LOS DOCUMENTOS LINGÜISTICOS DE LA NUEVA ESPAÑA. ALGUNOS RASGOS DEL HABLA DE UN PANADERO MEXICANO DE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO xvll 7 CONCEPCIÓN COMPANY COMPANY Instituto de Investigaciones Filológicas Universidad Nacional Autónoma de México Los estudios de la historia del español en América suelen hacer notar en sus trabajos' que el conocimiento sobre la evolución de esta lengua en aquel continente sigue ofreciendo numerosos huecos, debidos, en parte, a que los estudios realizados se basan, por lo general, o bien en obras literarias -y entonces las peculiaridades dialectales afloran más difícilmente-, o bien porque se sustentan en documentos que han sido sacados a la luz por historiadores y para trabajos de carácter historiográfico. Una carencia importante, pues, para la investigación diacrónica del español americano es la falta de documentos editados con criterios estrictamente filológicos. La Universidad Nacional Autónoma de México, a través de su Instituto de Investigaciones Filológicas, lleva a cabo un proyecto sobre la historia del español en México, puesto en marcha hace ya varios años a iniciativa del profesor Lope Blanch z . En estos momentos, como una etapa más de este proyecto, se lleva a cabo la elaboración del libro Documentos lingüísticos de la Nueva España, consistente en una recopilación de documentos de diversa naturaleza del período colonial mexicano, recabados de dos fondos documentales: el Archivo General de Indias (AGI) en esta ciudad y el Archivo General de la Nación (AGN) en la Ciudad de México 3. ' Cfr., por ejemplo, Guitarte (1980:121 y 125) ; Lope Blanch (1985:25); Fontanella de Weinberg (1986:14). z La primera propuesta de este proyecto, que incluía.todo el ámbito hispanoamericano, la llevó a cabo Lope Blanch (1969) en la Primera Reunión de Trabajo de la Comisión de Lingüística Dialectología Iberoamericana, celebrada en Bogotá en 1967. El planteamiento concreto para el «estudio de la evolución histórica del español en México» fue formulado por Lope Blanch en 1968. ' La etapa de trabajo correspondiente al Archivo de Indias fue sustentada con una beca de investigación concedida por el Ministerio de Asuntos Exteriores del gobierno español, durante los meses agosto-diciembre de 1989, y con apoyo económico del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM. 334 CONCEPCION COMPANY COMPANY En el tiempo de que dispongo, presentaré muy brevemente esta etapa actual del proyecto y, en segundo lugar, analizaré siete cartas de amor autógrafas de un panadero mexicano, de la segunda mitad del siglo xvii, hasta ahora inéditas, y que forman parte del libro que aquí nos ocupa. 1. La obra Documentos lingüísticas de la Nueva España pretende editar, en transcripción paleográfica estrecha y con aparato crítico, un número importante de documentos -unos 700 aproximadamente- de la Nueva España, procedentes de los dos archivos antes mencionados. Este proyecto se inserta en la linea de obras como los Documentos lingüísticos de España. El reino de Castilla, de Menéndez Pidal (1966), y tiene como finalidad que el lingüista interesado en historia de la lengua cuente con una herramienta útil para poder investigar y rastrear diacrónicamente distintos aspectos de la evolución del español en México. El libro abarca todo el período colonial mexicano: desde 1522 hasta el año de 1820, considerado en la historiografía como el fin «oficial» de la Colonia en México. Creo que este espacio de tiempo está justificado no sólo histórica mente, sino que también puede estarlo desde el punto de vista lingüístico, si atendemos al trabajo pionero de Cuervo (1901, 1903) que articula la historia del español americano en dos épocas: la colonial y la independiente, matizadas posteriormente en cinco por el profesor Guitarte (1980). El libro está integrado por materiales procedentes en su mayoría del área geográfica que, de un modo muy amplio, denomino «Centro-Altiplano», que incluye a la Ciudad de México -de donde procede la mayoría de los documentos-, Puebla, Querétaro, Guanajuto, Tlaxcala y las zonas interiores de los estados de Michoacán y Oaxaca. Posiblemente, el segundo volumen de Documentos Lingüísticos de la Nueva España contenga material procedente de la costa atlántica: Yucatán, Veracruz y la Nueva Santander. Componen el libro materiales de carácter coloquial, que se aproximan algo más -en la medida en que la lengua escrita es reflejo de la lengua habladaal habla del período colonial mexicano, aunque, desde luego, es muy delicado definir el término 'coloquial', y aún más para la lengua escrita. Los documentos que aparecen publicados son fundamentalmente de tres tipos: a) Cartas: cartas privadas (por ejemplo, cartas de inmigrantes españoles que eran presentadas por sus parientes en la Casa de la Contratación como probanza para poder pasar a Indias, algunas ya publicadas por el profesor Enrique Otte- o documentos privados que en ocasiones aparecen en las secciones de Inquisición del AGI, o de Justicia y Escribanía de Cámara del AGI, como es el caso de los que posteriormente analizaré, o cartas de comerciantes mexicanos que mantenían negocios y correspondencia con casas comerciales en España, tales como las de la sección de Consulados del AGI). También, cartas de carácter oficial dirigidas al emperador, al rey o a autoridades menores. Estas, aunque comienzan con lenguaje formulario, suelen adquirir fluidez a medida que avanza la exposición del problema; b) Testimonios en juicios: he seleccionado sobre todo juicios por asesinato, ultraje, abusos, despojos, etc., y juicios de residencia que contienen demandas de particulares. Parto del supuesto de que este tipo de material, frente a los juicios de carácter meramente administrativo, se presta más para que aflore un léxico cotidiano y, posiblemente una LOS DOCUMENTOS LINGÜISTICOS DE LA NUEVA ESPAÑA 335 sintaxis más espontánea; c) Memoriales y peticiones : aunque la mayoría son documentos de machote, a veces el cuerpo de estos escritos posee una narración hastante libre, cuya temática, en ocasiones, raya en la de las novelas de aventuras. En todos los casos, con excepción, claro está, de los primeros cincuenta o sesenta años de existencia de la Nueva España, he procurado que el autor del documento o el testigo fuera mexicano de nacimiento. Espero que muy pronto vea la luz este libro y que pueda contribuir a facilitar la investigación histórica sobre el español en México. 2. Pasaré ahora al aspecto propiamente lingüístico de este trabajo. El material en que baso el análisis, como ya mencioné, son siete cartas de tema amoroso, escritas en la Ciudad de México, hacia 1685 por Agustín Cortés, «español, vecino y natural»' de esa ciudad, de oficio panadero, nacido a mediados del siglo xvtt . Estas cartas aparecen en la segunda pieza del legajo 181B, sección Escribanía de Cámara, dël Archivo General de Indias, en cuyo inicio se puede leer : «Criminal de oficio de la Real justicia contra Agustín Cortés, .. . por haber escalado la casa de Refuxio y Congregación de mujeres del Patrosinio de San Miguel... y sacado dél dos mujeres, la una viuda y la otra donsella, que estaban en dicho recojimiento.» Aunque no están firmadas, no cabe duda de que son autógrafas, ya que tienen idéntica letra a la que aparece en la firma hecha por el panadero, al final de los dos interrogatorios a que fue sometido. Del corpus seleccioné estas cartas no sólo porque son realmente coloquiales (véase la serie de fragmentos que se anexa al final de esta ponencia), sino también porque el siglo xvil, a pesar de ser la época de pleno «florecimiento del mundo colonial» -para emplear los términos de Henríquez Ureña (1945 : capítulo ni)-, es quizá el período menos estudiado por los historiadores de la lengua, quienes suelen centrar su atención en las primeras décadas de la Colonia . Por ello, los datos que aquí aporto pueden ser de alguna utilidad para ser confrontados con los del siglo xvi. 2.1 . En cuanto a las peculiaridades gráficas de las cartas, éstas, de modo sistemático, muestran numerosas confusiones, agrupables en tres tipos: a) supresión de grafías: tanto de vocales -integrantes de diptongo y muy esporádica mente vocales postónicas o pretónicas- s, como de consonantes, casi siempre en posición implosiva, ya sea final de sílaba o de palabra: queres (cartas 3, 4, 5, 6) 6, ysire 'hiciere' (4), siquera (3, 6, 7), anque (4, 7); entons (4), dos mes (6); nesesida (4), fasilida (4), an de y los sugetos a sarcate'an de yr' (6), que las seña que me enbiaste ysiron anoche (2). b) Alternancia de grafias en un mismo contexto y palabra. Estas indiferenciaciones gráficas remiten, como es bien sabido, a desfonologizaciones como, 4 En el folio 59r está asentada una copia del acta de nacimiento de este panadero, registrado en la Catedral de la Ciudad de México . s Curiosamente, en el español mexicano actual es muy común el ensordecimiento de las vocales postónicas, e incluso pueden verse escritos casos como chirmoya'chirimoya'. Dado que en las cartas del panadero está muy escasamente representado este fenómeno, sería interesante rastrearlo a partir de fines del siglo xvn para estudiar cómo se ha ido incrementando hasta llegar a ser prácticamente la pronunciación mexicana estándard. " A partir de aquí, el número entre paréntesis remite al número de carta. Siguiente 336 CONCEPCIÓN COMPANY COMPANY por ejemplo, el yeísmo: yo (1), llo (4, 7), Ileso (2), ballan (4), tulla (4), lla (2, 4, 5, 7); el seseo : dose (1), asiendo (2), pasiensia (4), desasierto (4); o a la igualación de los fonemas bilabial oclusivo sonoro /b/ y labiodental fricativo sonoro /v/ en un solo fonema bilabial : de una bes (5), ballan a ber (4), lluebe (5), y c) Metátesis de graffas: las grafías que aparecen permutadas en las cartas corresponden mayoritariamente a los fonemas continuos /1/, /n/, /r/: sospiro (3), saccarte (1), sacaate (1), sacarte (2), tre tato con llanesa (6), aponsen to (2), descrubra (7), silglos (1), flata 'falta' (4). Por razones de espacio, analizaré detenidamente sólo el primer punto: la supresión de grafías, en lo que concierne a diptongos y a las consonantes alveolares /r/, /s/ y /n/ . 2.2. Sin ánimo de exagerar, se puede decir que las cartas están plagadas de reproducciones defectuosas de diptongos. Del total de diptongos representados (190 ocurrencias), una cuarta parte aproximadamente (24 96) muestra una sola le tra. Ahora bien, sólo tres diptongos, /je/, /we/ y /au/, ofrece,junto a formas plenas, tal reducción (de 128 ocurrencias de estos tres diptongos, un 36 96 muestra simplificación gráfica) : queres (3, 5), quires (3, 4, 7), siquera (3, 6, 7), ysiron'hicieron' (2), ofrosira 'ofreciera' (7), conselo (6), consulo'consuelo' (7), muro'muero' (1, 6), muten 'muelen', f ura 'fuera' (verbo) (5, 7), fure 'fuere (1, 4), anque (4, 7). Como puede observarse en estos ejemplos, el diptongo reducido aparece escrito tanto con la vocal que constituye el núcleo, como con la vocal del margen. Además de estos tres diptongos, los otros que aparecen en las cartas son: /o¡/ : estoy (1), oyrás (3), soy (3); /wji/: muy (1, 6), cuydado (2, 7); /wa/ : cuando (1), guarda (3), chigua ('nodriza', nahuatl, 4); /jo/ : reputasión (4), patio (1, 4), satifasiones (7); /a¡/ : ayga (1), nayde (3), trydora (7); /ja/: memoria (1), noticias (4), y /j u/: biuda (1, 4). De los tres diptongos que presentan omisión de grafía, es /je/ el que aparece más veces reducido : 6196 (el 100 % lo constituye el total de diptongos reducidos: 46 en las siete cartas); lo cual es acorde con las vacilaciones que en las cartas muestran palabras cuando contienen vocales anteriores en posición átona: desir(7), disir(1), biremos(5), berte(1), delegensias(2), diligensia(4), etc. Lo que llama enormemente la atención es que esta representación defectuosa del diptongo muestra, en las cartas en estudio, numerosas restricciones gramaticales y léxicas . Por una parte, se manifiesta únicamente en unos pocos verbos irregulares: 'querer', 'tener', 'hacer', 'ser', 'haber', 'morir', 'moler', 'ofrecer', 'parecer' y 'ver', y sólo en algunas formas personales : el presente de indicativo o en las formas que diptongan de los tiempos pretéritos : quero (6), queres (3, 5), quire(s) (2, 3, 4, 5, 7), ysiron'hicieron' (2), isire(s)'hicieres' (2, 4, 6), paresire 'pareciere' (6), fure 'fuere' (1, 4), fura 'fuera' (5, 7). Además de estos verbos, muestran reducción gráfica del diptongo algunas formas que establecen algún lazo asociativo, gramatical o fonético, con verbos : el compuesto verbal siquera (3, 6, 7), siempre escrito así (4 ocurrencias); el sustantivo desconselo (6, 7), conselo (7), conselo (6) -posiblemente asociado con el verbo 'consolar'- y el adverbio ofura (4), de claro parecido fonético con la forma verbal fura . También el nexo 'aunque' anque (4, 7), aparece normalmente reducido y en una ocasión el relativo `quien': quen (1) (frente a trece ocurrencias de quien). LOS DOCUMENTOS LINGÜÍSTICOS DE LA NUEVA ESPAÑA 337 Nunca se produce supresión de letra con formas no personales del verbo -los gerundios, por ejemplo, siempre están bien escritos (8 ocurrencias)-, ni con sustantivos, adjetivos o adverbios: moliendo (1), disiendo (1), poniendoles (4), muriendo (4), asiendo (2), siempre (1), despues (7), tresientos (6), tiendo (7), puerta (2, 7), dueño (7), dispuesto (1), puesto (7). Es decir, la reducción gráfica del diptongo parece estar gramaticalmente condicionada a la categoría 'verbo conjugado' . Por otra parte, la simplificación del diptongo muestra también numerosas restricciones léxicas. No sólo se produce en unos pocos verbos, sino que, además, la elisión de vocal afecta mayoritariamente a tres entradas léxicas (65 96 del total de ocurrencias reducidas) : 'querer' y su compuesto siquera (sólo una vez se documenta quieres, frente a 16 ocurrencias reducidas), el imperfecto y futuro de subjuntivo del verbo ser (jura, fure), y por lo que respecto al diptongo /aut/, la supresión de letra únicámente se produce en la voz 'aunque' : anque. El elevado grado de especialización léxica que muestra la reducción de diptongo, puede comprobarse comparando el grado de variedad léxica entre formas plenas y reducidas (número de ocurrencias entre número de entradas léxicas) : con diptongo pleno: 42 entradas léxicas en 82 ocurrencias: 5196 de variedad léxica ; mientras que con diptongo reducido hay tan sólo 32 % de variedad léxica (15 entradas léxicas de un total de 46 ocurrencias reducidas entre los tres diptongos) . Si observamos además el contexto fónico en que tiene lugar la omisión de vocal, es posible encontrar unas condiciones homogéneas en los tres diptongos, ya que la reducción se produce cuando el diptongo está en sílaba libre y sigue un fonema sonorante; lo cual es consecuencia, según creo, de que la reducción se presenta la mayoría de las veces en formas de pretérito con una vibrante en la desinencía, o en formas de presente que tienen un fonema sonorante en su raíz: tubires (1), paresire (6), tine(n) < tienen' (4, 6), fura (4, 7), etcétera. En cambio, el diptongo pleno siempre se conserva en las voces que carecen de las condiciones fonológicas anteriores; es decir, o no sigue sonorante, o no está en sílaba libre, o faltan ambos condicionamientos : sosiege, sosiego, desaso siego (4 ocurrencias, 3, 4) ; riesgos (3 ocurrencias, 2, 6); puedes, puedo, puede (9 ocurrencias, 2, 5, 6, 7); pues (13 ocurrencias, 1, 4, 7), buelbo (7), tiendo (6), bien (8 ocurrencias, 1, 3, 6, 7), acuerde (7), Iluebe, llueba (4, 5); disiendo (1), etc. Es decir, aunque la reducción de diptongo en las cartas es, en mi opinión, un fenómeno situado en la morfología y en el léxico, aquélla está también favorecida por condiciones fónicas. Las sonorantes, como es sabido, ocupan en el continuum fónico una zona fronteriza entre vocal y consonante; por consiguiente, el diptongo encuentra mejores condiciones para su reducción porque lo que sigue es, en cierto sentido, una vocal; es decir, en el nivel fonético se podría interpretar como un proceso de asimilación' . ' En perspectiva tipológica, es muy común que las consonantes sonoras, y muy especialmente las líquidas, puedan provocar alteraciones fónicas sobre la vocal precedente (Chen, 1970). 338 CONCEPCIÓN COMPANY COMPANY Por lo tanto, las representaciones defectuosas de diptongos en las cartas no se deben al azar, sino que muestran una distribución sistemáticamente muy defectuosa, con un elevado grado de especialización léxica, marcadas, además, fonológica y gramaticalmente . ¿Cómo podríamos valorar que la reducción alcance a unas cuantas voces únicamente, y cómo explicar que la representación gráfica del diptongo fluctúe entre la vocal tónica y la átona? Recurramos a evidencia externa a las cartas mismas. En primer lugar, en documentos mexicanos de carácter oficial contemporáneos a las cartas está documentada la reducción de /je/, precisamente en el verbo `querer': quere (Bravo, 1987:92). En segundo lugar, en el español mexi cano actual es muy común oír en hablantes no cultos, y también en niños, la simplificación del diptongo en quero, queres, siquiera o anque. Lo cual parecería apoyar la idea de que en el habla de nuestro panadero la reducción del diptongo era ya un fenómeno lexicalizado en unos pocos verbos irregulares y en algunas otras voces. Sin embargo, lo que me parece más difícil de valorar es por qué fluctúa la manifestación gráfica del diptongo simplificado y por qué en las cartas de nuestro panadero las más de las veces se elide la vocal tónica, puesto que los casos de quires predominan sobre los de queres, y muro sobre los de mero (un 33 % de diptongos reducidos reproduce el núcleo, mientras que un 67 % representa el elemento semiconsonántico del diptongo). Sin pasar por alto el hecho de que puede interferir un problema de graficación de la lengua hablada (no parece un error de escritura por la sistematicidad que muestra), veamos otras zonas del español donde se produce la simplificación de jé >i. En el español medieval es posible encontrar reducciones del diptongo je >i< lat. é, no sólo en casos motivados fonológicamente (como el sufijo -ellu, castiello > castillo o en secuencias trabadas por -s: avispa< aviespa< vespa; prisco< priesco< persicum), sino que esta reducción en i aparece también en algunos contextos carentes de la proximidad de una palatal, precisamente cuando sigue una líquida: remilgo< remielgo< *gemellare, *gemellicare; mirlo<mierlo(a)< merulas. Según Malkiel (1973 :85-87, 1976), estos últimos serían casos de cambios fonéticos motivados a partir de la morfología, y siempre son reconocibles por ciertas peculiaridades de comportamiento: a) se aplican solamente a un pequeño número de palabras; b) están sujetos a muchas excepciones e irregularidades, y c) no encajan en los patrones generales de evolución de una lengua dada. Si existiera un paralelismo en el caso de las cartas, el panadero tendría una regla que convertiría el elemento a (diptongo) en otro b (diptongo reducido) sólo en unas cuantas palabras, dentro de una categoría morfológica, la de verbo irregular conjugado, pero la reducción se manifestaría con muchas excepciones e inestabilidades, de ahí que ésta no afecte a todo el paradigma de verbos irregulares, que alcance a algunas voces no estrictamente verbales y que fluctúa la vocal que se elide . En conclusión, podría pensarse que la motivación para reducir el diptongo podría ser un intento de nivelación paradigmática por parte del panadero, Anterior Inicio Siguiente LOS DOCUMENTOS LINGÜÍSTICOS DE LA NUEVA ESPAÑA 339 sujeta a muchas irregularidades y que se manifiesta limitada al léxico, en unas cuantas voces, bajo ciertas condiciones fónicas a . Esta conclusión, sin embargo, es tentativa y debe ser tomada con mucha cautela, porque se trata de la muestra de un solo hablante y habría que confrontar estos datos con otros materiales contemporáneos de las cartas para poder obtener una mayor matización. Además, como es bien sabido, la investigación de estados de lengua sin hablantes vivos plantea serias preguntas para la cabal valoración de los resultados ; por ejemplo: ¿cómo se gráfica la lengua hablada?, ¿cuáles son los errores de escritura esperables en esa época?, o ¿hasta qué punto la lengua escrita refleja la lengua hablada? 2.3 . Por lo que respecta a la elisión de consonantes, ésta se produce únicamente con las grafías que representan los fonemas alveolares /r/, /s/ y /n/, cuando aparecen en posición implosiva, bien de sílaba, bien de palabra, y, en menor medida, el dental sonoro /d/ (dos veces), siempre en final de palabra: fasilida (4), nesesida (4); como que sales a orina (3), a berrido a llora (7), todas las beses (4), digero'dijeron' (7), niguno (2). Las cartas no reflejan pérdida de /1/ en posición implosiva. Considerados globlamente, la elisión de r, s y n supone un 9 % del total de ocurrencias de estos fonemas en posición implosiva (542 ocasiones) 9, y las condiciones para su pérdida son, en cierto modo, similares a las de supresión de vocal . Por lo que respecta a ry s, éstas se omiten únicamente cuando tienen valor morfémico: de infinitivo en el caso de r, y de número o persona en el caso de s: si ben que los engañan, an de entra adentro (1), y ber que te' escrito tantos papeles y no abe tenido respuesta dellos (6), no se como ponderatelos (1), mira que lla quedo Parsero... de y (6), y no a querido aselo (4), lo que me cuestas de lagrimas y sospiro (3), regalo mio... Mira qué determina que lla no puedo aguardar a mas (5), desde las [dosel asta la dos de la noche (4). La pérdida de vibrante supone un 10 96 del total de apariciones de esta consonante en posición implosiva, pero si se toman en cuenta sólo los casos de r marca de infinitivo, el porcenaje aumenta significativamente : 17 96 . La presencia de un clítico afijado al infinitivo parece propiciar la eliminación de esta consonante (casi la mitad de los casos de elisión (43 96), muestra un clítico afijado; mientras que del total de infinitivos con r, sólo un 16 96 concurre con clítico. Podría interpretarse esto como que la pérdida de la consonante está motivada por las asimilaciones del tipo sarcalla (documentado una vez en la carta 1), en el sentido de que la elisión supondría un paso más avanzado en el proceso asimilativo. Lo anterior nos apunta, al igual que ocurría con los diptongos, hacia un fenómeno de distribución defectuosa. La pérdida de consonante es un hecho Si estos datos tuvieran corroboración en otros documentos contemporáneos, apoyarían la hipótesis de Malkiel de que la reducción de je > i en contextos no palatales puede tener una motivación morfológica; frente a lo que suponen Méndez Dosuna y Pensado (1986:193-195), para quienes las simplificaciones del tipo mirlo< Pnierlose producen por razones meramente fonéticas. `' Considerado globalmente el total de casos de supresión de letra en las cartas, la de consonantes supone el 52 % y la de vocal el 48 %. 8 340 CONCEPCIÓN COMPANY COMPANY fonético, pero en las cartas tiene estatus gramatical, condicionado a la categoría 'infinitivo' . En otras palabras, la elisión de r parece reflejar la morfologización de una regla, que en estados anteriores de lengua debió ser fonológicamente productiva y, en consecuencia, carecer de las restricciones gramaticales que muestra en las cartas del panadero (Wurzel, 1980 :444-5) . La pérdida de s, por su parte, representa el 7 % del total de s en posición implosiva, con o sin valor morfémico. Ahora bien, de los dos tipos de marca gramatical que puede reflejar una s final, número y persona, el primero parece motivar mucho más la supresión que el segundo: de 59 ocasiones en que s indica 'plural' en una frase sustantiva, un 15 % de los casos muestra elisión de la consonante . En cambio, de 67 ocurrencias en que aparece como morfema de `persona', sólo un 7 % carece de s. Es decir, la supresión de esta consonante se reduce a la mitad cuando marca la categoría `persona'. Nos encontramos de nuevo con restricciones gramaticales múltiples para un fenómeno que en apariencia es de carácter fonético. La regla de pérdida de s, de modo semejante a la de r, parece haber adquirido en el habla reflejada por las cartas un pleno estatus gramatical, aunque su rendimiento en la morfología es muy desigual. Esta desigualdad se explica, en parte, por el hecho de que las frases sustantivas muestran, al menos, un constituyente que marca la pluralidad, mientras que el verbo no necesariamente va acompañado del sujeto al que hace referencia el morfema de persona; lo cual, por otra parte, enfatiza la distribución defectuosa del fenómeno y apoya la idea de la morfologización de una regla fonológicamente productiva en una etapa anterior. Por último, analizaré los casos en que se suprime una nasal y no existe abreviatura o señal alguna que permita reponerla. La elisión únicamente se produce en posición implosiva, ya de sílaba, ya de palabra, y supone el 1 1 W) del total de nasales implosivas en las cartas del panadero : urepuguron (2), sertidubre (7), niguno (2), ulgu dia (7), descoselo'desconsuelo' (6), coselo'consuelo' (6). La elisión de nasal está condicionada fonológicamente : se produce preferentemente ante segmento labial, velar, o en final de palabra (80 W) del total de supresiones de nasal), pero, a diferencia de las consonantes anteriores, no presenta restricciones gramaticales para su manifestación . Para valorar estos casos, sin embargo, creo que hay que ser más cauteloso que en los de supresión de r o s, pues la ausencia del segmento nasal no sólo alterna con su presencia, como en las consonantes anteriores, sino que inter fiere un problema de abreviatura, y no hay que descartar la posibilidad de que se trate de un olvido de la marca supraescrita de nasal (ésta aparece en dos ocasiones), dada la «prisa» del panadero al escribir sus recados amorosos. La supresión de estos tres segmentos, por otra parte, coincide con algunas de las peculiaridades fonológicas de las variedades andaluza, canaria y caribeña del español, las cuales, como es bien sabido, se caracterizan por un debilitamiento sistemático de las consonantes finales de sílaba . Por lo tanto, la elisión de estas consonantes en las cartas sugiere que a la Ciudad de México llegaron rasgos de pronunciación andaluzante, pero que debían ser ya muy poco productivos en la época de composición de las cartas, no sólo por su escasa frecuencia de aparición, sino, sobre todo, porque no se manifiesta como una regla fonológica, sino como una regla gramatical con LOS DOCUMENTOS LINGÜÍSTICOS DE LA NUEVA ESPAÑA 341 muchas restricciones. Me atrevo a calificar el fenómeno corno rasgos andaluces en retroceso. Un comentario más: la pérdida de nasal en documentos coloniales del siglo XVI suele considerarse como rasgo de pronunciación andaluzante (Boyd Bowman, 1975:2; 1988:82) ; en las cartas, sin embargo, la supresión de este segmento no presenta las restricciones gramaticales que condicionan la pérdida de r y s, lo cual nos sugiere o bien que el retroceso de estos rasgos andaluces no alcanzó del mismo modo a todas las consonantes debilitadas en posición implosiva, o bien que la elisión de n no puede valorarse del mismo modo como sintomática de andalucismo. 3 . Conclusiones. En suma, hemos analizado dos fenómenos que se manifiestan igual a primera vista, una supresión de grafía, pero que nos lleva, según creo, a conclusiones diferentes. En el caso de la elisión de vocal parece tratarse de un fenómeno prácticamente lexicalizado, vía una nivelación paradigmática en el habla del autor de las cartas; la omisión de consonante, en cambio, nos remite a la morfologización de una regla fonológica que apunta, al parecer, al retroceso de rasgos andaluzantes en la segunda mitad del siglo xvll en México. En segundo lugar, los datos que aquí he aportado sobre la pérdida de consonante en estos materiales de fines del siglo xvli pueden arrojar alguna luz sobre la controvertida, y ya clásica, polémica del andalucismo del español americano, sobre todo en lo concerniente a su manifestación en las tierras altas . Por último, la representatividad de estas cartas como norma del habla de algún estrato social en la segunda mitad del siglo xvli en la Ciudad de México, sólo podrá valorarse cuando se analicen otros materiales de características semejantes y contemporáneos de estas cartas. Espero que el libro Documentos lingüisticos de la Nueva España contribuya a facilitar esta labor a los interesados en la historia del español americano. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Boyo BoWMAN, P ., «A sample of sixteenth century'Caribbean' Spanish phonology», Colloquium in Spanish andPortuguese Linguistics, W. G. et al. eds., Washington, Georgetown University Press, 1971, 1-l 1 . - «Brotes de fonetismo andaluz en México hacia fines del siglo xvi», Nueva Revista de Filología Hispánica, 36, núm. 1, 1988, 75-88. BRAvo GARCÍA, E., El español del siglo XVII en documentos americanistas, Sevilla, Alfar, 1987. CUERvo, R. J., «El castellano en América», Bulletin Hispanique, 3, 1901, 35-62. - «El castellano en América (fin de una polémica)», Bulletin Hispanique, 5, 1903, 58-77. CHEN, M ., «Vowel length variation as a function of the voicing of the consonant environment», Phonetica, 22, 1970, 129-159. FONTANELLA DE WEINBERG, M.' B ., El español bonaerense. 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CARTA 3 Regalo y bien de mis/ 2 ojos, lo queme cuestas de / 3 lágrimas y sospriro./4 Miras si queres salir/ 5 esta noche, que en ti es/ 6 tá. Y, si quires, abisa de/7 palabra a Juanilla, que/' bacon tu padre, sólo con/ 9 desfile q ue esperas. Que la/' u señal que será, para que es/" tés en ella, es que a las dose/'z de la noche, dando la esquí/ 13 la en San Francisco, salgas/ 14 al cor[rjedor del primer pa/ 15 tía de la portería -como que/' 6 sales a orina- y tosas. CARTA 6 Sra. y bie de mi alma. De que go/z ses de salud me olgaré mun/ 3 cho; la mía está muy mala/4 quesengún me aprietan las/ 5 pesabrumes cada día. Y, el/6 berme tan sin coselo y no/7 berte, es para mí de más des/ 8 coselo. Sy, que muro de pesabru/ 9 me. Que sengún me beo cada día,/ 1° no tiendo llegar a [vi]bir dos mes/" siquera. Y ber que te' escrito tan/'z tos papeles y no abe tenido/' 3 respuesta delíos . Por donde/' 4 e perdido las esperansa, y/'S creo que me as olbidado en el/ I6 todo . CARTA 7 Adiós, yngrata mía, tu negro y/6° [f2, 7r] esclabo, firme conmo una/ 6 ' roca, y no falso como tú. Que/ 62 anque te as mandado negar,/ 63 sábete que llo sé que no te an qui/ 64 tado la puerta, porquécho las/65 diligensia posibles por, siquera para mi/'3 consulo. Anterior Inicio