posibilidad de interesar a la ciudadanía a sumarse a estos esfuerzos. Para ello se requiere de un monitoreo y evaluación permanente de las acciones realizadas para así
conocer el impacto de las acciones emprendidas. Varias de las experiencias mencionadas están realizando
el Monitoreo comunitario del agua, una metodología promovida a nivel mundial por Global Water Watch,
de bajo costo y que es realizada por los propios productores o estudiantes de nivel medio, mediante la cual
se pueden medir parámetros básicos de calidad y cantidad de agua y evaluar el impacto de las actividades de
restauración y conservación. La legislación mexicana relativa a los recursos forestales, al agua y al desarrollo
rural señalan la necesidad de un enfoque de cuenca. Es tiempo de que las lecciones aprendidas de los proyectos piloto sean integradas a la gestión municipal, que las dependencias de gobierno se coordinen entre
sí y sumen esfuerzos. Ante los efectos del cambio climático, que ya se empiezan a sentir, se requiere de una
nueva gobernabilidad del agua y que se tome en cuenta la participación de la sociedad civil, el medio académico, los organismos de usuarios o consumidores y los empresarios.
Como lo señala la Fundación para una Nueva Cultura del Agua, “un río es mucho más que un canal de
H2O, al igual que hoy entendemos que un bosque es mucho más que un almacén de madera”.
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