ELEMENTOS JURÍDICOS PARA LA REINSERCIÓN Y LA PAZ CATALINA GONZÁLEZ ARISTIZÁBAL CATALINA GUILLÉN MÉNDEZ PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS BOGOTA 2001 ELEMENTOS JURÍDICOS PARA LA REINSERCIÓN Y LA PAZ CATALINA GONZÁLEZ ARISTIZÁBAL CATALINA GUILLÉN MÉNDEZ Trabajo de grado para optar al título de Abogadas Director Dr. MARIO GOMEZ JIMENEZ PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS BOGOTA 2001 CONTENIDO pág. 1. OBJETIVO 2. 2.1 2.2 2.3 2.3.1 2.3.2 2.3.2.1 2.3.2.2 LA AMNISTIA Y EL INDULTO AMNISTÍA INDULTO ASPECTOS COMUNES Aspecto Político Aspecto Jurídico Graves Motivos de Conveniencia Pública Delitos Políticos 2 3 8 10 11 17 19 22 3. 3.1 3.2 3.3 3.3.1 3.3.2 3.3.2.1 3.3.3 3.3.4. 3.4 IMPUNIDAD CONCEPTO DE IMPUNIDAD LA IMPUNIDAD EN LA AMNISTÍA Y EL INDULTO JUSTICIA, VERDAD Y REPARACIÓN Derecho a la justicia Derecho a la verdad Comisiones de Verdad Derecho a obtener reparación La paz -derecho y deber ciudadanoLA CORTE PENAL INTERNACIONAL 37 39 43 45 51 56 58 66 69 75 4. 4.1 4.2 4.2.1 4.2.2 4.2.3 REINSERCION CONCEPTO ASPECTOS DEL PROGRAMA DE REINSERCION Capacitación profesional de los reinsertados Dirigencia empresarial Agrupación en lugares donde efectivamente ejercían un poder real Conciencia de solidaridad y colaboración PROCESO DE REINSERCION 88 88 89 89 91 92 4.2.4 4.3 1 93 94 5. CONCLUSIONES 104 BIBLIOGRAFIA 123 ANEXOS Anexo 1 Cuadro: Comportamientos de las diversas acciones armadas entre 1990-1998 Anexo 2 Conjunto de Principios para la Protección y la Promoción de los Derechos Humanos por la Lucha Contra la Impunidad Anexo 3 Mapas de presencia activa del conflicto armado 133 1. OBJETIVO Por medio del siguiente trabajo, pretendemos plantear soluciones jurídicas, viables y eficaces a la problemática que envuelve al país en cuanto al conflicto armado interno que estamos viviendo. Nos centraremos en los mecanismos que se utilizan para llegar a la solución del conflicto, y los que se pueden llegar a utilizar en un momento dado. Para esto analizaremos las figuras de amnistía e indulto y posteriormente la reinserción de los actores armados al margen de la ley en la vida civil. Dejaremos claro nuestra posición en cuanto a las ventajas y desventajas que estas conllevan, y finalmente propondremos una solución intermedia al mismo, tratando de armonizar las pretensiones de condena por los delitos cometidos durante el conflicto armado, es decir, la aplicación de la justicia penal, la reclamación judicial de las víctimas, y la creación de Comisiones de Verdad, las cuales harán posible el esclarecimiento de la verdad sobre los delitos cometidos por todos los actores del conflicto armado, con el fin de alcanzar una paz firme y duradera. El reto impuesto para lograr los fines de este proyecto se ve reflejado en la búsqueda de soluciones innovadoras respecto al manejo actual del proceso de paz. 2. LA AMNISTÍA Y EL INDULTO Existe en el ordenamiento jurídico penal colombiano una regla general: el sometimiento de todos a la ley penal1. No obstante, este principio se ve excepcionado por la posibilidad de conceder amnistías e indultos para que quienes hayan quebrantado la ley penal, no reciban el castigo correspondiente. (Corte Constitucional, Sentencia C-456 de 1997, pág 17) Estamos conscientes que una de las maneras para llegar a un acuerdo de paz, es el ofrecimiento por parte del Gobierno a los actores armados de amnistías e indultos, como mecanismos establecidos en la legislación colombiana con el fin de que estos acepten reinsertarse a la vida civil y así poner fin al conflicto armado en Colombia. Resulta evidente que “quienes pactan la paz y negocian para ellos la justicia, son los que tienen el poder de las armas”2 y con ello buscan ejercer una posición dominante en los acuerdos de paz con el fin de obtener impunidad por las violaciones cometidas. De ahí, la aplicación de figuras como la 1 Nuevo Código Penal, artículo 14: “Territorialidad. La ley penal colombiana se aplicará a toda persona que la infrinja en el territorio nacional, salvo las excepciones consagradas en el derecho internacional.” 2 Naciones Unidas, CINEP, Comisión Nacional de Juristas, Compañía de Jesús, Fundación Social, “Seminario Verdad y Justicia en Procesos de Paz o Transición a la Democracia”, Intervención de Gustavo Gallón Giraldo, Ed. Panamericana Formas e Impresos S.A., (Bogotá, 1999), pág 52. amnistía y el indulto, las cuales consideramos importante exponer, fijando nuestro planteamiento al respecto. Primero, iniciaremos con la descripción de cada una de éstas dos figuras, para luego adentrarnos en los aspectos comunes de las mismas. 2.1 AMNISTÍA El concepto de amnistía viene de la antigua Grecia, en donde fue utilizado después de grandes enfrentamientos y cómo señal de perdón entre los contendientes. Precisamente, la expresión amnistía viene de la palabra griega amnesia. (“Sinónimos de Paz”, ww.iteso.mx/gerardpv/inv1/Paz.html>) En la Edad Media, la palabra abolición era utilizada para expresar lo que hoy conocemos como amnistía. (Herria, <www.free.frespeech.org >) La definición de amnistía establecida en el Diccionario de Paz de la Corporación Medios para la Paz3 es la siguiente: 3 Corporación Medios para la Paz, “Para Desarmar la Palabra”, Diccionario de Términos del Conflicto y de la Paz, Serie Periodismo, Paz y Guerra en Colombia, (Bogotá, 1999) consultado en junio de 2001, <www.ideaspaz.org/diccionario.htm>. “Medida tomada por el legislador, que tiene por efecto extinguir la acción penal y suprimir una pena ya pronunciada por infracciones que la Ley de Amnistía estime que pueden ser objeto de este beneficio. Se considera comúnmente como una medida de olvido.” Para complementar esta definición, otros autores como Eusakl Herria4 consideran que la amnistía es un “acto por el cual el Gobierno o el poder público de un Estado, movido por razones políticas, anula la relevancia penal de ciertos hechos. La amnistía, en cuanto deroga el Código Penal, ha de revestir carácter de ley, a no ser que sea una prerrogativa exclusivamente reservada a los jefes de Estado, en calidad de emperadores, monarcas o presidentes de un Ejecutivo.” Consideramos que la definición que más se ajusta al concepto de amnistía es la planteada por la Corte Suprema de Justicia en su Sentencia 094 de 19905, ya que contiene el aspecto más importante de 4 Herria, Eusakl, “Amnistía”, Eusakl Herria y la Libertad, consultado en junio de 2001, <www.free.freespeech.org>. 5 “Nuestro ordenamiento constitucional, en prescripciones que datan de la Constitución de 1886 contempla esas dos instituciones especiales de carácter político [la amnistía y el indulto], con consecuencias en el campo penal, como modalidades extraordinarias de indulgencia, y son expresión de la facultad del poder soberano del Estado que por este medio renuncia circunstancialmente tratándose de la amnistía, a su potestad de perseguir y castigar los delitos en virtud de requerimientos graves de interés público y en particular por causas de carácter político, cubriendo con el manto del olvido al hecho que en antes fue esta figura, cual es, la extinción de la acción penal y de la pena por delitos políticos, asimilándolo al olvido. delictuoso, y autorizando para tal fin, la extinción de la acción penal y de la pena, por delitos políticos...” La amnistía puede ser propia o impropia. Propia, cuando sus beneficios cobijan a personas sindicadas que estén siendo investigados o juzgados por delitos políticos, caso en el cual el fiscal o juez ordenará la cesación de todo procedimiento. Y es impropia, cuando los delincuentes políticos respecto de los cuales ya se ha dictado sentencia condenatoria, el juez que dictó la sentencia de primera instancia, deberá hacer cesar la ejecución de la pena. (Afanador, pág. 18) La amnistía se podrá conceder a: (Decreto 1943 de 1991) 1. Nacionales colombianos que hubieren sido o sean condenados mediante sentencia ejecutoriada o que hayan sido o fueren denunciados o procesados, por delitos de rebelión, sedición, y los conexos con éstos, cuando hayan demostrado su voluntad de reincorporarse a la vida civil. 2. Nacionales colombianos que por estén por fuera de las organizaciones guerrilleras de las cuales formen o hayan formado parte, demuestren su voluntad de reincorporarse a la vida civil. 3. A quienes confiesen, hayan sido o fueren denunciados, o estén siendo procesados por hechos constitutivos de delitos políticos o conexos con éstos. 4. Nacionales colombianos que no hayan cometido delitos atroces, genocidios, homicidios cometidos fuera de combate o con sevicia o colocando a la víctima en estado de indefensión, secuestro o actos de ferocidad o barbarie. La autoridad facultada por la Constitución Política de 1991, para conceder amnistías e indultos es el Congreso de la República, mientras que el Presidente de la República sólo tiene facultad para conceder indultos. Al respecto, la Corte Constitucional afirmó lo siguiente: "Solamente el Congreso, de conformidad con el artículo 150, numeral 17, puede conceder amnistías o indultos generales. Pero la concesión de tales beneficios está sujeta a dos condiciones: La primera, el que existan, a juicio del Congreso, 'graves motivos de conveniencia pública'; y, la segunda, que la ley correspondiente sea aprobada ‘por mayoría de los dos tercios de los votos de los miembros de una y otra Cámara’. Esta mayoría calificada hace parte de la competencia misma del Congreso, razón por la cual no podría éste conceder amnistías o indultos por las mayorías establecidas para las leyes ordinarias. Esta es, se repite, una ley extraordinaria y excepcional."6 Sobre la concesión de amnistías o indultos generales, la Corte Constitucional ha sostenido invariablemente que es facultad exclusiva e indelegable del Congreso de la República. Basta citar algunas jurisprudencias. En la Sentencia C-179 de 1994 de la Corte Constitucional, en la que se analizó el proyecto de ley estatutaria sobre los estados de excepción, se declaró inexequible el aparte del parágrafo 2º del artículo 4º que otorgaba al Gobierno la facultad de “conceder, por graves motivos de conveniencia pública, amnistías o indultos generales por delitos políticos y conexos”. La razón principal de la inexequibilidad consistió en ser ésta una facultad reservada exclusivamente al Congreso y que éste solamente puede ejercer con sujeción al numeral 17 del artículo 150 de la Constitución Política de 1991. Es decir, si el Congreso no ejercita directamente su competencia para amnistiar ni conceder indultos, ni la transfiere como facultad extraordinaria al 6 Corte Constitucional, Sentencia C-069 de 1994, M.P. Vladimiro Naranjo Mesa, Bogotá, pág. 30. Gobierno, éste no puede decretar dichas medidas sin que implique una usurpación de funciones que no le corresponden por mandato constitucional. (Corte Suprema de Justicia, Sentencia 17 de 1982, pág 153) Sostiene además la Corte, que la facultad de conceder amnistías o indultos generales por delitos políticos es una medida eminentemente política, que implica interpretar la voluntad de la nación, es decir, el sentimiento de la inmensa mayoría de los ciudadanos. Adicionalmente, sostiene que la decisión que debe tomar el Congreso al respecto, debe ser fruto de un amplio debate a la luz de la opinión pública. En conclusión, solamente el Congreso de la República, de conformidad con el artículo 150, numeral 17 de la Constitución Política de 1991, puede conceder amnistías o indultos generales. 2.2 INDULTO La definición de indulto establecida en el Diccionario de Paz de la Corporación Medios para la Paz7 es la siguiente: 7 Corporación Medios para la Paz, “Para Desarmar la Palabra”, Diccionario de Términos del Conflicto y de la Paz, Serie Periodismo, Paz y Guerra en Colombia, (Bogotá, 1999) consultado en junio de 2001, <www.ideaspaz.org/diccionario.htm.> “El indulto suspende la ejecución de la pena pero deja subsistir los efectos de la condena, se entiende como una gracia que conceden los representantes del pueblo a las personas que han cometido cierto tipo de delitos, con el objeto de que se interrumpa la pena que les fue impuesta o de que no se les aplique.” Nuevamente, estamos de acuerdo con la definición de la Corte Suprema de Justicia desarrollada en su Sentencia 094 de 19908, en cuanto a que ésta aclara que el perdón de la pena puede ser total o parcial. El indulto se puede conceder a: (Corte Suprema de Justicia, Proceso 10297 de 1995, pág.4) 1. Nacionales colombianos que hubieren sido condenados mediante sentencia ejecutoriada, por hechos constitutivos de delitos políticos de rebelión, sedición y los conexos con éstos, cuando hayan demostrado su voluntad de reincorporarse a la vida civil. 8 “El indulto es el acto de gracia en virtud del cual se concede al delincuente el perdón de las penas impuestas judicialmente, librándolo de su ejecución en todo o en la parte que falte al momento de concederse la indulgencia.” 2. Los nacionales colombianos que por fuera de las organizaciones guerrilleras de las cuales formen o hayan formado parte demuestren su voluntad de reincorporarse a la vida civil. 3. Nacionales colombianos que no hayan cometido delitos atroces, genocidios, homicidios cometidos fuera de combate o con sevicia o colocando a la víctima en estado de indefensión, secuestro o actos de ferocidad o barbarie. 4. A quienes confiesen, hayan sido o fueren denunciados o procesados por hechos constitutivos de delitos políticos, se les podrá conceder la cesación de procedimiento, la preclusión de la instrucción o resolución inhibitoria, de acuerdo al listado del respectivo proceso penal. Dos autoridades pueden otorgar el indulto: una, el Congreso de la República "por mayoría de dos tercios de los votos de los miembros que componen cada cámara"9. Y otra, el Presidente de la República que en relación con la administración de justicia, puede "conceder -por decreto- indultos con arreglo a la ley que regula esta facultad"10. Tanto a través de la mayoría cualificada exigida por la Constitución Política de 1991 al Congreso, como por la sujeción a una ley que le impone al Presidente se garantiza el uso adecuado del indulto. 2.3 ASPECTOS COMUNES 9 Constitución Política de 1991, artículos 145,146 y 150 numeral 17. Constitución Política de 1991, artículo 201, numeral 2. 10 La amnistía y el indulto, han sido los instrumentos jurídico institucionales fundamentales utilizados por el Gobierno colombiano para iniciar o finalizar los procesos de diálogo y negociación de los conflictos armados internos, originados en la confrontación político-militar con los grupos guerrilleros que de insurreccional alguna manera del amenazan poder con una toma del Estado. Dichas figuras tienen en común: 2.3.1 Aspecto Político Dentro de un sistema político11, la situación de ingobernabilidad puede verse agravada por dos circunstancias en particular: una, el nivel de criminalidad generado por la delincuencia común en todas sus modalidades y otra, la aparición de grupos de ciudadanos que, por la vía armada e inspirados en alguna razón política, económica, étnica, religiosa o de otra índole, pretendan destruir el Estado para sustituirlo por uno que represente sus ideales. (Afanador, pág. 7) Para superar esta situación de ingobernabilidad agravada y desde un punto de vista estratégico –criterios de conservación de sistemas y de defensa de la sociedad- los gobernantes recurrirán de manera 11 Entiéndase por sistema político, el conjunto resultante de insertar en un momento determinado un régimen político cualquiera –democracia, por ejemplo-. diferencial a uno o varios de los siguientes tratamientos dependiendo del tipo de actor, de sus motivaciones y de la correlación de fuerzas existentes en un momento determinado: (Afanador, pág. 7) 1. Mejorar su respuesta a las demandas y aspiraciones ciudadanas de tal manera que la población pueda superar sus niveles de pobreza y marginalidad. 2. Recurrir al uso legítimo de la fuerza para someter, por la vía armada y judicial, al delincuente o terrorista. 3. Recurrir al diálogo, a la negociación y al consenso con el contradictor político lo que implica el uso de figuras como amnistías y indultos. Según la tercera opción, los gobernantes recurren entonces a un tratamiento privilegiado del delincuente común o terrorista que fluctúa entre el perdón y el castigo -semiindulto- con el cual se busca reducir parcialmente la pena. (Afanador, pág. 9) Y otra, cuando los gobernantes por razones que por lo regular se originan en hechos coyunturales de importancia para el régimen como la visita de personajes internacionales o la celebración de alguna fecha conmemorativa, como por ejemplo, el Jubileo, deciden de manera generosa y unilateral perdonarle al delincuente común el castigo que merece -indulto-. (Afanador, pág. 9) La tercera correspondencia puede establecerse entre un tipo de actor político-militar cuya finalidad es derrocar a los gobernantes por medio de las armas para transformar o destruir el sistema e implantar uno nuevo que se ajuste a su ideología. En esta situación se podrán otorgar amnistías o indultos. (Afanador, pág. 10) El convencimiento de que sólo mediante la vía armada se puede acceder al poder, inspira su rebelión a la lógica de la guerra, y a la dominación por medios violentos. Esta confrontación armada y directa con el Estado genera, ya no una simple turbación transitoria de la paz, sino más bien un estado de insurgencia prolongada -Conflicto Armado Interno- de características similares a las de una guerra civil en la cual las Fuerzas Armadas del Estado y la política interna -diálogo, negociación- del mismo aparecen como instrumentos esenciales para la superación del conflicto. (Afanador, pág. 10) El primer esfuerzo del Estado estará dirigido a recuperar la paz a través de la victoria militar dependiendo del operativo de las Fuerzas Armadas del Estado y del tamaño y ubicación del adversario. Lo puede lograr por el aniquilamiento físico del enemigo, si éste es un grupo pequeño con muy baja capacidad militar y claramente ubicado. Si desaparece la amenaza, lo puede lograr también derrotando al enemigo, sin aniquilarlo, pero exigiéndole su desmovilización, desarme y reincorporación a la sociedad. Para lo cual, resulta funcional la concesión de los beneficios de la amnistía o el indulto ó el sometimiento a la administración de justicia. (Afanador, pág. 10) Sin embargo, el intento del Estado por derrotar al enemigo interior puede derivar hacia un empate militar en el cual o los contendores ejercen un control -militar y político- sobre partes más o menos iguales del territorio o ni uno derrota al otro, ni éste accede al poder por las armas. El desempate en este tipo de situaciones sólo parece posible a través de la estrategia del diálogo y la negociación. Esta solución requiere por parte del Estado un tratamiento privilegiado del enemigo interior, vale decir, un reconocimiento del mismo, o bien como beligerante o bien como delincuente político lo que implica, por un lado, el reconocimiento de la condición de igual con el fin de evitar cualquier discriminación. Y por otro, un tratamiento jurídicamente equilibrado. No obstante, en cualquiera de las anteriores situaciones, en la búsqueda de soluciones negociadas, la capacidad militar continuará siendo un factor determinante de lo que es posible exigirle al enemigo en la mesa de negociaciones. (Afanador, pág. 11) Esta preferencia por la negociación requiere de dos instrumentos jurídicos institucionales fundamentales para la superación del conflicto: (Afanador, pág. 11) a. La amnistía, concedida al empezar y no al culminar el proceso de negociación, implica la construcción de un espacio jurídico- institucional de reconocimiento recíproco del enemigo interno como igual quitándole la calidad de delincuente - descriminalización- en orden a hacer posible la negociación. b. El indulto, por el contrario, se sigue percibiendo al enemigo interno como un delincuente al cual se le perdonan sus penas despenalización- . Cobra mayor importancia la figura del indulto frente a la de la amnistía, en cuanto a que el adversario se somete al poder del Estado -aunque sin pena-, consolidándose como autoridad suprema y soberana. En síntesis, al amplio número de actores que pueden afectar el orden público interno, cómo los movimientos guerrilleros -extremo de alta peligrosidad- o la delincuencia común, corresponde una gama de tratamientos diferenciales, desde la negociación, la ejecución judicial o la confrontación armada. No obstante lo anterior, en la práctica, un actor socio político puede terminar recibiendo un tratamiento criminal o un delincuente común puede recibir un tratamiento privilegiado o finalmente un delincuente político recibiendo un tratamiento criminal. (Afanador, pág. 12) Finalmente, cabe anotar que la amnistía se produce en el desarrollo de dos procesos: uno, en el de una victoria militar contundente dadas las condiciones de desequilibrio de uno de los contendores frente al otro. En este caso el vencedor, por lo general, busca no el aniquilamiento del vencido sino su reinserción -desmovilizado y desarmado- a la sociedad perdonando y olvidando sus delitos -amnistía- en orden a hacer posible la consolidación de un determinado sistema político. Y otro, en el de un estancamiento del conflicto en una situación de indefiniciones militares y/o políticas -empatedadas las condiciones entre los contendores en la cual no hay vencedores ni vencidos, lo cual resulta evidente en la actualidad. (Afanador, pág. 13) Los enormes costos en términos de vidas humanas y de desarrollo económico que por lo general se producen en este tipo de situaciones, inducen a un proceso de diálogos y negociaciones como instrumentos de superación del conflicto que le exigen al Estado el reconocimiento del enemigo como igual y el perdón y olvido -amnistía- de los delitos políticos y conexos. (Afanador, pág. 14) Son también dos los procesos dentro de los cuales se gesta el indulto: uno, en el de una superioridad política, militar y jurídica del Estado frente al delincuente político -enemigo interno- a quien, dada su ideología-, le perdona el castigo -indulto- que merecía por su subversión según las normas del Derecho Penal Interno. El recurso al indulto -que no a la amnistía- responde, entonces, a un mayor grado de consolidación del poder del Estado. Y otro, en el de un acto unilateral y generoso del Estado que, por razones puramente coyunturales, le perdona el castigo -indulto- que merecía el delincuente común o terrorista por sus infracciones a las normas del Derecho Penal Interno. (Afanador, pág. 14) 2.3.2 Aspecto jurídico La amnistía e indulto, como instrumentos jurídicos, se encuentran consagrados en la Constitución Política de 1991 en los artículos 150 numeral 1712 y 201 numeral 213. 12 “Corresponde al Congreso hacer las leyes. Por medio de ellas ejerce las siguientes funciones: Conceder por mayoría de los dos tercios de los votos de los miembros de una y otra cámara y por graves motivos de conveniencia pública, amnistías o indultos generales por delitos políticos. En caso de que los favorecidos fueren eximidos de la responsabilidad civil respecto de particulares, el Estado quedará obligado a las indemnizaciones a que hubiera lugar.“ 13 “Corresponde al Gobierno, en relación con la rama judicial: Conceder indultos por delitos políticos, con arreglo a la ley, e informar al Congreso sobre el ejercicio de esta facultad. En Los beneficios que estos conceden consisten, según los artículos 8214 y 8815 del Nuevo Código Penal, en la capacidad que poseen para extinguir o la acción penal y la pena -amnistía- o solamente la pena -indulto- que puedan derivarse de un hecho descrito por el mismo estatuto como punible: rebelión y sedición, por ejemplo. Los beneficios de una y otra solo rigen para delitos políticos que hayan sido cometidos con anterioridad a la fecha en que entre en vigencia la ley que los concede. Los beneficios como tal revisten de las siguientes modalidades: podrán ser puros y simples cuando no exigen nada a cambio, dado que se aplicarán desde el momento mismo de la promulgación de la ley que los concede. Por ejemplo, se otorgan los beneficios al promulgarse la ley y la entrega de armas y reincorporación a la vida civil se efectúa en una fecha futura. Consideramos que esto no resulta útil en la medida en que la subversión continuará ejerciendo el poder de las armas. Serán condicionados, en el momento en que éstos empiecen a producir efectos a partir de la realización de un hecho futuro e incierto cuya ocurrencia eventual se produciría con posterioridad a la ley de amnistía o indulto. Si el amnistiado ningún caso estos indultos podrán comprender la responsabilidad que tengan los favorecidos respecto de los particulares. “ 14 “Extinción de la acción penal. Son causales de extinción de la acción penal. 3.La amnistía propia.” 15 “Extinción de la sanción penal. Son causas de extinción de la sanción penal: 2. El indulto, 3. La amnistía impropia.” o indultado no cumpliera las condiciones previstas le será revocado el beneficio. Por ejemplo, los beneficios serán otorgados una vez se hayan entregado las armas por parte de la subversión. (Echandía Reyes, pág 286) La amnistía y el indulto pueden exonerar a los delincuentes de la obligación de indemnizar los perjuicios civiles (morales o físicos) causados a terceras personas siempre y cuando el Estado asuma el pago de las indemnizaciones a que hubiere lugar. De lo contrario, la obligación de reparación seguirá en cabeza de los actores armados al margen de la ley. (Echandía Reyes, pág 286) La aplicación de estos instrumentos –amnistía e indulto- a casos concretos exige, según la Constitución Política16, la concurrencia de dos circunstancias: 2.3.2.1 Graves motivos de conveniencia pública Los beneficios de la amnistía o del indulto sólo pueden ser concedidos por "graves motivos de conveniencia pública". Por una parte, se trata de una expresión bastante vaga que le da a los gobernantes la posibilidad de 16 Constitución Política de 1991, artículo 150, numeral 17.(ver texto en pie de página no.7) interpretar y fijar, a su acomodo, el contenido de lo que por ello deba entenderse. Pero por otra, los limita pues guarda estrecha relación con el concepto de “mantenimiento o restablecimiento del Orden Público -paz, tranquilidad, seguridad, salubridad, convivencia.- necesario para el normal desarrollo de la vida colectiva.”17 Cualquier factor potencialmente capaz de alterar el Orden Público Interno -desde la protesta popular hasta la insurrección armada- puede generar circunstancias particulares que el Congreso interprete como graves conveniencia pública y con el cual justifique el recurso a dichos instrumentos. (Afanador, pág. 15) Las implicaciones de esto se ven relacionadas con el concepto de “grave perturbación del orden público” establecido por la Corte Constitucional18 dentro del tema de estado de conmoción interior, en el sentido en que se refiere a una situación que amenace y ponga en inminente peligro la estabilidad institucional, la seguridad del Estado o la convivencia ciudadana. En este caso, la grave perturbación del orden público estará determinada por la actividad terrorista desplegada por las organizaciones criminales y su propósito de coacción. Así, resulta indudable que la estabilidad institucional y la seguridad del Estado se ven claramente comprometidas en situaciones 17 Sachica, Luis Carlos. Constitucionalismo Colombiano. Ed. Temis, (Bogotá, 1974), pág. 271 y 272. y Vidal Perdomo , Jaime. Derecho Administrativo, Ed. Temis, (Bogotá, 1972), pág. 160-164. 18 Corte Constitucional, Sentencia No. C-027 de 1996, M.P. Hernando Herrera Vergara, Bogotá, pág.23. como las que estamos presenciando en la actualidad en materia de conflicto armado interno. Lo anterior, no varía si se aplica a los “graves motivos de conveniencia pública”. En especial, porque para cumplir sus propósitos desestabilizadores y de coacción, las organizaciones criminales han acudido a la perpetración de acciones terroristas que afecten necesariamente el normal devenir de la vida en comunidad, así como la realización de atentados directos contra la integridad de las personas. (Corte Constitucional, Sentencia No. C-027 de 1996, pág.23) El aspecto político de estos instrumentos, mencionados anteriormente, le asigna constitucionalmente al legislador discrecionalidad para determinar en qué casos los concede y a cuál grupo de personas deben estar dirigidos. Pero los casos en que los concede deben ajustarse a que sea una situación que amenace y ponga en inminente peligro la estabilidad institucional, la seguridad del Estado o la convivencia ciudadana; y que la grave perturbación del orden público sea coyuntural y sobreviniente, de manera que no pueda ser conjurada por el Gobierno mediante el uso de las atribuciones ordinarias de las autoridades de Policía. (Corte Constitucional, Sentencia No. C-027 de 1996, pág.25) Dado que el Congreso es el que determina si existen graves motivos de conveniencia pública para proceder a conceder el indulto y la amnistía, en él debe reposar también la decisión acerca de cuál debe ser la extensión adecuada de la gracia, de manera que la medida siempre responda al resultado benéfico que se espera lograr. Es decir, el Congreso tiene la atribución de excluir del beneficio las conductas y grupos, cuyo indulto o amnistía no considera apropiado para el restablecimiento del orden público. 2.3.2.2 Delitos políticos La segunda exigencia constitucional para otorgar los beneficios de la amnistía e indulto es que se trate de delitos políticos y sus conexos. a) Delito político propiamente tal: La doctrina19 , desde un punto de vista jurídico, ha considerado como políticos “aquellos delitos que han sido cometidos exclusivamente por motivos políticos o de interés social. La palabra ‘exclusivamente’ se debe entender en el sentido de que los motivos determinantes sean de naturaleza política y social. Y a la vez se establece la igualdad en las sanciones para 19 Lozano y Lozano, Carlos, Elementos de Derecho Penal, Ed. Lerner, (Bogotá, 1991), pág 148 y 149. los delitos comunes y los delitos políticos, cuando estos, a pesar de la apariencia exterior, no sean sino delitos comunes a causa de los motivos innobles y antisociales que los hayan determinado, o cuando el delito común se cometa por razones políticas. En efecto: los crímenes más graves, como el asesinato, el envenenamiento, el incendio, la destrucción por medios explosivos, la falsificación de moneda, no se convierten en infracciones políticas tan solo por que sus autores invoquen la influencia de la pasión política.” Por otro lado, la jurisprudencia20 ha reiterado que “el delito político es aquella infracción penal cuya realización busca el cambio de las instituciones o sistemas de Gobierno para implantar otros que el sujeto activo, generalmente caracterizado por su espíritu altruísta y generoso, considere más justos.” Haciendo una diferencia entre el delito común y el delito político, por su aspecto subjetivo, en el primero la persona realiza el hecho basado casi siempre por motivos innobles, maldad y con fines de venganza. En el segundo, la persona se ve influenciada por motivos políticos, sociales y de interés general con miras a obtener un cambio real en las instituciones del 20 4. Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Proceso 10297 de 1995, Bogotá, pág Estado. (Corte Suprema de Justicia, Proceso S9898 de 1994, pág.5) También la Corte se ha referido al tema en el siguiente sentido: "La Constitución distingue los delitos políticos de los delitos comunes para efectos de acordar a los primeros un tratamiento más benévolo con lo cual mantiene una tradición democrática de estirpe humanitaria, pero en ningún caso autoriza al legislador, ya sea ordinario o de emergencia para establecer por vía general un tratamiento más benigno para cierto tipo de delitos comunes, con exclusión de otros."21 Las características del delito político son: (Corte Suprema de Justicia, Proceso S9898 de 1994, pág.5) 1. Envuelve siempre un ataque a la organización política e institucional del Estado. 2. Se ejecuta buscando siempre una trascendencia social y un impacto político. 3. Se efectúa en nombre y representación real o aparente de un grupo 21 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Proceso S9898 de 1994, Bogotá, pág.6. social o político. 4. Se inspira en principios filosóficos, políticos y sociales determinables. 5. Se comete con fines reales o presuntos de reivindicación socio política. En este sentido, es decir, en materia de conflicto armado, serán políticos los delitos ejecutados con el propósito de mantenerse en el poder, de defenderlo de cualquier agresión, de conseguirlo, de transformarlo, de destruirlo o simplemente de aprovecharse de él. Tal es el caso de los delitos contra el régimen constitucional -rebelión, sedición, asonada y sus conexos-. De manera general, existen además, otros que por su misma naturaleza son considerados como delitos políticos por que atentan contra la institucionalidad del Estado, pero que no han sido vinculados al conflicto armado dada la ausencia de pronunciamiento legal por parte del Congreso. Es por esto que la doctrina se ha pronunciado al respecto afirmando que se consideran además de la rebelión y la sedición como políticos los delitos electorales -fraude, violencia, alteración, compra y venta de votos, etc.-; los los delitos contra la administración pública -peculados, concusión, cohecho, enriquecimiento ilícito, abusos de autoridad, etc.-; y los delitos contra la administración de justicia -falsas denuncias o testimonios, fuga de presos, encubrimiento, etc.-. Ninguno de ellos podría ser considerado independientemente de su relación con el ejercicio del poder político ya sea por su misma naturaleza o por la naturaleza del actor que lo ejecuta. (Afanador, pág. 16) La Corte Constitucional ha manifestado lo siguiente: "…no puede sostenerse que exista en la Constitución una autorización ilimitada al legislador para dar un tratamiento privilegiado a los llamados delincuentes políticos. Por el contrario: el trato favorable a quienes incurren en delitos políticos está señalado taxativamente en la propia Constitución. Por lo mismo, el legislador quebranta ésta cuando pretende legislar por fuera de estos límites, ir más allá de ellos.” (...) “Cabe anotar que ni la Constitución ni la ley definen o enumeran los delitos políticos. Suelen considerarse delitos políticos en sí, en nuestra legislación, los de rebelión y sedición.”22 (lo subrayado es nuestro para 22 Corte Constitucional, Sentencia C-456 de 1997, Bogotá, M.P.Jorge Arango Mejía y Eduardo Cifuentes Muñoz, pág.28. anexar la definición de estos delitos)23 Consideramos que el trato favorable que se le da a los delitos políticos es excepcional y por lo tanto su interpretación debe ser restrictiva, sin embargo al no estar definidos ni en la Constitución Política de 1991 ni en la ley, y solo algunos en la jurisprudencia como la rebelión y la sedición, se ve ampliado el margen de aplicación de los mismos. Esto permite una mayor libertad de negociación en el proceso de paz en cuanto a que faculta al Estado para otorgar un mayor número de concesiones de amnistías e indultos sobre diferentes delitos políticos y por otro lado, hace posible la exigencia de la inclusión de un mayor número de delitos amnistiables e indultables por parte de las fuerzas armadas al margen de la ley dentro de un acuerdo de paz, a costa de un alto grado de impunidad. b) Delitos conexos 23 Nuevo Código Penal, artículo 467: “Rebelión. Los que mediante el empleo de las armas pretendan derrocar al Gobierno nacional, o suprimir o modificar el régimen constitucional o legal vigente, incurrirán en prisión de seis (6) a nueve (9) años y multa de cien (100) a doscientos (200) salarios mínimos legales mensuales vigentes.” Artículo 468: “Sedición: Los que mediante el empleo de las armas pretendan impedir transitoriamente el libre funcionamiento del régimen constitucional o legal vigentes, incurrirán en prisión de dos (2) a ocho (8) años y multa de cincuenta (50) a cien (100) salarios mínimos mensuales vigentes.” La amnistía y el indulto no solo se aplican para los delitos políticos en particular sino que además en conexión con estos, pueden cometerse otros que en principio se les otorgaría el tratamiento de delitos comunes, pero que por consecuencia de este vínculo, adquieren la condición de conexos y podrían llegar a recibir el trato favorable y excepcional que se otorga a los delitos políticos. (Corte Constitucional, Sentencia C-456 de 1997, pág.29) La palabra conexidad, en materia penal, se utiliza para señalar el nexo lógico que une, ata o vincula un delito a otro. Los elementos requeridos para configurar la conexidad han sido analizados por la jurisprudencia y la doctrina, concluyendo que ésta debe determinarse si aquellos delitos se dieron en los hechos constitutivos por los cuales se procesa a una persona determinada. (Consejo de Estado, Radicación 1086 de 1998, pág. 58) La conexidad del delito político debe ser declarada en sentencia o solicitada por la persona interesada. El artículo 54 de la Ley 104 de 1993 establece lo que se debe tener en cuenta para determinar la conexidad cuando esta no es declarada en sentencia: a. el acervo probatorio que obra en el respectivo proceso; b. las certificaciones expedidas para el efecto por las autoridades competentes; c. cualquier otra información pertinente que se adjunte a la solicitud. c) Delitos no conexos con los políticos Las leyes de amnistía e indulto por lo general consagran alguna excepción y no otorgan los beneficios referidos a delitos como el secuestro, el homicidio fuera de combate, en estado de indefensión de la víctima o ejecutado con "ferocidad y barbarie". 24 Anteriormente, el secuestro se incluía como amnistiable o indultable, pero la Corte Constitucional se manifestó contrariamente al respecto declarando constitucional el artículo 14 de la Ley 40 de 1993: " El tenor del artículo está conforme con la filosofía que inspira a la Carta de 1991, que se funda en el respeto a la dignidad humana, en la solidaridad de las personas y en la prevalencia del interés general. Sería un contrasentido que el Estado Social de Derecho -que considera a la persona humana como fin en sí misma -relativizará la dignidad humana y llegará a beneficiar con la amnistía o el indulto al autor de un delito de lesa humanidad, como es el caso del secuestro. El secuestro es un atentado directo contra la esencia del hombre y vulnera, de manera grave, inminente, injustificada y con 24 Ley 104 de 1993, artículo 48, tercer inciso: “No se aplicará lo dispuesto en este Título con relación a delitos atroces, genocidios, homicidios cometidos fuera de combate o con sevicia, o colocando a la víctima en estado de indefensión, secuestro o actos de ferocidad y barbarie.” secuelas irreversibles, la personalidad de la víctima -y en ocasiones la de sus familiares y allegados más íntimos-."25 En cuanto al delito del secuestro como grave motivo de conveniencia pública, la Corte Constitucional se ha manifestado al respecto afirmando que: "Las razones de conveniencia no pueden llegar en este caso hasta desconocer la existencia de la pena, por cuanto ésta constituye lo justo, es decir, lo que se merece; ello equivaldría a dejar de aplicar la justicia, hipótesis que riñe con los principios elementales del Estado de Derecho, que se funda en la legitimidad y eficacia del orden social, el cual, a su vez, se inspira en la justicia como valor superior. Exonerar, de la pena a quien haya participado en el delito de secuestro, es, a todas luces, un acto desproporcionado y por ello mismo viciado de injusticia. No puede el Estado dejar de imponer la pena que en justicia se debe, puesto que al omitir su acción punitiva en casos de delitos de lesa humanidad, su respuesta jurídica ante el hecho delictivo sería desproporcionada, es decir, injusta, y el Estado, por esencia, jamás está legitimado para incurrir en injusticia por omisión." 26 25 Corte Constitucional, Sentencia C-069 de 1994, M.P. Vladimiro Naranjo Mesa, Bogotá, pág. 24. 26 Corte Constitucional, Sentencia C-069 de 1994, M.P. Vladimiro Naranjo Mesa, Bogotá, pág. 24. En cuanto al homicidio cometido fuera de combate, no podrá considerarse como delito político ya que no cumple con los requisitos esenciales para verse cobijado por los beneficios que este otorga. Es decir, para que sea considerado como delito político deberá ser un homicidio cometido en combate. Dentro de la órbita de los delitos que el legislador denomina políticos, el término “combate” hace alusión a la lucha armada que tienen los rebeldes o sediciosos contra las fuerzas públicas del Estado. Deberá éste contener un ánimo insurreccional contra las instituciones y una connotación política. Adicionalmente, deberá verse reflejado el ánimo o voluntad de reincorporarse a la vida civil por parte del interesado. (Corte Suprema de Justicia, Proceso 10297 de 1995, pág.5 y 6) Es por esto importante tener claridad, en cuanto a que se necesita analizar cada caso en concreto para determinar si el subversivo cometió el homicidio dentro o fuera de combate. La Corte Suprema de Justicia al referirse al caso de las Milicias Populares afirma lo siguiente: “La circunstancia de haber pertenecido a una agrupación de las llamadas Milicias Populares, que en el caso concreto ni siquiera se pudo establecer cuál era, no significa que todo acto criminal que cometa el afiliado debe ser considerado como objetivo de la organización, pues bien es sabido que dentro de estas bandas hay miembros cuya actividad habitual es prestar sus servicios como sicarios, y actuar en distintas actividades criminales”.27 En cuanto a los actos de ferocidad o barbarie, la Corte Suprema de Justicia al referirse a un ataque terrorista propagado contra la población de Robledo en 27 4. Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Proceso 11379 de 1996, Bogotá, pág. Medellín, afirmo que: “Son actos de ferocidad o barbarie los que reprueba el Derecho Internacional Humanitario o derecho de gentes, precisamente por evidenciar crueldad innecesaria en los procedimientos y los medios utilizados, o por comportar hostilidad, padecimientos, atemorización y exposición a daños también innecesarios a los niños, mujeres, personas débiles o impotentes, y en general a toda la población civil.” (...) “Todo comportamiento que exceda sus manifiestas prohibiciones, se tendrá como cruel e inhumano, o tocado de ferocidad y barbarie, en los términos que tradicionalmente han utilizado las leyes sobre beneficios por delitos políticos.”28 Nuestro punto de vista radica en el concepto de lesa humanidad29, en cuanto a las razones que tiene el legislador para excluir estos delitos como no conexos 28 Corte Suprema De Justicia, Sala de Casación Penal, Proceso 12051 de 1996, Bogotá, pág 10. 29 Se entienden así a los actos cuando se cometan como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque mediante el asesinato, el exterminio, la deportación o traslado forzoso de población, la encarcelación o otra privación grave de la libertad física en violación de normas fundamentales de derecho internacional, la tortura, la violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, esterilización forzada u otros abusos sexuales de gravedad comparable, persecución de un grupo o colectividad con identidad propia fundada en motivos políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos u otros motivos universalmente reconocidos como inaceptables con arreglo al derecho internacional, desaparición forzada, otros actos inhumanos similares que causen intencionalmente grandes sufrimientos o atenten gravemente contra la integridad física o la salud mental o física. (Anello, Carolina, “Tribunal Penal Internacional, consultado en octubre de 2001, <www.derechos.net>) de los delitos políticos y por lo tanto no susceptibles de los beneficios otorgados por la amnistía y el indulto, radica en. El efecto de inestabilidad social que generan estos delitos, sumados a la amplia gama de derechos fundamentales y la aplicación del Derecho Internacional Humanitario, que se ven violados por la comisión de los mismos, ameritan la calificación de delitos atroces y crímenes de lesa humanidad. La Constitución Política de 1991 traza los lineamientos básicos de lo que quiere que sea el Estado, consagra los derechos de las personas y los mecanismos adecuados para defenderlos. Es la estructura legal que rige todas las conductas al interior del conglomerado social. Dicha estructura tiene sus fundamentos en una serie de principios preexistentes, los cuales son inherentes a la naturaleza humana. El constituyente primario les otorga un reconocimiento normativo. (Hernández, “Conferencia”) Una de las características más importantes de la Constitución Política de 1991, consiste en la introducción que hace a nuestro ordenamiento jurídico, respecto de los derechos fundamentales. Si bien se plasma por primera vez en nuestra normatividad, no debemos perder de vista el hecho de que es un concepto que se deriva de principios y valores preexistentes en la naturaleza humana. Los derechos fundamentales son aquellos que se derivan de la esencia del ser humano y que resultan indispensables para lograr una convivencia justa y pacífica entre todos los individuos. (Hernández, “Conferencia”) La Constitución Política de 1991, no pretende ser un catalogo taxativo de estos derechos, es solo enunciativo y en ese sentido debemos reconocer la existencia de otras normatividades, como los son, los tratados internacionales y las declaraciones que consagren protecciones y garantías a lo derechos fundamentales. (Hernández, “Conferencia”) Dentro del Estado Social de Derecho, el Estado colombiano deja de ser, con la introducción de este concepto, un régimen estrictamente normativo para convertirse en un estado depositario de la fe pública, el cual se preocupa por la búsqueda del bien común y por el aspecto humano que rige la convivencia entre los individuos del conglomerado social. (Durán, <http://utal.org/movimien11c.htm>) El Estado Social de Derecho es la vía para la realización de las libertades, procura satisfacer las necesidades vitales básicas de los individuos, sobre todo de los más débiles. Distribuye los bienes y servicios de una forma tal que busca mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Además, es el estado de la integración social en la medida en que pretende conciliar los intereses de la sociedad. En ese sentido, esta clase de Estado, introduce la existencia de los derechos fundamentales individuales como el pilar del nuevo constitucionalismo. (Durán, <http://utal.org/movimien11c.htm>) Como conclusión, el Estado Social de Derecho se fundamenta en la interacción entre el Estado y la sociedad, basado en la solidaridad, el respeto y la dignidad humana. Por lo tanto estos derechos deben ser garantizados dentro del conflicto armado. Esto armoniza con las normas del Derecho Internacional Humanitario30, debido a la obligatoriedad que este impone a todas las partes que participen en un conflicto armado. No es legítimo que un actor armado irregular o una fuerza armada estatal, consideren que no tienen que respetar en un conflicto armado las normas mínimas de humanidad, puesto que la fuerza normativa del Derecho Internacional Humanitario deriva de la universal aceptación de sus contenidos normativos por los pueblos civilizados. (Corte Constitucional, Sentencia No. C-225 de 1995, pág 76) Así, el Protocolo II de Ginebra señala que es necesario garantizar una mejor 30 “Ordenamiento jurídico que contiene normas que limitan el derecho de las partes en conflicto a elegir libremente los medios y métodos utilizados en combate, así como disposiciones encaminadas a proteger a las víctimas y a los bienes susceptibles de verse afectados por un conflicto armado”. (Corte Constitucional, Sentencia C-574 de 1992, M.P. Ciro Angarita Barón, Bogotá, pág 10) protección de las víctimas de los conflictos armados no internacionales, pues este busca disminuir los estragos de la guerra imponiendo a las partes enfrentadas la protección de la dignidad y los derechos de la persona humana. Esto armoniza plenamente con los principios constitucionales, en especial con el valor que funda la institucionalidad colombiana, cual es el respeto por la dignidad humana y el reconocimiento de la primacía de los derechos fundamentales de las personas. (Corte Constitucional, Sentencia No. C-225 de 1995, pág 94) Es por esto que las situaciones donde se presente una clara violación a los derechos fundamentales y el Derecho Internacional Humanitario, el homicidio fuera de combate y el secuestro, entre otros deberán someterse a las exigencias de tratamiento humanitario derivadas del Derecho Internacional Humanitario y de la legislación interna del país. Finalmente, al considerarse como delitos atroces, no existe justificación para considerarlos como delitos políticos, ni que sean excusados por motivación alguna, pues contra el ser humano como sujeto de derecho universal, no pueden haber actos de esta naturaleza que sean legitimados. 3. IMPUNIDAD Una vez analizados las figuras de amnistía y indulto como mecanismos para llegar a un eventual acuerdo de paz, con los cuales se generan la extinción de la acción penal y la pena –amnistía- y por otro lado solo la pena –indulto-, resulta claro y evidente que la aplicación de estas favorecen en cierto grado la impunidad. Se introduce el concepto de impunidad en el desarrollo de este trabajo, puesto que la consideramos como un obstáculo para alcanzar la paz en Colombia. Es evidente que uno de los temas que se debaten en la mesa de negociación, son las consecuencias jurídicas derivadas de la firma de la paz, en cabeza de las Fuerzas Públicas del Estado que han cometido violaciones a los derechos humanos y de todos los actores armados del conflicto, que han violado los derechos fundamentales y el Derecho Internacional Humanitario. Resulta importante definir las diferencias entre Derecho Internacional Humanitario y derechos humanos. El Derecho Internacional Humanitario regula las hostilidades internas y se aplica y obliga por igual a todas las partes del conflicto, como las fuerzas de seguridad del Estado, grupos armados disidentes y los correspondientes agentes y quienes asuman dicha condición. Es aplicable en tiempo de conflicto armado internacional, así como nacional. En contraposición, las normas de derechos humanos generalmente sólo se aplican a una de las partes del conflicto: el Estado y sus agentes. Son aplicables en todo tiempo y lugar. (Comisión Interamericana de Derechos Humanos, <www.cidh.oas.org.com>) Una vez analizados los derechos que se pueden violar dentro del conflicto armado, nos enfocaremos en las consecuencias jurídicas (impunidad) derivadas de la amnistía y el indulto. El artículo 2 de la Constitución Política de 1991 al definir los fines esenciales del Estado, consagra entre ellos el deber de asegurar la convivencia pacífica y la evidencia de un orden justo. Resulta contrario a estas dos finalidades, una norma (de amnistía o de indulto) que permita otorgar beneficios a los delitos políticos, pues establece un privilegio inaceptable para quienes incurren en delitos de rebelión o sedición y sus conexos: el violar impunemente las normas penales. Esa causal de impunidad es un privilegio injustificado en relación con todas las demás personas que respetan la Constitución Política de 1991 y la ley, puesto que si ellas incurren en algún delito, sí están sujetas a pena, a diferencia de lo que ocurre con aquellos que se ven cobijados por la comisión de delitos políticos. (Corte Constitucional, Sentencia C-456 de 1997, pág 8) “La exclusión de la pena que concede el legislador ordinario, referida a los hechos punibles cometidos en combate, tiene el efecto de crear una zona franca a la acción delictiva por fuera de todo el control del Estado. Allí es patente la renuncia que el Estado hace a su ius punendi y, por consiguiente, se hace visible el olvido del deber de protección que le incumbe respecto de los derechos fundamentales.”31 Los móviles políticos de los que cometen estos delitos, adquieren una jerarquía superior a la de cualquier derecho fundamental. (Corte Constitucional, Sentencia C-456 de 1997, pág 26) Es por esto necesario entrar a definir el concepto de impunidad en el contexto penal referido a la amnistía y el indulto. 3.1 CONCEPTO DE IMPUNIDAD Tal vez uno de los términos más difíciles de definir desde el punto de vista legal es la impunidad, por ello consideramos indispensable iniciar con un 31 Corte Constitucional, Sentencia C-456 de 1997, M.P. Jorge Arango Mejía y Eduardo Cifuentes, Bogotá, pág 24. análisis sobre la punibilidad como el lado opuesto a la impunidad. La punibilidad es la potestad en cabeza del Estado que jurídicamente le permite imponer una sanción legal a quien se determine como responsable de la comisión de un acto contrario a la ley. Dicha potestad punitiva constituye el fundamento de la pena. “La función punitiva es la potestad del Estado para ejercer un control social a través de la supresión o limitación de bienes fundamentales”.32 La punibilidad se concreta en la imposición de la pena. La pena es la supresión o coartación de un derecho personal que el Estado impone por medio de su rama jurisdiccional al sujeto imputable, aquel que ha sido declarado responsable por la comisión de un hecho punible. Con la imposición de la pena se busca reparar el daño cometido, prevenir la continua comisión de delitos, proteger la sociedad y resocializar a la persona que incurrió en la comisión del hecho delictuoso. De ahí que existan pluralidad de penas o sanciones acordes a la gravedad y grado de culpabilidad de los hechos punibles. (Reyes Echandía, pág 245) Por lo tanto, la impunidad es el fenómeno por medio de cual se deja sin 32 Beccaria, Cesare, De los delitos y las penas, Ed. Latinoamericana: Universidad Externado de Colombia, (Bogotá, 1995), pág. 8 castigo a culpables de crímenes o delitos, que afectan a los individuos y a los grupos sociales. Es toda situación objetiva de tolerar y dejar intactas las estructuras y actitudes que han hecho posibles estos delitos, eludiendo su responsabilidad. (Portillo, <www.derechos.org/kaoga/iii/cepeda.html>) La impunidad no es sólo la falta de sanción o castigo sino además la ausencia de un juicio de la verdad y de la reparación, factores todos indispensables para llegar a la reconciliación nacional. Los efectos de la impunidad son: (Naciones Unidas, et al, pág 262-283) 1. Esta constituye el impedimento máximo para hacer justicia ya que implica la ausencia total o parcial de la pena o castigo a quien se determine como responsable de la comisión del hecho delictuoso. 2. En cuanto a la impunidad aplicable al Estado: “Por impunidad se entiende la inexistencia, de hecho o derecho, de responsabilidad penal por parte de los autores de violaciones de los derechos humanos, así como de responsabilidad civil, administrativa o disciplinaria, porque escapan a toda investigación con miras a su inculpación, detención, procesamiento y en caso de ser reconocidos culpables”. 33 3. Implica falta de persecución y castigo a los responsables de violar la ley penal. Se constituye en el premio para aquellas personas que cometen actos penales ilícitos y no son sancionados por estos. De ahí, que la impunidad se convierta en un incentivo más para delinquir, pues los autores del delito pierden el temor de volver a realizarlos puesto que conocen de antemano la ausencia de punibilidad. 4. Convierte al derecho penal en una ilusión social en donde las normas se quedan plasmadas en un papel sin ser aplicadas a los autores de los hechos punibles. Así mismo, la impunidad conlleva a la ausencia de control social en donde la libertad individual se encuentra sin límites que la repriman, impidiendo una adecuada convivencia social. Con la impunidad aflora “el ánimo despótico de cada uno de los hombres de volver a sumergir en el antiguo caos las leyes de la sociedad”.34 33 Naciones Unidas, CINEP, Comisión Nacional de Juristas, Compañía de Jesús, Fundación Social, “Seminario Verdad y Justicia en Procesos de Paz o Transición a la Democracia”, Intervención de Louis Joinet, Ed. Panamericana Formas e Impresos S.A., (Bogotá, 1999), pág 263. 34 Naciones Unidas, CINEP, Comisión Nacional de Juristas, Compañía de Jesús, Fundación Social, “Seminario Verdad y Justicia en Procesos de Paz o Transición a la Democracia”, Introducción –Texto elaborado por las entidades organizadoras del seminario-, Ed. Panamericana Formas e Impresos S.A., (Bogotá, 1999), pág 15. 5. Pone en peligro la estabilidad del Estado al igual que su seguridad, puesto que el responsable del hecho punible sigue causando nuevos daños, cada vez mayores, a los ciudadanos. 6. Es un fenómeno generador de violencia porque permite la comisión de hechos delictivos sin consecuencia alguna, conllevando a la creación de un espejismo en donde por un lado la ley penal sanciona dichas conductas y por el otro pareciere que estuvieran legitimadas por el Estado, ya que sus normas no son aplicadas. 7. De igual manera, constituye un incentivo a la venganza privada. Si las víctimas del hecho delictuoso no se ven respaldadas y apoyadas por el Estado Social de Derecho, se verán obligadas, injusta y equivocadamente, a impartir por sí mismas el castigo que consideren necesario y proporcionado al daño causado con el delito. En ese sentido la justicia y la imposición de sanciones no estaría en cabeza del aparato jurisdiccional penal del Estado sino en cada individuo del conglomerado social. 3.2 LA IMPUNIDAD EN LA AMNISTÍA Y EL INDULTO Si bien el otorgamiento de amnistías e indultos constituyen un incentivo para lograr el acuerdo de paz entre las partes del conflicto armado, no lo es así para sus víctimas, quienes exigen justicia por las violaciones de las cuales han sido objeto. “No existe reconciliación justa y duradera si no se satisface efectivamente la necesidad de justicia”. 35 La criminalidad política no debería estar excluida de sanción penal. El móvil político no puede ser suficiente para declarar la impunidad de los hechos punibles que atentan contra el régimen constitucional. Dejar impune la muerte de una víctima es el precio que se paga para que el combatiente político pueda imponer su ideología y aspirar a que esta tenga en la sociedad un impacto relevante. La política, ya sea ejercida bajo el poder de las armas o bien sin el uso de estas, no debe estar por encima de la persona humana. (Corte Constitucional, Sentencia C-456 de 1997, pág 35) Sin embargo, la legislación penal por medio del reconocimiento de la amnistía y el indulto, brinda espacios de impunidad al excepcionar la posibilidad de ejercer una acción penal y de imponer un castigo para los delitos políticos. Aunque la sanción aplicable a los delitos políticos no está definida en la 35 Naciones Unidas, CINEP, Comisión Nacional de Juristas, Compañía de Jesús, Fundación Social, “Seminario Verdad y Justicia en Procesos de Paz o Transición a la Democracia”, Intervención de Louis Joinet, Ed. Panamericana Formas e Impresos S.A., (Bogotá, 1999), pág. 262. Constitución, por tratarse de una materia que le corresponde determinar al Congreso, y que no puede éste mediante una ley ordinaria, distinguir los delitos políticos de los comunes solamente a través de la impunidad. “La finalidad de la ley consistente en enmarcar una distinción entre los delitos políticos y los comunes, cuando ella se persigue a través de la creación de una causal de impunidad, viola la constitución, puesto que de manera irrazonable y desproporcionada incide en los derechos fundamentales de las víctimas, para las cuales el Estado, llamado a protegerlas, deja de existir, a esto equivale la restricción de su poder punitivo.”36 El efecto que genera la exclusión de la sanción (impunidad), es la legitimación de la violencia mediante el uso de móviles políticos, en cuanto a que se otorga por parte del ordenamiento penal un permiso para su uso, renunciando por parte del Estado al ius punendi. (Corte Constitucional, Sentencia C-456 de 1997, pág 37) 3.3 JUSTICIA, VERDAD Y REPARACIÓN Con el prolongamiento del conflicto armado, se han incrementado cada vez 36 Corte Constitucional, Sentencia C-456 de 1997, M.P. Jorge Arango Mejía y Eduardo Cifuentes Muñoz, Bogotá, pág 36 más las violaciones atroces contra los derechos fundamentales, los derechos humanos y el Derecho Internacional Humanitario. Y tal vez por eso es que estamos aquí frente al debate sobre la necesidad de llegar a un acuerdo de paz, sin que ello implique para las víctimas del conflicto armado la renuncia al derecho de justicia y a la verdad sobre los hechos cometidos durante el mismo. La reconstrucción de una sociedad debe tener unos cimientos fuertes que a futuro no logren derribarla, por lo cual los acuerdos de paz deben establecer medidas destinadas a enfrentar la impunidad con el fin de que la justicia penal y la verdad sean garantizados dentro del Estado Social de Derecho. De todo ello, se desprende la necesidad de atacar la impunidad y emprender la búsqueda por un fortalecimiento de las instituciones devolviéndole a los colombianos la credibilidad sobre la eficiencia de los órganos estatales. De la concepción que tengamos del Estado, de la sociedad civil y del poder dependerá la forma como concibamos la justicia. En un Estado democrático el aparato judicial no puede ser un sistema débil, debe ser fuerte y garantista de los derechos fundamentales y de los derechos humanos. Sin embargo, la realidad colombiana es otra, pues revela que los esfuerzos por alcanzar la paz no han tenido éxito para “enfrentar con justicia y eficacia la situación de crisis y violencia que afecta gravemente y en forma continua y prolongada, los derechos fundamentales de la población”.37 En cuanto a la violación de derechos humanos por parte de las Fuerzas Públicas del Estado, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su tercer informe, afirma: “Sólo el arbitraje de la ley y la percepción de justicia pueden romper el círculo vicioso de la impunidad, restablecer el orden público y garantizar la no repetición de estas atrocidades”38, siendo clara en cuanto a que el proceso de paz y la reconciliación nacional deben descansar sobre la verdad, justicia y reparación. Se debe buscar un ámbito propicio para poder esclarecer las violaciones de los derechos humanos durante el conflicto armado, al igual que un proceso para juzgar a sus responsables seguido de la puesta en práctica de una sanción legal y por último la reparación de los daños causados a las víctimas. (Comisión Interamericana de Derechos Humanos, <www.cidh.oas.org >) Según esta Comisión, la tasa de impunidad es aún mayor en relación con los delitos que entrañan violaciones a los derechos humanos, lo que determina 37 Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Organización de Estados Americanos, “Tercer informe sobre la situación de los Derechos Humanos en Colombia”, consultado en febrero de 2001,<www.cidh.oas.org>. 38 Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Organización de Estados Americanos, “Tercer informe sobre la situación de los Derechos Humanos en Colombia”, consultado en el incumplimiento por parte del Estado de sus responsabilidades y una negación de justicia a las víctimas y/o a sus familiares. Las organizaciones de derechos humanos afirman que prácticamente el 100% de los delitos que entrañan violaciones de derechos humanos quedan impunes. Esta comisión dice estar consciente de que solo en muy pocos casos reciben condenas penales los agentes del Estado responsables de violaciones de derechos humanos. Surge de la necesidad por alcanzar la paz en Colombia, el anhelo en cada colombiano por vivir en un Estado en donde sus derechos fundamentales como la vida, honra, educación, familia, igualdad y libertad sean respetados por todos y protegidos por una justicia transparente e imparcial. “Son fines esenciales del Estado, entre otros, promover la prosperidad en general y garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución”.39 En Colombia, no solo existe la obligación en cabeza del Estado de proteger los derechos fundamentales, sino además de garantizar el Derecho Internacional Humanitario y los derechos humanos, puesto que su fuerza normativa se deriva de la aceptación de todos los tratados debidamente febrero de 2001,<www.cidh.oas.org>. Constitución Política de 1991, artículo 2. 39 aceptados por nuestro Estado que consagren aquellos principios mínimos de humanidad, los cuales no pueden ser desconocidos en una situación de conflicto. Son pues verdaderos principios y normas situadas al mismo nivel de la Constitución Política de 1991. En este sentido, las partes enfrentadas en un conflicto armado, ven limitados los medios legítimos de combate en función de la protección de la persona humana. Con la obligatoriedad del Derecho Internacional Humanitario, éste se impone a todas las partes que participen en un conflicto armado y no solo a las Fuerzas Armadas del Estado. No puede entonces la justicia excusar la comisión de conductas que vulneren la naturaleza humana como los homicidios arbitrarios, las torturas, tratos crueles, y las desapariciones forzadas, entre otros. En especial, cuando se ejercen sobre aquellas personas no combatientes dentro del conflicto armado. Es así como las Fuerzas Armadas del Estado y las fuerzas al margen de la ley, harán distinción entre la población civil y los combatientes, para no convertirlos en objetivo militar del conflicto armado. De no ser así, lo convertiría en actor del mismo con lo cual lo expondría a ataques militares de la contraparte. (Corte Constitucional, Sentencia C-225 de 1995, pág 1-25) La población civil colombiana, en especial aquellas personas que habitan en el campo donde en muchos lugares no hay presencia del Estado, se han convertido en objetivo militar indistintamente de cada una de las fuerzas armadas involucradas en nuestro conflicto, ello debido a que la posibilidad de sobre vivencia y permanencia en el territorio es aceptando el dominio y las condiciones impuestas por algunos de los actores armados que ahí ejercen algún control. Las cifras de las víctimas de infracciones graves al Derecho Internacional Humanitario, muestran (ver Anexo Uno) que los actores armados más que confrontarse entre sí, están orientando sus acciones contra civiles, motivados por la creencia de que eliminando la base social del adversario logran mayores ventajas militares y estratégicas, y detrás de estas acciones se atenta cada vez más contra los derechos. Estas cifras muestran las graves y profundas infracciones que ha causado la guerra en nuestro país. No se puede olvidar que detrás de cada persona hay una vida, una familia y una integridad. Ninguno de los actores armados del conflicto está respetando los principios40 que regulan la conducción de las acciones armadas. Cada actor está decidiendo arbitrariamente sus objetivos militares y cualquier método que permita alguna ventaja sobre el adversario, se legitima con los ideales perseguidos. Por ejemplo, ataques terroristas, tomas guerrilleras, secuestros 40 Pictet, Jean, “Desarrollo y Principios del Derecho Internacional Humanitario”, consultado en agosto de 2001, <www.icrc.org>. masivos, collar bomba, minas quiebra patas,etc. 3.3.1 Derecho a la justicia La necesidad de lograr acuerdos de paz, no puede implicar la renuncia a la justicia penal y a la verdad sobre los hechos ilícitos cometidos por las diferentes partes del conflicto armado, en especial sobre aquellas atrocidades que atentan flagrantemente contra los derechos fundamentales y humanos y el Derecho Internacional Humanitario. Primero, porque si se renuncia al derecho a la justicia, se acepta la impunidad, se renuncia al derecho a ser compensado por el delito cometido y se abre paso para que este se vuelva a cometer. Segundo, porque consideramos que el derecho a la verdad tiene el carácter de ser conexo con el derecho fundamental de justicia. En esa medida, solo mediante la administración de justicia, en específico mediante un proceso penal, se podrán establecer las circunstancias y motivaciones que rodearon el hecho punible, y a través de las pruebas poder reflejar la verdad en la sentencia o decisión final. Adicionalmente, según el preámbulo de la Constitución Política de 1991, el nuevo orden constitucional tiene como valor fundamental entre otros, la justicia, la cual garantiza un orden político, económico y social justo. La idea de justicia se ve reflejada en gran parte de la normatividad constitucional que se construye a partir del reconocimiento de un Estado Social de Derecho. (Corte Constitucional, Sentencia C-416 de 1994, pág.7) Al renunciar al derecho de justicia, se está impidiendo la reacción del Estado ante el delito y por ende su represión o castigo. El derecho a la justicia penal, no sólo implica la imposición de la pena sino además el derecho a la verdad, puesto que las víctimas tienen la necesidad emocional de establecer la realidad sobre los hechos y el derecho a que se les reparen los daños causados y a que se establezca una garantía frente a la no repetición de estas violaciones. Esta búsqueda de la verdad debe conducir a la reparación y reivindicación de la dignidad de la víctima. (Ayala Lasso, <www.derechos.org/diml/doc/ayala.text>) La justicia es el pilar que sostiene la credibilidad en la estructura del Estado, ya que es la garantía del cumplimiento de las normas jurídicas que lo rigen. Por ello la justicia penal, no puede ser endeble frente a las conductas delictuosas. “Hay un mandato constitucional de aplicar justicia, un régimen así en cumplimiento de sus obligaciones de defender los derechos ciudadanos, debería poder prevenir, sancionar y reparar las violaciones”.41 41 Naciones Unidas, CINEP, Comisión Nacional de Juristas, Compañía de Jesús, Fundación Social, “Seminario Verdad y Justicia en Procesos de Paz o Transición a la Democracia”, La justicia penal en algún sentido, hace más difícil el camino hacia a la paz negociada, en cuanto a que implica la persecución y castigo de todas las violaciones de los derechos fundamentales, derechos humanos y del Derecho Internacional Humanitario. Sin embargo, no debe ser un obstáculo para alcanzar la paz, por esto reconocemos que la paz exige un sacrificio mínimo del derecho a la justicia, mediante la aplicación de un indulto moderado, tema que será desarrollado en las conclusiones de éste trabajo. La búsqueda de la paz debe fundarse en el respeto por los derechos fundamentales de cada ser humano, que a su vez deben ser garantizados por una administración de justicia legítima, eficaz, fuerte e imparcial. La administración de justicia42 en materia penal, implica la posibilidad de hacer valer los derechos, haciendo uso de un recurso equitativo y efectivo (derecho de acción), poniendo en movimiento el aparato jurisdiccional del Estado, para lograr que el actor del hecho punible sea juzgado y para obtener la reparación por el daño causado. Existen una serie de circunstancias que obstaculizan la administración de Intervención de Gustavo Gallón Giraldo, Ed. Panamericana Formas e Impresos S.A., (Bogotá, 1999), pág 56. 42 Constitución Política de 1991, artículo 229: “Se garantiza el derecho de toda persona para acceder a la administración de justicia. La ley indicará en que casos podrá hacerlo sin la representación de abogado”. justicia, desde un punto de vista penal, dentro del proceso de paz colombiano, entre otras: 1. Fortaleza de los grupos al margen de la ley: han alcanzado un poder en armas y un poder económico por medio del cual constriñen a la sociedad civil colocándola en niveles de indefensión, de miedo y de frustración, motivos por los cuales los civiles desisten de cualquier enfrentamiento, ya sea armado o ideológico. (Montenegro y Posada, pág 3 y 4) 2. Debilidad institucional: No obstante ser la administración de justicia, garante de los derechos de cada ser humano, en muchas ocasiones ha sido obstaculizada su labor por amenazas y ataques cometidos en contra de sus funcionarios, creando pánico y desolación en esta institución. “En un Estado democrático, el aparato de justicia, el sistema penal no puede ser un sistema débil, debe ser un sistema democrático y garantista que pueda responder al reto que plantean las variadas formas de delincuencia y particularmente la violencia política”.43 3. Venganza privada: Es causa de violación de derechos, generador de más violencia en tanto y en cuanto que el resentimiento de las víctimas tarde o 43 Naciones Unidas, CINEP, Comisión Nacional de Juristas, Compañía de Jesús, Fundación Social, “Seminario Verdad y Justicia en Procesos de Paz o Transición a la Democracia”, Intervención de Jaime Córdoba Triviño, Ed. Panamericana Formas e Impresos S.A., (Bogotá, 1999), pág 68. temprano aflora con gran fuerza para hacer justicia por mano propia. Incentiva los sentimientos de venganza, institucionaliza una justicia privada y deslegitima la labor del Estado en cuanto a la obligación que tiene de investigar, enjuiciar, sancionar y reparar. 4.Impunidad y denegación de justicia: La situación respecto de la impunidad de todos los actores del conflicto armado en Colombia es grave. Está generalizada en todo tipo de delitos. “La fase de la justicia es siempre particularmente difícil, pues los responsables de los crímenes se cuidan de garantizar su impunidad al colocar como condición tácita para la democracia y la reconciliación, el perdón y el olvido de sus delitos”.44 Un claro ejemplo, se ve reflejado en la impunidad de las Fuerzas Públicas del Estado así: la Comisión Interamericana de Derechos Humanos45 establece que a junio de 1996 las entidades del Estado declaraban que entre el 97% y 98% de los delitos quedan impunes y que el 74% de los delitos no son denunciados. Y agrega, “Esto establece un incumplimiento grave por parte del Estado de sus obligaciones y constituye además una negación de justicia a las víctimas”. 44 Castro Cepeda Iván y Girón Ortiz Claudia, Fundación Manuel Cepeda Vargas, “Olvido o Memoria en las Condiciones de Solución de Conflictos Políticos”, consultado en febrero de 2002, <www.derechos.org>. De acuerdo con lo anterior, y reconociendo estas dificultades entre otras, concluiremos la posibilidad de alcanzar la paz, sin desconocer la justicia penal en su totalidad, basadas en la facultad que el ordenamiento constitucional colombiano otorga al legislador con figuras como la amnistía y el indulto, que consideramos podrían tener un enfoque mas limitado en cuanto a su aplicación y sus beneficios reconociendo el derecho a la verdad y el derecho a la reparación de las víctimas. 3.3.2 Derecho a la verdad El derecho a la verdad tiene fundamentos doctrinarios, jurídicos y prácticos. La búsqueda de la verdad es importante por un deber moral hacia las víctimas, los familiares y la sociedad, para descubrir y sancionar a los culpables, para afirmar la democracia y el control ciudadano de las instituciones públicas y para evitar que las violaciones se repitan. ( Castro y Girón, <www.derechos.org>) “Cada pueblo tiene el derecho inalienable a conocer la verdad46 acerca de 45 Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Organización de Estados Americanos, “Tercer Informe Sobre la Situación de Derechos Humanos en Colombia”, consultado en enero de 2001, <www.cidh.oas.org/countryrep/colom99sp.htm>. 46 Comisión Interamericana de Derechos Humanos 1985: “Toda la sociedad tiene el irrenunciable derecho de conocer la verdad de lo ocurrido, así como las razones y los acontecimientos sucedidos y las circunstancias y los motivos que llevaron mediante la violación masiva y sistemática de los derechos, a la perpetración de crímenes aberrantes. El ejercicio pleno y efectivo del derecho a la verdad es esencial para evitar que en el futuro se repitan las violaciones”.47 Durante la fase de la verdad, debe existir un proceso social de reconstrucción de la memoria que permite identificar a las víctimas de las violaciones de sus derechos, con el fin de otorgarle su valor como persona humana y su dignidad. En el mismo sentido, se deben asignar responsabilidades a los culpables de los actos o hechos punibles para lograr el reconocimiento público de los abusos cometidos y la responsabilidad gubernamental que tuvieron los agentes estatales o no estatales. Por último, obtener toda la información sobre las circunstancias que rodearon la comisión de estas violaciones. (Castro y Girón, <www.derechos.org>) Es un proceso que ayuda a que las víctimas enfrenten el dolor sufrido por las atrocidades cometidas. Comprende además, el derecho de las víctimas a conocer la ubicación de las personas desaparecidas con el fin de encontrarlas y poder darles un homenaje público que se quede en la circunstancias en las que aberrantes delitos llegaron a cometerse, a fin de evitar que esos hechos vuelvan a ocurrir en el futuro”. 47 Naciones Unidas, CINEP, Comisión Nacional de Juristas, Compañía de Jesús, Fundación Social, “Seminario Verdad y Justicia en Procesos de Paz o Transición a la Democracia”, Intervención de Amerigo Incalcaterra, Ed. Panamericana Formas e Impresos S.A., (Bogotá, memoria social. Ello constituye una forma de reparación de la víctima, contribuyendo además con el proceso de reconciliación nacional. (Castro y Girón, <www.derechos.org>) “La verdad no puede ser la confirmación del daño ni limitarse a decir que fue injusto y que no se debe volver a repetir. La verdad tiene que ser una sanción social sobre las autores y sobre el tipo de hechos o los mecanismos que han hecho posible que eso ocurra”.48 3.3.2.1 Comisiones de Verdad Continuando con el análisis sobre el derecho a la verdad dentro del proceso de paz colombiano, consideramos indispensable la creación de Comisiones de Verdad (Extrajudiciales de Investigación), para lo cual nos servirá de guía el Derecho Comparado. Estas comisiones se crearon en países como Sudáfrica, Argentina, Chile, El Salvador y Perú por mandato legal, después de negociaciones y acuerdos políticos. La mayoría de las sociedades latinoamericanas han experimentado en sus 1999), pág. 38. Naciones Unidas, CINEP, Comisión Nacional de Juristas, Compañía de Jesús, Fundación Social, “Seminario Verdad y Justicia en Procesos de Paz o Transición a la Democracia”, Intervención de Carlos Martín Beristain, Ed. Panamericana Formas e Impresos S.A., (Bogotá, 1999), pág 233. 48 últimas décadas, situaciones de violencia y conflicto interno. Con el sometimiento de los actores armados del conflicto a las instituciones del Estado, surge la necesidad de adoptar medidas que permitan determinar los responsables de las violaciones a los derechos humanos y al Derecho Internacional Humanitario. Las Comisiones de Verdad han sido implementadas en varios lugares del mundo como mecanismos idóneos para la superación de las violaciones cometidas. Su esencia no es sólo jurídica sino también social, por lo cual tiene como fin el fortalecimiento de las bases para la reconciliación y reconstrucción de la sociedad. Si bien Colombia debe estudiar el desarrollo de las Comisiones de Verdad en algunos países a nivel mundial para mirar sus ventajas y desventajas, no debería copiar los mismos modelos pues nuestro país es único al igual que sus habitantes y sus necesidades, por lo cual es el pueblo colombiano el que debe decidir el mejor camino para el desarrollo de las Comisiones de Verdad. Una de las Comisiones de Verdad más importante a nivel internacional ha sido la que logró establecer la reconciliación en Sudáfrica. El éxito radicó en que se realizaban audiencias públicas donde convocaban a la población civil para que narrara experiencias vividas durante el conflicto. “Se estableció un amplio derecho a la verdad en cabeza de las víctimas tanto para informar de las graves violaciones a los derechos humanos y fundamentales como para la adopción de medidas necesarias para su indemnización y restablecimiento de la dignidad humana y ciudadana”. 49 Dicha comisión disponía entre otras, de amplias facultades para investigar oficiales y funcionarios públicos que estuvieran implicados en las violaciones a los derechos humanos. Al igual que competencia para investigar aquellas violaciones perpetradas por otros actores. De todo ello se puede rescatar para el desarrollo del proceso de paz en Colombia, la necesidad de establecer las Comisiones de Verdad con audiencias públicas que permitan la participación ciudadana, en especial la de las víctimas. De igual manera, deben ser creadas por una ley que garantice su independencia e imparcialidad y conforme a las necesidades actuales del conflicto armado. 49 Naciones Unidas, CINEP, Comisión Nacional de Juristas, Compañía de Jesús, Fundación Social, “Seminario Verdad y Justicia en Procesos de Paz o Transición a la Democracia”, Intervención de Gustavo Bell Lemus, Ed. Panamericana Formas e Impresos S.A., (Bogotá, 1999), pág. 44. Las Comisiones de Verdad deberían ser el instrumento que permita la participación e inclusión de las víctimas durante la investigación de los hechos punibles, con el fin de que éstas colaboren con información pertinente que ayude a identificar a los responsables de los delitos. Este tipo de colaboración facilitaría la investigación y la obtención de pruebas, con lo cual, las conclusiones a que se llegaran tendrían más validez. Una vez recopiladas, podrían ser remitidas a los órganos de administración de justicia penal, haciendo así más ágil el proceso penal, por ende, no se tendría que esperar la designación del sindicado para que las víctimas o familiares pudieran participar o colaborar con la justicia penal, sino que lo harían con anterioridad por medio de la Comisión de Verdad. Lo anterior, podría verse como el instrumento que permita a las víctimas o familiares tomar la iniciativa frente al Estado con el fin de que éste cumpla con su obligación de administrar justicia. “En el caso de acusaciones de delitos atroces, la comisión deberá remitir los inculpados a la justicia ordinaria y sus autores no podrán beneficiarse de una eventual amnistía y indulto u otras figuras jurídicas semejantes. (...) El diseño y planeación de esta comisión deben ser muy cuidadosos, y el momento en que comience a actuar, dependerá del grado de avance de la agenda de paz, pues esta integrado al proceso y no puede ser una rueda suelta.”50 50 Departamento Nacional de Planeación, “La paz: El desafío para el desarrollo”, , Ed. Tercer Mundo Editores y el Departamento Nacional de Planeación, (Bogotá, 1998),pág. 193. Las comisiones son organismos de investigación que deben ser creados por la ley para ayudar a las sociedades que han enfrentado graves situaciones de violencia política o conflicto interno, a enfrentarse objetivamente y críticamente con su pasado con el fin de superar la crisis y los traumas generados por la violencia, evitando que éstos se repitan en un futuro. Por medio de las Comisiones de Verdad, se busca establecer las causas, circunstancias y motivaciones de la violencia y del conflicto, investigar los hechos mas graves de violaciones a los derechos humanos, Derecho Internacional Humanitario y derechos fundamentales, así como establecer responsabilidades jurídicas en cabeza de los actores de estas violaciones, reivindicando las memorias de las víctimas y estableciendo mecanismos de reparación del daño. (Castro y Girón, <www.derechos.org>) Adicionalmente, buscan colaborar y fortalecer los organismos administrativos de justicia más no buscan sustituir la labor de los tribunales internos, ya que en ellos recae exclusivamente la competencia para juzgar y sancionar. (Constitución Política de 1991, artículo 11651) 51 “La Corte Constitucional, la Corte Suprema de Justicia, el Consejo de Estado, el Consejo Superior de la Judicatura, la Fiscalía General de la Nación, los tribunales y los jueces administran justicia. También lo hace la justicia penal militar. El congreso ejercerá determinadas funciones judiciales...” Existe un conjunto de Principios para la Protección y Promoción de los Derechos Humanos Mediante la Lucha Contra la Impunidad (ver Anexo Dos), los cuales si bien no constituyen normas jurídicas en sentido estricto, si son principios rectores que buscan encausar las consecuencias de ciertas políticas de reconciliación a fin de lograr un acuerdo de paz fuerte y duradero. (Naciones Unidas et al, pág 257) Si bien este conjunto de principios está hecho para la protección de los derechos humanos, ampliaremos su aplicación en cuanto sea posible, a todos los actores del conflicto armado. El PRINCIPIO 752 (Delimitación del mandato de las comisiones), establece como finalidades53 de las comisiones, la preservación de pruebas que 52 Naciones Unidas, CINEP, Comisión Nacional de Juristas, Compañía de Jesús, Fundación Social, “Seminario Verdad y Justicia en Procesos de Paz o Transición a la Democracia”, Intervención de Carlos Martín Beristain, Ed. Panamericana Formas e Impresos S.A., (Bogotá, 1999), pág 233. 53 a.) “La finalidad de las comisiones no consistirá en reemplazar a la justicia, que seguirá siendo la única competente para determinar la responsabilidad individual, y, en particular, la penal a fin de pronunciarse, llegado el caso, sobre la culpabilidad y seguidamente sobre la pena”. b.) “Deben estar habilitados para solicitar la asistencia de la Fuerza Pública con el fin de efectuar visitas a lugares donde se encuentren los archivos con información que contribuya a obtener pruebas para la investigación y para lograr la comparecencia de aquellas personas claves en la investigación”. c) “Cuando las comisiones tengan conocimiento de que una persona de interés para sus investigaciones está amenazada, podrá dirigirse ante un tribunal con el fin de obtener medidas que hagan cesar la amenaza y que a la vez protejan a la persona y salvaguarden las pruebas”. d) “Sus investigaciones se referirán a todas las personas acusadas de presuntas violaciones de derechos”. e) “La comisiones estarán facultadas para investigar todas las formas de violación de los derechos.” interesen a la justicia, asesoramiento y formulación de recomendaciones destinadas a obstaculizar la impunidad con el fin de esclarecer la verdad. Por razones de seguridad personal y de la comunidad en general, se establece que las Comisiones de Verdad no son eficientes antes o durante el proceso de paz, puesto que las víctimas sienten miedo al no tener un respaldo por parte del Estado que les brinde una protección eficiente, por lo cual no se atreven a relatar experiencias ni testimonios sobre las violaciones atroces cometidas y que inclusive aún, se siguen presentando. Así mismo, no hay una protección eficiente que garantice el acceso a la información, lo cual incide en la obtención de pruebas que involucran a todas las partes del conflicto armado, debido a que en medio de éste, resulta casi imposible por cuanto el nivel de exposición al riesgo es muy alto y podrá conllevar a convertirse en un objeto de represión. Una vez logrado el acuerdo de paz e instauradas legítimamente las Comisiones de Verdad, es importante que se involucre al pueblo colombiano en la participación para la creación de éstas, con el fin de escuchar las iniciativas de cada colombiano y mantenerlos informados sobre el proceso de reconciliación nacional. EL PRINCIPIO 854 (Garantías relativas a las personas acusadas) establece las garantías mínimas dentro del desarrollo de las comisiones con el fin de salvaguardar el principio penal de contradicción. Este principio se encuentra en concordancia con el desarrollo del artículo 29 de nuestra Constitución Política de 1991, sobre la implementación del debido proceso como la garantía máxima de las personas dentro del desarrollo de un proceso. EL PRINCIPIO 1155 (Función de asesoramiento de las comisiones). Las comisiones tienen como finalidad incitar a los autores de las violaciones de derechos a reconocer su culpabilidad y proponer medidas legislativas o de otra índole destinadas a poner en práctica los principios e impedir la repetición de las violaciones. En cuanto al papel de las comisiones, en el ámbito internacional, estas deberían estar facultadas para mandar copias sobre sus investigaciones a la Corte Penal Internacional aplicados a los delitos que son de su competencia, con el fin de activarla cuando no se inicie el proceso penal dentro del Estado nacional. 54 Naciones Unidas, CINEP, Comisión Nacional de Juristas, Compañía de Jesús, Fundación Social, “Seminario Verdad y Justicia en Procesos de Paz o Transición a la Democracia”, Intervención de Carlos Martín Beristain, Ed. Panamericana Formas e Impresos S.A., (Bogotá, 1999), pág 268. 55 Naciones Unidas, CINEP, Comisión Nacional de Juristas, Compañía de Jesús, Fundación Social, “Seminario Verdad y Justicia en Procesos de Paz o Transición a la Democracia”, Una vez analizadas las ventajas que implica la creación de Comisiones de Verdad para el esclarecimiento de los delitos cometidos dentro del conflicto armado colombiano y para evitar que estos se repitan, concluimos que éstas son indispensables no solo para crear una memoria histórica sino también para reivindicar los valores humanos y para establecer el derecho a la verdad, como la fase inicial de la reparación del daño ocasionado por todos los actores del conflicto, abriendo la posibilidad de una verdadera reconciliación asentada bajo estas condiciones mínimas y básicas. 3.3.3 Derecho a obtener reparación La reconciliación nacional implica tres fases: el derecho a la justicia, el derecho a la verdad y el derecho a la reparación. “La fase de la reparación debe comprender diversas formas y instrumentos políticos y cívicos de reparación que van desde la reconstrucción del tejido social destruido, hasta el homenaje público a través de monumentos, ritos y conmemoraciones que persiguen despertar la memoria social.” ( Castro y Girón, <www.derechos.org>) Intervención de Carlos Martín Beristain, Ed. Panamericana Formas e Impresos S.A., (Bogotá, 1999), pág 269. Sobre este particular, se deben establecer medidas para el resarcimiento, respeto y garantía de los derechos de las víctimas56. Toda violación de los derechos humanos, fundamentales y del Derecho Internacional Humanitario, da lugar al nacimiento del derecho de reparación a favor de la víctima y de sus familiares. La reparación debe ser integral, es decir, que no debe ser únicamente un resarcimiento económico, sino moral, en cuanto a que debe existir una rehabilitación psicológica y social, restituyéndole la dignidad a las víctimas. Debe ser también proporcional a la gravedad de la violación y del daño causado. De ahí que la reparación deba incluir la restitución, la indemnización, y la rehabilitación. (Vela, <www.depazcolombia.org>) La reparación deberá lograr soluciones de justicia, eliminado o reparando las consecuencias del perjuicio padecido, y a la vez evitando la comisión de nuevas violaciones. Para tener una cultura de paz, las víctimas del conflicto necesitan sentirse amparadas por el Estado y sus instituciones democráticas. En ese sentido la restitución debe: ( Vela, <www.depazcolombia.org>) 56 “Se entiende por víctimas las personas que, individual o colectivamente, hayan sufrido daños, inclusive lesiones mentales y físicas, sufrimientos emocionales, perdidas financieras o menoscabo sustancial de sus derechos fundamentales, como consecuencia de actos o omisiones que violen la legislación penal vigente.” (Oficina de las Naciones Unidas en Viena, 1. Estar dirigida a restablecer la situación existente antes de la violación de derechos humanos, fundamentales y del Derecho Internacional Humanitario. Se debe restablecer la libertad, la vida familiar, la ciudadanía, el retorno al país, la restauración del empleo, la propiedad, así como el derecho a la libre locomoción en donde se garantice por parte del Estado el acceso a cualquier lugar del territorio nacional. Al igual que la cesación de violaciones existentes, la verificación de los hechos seguida con la difusión pública de la verdad, la declaración oficial o judicial que restablezca la dignidad, reputación y derechos de la víctima, el reconocimiento público sobre la responsabilidad de los culpables de los hechos punibles, la imposición de sanciones acordes al daño causado y la conmemoración y homenaje a las víctimas del conflicto armado. 2. Comprender una compensación por el perjuicio causado, avaluable en dinero. Este debe abarcar tanto el daño físico o mental, la pérdida de oportunidad, los daños materiales, los daños a la reputación, honra y dignidad. “Reglas de la Justicia Penal de las Naciones Unidas para la Policía de Mantenimiento de la Paz”, (Viena, 1994), consultado en febrero de 2002, <www.uncjin.org>) El preámbulo del Protocolo II de Ginebra57 establece que resulta necesario garantizar la protección a las víctimas de los conflictos no internacionales, imponiendo a las partes enfrentadas obligaciones humanitarias, entre estas el derecho a la reparación con el fin de preservar la dignidad humana y el reconocimiento de la primacía de los derechos inalienables de la persona. Esta protección armoniza con los principios y finalidades de la Constitución Política de 199158, en cuanto al deber que tiene el Estado colombiano de garantizar la convivencia pacífica. El reconocimiento del derecho a la verdad, a la justicia y a la reparación favorecen la búsqueda hacia la paz en la medida en que logran humanizar el conflicto armado, garantizando en cierta medida el efectivo cumplimiento de las normas del Derecho Internacional Humanitario, de los derechos humanos y de la Constitución Política de 1991, facilitando la reconciliación entre las partes enfrentadas porque evita crueldades innecesarias y la adopción de represalias contra la población civil. (Corte Constitucional, Sentencia C-225 de 1995, pág 12) 3.3.4. La paz - derecho y deber ciudadano57 Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas Para los Derechos Humanos, Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados sin carácter internacional.(Protocolo II, Ginebra, Suiza), consultado en octubre de 2001, <www.unhchr.ch>. 58 Constitución Política de 1991, artículo 2 “Para la teoría del Estado, la legitimidad del Estado Social de Derecho radica en su capacidad para resolver los problemas y conflictos sociales desde la perspectiva de la justicia social y la paz, inspirados en la dignidad de las personas, es decir, la capacidad del Estado para cumplir su fin de ordenación social, de servicio efectivo de la sociedad”. 59 En este sentido, desde una perspectiva constitucional, podemos ver que en el artículo 2 de la Constitución Política de 1991, se establece como fin básico del Estado la convivencia pacífica. Igualmente, en el artículo 22 de la misma, se consagra la paz como un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento de todos los colombianos. Dicho artículo abrió el camino hacia la creación de una cultura de paz y una consciencia social, haciendo énfasis en el diálogo como la posibilidad reina para alcanzar la paz. En efecto, la Corte Constitucional ha señalado “La organización política tiene como fin primordial la convivencia pacifica. La paz fue uno de los principales fines buscados un el nuevo consenso social. La paz es presupuesto del Estado democrático y condición efectiva para el goce de los derechos fundamentales. El lugar central que ocupa en el ordenamiento constitucional 59 Corte Constitucional, Aclaración de voto a la Sentencia C-031 de 1993, M.P. Alejando Martínez Caballero, Bogotá, pág.6. llevó a su consagración como derecho y deber de obligatorio cumplimiento”60 “La paz no supone la desaparición de los conflictos sino una forma humana y desarrollada de manejarlos, la paz no puede ser un fin en sí mismo, sino la condición básica para el surgimiento de nuevas propuestas políticas, sociales y económicas”. 61 Por ello, la paz es una muestra de tolerancia, solidaridad y respeto por las diferencias con los demás. Se basa en la aceptación del otro con sus ideales y sus creencias. En Colombia “el diálogo aparece como la solución razonable y civilizada para la superación del conflicto armado, en donde hay un reconocimiento de los diferentes actores del conflicto”62. Con el Mandato por la Paz de 1999, la vida y la libertad, se estableció el rechazo nacional contra las acciones violentas y la deslegitimación de los actores del conflicto armado. (<www.hechosdepaz.com>) 60 Corte Constitucional, Sentencia T-439 de 1992, M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz, Bogotá, pág 10. 61 Matyas Camargo, Eduardo, “Imponer la paz Como un valor”, Revista Bitácora #2, diciembre de 1995,consultado en enero de 2001 <-www.reinsercion.gov.co>; Lopez Montaño Cecilia, García Durán Arturo, Ensayos Sobre Paz y Desarrollo, Ed.Tercer Mundo, (Bogotá, 1999),pág 101. La voluntad de los colombianos, en mas de diez millones de votos, demuestra que se ha elegido el dialogo como el mecanismo idóneo para resolución del conflicto armado. Así mismo, el papel de la sociedad civil será fundamental en relación con el proceso de reinserción de los excombatientes. La población civil entera deberá continuar participando en la construcción de una nueva sociedad basada en la tolerancia, el respeto por la dignidad humana, por la paz, y por derechos fundamentales y los derechos humanos. Hay una clara manifestación de protesta contra la violencia, una necesidad de lucha contra la impunidad y un fortalecimiento del papel de la población civil en el proceso de paz. Se exige un diálogo pacífico y democrático dentro del cual los diferentes sectores de la población tengan participación. Sin embargo, ello se ve obstaculizado por el poder de las armas que los violentos emplean como instrumento para hacer valer sus móviles políticos. “La única manera de ser tomados en serio en Colombia es cargando un rifle.”63 Es tan grande la preocupación del Gobierno nacional por la paz, que se han 62 Quinceno Acevedo, Gloria, “Decálogo del Legado de Paz”, consultado en junio de 2001, <www.reinserción.gov.co>. 63 Hardach, Sophie, “The forgotten voices of Colombia”, Digital Freedom Network, mayo 9 de 2000, pág. 1. creado diferentes planes con el fin de lograr una reconciliación nacional y una cultura de paz, basados en mecanismos pacíficos de resistencia civil contra la guerra. Así por ejemplo, el Presidente de la República64 ha puesto en marcha algunas políticas tales como: una reforma política profundizada en 64 <www.presidencia.gov.co> la democracia participativa, diálogo y negociación con los organismos armados, el Plan Colombia, Plan de Convivencia y Seguridad Ciudadana, Fondo de Inversión para la Paz, firma del Tratado de Roma donde Colombia se adhiere a la creación de la Corte Penal Internacional y apoyo internacional en la lucha para alcanzar la paz. Consideramos que la paz debe ser el objetivo principal de todos los ciudadanos colombianos, pero también creemos que el diálogo y los acuerdos que resulten de las negociaciones, no pueden desconocer los postulados de justicia penal, ya que ellos son la base de estabilidad, seguridad, protección, credibilidad, confianza, y respaldo del ordenamiento jurídico en un Estado Social de Derecho. Mientras los grupos armados no depongan sus armas y demuestren con hechos reales su voluntad de paz, va a resultar muy difícil que continúe la credibilidad en el dialogo como el único mecanismo para alcanzar la paz. Cada proceso tiene sus términos y sus reglas, por lo cual consideramos que en el caso colombiano deberían existir éstos, de una manera que garantice más efectivamente su cumplimiento, con el fin de presionar a todas las partes del conflicto armado para avanzar y concretar soluciones. La paz no puede fundamentarse en la negación total de la justicia penal, pues ello se revierte en impunidad que aumenta la violencia y la desconfianza, todo lo cual tarde o temprano desembocaría de nuevo en un conflicto apoyado en heridas pasadas que nunca fueron sanadas. La necesidad de justicia es esencial a cada ser humano, por lo cual no podemos desconocer esa realidad. Sin embargo, ello no implica que dentro del camino para alcanzar la paz no se puedan acordar diferentes alternativas que contemplen el derecho a la justicia penal y que a la vez proporcionen seguridad y protección para quienes decidan someterse a ella. Es por esto que el Congreso de la República, basado en el artículo 150 numeral 17 de la Constitución Política de 1991, se reserva el derecho de definir cuales son los delitos de connotación política que pueden ser amnistiados o indultados, siempre que lo considere necesario para lograr la reconciliación nacional. Es pues una opción política compatible con el Protocolo II de Ginebra, que establece la posibilidad de conceder este tipo de beneficios penales. (Corte Constitucional, Sentencia No. C-225 de 1995, pág.4) La búsqueda de la paz debe fundamentarse en la verdad, la justicia y la reparación. “La superación de la violencia debe sustentarse en el esclarecimiento de las violaciones a los derechos humanos y al Derecho Internacional Humanitario, el juzgamiento de los responsables y su sanción conforme a la ley, y la reparación del daño causado a las víctimas.”65 Con ello, establecemos que solo mediante la aplicación de los mecanismos previstos por la Constitución Política de 1991, como los indultos y las amnistías por delitos políticos, siempre y cuando sus beneficios se vean limitados por la justicia penal, la verdad y la reparación, se podrá alcanzar la paz. 3.4 LA CORTE PENAL INTERNACIONAL Resulta necesario mencionar en este capítulo, el papel tan importante que cumplirá la Corte Penal Internacional en el momento en que entre en vigencia, como entidad que pueda juzgar a particulares de cualquier parte del mundo, sospechosos de graves crímenes contra la humanidad, ya sean instigadores o subordinados, militares o civiles. 65 Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Organización de Estados Americanos, “Tercer informe sobre la situación de los Derechos Humanos en Colombia”, consultado en febrero de 2001,<www.cidh.oas.org/countryrep/colom99sp/capítulo-4.htm>. En la mayoría de los conflictos armados, ya sean internacionales o internos, los crímenes como el genocidio, los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad, quedan impunes. (Reze, <www.matices.de.com>) Desde que los tribunales militares de Nuremberg y Tokio procesaron a los nazis y a los criminales de guerra japoneses, al final de la Segunda Guerra Mundial, las Naciones Unidas han debatido la oportunidad de instaurar una Corte Penal Internacional permanente. Estos tribunales hicieron nacer la esperanza de que podría ser creado un cuerpo permanente, con unos poderes similares a los de aquellos, para juzgar las atrocidades cometidas sin importar donde ni cuando hubieran ocurrido. (Anello, <www.derechos.net>) Estos tribunales marcan el camino para ser vistos como un modelo de justicia tanto para las víctimas como para los acusados, a quienes se deben garantizar los niveles de imparcialidad mundialmente aceptados. La reaparición de crímenes contra la humanidad en los últimos años, ha añadido un nuevo carácter de urgencia a la creación de una Corte Penal Internacional. Solo una corte permanente puede proporcionar un marco adecuado para la disuasión. Hacer comparecer a los autores ante la justicia, emitiendo un claro mensaje: los crímenes contra la humanidad no serán tolerados y los que perpetran tales actos serán considerados responsables. Como lo señala el Profesor Francisco Farfán Molina66, los sistemas de protección de los derechos humanos carecen, sin embargo, de un órgano jurisdiccional facultado para sancionar a las personas que en ejercicio de su investidura de carácter oficial instigan, dirigen o ejecutan comportamientos que van en desmedro de los derechos vinculados estrechamente con la dignidad humana. Actualmente, no existe una jurisdicción penal internacional. Solo existe a nivel internacional (Universal) la Corte Internacional de Justicia, cuya competencia no contempla el enjuiciamiento de los delitos de Derecho Internacional cometidos por los individuos. En concepto del citado autor, si aceptamos como verdad inconclusa, que la violación de los derechos humanos es un asunto que trasciende el interés de los estados individualmente considerados; que la violación masiva y sistemática de los mismos constituye un evidente peligro para la paz y seguridad de la humanidad; y que históricamente muchos comportamientos de los individuos que han lesionado gravemente los derechos fundamentales, quedaron amparados por una inaceptable impunidad, se debe inferir que resulta necesario proceder al diseño de un mecanismo judicial internacional 66 Farfán Molina, Francisco. Tribunal Penal Internacional y Derechos Humanos. Ponencia editada en la obra colectiva: “La Responsabilidad en Derechos Humanos”. Universidad Nacional. (Bogotá, 1996), pág 5. que permita imponer sanciones de naturaleza punitiva a los autores de violaciones masivas y sistemáticas de derechos fundamentales. La creación de una corte permanente impondrá responsabilidades nuevas en la comunidad internacional para que sean mejorados los mecanismos de prevención y reglamentación de las crisis humanitarias. Si la corte puede impedir o retardar explosiones de violencia, debemos ser capaces, por otro lado, de contener estas crisis y facilitar su pacífica resolución. La corte pretende ser un vehículo para la justicia y la verdad, sin las cuales la reconciliación después de bárbaras atrocidades no sería imposible. Hay numerosos argumentos en favor del establecimiento de una Corte Penal Internacional permanente, uno de estos es el de que, las acciones atroces que se cometen en nuestro propio país por las organizaciones armadas al margen de la ley y del Estado y los crímenes contra la dignidad humana, continúan siendo perpetrados. La Asamblea General de las Naciones Unidas convocó a una Conferencia Diplomática en 1998 para la constitución de ésta corte con dichas calidades, producto de la cual nació el Tratado de Roma, del cual Colombia ya hace parte67 y del cual se está esperando su entrada en vigencia. En su estado actual, el estatuto sometido a consideración de los estados atribuye competencia a la corte sobre una serie de delitos: Genocidio68, delitos de guerra69, crímenes contra la humanidad70, y otros delitos de competencia internacional definidos o identificados en los artículos del tratado, recogidos en un anexo del estatuto. Estos crímenes incluyen violaciones graves de la Convención de Ginebra de 1949 sobre la tortura, así 67 Acto Legislativo 02, diciembre 27 de 2001. Se les considera como tal a aquellos actos perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, ya sea mediante: el asesinato ya sea mediante la matanza de los miembros del grupo, la lesión grave de la integridad física o mental de los miembros del grupo, el sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física total o parcial con el uso de medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo y con el traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo. 69 Cuando se cometen como parte de un plan o política como parte de la comisión en gran escala de tales crímenes entendiéndose por estos matar intencionalmente, someter a tortura o a otros tratos inhumanos, infringir deliberadamente grandes sufrimientos, o atentar gravemente contra la integridad física o la salud, destruir bienes y apropiarse de ellos de manera no justificada por necesidades militares, ilícita y arbitrariamente, obligar a un prisionero de guerra o a otra persona protegida a prestar servicio en las fuerzas de una potencia enemiga, privar deliberadamente a un prisionero de guerra o a otra persona de sus derechos a un juicio justo e imparcial, someter a deportación, traslado o confinamiento ilegales y tomar rehenes. 70 Se entienden así a los actos cuando se cometan como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque mediante el asesinato, el exterminio, la deportación o traslado forzoso de población, la encarcelación o otra privación grave de la libertad física en violación de normas fundamentales de derecho internacional, la tortura, la violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, esterilización forzada u otros abusos sexuales de gravedad comparable, persecución de un grupo o colectividad con identidad propia fundada en motivos políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos u otros motivos universalmente reconocidos como inaceptables con arreglo al derecho internacional, desaparición forzada, otros actos inhumanos similares que causen intencionalmente grandes sufrimientos o atenten gravemente contra la integridad física o la salud mental o física. 68 como ciertos tráficos de estupefacientes y delitos relacionados con el terrorismo. (Anello, <www.derechos.net>) Cualquier estado que haya ratificado la Convención Sobre la Prevención y Penalización del Delito de Genocidio (Convención Sobre el Genocidio) y haya ratificado el tratado de constitución de la corte, estará automáticamente capacitado para presentar ante la corte denuncias de presunto genocidio. Más de la mitad de los miembros de las Naciones Unidas son partidarios de la Convención Sobre el Genocidio. (<www.ub.es>) La corte no deberá asumir las actividades de los tribunales nacionales. Actuaría como recurso último sólo en los casos en que los tribunales nacionales no quieran o no sean capaces de hacer comparecer a los autores del delito ante la justicia penal. Los estados tendrían la obligación de perseguir o conceder la extradición a los presuntos delincuentes. (Estatuto de Roma, <www.derechos.net>) Según el Equipo Legal de Amnistía Internacional Colombiana71, la Corte Penal Internacional sería la viva encarnación de los principios básicos del derecho penal internacional. Tendría potestad para encausar a individuos 71 Concha Jurado, Oscar y Claros P., Sandra del Pilar, Equipo Legal de Amnistía Internacional Colombiana. "En Pos de la Justicia: Acción Mundial en favor de una Corte Penal Internacional Permanente". Ponencia editada en la obra colectiva: La Responsabilidad en Derechos Humanos, Universidad Nacional. (Bogotá, 1996). responsables de haber concebido, ordenado o perpetrado graves crímenes sujetos al derecho internacional. Podría procesarlos tanto si los hubieran cometido en tiempo de guerra como en tiempo de paz, prescindiendo de sí los perpetradores son jefes o subordinados, civiles o integrados en fuerzas militares, paramilitares o policiales. La Corte Penal Internacional complementaría los procesamientos de tribunales nacionales, actuando allí donde los estados no quisieran o no pudieran enjuiciar a los perpetradores. La Corte Penal Internacional estaría facultada para enjuiciar a personas acusadas de crímenes abominables mediante procesos que reunieran todas las garantías para un juicio justo, adoptadas por la comunidad internacional a lo largo de la última mitad de siglo. La pena de muerte quedaría excluida. En definitiva, la Corte Penal Internacional serviría de ejemplo a los tribunales de todo el mundo. (Estatuto de Roma, <www.derechos.net>) De conformidad con el Estatuto que viene siendo considerado para su eventual entrada en vigencia, la corte no puede iniciar investigaciones o acusaciones por derecho propio. El Estatuto prevé el respeto por la totalidad de los derechos de las personas inculpadas por la corte y de los sospechosos que están siendo interrogados. Las penas que la corte puede imponer son períodos de prisión que se extienden desde un año hasta toda la vida. El anteproyecto de este Estatuto excluye explícitamente la pena de muerte. La corte no será competente para juzgar delitos cometidos antes de su creación. (Estatuto de Roma, <www.derechos.net>) El Estatuto tiene en cuenta también la necesidad de proteger a las víctimas de los delitos que la corte tiene encomendada juzgar, así como a sus familias y a los testigos. Este texto no incluye un mecanismo para que las víctimas o sus familias obtengan una restitución, compensación o rehabilitación. La corte se crearía una vez que un número específico de países hubiera ratificado su tratado fundacional. Su jurisdicción se extenderá sólo a los estados que formen parte del tratado. (Estatuto de Roma, <www.derechos.net>) Cabe anotar que el Estatuto actualmente a consideración, se conoce como el Estatuto de Roma, sobre la Corte Penal Internacional, aprobado el 17 de julio de 1998 por la Conferencia Diplomática de Plenipotenciarios de las Naciones Unidas. El preámbulo de la misma consigna el espíritu y causas que motivan su adopción, en la siguiente forma: “PREÁMBULO Conscientes de que todos los pueblos están unidos por estrechos lazos y sus culturas configuran un patrimonio común y observando con preocupación que este delicado mosaico puede romperse en cualquier momento, Teniendo presente que, en este siglo, millones de niños, mujeres y hombres han sido víctimas de atrocidades que desafían la imaginación y conmueven profundamente la conciencia de la humanidad, Reconociendo que esos graves crímenes constituyen una amenaza para la paz, la seguridad y el bienestar de la humanidad, Afirmando que los crímenes más graves de trascendencia para la comunidad internacional en su conjunto no deben quedar sin castigo y que, a tal fin, hay que adoptar medidas en el plano nacional e intensificar la cooperación internacional para asegurar que sean efectivamente sometidos a la acción de la justicia, Decididos a poner fin a la impunidad de los autores de esos crímenes y a contribuir así a la prevención de nuevos crímenes, Recordando que es deber de todo Estado ejercer su jurisdicción penal contra los responsables de crímenes internacionales, Reafirmando los Propósitos y Principios de la Carta de las Naciones Unidas y, en particular, que los Estados se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado o en cualquier otra forma incompatible con los propósitos de las Naciones Unidas, Destacando, en este contexto, que nada de lo dispuesto en el presente Estatuto deberá entenderse en el sentido de que autorice a un Estado Parte a intervenir en una situación de conflicto armado en los asuntos internos de otro Estado, Decididos, a los efectos de la consecución de esos fines y en interés de las generaciones presentes y futuras, a establecer una Corte Penal Internacional de carácter permanente, independiente y vinculada con el sistema de las Naciones Unidas que tenga competencia sobre los crímenes más graves de trascendencia para la comunidad internacional en su conjunto, Destacando que la Corte Penal Internacional establecida en virtud del presente Estatuto será complementaria de las jurisdicciones penales nacionales, Decididos a garantizar que la justicia internacional sea respetada y puesta en práctica en forma duradera, Han convenido en lo siguiente” Por medio del Estatuto de Roma se instituye una Corte Penal Internacional, como una institución permanente, vinculada con las Naciones Unidas por un acuerdo aprobado por la Asamblea de los Estados Partes, y facultada para ejercer su jurisdicción sobre personas respecto de los crímenes más graves de trascendencia internacional de conformidad con el presente Estatuto y tendrá carácter complementario de las jurisdicciones penales nacionales. (arts. 1° y 2°). La sede de la corte estará en La Haya, Países Bajos ("el Estado anfitrión"). De acuerdo con el Estatuto (art. 3°), la corte tendrá personalidad jurídica internacional. Tendrá también la capacidad jurídica que sea necesaria para el desempeño de sus funciones y la realización de sus propósitos. Así mismo, podrá ejercer sus funciones y atribuciones de conformidad en el territorio de cualquier Estado Parte y, por acuerdo especial, en el territorio de cualquier otro Estado. (Estatuto de Roma, <www.derechos.net>) Con la tendencia de la globalización de la justicia que se ha venido presentando actualmente, la figura de la Corte Penal Internacional, cobra su mayor trascendencia como mecanismo de lucha contra la impunidad. Estamos en el inicio hacia un nuevo camino en relación con el reconocimiento del carácter de obligatoriedad y coercitividad del Derecho Internacional Humanitario y de los derechos humanos. Consideramos que una vez entre en vigencia esta corte, se convertirá ésta para cada Estado parte, en la asunción de la responsabilidad de cooperación para la aplicación de la justicia y la verdad, conllevando a la creación de una jurisdicción universal. Adicionalmente, los infractores de los delitos comprendidos dentro del Estatuto de Roma, estarán conscientes que al cometer estos crímenes, éstos no quedaran impunes, por que si logran sobrepasar la punibilidad del Estado donde cometieron el delito, y éste es denunciado a la corte, será aplicado el castigo correspondiente. Este temor podrá llegar a coayudar a que la comisión de estos delitos se disminuya. Con esto, se reivindican todos los principios y preceptos tradicionales de la justicia penal, como por ejemplo, el que cometa un delito tipificado debe recibir la sanción correspondiente. Todo ello se traducirá en una convivencia pacífica y libre, en donde se respete la dignidad de las personas y de los pueblos. 4. REINSERCION 4.1 CONCEPTO “La palabra reinserción es una palabra que aún no ha adquirido carta de naturaleza ni en los diccionarios de la lengua ni en las enciclopedias, con lo que nos encontramos ante un término que está por definir”72 Por esto, nos atrevemos a llevar a cabo una aproximación de lo que podría llegar a ser la definición de reinserción: La reinserción consiste en un proceso complejo por virtud del cual, los excombatientes deciden deponer sus armas para acogerse al sistema jurídico, social, económico, político y cultural del Estado Social de Derecho, logrando una convivencia pacifica y de manera no frustrante para quien a ésta se acoja. 72 Arnal, Mariano, “Reinserción”, consultado en noviembre de 2001, <www.google.com>. Para el logro de una paz firme, duradera y digna se debe repaldar el programa de reinserción que apoya las propuestas de paz, impulsando la participación ciudadana e incentivando la cooperación institucional entre el Gobierno y otras entidades, definiendo y desarrollando las políticas de convivencia, solidaridad y tolerancia. El proceso de reinserción no consiste solamente en la inserción de los excombatientes a la sociedad civil, sino en un proceso complejo que requiere del apoyo y solidaridad de todos. Consideramos de mayor importancia, la participación de todos los colombianos organizados en la construcción de la paz, incluyendo a los partidos políticos, a organizaciones no gubernamentales, a sindicatos, empresarios, iglesias, medios de comunicación, entre otros. Todos deben sentirse convocados a construir un foro permanente que, siendo representativo de la sociedad civil, colabore en la solución del conflicto armado. 4.2 ASPECTOS DEL PROGRAMA DE REINSERCIÓN 4.2.1 Capacitación Profesional de los Reinsertados En el desarrollo de esta etapa resulta indispensable el apoyo de todos los centros docentes con el fin de que dediquen algún tiempo libre a la labor educativa de los desmovilizados, pues resulta necesario para poder iniciar una nueva vida la terminación de sus estudios. Para aquellos que ya sean bachilleres es necesaria la implantación de programas que los habiliten en diferentes ocupaciones en especial aquellas destinadas a recuperar el agro. Por ejemplo, podrían crearse granjas integrales en aquellas tierras que fueron expropiadas por el Gobierno. Por granjas integrales debemos entender, aquellos lugares en donde no solamente se siembran diferentes productos agrícolas, sino que además están equipadas para tener criaderos de animales, panaderías y lecherías. En fin, todas aquellas actividades que permitan no solo el auto abastecimiento de los desmovilizados, sino además su comercialización en el mercado interno. En Colombia ya existen algunas de ellas, como por ejemplo, Fundación Formemos, cuyo objetivo consiste en brindar educación, salud, comida y habitación a mas de 100 niños desplazados por la violencia pero con el trabajo y esfuerzo de cada uno de ellos. Con ello, se inculcan valores como el trabajo, la solidaridad, la tolerancia y el respeto. Muchas de estas granjas cuentan con el apoyo del sector privado y del sector publico, existen, son viables y fomentan el desarrollo integral del ser humano. Es un camino que debemos tomar en cuenta a la hora de iniciar el proceso de reinserción. 4.2.2 Dirigencia empresarial Aquí nos encontramos frente a la existencia de un derecho fundamental, el derecho al trabajo73. Se instituye como el instrumento por medio del cual el hombre alcanza un desarrollo integral. Por ello, el Estado tiene la obligación a su cargo de poner en funcionamiento todos los mecanismos necesarios para brindar oportunidades de trabajo. Es así como el Estado debería otorgar diferentes tipos de incentivos a los empresarios cuando impulsan el empleo. Sin embargo, consideramos que este derecho podría verse vulnerado en el proceso de reinserción, puesto que los empresarios no van a estar dispuestos a contratar desmovilizados, ya que esto implicaría un alto nivel de riesgo para la empresa, como por ejemplo, la confianza del publico podría afectarse y podrían presentarse represalias en contra de esas empresas (incendios, contaminaciones, protestas). 73 Constitución Política de 1991, artículo 25. Lo anterior afecta la convivencia pacífica, ya que se presentan aspectos como la discriminación y el aumento de violencia por falta de empleo, debido a que los reinsertados se volverían vulnerables a tomar el camino de la delincuencia para poder sobrevivir (secuestro extorsivo, hurto, sicariato, etc.). En aras de garantizar la convivencia pacífica, el Estado dentro de la obligación que tiene constitucionalmente de proteger el derecho al trabajo, debería empezar por crear dentro de sus instituciones, un mecanismo que garantice empleo a los reinsertados, dando así un ejemplo a la comunidad productiva de la plena funcionalidad de esto y desdibujando el miedo y la incertidumbre que esto puede generar. En fin, llegar a implementar una cultura de paz, convivencia, y reconciliación. 4.2.3 Agrupación en lugares donde efectivamente ejercían un poder real Bien es sabido por todos los colombianos, que existen lugares en Colombia en donde no hay presencia del Estado y que muchos de esos territorios están siendo controlados por diversos grupos74 (ver Anexo Tres). Pues bien, una vez se inicie el proceso de reinserción, una de las posibilidades consiste en llevar a cabo una consulta popular dentro de los lineamientos del artículo 105 de la Constitución Política de 1991, dirigida a la población asentada en éstas zonas y en la cual se cuestione la aceptación del ejercicio como poder local de los grupos desmovilizados. Se debe entender como poder local, el ejercicio de actividades de policía, en colaboración con las autoridades públicas del Estado, promoviendo y garantizando los mecanismos de protección de los derechos fundamentales de cada individuo. Si bien el concepto de poder local involucra una amplia gama de actividades públicas, aquí se debe limitar su ejercicio al de protección y vigilancia de la población civil. De aceptarse este planteamiento, se evitaría un desplazamiento interno de los desmovilizados hacia otras zonas del territorio nacional, evadiendo en algún grado un nuevo adaptamiento social. 4.2.4 Conciencia de Solidaridad y Colaboración Dentro de los principios fundamentales establecidos en el artículo 1 de la Constitución Política de 1991, se establece la solidaridad de las personas que integran el Estado Social de Derecho. Como desarrollo de esta finalidad, se debe propender hacia la creación de una conciencia de convivencia y tolerancia en la sociedad, con el fin de que 74 Esto es un hecho notorio, es decir, es conocido por todos y está exento de prueba. el pensamiento de los colombianos sufra un giro de trescientos sesenta grados, y se adopte una actitud positiva y no egoísta hacia el perdón y hacia una colaboración mutua con el fin de alcanzar la paz. La sociedad colombiana necesita reconstruir el tejido social, con base en la solidaridad como presupuesto de la convivencia pacífica. Tanto la sociedad, como el Estado, deben estimular una campaña persistente hacia este fin, en aras de abrir camino hacia la paz. “Este es el panorama que los colombianos tenemos por delante y al cual debemos dar respuesta colectiva en los próximos tiempos si queremos tener realmente un proyecto de nación”.75 Finalmente, consideramos que la colaboración y solidaridad también deben estar enfocados al ofrecimiento de alternativas de trabajo por parte del sector productivo de la sociedad. 4.3 PROCESO DE REINSERCIÓN De acuerdo a la reunión sostenida con el Jefe de Prensa de la Dirección General Para la Reinserción en octubre de 2001: 75 Vargas Vásquez, Alejo. “La Democracia Colombiana Tratando de Salir de su Laberinto”, consultado en septiembre de 2001, <www.lacc.fiu.edu>. La Dirección General Para la Reinserción, entidad adscrita al Ministerio del Interior, es la encargada de elaborar el programa de reinserción. En un principio, no existía un ente encargado de manejar el tema, ésta nació por errores políticos de los mismos gobernantes y por la necesidad misma de tener un ente que regulara y desarrollara el tema, contribuyendo así al querer de lograr la paz tan anhelada. Luego, se fue dejando de un lado lo político y se fue centrando mas en lo social. Una vez creada esta dirección, se establecen mecanismos de seguridad social y seguridad personal, brindando varios beneficios76 a los desmovilizados a través de convenios internacionales, con apoyo de cada una de las ONG, etc. El proceso de reinserción en Colombia se pude dividir en dos capítulos: 1. Los acuerdos de paz que se han llevado a cabo con los diferentes grupos guerrilleros que se han desmovilizado. En los últimos 11 años, a través de los ocho acuerdos que se han firmado entre el Gobierno y la insurgencia, 8 grupos guerrilleros se han desmovilizado. Según la Dirección General Para la Reinserción son 7.000 76 1.) Expedición de la Resolución 3.000 del Ministerio de Educación Nacional, la cual crea el programa "Bachillerato con énfasis en convivencia pacífica que ha graduado a 38.000 personas en el país”. 2.) Apoyo a los niños a través de campañas como "La guerra no es un juego de niños", y "Manifiesto 2000 Por Una Cultura de Paz y No Violencia". Este último tuvo como fin recoger el mayor número de firmas posibles para que en unión con todos los gobiernos de todos los países se hiciera cumplir. A cada país se le dio una tarea, Colombia logró 10 millones de firmas y con la ayuda de la Dirección General se logró un total de 13 millones de firmas.3.) "Oasis de Paz", es un documento creado por la Dirección General que contiene el desarrollo de puntos importantes para lograr la paz, estos se encuentran centrados en 9 actividades en cada zona del país.4.) En este momento se ha creado una zona "neutra" en el alto Ariari, que cobija 10 departamentos y que se encuentra cerca de la zona de distensión. En esta zona convergen todos los actores armados, es decir, guerrilleros, paramilitares y militares. hombres y mujeres los que el Gobierno nacional tiene oficialmente registrados, aunque se cree que son alrededor de 10.000. Esto sin contar el beneficio que 150.000 personas que conforman el entorno social de cada reinsertado han recibido. Estas 7.000 personas conformaron en su momento 170 ONG’s (Organizaciones No Gubernamentales), con el fin de forjar la paz en la sociedad. Hoy en día, subsisten 120 aunque muy pocas con potencia suficiente, ya que muchas se dedicaron más a lo agropecuario, ecológico, la educación, salud, artesanal y lo político. Existen datos muy importantes en cuanto a los logros que los grupos reinsertados han alcanzado. Por ejemplo, los mejores espárragos que se exportan a Estados Unidos son producidos por los guerrilleros reinsertados del Quintín Lame. La mejor panela que se exporta a Alemania es producida por los desmovilizados del M-19. En fin, se han obtenido grandes beneficios de estas personas, aunque en un margen alto el proceso de reinserción ha fracasado. Según la Dirección General Para la Reinserción, en Colombia el proceso de reinserción ha fracasado en su gran mayoría, debido a la falta de educación para la convivencia pacífica y tolerancia de la sociedad. El colombiano, no está enseñado a perdonar al "delincuente" ni al subversivo que decidió dejar las armas. El otro problema grave del fracaso, es que de los 7.000 reinsertados o desmovilizados, 600 han sido asesinados por los mismos grupos a los cuales pertenecían, ya que para éstos, el abandonar sus filas es condenado como de alta traición. 2.La expedición del Decreto 1385 de 199477, por medio del cual se abre paso a la desmovilización individual. Desde 1994, existe la posibilidad para que una persona se pueda desmovilizar. Pero en este año, no existía el conocimiento de la posibilidad que éste ofrecía. Desafortunadamente, las autoridades no tenían conocimiento de su contenido. Entonces, la persona quedaba detenida por un tiempo que podría transcurrir entre un mes y cuatro años sin que le definieran su situación jurídica. Adicionalmente, el entorno que rodeaba al desmovilizado dentro de las cárceles no era muy favorable, ya que podría llegar a compartir celda con sus 77 Decreto Número 1385 de 1994, "por el cual se expiden normas sobre concesión de beneficios a quienes abandonen voluntariamente las organizaciones subversivas". peores enemigos, que normalmente provenían del grupo guerrillero del cual se había retirado. Es por esto, que hasta 1999 nunca se conoció oficialmente el primer reinsertado. Finalmente, dentro del programa de reinserción está establecido el procedimiento78 que lleva a cabo la Dirección General Para la Reinserción, en el momento en que el subversivo manifieste su decisión de abandonar el grupo armado ilegal al cual pertenece. 78 1.) El guerrillero se debe entregar, con o sin su arma, a la Iglesia Católica, la Cruz Roja, Defensoría del Pueblo, Alcaldías, Policía Nacional o a las Fuerzas Militares manifestando su intención de querer abandonar el grupo guerrillero al cual pertenece y su intención de desmovilizarse. 2.) La Dirección General se encarga de hacer una especie de "lobby" o bienvenida para esta persona. En esta bienvenida se asigna una casa o albergue donde esta persona va a permanecer en una especie de detención domiciliaria sin serlo. 3.) Si el desmovilizado es un adulto, durante ese mes el "CODA" -Comité de Dejación de Armas-, le debe resolver su problema el último jueves de cada mes. En el intermedio de este lapso, debe existir la indagación por parte de la Fiscalía General de la Nación. Esto con el fin de determinar si en realidad es una persona que proviene de un grupo guerrillero y que realmente desea acogerse al Programa de Reinserción. 4.) Por lo general, se otorga la reinserción SALVO para los que han cometido delitos de lesa humanidad (extorsión, secuestro, etc.) debidamente comprobados. Lo que significa que los que tienen conocimiento sobre esto nunca van a reinsertarse. Es el caso de los altos mandos de estos grupos subversivos. 5.) Entre el tiempo del "lobby" y el otorgamiento de la reinserción deben transcurrir tres meses, que en algunos casos se pueden prorrogar hasta por tres meses más. Durante este tiempo se le garantiza al desmovilizado el otorgamiento de beneficios como lo son la comida, la dormida, el vestido, artículos de aseo, y seguridad en los casos en que se necesita. 6.) Durante este tiempo, el adulto debe elaborar un proyecto económico que no debe sobrepasar los 8 millones de pesos. Es decir, esta persona contará con el apoyo de varios asesores para elaborar un proyecto que determine a lo que se va a dedicar en el futuro para poder subsistir. De esos 8 millones el 20% es en efectivo, para efectos personales como el aseo y con el 80% restante se debe abrir una cuenta bancaria de la cual serán firmantes el desmovilizado y una persona de confianza del Ministerio del Interior. Por lo tanto, si se quiere sacar plata de esta cuenta se deberá hacer con la firma ambos y con a justificación debida. De aquí en adelante se le llama a esta persona "independiente". Es decir, es problema de él si revende el negocio que compró o montó para su congrua subsistencia. Con base en lo anterior, podemos establecer que el proceso de reinserción es incipiente y requiere de una estrategia más eficiente encaminada a generar confianza para aquellas personas cuya intención sea reincorporarse a la vida civil, en la medida en que se garantice verdaderamente la seguridad de éstos y el ofrecimiento de un empleo estable, con la ayuda del Gobierno, como se mencionó anteriormente. No desconocemos en ningún momento el esfuerzo económico y social que el Gobierno nacional a través del Ministerio del Interior ha hecho con la puesta en marcha de la Dirección General Para la Reinserción. Pero si consideramos que las condiciones que hoy en día se dan para los reinsertados no son suficientes para poder sobrevivir en una sociedad que los rechaza. Es necesario la creación de transformaciones sociales, en cuanto a consciencia de paz, solidaridad y convivencia pacífica, así como incentivos tributarios ofrecidos por el Estado a la comunidad productiva, con el fin de motivarlos para tener un porcentaje de reinsertados trabajando dentro en sus empresas. Tal vez uno de los instrumentos que el Estado colombiano tiene a su alcance para analizar las ventajas y desventajas del proceso de reinserción actual, son todos aquellos testimonios de los reinsertados, en aras a propender por el adaptamiento de este proceso a la realidad actual. En este sentido, presentamos a continuación una de las entrevistas que llevamos a cabo, donde se ilustran las dificultades que se presentan en el desarrollo de este proceso. ENTREVISTA CON REINSERTADO DEL ELN 1. ¿Hace cuanto se reinsertó? Hace 4 meses. 2. ¿Cómo definiría la reinserción? Es la entrega voluntaria de dejación de armas. 3. ¿ Cómo se ha sentido en estos cuatro meses? Me di cuenta que uno sale de la guerra y se encuentra con una guerra, por la falta de oportunidades y la falta de sensibilización de la gente. En la vida cómo civil, todo el mundo lo rechaza a uno, y más en la parte laboral. 4. ¿ Cómo entró en la guerra? Yo era periodista de en una famosa emisora radial y estudiaba al mismo tiempo en una universidad de Cali. Cómo estudiante, tenía un espíritu muy revolucionario y protestaba mucho por la inconformidad que me generaba la sociedad en que vivimos. Es por esto que al realizar mis prácticas en la emisora, en un programa con mi nombre todo lo que sucedía yo lo mostraba desde la realidad de las cosas, lo cual ocasionó problemas en la empresa y fui despedido. Desde la clandestinidad empecé a tener contactos con el ELN y con las milicias y fue así como ingresé como miembro del Frente José María Córdoba. Yo los apoyaba en toda la parte de prensa, sistemática y técnica en el Valle del Cauca. Luego entré a ser parte del primer cordón de seguridad del Frente Antonio García. Tuve contacto con las FARC, pero no eran lo suficientemente políticos. 5. ¿ Le pagaban por este trabajo que hacía? No me pagaban, lo que yo encontraba como beneficio era poder cumplir con mis convicciones políticas, y sigo pensando igual pero lo que pasa es que la guerra es muy cruel, ya estaba cansado de matar no por gusto sino por la necesidad misma de defenderse. 6. ¿Tuvo alguna clase de entrenamiento? Llegué a una escuela militar y me enseñaron a manejar armas, sistemas de seguridad, a prestar guardia, poner dispositivos, campos minados y a secuestrar. 7. ¿ Separémonos un momento de la parte revolucionaria, ya que ésta pienso que se ha perdido un poco y centrémonos en la parte humana, que piensa de todas las personas y sus familias que sufrieron con los secuestros del ELN? Las personas que tuvimos secuestradas, son una simple consecuencia de la guerra. Además, es una experiencia que les ayuda cómo persona ya que les hace cambiar su forma de pensar. Por ejemplo a mi me tocó cuidar a Leslie Kalli, secuestrada del avión de Avianca y ella nos enseñó mucho y dejó amigos. 8. ¿ No le parece que los secuestros son inhumanos, y que opina de la población desplazada y de las masacres de la guerrilla cuando se toma las poblaciones? El entorno hace que sea inhumano pero ella nunca aguantó hambre ni frío. Lo que pasa es que en las entrevistas de los rescatados, el Gobierno hace que digan las cosas malas y lo que ellos quieren oír. Además, no existe un atentado contra la vida comprobado. En un combate las cosas son diferentes. 9 ¿Cuánto tiempo fue guerrillero? 4 años y medio. Desde los 25 empecé a tener nexos con la guerrilla, y desde los 27 hasta los 31 ya como parte de una unidad. 10. ¿Bueno ahora hablemos del tema de la reinserción, que le inspiró o que le hizo que tomara la decisión de reinsertarte? Me quise reinsertar por que el Gobierno ha llevado a la insurgencia a prepararse más para lo militar que para lo político. Como la guerra tiene un costo, hay que financiar la guerra, la guerra la inició la democracia y se nos hace agua la boca hablando de democracia, todo empezó por dos colores: rojo y azul. Manuel Marulanda Vélez dijo repartamos la tierra y así lo hizo, y así empezaron a nacer muchos con el mismo pensamiento. Yo la verdad tuve una contradicción. Yo les decía: "Secuestremos pero compensemos poniendo un puesto de salud o ayudemos a los niños de las poblaciones que tomemos", Esto generó disgusto y me trasladaron a otro frente. Ahí me dejaban hacer lo que quisiera y me daban la plata entonces hice una brigada de salud. Pero esto ocasionó muchas diferencias y disgustos dentro de la organización, lo que me obligó a retirarme. Considero que en parte los traicioné pero no deserté, cada uno tiene su criterio y su razón de ser. 11. ¿Cómo fue su reinserción detalladamente? Duré muchos meses planeando. En una rueda radial, al aterrizar el helicóptero dije "Me voy" entonces hablé con una persona, que trabajaba con el Alto Comisionado para la Paz y le manifesté que me quería ir entonces me dio su dirección de correo electrónico y me empecé a escribir con ella. Ella siempre me animaba con una frase que nunca olvidaré “El fracaso nunca vendrá si tu determinación por alcanzar el éxito es lo suficientemente poderosa." En esos días me remitieron a las minas donde estaba la estación de transporte que subía y bajaba a las personas de las minas. Mi función consistía en dar unas ordenes a los conductores. Antes de esto, me había hecho amigo de una familia de mineros y de la cual sostuve una relación amorosa con su hija. Ellos enviaron a su hija a Bucaramanga para que informara a la persona con que yo había estado en contacto, que yo iba en camino. Ellos me compraron los tiquetes para viajar. Entonces en el campamento donde se encontraban los conductores, a las 2:00 a.m. encañoné a un conductor y le hice manejar un bus dándole la orden que si aparecía un retén debía seguir derecho pasara lo que pasara. En el Alto del Burro, me quité el radio y el chaleco y me quede solo con la pistola. En Santa Rosa al Sur de Bolívar nos quedamos en un hotel donde dejé la pistola. En el aeropuerto de Bucaramanga me recibió el asesor de Reinserción, la Asesora de Paz, la Defensoría, la Cruz Roja, el Alcalde, etc. Me mandaron a Bogotá y duré dos meses en un hotel. A los dos meses y 30 días me llevaron a la Fiscalía 242 Unidad Antisecuestro, yo ya iba asesorado por un abogado. La Fiscalía me acusó de delito de rebelión, que es amparado por los beneficios de la reinserción. Luego los altos mandos del ejército me entrevistaron para determinar si en realidad provenía de la insurgencia. Me certificaron y la Fiscalía precluyó la investigación. 12 ¿Qué opina de la política de reinserción del Gobierno Nacional? La política de reinserción es errónea, se toma como una recompensa por dejar las armas, ellos piensan "Te damos plata, vestido y chao" El Gobierno lo ha querido eliminar por la cantidad de plata que esto implica y porque además la guerra sigue y nada cambia. Ha sido un error del ejército tirar volantes en las zonas guerrilleras incentivando económicamente a los guerrilleros para que se reinserten, prometiendo los 8 millones. Yo en vez de la plata pedí que me dieran empleo. La política del Estado es contrarrestar al enemigo y no ayudar al reinsertado. Si yo hubiera sabido que esto era así, no hubiera dejado el ELN. La familia que me ayudó a salir de ahí fue desplazada y ahora está a mi cargo. Los 6 meses que tenía como límite para recibir los beneficios de subsistencia ya se vencen. Muchas gracias por su amable colaboración. 5. CONCLUSIONES Dadas las condiciones por las que atraviesa el país en este momento, sobre la existencia de un debate político, económico, social y ético en torno a la paz y las condiciones que ella exige para obtener una reconciliación nacional, se presenta para todos los colombianos un reto por la búsqueda de soluciones al conflicto armado interno. Cómo fruto de esta investigación, se nos han presentado varias posibilidades en relación con la salida del conflicto armado que serán desarrolladas a continuación, con el fin de proponer la construcción de una sociedad justa y democrática dentro de unos parámetros de justicia penal, sin desconocer la necesidad de atender los sacrificios que resultan menester para obtener la paz. Estas posibilidades son: 1. Justicia Penal: Esta justicia que en una interpretación exegética podría entenderse como una "Justicia a Rajatabla", implica la aplicación rígida del ordenamiento jurídico colombiano actual. Esta tesis sostiene que se debe aplicar no solo el juicio penal sino la condena que este conlleva, basada en parámetros constitucionales y morales que impiden cualquier tipo de concesión benévola a favor de los actores del conflicto armado. militares, guerrilleros y paramilitares- máxime cuando sus actuaciones están llenas de actos de atrocidad, barbarie y terrorismo. Esta tesis tiene como único objetivo, la reivindicación de uno de los varios derechos que permean la Constitución Política de 1991, del Derecho Internacional Humanitario y de los derechos humanos, cual es, la justicia. Prevalece este derecho frente a los demás derechos que representan el querer de la sociedad como lo son la convivencia, la tolerancia, la necesidad de vivir en paz y tranquilidad, la seguridad y el bien común general. La aplicación absoluta de esta tesis, solo permite trabajar con aquellos que no han cometido ningún delito. Ninguno de los actores ilegales del conflicto armado estará dispuesto a someterse a la justicia penal, es decir, ni guerrilla ni paramilitares firmarán un acuerdo de paz, conociendo, per se, que las consecuencias de sus actos conllevaran a una única salida: la cárcel. Esto hará imposible alcanzar la paz tan anhelada. 2. Perdón y Olvido: Esta tesis pretende fijar como objetivo único la paz a toda costa. Se busca el perdón total, con el fin de alcanzar la reconciliación nacional, haciéndola primar sobre la justicia penal. Su objetivo está encaminado hacia el otorgamiento de una amnistía general para cualquier tipo de delito. Su aplicación está supeditada a la aprobación de una reforma constitucional y penal en la cual se permita otorgar una amnistía a los que cometan tanto delitos políticos como comunes. Con la pretensión de olvidar los crímenes cometidos, ésta tesis promueve la repetición de éstos, al impedir el reconocimiento público del responsable y la no aplicación de la sanción penal, generando un resentimiento social. Así mismo, desconoce la existencia de la Corte Penal Internacional y la globalización de la justicia. En este caso el precio de la paz sería la impunidad total. Hemos dejado en claro, que existen estas dos opciones entre otras, como posibles soluciones al conflicto armado. Sin embargo, no estamos de acuerdo con las mismas, puesto que no creemos que con ellas podamos construir una sociedad justa, democrática y pacífica. Por lo tanto, resulta esencial crear una tesis intermedia donde se entrelacen la justicia penal y la paz y que a su vez sea viable jurídicamente, a la cual denominaremos "Punto de Equilibrio". 3. Punto de Equilibrio: Debemos buscar un punto de equilibrio entre la justicia y el anhelo de paz. ¿Por qué? Primero, porque desde el punto de vista constitucional, la justicia no es el único interés jurídico ya que debe estar en concordancia con los fines esenciales del Estado consagrados en los artículos 1, 2 y 95 de la Constitución Política de 1991, en especial en lo que tiene que ver con la solidaridad de las personas, el fin estatal de alcanzar la convivencia pacífica, la protección de los derechos y la prevalencia del interés general. Segundo, desde el punto de vista social, todo colombiano tiene como deberes propender al logro y mantenimiento de la paz, colaborar con el buen funcionamiento de la administración de justicia dentro de los conceptos de equidad, solidaridad, convivencia pacífica y dignidad, entre otros. Estos deberes se traducen en el anhelo social que se ve reflejado en el proceso de paz. Tercero, porque desde el punto de vista procesal, la aplicación de la administración de justicia penal, como está consagrado en el ordenamiento jurídico colombiano, resultaría demasiado compleja, ya que existiría un proceso por cada uno de los agentes del conflicto armado que correría paralelamente a un proceso de paz. Esto atentaría contra la economía procesal, congestionará los despachos judiciales, y tardaría décadas antes de llegar a algún resultado. Una vez analizados estos tres aspectos del Punto de Equilibrio, y dada su importancia como pilar de la sociedad, propondremos a continuación una fórmula que los unifica, la cual cuenta con varias fases y componentes: 1.Comisiones de Verdad: Éstas, al ser analizadas en el cuerpo de la tesis, como uno de los aspectos nodales de la misma, será ahora propuesta con características innovadoras que le permitan adaptarse a la realidad colombiana, como el inicio de la puesta en práctica de nuestra tesis intermedia. Las comisiones deben ser establecidas con el fin de que se conozca la verdad de los hechos y la degradación del conflicto armado. La verdad no solo hace parte del patrimonio histórico de la nación sino que además refuerza el derecho a saber tanto el aspecto individual como colectivo sobre los acontecimientos pasados, así como las circunstancias y razones que llevaron a la violación masiva de los derechos fundamentales, humanos y del Derecho Internacional Humanitario. Las comisiones no deben tener vocación de sustituir a la función jurisdiccional del Estado ni aún de la comunidad internacional (Corte Penal Internacional), de conocer la violación de los derechos humanos y del Derecho Internacional Humanitario. Su función debe encaminarse a la identificación de las víctimas, de los autores de los hechos, de la estructura represiva del Estado a analizar y salvaguardar las pruebas obtenidas, esto con el fin de proteger la dignidad humana. ALCANCE: Las comisiones deben tener alcance político porque buscan determinar los móviles políticos detrás de la comisión de los delitos políticos; social, por el involucramiento que se le da no solo a la sociedad sino a las víctimas y sus familiares y además porque busca el rechazo de la sociedad a estos delitos y el reconocimiento público de sus responsables; e histórico por que crea una memoria histórica de los pueblos y una consciencia sobre la no repetición de estas violaciones. Por ello, deben ser un espacio en donde convergen todos los sectores del pueblo colombiano. CREACION: Las comisiones deben crearse con el acuerdo de paz, más no empezar a regir en ese momento, sino a partir de algunas de las siguientes posibilidades: 1. De la creación de una artículo transitorio en la Constitución Política de 1991, que avale el acuerdo de paz por medio de un acto legislativo emanado del Congreso, que le otorgue constitucionalidad. Con esto, las Comisiones de verdad adquirirán fuerza jurídica y no solo política. 2. Del aval de una Asamblea Nacional Constituyente. INTEGRACION DE LA COMISION DE VERDAD: La Comisión de Verdad puede estar conformada por alguna de las siguientes opciones: 1) El Consejo Nacional de Paz, puesto que reúne los tres poderes del Estado y sectores representativos de la sociedad. Su importancia radica en que la gente que lo conformaría, serian personas que han estado presentes en el desarrollo del proceso de negociación y conocen sus fortalezas y debilidades. En el mismo sentido, se crea además un ámbito de participación ciudadana en el manejo de la verdad. 2) Los agentes del conflicto armado (Fuerzas Públicas del Estado y fuerzas armadas al margen de la ley) y la población civil. Aquí, integramos a los tres actores más importantes del conflicto armado, con lo cual logramos cubrir todos los aspectos que deben ser analizados en las comisiones, por ejemplo: la justicia, la responsabilidad frente a las víctimas, la búsqueda de soluciones comunes para reparar el daño al conglomerado social, identificación de las causas del conflicto, etc. De todas formas recomendamos que independientemente de la forma de integración que se escoja, debe existir un acompañamiento por parte de las Naciones Unidas o veeduría internacional en el desarrollo hacia la búsqueda de la verdad. SUJETOS A LOS CUALES SE LES APLICA: La comisión deberá estar dirigida a investigar todas las violaciones cometidas por los actores del conflicto armado: Fuerzas Públicas del Estado y fuerzas al margen de la ley. FINALIDAD: Toda la información obtenida por estas comisiones debe cumplir con los siguientes fines: 1. Dar a conocer la realidad de los hechos acontecidos durante la guerra o el conflicto, 2. Dada la veracidad de los hechos, y la importancia de la información obtenida, podrían algunos constituirse como prueba dentro de un proceso penal posterior, es decir, como prueba sumaria evitando con ello la parte probatoria tradicional del proceso penal, con base en el principio de economía procesal. Por ejemplo, quien atienda una confesión histórica podrá hacerse merecedor de un beneficio dentro del proceso penal condena de ejecución condicional, etc.-, o el testimonio de las víctimas del conflicto armado podrá ser provechoso en la medida en que éstos se podrán constituir en parte civil dentro del proceso penal, etc. No toda la información obtenida podrá llevarse al proceso penal, dado que éste no va a regir para todos los actores del conflicto armado, debido a que algunos serán amnistiados, dejando esta información como parte del derecho a la verdad. En este sentido, estamos renunciando a la pretensión de que los juicios penales sean ad-eternum, porque si fuera así la Comisión de Verdad perdería su carácter transitorio y se evitaría una pronta reconciliación. Además, resulta imposible un juzgamiento muy prolongado ya que físicamente el Estado carece de una infraestructura jurisdiccional y normativa que perpetúe la existencia de los procesos penales ad-infinitum. Por lo tanto, la información obtenida por la comisión se volvería improductiva para el proceso penal, siendo productiva únicamente para salvaguardar el derecho a la verdad. Adicionalmente, porque la muerte de los responsables de la comisión de delitos de lesa humanidad, comunes o políticos, imposibilita la iniciación de su juicio79, generando el mismo efecto anterior en cuanto a la información. Luego de haber demostrado con este análisis que no todos los responsables de los delitos cometidos en el conflicto armado van a ser efectivamente juzgados, descendemos en el ámbito de aquellos que si serán sometidos al 79 Nuevo Código Penal, artículo 82: “Extinción de la pena. Son causales de extinción de la acción penal: 1. La muerte del procesado.” proceso penal: Todas las personas que cometieron hechos punibles y que no pueden ser catalogados como delitos políticos, no susceptibles de ser amnistiados o indultados. A continuación trataremos de plantear algunas de las posibilidades existentes para iniciar la etapa de juzgamiento. 1) Teoría de la Rigidez: Consiste en la aplicación "a rajatabla" del Nuevo Código Penal, con lo cual todos ellos terminarían reclutados en todas las cárceles del país. Con la puesta en marcha de esta teoría, no se daría aplicación a las finalidades de la pena puesto que las condiciones de las cárceles en Colombia carecen de las instalaciones apropiadas para que el recluso pueda lograr una reconciliación social, una retribución conforme a la gravedad del delito, una rehabilitación y un espacio en donde pueda obtener una capacitación personal, laboral, social que lo aleje del delito. Pero, lo más grave, la paz no sería posible, pues nadie acuerda una reconciliación para dirigirse a prisión. 2) Teoría de la Legalidad: Expedición de un acto legislativo como el que se pretendió crear en el Gobierno de Andrés Pastrana, por medio del cual se buscaba la creación del derecho de gracia: Amnistía plena aplicada a cualquier tipo de delito. El derecho de gracia se aplicaría de manera individual a cada actor de la organización armada con la cual se ha suscrito un acuerdo de paz. Esta teoría tiene, desde nuestro punto de vista, una desventaja muy grave, cual es la paz al precio de la impunidad total, generando mas violencia, brindando una equívoca pedagogía ciudadana e incentivando el delito. Lo único que lograríamos con esta propuesta sería la ampliación de un catalogo de delitos, que extienda la brecha entre punibilidad e impunibilidad, favoreciendo la impunidad. Atenta además, contra los principios de globalizacion de la justicia representados con la creación de la Corte Penal Internacional. Existen varias posibilidades para la aplicación de esta inconveniente tesis: 1) La creación de un acto legislativo por medio del cual se le otorgue la función de conceder el derecho de gracia al presidente de la república. 2) Que el Congreso emita una ley en donde defina los delitos políticos desde un punto de vista actual, es decir ampliando la posibilidad de conceder amnistías para otros delitos distintos a la rebelión o sedición, es decir, para aquellos que actualmente no se consideran indultables o amnistiables. -verbi gratia: secuestro-. 3) Que el listado de delitos amnistiables surja de un acto legislativo transitorio emanado del Congreso, el cual solamente tendría control constitucional por razones de forma y no de fondo. Con base en las críticas planteadas, creemos que la solución estriba en la posibilidad de juzgar a los sindicados de cometer delitos, pero no con el derecho penal actual, sino a través de la creación de un Estatuto Penal Especial. Dicho estatuto deberá ser dictado por el Congreso de la República, o definido en una Asamblea Nacional Constituyente, dentro del cual deben establecerse los delitos políticos y sus conexos y los delitos no políticos a los cuales se les aplicaría. Deberá ser de carácter transitorio. La innovación que se quiere presentar con la creación de este estatuto, es la integración de la justicia con la necesidad de paz y la reconciliación con la retribución a la sociedad por el daño causado, y el cambio al sentido de la pena, siendo esto por lo cual las penas no solo serían privativas de la libertad. El Estatuto deberá contener una o varias de las siguientes medidas o una combinación de ellas, según sea el caso y la gravedad del delito: a. Penas privativas de la libertad: serán menores a las establecidas en el actual Código Penal. b. Cumplimiento de la pena en establecimientos agrícolas: estos podrían establecerse en todos aquellos bienes inmuebles incautados por el Estado por el delito de enriquecimiento ilícito y los cuales en ese momento no estén siendo utilizados. En ellos podrían crearse granjas integrales, que abastezcan todas las necesidades básicas de los reclusos y dependería de ellos mismos su administración. Se les dotaría con una educación básica sobre agricultura y el Gobierno podría comprometerse a comprarles la cosecha de cualquier producto si esta no se vendió en su totalidad y así, poco a poco, lograríamos su inserción a la sociedad. Por ejemplo, si a una persona se le condena por el delito cometido a diez años de cárcel, con este Estatuto se podría permitir que cumpliera de esos 10 solo 4 en la cárcel y los demás en una granja, obviamente bajo una vigilancia estatal. c. Imposición de penas no privativas de la libertad, tales como la interdicción de derechos y funciones públicas de manera transitoria, lo cual permitiría a la persona, después de un tiempo de sanción, ejercer el derecho a elegir y ser elegido. Esto debido a que el artículo 179, numeral 1 de la Constitución Política de 1991, impide, para delitos comunes, la posibilidad de ejercer cargos de elección, implicando una excepción a tal principio. d. Imposición de penas privativas de la libertad, pero sometidas a condena de ejecución condicional por buena conducta, es decir, el sindicado no cumple la pena establecida con la condición suspensiva de que no vuela a cometer delitos y mantenga una conducta dentro de los límites de la ley. Con ello se garantiza que si el individuo recae en un mal comportamiento, inmediatamente perderá su beneficio y deberá ser recluido en una cárcel del país. Es posible para esto conformar un Comité de Verificación. e. Imponer como sanción, el cumplimiento de trabajos sociales en beneficio de la sociedad, en lugares en donde causaron algún daño. Retornarle a la comunidad el bien destruido. Por ejemplo, construcción de puestos de policía, casas, parques, carreteras, hidroeléctricas,etc. f. Una mezcla de todos los anteriores. Se podría, por ejemplo, condenar al cumplimiento de trabajos sociales y al mismo tiempo sancionarlo con la interdicción de derechos y funciones públicas. Este Estatuto estará regido por el principio de favorabilidad del Derecho Penal, tanto en materia procesal como sustantiva. Procesalmente, por volver el proceso lo más abreviado posible, es decir, con menores términos y, substantivamente, por cambiar las penas de algunos delitos que inicialmente el Nuevo Código Penal asignaba de manera más gravosa. La única desventaja que podría traer este estatuto, es que no se aplica de manera estricta el principio de proporcionalidad entre la pena y el delito cometido, permitiendo así un grado de impunidad, y generando controversias entre los que piensan que "Todo lo que no sea proporcional es impune". Pero las ventajas son mayores que las desventajas, ya que si se aplica, se cumple con el requisito de la administración de justicia penal, y en este sentido, no entraría como segunda instancia la Corte Penal Internacional por su carácter subsidiario. Además, se cumplirá con los requisitos de la formalidad del proceso y se estarían satisfaciendo los principios exigidos por dicha corte, en cuanto a que la existencia de un proceso y de una condena, la inhabilitan para posteriormente administrar justicia sobre los mismos hechos. Se deben mirar sus beneficios desde un punto de vista social, en donde debe existir un sacrificio de alguna clase para alcanzar una pronta reconciliación. En el mismo sentido, con esta tesis se aminora al máximo los efectos de la impunidad puesto que contamos con la existencia de un juicio y de una condena, solo que se cambia el sentido de la pena impuesta al responsable del delito. En resumen, nuestro aporte es la creación de un indulto moderado, como fundamento de nuestra tesis de equilibrio. Una vez la persona haya cumplido con la pena respectiva deberá iniciar su proceso de reinserción a la vida civil. Como antecedentes en materia de reinserción política y económica, tenemos muchos indicadores que muestran el fracaso de este proceso, sin embargo nosotros creemos que es posible siempre que tengamos la voluntad de sacrificio y colaboración que esto implica. Todos los sectores de la sociedad deben ayudar a que Colombia sea un mejor país, pues es un compromiso que tenemos con nosotros y con los demás. De ahí, que presentemos algunas propuestas que podrán ayudar a que este proceso de reinserción pueda ajustarse más a la realidad de los desmovilizados: 1. Reconocimiento de la personería jurídica: Esto se vuelve posible, a través de que mediante el acuerdo de paz y de un acto legislativo, las organizaciones armadas se les otorgue el carácter de personas jurídicas para conformar organizaciones políticas y para que adquieran facultades para participar en las elecciones. 2. Desarrollo local: Que estén facultados para celebrar convenios con el Estado, con el fin de participar en materias donde tienen experiencia, como en el campo agrícola y minero. 3. Después de la reinserción a la sociedad, podrán ser agentes en procesos de acompañamiento de sustitución de cultivos ilícitos, en donde, además de la experiencia en el terreno, deberá contarse con la ayuda y financiación de la comunidad internacional dado el principio de corresponsabilidad en la lucha contra las drogas. 4. Otorgar la posibilidad de ejercer cargos públicos, aún si sus delitos no fueron en todos los casos de orden político. Hay que establecer excepciones constitucionales temporales. Por último, consideramos que resulta una tarea casi imposible alcanzar la paz bajo la punibilidad absoluta de los delitos cometidos por los diferentes actores del conflicto armado, conllevando a la necesidad de la creación de un indulto moderado, que si bien admite un margen mínimo de impunidad, se cumple con el precepto de aplicación de la justicia penal y del Tratado de Roma ratificado por Colombia, y se refuerza con la instauración de las Comisiones de Verdad, facilitando el camino hacia la firma de un acuerdo de paz y la inserción de los desmovilizados a la sociedad civil. BIBLIOGRAFÍA AFANADOR ULLOA, Miguel Angel. Amnistías e Indultos: La Historia Reciente, (1948-1992). Escuela Superior de la Administración Pública. Bogotá: Ed. Guadalupe Ltda., noviembre de 1993. ALAPE, Arturo. 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